NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 73 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico en América Latina Luis Rosero-Bixby* Resumen Sobre la base de muestras probabilísticas de 12.000 adultos de ocho países latinoamericanos, se estudian dos dimensiones del capital social —la participación comunitaria y la confianza en los vecinos— y su relación con la urbanización, la fecundidad, la emigración y la delincuencia. El propósito del análisis es determinar si el capital social influye en las diferencias de comportamiento demográfico que presenta la población urbana. De los datos se desprende que el capital social disminuye claramente con la urbanización, aunque la población urbana pobre presenta una participación comunitaria levemente mayor. Se observan claros gradientes de mayor delincuencia y menor capital social vinculados con la urbanización, mientras que las relaciones del capital social con la fecundidad y la emigración son menos claras, y se restringen a ciertas subpoblaciones. La población urbana pobre no muestra un comportamiento demográfico significativamente distinto del previsible dadas sus características constitutivas y espaciales. * Centro Centroamericano de Población (CCP), Universidad de Costa Rica. Agradecimientos Mitchell A. Seligson autorizó el uso de los datos usados en el presente estudio e hizo valiosas sugerencias. Andrea Collado prestó asistencia en la investigación. La Fundación Andrew W. Mellon apoyó este estudio en el marco de una donación al CCP (Universidad de Costa Rica). Las encuestas en los ocho países estuvieron a cargo de equipos nacionales y se financiaron con fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). 03 Rosero 31-8-06.indd 73 31/8/06 11:36:02 74 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico... Abstract Social capital, urban settings and demographic behaviour in Latin America Based on probabilistic samples of 12,000 adults in eight Latin American countries, this article studies two dimensions of social capital — community participation and trust in neighbours — and their relation with urbanization, fertility, out-migration and crime. It aims to determine whether social capital explains some of the differential demographic behaviour of urban populations. The data show that social capital clearly declines with urbanization, although the urban poor show slightly higher community participation. There is a clear gradient of increased crime and reduced social capital related to urbanization. The relationship between social capital and fertility and emigration is less clear and often restricted to certain sub-populations. The demographic patterns of the urban poor are not significantly different from expected, given the group’s compositional and spatial characteristics. Résumé Capital social, établissements urbains et comportements démographiques en Amérique latine Sur la base d’échantillons probabilistiques de 12 000 adultes de huit pays latino-américains, cet article aborde deux dimensions du capital social, à savoir la participation communautaire et la confiance entre voisins, et leur relation avec l’urbanisation, la fécondité, l’émigration et la délinquance. Cette analyse a pour but de déterminer si le capital social a une influence sur les différences de comportement démographique que présente la population urbaine. Les données obtenues indiquent que le capital social enregistre une nette diminution dans le contexte de l’urbanisation, même si la population urbaine pauvre présente une participation communautaire légèrement supérieure. Elles font également apparaître des gradients évidents d’augmentation de la délinquance et de la diminution du capital social associés à l’urbanisation, alors que les relations entre le capital social et la fécondité et l’immigration sont plus floues et se limitent à certains sous-groupes de population. La population urbaine vivant dans la pauvreté n’affiche pas un comportement démographique sensiblement différent de celui qui était prévisible en raison de ses caractéristiques constitutives et spatiales. 03 Rosero 31-8-06.indd 74 31/8/06 11:36:02 NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 75 I. Introducción El concepto de capital social ha adquirido especial importancia en una gran variedad de disciplinas de las ciencias sociales. En los célebres estudios de Bourdieu (1986), Coleman (1988) y Putnam (1993) se postula que el capital social —es decir, las redes sociales, la reciprocidad y la confianza mutua, así como su valor para lograr fines comunes— es clave para comprender, entre otros procesos, el desarrollo económico, la democracia, la salud de la población y la delincuencia. Sin embargo, no se sabe demasiado acerca de la relación entre el capital social y el comportamiento demográfico, particularmente en lo que respecta a las decisiones de tener hijos y de migrar. En este artículo se analizan los siguientes postulados, basados en datos de ocho países de América Latina: i) a menudo, la urbanización produce una pérdida de capital social, aunque en el caso de la población urbana pobre la situación puede ser diferente; ii) la urbanización está frecuentemente ligada a tasas bajas de fecundidad, y a mayores coeficientes de emigración y de mortalidad por violencia y accidentes, y iii) aunque ciertos “efectos” de la urbanización puedan ser de composición —esto es, inherentes a la educación, el ingreso y la ocupación de las personas, entre otros factores— algunos otros pueden deberse a características intrínsecas de los asentamientos urbanos, entre las que se cuentan la facilidad de acceso a ciertos lugares y servicios, así como el modo particular de relacionarse y de acumular capital social de los vecinos en la zonas urbanas. En el gráfico 1 se resumen las relaciones en que se enmarca el presente estudio. Gráfico 1 URBANIZACIÓN, CAPITAL SOCIAL Y DEMOGRAFÍA: DIAGRAMA DE CAUSALIDAD Composición de la población • Educación • Ingresos • Etc. DEMOGRAFÍA Acceso a bienes URBANIZACIÓN • Fecundidad y servicios • Migración • Mortalidad CAPITAL SOCIAL Interacciones Fuente: Elaboración propia sobre la base de encuestas del proyecto Latin America Public Opinion Project (LAPOP). 03 Rosero 31-8-06.indd 75 31/8/06 11:36:02 76 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico... El principal propósito de este artículo es estudiar la relación entre el capital social y la demografía en el contexto de América Latina y, sobre todo, examinar si la urbanización afecta al capital social y si este es uno de los mecanismos que explican los diferenciales de las variables demográficas relacionados con la urbanización. Asimismo, en el estudio se analiza si la población urbana pobre se caracteriza por un acervo diferente de capital social, y la medida en que estas diferencias se traducen en un comportamiento demográfico particular del grupo. 1. Concepto de capital social El concepto de capital social es nuevo y antiguo a la vez, dado que deriva de la idea de “cohesión social” concebida por Durkheim (1897) a fines del siglo XIX, que se refiere a la ausencia de conflictos sociales latentes y a la presencia de fuertes lazos sociales. En una sociedad con un alto grado de cohesión abunda el apoyo moral mutuo, de modo que los individuos —en vez de quedar librados a sus propios recursos— comparten la energía y el apoyo colectivos una vez que los propios se han agotado (citado por Kawachi y Berkman, 2000, p. 175). En la década de 1970, en los estudios paralelos de Bourdieu, Coleman y Putnam se introduce explícitamente el concepto de capital social, por analogía con los conceptos de capital físico y humano, con el fin de revalorizar las relaciones sociales. No es el propósito de este artículo debatir las diferencias entre las concepciones de capital social de estos y otros autores sino rescatar denominadores comunes. En un sentido amplio, el capital social está relacionado con el valor de la confianza y las redes sociales. Como expresó Putnam (2001), la idea central del concepto de capital social es que las redes y las correspondientes normas de reciprocidad tienen un valor. Por ende, el capital social es una característica de las organizaciones sociales que facilita la coordinación y la cooperación, orientada al beneficio mutuo; se trata de personas actuando en conjunto en pos de objetivos comunes (Putnam, 1993). Para Bourdieu (1986), el capital social es el conjunto de recursos vinculados a la posesión de una red duradera de relaciones de conocimiento y reconocimiento mutuo, institucionalizadas en mayor o menor medida. Según Coleman (1988), el capital social se relaciona con niveles de confianza y con el alcance de las obligaciones, normas y sanciones reales, así como con los canales de información. Para Portes (1998), autor que con frecuencia ha sido crítico con los debates sobre capital social, este representa la capacidad de lograr beneficios mediante la pertenencia a redes y otras estructuras sociales. En América Latina se han realizado estudios teóricos acerca del concepto de capital social y su importancia, sobre todo en relación con las condiciones de pobreza y las políticas para combatirla, así como estudios de corte antropológico sobre el uso y la formación de capital social en los casos de la población urbana pobre, los jóvenes, las mujeres, los campesinos y otros grupos (Atria y otros, 2003; Lomnitz, 1988; Arriagada, 2005; McIlwaine y Moser, 2001). 03 Rosero 31-8-06.indd 76 31/8/06 11:36:02 NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 77 2. Vínculos con la demografía Existe una considerable cantidad de publicaciones en las que se relaciona el capital social con la migración. En la mayor parte se hace hincapié en el capital social que representan las redes de migrantes y los individuos que facilitan la migración en los lugares de origen y destino (Hugo, 1981; De Jong, 2000; Massey y Espinosa, 1997; Palloni et al., 2001). A menudo, en estos documentos se muestra que los lazos sociales facilitan en forma directa la migración, ya que suponen una reducción de los costos y riesgos del desplazamiento y un aumento de los beneficios netos previstos. Estos brindan acceso a un importante capital financiero (empleo en el extranjero), que se traduce en la posibilidad de acumular ahorros en el exterior y enviar remesas al país de origen (Palloni et al., 2001). Por ende, según estos estudios, el capital social es un factor que favorece la migración y crea una especie de retroalimentación autónoma, que perpetúa el proceso por una causalidad acumulativa (Massey y otros, 1994). Vale la pena hacer notar que en esta literatura se da por sentado que existe un objetivo social común, esto es, una migración exitosa. Sin embargo, cabría plantearse una situación en la que el capital social en el lugar de origen pudiera reducir la presión a favor de la emigración, por medio del apoyo a las personas que se quedan en el país. El resultado, en este caso, sería la permanencia en la comunidad. También es posible concebir una situación en la que el capital social en el país de destino fuera una trampa que creara guetos y redujera la asimilación (Brenes, 2005; Portes y Sensenbrenner, 1993). En conclusión, el capital social podría ser una fuerza positiva o negativa en lo que respecta a la migración, según los objetivos que se compartan en las redes. También existe una abundante cantidad de publicaciones en las que se sugiere que el capital social reduce la delincuencia y la violencia, las principales causas de muerte de los adultos jóvenes, y mejora la salud de la población. En la mayor parte de estos estudios se asigna especial interés a las diferencias espaciales en materia de mortalidad y salud que no parecen fundarse en características constitutivas. El capital social es una construcción explicativa fundamental en el libro ampliamente citado de Wilkinson (1996) sobre desigualdad y salud. En dicho estudio, las diferencias geográficas en materia de salud parecen explicarse en gran medida por las desigualdades sociales y en materia de ingresos relativos más que absolutos. Wilkinson demuestra que los países que presentan mejores indicadores de salud no son los más ricos sino aquellos que registran la menor disparidad de ingresos, y que las sociedades igualitarias tienen un mayor grado de cohesión, es decir, más capital social. Según el estudio, las desigualdades socavan las redes sociales, lo que conlleva un aumento de la delincuencia y reduce la salud y el bienestar de la sociedad en general. Kawachi y otros (1997) brindan pruebas empíricas para estos planteos, al presentar una marcada correlación 03 Rosero 31-8-06.indd 77 31/8/06 11:36:02 78 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico... entre mortalidad, desigualdad y capital social en los estados de Estados Unidos. Macintyre y Ellaway (2003) sostienen que tanto “quién se es” como “dónde se está” explican las variaciones geográficas en materia de salud. Sampson (2003) complementa esta observación con el postulado de que los aspectos colectivos de la vida vecinal, la cohesión social, la difusión espacial, las redes de apoyo y el control social informal —aspectos de las teorías del capital social— son la raíz de los “efectos de los vecindarios” en la salud. Asimismo, en Sampson y otros (1997) se señala que la “eficacia colectiva” es el aspecto clave del capital social que incide en las tasas de delincuencia y en la salud pública. Este argumento coincide con el estudio fundamental de Granovetter (1973), en el que se subraya la importancia de los “lazos débiles” para explicar las influencias de una red. La erosión del capital social inherente a la migración del campo a la ciudad y en los sectores urbanos pobres de América Latina se ha vinculado con el problema del incremento de la violencia en la región (McIlwaine y Moser, 2001). Es más difícil encontrar investigaciones sobre los vínculos entre capital social y fecundidad. En un cierto sentido, las explicaciones difusionistas o fundadas en la interacción social de la adopción de métodos de control de natalidad reconocen de manera implícita la importancia de las redes sociales y el capital social como factores capaces de acelerar la transición de la fecundidad (Rosero-Bixby y Casterline, 1994; Montgomery y Casterline, 1996; Bongaarts y Watkins, 1996). En sociedades con mayor grado de cohesión e integración se facilitan los efectos de difusión e interacción, de manera que estas evolucionan más rápidamente de altos a bajos niveles de fecundidad. Sin embargo, esta explicación es pertinente solo en los casos en los que el control de la natalidad es una innovación y su difusión un objetivo común que el capital social facilita. Tras completar la transición de la fecundidad, las sociedades caracterizadas por tasas bajas de fecundidad, que registran infecundidad no deseada en vez de fecundidad no deseada, el efecto del capital social en la fecundidad puede ser positivo. Esto podría deberse en parte a una causalidad inversa, según la cual las parejas tienen hijos como medio de incrementar su capital social. De acuerdo con Schoen y otros (1997), el valor social de los niños es un factor destacado en la decisión de tener hijos. Astone y otros (1999) también postulan que la formación de parejas sexuales, el nacimiento y la crianza de hijos se encuentran entre las principales formas de invertir en capital social. Pero la causalidad también puede ser la opuesta, y caracterizarse por redes sociales que son una fuente de recursos que reducen el costo de tener hijos, especialmente en condiciones difíciles. De datos de Rusia, Bulgaria, Hungría y Polonia se desprende que la presencia de al menos un miembro de la red dispuesto a colaborar tiene un efecto positivo en la intención de las mujeres de tener un segundo hijo (Bühler y Fratczak, 2004, p. 13). El acceso al capital social también puede reducir los conflictos entre trabajo y familia de las madres solteras y facilitar la maternidad (Ciabattari, 2004). 03 Rosero 31-8-06.indd 78 31/8/06 11:36:03 NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 79 Pese a lo anterior, hay otra conexión posible entre capital social y fecundidad: las redes sociales y la cohesión pueden actuar como factor disuasivo del embarazo adolescente, sobre todo en un contexto en el que la incidencia de este es alto y los vecindarios se encuentran socialmente desorganizados (Gephart, 1997; Sucoff y Upchurch, 1998; Upchurch y otros, 1999). No se conocen estudios que vinculen capital social con fecundidad en América Latina. 3. Urbanización y capital social “Nueva York es un desierto espléndido, una soledad condenada y llena de torres, en la que un extraño se encuentra solitario entre un millón de su raza”, escribió Mark Twain en 1867 (citado por Putnam, 2000). El capital social es claramente más bajo en una ciudad grande que en los pueblos pequeños. Según Putnam, es bastante menos probable que los residentes de un área metropolitana asistan a reuniones públicas, participen activamente en organizaciones comunitarias, vayan a la iglesia, firmen una solicitud, se presenten como voluntarios, se reúnan en un club, trabajen en proyectos comunitarios o, incluso, visiten a amigos. Los habitantes de una metrópoli están menos comprometidos debido al lugar en el que se encuentran y no a quiénes son. En cierta forma, vivir en una aglomeración metropolitana importante debilita el compromiso cívico y el capital social (Putnam, 2000). Algunas características de los asentamientos urbanos que pueden entrañar la pérdida de capital social son la diversidad, la movilidad de la residencia y la migración, que socavan las bases para la cooperación en los vecindarios (Montgomery y otros, 2003). Resulta paradójico que el aumento de la proximidad y de la densidad de la población propio de las ciudades haya provocado una reducción y no un aumento de la densidad de los vínculos sociales. El anonimato y la libertad son características positivas de la vida en las ciudades, pero también se reflejan en una disminución del capital social. La pérdida de capital social ampliamente observada en las ciudades grandes de los países desarrollados ¿se repite en el contexto de América Latina? ¿Qué sucede con la población urbana pobre? El propósito de este artículo es dar respuesta a estas preguntas, como primer paso para determinar si las diferencias de comportamiento demográfico de la población urbana obedecen a esta pérdida y en qué medida. 4. Cálculo del capital social Dado que el capital social es un concepto abstracto y relativamente nuevo, no existe un consenso acerca de la metodología para medirlo de manera objetiva como sucede con el capital físico, financiero e, incluso, humano. El problema de aplicar este concepto en la práctica responde en parte a su novedad y a la vaguedad de su definición (Schuller y otros, 2000, p. 26). En estas condiciones, la cuestión 03 Rosero 31-8-06.indd 79 31/8/06 11:36:03 80 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico... de la validez es real, aunque difícil de resolver. Cabe preguntarse si el indicador que se elija mide lo que se pretende, dado que no hay parámetros de referencia disponibles para verificar la validez del capital social. Una opción adecuada es seguir el ejemplo y emplear los indicadores más usados por otros investigadores. Este enfoque presenta la ventaja adicional de que permite hacer comparaciones. En casi todas las principales investigaciones en este ámbito se miden las siguientes dos dimensiones del capital social: i) la confianza y la solidaridad entre los ciudadanos, y ii) la densidad de la pertenencia a asociaciones. Estas se definieron y usaron en el célebre estudio de Putnam (1993) acerca de la democracia en Italia. Inglehart (1997) también las empleó, desde la primera ronda de la encuesta mundial de valores, así como Kawachi y otros (1997), que tomaron los datos de las encuestas realizadas en Estados Unidos por el National Opinion Research Center de 1986 a 1990. Los indicadores correspondientes se incluyeron, junto con dos dimensiones más, en la Encuesta Social Europea 2002- 2003, realizada en 21 países (Fernández y otros, 2004) y entre las seis dimensiones de la propuesta, elaborada por un grupo de investigadores del Banco Mundial, de un cuestionario integrado para medir el capital social (Grootaert y otros, 2003). Varios investigadores coinciden en reconocer la importancia, para la medición del capital social, de su carácter colectivo. En contraste con el capital humano, aquel no está en los individuos sino que es social, es una característica ecológica del colectivo y que debe medirse en el agregado (Kawachi y Berckman, 2000). II. Datos y métodos Los datos analizados provienen de 12.000 entrevistas realizadas según muestras probabilísticas de adultos en seis países de Centroamérica —Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá— y en México y Colombia en marzo de 2004, en el marco de un estudio de valores democráticos que llevó a cabo el Latin American Public Opinion Project (LAPOP), de la Universidad de Vanderbilt [en línea: http://www. lapopsurveys.org]. La muestra es de alrededor de 1.500 personas por país y representa la población de adultos en edad de votar, esto es, a los ciudadanos de 18 y más años de edad, excepto en Nicaragua, donde la edad mínima para votar es 16 años, de modo que se excluyó de los análisis a los 120 nicaragüenses menores de 18 años. El estudio se realizó sobre la base de un cuestionario y un diseño de muestra comunes, aunque cada país tuvo la posibilidad de incluir preguntas especiales sobre temas de interés propio. Todas las muestras correspondieron a un diseño probabilístico estratificado polietápico, con cuotas por edad y sexo a nivel de los hogares (Seligson, 2005). Dados los objetivos de las encuestas, estas carecen de indicadores refinados 03 Rosero 31-8-06.indd 80 31/8/06 11:36:03 NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 81 de comportamiento demográfico y, en menor medida, de capital social. Sin embargo, presentan la ventaja de la comparabilidad, gracias a que comparten el diseño muestral y cuestionario y se realizaron en el mismo período. 1. Indicadores demográficos El indicador de fecundidad empleado corresponde al número de hijos de los encuestados de 18 a 39 años de edad de ambos sexos. La exclusión de los mayores de 40 años permite reflejar la natalidad reciente. En el cuestionario no se hicieron preguntas tendientes a mejorar la precisión de estos datos por medio del registro de la mortalidad infantil y la adopción como es habitual en las encuestas demográficas. Estas omisiones son distorsiones menores propias de un indicador bruto de la fecundidad, que es necesario tolerar. Existen dos indicadores de emigración disponibles en estas encuestas: i) la intención de emigrar con destino a Estados Unidos en los próximos tres años de los encuestados de 18 a 39 años (se excluye a los mayores de 40 años, dado que es probable que la pregunta no sea relevante en su caso, en virtud de las muy bajas tasas de migración a esas edades) y, ii) si la familia recibió remesas en el último año. En este artículo, estos se emplean como indicadores representativos de la emigración. En esta fuente de datos no hay indicadores directos de mortalidad. En su lugar, en este estudio se presta especial atención a la delincuencia y la violencia, que es la causa de muerte más importante de los adultos jóvenes y tiene proporciones de epidemia en América Latina (Roberts, 1997). El indicador de delincuencia disponible en la encuesta es haber sido víctima de violencia en el último año. Tres de estas cuatro variables dependientes son de respuesta binaria y se modelaron con el método de regresión logística. El indicador de fecundidad se expresa siempre como un número entero positivo, modelado de acuerdo con una distribución de Poisson. En lo que respecta a la urbanización, los encuestados se clasificaron en tres categorías según los siguientes lugares de residencia: i) áreas metropolitanas (28%); ii) otras ciudades (33%), y iii) áreas rurales (39%). Las áreas metropolitanas corresponden a las capitales de los países y a las ciudades de más de un millón de habitantes, a saber: Guadalajara, Monterrey, Ciudad Juárez y Puebla en México, San Pedro Sula en Honduras y Medellín, Cali y Barranquilla en Colombia. Se definió el grupo “pobres urbanos” por medio de un índice de riqueza disponible en las encuestas, esto es, la suma de la presencia de 14 elementos en el hogar (que arrojó un promedio de 5,1, con un mínimo de 2,9 en Nicaragua y un máximo de 7,7 en Costa Rica). Se consideran “pobres urbanos” quienes presentan un índice de riqueza menor a 5. Este segmento representa, en promedio, el 18% de la población de los ocho países estudiados, y va de un mínimo de 2% en Costa Rica a un máximo de 37% en Nicaragua. 03 Rosero 31-8-06.indd 81 31/8/06 11:36:03 82 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico... 2. Indicadores de capital social Se midieron las dos dimensiones del capital social de cada encuestado, sobre la base de: i) una escala de participación en las organizaciones comunitarias, y ii) un indicador de confianza y desconfianza entre vecinos. Para reflejar el hecho de que el capital social es una construcción colectiva, en el artículo no se emplearon directamente los índices correspondientes a cada encuestado sino un promedio de cada conglomerado del muestreo. Los conglomerados comprendían una media de 9 encuestados, con un mínimo de 5 y un máximo de 23. Al promediar los indicadores por conglomerado se excluyó a la persona a la que correspondía el índice, de modo que el promedio es el de los otros adultos del conglomerado. De esta manera se evitó la endogeneidad o causalidad inversa —por ejemplo, que la desconfianza respecto de los vecinos pueda resultar de haber sido víctima de un delito— ya que no se considera la desconfianza de la víctima sino la de los vecinos. La encuesta abarca 11 elementos que permiten medir la frecuencia de la participación en la sociedad civil (5 elementos) y formas de contribución activa (del tipo sí o no) a la solución de problemas comunitarios en el año anterior (6 elementos). Después de normalizar las respuestas, hacer un análisis factorial y calcular el coeficiente alfa de Cronbach, se estableció una escala óptima de participación comunitaria, sobre la base de seis elementos. El coeficiente alpha de la escala es 0,87, lo que denota un alto grado de validez interna. Los seis elementos que integran la escala —que va de 0 a 0,89— y cuyo promedio y desviación estándar son 0,22 y 0,14, tras promediar por conglomerado, son los siguientes: • frecuencia de la asistencia a un comité de fomento de la comunidad; • haber trabajado para resolver un problema de la comunidad; • haber donado dinero o materiales; • haber aportado trabajo personal, manual u otro; • haber asistido a reuniones comunitarias; • haber colaborado en la organización de un grupo comunitario de solución de problemas. La pregunta clásica para medir la confianza, empleada en estas encuestas es: “Ahora, hablando de la gente de aquí, ¿diría que la gente de su comunidad es: (1) Muy confiable (2) Algo confiable (3) Poco confiable (4) Nada confiable?”. Un detalle importante es que esta pregunta se refiere a la comunidad o vecindario, mientras que en otras encuestas suele referirse a todo el país. Por ende, la pregunta no se refiere a las personas en general sino a las que integran la comunidad. Este cambio se reflejó en mayores grados de confianza que los arrojados por encuestas anteriores en América Latina y otras regiones. El porcentaje de los encuestados 03 Rosero 31-8-06.indd 82 31/8/06 11:36:03 NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 83 que confía en la gente (que declara que sus vecinos son muy o suficientemente confiables) va de un elevado 77% en Costa Rica a un reducido 50% en Nicaragua. En comparación, el promedio correspondiente a 21 países de Europa es 37%, con un máximo del 75% en Dinamarca y un mínimo del 18% en Polonia (según cifras de la Encuesta Social Europea 2002-2003, citadas en Fernández y otros, 2004, cuadro 3). Los encuestadores plantearon otras dos preguntas a menudo usadas en otros estudios: • Si, en la mayoría de los casos, las personas se preocupan solo por sí mismas o tratan de ayudar a los demás, y • Si, en la mayoría de los casos, las personas intentarían o no aprovecharse de alguien si tuvieran la oportunidad. Estas dos preguntas, que no se refieren exactamente a la confianza sino a la solidaridad de la gente y a su honestidad, arrojaron resultados similares a los de Europa. Acerca de la posibilidad de que la mayor parte de las personas sean serviciales se pronunció favorablemente un 34% en América Latina, cifra idéntica a la de Europa, mientras que acerca de la posibilidad de que la mayor parte de la gente sea honesta, el promedio de América Latina fue del 35%, en comparación con un 47% en Europa. Estos tres elementos no constituyen una escala confiable (el coeficiente alfa de Cronbach es de 0,52), pero esto no es realmente una novedad, ya que la confiabilidad de la escala de la mayoría de las encuestas en las que se han incluido estas preguntas es baja. Hay un nutrido grupo de encuestados (alrededor del 60%) que dio respuestas contradictorias o ambivalentes en alguna medida. Por ejemplo, un 36% dijo que los vecinos eran muy confiables o suficientemente confiables y también que la gente intentaba aprovecharse de los demás. Por el contrario, un 9% declaró que los vecinos no eran confiables y, paradójicamente, que la gente no intentaba aprovecharse. Dadas estas incertidumbres, en el presente artículo se creó un indicador de confianza y falta de confianza, sobre la base de únicamente tres categorías: • La primera abarca a las personas que confían (a las que se les atribuye el valor 1), cuyas respuestas a las tres preguntas tradujo confianza de manera coherente, esto es, que calificaron a los vecinos como muy confiables o suficientemente confiables, dijeron que la gente trataba de ayudar a los demás y que no intentaba aprovecharse de ellos. El 14% de los encuestados se clasificó en esta categoría, y el rango fue de un 10% en Nicaragua a un 16% en El Salvador. • La segunda abarca a las personas que desconfían (a las que se les atribuye el valor -1), cuyas respuestas a las tres preguntas tradujo desconfianza de manera coherente. El 22% de los encuestados se clasificó en esta 03 Rosero 31-8-06.indd 83 31/8/06 11:36:03 84 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico... categoría, con un mínimo de 13% en Costa Rica y un máximo de 29% en Panamá. • La tercera reúne al resto de los encuestados (a los que se les atribuye el valor 0), cuyas respuestas se juzgaron imposibles de clasificar o ambivalentes (64%). El índice resultante se designa como confianza neta, dado que su promedio equivale a la diferencia entre la proporción de encuestados que confían y que desconfían. 3. Variables de control En el cuadro 1 se muestran, con sus correspondientes promedios y desviaciones estándar, las variables de control que se emplearon en este artículo para aislar los efectos netos del capital social en el comportamiento demográfico. Todas ellas se explican por sí mismas. Cuadro 1 VARIABLES DE CONTROL Variable Promedio Desviación estándar País Méxicoa 0,129 0,335 Guatemala 0,140 0,347 El Salvador 0,127 0,333 Honduras 0,123 0,328 Nicaragua 0,105 0,307 Costa Rica 0,125 0,330 Panamá 0,136 0,343 Colombia 0,115 0,319 Edad en años 38,729 15,655 Sexo = femenino 0,515 0,500 Actualmente casada o en unión 0,623 0,485 Años de educación 7,615 4,769 Índice de riqueza 5,045 3,218 Religiosidad (asistencia a la iglesia) Bajaa (muy raras veces o nunca) 0,263 0,440 Media 0,329 0,470 Alta (todas las semanas) 0,408 0,491 Fe protestante 0,207 0,405 Índice de satisfacción con la vida (de 1 a 4) 3,281 0,763 Fuente: Elaboración propia sobre la base de encuestas del proyecto Latin America Public Opinion Project (LAPOP). a Categoría de referencia cuando se convierten en variables binarias. 03 Rosero 31-8-06.indd 84 31/8/06 11:36:04 NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 85 4. Modelos de regresión Se estimaron modelos de regresión lineal de los dos índices de capital social, con el fin de establecer sus determinantes y correlaciones con variables de control. Para estudiar los efectos del capital social en la fecundidad se estimaron modelos de regresión de Poisson. En lo que respecta a las otras tres variables demográficas, se estimaron modelos de regresión logística. Dado que los indicadores de capital social son promedios de los conglomerados y, por consiguiente, sus varianzas no son independientes —lo que constituye un típico problema de heteroscedasticidad— en las regresiones se ponderó cada observación por la raíz cuadrada del tamaño del conglomerado (Hanushek & Jackson, 1977). Estas se conocen como ponderaciones analíticas (analytic weights) en el marco de Stata, el programa empleado para estimar los modelos de este artículo (StataCorp, 2002). En los análisis de regresión preliminares se examinaron todas las interacciones estadísticas posibles de primer orden con los índices de capital social. En las regresiones presentadas aquí solo se incluyen las interacciones estadísticamente relevantes, con p < 0,05. III. Resultados La confianza y la participación comunitaria son, de hecho, dos dimensiones diferentes del capital social en el conjunto de datos y que presentan una correlación de apenas 0,06. El capital social en sus dos dimensiones es claramente inferior en las áreas metropolitanas en comparación con las rurales en los ocho países estudiados. Las ciudades pequeñas presentan resultados más variados (véase el gráfico 2). El capital social en estas últimas es siempre menor que en las áreas rurales, pero a veces inferior y otras superior que en las metropolitanas, sobre todo en lo que respecta a la participación. Los mayores acervos de capital social se registran en las áreas rurales de Costa Rica en materia de confianza y en las de Honduras en relación con la participación comunitaria. Managua, la capital de Nicaragua, ocupa el último lugar en ambas dimensiones del capital social. Mediante los modelos de regresión múltiple se confirman estos resultados (véase el cuadro 2). De los modelos también se desprende que la población urbana pobre muestra una participación comunitaria mayor (3,3 puntos porcentuales más elevada) pero iguales grados de confianza. Aunque el capital social es un rasgo del colectivo, se vincula a ciertas características individuales. Las personas mayores y más religiosas presentan mayores reservas de capital social en sus dos dimensiones, del mismo modo que quienes profesan una fe protestante acusan menores acervos de este. Los individuos de sexo masculino, los casados y quienes 03 Rosero 31-8-06.indd 85 31/8/06 11:36:04 86 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico... Gráfico 2 CONFIANZA Y PARTICIPACIÓN COMUNITARIA POR PAÍS Y GRADO DE URBANIZACIÓN Costa Rica Honduras Colombia Colombia El Salvador México Guatemala Panamá México Guatemala Honduras Nicaragua Nicaragua Costa Rica Panamá El Salvador -30 -20 -10 0 10 10 15 20 25 30 Confianza neta Escala de participación (en porcentajes) comunitaria Área Ciudades Área metropolitana pequeñas rural Fuente: Elaboración propia sobre la base de encuestas del proyecto Latin America Public Opinion Project (LAPOP). tienen un mayor nivel educativo muestran un compromiso más pronunciado con los temas referentes a la comunidad pero no se diferencian en lo que respecta a la confianza. Debe notarse que el análisis anterior se refiere a los indicadores de capital social de los individuos y no del conglomerado, ya que carecería de sentido atribuir el capital social del conglomerado en el que vive la persona a características individuales como la edad o la educación. Sin embargo, sí es interesante notar que los vínculos observados a nivel individual se mantienen incluso después de controlar en las regresiones (que no figuran) el nivel de capital social en cada conglomerado de la muestra, calculado como se describe en la sección precedente. No obstante, la mayor parte de la variación imputable a la regresión hecha a partir del indicador individual (67% y 41% en materia de confianza y participación, respectivamente) obedece al indicador correspondiente al conglomerado, de modo que el contexto es el principal determinante de las variaciones individuales de los acervos de capital social. Cabe preguntarse cuál es el comportamiento de los cuatro indicadores demográficos en función del capital social y la urbanización. En el cuadro 3 se muestra que en las áreas metropolitanas la fecundidad es sustancialmente menor que en las rurales (1,3 niños en comparación con 2,0), la emigración es mayor, tanto en lo que respecta a las intenciones como a las remesas, y la delincuencia es notablemente más elevada; por ejemplo, la victimización es casi tres veces superior. En comparación con el promedio de las áreas metropolitanas, la población urbana en situación de pobreza registra una mayor fecundidad (39% o 0,51 hijos superior), 03 Rosero 31-8-06.indd 86 31/8/06 11:36:04 NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 87 Cuadro 2 REGRESIONES MÚLTIPLES DE LOS DOS INDICADORES (POR 100) DE CAPITAL SOCIAL Variables Confianza (P>|t|) Participación (P>|t|) País México Ref. Ref. Guatemala 0,5 (0,82) 4,6 (0,00) El Salvador 6,6 (0,00) 0,6 (0,57) Honduras -3,7 (0,09) 7,0 (0,00) Nicaragua -3,2 (0,18) 2,6 (0,04) Costa Rica 9,0 (0,00) -1,1 (0,35) Panamá -7,2 (0,00) 1,7 (0,12) Colombia 8,3 (0,00) 2,2 (0,04) Urbanización Área metropolitana -14,5 (0,00) -10,9 (0,00) Otras ciudades -8,2 (0,00) -11,0 (0,00) Áreas rurales Ref. Ref. Pobreza urbana -0,9 (0,66) 3,3 (0,00) Edad en años 0,4 (0,05) 1,2 (0,00) Cuadrado de la edad 0,0 (0,24) 0,0 (0,00) Mujeres -1,2 (0,27) -7,4 (0,00) Casado/casada 0,9 (0,46) 2,6 (0,00) Años de educación -0,1 (0,71) 1,1 (0,00) Índice de riqueza 0,0 (1,00) 0,2 (0,32) Religiosidad Baja Ref. Ref. Media 5,5 (0,00) 2,7 (0,00) Alta 10,0 (0,00) 5,9 (0,00) Fe protestante -5,1 (0,00) -1,5 (0,04) Satisfacción con la vida 7,9 (0,00) 1,0 (0,01) Constante -43,2 (0,00) -15,4 (0,00) (N) (11 852) (11 852) Fuente: Elaboración propia sobre la base de encuestas del proyecto Latin America Public Opinion Project (LAPOP). N = 12,037. similares intenciones de emigrar y, sorprendentemente, una delincuencia un poco menor. Es posible que este menor grado de delincuencia se deba a subdeclaración, situación observada en encuestas en Estados Unidos. En una primera aproximación al estudio de los efectos del capital social, sus dos indicadores se dicotomizaron de modo de obtener grupos de aproximadamente el mismo tamaño. Tanto en el caso de la confianza como de la participación, las diferencias en los cuatro indicadores demográficos, cuando se registran, son modestas. Sin embargo, este resultado no debe tomarse al pie de la letra. Es posible que terceras variables estén disimulando algunas diferencias. Por ejemplo, en el cuadro 3 se pone de manifiesto que hay una gran diversidad de comportamientos demográficos por país. La fecundidad va de 1,3 niños en Colombia a 2,0 en 03 Rosero 31-8-06.indd 87 31/8/06 11:36:05 88 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico... Cuadro 3 INDICADORES DEMOGRÁFICOS EN FUNCIÓN DE LA URBANIZACIÓN, EL CAPITAL SOCIAL Y SEGÚN PAÍS Variable y categorías (N) Hijos Intención Remesas Víctima de de emigrar violencia Total (12,037) 1,64 25,7 11,8 4,7 Áreas metropolitanas ( 3,306) 1,31 27,0 11,8 7,9 Otras ciudades (3,903) 1,47 28,4 14,3 4,5 Áreas rurales ( 4,828) 2,00 22,6 9,7 2,7 Población urbana pobre ( 2,170) 1,82 27,8 10,1 5,8 Confianza Baja (6,385) 1,63 26,4 12,3 5,3 Alta ( 5,651) 1,65 24,9 11,2 4,1 Participación Baja (6,072) 1,54 25,4 12,4 5,1 Alta (5,964) 1,74 25,9 11,1 4,3 México (1,555) 1,50 17,7 10,5 4,8 Guatemala (1,684) 1,99 25,2 12,9 4,3 El Salvador (1,530) 1,50 34,8 23,1 5,8 Honduras ( 1,477) 2,03 26,3 16,9 5,8 Nicaragua (1,266) 1,75 31,2 15,0 5,7 Costa Rica (1,499) 1,37 18,9 5,5 3,7 Panamá ( 1,639) 1,62 20,6 5,9 3,7 Colombia (1,387) 1,28 30,7 5,2 4,1 Fuente: Elaboración propia sobre la base de encuestas del proyecto Latin America Public Opinion Project (LAPOP). Nota: En el caso de las variables “hijos” e “intención de emigrar”, el número de observaciones es aproximadamente la mitad, dado que se incluye únicamente a los encuestados menores de 40 años de edad. Honduras, la recepción de remesas de un 5% en Colombia y Costa Rica a un 23% en El Salvador y los delitos violentos son más de 50% superiores en El Salvador, Honduras y Nicaragua que en Costa Rica y Panamá. Si, por ejemplo, se diera la congruencia de un país que acusa una alta tasa de delincuencia y un capital social reducido, esto podría reducir la diferencia univariada entre delincuencia y capital social que se observa en el cuadro 3. Por ende, es necesario controlar los efectos de la variable “país”, así como los de otras variables, como la edad y el sexo, que afecten tanto al comportamiento demográfico como al capital social. Mediante modelos de regresión múltiple es posible controlar estas influencias y calcular los efectos netos del capital social. En un primer conjunto de modelos no se incluye el capital social entre las variables explicativas, lo que permite determinar algunas asociaciones tradicionales, como los efectos de la urbanización y la educación en el comportamiento demográfico. En el cuadro 4 se muestran los principales resultados de estos 03 Rosero 31-8-06.indd 88 31/8/06 11:36:05 NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 89 modelos de regresión: el riesgo relativo (RR) en el caso de la fecundidad y la razón de probabilidades (odds ratio, OR) en el de las otras tres variables. Las variables explicativas pertinentes en este análisis son “urbanización” y “población urbana pobre”. Luego de controlar los factores constitutivos como la educación y la edad, la fecundidad y la intención de emigrar no presentan diferencias significativas en función de la urbanización. La recepción de remesas tiende a ser inferior en las áreas metropolitanas en comparación con las rurales y, sobre todo, con las ciudades de tamaño intermedio. Se observa un claro gradiente de mayor delincuencia vinculado con la urbanización: las áreas metropolitanas acusan cifras más elevadas que las ciudades pequeñas y las áreas rurales, y las ciudades pequeñas registran cifras intermedias. Estas cifras resultan de modelos de regresión múltiple y reflejan efectos que trascienden las características socioeconómicas e individuales. Por lo tanto, parecería que algunas de las diferencias univariadas respecto de la urbanización que se aprecian en el cuadro 3 son solo de composición. Parte de estos efectos obedecerían, por ejemplo, a que la población urbana es más educada. Por su parte, pertenecer a la población urbana pobre no supone ninguna diferencia en cualquiera de los cuatro indicadores demográficos. En el cuadro 5 se muestran los modelos de regresión múltiple completos, o sea, incluidos el capital social y las interacciones significativas. En el siguiente análisis se hace hincapié en los efectos netos de los dos indicadores de capital social que trascienden las características socioeconómicas e individuales. En los análisis preliminares, la relación entre capital social y fecundidad, cuando se registraba, era limitada, pero después de introducir los efectos de interacción en los modelos de regresión surgieron algunos vínculos significativos, que configuran un panorama complejo. De los datos se desprende que la participación comunitaria se vincula a las familias más numerosas, pero solo en el caso de las personas de sexo masculino, y que la fecundidad puede declinar o aumentar en función de la confianza, dependiendo del nivel de riqueza. El paso de 0 a 1 en el grado de participación comunitaria (que cubre el rango completo) lleva aparejado un incremento del 34% de la fecundidad en el caso de los hombres y ninguno en el de las mujeres. El paso del valor mínimo al máximo en la escala de confianza se traduce en una elevación del 8% de la fecundidad en el caso de la población pobre y en una disminución del 13% en el de la población rica. La intención de emigrar a Estados Unidos y la recepción de remesas es superior en los lugares en los que la participación comunitaria es mayor. La otra dimensión del capital social —la confianza— parece afectar solo a las remesas, que tienden a ser más altas cuando la confianza es mayor. Ahora bien, estos efectos se ven debilitados por la urbanización, como lo demuestra el hecho de que los efectos de interacción sean inferiores a 1. El paso de 0 a 1 en la escala de participación comunitaria produce un alza del 175% de las probabilidades de la “intención de emigrar” en las áreas rurales, pero en las metropolitanas la participación supone 03 Rosero 31-8-06.indd 89 31/8/06 11:36:05 90 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico... Cuadro 4 REGRESIONES MÚLTIPLES DE LOS INDICADORES DEMOGRÁFICOS, SIN INCLUIR LOS EFECTOS DEL CAPITAL SOCIAL Variables País México 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref Guatemala 1.006 (0.87) 2.021 (0.00) 1.837 (0.00) 1.163 (0.38) El Salvador 1.042 (0.31) 2.991 (0.00) 3.948 (0.00) 1.415 (0.04) Honduras 1.057 (0.16) 2.226 (0.00) 2.666 (0.00) 1.552 (0.01) Nicaragua 1.007 (0.86) 2.601 (0.00) 2.417 (0.00) 1.532 (0.03) Costa Rica 1.023 (0.60) 1.086 (0.54) 0.389 (0.00) 0.708 (0.08) Panamá 1.160 (0.00) 1.251 (0.07) 0.568 (0.00) 0.695 (0.05) Colombia 0.961 (0.35) 2.163 (0.00) 0.527 (0.00) 0.825 (0.31) Urbanización Metrópoli 1.034 (0.35) 0.894 (0.27) 0.800 (0.04) 2.826 (0.00) Otra ciudad 1.017 (0.63) 0.987 (0.90) 1.156 (0.14) 1.411 (0.03) Área rural 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref Pobres urbanos 0.971 (0.40) 1.177 (0.14) 0.872 (0.25) 1.133 (0.45) Edad en años 1.498 (0.00) 0.995 (0.92) 0.948 (0.00) 1.017 (0.34) Edad al cuadrado 0.994 (0.00) 1.000 (0.86) 1.001 (0.00) 1.000 (0.11) Mujer 1.339 (0.00) 0.569 (0.00) 0.991 (0.88) 0.481 (0.00) Casados 2.112 (0.00) 0.579 (0.00) 0.832 (0.01) 0.749 (0.00) Educación en años 0.951 (0.00) 1.027 (0.00) 0.997 (0.72) 1.022 (0.10) Índice de riqueza 0.960 (0.00) 1.062 (0.00) 1.173 (0.00) 1.037 (0.14) Religiosidad Baja 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref Media 0.956 (0.07) 0.930 (0.31) 1.087 (0.31) 0.916 (0.46) Alta 1.002 (0.95) 0.888 (0.11) 1.112 (0.18) 0.960 (0.73) Fe protestante 1.027 (0.27) 1.165 (0.04) 1.040 (0.60) 1.220 (0.09) Satisfacción con la vida 0.951 (0.00) 0.760 (0.00) 1.090 (0.04) 0.773 (0.00) Fuente: Elaboración propia sobre la base de encuestas del proyecto Latin America Public Opinion Project (LAPOP). RR = riesgo relativo de la regresión de Poisson, OR = razón de probabilidades de la regresión logística. una reducción de estas probabilidades de 16%. La confianza aumenta un 146% las probabilidades de recibir remesas en áreas rurales, pero no tiene efectos (-2%) en las metropolitanas. Por consiguiente, el capital social parece ser un factor que favorece la emigración en las áreas rurales, lo que confirma la importancia de las redes en el proceso migratorio a menudo mencionada en la literatura, aunque este efecto desaparece en las áreas metropolitanas. Los efectos más claros del capital social se perciben en lo relativo a la delincuencia. Asimismo, fueron más fáciles de analizar, dado que no hay interacciones significativas. Las comunidades caracterizadas por un alto grado de confianza revelan posibilidades de victimización notoriamente menores. En las 03 Rosero 31-8-06.indd 90 31/8/06 11:36:05 Hijos RR P>|z| Intención de emigrar OR P>|z| Remesas OR P>|z| Víctima de violencia OR P>|z| NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 91 Cuadro 5 REGRESIONES MÚLTIPLES DE LOS INDICADORES DEMOGRÁFICOS, INCLUIDOS LOS EFECTOS DEL CAPITAL SOCIAL Variables Índice de participación 1.337 (0.02) 2.746 (0.01) 1.450 (0.38) 0.761 (0.44) Indice de confianza 1.080 (0.34) 1.034 (0.89) 2.466 (0.00) 0.572 (0.00) País México 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref Guatemala 1.005 (0.89) 2.054 (0.00) 1.869 (0.00) 1.189 (0.32) El Salvador 1.042 (0.31) 3.171 (0.00) 4.030 (0.00) 1.487 (0.02) Honduras 1.054 (0.19) 2.213 (0.00) 2.682 (0.00) 1.593 (0.01) Nicaragua 1.010 (0.82) 2.674 (0.00) 2.501 (0.00) 1.497 (0.03) Costa Rica 1.027 (0.54) 1.119 (0.41) 0.373 (0.00) 0.768 (0.18) Panamá 1.153 (0.00) 1.252 (0.07) 0.577 (0.00) 0.689 (0.05) Colombia 0.958 (0.32) 2.238 (0.00) 0.535 (0.00) 0.891 (0.55) Urbanización Metrópoli 1.004 (0.95) 1.131 (0.47) 1.111 (0.55) 2.545 (0.00) Otra ciudad 1.015 (0.77) 1.251 (0.14) 1.312 (0.08) 1.318 (0.09) Área rural 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref Pobres urbanos 0.986 (0.70) 1.178 (0.14) 0.860 (0.22) 1.129 (0.46) Edad en años 1.500 (0.00) 0.996 (0.94) 0.948 (0.00) 1.017 (0.33) Edad al cuadrado 0.994 (0.00) 1.000 (0.84) 1.001 (0.00) 1.000 (0.11) Mujer 1.418 (0.00) 0.604 (0.00) 0.984 (0.89) 0.483 (0.00) Casados 2.108 (0.00) 0.578 (0.00) 0.832 (0.01) 0.750 (0.00) Educación en años 0.951 (0.00) 1.026 (0.00) 0.998 (0.81) 1.023 (0.08) Índice de riqueza 0.959 (0.00) 1.059 (0.00) 1.161 (0.00) 1.039 (0.11) Religiosidad Baja 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref 1.000 Ref Media 0.954 (0.06) 0.926 (0.29) 1.077 (0.36) 0.925 (0.51) Alta 1.001 (0.98) 0.888 (0.12) 1.102 (0.22) 0.981 (0.88) Fe protestante 1.024 (0.31) 1.153 (0.06) 1.052 (0.50) 1.204 (0.11) Satisfacción con la vida 0.952 (0.00) 0.760 (0.00) 1.092 (0.03) 0.773 (0.00) Interacciones de participación con: Confianza 1.149 (0.06) 0.787 (0.30) 0.459 (0.00) Metrópoli 1.171 (0.39) 0.305 (0.05) 0.197 (0.01) Otra ciudad 0.953 (0.77) 0.358 (0.05) 0.480 (0.18) Mujer 0.750 (0.03) 0.759 (0.51) 1.037 (0.94) Riqueza 0.985 (0.91) 1.451 (0.31) 1.794 (0.12) Interacciones de confianza con: Metrópoli 1.037 (0.73) 0.689 (0.26) 0.402 (0.01) Otra ciudad 0.936 (0.44) 0.792 (0.40) 0.352 (0.00) Mujer 0.912 (0.20) 1.024 (0.92) 1.064 (0.78) Riqueza 0.808 (0.01) 1.244 (0.39) 1.578 (0.08) Fuente: Elaboración propia sobre la base de encuestas del proyecto Latin America Public Opinion Project (LAPOP). RR = riesgo relativo de la regresión de Poisson, OR = razón de posibilidades de la regresión logística. 03 Rosero 31-8-06.indd 91 31/8/06 11:36:06 Hijos RR P>|z| Intención de emigrar OR P>|z| Remesas OR P>|z| Víctima de violencia OR P>|z| 92 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico... comunidades que presentan el valor más elevado de la escala de confianza (1) las posibilidades de victimización son casi la mitad que en las que registran 0. Los efectos relacionados con la participación comunitaria no son estadísticamente relevantes. Para determinar el significado real de todos estos efectos del capital social, los cuatro indicadores demográficos en las áreas metropolitanas se volvieron a estimar de acuerdo con una situación hipotética, en la que el capital social en esas áreas toma valores más altos, de modo que iguala al de las áreas rurales del mismo país. En el gráfico 3 se resumen los resultados de esta simulación. El aumento simulado del capital social no tuvo efectos de consideración en la fecundidad, en las remesas ni las intenciones de emigrar, que variaron menos de 3%. En contraste, arrojó una notoria reducción, del 9%, de la probabilidad de ser víctima de violencia (véase el gráfico 3). En otras palabras, de los datos se desprende que el menor capital social de las ciudades de América Latina entraña un aumento de la delincuencia pero sus efectos en la migración y la fecundidad, si se registran, son muy limitados. Gráfico 3 RAZONES DE INDICADORES DEMOGRÁFICOS SIMULADOS Y OBSERVADOS EN ÁREAS METROPOLITANAS Hijos Remesas Intención de emigrar Víctima de violencia 0,85 0,9 0,95 1 1,05 Razón de valores simulados a observados (áreas metropolitanas) Simulación: capital social en áreas metropolitanas igual al de las áreas rurales. Fuente: Elaboración propia sobre la base de encuestas del proyecto Latin America Public Opinion Project (LAPOP). 03 Rosero 31-8-06.indd 92 31/8/06 11:36:06 NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 93 IV. Discusión Aunque el concepto de capital social ha adquirido importancia en las ciencias sociales, no se sabe demasiado acerca de su relación con el comportamiento demográfico. Sobre la base de muestras probabilísticas de 12.000 adultos de ocho países latinoamericanos, en este artículo se estudiaron dos dimensiones del capital social —la participación comunitaria y la confianza en los vecinos— y su relación con la urbanización, la fecundidad, la emigración y la delincuencia. El propósito fue determinar si el capital social explica alguna de las diferencias de comportamiento demográfico de las poblaciones urbanas. De los datos se desprende que el capital social disminuye claramente con la urbanización, aunque la población urbana pobre presente una participación comunitaria algo mayor. Se observan claros gradientes de mayor delincuencia y menor capital social vinculados con la urbanización, mientras que las relaciones del capital social con la fecundidad y la emigración son menos claras, y con frecuencia se restringen a ciertas subpoblaciones. La población urbana en situación de pobreza no acusa un comportamiento demográfico significativamente distinto del previsible dadas sus características constitutivas y espaciales. El capital social es un recurso del que disponen los individuos para alcanzar ciertos fines que comparten con otras personas, entre otros, conseguir empleo, llevar una vida mejor, educar a sus hijos y evitar la delincuencia. Es probable que en los casos de la fecundidad y la emigración no existan objetivos comunes y universales. Quizás el objetivo universal en materia de fecundidad sea que las parejas puedan tener la cantidad de hijos que deseen, ni más ni menos, y el capital social puede contribuir a su consecución. En algunas comunidades el capital social podría colaborar para que las parejas tuvieran menos descendencia, mientras que en otras el objetivo dominante sería ayudar a las parejas a tener un deseado primer o segundo hijo. De manera análoga, en ciertas comunidades el fin común en lo que respecta a la emigración sería ayudar a la gente a partir, y en cambio en otras el objetivo sería garantizar su permanencia. En virtud de esta falta de objetivos comunes y universales en materia de emigración y fecundidad no se observa un efecto claro del capital social en estos ámbitos. La situación es diferente en relación con la delincuencia, al respecto de la cual existe un objetivo común y universal, esto es, evitarla, lo que hace que en esta se perciba un claro efecto del capital social. Para notar un efecto del capital social en la fecundidad y la emigración sería probablemente necesario modelar la brecha entre la situación deseada y la real. Conceptos como “necesidades insatisfechas” o “situaciones no deseadas” podrían ser variables dependientes más apropiadas para observar una influencia del capital social. Estudiar estos efectos exigiría una medición mucho más refinada de las intenciones y resultados demográficos. 03 Rosero 31-8-06.indd 93 31/8/06 11:36:06 94 Capital social, asentamientos urbanos y comportamiento demográfico... La validez de los indicadores de capital social empleados en este artículo es un tema fundamental. ¿Estos indicadores miden realmente el capital social? El referente a la confianza planteaba una notable exigencia en términos de la coherencia de las respuestas, ya que solo se consideró a los declarantes cuyas respuestas a tres preguntas diferentes fueran coherentes. Esto supuso dejar de lado a dos terceras partes de los encuestados, como ambivalentes o neutrales en lo que respecta a la confianza, lo que puede estar ocultando alguno de los efectos de este factor. La medida de participación comunitaria se basó en seis elementos con un alto grado de coherencia interna, como se desprende del valor de 0,87 del coeficiente alfa de Cronbach. Sin embargo, no es posible verificar su validez externa. Presentar un elevado nivel de participación puede ser un concepto vacío, que casi no refleje sino un comportamiento ritual, en vez de un genuino compromiso con los temas de interés de la comunidad o la existencia de redes y vínculos de solidaridad. De la comparación por países resultó que Costa Rica presenta el valor más elevado de confianza, lo que es coherente con la tradición democrática y confianza en las instituciones que caracterizan al país. Sin embargo, en lo que respecta a la participación comunitaria, los valores más altos se observan en contextos en los que no hay pautas que hagan previsible esta conclusión. Por otra parte, en este estudio se emplearon promedios de los conglomerados de la muestra, en vez de las respuestas individuales. Esto se hizo de conformidad con el carácter colectivo del capital social y para evitar la endogeneidad o causalidad inversa, esto es para sortear, al menos en parte, el problema de que la elevada confianza puede ser resultado de una baja delincuencia y no al revés. ¿Qué hubiera sucedido si se hubieran considerado los datos individuales? Para dar una respuesta a esta pregunta se reestimaron los modelos de regresión, y se comprobó que con el empleo de los indicadores agregados se reducía la significación estadística de los efectos de la participación comunitaria pero se aumentaba la de los efectos de la confianza. Por su parte, ni los indicadores desagregados ni los individuales de capital social mostraron claros efectos en la fecundidad. En suma, las principales conclusiones de este artículo no hubieran cambiado si se hubieran empleado las respuestas individuales. La validez de los indicadores demográficos disponibles para este estudio también es cuestionable. El empleo de indicadores aproximados (proxy) de fecundidad, emigración y mortalidad por violencia puede haber debilitado los efectos del capital social. Una forma indirecta de verificar la validez de los indicadores usados consiste en comparar los promedios de los países considerados en este estudio con estimaciones externas. A continuación se indican los coeficientes de correlación por rangos de Spearman (RR) entre los promedios de estas encuestas y las estimaciones externas: • La tasa global de fecundidad en 2000 (CELADE, 2001) con el indicador de fecundidad: RR = 0,93. 03 Rosero 31-8-06.indd 94 31/8/06 11:36:07 NO TA S D E P O B L A C I Ó N N°81 • CEPAL 95 • El porcentaje de nativos de cada país censados en Estados Unidos en 2000 (Census Bureau, 2005) con la intención de emigrar: RR = 0,42, y con las remesas: RR = 0,83. • La tasa de mortalidad por homicidio en 2000 (PAHO, 2005) y el indicador “víctima de violencia”: RR = 0,32. Esta comparación sugiere que los indicadores de fecundidad y de remesas empleados son bastante robustos para medir la fecundidad y la emigración a Estados Unidos, respectivamente. El indicador “intención de emigrar” no tiene una relación tan estrecha con la emigración histórica a Estados Unidos, debido principalmente a los datos de Colombia, que presenta la proporción más baja de emigrantes de los ocho países, pero que ocupa el tercer lugar en la lista de intención de emigrar. Si se excluye Colombia, el RR asciende a 0,79. El indicador “víctima de violencia” tampoco correlaciona muy bien con la tasa de homicidio, pero ello se debe a dos problemas vinculados a esta tasa que: i) parece estar subestimada en ciertos países, Nicaragua entre otros, a raíz de deficiencias de sus estadísticas vitales, y ii) es demasiado alta en Colombia, en vista de las muertes violentas provocadas por la guerrilla. Cabe pensar que el indicador de victimización empleado refleja mejor los efectos de la violencia en la vida de los ciudadanos ordinarios. En suma, los indicadores demográficos usados, aunque imperfectos, tienen un razonable grado de validez y miden lo que se supone que deben medir. La pérdida de capital social en los asentamientos urbanos surge, clara e irrefutable, de los datos expuestos. Al respecto, la situación de América Latina no difiere de la de otras regiones. Esta declinación del capital social parece incidir en las mayores tasas de delincuencia en las ciudades pero cabe notar, una vez más, que no parece afectar a la fecundidad o la emigración. Bibliografía Arriagada, I.E. (ed.) (2005), “Aprender de la experiencia. El capital social en la superación de la pobreza”, serie Libros de la Cepal, Nº86 (LC/G.2275-P), Santiago de Chile, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), septiembre. Publicación de las Naciones Unidas, Nº de venta: S.05.II.G.93. 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