HACIENDA SANTA ROSA. DE FORTÍN A PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD Msc. Yolanda Dachner Historiadora La Hacienda Santa Rosa constituye uno de los sitios más importantes, celosamente guardados, en la memoria colectiva costarricense. Esta hacienda evoca la hazaña de un pequeño grupo de soldados costarricenses que se enfrentan, por primera vez, a las fuerzas de William Walker. La guerra contra Walker es una versión más de la historia de David contra Goliat. Se trata de una lucha desigual en soldados, armas y recursos. Buena parte de la cultura y el sentido de pertenencia nacionales se ha construido en torno a la Guerra de 1856 – 57. La Hacienda Santa Rosa está ubicada a 260 KM de San José, en las extensas llanuras guanacastecas. Ha sido un sitio de descanso para los fatigados viajeros que desde tiempos inmemoriales transitan por los predios y veredas que unen dos territorios que hoy en día conocemos como Nicaragua y Costa Rica. También ha sido testigo de la historia de devastación de las poblaciones indígenas, evidencia de una forma de organización económica colonial que sobrevive hasta nuestros días y punto de encuentro de intereses en conflicto tanto internacionales como nacionales. Breve historia Los primeros pobladores de la región donde se encuentra la hacienda San Rosa fueron los Chorotegas. Este es un pueblo que pertenece a la gran área cultural que los arqueólogos han denominado Mesoamérica, que se extiende desde Chiapas y Yucatán hasta la Península de Nicoya. En consecuencia, los Chorotegas gozaron de la influencia de las culturas Maya y Azteca. Durante el período colonial la Hacienda Santa Rosa quedó comprendida en la jurisdicción del Partido de Nicoya1. Este era una unidad política que dependía en lo civil y administrativo de la Capitanía General de Guatemala, es decir separada de la administración de las provincias de Nicaragua y Costa Rica. El Partido de Nicoya era un territorio que se extendía desde el Río la Flor y el Lago de Nicaragua en el NO hasta el Río Tempisque, Golfo de Nicoya y el Río Salto en el sur; por el este se trazaba una línea imaginaria entre el Río Salto y el inicio del Desaguadero o Río San Juan. La primera referencia a la Hacienda Santa Rosa durante la colonia data de 1663. Juan Martín de Villa Faña solicita la medición de los terrenos y pide la concesión de los mismos a la Reina de España, María Luisa de Orleáns (1662 – 1689). En 1736 se hace un traspaso al alférez don Joseph de Rivas. Otros propietarios fueron Juan Antonio Santo de San Pedro (1751), quien era 1 El Partido de Nicoya también tuvo la categoría administrativa de Corregimiento y Alcaldía Mayor. además propietario de la Hacienda El Pelón, en sus predios pastaban cerca de 1500 reses además de mulas y potros. En la década de 1830 Agustín Gutiérrez Lizaurzábal adquiere la hacienda Santa Rosa. Este era el suegro del general José Joaquín Mora, comandante en jefe del ejército costarricense durante la guerra contra Walker. Sin duda alguna, el conocimiento que el general Mora tenía de la hacienda será un factor a favor de las tropas costarricenses en la Batalla del 20 de marzo de 1856. Durante la Guerra contra Walter (1856-1857) la hacienda pertenecía a Ramón Gomes. Su nuevo propietario corresponde al típico modelo de cartaginés con posesiones territoriales en el Pacífico seco. Por 4.875 pesos pagos a los herederos de don Agustín Gutiérrez Lizaurzabal, su nuevo propietario adquiere 19 y media caballerías 2 con casa, oficina, corrales y 551 cabezas de ganado. Desde la colonia la hacienda estuvo orientada a la ganadería, la producción de quesos y las siembras de maíz. En 1863, don Inocente Barrios Muñoz inscribe el sitio Santa Rosa en el Registro Público de Costa Rica. En 1895 se registra como propietaria a la familia Barrios Sacaza. La casona La Hacienda Santa Rosa corresponde al modelo típico de hacienda latinoamericana, a saber, se trata de grandes extensiones con un casco central donde se ubica la casa grande, los corrales, establos, bodegas, área para los trabajadores y la administración. En Costa Rica decir “la casona”, es decir la casa grande de la Hacienda Santa Rosa. La casa de los múltiples propietarios que tuvo esta hacienda está ubicada en las faldas sur – oeste del cerro Santa Rosa. La casa original, construida hacia 1750, fue remodelada en 1895, siendo propiedad de la familia Barrios Sacaza. De esta fecha data su diseño actual. El balcón fue construido en 1919. En los contornos de la casa se encuentran los corrales3 de piedra construidos alrededor de 1700, el bramadero4 y el baño de inmersión para bañar y curar el ganado. 2 Caballería. Medida antigua con equivalencias muy diversas. Según Marc Edelman (1998) una caballería es igual a 42.28 hectáreas aproximadamente. 3 Corral. Sitio cerrado y descubierto, en las casas o en el campo, que sirve habitualmente para guardar animales. 4 Bramadero. Poste donde se amarran los animales para herrarlos, curarlos o sacrificarlos. El General Don José Joaquín Mora en el reporte que hace de lo acontecido en la Batalla del 20 de marzo de 1856 describe la hacienda de esta manera: “Los corrales de la hacienda, cercados con cercas de piedra, empiezan como a la mitad de la falda de una de las colinas situada al frente del callejón hacia su izquierda, y rodean las casas que ocupan la altura, pero que están dominadas por la cumbre de la colina a corta distancia, cubierta de breña. Tienen las casas un gran patio, también cercado, a la derecha, y en la falda de la colina hay una quesera.5 El historiador Carlos Meléndez Chaverri hizo una descripción de Santa Rosa en estos términos: “El terreno de la hacienda es bastante plano, excepción hecha de unos pocos prominentes cerros en los alrededores de la casa principal. La misma casa grande que ha sido la residencia habitual de los propietarios del predio, se encuentra en las faldas sur-occidentales de uno de los cerros más prominentes. Tiene esta hoy un patio posterior, al lado Norte, en el Nordeste del cual se halla (y ha existido desde antiguo) la cocina. Alrededor del patio están los corrales, establos, bodegas y cuartos para peones y un poco hacia el Noroeste debió haber estado la quesera. “El frente actual de la casa mira al sur. Hacia el sur y hacia el oeste, continua la pendiente y se encuentran varios corrales, siendo los del occidente los más antiguos e importantes desde el punto de vista de esta historia. Más allá de los corrales se extiende la llanura característica de la región. En cambio del lado Oeste de la casa, y dirigiéndose hacia el Sur, parte un prolongado muro de piedra redonda de río, que va orientándose hacia el Este, como bordeando la hondonada que se destaca de ese lado”6. La casona también cuenta con una capilla construida a principios del SXIX. Para esa época un sacerdote que vivía en Liberia adquirió la hacienda donde pasaba los fines de semana. El oratorio que mandó construir se encuentra al final del corredor norte. En esta pequeña capilla oficiaba misa los domingos a la que concurrían los lugareños de las haciendas aledañas. A un costado de la capilla se ubica el cuarto donde dormía Sacerdote. La Batalla del 20 de marzo de 1856 no dañó la estructura de la casona, aunque hubo la intención de quemarla porque dentro estaban apertrechadas las tropas de Walker, la lucha terminó rápidamente y no fue necesario utilizar esa medida extrema. 5 Parte de Guerra del General Don José Joaquín Mora. 20 de marzo de 1856. En: Comisión de Investigación Histórica de la Campaña 1856-1857. Academia Costarricense de Historia. Batalla de Santa Rosa (20 de marzo de 1856) San José: Editorial Aurora, 1954. 6 Meléndez Ch., Carlos. Santa Rosa. San José: Comisión Nacional de Conmemoraciones Históricas y Museo Histórico Juan Santamaría, 1979. P.14 La Casona de Santa Rosa fue declarada como Monumento Nacional por ley el 1 de julio de 1966. El 27 de marzo de 1971 se declaró como Parque Nacional Santa Rosa, junto con las tierras aledañas. En el año 2000 la UNESCO, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, declaró Patrimonio de la Humanidad el Área de Conservación Guanacaste, donde se encuentra la Casona de Santa Rosa. El 9 de marzo del 2001 la Casona fue destruida en un incendio, y fue restaurada a su forma original de 1895. La prensa nacional dio cuenta de este lamentable suceso en términos como éste: “Un voraz incendio consumió la madrugada de este miércoles el monumento histórico más importante de Costa Rica, la casona de la Hacienda Santa Rosa, escenario en 1856 de la mayor gesta heroica costarricense, en la batalla contra un grupo de invasores de Estados Unidos”7. El mundo del trabajo en las haciendas. Las relaciones laborales en las haciendas suelen ser variadas, complejas y no están exentas de contradicciones. La hacienda es por si misma un universo social, en algunos casos era sólo el sitio de trabajo pero en otros se crearon verdaderos poblados dentro de sus límites. La vida de los trabajadores y sus familias estaba ligada a la suerte de la hacienda y al carácter del patrón. Los peones o jornaleros eran el grupo más grande de trabajadores. Su función era limpiar repastos y cortar madera. El jornalero recibe pago por día trabajado. La hacienda guanacasteca dedicada en gran parte a la ganadería requería del trabajo de los vaqueros o sabaneros quienes recibían un pago mensual. Su trabajo consistía en arrear los hatos, curar u cuidar los animales y algunas veces patrullar la propiedad. El sabanero es uno de los personajes típicos de la pampa guanacasteca, quizá el más conocido. Su imagen y función en la hacienda ha sido cantada de innumerables maneras en canciones y coplas (bombas). Estos versos surgen espontáneamente al calor de la faena como una forma de expresar desafíos, temores, amores bien o mal logrados y en general expresan la vida cotidiana de la llanura. Algunos escritores que han perpetuado a través de la palabra escrita esa fuente de arte popular que la “bomba” guanacasteca. La hacienda también contaba con una serie de trabajadores especializados como carpinteros, boyeros, productores de queso, también recibían salario mensual. 7 http: ∕∕ ediciones prensa.com La estructura ocupacional de la hacienda no caminaría sin contar con las cocineras. Ellas eran también estaban a cargo de una labor muy dura, la preparación de los alimentos para la peonada. Su jornada de trabajo normalmente comenzaba a las tres o cuatro de la mañana ya que debía tener listo el desayuno a las cinco de la mañana y en algunos casos preparar los almuerzos que los trabajadores llevaban al campo. También se ocupaban de cuidar las aves de corral y los cerdos. Los patrones estaban ausentes por largos períodos y normalmente llegaban a la hacienda para la recolección de las cosechas y para la comercialización del ganado. Una ama de llaves o un cuidador era entonces muy importante para el patrón. Este o esta trabajadora era una persona de confianza encargada de cuidar los bienes de la hacienda, llevar inventarios menores y recibir encomiendas. En el punto superior de la escala jerárquica del mundo laboral en la hacienda estaba el mandador o administrador. Tenían entre sus responsabilidades dirigir a los peones y sabaneros, planear horarios de trabajo, mantener los registros y el funcionamiento general de la hacienda. La jornada laboral normalmente era de 6 a 11 a.m., para los peones, con un turno en la tarde que se llamaba “faena” o “fagina” de 1 a 3 ó de 2 a 4 p.m. en algunas haciendas el trabajo extra de la tarde era optativo. El salario estaba compuesto por dos partes: una por la jornada regular de la mañana y otra por el trabajo de la tarde. La semana laboral era de seis días. Los horarios era en general muy irregulares, esto dejaba tiempo de ocio que el trabajador dedicaba a sus cultivos de subsistencia, a actividades artesanales o a su guitarra, su marimba, sus canciones y sus “bombas”. El trabajador de la hacienda aportaba sus propias herramientas de trabajo como el machete y la pala, el hacendado aportaba la comida y un sitio rústico para dormir. 8 BATALLA DE SANTA ROSA (1856) El 20de noviembre de 1855 el presidente Juan Rafael Mora Porras se dirigió a la ciudadanía en estos términos. “Costarricenses: La paz, esa paz venturosa que unida a vuestra laboriosa perseverancia, ha aumentado tanto nuestro crédito, riqueza y felicidad, está pérfidamente amenazada.” “Una gavilla de advenedizos, escoria de todos los pueblos, condenados por la justicia de la Unión Americana, no encontrando ya donde hoy están con qué saciar su voracidad, proyectan invadir Costa Rica para buscar en nuestras 8 Marc Edelman. La lógica del latifundio. San José: Editorial de la Universidad de costa Rica - Stanford University Press, 1998. P. 111 – 112. esposas e hijas, en nuestras casas y haciendas, goces a sus feroces pasiones, alimento a su desenfrenada codicia.” ¡Alerta, pues, costarricenses! No interrumpáis vuestras nobles faenas, pero preparad vuestras armas”. 9 La voz de alerta del presidente Mora Porras hacia los costarricenses se basa en el conocimiento que el mismo tenía del acontecer político en Nicaragua. En este vecino país la configuración del Estado Nacional siguió un camino tortuoso. Después de la Independencia en 1821 se formaron dos grupos políticos que se disputaban el poder sin llegar a un consenso que permitiera dar forma al Estado nicaragüense. Las élites locales formadas durante el periodo colonial en las ciudades de León, la capital colonial, y Granada pretendían el control del naciente Estado, pero eran incapaces de controlar un espacio mayor a la esfera de influencia de dichas ciudades. En las elecciones de 1854 se disputan el poder los demócratas de León, de tendencia liberal, al mando de Francisco Castellón y los legitimistas de Granada, de tendencia conservadora, al mando de Chamorro. Los liberales de León perdieron las elecciones, pero no aceptan la derrota y llaman a un grupo de extranjeros para que les ayuden a tomar el poder por la vía armada. Francisco Castellón, jefe de los liberales contrató a un grupo de filibusteros estadounidenses quienes estaban al mando de William Walker. Este desembarca en el puerto El Realejo en 1855 al frente de la llamada Falange Americana. Walker era un médico, abogado y periodista nacido en Nashville, Tennessee, que acepta la propuesta de los liberales leoneses a cambio de tierras para él y sus hombres. Rápidamente se apoderó del control político en Nicaragua y a partir de ahí planeaba adueñarse de toda Centroamérica para extender el sistema esclavista que ya existía en el sur de los Estados Unidos. Su lema fue: “Five or None”. Después de Nicaragua el siguiente objetivo era Costa Rica. Luego de prevenir a la población costarricense el presidente Mora Porras comienza la tarea de formar el ejército de 9000 hombres con los que enfrentaría a Walker y el 27 de febrero de 1856 le declara la guerra a Nicaragua. La respuesta no se hizo esperar y el 11 de marzo Nicaragua declara la guerra a Costa Rica. El 13 de marzo las tropas de Walker salen de La Virgen en dirección hacia Costa Rica. El objetivo era enfrentar al ejército costarricense lo 9 Carlos Meléndez. Documentos Fundamentales del Siglo XIX Colección Biblioteca Patria Nº 16. San José: Editorial Costa rica, 1978, p.253. más lejos posible de la Vía del Transito para evitar que la misma fuera cerrada ya que constituía la ruta por la cual Walker recibía refuerzos. Estas tropas a cargo del coronel Schlessinger llegan a la Hacienda Santa Rosa el 19 de marzo. Schlessinger era un militar húngaro que hablaba francés, alemán, inglés y español, esto le permitió dirigir su regimiento de 300 hombres alemanes, franceses y norteamericanos. . La respuesta desde Costa Rica “Compatriotas: “¡A las armas ¡Ha llegado el momento que os anuncié. Marchemos a Nicaragua a destruir esa falange impía que la ha reducido a la más oprobiosa esclavitud. Marchemos a combatir por la libertad de nuestros hermanos. […] ¡Paz, justicia y libertad para todos! ¡Guerra sólo a los filibusteros!” 10 Con estas palabras convoca el Presidente de Costa Rica al ejército para iniciar la marcha desde San José hasta la frontera norte. Las tropas nacionales llegan a Liberia el 12 de marzo. El general José María Cañas organiza el Batallón de Moracia, se dirigen hacia la Hacienda Santa Rosa bajo del mando del general José Joaquín Mora Porras, hermano del presidente, donde se encuentran las tropas de Walker. Ambas tropas se enfrentan el 20 de marzo, el combate comienza cerca de las 4 p.m. y “A los 14 minutos, contados desde la primera descarga, se hallaba mi tropa formada en el mejor orden y en tranquila posición de Santa Rosa”11 Esta es la primera batalla contra las fuerzas de Walker y el primer triunfo para el ejército de Costa Rica. Pero, la guerra apenas comenzaba. Los 10 Carlos Meléndez. Documentos Fundamentales del Siglo XIX Colección Biblioteca Patria Nº 16. San José: Editorial Costa rica, 1978, p.254. 11 “Parte de Guerra del General Don José Joaquín Mora”. En: Meléndez Ch., Carlos. Santa Rosa. San José: Comisión Nacional de Conmemoraciones Históricas y Museo Histórico Juan Santamaría, 1979. P.25. combates continuaron en suelo nicaragüense sobre todo a lo largo de la Vía del Tránsito. Los ejércitos de Guatemala, El Salvador y Honduras también se unieron hasta que Walker fue finalmente derrotado en 1857. Otras batallas en Santa Rosa La Revolución del Sapoá En el siglo XX la Hacienda Santa Rosa fue de nuevo testigo de dos hechos violentos, sólo que en ambos casos fueron producto de las tensiones creadas en la comunidad política costarricense. Hacia 1914, cuando comenzaba la Primera Guerra Mundial, la economía costarricense ya había desarrollado fuertes vínculos de dependencia respecto al mercado internacional. El país había concentrado sus mejores esfuerzos en las plantaciones de café y banano y para entonces las exportaciones disminuyen dramáticamente. En 1917 llega a la presidencia de la república Alfredo González Flores, quien propone una reforma tributaria para resolver la crisis fiscal. La reforma consistía en la creación de impuestos directos para que quienes tenían más recursos contribuyeran más a resolver la crisis. El descontento no se hizo esperar y se dio el golpe de Estado que instaura en el poder a Federico Tinoco. El gobierno de Tinoco es de corte típicamente dictatorial, es decir carente de respeto por los derechos ciudadanos y también provocó un gran disgusto entre la población y revueltas en varios puntos del país. En ese marco se da la llamada “Revolución del Sapoá”. Desde Nicaragua se organiza un grupo de 800 hombres dispuestos a derrocar por las armas a Federico Tinoco. Llegan a Santa Rosa el 8 de mayo de 1919, pero fracasan en el intento y son obligados a regresar a Nicaragua. La contrarrevolución de 1955. En 1948 Costa Rica experimentó el hecho político más violento de su historia. En el marco de la crisis del modelo agro – exportador y del reacomodo de las fuerzas político ideológicas de la segunda posguerra, se pasa del modelo de Estado Liberal al Estado Reformista o de Bienestar. Este tránsito no se logró negociar por la vía institucional, sino que se resolvió por la vía armada, es decir, con la guerra civil de 1948. Con la conducción de José Figueres Ferrer primero y del Partido Liberación Nacional después, se busca un modelo de sociedad con una economía diversificada, un Estado más comprometido con la redistribución de la riqueza socialmente producida y con una clase media que dé soporte político al proyecto en cuestión. La reacción de los sectores sociales afectados por el nuevo modelo de sociedad que se habría campo no sin dificultades, sumada a la inconformidad de quienes resultaron los perdedores políticos y militares en la guerra civil, se organiza la contrarrevolución. En 1955 seguidores del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, en el exilio, comienzan un movimiento armado con el fin de derrocar al presidente Figueres. La fuerza contrarrevolucionaria se arma y organiza desde Nicaragua, llega hasta la Hacienda Santa Rosa. En el combate resultan victoriosas las fuerzas del gobierno de Figueres y en consecuencia el grupo armado calderonista se desarticula. Antes de 1856 Óleo de la época sobre la Batalla de Santa Rosa. Museo Juan Santamaría Fuente: http://www.mcj.go.cr/sesquicentenario/sesquicenten ario.aspx