Caracterización clínica, oncológica y riesgo tromboembólico en pacientes sometidos a prostatectomía radical: revisión bibliográfica sobre factores asociados y estrategias de trombo-profilaxis

Abstract

Resumen. El cáncer de próstata representa una de las principales causas de morbilidad oncológica en hombres a nivel mundial. La prostatectomía radical continúa siendo una de las opciones terapéuticas estándar en enfermedad localizada y de riesgo intermedio o alto. Sin embargo, al tratarse de una cirugía pélvica mayor, con frecuencia se asocia a riesgo incrementado de complicaciones tromboembólicas venosas (TEV), incluyendo trombosis venosa profunda y tromboembolismo pulmonar. Este trabajo presenta una revisión crítica de la literatura científica reciente sobre los factores de riesgo, escalas de estratificación, y estrategias de profilaxis tromboembólica en el contexto quirúrgico del cáncer de próstata. Se profundiza en la aplicación de la Escala de Caprini como herramienta predictiva, así como en la seguridad y eficacia de la profilaxis farmacológica y mecánica en esta población. Los hallazgos resaltan la importancia de una evaluación individualizada del riesgo trombótico y la necesidad de actualizar protocolos según la evidencia actual.

Abstract. Prostate cancer is one of the leading causes of oncological morbidity in men worldwide. Radical prostatectomy remains a standard treatment option for patients with localized and intermediate- to high-risk disease. However, being a major pelvic surgery, it is often associated with an increased risk of venous thromboembolic events (VTE), including deep vein thrombosis and pulmonary embolism. This paper presents a critical review of the recent scientific literature on VTE risk factors, stratification tools, and thromboprophylaxis strategies in the surgical management of prostate cancer. Special emphasis is placed on the predictive utility of the Caprini Risk Assessment Model and the current evidence supporting pharmacological and mechanical prophylaxis in this population. The findings highlight the importance of individualized thrombotic risk evaluation and the need to align prophylactic protocols with up-to-date evidence.