UNIVERSIDAD DE COSTA RICA SISTEMA DE ESTUDIOS DE POSGRADO PROGRAMA DE ESPECIALIDADES MÉDICAS POSGRADO EN ANESTESIOLOGÍA Y RECUPERACIÓN TRABAJO FINAL DE GRADUACIÓN PARA OPTAR POR EL GRADO Y TÍTULO DE ESPECIALISTA EN ANESTESIOLOGÍA Y RECUPERACIÓN Estrategias anestésicas y analgésicas para disminuir el dolor de miembro fantasma en paciente adulto postoperado de amputación de miembro inferior Estudiante: Dr. Jose Carlos Solís Salas Profesora Tutora: Dra. Adriana Quirós Rodríguez Profesor Lector: Dr. Henry Araya Rauda Costa Rica, 2024 “Este trabajo final de graduación fue aceptado por la Subcomisión de la Especialidad en Anestesiología y Recuperación del Programa de Posgrado en Especialidades Médicas de la Universidad de Costa Rica, como requisito parcial para optar por el grado y título de Especialista en Anestesiología y Recuperación”. ___________________________________________ Dra. Natalia Alvarado Eugarrios Coordinadora de la Especialidad de Anestesiología y Recuperación ___________________________________________ Dra. Adriana Quiros Rodríguez Tutora ___________________________________________ Dr. Henry Araya Rauda Lector ___________________________________________ Dr. Jose Carlos Solís Salas Sustentante Autorización para digitalización y comunicación pública de Trabajos Finales de Graduación del Sistema de Estudios de Posgrado en el Repositorio Institucional de la Universidad de Costa Rica. *En caso de la negativa favor indicar el tiempo de restricción: ________________ año (s). Este Trabajo Final de Graduación será publicado en formato PDF, o en el formato que en el momento se establezca, de tal forma que el acceso al mismo sea libre, con el fin de permitir la consulta e impresión, pero no su modificación. Manifiesto que mi Trabajo Final de Graduación fue debidamente subido al sistema digital Kerwá y su contenido corresponde al documento original que sirvió para la obtención de mi título, y que su información no infringe ni violenta ningún derecho a terceros. El TFG además cuenta con el visto bueno de mi Director (a) de Tesis o Tutor (a) y cumplió con lo establecido en la revisión del Formato por parte del Sistema de Estudios de Posgrado. INFORMACIÓN DEL ESTUDIANTE: Nombre Completo: . Número de Carné: Número de cédula: . Correo Electrónico: . Fecha: . Número de teléfono: . Nombre del Director (a) de Tesis o Tutor (a): . FIRMA ESTUDIANTE Nota: El presente documento constituye una declaración jurada, cuyos alcances aseguran a la Universidad, que su contenido sea tomado como cierto. Su importancia radica en que permite abreviar procedimientos administrativos, y al mismo tiempo genera una responsabilidad legal para que quien declare contrario a la verdad de lo que manifiesta, puede como consecuencia, enfrentar un proceso penal por delito de perjurio, tipificado en el artículo 318 de nuestro Código Penal. Lo anterior implica que el estudiante se vea forzado a realizar su mayor esfuerzo para que no sólo incluya información veraz en la Licencia de Publicación, sino que también realice diligentemente la gestión de subir el documento correcto en la plataforma digital Kerwá. SISTEMA DE ESTUDIOS DE POSGRADO ESTUDIANTE Yo, _Jose Carlos Solís Salas_, con cédula de identidad 115680896, en mi condici ón de autor del TFG titulado Estrategias anestésicas y analgésicas para disminuir el dolor de miembro fantasma en paciente adulto postoperado de amputación de miembro inferior Autorizo a la Universidad de Costa Rica para digitalizar y hacer divulgación pública de forma gratuita de dicho TFG a través del Repositorio Institucional u otro medio electrónico, para ser puesto a disposición del público según lo que establezca el Sistema de Estudios de Posgrado. SI x NO Jose Carlos Solís Salas %�65�6 115680896 Mosecarlos�soliscr#gmail�com ���0���0�5 8�08��56� 'ra� $driana 4uiros 5odrígue] https://es.wikipedia.org/wiki/Responsabilidad https://es.wikipedia.org/wiki/Perjurio San José, Costa Rica, marzo 2025 CARTA DE APROBACIÓN DEL TUTOR Señores, Comité de Trabajos Finales de Graduación (CTFG) de la Especialidad en Anestesiología y Recuperación Sistema de Estudios de Posgrado Universidad de Costa Rica Por medio de la presente, yo, Adriana Quiros Rodríguez, cédula 701150741, Médico Asistente Especialista en Anestesiología y Recuperación del Hospital San Juan de Dios, tutora de Jose Carlos Solís Salas, cédula 115680896, en el Trabajo de Final de Graduación titulado “Estrategias anestésicas y analgésicas para disminuir el dolor de miembro fantasma en paciente adulto postoperado de amputación de miembro inferior”, hago constar que realicé la revisión de este documento y estoy de acuerdo con su contenido. Atentamente, _________________________ Dra. Adriana Quiros Rodríguez Cédula: 701150741 Código de Medico: 5275 Tutora de Trabajo Final de Graduación San José, Costa Rica, marzo 2025 CARTA DE APROBACION DEL LECTOR Señores, Comité de Trabajos Finales de Graduación (CTFG) de la Especialidad en Anestesiología y Recuperación Sistema de Estudios de Posgrado Universidad de Costa Rica Por medio de la presente, yo, Henry Araya Rauda, cédula 114390373, Médico Asistente Especialista en Anestesiología y Recuperación del Hospital San Juan de Dios, lector de Jose Carlos Solís Salas, cédula 115680896, en el Trabajo de Final de Graduación titulado “Estrategias anestésicas y analgésicas para disminuir el dolor de miembro fantasma en paciente adulto postoperado de amputación de miembro inferior”, hago constar que realicé la revisión de este documento y estoy de acuerdo con su contenido. Atentamente, _________________________ Dr. Henry Araya Rauda Cédula 114390373 Código Médico 13636 Lector de Trabajo Final de Graduación San José, 14 de diciembre del 2024 Universidad de Costa Rica Sistema de estudios de posgrado Programa de especialidades médicas Posgrado en anestesiología y recuperación A quien corresponda: Por este medio yo, Ernesto Núñez Montes de Oca, mayor, filólogo, incorporado a la Asociación Costarricense de Filólogos, con el carnet 131, vecino de Moravia, portador de la cédula de identidad 1-1153-0599, manifiesto lo siguiente: 1. Que he revisado el trabajo final de graduación denominado: “Estrategias anestésicas y analgésicas para disminuir el dolor de miembro fantasma en paciente adulto postoperado de amputación de miembro inferior”. 2. Que el trabajo final de graduación es sustentado por el estudiante: Jose Carlos Solís Salas. 3. Que se le han hecho las correcciones pertinentes a errores gramaticales, de puntuación, ortografía, construcción de párrafos, adecuación morfosintáctica, uso de conectores, cohesión, coherencia y bibliografía, respetando el estilo del autor. En espera de que mi participación satisfaga los requerimientos de la Universidad de Costa Rica, se despide atentamente, Ernesto Núñez Montes de Oca Cód. 131, Asociación Costarricense de Filólogos Tel.:+506-8483-0764 1 Datos del Residente: Jose Carlos Solís Salas Cédula: 115680896 Hospital Base: Hospital San Juan de Dios Tutor: Dra. Adriana Quirós Rodríguez Lector: Dr. Henry Araya Rauda Título: Estrategias anestésicas y analgésicas para disminuir el dolor de miembro fantasma en paciente adulto postoperado de amputación de miembro inferior 1. Justificación El dolor de miembro fantasma es una enfermedad crónica que se acompaña de sufrimiento, así como de una afección significativa en el pronóstico y calidad de vida del paciente amputado. Por tal motivo, es una condición difícil de manejar y puede llevar consigo una discapacidad severa para el individuo que la padece. Los datos acerca de su prevalencia son variados, sin embargo, distintos estudios han reportado una incidencia tan alta como de 85.6 % en países desarrollados, siendo la amputación de miembro inferior la más prevalente con respecto a la de miembro superior. Entre las principales causas de amputación de extremidades se encuentran patologías como la Diabetes Mellitus y la enfermedad arterial oclusiva crónica, las cuales han tenido un aumento significativo en su prevalencia en los últimos años, por lo cual es posible asumir que en los próximos años la incidencia de amputaciones quirúrgicas de miembro inferior tendrá un aumento. Consecuentemente, se prevé un aumento de la incidencia de dolor de miembro fantasma en el paciente crónico. En relación con este tema existe la hipótesis de que un manejo adecuado del dolor, tanto preoperatorio como en el perioperatorio, así como utilizando distintas técnicas anestésicas, siendo la más estudiada hasta el momento la anestesia epidural continua, pueden reducir la intensidad, prevalencia y frecuencia del dolor de miembro fantasma en el paciente postoperado, tanto a corto como a mediano y largo plazo. 2 Así pues, el propósito de esta revisión consiste en llevar a cabo una revisión exhaustiva de la bibliografía y de los resultados obtenidos con diferentes técnicas anestésicas, entre las cuales se incluyen: anestesia epidural y regional e intravenosa. Esto con el objetivo de llegar a un consenso sobre cuál es el mejor manejo por parte del médico anestesiólogo para disminuir la incidencia de dolor crónico posterior a una amputación de miembro inferior. Lo anterior, significaría un impacto positivo para la salud pública, así como una mejor calidad de vida para el paciente postoperado, con bienestar físico, emocional, económico y social. Pregunta de investigación o hipótesis Según la evidencia científica ¿Cuál es el manejo anestésico más adecuado para disminuir la incidencia de dolor de miembro fantasma posterior a una amputación de miembro inferior? Objetivo general Establecer la evidencia científica sobre la utilidad de las diferentes técnicas anestésicas en la disminución de la incidencia de dolor de miembro fantasma Objetivos específicos • Definir el concepto de dolor de miembro fantasma y su fisiopatología. • Reconocer los factores de riesgo de presentar dolor de miembro fantasma en pacientes, previo a una cirugía de amputación de miembro inferior. • Definir técnicas anestésicas que tengan evidencia científica en la disminución de este padecimiento, tanto a mediano como a largo plazo. • Realizar una comparativa de las diferentes técnicas anestésicas que permita establecer un manejo estandarizado para el dolor de miembro fantasma. Metodología preliminar Para la elaboración de la presente revisión sistemática se realizará una búsqueda de información actualizada con base en datos recabados en internet a partir de diferentes fuentes oficiales, entre las que se encuentran: Access Medicine, PubMed, Science Direct, 3 Cochrane; además de actualizaciones de UpToDate. También, se buscaron artículos con menos de diez años de antigüedad y dirigidos a investigar sobre el uso de diferentes técnicas anestésicas en el manejo de dolor de miembro fantasma postamputación de miembro inferior. La selección de la información se ejecutará de manera manual por el investigador principal. Estrategias de búsqueda de información Fuentes de información: bases de datos • Access Medicine • PubMed • Cochrane • Science Direct • UpToDate Siglas DMF: Dolor de miembro fantasma DMR: Dolor de miembro residual SNC: Sistema nervioso central SNP: Sistema nervioso periférico MS: Milisegundos EVA: Escala visual analógica TE: Terapia de espejo ATB: Antibiótico PCA: Anestesia controlada por el paciente 4 GNR: Ganglio de la raíz dorsal Marco teórico de la investigación 1. Dolor de miembro fantasma 1.1. Definición 1.2. Fisiopatología 1.3. Características clínicas 1.4. Incidencia y epidemiología 2. Fisiología del dolor 2.1. Anatomía del dolor 2.2. Vías del dolor 2.3. Fisiología y modulación del dolor 3. Factores relacionados con la generación de dolor de miembro fantasma 3.1. Edad 3.2. Sensación fantasma 3.3. Sitio de amputación 3.4. Dolor de miembro residual 3.5. Dolor previo 3.6. Factores psicosociales 4. Tratamiento farmacológico 4.1. Opioides 4.2. Antagonistas de NMDA 4.3. Anticonvulsivantes 4.4. Otros 5. Tratamiento no farmacológico 5.1. Terapia de espejo 5.2. Neuromodulación 5.3. Procedimientos invasivos 5 5.4. Uso de prótesis 6. Amputación de miembro inferior 6.1.1. Principales causas 6.1.2. Manejo preoperatorio 6.1.3. Complicaciones 6.1.4. Morbimortalidad postoperatoria 7. Técnicas anestésicas para utilizar 7.1. Anestesia general 7.2. Anestesia neuroaxial 7.3. Anestesia regional y regional continua 8. Discusión 9. Conclusiones Marco teórico 1. Dolor de miembro fantasma 1.1. Definición La definición general del dolor de miembro fantasma establece que es una sensación dolorosa en una extremidad, órgano o tejido después de la amputación completa de este asociando una sensación quemante, punzante o simplemente dolorosa. Sin embargo, a pesar de que se ha descrito su aparición posterior a cirugías en las cuales se remueven órganos y tejidos específicos, como puede ser una cirugía de mama, su prevalencia es mayor posterior a la amputación de extremidades1. Ahora bien, para llegar a una mejor compresión acerca de la definición del dolor de miembro fantasma es importante establecer una diferencia clara con otros síndromes de dolor asociados a la amputación de extremidades. como es el dolor de miembro residual o dolor de muñón. Esto se describe como una sensación dolorosa asociada a la porción restante del miembro amputado y, en la mayoría de los casos, suele tener una causa específica, como una mala colocación de la prótesis, heridas sin sanar o abiertas y 6 anormalidades óseas o de la piel circundante de la herida quirúrgica. En contraste con esto, el dolor de miembro fantasma se describe como una sensación que se origina en la parte del cuerpo que fue ya amputada y que no responde a las terapias analgésicas típicas y su severidad no se correlaciona con la evolución de la herida quirúrgica 1. Se produce una sensación de que el miembro aún se encuentra presente, y la mayoría de |los pacientes refieren que pueden controlar el miembro amputado realizando movimientos sencillos como mover los dedos del pie. La sensación dolorosa se describe de varias formas, tales como dolor punzante, sensación de choque eléctrico, calambres, hasta un dolor intenso con un miembro amputado que da la sensación de estar completamente inmovilizado 2. 1.2. Fisiopatología La etiología exacta del dolor de miembro fantasma se desconoce, y sus explicaciones pueden llegar a ser, incluso, confusas. Sin embargo, existen varias teorías científicas que intentan dilucidar su causa, las cuales mencionan una acción conjunta tanto del sistema nervioso central como del sistema nervioso periférico1,2. En este apartado se mencionarán las teorías más importantes que intentan explicar dicho fenómeno. 1.2.1. Sistema nervioso central Neuromatriz Una de las teorías más importantes para entender la fisiopatología del dolor de miembro fantasma es la neuromatriz. Inicialmente descrita por Ronald Melzack, fisiólogo canadiense en 1989, esta teoría establece la existencia de un patrón de actividad nerviosa característico de cada individuo, que resulta de la interacción de factores biológicos, genéticos y neurológicos propios de cada persona y los estímulos externos que los van modificando a lo largo de la vida. En términos generales, esto se puede definir como una especie de firma neurológica individual que presenta cada ser vivo 3. Al producirse una amputación, esta “firma neurológica” permanece intacta, sin embargo, no se correlaciona con el estado del cuerpo y al no tener una retroalimentación visual, por ejemplo, de la presencia de una extremidad, puede producir, desde el sistema nervioso 7 central, una sensación de dolor o malestar en ausencia de un estímulo nociceptivo en específico 2,3. Teoría del remapeo cortical Es sabido que el cerebro de los mamíferos posee entre sus cualidades la plasticidad cerebral de adaptarse a cambios que pueden ocurrir en las señales que llegan a este desde la periferia. El homúnculo cortical recibe información sensitiva de las distintas partes del cuerpo, como lo pueden ser miembros inferiores, superiores, cara, labios, entre otros. Posterior a una amputación, el área cortical que recibe la información sensitiva del miembro afectado puede llegar a atrofiarse o reconfigurarse, y empezar a recibir información de otras áreas corticales vecinas, como lo puede ser el área responsable de la sensibilidad de la cara. Por lo tanto, estímulos faciales, o en cualquier otra área del cuerpo, pueden llegar a producir sensaciones en el miembro que se encuentra ya ausente 2. Memoria propioceptiva La propiocepción se define como la capacidad que tiene el cerebro de saber la posición exacta de las diferentes partes del cuerpo en un espacio tridimensional. Los pacientes amputados mantienen la propiocepción de los miembros faltantes, incluidos los movimientos tanto voluntarios como involuntarios 1. Pues bien, esta teoría propone que la respuesta necesaria para llevar a cabo diferentes tareas con nuestras extremidades se guarda dentro de una especie de memoria en el sistema nervioso central, lo cual facilita que ciertas tareas se realicen de forma más rápida y eficiente. También, esta memoria propioceptiva puede recordar situaciones dolorosas y producir un estímulo o sensación en el sistema nervioso central al recordarlas, por lo tanto, ciertos movimientos o estímulos visuales pueden desencadenar una respuesta dolorosa gracias a esta memoria propioceptiva 2. 1.2.2. Sistema nervioso periférico Las lesiones a nivel del sistema nervioso periférico no producen por sí solas la sensación de miembro fantasma, si no que actúan en conjunto con alteraciones en el sistema nervioso central, como las ya descritas previamente 2. 8 Formación de neuromas Los cuerpos celulares del componente somático del sistema nervioso periférico se localizan a nivel de los ganglios de la raíz dorsal, los cuales procesan la información sensitiva como el tacto, propiocepción y vibración hacia el sistema nervioso central. Por ende, la desconexión que se produce posterior a una amputación de estos axones con su componente terminal produce una reacción inflamatoria a través del neuroma, que puede terminar en la formación de un neuroma2,3, los neuromas son terminaciones desorganizadas compuestas de fibras de tipo A y C que tienen la capacidad de producir descargas ectópicas4. Este tipo de lesión, lejos de mantenerse inactiva, se vuelve hiperexcitable, lo cual produce estímulos dolorosos que se transmiten hacia el resto de la médula espinal. De manera que, se modifican los umbrales de dolor a través de la neurona afectada y se generan potenciales de acción de una forma espontánea o en respuesta a estímulos que en otras condiciones no la generarían 2. Cambios en los ganglios de la raíz dorsal Se ha demostrado que los ganglios de la raíz dorsal presentan cambios significativos en su función posterior a una lesión, con evidencia de aumento en su excitabilidad, potenciales de acción más prolongados y alteraciones en la resistencia a la transmisión del estímulo nociceptivo. También, se han descrito cambios estructurales, como el aumento de la distribución de los receptores en su superficie en respuesta a los estímulos externos, lo cual incrementa la transmisión nociceptiva, por lo que pequeños estímulos pueden producir una respuesta exagerada a estos con sensación de dolor 1. 1.3. Características clínicas El inicio de los síntomas puede ser inmediato o darse muchos años después de la cirugía. Se han reportado que en un 50 % de los pacientes puede ocurrir en las primeras 24 horas del procedimiento y en el 60 % – 70 % de los casos ocurre hasta un año después 4. La sensación de dolor usualmente es intermitente y puede durar de segundos a 9 minutos, pero en algunos casos puede llegar a ser permanente o de varias horas de duración. Los pacientes usualmente describen este tipo de dolor con características similares a los de un dolor neuropático típico (dolor quemante o punzante) que se proyecta hacia las partes distales de la extremidad faltante como el pie o los dedos. También, se describe usualmente la sensación de aplastamiento o de presión sobre los dedos de la extremidad 4, 5. Estudios sugieren que la prevalencia de este padecimiento muestra una leve mejoría con el tiempo, el dolor se refiere como severo o incapacitante en un 30 % – 40 % de los pacientes en etapas tempranas y tiende a disminuir en intensidad con el paso de las semanas y meses hasta llegar casi el alivio completo con el tiempo. Sin embargo, cerca de un 10 % de los amputados retiene un dolor severo después de seis meses posteriores a la cirugía 5. Ahora bien, al cuadro clínico de dolor de miembro fantasma se le suman otros síntomas asociados, tales como: prurito, espasmo y dolor en un miembro o parte del cuerpo previamente sano. Este dolor es provocado por un conflicto entre la representación de la retroalimentación visual y propioceptiva del miembro que ya fue amputado 6. De igual forma, dentro del cuadro clínico se pueden identificar sensaciones no dolorosas del miembro amputado. En la mayoría de los casos son sensaciones de baja intensidad y se presentan en el 60 % – 85% de los pacientes, las cuales se pueden dividir en tres grupos: a. Cinéticas: sensación de movimiento. Pueden ser espontaneas o voluntarias 6. b. Cinestésicas: relacionadas a la propiocepción. Sensación de tamaño, forma y posición 6. c. Exteroceptivas: tacto, presión, prurito y vibración 6. 1.4. Incidencia y epidemiología Los estudios acerca de la incidencia de dolor de miembro fantasma muestran conclusiones discrepantes entre sí. Por ejemplo, se han reportado incidencias elevadas de hasta 85.6 % de los pacientes amputados, y bajas como de 29 %; esta diferencia de 10 porcentajes se puede deber a variaciones entre las muestras de los estudios, metodologías y diferencias propias de cada país en el que se realiza la investigación 7. La incidencia de amputaciones de miembro inferior a nivel mundial es alta, dado que se llevan a cabo aproximadamente 356 millones de amputaciones al año. Este número ha aumentado considerablemente en los últimos diez años debido, principalmente, al aumento en la incidencia de diabetes no controlada, comúnmente en la población adulta mayor 8. Un meta-análisis de 2020 realizado en Estados Unidos y Canadá reveló que la prevalencia de dolor de miembro fantasma en estos países varia de 27 % a 85.6 %, con la mayoría de los estudios reportando una prevalencia entre el 50 % y 85.6 % 7. Por su parte, en América Latina se ejecutan en promedio 150 000 amputaciones por año, y se reporta que de ellas un 60 % presenta dolor de miembro fantasma en su evolución, lo cual tiende a aumentar en relación con la edad de la persona amputada, posiblemente explicado por la presencia de más factores de riesgo, comunes en la población adulta 6. En la mayoría de los casos las sensaciones aparecen en las primeras tres semanas (85% - 98 %) y un 8 % inicia síntomas al año de la cirugía 6,7. Al respecto, se ha reportado mayor incidencia de dolor de miembro fantasma en pacientes con amputaciones de miembros inferiores que en aquellos con amputación de miembro superior. La amputación de miembro inferior usualmente se lleva a cabo para el tratamiento de complicaciones de la diabetes y puede estar asociada a mayor cantidad de factores de riesgo, como el dolor antes de la amputación y la depresión 7. Estos factores de riesgo se tratarán en otro apartado más adelante en este trabajo. 2. Fisiología del dolor El dolor se define como una “experiencia sensorial y emocional desagradable que puede asociarse a una lesión tisular real o potencial” 11. Es un signo de enfermedad y el motivo por el cual el paciente consulta con mayor frecuencia. La función del sistema de percepción es proteger al cuerpo y conservar la homeostasis ante una posible noxa 9. En relación con lo anterior, el dolor se puede clasificar en dos tipos: 11 Dolor agudo: es una consecuencia inmediata de la activación de los sistemas nociceptivos por una lesión o “noxa”, aparece por la estimulación química, mecánica o térmica de los nociceptores periféricos. Sus síntomas psicológicos son escasos 10. Suele responder a la terapia analgésica inicial y es importante mencionar que el control del dolor agudo en etapas tempranas reduce la incidencia de síndromes de dolor crónico 11. Dolor crónico: más que una función protectora se considera una enfermedad. Además, es persistente y puede perpetuarse por un tiempo prolongado después de una lesión 10. Clínicamente, se define como un dolor que persiste por un periodo mayor a 3 meses y los factores emocionales y cognitivos tienen un papel importante en la percepción de este11. Muchos síndromes de dolor crónico son producto de un dolor agudo que no fue manejado de manera correcta inicialmente 9,10,11. 2. 1. Anatomía del dolor Los nervios sensitivos aferentes envían varios tipos de información desde la periferia hasta el SNC. Los estímulos nociceptivos son detectados en la piel y tejidos por medio de nociceptores que se encuentran en las terminales nerviosas libres de la primera neurona nociceptiva12. Estos receptores son activados por diferentes estímulos, ya sea químicos, mecánicos o térmicos, y crean una señal eléctrica o potencial de acción que viaja a través de la primera neurona nociceptiva hasta hacer sinapsis en el SNC, específicamente en los ganglios de la raíz dorsal de la médula espinal 11. A pesar de que todos los receptores para el dolor consisten en terminaciones nerviosas libres, tales estructuras utilizan dos vías distintas para transmitir el dolor hacia el SNC, las cuales guardan correspondencia básica con el tipo de dolor que transmiten, ya sea agudo o crónico, así como también con el tipo de fibra nerviosa encargada de transmitir el impulso eléctrico 12. Las señales de dolor rápido nacen con estímulos de tipo mecánico o térmico, y su transmisión se da a través de fibras de tipo Aδ. Las señales de dolor crónico o lento se transmiten a través de las Fibras C, más pequeñas y amielínicas 11,12, 13. Las fibras Aδ son pequeñas, mielinizadas y transmiten la información a una velocidad de 2 ms a 20 ms. Las Fibras C, más predominantes, no poseen vaina de mielina y el impulso 12 se transmite a una velocidad menor a 2 ms 9,11. Ambos tipos de fibras pueden transmitir estímulos de tipo térmico, mecánico y químico, Las Fibras Aδ producen una sensación intensa y punzante mientras que las Fibras C resultan en una sensación más prolongada y quemante 12,13. En cuanto a su localización se pueden presentar ambos tipos de fibras a nivel de la piel y los órganos superficiales, mientras que, a nivel de estructuras profundas, como articulaciones y músculos, existe una predominancia importante de Fibras C 11. Seguidamente, en la Tabla 1, se mencionan los diferentes tipos de fibras que participan en la transmisión del dolor, así como sus características más relevantes11. Tabla 1. Características de las fibras involucradas en la transmisión del dolor Tipos de Fibras Aδ C Aβ Mielina Sí No Sí Diámetro 1-5 μm 0.02 – 1.5 μm 6-12 μm Velocidad de conducción 2-20 ms < 2 ms >20 ms Sensibilidad Térmica Sí Sí No Función Nocicepción / Tacto Nocicepción / Tacto Propiocepción Modalidad Mecano térmicos y tacto de la piel Polimodal (mecánicos, térmicos y químicos) Tacto y presión Nota. Tomado de Lee 11. 13 Sistemas ascendentes Las fibras rápidas tipo A Delta acaban sobre todo en la lámina I de las astas dorsales, allí, excitan la segunda neurona nociceptora perteneciente al haz espinotalámico. Estas fibras de segundo orden cruzan de inmediato al lado contralateral de la médula espinal a través de la comisura anterior y continúan en dirección hacia el encéfalo 12. Las fibras tipo C, encargadas de transmitir el dolor lento, en conjunto con unas pocas de tipo A Delta, acaban casi completamente a nivel de las láminas II y III de la asta dorsal, conocidas como sustancia gelatinosa. Posteriormente, se juntan con las fibras rápidas a nivel de la comisura anterior, cruzan al lado contralateral de la médula y continúan su trayecto hacia los núcleos supra-espinales, a través del fascículo paleoespinotalámico 12,13,14. El estímulo nociceptivo viaja hacia los centros supraespinales del tronco y el encéfalo a través de los dos fascículos principales; el haz neoespinotalámico, el cual se encarga de procesar la localización, duración e intensidad del estímulo, y el haz paleoespinotalámico, más primitivo, el cual está relacionado con aspectos reguladores, emocionales y conductuales del dolor 14. El haz neoespinotalámico avanza hasta llegar al tálamo y termina en el complejo ventrobasal de este. Sin embargo, durante su trayecto algunas de sus fibras se dirigen hacia formación reticular del encéfalo, y otras avanzan hasta el grupo nuclear posterior del tálamo. Desde esta región las señales se dirigen hasta diferentes zonas de la corteza cerebral, como la corteza somatosensitiva 12. Por su parte, solo una porción de las fibras de la vía paleoespinotalámica llega directamente hasta el tálamo, dado que la mayoría se distribuye a lo largo de tres áreas principales: los núcleos de la formación reticular del bulbo raquídeo, puente y mesencéfalo, la región tectal del mesencéfalo y la zona gris periacueductal que rodea el acueducto de Silvio. A partir de estas zonas, múltiples neuronas transmiten la señal del dolor en sentido ascendente hacia los núcleos intralaminares y ventolaterales del tálamo y otras regiones basales del cerebro 12,13. 14 Figura 1. Transmisión de las señales dolorosas hacia el tronco del encéfalo Nota. Tomado de Guyton et al. (17). 2.2. Fisiología Desde el punto de vista fisiológico se podría dividir la percepción del estímulo doloroso en cuatros procesos básicos: transducción, transmisión, modulación y percepción 11, lo cual se define a continuación: Transducción: ocurre en las terminaciones nerviosas libres de los axones de la neurona nociceptiva primaria cuando estos son activados por el estímulo doloroso 12. Entre los receptores ubicados en la periferia se encuentran el Receptor Vanilloide 1 (receptor térmico) y receptores acoplados a proteínas G que median la respuesta dolorosa a estímulos mecánicos 11. Transmisión: paso del impulso, o potencial de acción, a través de la primera y segunda neurona nociceptiva, hasta llegar a los centros supra-medulares mediante las vías ya descritas previamente 11,12,13. Modulación: el cuerpo posee un mecanismo endógeno encargado de moderar los estímulos dolorosos, ya sea aumentando o disminuyendo la señal nociceptiva 11. Se produce a través de los tractos descendentes, lo cuales juegan un papel fundamental en 15 la inhibición del dolor una vez que este ha sido procesado por los núcleos del encéfalo 15. Al respecto, se señala que dos importantes áreas del encéfalo participan activamente en la reducción del dolor: la sustancia gris peri-acueductal y el núcleo del rafe magno. La estimulación de la SGP produce analgesia profunda, esta recibe estímulos desde centros superiores como el tálamo e hipotálamo y la transmisión del estímulo a través de las neuronas de esta zona viaja de forma descendente hasta la médula espinal para bloquear la transmisión del impulso doloroso 15. El núcleo del rafe magno es otro sistema descendente con neuronas liberadoras de serotonina y adrenalina que viajan hasta la lámina III de la médula espinal, donde la liberación de estos neurotransmisores activa interneuronas inhibitorias y bloquea el impulso nervioso a nivel del ganglio de la raíz dorsal 15. Percepción: se refiere a la interpretación de los estímulos nociceptivos por parte del tálamo, los cuales, posteriormente, viajan a la corteza cerebral donde interactúan con la psicología propia del individuo y generan la experiencia emocional final del dolor, que se interpreta como desagrado o deseo de evasión, lo cual produce la experiencia dolorosa 16. 16 Figura 2. Sistema de Analgesia del encéfalo y la médula espinal Nota. Tomado de Guyton et al. (17). 3. Factores relacionados con la generación de dolor de miembro fantasma El DMF, como se mencionó anteriormente, no tiene una etiología clara, existen muchas teorías sobre su origen, sin embargo, no se ha dilucidado en su totalidad, lo cual constituye una incógnita importante para su prevención. Por lo anterior, la necesidad de mayores estudios es imperativa, pues su incidencia es elevada y tiene un impacto considerable en la evolución y calidad de vida de los pacientes afectados, tanto en el aspecto físico como psicosocial. En relación con esto, numerosos estudios se han presentado para dilucidar cuáles factores de riesgo inherentes de cada caso pueden aumentar la incidencia de este 17,18. A continuación, se mencionarán los factores de riesgo con mayor evidencia. 3.1. Edad Los estudios revisados son poco concluyentes en cuanto si la edad del paciente al momento de la amputación es un determinante de la evolución del dolor. Un meta- análisis menciona que puede existir un riesgo de desarrollar DMF a mayor edad de la amputación, pero los datos no son fiables 7. Sin embargo, otros estudios demuestran que la incidencia de DMF sí tiene un aumento significativo con la edad. Esto se explica a partir de que conforme el individuo envejece puede disminuir la neuroplasticidad cerebral y la capacidad de adaptarse del SNC a la pérdida de una extremidad. Es decir, la reorganización que sucede a nivel de la corteza no es tan eficiente y la respuesta adaptativa del cerebro no es adecuada 17. 17 3.2. Sensación fantasma La evidencia muestra que más del 90 % de los pacientes que presentan DMF a lo largo de su vida han experimentado alguna sensación fantasma previamente en el miembro amputado, estas son no dolorosas y suelen iniciar inmediatamente posteriores a la cirugía 17. Entre las más comunes están prurito, sensación eléctrica y sensación de movimiento y a mayor intensidad de estas, mayor DMF correlacionado 17,18. El prurito es, con diferencia, la más frecuente de estas sensaciones, y mediante estudios de imagen se ha demostrado que el prurito y el dolor producen señales que viajan a la misma zona cortical. Por ello, se cree que pueden estar interconectadas desde el punto de vista neurofisiológico 17. 3.3. Diabetes La causa diabética de amputación, además de ser la causa más frecuente que lleva a una amputación de miembro inferior, constituye un mayor riesgo de desarrollar DMF. Esto se podría explicar por varios factores, por ejemplo, la mayor edad que tienen estos pacientes a la hora de la cirugía, a que pueden exponerse a múltiples amputaciones y al deterioro cognitivo y físico que puede traer la enfermedad per se 17,18,19,22. 3.4. Sitio de amputación Datos de un meta-análisis muestran que la amputación a nivel de miembro inferior trae consigo un mayor riesgo de DMF que la amputación de miembro superior. La razón de esto no es clara, sin embargo, la amputación de miembro inferior conlleva una mayor incidencia de fallo en la cicatrización de la herida, mayor riesgo de infección y mayor riesgo de desarrollar dolor crónico en el muñón residual, lo cual podría explicar esta incidencia 18,19,22. En este sentido, los autores consultados proponen que el uso de una prótesis cosmética de miembro inferior en lugar de una que proporcione información sensitiva aumenta la incidencia de sensaciones fantasmas, se dice que el 70 % - 78 % de los pacientes con 18 prótesis cosméticas presentaron DMF; esto debido a la pérdida de la retroalimentación propioceptiva que podría dar una prótesis con estimulación eléctrica. La pérdida de esta retroalimentación puede desarrollar irritación a nivel del muñón y un conflicto a nivel de la corteza cerebral 18,21. Las amputaciones de miembro superior tienen una mejor compensación visual, ya que el individuo observa su miembro faltante con más frecuencia y no es tan común que produzcan un conflicto cortical que lleve a la reorganización inadecuada de esta 19. También, se ha descrito que las amputaciones proximales (supracondíleas) conllevan un mayor riesgo de desarrollar DMF 18,19. Las amputaciones proximales significan mayor trauma quirúrgico, mayor tiempo de recuperación postoperatoria, riesgo de infección aumentado, mayor dolor postoperatorio y las fibras seccionadas son más grandes, lo cual implica un mayor riesgo de desarrollar neuromas dolorosos, además de que el área cortical afectada con amputaciones más proximales es más grande 19. En términos generales, las amputaciones congénitas presentan poca prevalencia de DMF. Esto, posiblemente, explicado por la mayor neuroplasticidad presente en pacientes neonatos, lo cual le permite una mayor adaptación a la pérdida de la extremidad 19. 3.5. Dolor de miembro residual Más del 70 % de los pacientes amputados presenta algún tipo de dolor post-amputación y el dolor de muñón es un factor de riesgo importante para desarrollar DMF 20. Al respecto, es importante realizar la diferenciación entre dolor de miembro residual y dolor de miembro fantasma, ya que el DMR, o dolor de muñón, se produce a nivel del remanente del miembro afectado y no presenta sensaciones fantasmas, las cuales son, por definición, a nivel del miembro que ya no está presente 1. Entre las causas de dolor de miembro residual se encuentran: infección cutánea o de tejido profundo como osteomielitis, mala cicatrización de la herida quirúrgica, formación de neuromas, neuropatía, insuficiencia arterial, hematomas, espolones óseos, isquemia del miembro, síndrome de dolor complejo, entre otros 20. 19 Además, constituye un tipo de dolor neuropático común en los pacientes amputados y usualmente se define como punzante o quemante y aparece en la primera semana posterior a la amputación. Puede desaparecer por sí solo, sin embargo, en la mayoría de los casos es crónico 20. La formación de neuromas es su explicación fisiopatológica. La formación de estos tumores puede ocurrir a nivel de cualquier tejido nervioso seccionado y tienen características neurogénicas como descargas eléctricas, dolor punzante, parestesias y sensaciones repentinas. Usualmente, producen dolor importante a nivel proximal al sitio de amputación 2,3,4,20. En relación con esto, diversos estudios demostraron que un 82 % de los pacientes con DMF presentaron algún tipo de dolor de miembro residual a lo largo de su enfermedad, por lo cual se cree que existe una relación directa entre ambas entidades 17. 3.6. Dolor previo a amputación Tal vez el factor de riesgo más importante, o al menos uno que juega un rol determinante en las características del DMF, es el dolor previo a la amputación. La gran mayoría de estudios de factores de riesgo concluyen que el dolor previo a la amputación conlleva un mayor riesgo de presentar sensaciones fantasmas y dolor 17,18,19. Una explicación fisiopatológica seria que el dolor previo a la cirugía, en especial si es crónico, produce una sensibilización central a nivel de SNC, con cambios en las áreas corticales encargadas de procesar la información dolorosa, lo cual lleva a una hiperexcitabilidad del SNC y SNP, así como a perpetuar esta sensación de dolor, incluso cuando el miembro afectado ya fue amputado 18. Usualmente, los pacientes describen el DMF como una sensación similar o igual a la presentada previo a la cirugía 18. Un estímulo doloroso perpetuado por mucho tiempo puede producir una alteración en la excitabilidad cortical, lo cual afecta los procesos inhibidores a nivel espinal y del encéfalo. Por ello, los mecanismos de adaptación al dolor, como pueden ser las vías descendentes mencionadas en apartados previos, pueden no funcionar de forma adecuada o al 20 contrario funcionar como vías excitatorias en las que un estímulo no doloroso o inocuo puede producir un potencial de acción nociceptivo 19. Al respecto, pacientes con dolor preamputación que recibieron tratamiento postoperatorio de emergencia mostraron hasta diez veces más prevalencia de DLM en comparación con pacientes que no presentaron dolor previo a cirugía ni requirieron tratamiento farmacológico 21. La amputación de miembro inferior es una de las cirugías que más se asocia a dolor postoperatorio severo, con una incidencia de 50 % - 80 % de las cirugías. El mal manejo de la analgesia posterior a la cirugía también ha mostrado evidencia de fomentar el desarrollo de dolor crónico en pacientes amputados, lo cual daría entender un rol fundamental del anestesiólogo que maneja el dolor postquirúrgico en disminuir la incidencia de DMF 21. Antes bien, es importante mencionar que en algunos estudios se excluye el dolor previo a la amputación de los factores de riesgo, pues muchas veces los pacientes censados son abordados muchos años después de la amputación y no recuerdan las características del dolor previo 21,22. La analgesia preventiva con técnicas como catéteres epidurales, opioides o clonidina puede ser una estrategia preventiva para el desarrollo de síndromes de dolor crónico como el DMF 19,21. 3.7. Factores psicosociales La amputación de un miembro constituye una carga emocional pesada para los pacientes y el riesgo de presentar depresión, ansiedad y otros trastornos psiquiátricos asociados en bastante común en este tipo de población 7. Los pacientes amputados presentan mayores índices de depresión pre y post amputación, así como trastornos de ansiedad y alteraciones en los patrones del sueño. También, al verse disminuidas sus capacidades físicas para realizar distintos trabajos, las interacciones sociales disminuyen21. 21 En este sentido, se ha demostrado que la psicoterapia previa a una amputación para pacientes enfermos crónicos, con el objetivo de que el individuo acepte mejor su condición y se muestre preparado a los cambios de estilo de vida que conlleva la pérdida de una extremidad, se asocia con mejores resultados no solo inmediatos, si no a largo plazo, los scores de dolor tienden a la mejoría y la incidencia de sensaciones fantasmas y dolor muestra una tendencia hacia la baja 7,19. Los pacientes con poco conocimiento previo de la amputación o a quienes no se les ha dado una explicación detallada de la cirugía a realizar, presentan mayor riesgo de desarrollar dolor crónico 7. Lo anterior, da a entender un papel fundamental del estado psicológico en la percepción del dolor. Posiblemente, debido a mecanismos corticales, nuestras emociones pueden participar en conjunto con las vías descendentes para, ya sea aumentar o disminuir, los estímulos dolorosos a nivel de la médula espinal 16. 4. Tratamiento de dolor de miembro fantasma La complejidad y el poco entendimiento de la fisiopatología del DMF ha conducido a la prueba de un gran número de tratamientos, ya sea farmacológicos como no farmacológicos. Sin embargo, los resultados de estos han sido mixtos en su mayoría y es complicado llegar a un consenso de cuál puede ser el tratamiento universal de este 23. Los síndromes post-amputación se benefician de una valoración, tratamiento y manejo multidisciplinario que incluya cirujanos, anestesiólogos, médicos del dolor, psicólogos, terapia ocupacional, fisioterapeutas y técnicos de ortopedia. La gran variedad de tratamientos abarca una adecuada técnica quirúrgica, prótesis adecuadas, terapia farmacológica, anestesia locorregioinal, terapia no farmacológica, educación y terapia cognitiva 24. En la actualidad se siguen describiendo innovaciones de tratamiento, principalmente en el ámbito de la recuperación y fisioterapia. No obstante, existe la limitante que los 22 estudios de estos, o no son suficientes o los que existen no son del todo concluyentes, pero se siguen describiendo abordajes de tratamiento, lo cual da una idea de la importancia de este padecimiento y el impacto que tiene en la evolución y calidad de vida de los pacientes afectados 1,4,23,24. Asimismo, se ha descrito de forma exhaustiva la importancia de la analgesia y manejo del dolor tanto preoperatorio como postoperatorio en la incidencia de DMF, por lo que los esfuerzos para el tratamiento de este deben ser más exhaustivos en una prevención adecuada, que en su tratamiento ya cuando el dolor crónico está establecido24. 4.1. Tratamiento farmacológico Constituye la primera línea de tratamiento una vez que el dolor crónico está establecido. A través los años se han utilizado medicamentos clásicos para dolor neuropático, tales como: Gabapentina, Amitriptilina y Opioides, con resultados variables. Sin embargo, estos constituyen únicamente un tratamiento sintomático, sin mejoría en la evolución ni pronóstico de la enfermedad 23. Además, menos del 10 % de los pacientes con tratamiento farmacológico obtienen alivio a largo plazo, por lo cual es importante la integración de varios tipos de tratamiento 4. Opioides A lo largo de los años los opioides han sido la terapia de primera línea para cualquier tipo de dolor crónico y el DMF no es la excepción. Se han utilizado dosis de morfina oral con una dosis mínima de 70 mg por día y un máximo de 300 mg por día, con buena respuesta en un 42 % de los pacientes tratados 1. Al respecto, se cree que los opioides, por su acción central, puedan tener un efecto en la reorganización cortical que se presenta posterior a una amputación. Esto se comprobó en un estudio en el cual se llevó a cabo una comparación con la lidocaína intravenosa en infusión, la cual solo tiene un efecto periférico sobre las terminaciones nerviosas del 23 miembro amputado, lo que demostró una mejor respuesta a la morfina que a los anestésicos locales 1. También, se ha descrito el uso de buprenorfina oral con resultados similares a los de la morfina24. Aparte de los buenos resultados siempre existe la preocupación por el alto índice de efectos secundarios producidos por los opioides, especialmente en dosis altas que usualmente se utilizan en dolor crónico de alta intensidad 24. Antagonistas NMDA La ketamina ha mostrado evidencia en diferentes tipos de dolor crónico, como dolor neuropático. Esta reduce la sensibilización central, lo cual evita la presencia hiperalgesia y alodinia en los síndromes de dolor. Las dosis para utilizar serían en una infusión IV a 0.4 – 0.5 mg/kg 1. Este esquema ha mostrado mejoría inmediata y a largo plazo, pero la mayoría de los pacientes presentan altos índices de reincidencia a largo plazo 24. Se han estudiado otros medicamentos de este grupo como la memantina, sin embargo, no han mostrado evidencia suficiente 1, 24. Por su parte, existe siempre la preocupación del alto índice de efectos adversos, principalmente de tipo psiquiátrico, asociados con el uso de ketamina 1. En relación con esto, se ha descrito el uso de ketamina en conjunto con lidocaína previo a cirugía para disminuir el dolor pre y postoperatorio, lo cual disminuye la incidencia de dolor crónico. Las dosis recomendadas son un bolo de 0.5 mg/kg previo a cirugía, seguida de una infusión a 10 mcg/kg/min, en conjunto con lidocaína en un bolo preoperatorio de 1.5 mg/kg seguido de una infusión a 2mg/kg/hr 24. Antidepresivos Actúan a través del bloqueo de canales de calcio y sodio, con inhibición de la recaptación de catecolaminas y bloqueo de los receptores NMDA 4. Se ha utilizado amitriptilina en dosis de 125mg/día, en el manejo de DMF, sin embargo, sus resultados no han sido concluyentes 1. Un análisis de 14 estudios realizado por Cochrane concluyo que la amitriptilina no tiene evidencia suficiente en el tratamiento de DMF 24. 24 Anticonvulsivantes La gabapentina ha sido utilizada en todas las formas de dolor neuropático, ejerce su efecto al unirse a la subunidad gama 2 alfa de los canales de calcio voltaje dependientes en las neuronas sensitivas de la asta posterior de la médula espinal 4. En cuanto a ello, estudios demuestran que una dosis de gabapentina de 2.4g/día durante seis semanas, han mostrado una diferencia significativa del dolor crónico, medido mediante la Escala Visual Analógica, en comparación con el placebo. No obstante, existen otros estudios con resultados distintos que no muestran mejorías en los scores de dolor significativas, por lo que los resultados con este medicamento resultan controversiales. Asimismo, se han utilizado otros medicamentos como la carbamazepina y pregabalina con resultados poco concluyentes en DMF y aún no existe evidencia sólida que apoye el uso de otros medicamentos anticonvulsivantes como topiramato, lamotrigina y oxcarbazepina 4. Se han utilizado gabapentinoides como prevención de DMF, tratando el dolor preoperatorio, las dosis recomendadas son de 150 – 300 mg de pregabalina o 600 – 1200mf de gabapentina 1-2 horas previo a la cirugía 24. Calcitonina Se desconoce su mecanismo de acción en DMF. Se demostró que con una infusión IV de Calcitonina de 200 UI, después de 24 horas, se disminuyó el promedio de dolor de 7 a 4, utilizando la EVA. No obstante, no se encontró mejoría posterior a 48 horas post- infusión entre un grupo que recibió calcitonina y un grupo placebo. Los resultados podrían explicar que la calcitonina no tiene un efecto central 4. Capsaicina Los parches de capsaicina disminuyen la incidencia de DMF de 30 % a 70 % de la segunda a la séptima semana de la cirugía. Sin embargo, posterior a la séptima semana 25 los índices de dolor, al contrario, tendieron a aumentar, por lo que no se describen beneficios a largo plazo de estos 24. Cannabionoides Estimulan los receptores centrales cannabinoides CB2 y CB1. Los CB1 agonistas actúan a nivel de SNC, y participan en el procesamiento emocional del dolor, mientras que los CB2 agonistas actúan a nivel de SNP y se cree que interfieren en la modulación de la respuesta inflamatoria responsable del dolor neuropático 1. Los resultados han sido favorables, mostrando hasta un 50 % de reducción del dolor crónico. Sin embargo, son pocos los estudios debido a las limitantes legales de los cannabinoides en varios países. Los efectos adversos de tipo psiquiátrico son otra limitante de su uso, pero los resultados que han mostrado son prometedores 1. Tabla 2. Dosis recomendadas en el tratamiento de DMF Tratamiento Dosis Morfina oral 70 mg c/d, Dosis Máxima: 300mg c/d Ketamina Infusión IV: 0.4 – 0.5 mg/kg Memantina 30 mg/día VO Amitriptilina 125 mg/día VO Gabapentina 2.4 g/día Nota. Tomado de Malavera et al.4. 4.2. Tratamiento no farmacológico Entre estos se definen gran variedad de modalidades de tratamiento, entre los cuales están procedimientos tanto invasivos como no invasivos, cada uno con una explicación fisiopatológica propia. Antes bien, es importante mencionar que los métodos invasivos se consideran como última línea de tratamiento y que se deben utilizar únicamente en casos de dolor de alta intensidad, refractario a tratamiento 23. Terapia de espejo 26 La terapia de espejo busca reducir los cambios reorganizacionales que ocurren a nivel cortical en pacientes con DMF 24. Consiste en colocar un espejo frente al paciente a nivel de la línea media y que el paciente realice movimientos con la extremidad sana. La reflexión de los movimientos crea una ilusión de movilización no dolorosa del miembro amputado 23. Fue descrita por primera vez en 1990 por el Dr. Vilayanur Ramachandran, la teoría explica que el colocar el espejo y realizar movimientos con la extremidad sana crea en el cerebro del paciente una ilusión de movimiento que puede alterar la percepción del miembro amputado y colocarlo en posiciones no dolorosas. El espejo da una retroalimentación visual a la corteza, como si ambas extremidades se estuvieran moviendo de la misma forma. Se ha utilizado esta terapia durante muchos años y ha resultado ser efectiva en la reducción del dolor, pero aún faltan estudios grandes que la respalden 1. Los estudios recomiendan al menos cuatro semanas de tratamiento, realizando una sesión de cinco minutos, dos veces al día, con resultados prometedores en los scores de dolor como la EVA 24. Además, estudios con resonancia magnética demostraron que los amputados con DMF fueron incapaces de activar la corteza motora-sensitiva opuesta al miembro amputado cuando el miembro sano se movía frente al espejo y mostraron una relación entre el cambio del dolor después de la terapia y una reversión adecuada de la reorganización cortica disfuncional de la corteza somato sensitiva 24. Esta técnica tiene el beneficio que es por mucho las más barata y menos invasiva de las terapias para el DMF 21. Se ha descrito que la técnica fue efectiva en la disminución del dolor en un 93 % de los participantes, y en amputaciones bilaterales se ha aplicado el uso de movimientos de las piernas o brazos de otra persona a través de un espejo con resultados similares. Además, se demostró que la corteza somatosensorial vuelve a su configuración preexistente antes de la amputación después de meses de terapia adecuada 2. 27 En la actualidad, se ha intentado aplicar el mismo concepto de TE con técnicas de realidad virtual, en las que se observa el movimiento de miembro amputado a través de una pantalla 3D a través de un casco de realidad virtual, y un guante con sensores de movimiento a nivel del miembro sano. Tiene la ventaja de que se evita la visualización de movimientos incongruentes de ambas extremidades 24. Un estudio que utilizo realidad virtual en ocho pacientes demostró una reducción del dolor en siete de los ocho participantes, y cinco de estos mostraron una reducción del dolor mayor del 30 %, la limitante importante de esta técnica es el costo y el acceso limitado al equipo 2. Neuromodulación Estimulación nerviosa transcutánea (TENS) Consiste en pasar una corriente eléctrica pequeña a través de la superficie de la piel. Esta estimulación busca activar las fibras Aβ más grandes y mielinizadas. Se cree que esto disminuye la señalización a nivel de las fibras pequeñas del dolor y produce analgesia. Esta técnica mostró evidencia mixta en un estudio realizado por Cochrane 1. La terapia de Scrambler comparte el mismo concepto y aplicación, pero describe que la estimulación de las fibras C, nociceptivas, al excitarlas con estímulos de diferentes geometrías y duración, disminuyen su actividad y pueden producir analgesia, al igual que con el TENS. Al respecto, se han mostrado resultados mixtos 1. Estimulación con corriente directa transcraneal Aplica corriente directa a la corteza mediante la aplicación de dos electrodos ubicados a nivel del cuero cabelludo. Esto es una terapia experimental y no ha sido aprobada aún por la FDA. Demostró una reducción de un 41 % del DMF en los pacientes que se sometieron al procedimiento y mostró mejores resultados si se aplica en conjunto durante las sesiones de terapia de espejo 1. Estimulación magnética transcraneal 28 Estimula las neuronas de la corteza cerebral a través de un campo electromagnético producido por una placa ubicada a nivel del cráneo, sin necesidad de un procedimiento invasivo. En el manejo de DMF usualmente se utiliza la placa a nivel contralateral del miembro amputado en la corteza motora primaria24. Al respecto, se demostró que la terapia electromagnética puede liberar endorfinas a nivel de SNC con efecto analgésico 1. Además, se demostró una reducción del dolor en más del 30 % en pacientes con DMF y obtuvo buenos resultados a corto plazo; sin embargo, carece de evidencia significativa a largo plazo 1,24. Procedimientos invasivos Estimulación de la médula espinal Se lleva a cabo enviando pulsos eléctricos de alta frecuencia dirigidos a la médula espinal, mediante la colocación de un electrodo, ya sea a nivel torácico o cervical, dependiendo de cuál sea la extremidad afectada 23. El estímulo constante en la columna dorsal resulta en inhibición de las señales de dolor originadas de las fibras pequeñas no mielinizadas 1. Es un procedimiento invasivo que requiere una laminectomía y colocación de un electrodo a nivel del espacio epidural o en el ganglio de la raíz dorsal, por lo cual se reserva para pacientes con dolor de larga data que no han respondido a otras terapias, ya que posee todas las complicaciones asociadas a cualquier otro procedimiento quirúrgico de tipo neurológico. Se ha mostrado eficaz en varios estudios y es una técnica que data desde la década de los setenta 1. Estimulación directa de la corteza cerebral Se colocan una serie de electrodos a nivel intracraneal posterior a una craneotomía, se localizan usualmente afuera de la duramadre sobre la corteza motora primaria M1 y se coloca un generador de impulsos subcutáneo a nivel subclavio o abdominal 1. También, se han descrito procedimientos con electrodos que se ubican a nivel más profundo del encéfalo, como la región periventricular y periacuedutal. Sin embargo, aún se requiere 29 más evidencia para estas técnicas 1,24. Al igual que todo procedimiento invasivo se reserva como última opción de tratamiento 23. Uso de prótesis El uso de prótesis estéticas no funcionales puede ser un factor desencadenante de DMF, ya que pueden desencadenar mecanismos causantes de dolor crónico como reconstrucción cortical a no tener una retroalimentación sensorial de la extremidad perdida, por lo que los índices de rechazo a prótesis estéticas debido a dolor y a una inadecuada colocación son elevados 24. Existe una relación directa entre la funcionalidad de la prótesis y el alivio del dolor, en los últimos años se han hecho avances en mecanismos protésicos y se han desarrollado prótesis funcionales que facilitan movimientos por contracción y relajación de los músculos del miembro residual, siguiendo la teoría, de esta forma, se restablece una porción del feedback somatosensorial del miembro amputado, lo cual disminuye así la incidencia de DMF en comparación con prótesis no funcionales 24. 5. Amputación de miembro inferior El presente trabajo de investigación se centrará en la amputación de miembro inferior, ya que constituye la cirugía de amputación más frecuente, principalmente por sus causas, en su mayoría vasculares. Además de que tiene la incidencia más elevada de DMF 1. Como procedimiento la amputación de una extremidad se realiza con el fin de remover tejido isquémico, infectado o necrótico, para remover tumores irresecables de otra forma o como un procedimiento para salvar la vida del paciente posterior a una lesión tisular grave 25. 30 5.1. Causas Las amputaciones de miembro inferior en todo el mundo son en su mayoría de causa vascular en un 54 % de los casos; traumáticas, en un 45 %; seguidas de causas por malignidad, con un 2 % de los casos. Alrededor del mundo se amputan más hombres que mujeres y la diabetes constituye el factor de riesgo más común, presentándose en más de dos tercios de los pacientes amputados 23. Como dato estadístico en el mundo se amputan de 12 a 50 pacientes por cada 100 000 personas, con una tendencia al aumento en los próximos 15 años. Esto debido al envejecimiento de la población gracias a las mejoras en la sobrevida con los avances en tratamientos de las enfermedades crónicas 25. La amputación de miembro inferior es más frecuente que la amputación de miembro superior, debido a que en la mayoría de los casos se da por causas vasculares. Alrededor del 65 % de las amputaciones de miembro inferior son amputaciones mayores (las cuales se definen como amputaciones por encima del nivel tobillo) mientras que a nivel de miembro inferior solo un 8 % de estas son consideradas amputaciones mayores, por encima de la muñeca 23. El nivel de la amputación depende de la viabilidad del tejido blando circundante que se utilizara para cubrir el hueso residual 26. En la Tabla 3 se enumeran las principales indicaciones de amputación de miembro inferior. Tabla 3. Principales indicaciones de amputación Indicaciones de amputación de miembro inferior 1. Extremidad no salvable debido a Isquemia Critica Arterial 2. Trauma severo con abundante pérdida de tejido o lesión vascular 3. Infección severa (tejido, hueso u osteomielitis) 4. Tumores malignos irresecables de sistema musculoesquelético 5. Otros (gangrena por congelación, Enfermedad de Charcot, parálisis severa, Síndrome Compartimental) Nota. Tomado de Kulatapau et al. (25). 31 La diabetes constituye el factor de riesgo más importante para amputaciones de miembro inferior de causa no traumática, con una incidencia hasta diez veces mayor que la población general 25. Entre otros factores de riesgo podemos mencionar hipertensión, cardiopatía previa, enfermedad microvascular, amputación previa, úlceras vasculares y fumado 27. 5.2. Manejo preoperatorio En términos generales, las amputaciones conllevan un alto riesgo de mortalidad, especialmente en pacientes adultos mayores o con los factores de riesgo descritos. Las enfermedades cardiovasculares, en específico, el infarto agudo de miocardio constituye la causa más común de muerte post-amputación 25. La necesidad de una evaluación preoperatoria adecuada por parte de un anestesiólogo, cardiólogo, o ambos, constituye un paso fundamental y el paciente deber estar optimizado desde el punto de vista médico antes del procedimiento 26. Las complicaciones pulmonares complican el 5 % de los procedimientos y la enfermedad renal crónica en estadio avanzado se presenta en 0.6 a 2.6 % de los pacientes con amputaciones vasculares 25. Trombo profilaxis Se administra previo a amputación dependiendo de los riesgos del paciente. Al tener las amputaciones por encima del tobillo, existe mayor riesgo de complicaciones tromboembólicas, por lo cual esto se recomienda en todos los pacientes 25. Antibiótico preoperatorio Las infecciones de sitio quirúrgico son una complicación frecuente y el antibiótico preoperatorio debe aplicarse por la menos una hora antes de la incisión quirúrgica, sin importar la clasificación clínica de la herida. Los índices de infección de los pacientes que recibieron profilaxis antibiótica previo a cirugía son de 17 % versus un 38 % de los que no la recibieron 25. 32 En la Tabla 4, expuesta a continuación, se enumeran las recomendaciones de profilaxis antibióticas para la mayoría de las cirugías de amputación. Antes bien, cabe recalcar que en pacientes con amputaciones mayores infectadas y con datos francos de isquemia, se recomienda la antibiótico terapia de amplio espectro, de inicio previo a la toma de cultivos 25. La antibioticoterapia se mantiene por lo menos 24 horas posteriores al procedimiento y la duración es realmente un tema de discusión, pues depende de las características clínicas de la herida, su estado previo a la cirugía y la situación clínica del paciente 25,26. En términos generales, en pacientes con amputaciones mayores se recomienda mantener la antibioticoterapia por al menos cinco días posteriores al procedimiento 26. Tabla 4. Recomendaciones de profilaxis antibiótica previo a cirugía vascular en adultos Cirugía Patógenos comunes ATB Recomendado Dosis Intervalo Amputación de miembro inferior S. aureus Cefazolina 2 g IV 4 horas S. epidermidis O Vancomicina 15 mg/kg (máx.: 2g) Cada Día Bacilos Gram - O Clindamicina 900 mg IV 6 horas Nota. Tomado de Bratzler DW (27). Tabla 5. Tipos de amputación de miembro inferior. Tipos de amputación de miembro inferior Desarticulación de cadera Amputación transfemoral Desarticulación de rodilla Amputación transtibial Amputación de Syme (tobillo con conservación del cojín de apoyo) Amputación de Boyd (Tobillo conservando el calcáneo y el talón) 33 Amputación de Chopart (amputación transmetatarsiana) Nota. Tomado de Molina CS (27). 5.3. Complicaciones Las complicaciones son comunes e incluyen, complicaciones relacionadas con condiciones preexistentes cardiacas o pulmonares del paciente, así como otras asociadas al procedimiento quirúrgico y la herida quirúrgica 26. Complicaciones cardiopulmonares Causa común de morbimortalidad con una incidencia del 10 % de los pacientes para amputaciones vasculares. Entre ellas se encuentran arritmias, con una incidencia de 2.6 %; insuficiencia cardiaca congestiva, con 4.2 %; e infarto agudo de miocardio, con 3.4 %. Un 63 % de las muertes perioperatorias se deben a enfermedades cardiacas 25. Complicaciones de sitio quirúrgico Las complicaciones propias del sitio de amputación, como dehiscencia de herida, seromas, hematomas e infección, pueden ocurrir en un 12 % a 34 % de los pacientes con amputaciones por debajo de la rodilla, y en un 6 % a 16 % de los pacientes con amputaciones por encima de esta 26. Entre los factores de riesgo de complicaciones de la herida se encuentran: sepsis previa, síndrome compartimental, uso de glucocorticoides, enfermedad renal crónica, uso de tabaco y alcohol, revascularización previa, re-amputación, obesidad y amputaciones mayores distales 25.26. Trombosis venosa profunda Complica al 50 % de los pacientes que no reciben trombo profilaxis adecuada, con una incidencia mayor en cirugías por encima de la rodilla con un 37 % de los casos versus un 21 % de los pacientes con amputaciones por debajo de la articulación 25. 34 5.4. Mortalidad perioperatoria Se asocia en su mayoría con las condiciones médicas de base del paciente, así como con complicaciones infecciosas. Las tres causas de muerte más frecuentes son complicaciones cardiacas, específicamente infarto agudo de miocardio, neumonía y sepsis, el tromboembolismo también es una causa importante en pacientes encamados, principalmente en amputaciones más proximales 25.27. Anteriormente, se describía una mortalidad de casi el 40 % en pacientes para amputación vascular, sin embargo, estudios recientes demuestran que estos índices han disminuido con el tiempo. Actualmente, se habla de una mortalidad aproximada del 3 % - 18% de los pacientes, las cirugías por encima de la rodilla muestran una mortalidad del 11 % a 18 % versus un 9 % en las cirugías por debajo de la rodilla. Las amputaciones a nivel del tobillo o pie muestran la mortalidad más baja con un 2 % a 7 % de los casos 25. Entre los factores que aumentan la mortalidad se encuentran: edad mayor a 80 años, dependencia funcional, uso de esteroides, demencia y delirium, sepsis asociada, trombocitopenia, coagulopatías y enfermedad renal crónica. Los pacientes con niveles de creatinina basales elevados presenta un aumento en la incidencia de muerte del 62 % 25. Los pacientes con amputaciones traumáticas presentan menor mortalidad, probablemente porque en su mayoría son pacientes jóvenes sin otro tipo de comorbilidades. Usualmente, la mortalidad en estos se debe más a lesiones asociadas al trauma per se cómo trauma craneoencefálico, neumotórax o heridas abdominales 25,27. 6. Manejo anestésico 6.1. Anestesia general La escogencia de una modalidad anestésica adecuada es crítica en la optimización analgésica y durante el cuidado de los pacientes amputados, quienes frecuentemente se presentan a sala de operaciones con múltiples comorbilidades asociadas 28. 35 Una revisión sistemática realizada por Mufarrih et al. indicó que los riesgos de una anestesia general balanceada con invasión de la vía aérea en este tipo de paciente se asocian con un mayor riego de falla respiratoria transoperatoria, complicaciones asociadas a la ventilación mecánica y mayor riesgo de sepsis en comparación con otras técnicas anestésicas regionales como abordaje neuro axial o periférico 28. Sumado a esto, estudios que buscan una optimización de los índices de dolor crónico en pacientes amputados mostraron un aumento de la incidencia, o al menos, no muestran una mejoría en los scores de dolor crónico del muñón y DMF en pacientes que recibieron una técnica de anestesia general con analgesia estándar intravenosa en comparación con otras técnicas regionales que se describirán en el próximo apartado 29. Múltiples mecanismos contribuyen al elevado riesgo de sepsis en pacientes que reciben anestesia general en comparación con anestesia regional. Los pacientes que reciben AR presentan un aumento de flujo sanguíneo y una reducción de la respuesta inflamatoria secundaria al bloqueo simpático de la zona afectada, lo cual provoca vasodilatación con mejora en perfusión microvascular, oxigenación del sitio quirúrgico, y mejora la cicatrización de la herida. Esto puede contribuir a evitar el dolor de muñón, conocido factor de riesgo de DMF 1,28. De manera que, se recomienda, en la mayoría de los casos, el uso de técnicas regionales en pacientes para amputación de miembro inferior debido al menor índice de complicaciones respiratorias y sistémicas, además de proporcionar una analgesia y recuperación posanestésica más adecuada. Ello tomando siempre en consideración que muchos de estos pacientes pueden tener en su tratamiento esquemas de anticoagulación y antiagregación que compliquen o contraindiquen las técnicas regionales 28. La evidencia científica es fuerte en favor de las técnicas regionales para manejo de amputación de miembro inferior en comparación con la anestesia general por su menor incidencia de complicaciones, además de que las técnicas epidurales y regionales muestran mayor número de estudios a su favor para la prevención de DMF 28. 36 6.2. Anestesia espinal Los datos de estudios no son favorables sobre el uso de una anestesia espinal única con una sola dosis de fármaco intratecal y las recomendaciones siempre apuntan a dirigir el manejo de dolor hacia una técnica más prolongada que evite el dolor, tanto preoperatorio como postoperatorio, hasta tres días posteriores a la cirugía. Un estudio retrospectivo realizado por Sahin et al. comparando diferentes técnicas anestésicas en la prevalencia de DMF utilizó a 97 pacientes a los cuales se le aplicaron cuatro técnicas anestésicas distintas: anestesia general, anestesia espinal, anestesia epidural y anestesia regional, sin uso de técnicas combinadas. Luego se comparó, con datos de escalas de dolor, la incidencia de dolor crónico en estos. Los pacientes sometidos a técnicas epidurales y regionales mostraron menores índices de dolor en la semana posterior a la cirugía en comparación con las otras dos técnicas y presentaron una reducción de las sensaciones fantasmas que se mantuvo durante el primer mes del postoperatorio. Sin embargo, las diferencias no fueron significativas entre las técnicas a largo plazo en los 14 a 17 meses siguientes 29. Analizando estos datos la técnica espinal con una sola dosis, puede ser una mejor alternativa que la anestesia general por su menor número de complicaciones asociadas, pero no presenta algún beneficio para el paciente en el alivio del dolor postoperatorio. No obstante, puede utilizarse como estrategia combinada con técnicas epidurales o regionales 29. Un estudio de reporte de caso mostro una paciente en la cual se desarrolló dolor de miembro fantasma provocado, en teoría, por un bloqueo espinal en su tercera cirugía, y al pasar el bloqueo se mostró un aumento considerable del dolor con respecto a sus valores basales. Existe poca evidencia de que la recuperación posterior a un bloqueo espinal produzca episodios de DMF y se limita únicamente a pocos casos reportados, se cree que esto puede estar relacionado a factores psicológicos propios de cada paciente como la presencia de estrés y depresión previo al procedimiento 30. En conclusión, no existe evidencia científica significativa que justifique el uso de anestesia espinal única para prevención de dolor crónico, sin embargo, sí está justificado 37 su uso en técnicas combinadas espinal-epidural o espinal junto con catéteres perineurales 29. 6.3. Anestesia epidural Los estudios asociados al uso analgesia epidural en pacientes amputados como profilaxis de DMF datan de hace más de tres décadas. En 1994 Jahangiri et al. demostró que una infusión de bupivacaina, clonidina y morfina epidural tanto en el periodo perioperatorio como postoperatorio, mostraron una diferencia significativa en los índices de dolor a los siete días, seis meses y un año de la cirugía. Desde entonces se han publicado múltiples estudios buscando el beneficio de la analgesia epidural en el perioperatorio y los resultados han sido variables 31. La técnica epidural continua representando la técnica anestésica con más literatura en su favor y la que ha demostrado mejores resultados, además de ser la que cuenta con más estudios al respecto. Sin embargo, existe la limitación de que la cantidad de estudios para valorar su eficacia en la prevención de DMF es poca, y los estudios que han mostrado resultados positivos han utilizado en su mayoría poblaciones pequeñas, lo cual le resta fuerza a la evidencia científica a su favor, aun se requieren más estudios con poblaciones más significativas y con casos controles relevantes. En un estudio comparativo de casos y controles se evaluaron 65 pacientes separados en cuatro grupos distintos que recibieron diferentes técnicas de analgesia perioperatoria; a un grupo se le colocó una infusión de analgesia controlada por el paciente (PCA) con Fentanilo intravenoso 25 mcg, sin infusión basal, y a otro una analgesia epidural con una infusión Bupivacaina 0.2 % a 4-8 cc/hr, en ambos grupos se realizó la cirugía con anestesia epidural en bolos y se compararon los resultados con un grupo control que únicamente recibió anestesia general con analgesia intravenosa con AINES y Paracetamol. Los resultados demostraron una reducción del dolor y sensaciones fantasmas tanto a corto como largo plazo, con una incidencia de 29.4 % a los seis meses en comparación con un 82 % de la incidencia descrita en la literatura. Todas las intervenciones mostraron una reducción del dolor hasta cero en la escala de EVA en los 38 seis meses posteriores a la operación. El grupo que recibió únicamente técnicas epidurales mostró mejores resultados que el grupo con PCA, sin embargo, las diferencias no fueron significativas 32. Lo anterior, confirma que la optimización de la analgesia tanto en el periodo post- operatorio como trans-operatorio puede influir en la percepción del dolor y puede reducir la reorganización cortical que produce el DMF. El dolor peri-operatorio deber ser manejado en todos los niveles para prevenir el paso a dolor crónico que le permita al paciente volver a sus labores, disminuyendo su carga social y económica 31,32. Otros estudios han reportado que el bloqueo epidural perioperatorio sí es efectivo en la profilaxis de DMF, pero no lo abole completamente, por lo cual es indispensable un manejo multidisciplinario con otras técnicas para su tratamiento. Al respecto, Gehling et al. demostraron una reducción significativa del dolor en los 12 meses posteriores a la amputación, sin embargo, este no desaparece por completo, y más aún, el número de pacientes con dolor leve a largo plazo vs. dolor severo aumentó con el uso de técnicas epidurales durante la cirugía 33. Asimismo, es importante mencionar que la evidencia que existe con respecto a la profilaxis del dolor de miembro fantasma es mixta y controversial y se necesitan más estudios grandes para establecer un protocolo claro 34. En cuanto a ello, Ong et al. describió una mejoría con la analgesia inmediata y la primera semana en relación con las sensaciones fantasmas en pacientes que recibieron analgesia epidural. No obstante, concluyó que el beneficio a largo plazo no mostraba diferencias con pacientes que recibieron únicamente anestesia general 35. Además, Nikolajsen et al. Describió, en su estudio en 1997, en el que comparó el uso de una infusión de Bupivacaina 0.25 % con placebo, que el uso de analgesia epidural no previene el DMF 36. A pesar de que estudios más recientes han presentado resultados favorables sí hay que hacer énfasis en la necesidad de más investigaciones al respecto. En síntesis, de acuerdo con la literatura revisada, la evidencia científica no ha logrado demostrar el rol de la analgesia epidural como una estrategia preventiva de DMF a largo plazo, pero algunos estudios aleatorios han mostrado resultados prometedores. El uso de coadyuvantes como opioides, ketamina y calcitonina parecen mostrar evidencia de 39 mejora en la sintomatología, sin embargo, la evidencia no puede considerarse fuerte debido a la heterogeneidad de los estudios y la variabilidad de los resultados, lo cual refuerza la necesidad de realizar más pruebas aleatorias multicéntricas para establecer una evidencia clara de efectividad de este tratamiento 31. Coadyuvantes epidurales Ketamina Modelos animales han mostrado que en presencia de lesión nerviosa se da una activación del receptor NMDA en el proceso de sensibilización central que genera el dolor crónico. La modulación del impulso sensorial a la médula espinal al momento de la lesión nerviosa puede jugar un papel importante en la plasticidad neuronal y en la generación de dolor crónico como DMF. A partir de esta teoría se ha estudiado el uso de Ketamina en diferentes formas para evitar el desarrollo de dolor crónico, pero la vía IV tradicional no ha mostrado disminuir la incidencia de este 37. Al respecto, Wilson et al. comparó los resultados de dolor crónico utilizando dos grupos de pacientes con manejo epidural del dolor durante la amputación de miembro inferior; en un grupo se utilizó una infusión con Bupivacaina epidural únicamente y al otro grupo se le añadió una dosis de Ketamina de 3.3 mg/kg en infusión a 2-4 mg/hora. Ambos grupos presentaron una persistente disminución del dolor al año de la cirugía con respecto a la incidencia descrita en la literatura, sin embargo, las diferencias entre ambos grupos no fueron significativas. Cabe mencionar que el manejo del dolor postoperatorio durante las primeras semanas fue superior en el grupo que recibió Ketamina epidural 37. La hipótesis inicial de Wilson mencionaba que el bloqueo específico del receptor NMDA era necesario para reducir la sensación de dolor persistente por su acción en la sensibilización central y en múltiples eventos a nivel de la médula que suceden en situaciones de dolor crónico, por lo que estudios previos habían fracasado debido a un bloqueo inadecuado de este, con liberación masiva de glutamato al momento de la lesión neural 37. 40 La limitante de esta evidencia yace en que los resultados de este estudio no ejecutaron una comparación con un grupo control que no recibiera una infusión de anestésico local, sino que realizaron una comparación con resultados de la literatura obtenidos por Nikolajsen et al. 31,36, 37. La falta de grupos controles adecuados es una constante común en los estudios para profilaxis de DMF, sin embargo, se hace énfasis en la importancia de utilizar una técnica combinada epidural vs. anestesia general, por el mayor bloqueo sensorial producida por esta, que puede ayudar en el desarrollo de dolor crónico 37. Calcitonina La calcitonina es hormona compuesta por 32 aminoácidos secretada por las células para foliculares de la tiroides y es reguladora de la homeostasis de calcio. En años recientes se han descubierto sus usos analgésicos, tanto de forma intravenosa como epidural o intratecal. También, se cree que puede tratar de forma efectiva síndromes de dolor crónico como DMF, ya que afecta la liberación de endorfinas en las terminaciones serotoninérgicas 38. Por su parte, un estudio realizado por Yousef et al. comparó a 60 pacientes sin diferencias significativas en sus scores de dolor preoperatorio, y los calificó en dos grupos: en uno los pacientes recibieron una analgesia epidural con Bupivacaina, Fentanilo y Calcitonina con una dosis de 100 iu, y el otro grupo con analgesia epidural, únicamente con Bupivacaina y Fentanilo en infusión, y se mantuvo por dos días post-operatorios. Los resultados mostraron una mejora significativa en la intensidad del DMF en el grupo que recibió Calcitonina a los 6 y 12 meses postoperatorios, y un número importante de pacientes que recibieron únicamente Bupivacaina y Fentanilo desarrolló alodinia e hiperalgesia a los 12 meses de postoperado 38. La acción analgésica de la calcitonina es mediada por la unión a sitios específicos en la médula espinal y áreas supra-espinales, y se cree que tiene una función como modulador del dolor a este nivel. También activa receptores opioides delta y kappa y puede tener una función a nivel del sistema serotoninérgico que participa en las vías descendientes inhibidoras del dolor 38. 41 La calcitonina epidural ha mostrado resultados prometedores en la literatura reciente. No obstante, de momento, no hay evidencia extra que respalde el uso de calcitonina parenteral u oral en la prevención de DMF. Por tal motivo, se requieren estudios con muestras más grandes que soporten la evidencia demostrada hasta hoy de la calcitonina epidural, ya que el estudio realizado por Wilson utiliza una muestra relativamente pequeña y se requieren resultados en poblaciones más grandes para darle significancia a la evidencia científica 31. Dexmedetomidina Únicamente se identificó un estudio evaluando la función de los agonistas alfa 2 en el manejo de DMF, con resultados poco concluyentes. Al respecto, Ismail et al. realizó un estudio comparativo entre dosis de 5 mcg de Dexmedetomidina de uso intratecal vs. Fentanil de uso intratecal en un grupo de 90 pacientes para amputación de miembro inferior. Los resultados demostraron que el grupo que recibió Dexmedetomidina presentó un mejor control del dolor post-operatorio inmediato que el grupo control con Fentanil, sin aumento de efectos adversos hemodinámicos ni alteraciones del sensorio del paciente, con la limitante de que a la hora de evaluar la incidencia de DMF no se mostró una diferencia significativa entre ambos grupos a las cuatro semanas de la cirugía. Así pues, se requieren más estudios de tipo comparativo con controles como anestesia general y valorar su uso de forma epidural. También se ha descrito su uso perineural para mejoría de la analgesia en el paciente postoperado, pero no existen aún estudios que valoren la influencia de su uso epineural en la prevención de dolor crónico 39. Opioides Utilizados en gran medida para dolor agudo post-operatorio, con evidencia fuerte para uso tanto agudo como crónico y para tratamiento únicamente sintomático 1. Desde los primeros estudios para prevención de DMF se mencionó el rol de los opioides en analgesia perioperatoria, con mejores resultados sí son aplicados mediante el método de analgesia controlada por el paciente, con una infusión de fentanilo que se inicia 48 horas previas a la cirugía y se continua las 48 horas posteriores 31,32,36. En relación con 42 esto, Karanikolas et al. demostró buenos resultados con una dosis de 25 mcg de PCA, lockout a los 20 minutos, sin infusión basal 32. Existe evidencia de que el uso de opioides como coadyuvantes en analgesia epidural disminuyó la prevalencia de DMF a un año de la amputación 31. El uso de Tramadol es conocido a nivel mundial por sus efectos beneficiosos en el manejo de dolor agudo, pero no existe evidencia que demuestre su uso en la prevención de dolor crónico. En comparación con este, la morfina presenta mejor evidencia científica para dolor post-operatorio, con mejores resultados en cuanto a dolor, pero con efectos secundarios similares entre ambos 31. Tabla 6. Dosis recomendadas de coadyuvantes epidurales Nota. Tomado de Erlewin (24). 6.4. Anestesia regional La importancia de la anestesia regional en el manejo de dolor del paciente post-operado no se puede debatir, dado que se han realizado estudios en busca de probar que esa eficacia analgésica que presentan los bloqueos neurales se puede extrapolar a las incidencias de dolor crónico. Ahora bien, según se ha mencionado de forma reiterada en este trabajo, el DMF es de etiología multifactorial y su origen parece ser poco claro a pesar de su alta incidencia. La hipótesis que se maneja es que la inyección simple de un nervio periférico puede resolver las anormalidades corticales y periféricas causantes del dolor. Sin embargo, una vez que este bloqueo pasa, el dolor vuelve a aparecer, por lo que la técnica que consiste en una inyección única de un nervio periférico parece no ser efectiva en el manejo de DMF 40. Fármaco epidural Dosis epidural Fentanilo Infusión: 2mcg/cc a 4-8 cc/hr Morfina Infusión: 0.1 a 0.2 mg/h Ketamina 0.5 mg/kg en bolo inicial, infusión: 3.3 mg/kg/ Calcitonina Bolo de 100 uds preoperatorias y 100 c/d por 3 días 43 Los catéteres perineurales proporcionan un alivio del dolor post-operatorio significativo con evidencia importante a su favor, dado que su uso prolongado de forma postoperatoria, como estrategia preventiva de DMF, ha mostrado resultados positivos en múltiples estudios 39,40,41. Además, reducen el consumo de opioides en un 50 % sin cambios los scores de dolor, mortalidad hospitalaria, incidencia de DMF, o dolor del muñón en comparación con estos y su índice de complicaciones es bajo incluso en pacientes anticoagulados 31. No existe evidencia significativa que demuestre la efectividad de los bloqueos regionales de inyección única en la prevención de DMF, no se han reportado aún estudios al respecto que apoyen el uso de esta técnica. En su gran mayoría, la evidencia aboga por técnicas analgésicas más prolongadas. De igual manera, se necesitan más estudios comparativos entre diferentes tipos de bloqueo neural vs. grupos controles como puede ser la anestesia general con analgesia IV, así como también se recomendarían estudios comparativos entre diferentes bloqueos regionales 31. Siguiendo este pensamiento, se ha popularizado el uso de catéteres peri-neurales, los cuales proveen alivio postoperatorio y han mostrado en diferentes estudios resultados beneficiosos en la prevención de DMF. En este sentido, Borghi et al. describió que la colocación de un catéter fijo por un periodo de 30 días disminuyó la incidencia de DMF hasta un valor de 3 % y la incidencia de sensaciones fantasmas a 39 % en comparación con los datos estadísticos de la literatura 41. Asimismo, Ilifield et al. llevó a cabo un estudio en el cual se valoraron pacientes en los cuales ya el DMF se había establecido posterior a la amputación y se les inició un esquema de bloqueo continuo de nervio periférico durante seis días. A estos pacientes se les colocó un catéter regional, ciático o femoral, dependiendo del sitio de la amputación y se comparó con pacientes de un grupo control placebo que recibió únicamente suero fisiológico por el catéter y una dosis única de Lidocaína. Los resultados indicaron una disminución casi a cero de escala de dolor en los pacientes que recibieron la infusión durante la duración de esta. Una vez retirado el catéter se volvió a evaluar a los pacientes a las semanas y se encontró que en el grupo placebo los scores de dolor regresaron a sus niveles basales alrededor de las tres a cuatro semanas y en el grupo 44 de tratamiento se mantuvo con analgesia adecuada por más tiempo hasta que el dolor volvió a aparecer alrededor de los seis meses. Sin embargo, los scores de dolor siempre se mantuvieron por debajo de los del grupo placebo durante toda la investigación 40. En general, la mayoría de los estudios con catéter neurales presentan una mejoría en los índices de dolor a mediano y corto plazo, pero son poco concluyentes sobre su eficacia a largo plazo3 9,40,41. Infusión prolongada Hay evidencia de que una señalización errónea y anormal de las fibras cortadas puede tener un rol en los cambios a nivel del GRD que provocan un aumento de la excitabilidad de la médula y las regiones corticales a los estímulos dolorosos. La anormal actividad periférica que lleva a cambios en la médula y corteza puede sobreponerse al periodo perioperatorio, lo cual explicaría por qué técnicas como la anestesia espinal y regional con una sola dosis de medicamento suelen no ser efectivas en el manejo del DMF. Borghi et al. propone el uso de catéteres perineurales de infusión prolongada, incluso que abarquen el periodo postoperatorio después de que el paciente tiene el alta hospitalaria. De esta forma, se realizó un estudio con pacientes que fueron enviados a su hogar con un catéter con infusión continua de bupivacaina 0.5% de colocación femoral o ciática, se educó de forma adecuada a los pacientes en los cuidados del catéter y se evaluaron los resultados a largo plazo con scores de dolor. La infusión se descontinuó cada 7 días por 48 horas y en ese momento se evaluaba el dolor del paciente 42. De modo que, cuando se descontinuaba la infusión, en los primeros días postoperatorios, los pacientes reiniciaban con DMF de alta intensidad. No obstante, al cabo de las mediciones los scores de dolor fueron disminuyendo progresivamente, e incluso más de un 60 % de los pacientes no presentaron DMF para el final del protocolo de infusión, ni tampoco reportaron dolor en el seguimiento que se realizó al cabo de un año de la cirugía 42. Los datos de este estudio pueden demostrar que a pesar de que los procesos de reorganización central que se dan en el dolor crónico pueden sobrepasar el manejo inicial del dolor en pacientes amputados, el uso de catéteres por tiempo prolongado puede llegar a bloquear por completo esta actividad anormal y prevenir el DMF. A pesar de los 45 resultados positivos es difícil valorar una efectividad real de esta técnica debido a la falta de suficientes estudios con poblaciones más grandes 42. Al respecto, Infield et al. en 2023 valoraron a un grupo de pacientes que recibieron tratamiento con un catéter perineural por seis días con una infusión de ropivacaína 0.5 % posterior a la amputación. Además, se valoraron144 pacientes, de los cuales 57 % presentaron una mejoría en al menos dos puntos en la EVA a las cuatro semanas en comparación con un grupo placebo que recibió suero fisiológico con una reducción del dolor en 26 % de los casos. Un dato interesante de este estudio es que los pacientes que tenían dolor severo previo al procedimiento mostraron menos disminución del dolor con la aplicación del anestésico local, lo cual se explicaría con que al momento del procedimiento ya había cierta alteración central de la señal nociceptiva 43. Existe un único estudio reportado de tratamiento de DMF en pacientes con dolor ya previamente establecido, en el cual se evaluó la respuesta a la colocación de un catéter perineural durante un periodo prolongado, valorando la respuesta al tratamiento mediante scores de dolor a las 52 semanas del procedimiento. Así pues, Ilfield et al. utilizó como muestra en un estudio de casos y controles, a tres pacientes jóvenes entre los 25 y 47 años con un diagnóstico ya establecido de DMF de doce meses de evolución, a quienes se les colocó un catéter regional dependiendo del sitio de la amputación: femoral, ciaticopoplíteo y supraclavicular, respectivamente. De modo que, se inició la infusión con solución salina durante las primeras dos semanas, sin mostrar resultados importantes; posteriormente, se cambió la infusión a una de anestésico local con Ropivacaína a una velocidad variable, dependiendo del sitio de colocación. Los resultados fueron favorables, mostrando completa resolución del DMF en uno de los pacientes a las 52 semanas del tratamiento. Los dos pacientes restantes permanecieron con DMF, pero esto disminuyó considerablemente en su intensidad y recurrencia, pasando a ser episódica una vez por semana y con mejoría en la intensidad del dolor de más de 50 %. A pesar de lo anterior, se mantiene la indicación de que se necesitan estudios más grandes para tener conclusiones más sólidas 44. Así las cosas, todavía se requieren más estudios al respecto para considerar la evidencia de los catéteres perineurales en la profilaxis de dolor crónico como significativa. Aunque 46 el uso de estos por periodos más prolongados ha presentado resultados favorables, y la evidencia es prometedora, se necesita más investigación para establecer protocolos universales 42.43. Inyección única de anestésico local Existen muy pocos estudios que respalden el uso de una inyección única de anestésico local perineural previo a cirugía como una técnica que pueda ser utilizada sola para la prevención de DMF a largo plazo. No obstante, toda la literatura es concluyente de que los bloqueos regionales de inyección única poseen beneficios en otros aspectos de la recuperación posanestésica (NVPO, uso de opioides perioperatorios, dolor agudo posterior a cirugía) 45. En relación con esto, Makkar et al. llevaron a cabo un estudio con 30 pacientes para amputación traumática de miembro inferior, a quienes dividió en dos grupos: un grupo placebo con solución salina y otro que recibió una dosis de 20 ml de Ropivacaína al 0.75 % para un bloqueo ciático lateral previo a cirugía, a partir de lo cual se evaluó la respuesta a tratamiento a corto y largo plazo. A pesar de que los pacientes que recibieron el bloqueo mostraron una mejoría en los índices de dolor agudo y una mejor recuperación post- anestésica, no fue posible determinar una mejoría estadísticamente significativa en el DMF a largo plazo, ya que se presentó una disminución en la incidencia de dolor crónico de solo un 20 % entre los dos grupos analizados, sin diferencias significativas en la intensidad de dolor de ambos grupos. Al respecto, cabe mencionar que el grupo al que se le aplicó el bloqueo presentó una disminución leve en la frecuencia de episodios de dolor presentados a los seis meses posteriores al procedimiento; el autor establece que posiblemente esto se debe a que el bloqueo del nervio puede evitar la formación de neuromas a largo plazo 45. Bloqueos más utilizados 47 En esta sección se describen los bloqueos más utilizados para cirugía de amputación de miembro inferior en diferentes niveles. Se mencionará su técnica de aplicación con el uso del ultrasonido. Bloqueo femoral El nervio femoral constituye la mayor de las ramas del plexo lumbar, nace de las raíces L2 a L4 del plexo lumbar, posteriormente recorre el canal localizado entre el músculo psoas e iliaco hasta llegar al ligamento inguinal, donde se coloca por delante del músculo psoas hasta penetrar en el muslo. A nivel del triángulo femoral este se coloca lateral a la arteria femoral y posterior a esto se divide en dos ramas principales: la rama superficial que va a inervar la cara anterior y medial del muslo y los músculos sartorio y pectíneo, así como la superficie articular del acetábulo; luego, la rama profunda va a inervar la piel de la parte medial de la extremidad inferior, dando una rama terminal sensitiva conocida como el nervio safeno, también inerva el músculo cuádriceps y la articulación de la rodilla en su cara antero medial 46. Ahora bien, para la técnica de visualización ultrasonográfica se utiliza como referencia anatómica el triángulo femoral, el cual se encuentra delimitado por el ligamento inguinal, músculo sartorio y músculo aductor mediano, respectivamente. A este nivel se localiza la arteria femoral como un vaso pulsátil, y lateral a esta el nervio se identifica como una estructura triangular superficial al músculo iliopsoas. De esta forma se introduce la aguja ecogénica con técnica coplanar o fuera de plano y se inyecta anestésico local en la cercanía del nervio posterior a penetrar la fascia iliaca. En un paciente adulto un volumen de 10 ml a 15 ml de anestésico local es suficiente para un bloqueo nervioso exitoso 46. Bloqueo safeno Constituye una rama distal del nervio femoral, inerva la superficie media de la pierna distal hasta la articulación del tobillo, dando ramas sensitivas para la articulación de la rodilla como el nervio infra patelar. 48 El nervio se puede abordar a nivel del canal de los aductores, el cual contiene la arteria femoral superficial y el nervio mencionado. Está delimitado superficialmente por el músculo sartorio, antes por el músculo vasto medial y luego por el aductor mayor, y se puede localizar a la mitad del muslo. La colocación de 10 ml a 20 ml de anestésico local resulta adecuada para obtener un nivel anestésico óptimo 47. Bloqueo ciático El nervio ciático es el nervio más grande del cuerpo, se origina de la rama ventral de las raíces nerviosas L4 a S3 del plexo lumbosacro, las cuales se fusionan en la superficie anterior del sacro lateral. El nervio ciático sale de la pelvis a través del gran foramen ciático, justo debajo del músculo piriforme hasta pasar entre el trocánter mayor del fémur y la tuberosidad isquiática. El nervio ciático inerva el fémur distal, rodilla, pierna y pie a través de sus ramas terminales, el nervio peroneo común y el nervio tibial, su división ocurre en la mayoría de los casos a nivel de la fosa poplítea, sin embargo, se ha descrito una variabilidad importante en el sitio de división de este en diferentes poblaciones 47. Así pues, su abordaje anestésico se puede realizar tanto a nivel proximal, en la región trans-glútea o sub-glútea, como distal, a nivel de la fosa poplítea dependiendo del tipo de procedimiento a ejecutar. Para un abordaje trans-glúteo el nervio se visualiza a nivel de la nalga, entre la tuberosidad isquiática y el trocánter mayor del fémur, profundo al músculo glúteo mayor. Para el abordaje sub-glúteo, el transductor de ultrasonido se moviliza hacia dist