UNIVERSIDAD DE COSTA RICA SISTEMA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO INTERVENCIÓN DE ENFERMERÍA EN SALUD MENTAL Y PSIQUIATRÍA, PARA FORTALECER EL AUTOCUIDADO DE LA PERSONA ADULTA MAYOR CON ROL DE CUIDADOR, DIRIGIDO A UN GRUPO DE PERSONAS ADULTAS MAYORES QUE ASISTE A LA ASOCIACIÓN GERONTOLÓGICA COSTARRICENSE Trabajo final de investigación aplicada sometido a la consideración de la Comisión del Programa de Estudios de Posgrado de Ciencias de la Enfermería para optar al grado y título de Maestría Profesional en Enfermería de Salud Mental y Psiquiatría DANNY ARIAS CHAVARRÍA DIANA RODRÍGUEZ PICADO Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, Costa Rica 2023 II DEDICATORIA Dedicamos este Trabajo Final de Graduación a la Licda. Hellen Castro por su ayuda incondicional y su coordinación como enlace de AGECO, y por su dedicación en el trabajo con las personas adultas mayores. También a cada participante de la intervención del grupo “AGECO Rol Cuidador” (como lo llamamos de cariño); fue un privilegio y un gusto conocerles, atesoramos todas sus enseñanzas. Y a todas las personas adultas mayores que con amor cuidan, para que no olviden amarse y cuidarse primero así mismas. Diana y Danny III AGRADECIMIENTOS Agradezco infinitamente a mi Señor Jesucristo por su Gracia y Misericordia; mi guía, la razón de mi ser y mi fortaleza. A mi madre, por ser ese portal divino a este mundo; mi apoyo y mi compañera en este camino, seguimos evolucionando juntas. A Christy, Jossu y Andy, porque son el impulso y mi motivación cada día; gracias porque hemos aprendido y crecido de la mano, y por todo el amor a pesar de los sacrificios. A mi familia extensa, amigas y amigos, por cada palabra de aliento, cada ayuda y las tardes de café, me bendicen siempre. A mi grupo de Maestría en Salud Mental y Psiquiatría, sobre todo a Nori y Meli por el compañerismo, el apoyo y los momentos bonitos. A mis profesoras y profesores por sus conocimientos transmitidos. A la M.Sc. Mauren Araya por su sabiduría y liderazgo; a la M.Sc. Maricruz Pérez por su entrega y esa forma linda de ser; a la M.Sc. Sharon Valverde, por su dedicación y exigencia para mejorar; a la M.Sc. Arlyn Madriz, por ser el vivo ejemplo de cuidado humanizado; a la M.Sc. Rebeca Gómez, porque siempre ha dejado una huella maravillosa en mi vida como estudiante universitaria y profesional, y por enseñarme de autocuidado en mi proceso de ser Enfermera. Y a la M.Sc. Maureen Barrantes por sus enseñanzas con ternura, por mostrar que con amor se aprende más y mejor. Agradezco con todo mi corazón a mi Danny Arias, en este sueño hecho realidad, creo que estuvimos destinados para esta meta juntos; gracias por tu paciencia y compañía, y por todo el aprendizaje académico y también de vida. Y gracias a esos seres peluditos que sin saberlo nos regalan paz cuando más la necesitamos: Patrick, Victury, Lucy, Mío, Ágata, Agatina y Teo. Diana M. IV Como primera instancia le agradezco a Dios, por permitirme lograr cada meta propuesta, en este caso, la cual Él sabe que desde el primer momento de la escogencia de la carrera era el énfasis que le quise dar y a pesar de los sacrificios realizados logro cumplirla. A mi mamá, que toda la vida me ha impulsado en seguir adelante y superarme día con día, sin temor alguno ante las metas propuestas y que ha estado presente durante cada proceso académico. Agradezco a mis amigos por su apoyo incondicional en todo el proceso que culmina luego de muchos años de esfuerzo, por apoyarme, cuidarme, motivarme y enseñarme siempre que este reto se podía cumplir. A Theo mi fiel e incondicional acompañante que se mantuvo a mi lado en toda la maestría sin importar la hora y al pie del cañón. Agradezco a todos mis maestros del conocimiento que Dios y el Universo pusieron en mi camino, ya que desde el día uno cuando fui aceptado en la maestría hasta el día de hoy que se presenta dicha Intervención como culminación de la Maestría en Salud Mental y Psiquiatría he tenido un fuerte acompañamiento durante todo el camino, gracias por cada conocimiento compartido, por ser un gran modelo y ejemplo a seguir y demostrar que Enfermería se tiene que dar su lugar esté donde esté y a la vez innovar en cada área en que participa. Gracias especiales a las M.Sc. Rebeca Gómez, M.Sc. Maureen Barrantes, M.Sc. Mauren Araya, M.Sc. Maricruz Pérez, M.Sc. Arlin Madriz y M.Sc. Sharon Valverde quienes fueron nuestra guía, luz y apoyo para poder plasmar en esta Intervención de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría todo el conocimiento adquirido. Gracias a mis compañeros de trabajo por apoyarme siempre en este proceso, ya que inició en un momento crucial a nivel mundial, porque nos encontrábamos en pandemia, donde los horarios eran los que menos se podían cambiar para poder estudiar, pero al final si se logró y ellos estuvieron anuentes a V ofrecerme su mano para que yo fuese un ejemplo más a seguir y que pudiera sacar mis estudios como lo hicieron cuando estuve en grado. A Ana Laura, por estar en toda la maestría donde me enseñó múltiples usos de la tecnología y aplicaciones y saber que podía contar con el apoyo incondicional inclusive a altas horas de la noche, por preocuparse por mi salud mental y escucharme siempre haciendo catarsis. A Josué por todo ese apoyo y el fraternal cariño que me ha demostrado a lo largo de esta valiosa amistad, que siempre has estado presente en los buenos y malos momentos. A Gaby, Nori y Meli, que fueron un apoyo muy fuerte e incondicional, día con día en todo el proceso vivido de esta maestría profesional, las cuales me dieron fuerzas para levantarme y lograr el objetivo cuando ya no podía más. Y, por último, pero no menos importante, gracias Dianita, por todo este proceso vivido en conjunto donde cada uno aprendió del otro y nos echamos la mano en lo que era desconocido para poder lograr el objetivo final, el cual se pudo lograr con excelencia. Danny A. VI VII Tabla de contenido DEDICATORIA ............................................................................................................................................. II AGRADECIMIENTOS ................................................................................................................................... III RESUMEN ................................................................................................................................................... X Abstract ..................................................................................................................................................... XI LISTA DE FIGURAS ..................................................................................................................................... XII LISTA DE TABLAS ..................................................................................................................................... XIII LISTA DE ABREVIATURAS ........................................................................................................................ XIV CAPÍTULO I ................................................................................................................................................. 2 PUNTO DE PARTIDA .................................................................................................................................... 2 1.1 Introducción ............................................................................................................................................. 2 1.2 PUNTO DE PARTIDA ............................................................................................................................... 11 1.2.1 ¿Qué es sistematizar? .................................................................................................................... 11 1.3 Las preguntas iniciales ........................................................................................................................... 14 1.3.1 ¿Para qué sistematizar la intervención o práctica? ........................................................................ 14 Objetivo de la sistematización ................................................................................................................ 14 Objetivos académicos ............................................................................................................................. 16 1.3.2 ¿Qué experiencia(s) se quieren sistematizar? ............................................................................... 16 Objeto de la sistematización ................................................................................................................... 16 1.3.3 ¿Qué aspectos centrales de esas experiencias nos interesa sistematizar? .................................... 17 Eje temático ............................................................................................................................................ 17 1.3.4 ¿Qué fuentes de información se van a utilizar? ............................................................................. 17 Registros: ................................................................................................................................................ 18 1.3.5 ¿Qué procedimiento concreto vamos a seguir y en qué tiempo? ................................................. 18 1.4 CONTEXTO TEÓRICO .............................................................................................................................. 20 1.4.1 Autocuidado ................................................................................................................................... 20 1.4.2 Persona Adulta Mayor ................................................................................................................... 22 1.4.3 SALUD MENTAL .............................................................................................................................. 24 1.4.4 Enfoque de Derechos Humanos ..................................................................................................... 29 1.4.5 Rol Cuidador ................................................................................................................................... 31 1.4.6 Enfoque de género ......................................................................................................................... 34 1.4.7 Teoría del Cuidado Humano ........................................................................................................... 36 1.5 CONTEXTO METODOLÓGICO ................................................................................................................. 41 VIII 1.5.1 Dinámicas de grupo ........................................................................................................................ 42 1.5.2 Diseño del Perfil de Entrada ................................................................................................................ 45 1.5.3 Consideraciones éticas ................................................................................................................... 47 1.5.4 Triangulación .................................................................................................................................. 51 CAPÍTULO II .............................................................................................................................................. 53 RECUPERACIÓN DEL PROCESO VIVIDO ...................................................................................................... 53 2.1 JUSTIFICACIÓN ....................................................................................................................................... 53 2.2 ANTECEDENTES ...................................................................................................................................... 57 2.2.1 Internacionales ............................................................................................................................... 57 2.2.2 Nacionales ..................................................................................................................................... 59 2.3 PROBLEMA A INTERVENIR ..................................................................................................................... 60 2.4 OBJETIVO DE LA INTERVENCIÓN ............................................................................................................ 60 2.4.1 Objetivo General ............................................................................................................................ 60 Objetivos Específicos ............................................................................................................................... 60 2.5 OBJETIVO INSTITUCIONAL ...................................................................................................................... 61 2.6 IMAGEN OBJETIVO ................................................................................................................................. 61 2.7 ENTORNO ............................................................................................................................................... 62 2.8 GENERALIDADES DE AGECO ................................................................................................................... 62 2.8.1 Misión de AGECO ........................................................................................................................... 63 2.8.2 Visión de AGECO ............................................................................................................................ 63 2.8.3 Valores de AGECO .......................................................................................................................... 63 2.8.4 Procesos de envejecimiento activo: ............................................................................................... 64 2.8.5 Ejercicio de los derechos humanos de las personas mayores: ....................................................... 64 2.8.6 Participación social de las personas mayores: ............................................................................... 64 2.9 COORDINACIONES .................................................................................................................................. 65 2.10 CRONOGRAMA DEL PROCESO VIVIDO ................................................................................................. 65 2.11 PRE - INTERVENCIÓN ............................................................................................................................ 67 2.12 POBLACIÓN .......................................................................................................................................... 67 2.13 Criterios de inclusión y exclusión .......................................................................................................... 67 2.13.1 Criterios de inclusión .................................................................................................................... 67 2.13.2 Criterios de exclusión ................................................................................................................... 68 2.14 CONSIDERACIONES ÉTICAS ................................................................................................................... 68 2.15 SÍNTESIS DEL PERFIL DE ENTRADA ....................................................................................................... 69 2.15.1 Escala de Zarit .............................................................................................................................. 74 2.15.2 Historial de enfermería basado en la teoría de los patrones funcionales de Marjory Gordon .... 75 2.16 DIAGNÓSTICOS Y PLANIFICACIÓN ........................................................................................................ 82 2.17 DESCRIPCIÓN DE LAS SESIONES ........................................................................................................... 87 SESIÓN 1: Perfil de Entrada .................................................................................................................... 87 SESIÓN 2: Demencia y Deterioro Cognitivo ............................................................................................ 90 SESIÓN 3: El autocuidado de la Salud Física ............................................................................................ 92 SESIÓN 4: El autocuidado de la Salud Mental ......................................................................................... 94 SESIÓN 5: Manejo del Estrés ................................................................................................................... 96 IX SESIÓN 6: El duelo ................................................................................................................................... 98 SESIÓN 7: Relaciones Interpersonales y Redes de apoyo ..................................................................... 100 SESIÓN 8: sesión de cierre: El perfil de salida (evaluación de la experiencia) ...................................... 101 2.18 RESULTADOS DEL PERFIL DE SALIDA .................................................................................................. 103 2.19 FACILITADORES Y EL PROCESO VIVIDO .............................................................................................. 104 CAPÍTULO III ........................................................................................................................................... 108 REFLEXIONES DE FONDO ........................................................................................................................ 108 Reflexiones de fondo .................................................................................................................................. 108 CAPÍTULO IV ........................................................................................................................................... 129 PUNTOS DE LLEGADA ............................................................................................................................. 129 4.1 Conclusiones ........................................................................................................................................ 129 4.2 Recomendaciones ................................................................................................................................ 134 4.2.1 Recomendaciones para La Asociación Gerontológica Costarricense (AGECO). ........................... 134 4.2.2 Recomendaciones Profesionales de Enfermería en Salud Mental ............................................... 135 4.2.3. Recomendaciones a la Maestría Profesional de Enfermería en Salud Mental ........................... 135 CAPÍTULO V REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y ANEXOS ........................................................................... 137 Referencias Bibliográficas ..................................................................................................................... 138 ANEXO 1 ................................................................................................................................................ 150 ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA ....................................................................................................... 150 ANEXO 2 ................................................................................................................................................ 153 ESCALA DE ZARIT ................................................................................................................................... 153 ANEXO 3 ................................................................................................................................................ 156 HISTORIAL DE ENFERMERÍA POR PATRONES FUNCIONALES ................................................................ 156 ANEXO 4 ................................................................................................................................................ 163 CONSENTIMIENTO INFORMADO ........................................................................................................... 163 ANEXO 5 ................................................................................................................................................ 165 VALORACIÓN DE LA INTERVENCIÓN ..................................................................................................... 165 ANEXO 6 ................................................................................................................................................ 166 Planeación de las Sesiones ..................................................................................................... 166 ANEXO 7 ................................................................................................................................................ 187 PRESENTACIONES DE LAS SESIONES ..................................................................................................... 187 X RESUMEN Introducción: Las experiencias en la adultez mayor, la información y el conocimiento adquirido, son pilares fundamentales en el desarrollo sociocultural, trascendiendo sus saberes generacionalmente. El presente trabajo corresponde al Informe Final de la Sistematización de la Intervención de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría, para el fortalecimiento del autocuidado de la persona adulta mayor con rol cuidador. Objetivo: Desarrollar una Intervención de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría, para el fortalecimiento del autocuidado de la persona adulta mayor con rol cuidador, que asiste a la Asociación Gerontológica Costarricense en el año 2022. Metodología: Esta investigación es cualitativa, con un enfoque fenomenológico, conceptualizado bajo la teoría del cuidado Humanizado de Jean Watson dentro del paradigma de la Transformación, utilizando la sistematización de experiencias como método de reflexión e interpretación crítica sobre la práctica del Proceso Enfermero, implementado bajo la Dinámica de Grupos. Discusión: Se refleja el autocuidado, como elemento esencial para el bienestar biopsicosocial, se destaca la importancia desde la perspectiva de la Enfermería de elaborar estrategias para la adquisición y el reforzamiento de habilidades para la vida de las personas adultas mayores contribuyendo con el esfuerzo de prevenir el riesgo del deterioro de la salud física y mental. Las intervenciones grupales son recursos que posibilitan el aprendizaje, la interacción y la promoción de la salud. La sistematización de experiencias, como propuesta formativa, permite que al expresar las vivencias, se materialicen los conocimientos y construyan aprendizajes conjuntos. Conclusiones: Se logró un empoderamiento personal y grupal, generando un mejoramiento en la calidad de vida. Se prioriza el valor de la persona cuidadora, potenciando en primer lugar su propia persona, y posteriormente la capacidad para brindar cuidados. XI Abstract Introduction: The experiences in older adulthood, the information and the knowledge acquired, are fundamental pillars in sociocultural development, transcending their knowledge generationally. This work corresponds to the Final Report of the Systematization of Nursing Intervention in Mental Health and Psychiatry, to strengthen the self-care of the elderly person with a caring role. Objective: Develop a Nursing Intervention in Mental Health and Psychiatry, to strengthen the self-care of the elderly person with a caregiver role, who attends the Costa Rican Gerontological Association in 2022. Methodology: This research is qualitative, with a phenomenological approach, conceptualized under Jean Watson's theory of Humanized Care within the Transformation paradigm, using the systematization of experiences as a method of reflection and critical interpretation on the practice of the Nursing Process, implemented under Group Dynamics. Discussion: Self-care is reflected, as an essential element for biopsychosocial well- being, the importance from the Nursing perspective of developing strategies for the acquisition and reinforcement of life skills for older adults is highlighted, contributing to the effort to prevent the risk of deterioration of physical and mental health. Group interventions are resources that enable learning, interaction and health promotion. The systematization of experiences, as a training proposal, allows the expression of experiences to materialize knowledge and build joint learning. Conclusions: Personal and group empowerment was achieved, generating an improvement in quality of life. The value of the caregiver is prioritized, first enhancing their own person, and then the ability to provide care. XII LISTA DE FIGURAS NÚMERO DE FIGURA PÁGINA Figura 1. Cronograma Plan de Sistematización. 19 Figura 2. Supuestos Básicos de la Teoría del Cuidado. 38 Figura 3. Red de Razonamiento Según Daniel Pesut. 86 XIII LISTA DE TABLAS NÚMERO DE TABLA PÁGINA Tabla 1. Cronograma de Intervención y Sistematización. 66 Tabla 2. Síntesis de Perfil de Entrada. 69 Tabla 3. Escala de Zarit. 74 Tabla 4. Diagnósticos NANDA, Resultados NOC e Intervenciones NIC. 83 XIV LISTA DE ABREVIATURAS OMS: Organización Mundial de la Salud. DDHH: Derechos Humanos. PIAM: Programa Institucional para la Persona Adulta y Adulta Mayor. OPS: Organización Panamericana de la Salud. AGECO: Asociación Gerontológica Costarricense. UCR: Universidad de Costa Rica. TC: Trabajo Comunal. VAS: Vicerrectoría de Acción Social. MEP: Ministerio de Educación Pública. ODS: Objetivos de Desarrollo Sostenible. CONAPAM: Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor. OEA: Organización de Estados Americanos. RAE: Real Academia Española. FIAPAM: Federación Iberoamericana de Asociaciones de Personas Adultas Mayores. CEPAL: Comisión Económica Para América Latina y el Caribe. SIBDI: Sistema de Bibliotecas, Documentación e Información. HTA: Hipertensión Arterial. DM: Diabetes Mellitus. NANDA: North American Nursing Diagnosis Association. NOC: Nursing Outcomes Classification. NIC: Nursing Interventions Classification. XV DEs: Diagnósticos Enfermeros. TICs: Tecnologías de la Información y Comunicación. CECR: Colegio de Enfermeras y Enfermeros de Costa Rica. 1 CAPÍTULO I Punto de Partida 2 CAPÍTULO I PUNTO DE PARTIDA 1.1 Introducción La adultez mayor es la etapa de la vida, que según la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor en Costa Rica, comprende a “toda persona de sesenta y cinco años o más”, como lo menciona el artículo 2 (s.p.). Las experiencias de los y las adultas mayores, las vivencias desde la infancia, toda la información y el conocimiento adquirido desde su entorno familiar y social, los valida para ser pilares fundamentales en el desarrollo cultural y social, trascendiendo sus saberes a través de las diversas generaciones. Es de suma relevancia integrar los entornos físicos y psicosociales, tomando en cuenta factores biológicos y genéticos, los antecedentes patológicos personales y familiares, la etnia, el nivel socioeconómico, las relaciones interpersonales, las condiciones ambientales y socioculturales, para crear proyectos y programas que contribuyan a la prevención de afecciones de salud complejos como los síndromes geriátricos, que pueden presentarse en la última etapa de la vida; además, que promuevan condiciones favorables en los estilos de vida de las personas adultas mayores, la concientización de otras generaciones y la inclusión social. El autocuidado, definido por la OMS (2022) como, “la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir las enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un profesional de la salud” (p.8), y la salud mental, son esenciales para el bienestar del ser humano; cada etapa del desarrollo implica objetivos por cumplir, retos, aprendizaje y crecimiento, también conlleva dificultades, obstáculos y a veces lamentablemente dolor emocional. Esto nos lleva 3 a reflexionar acerca de “la voluntad del sentido”, como lo concibe Viktor Frankl, mencionado por Mézerville (2004): Entendida como la fuerza motivadora primordial en la vida del ser humano, permite definir a la persona madura como aquella que, en un momento determinado de su vida, va desarrollando un sano sentido de identidad, un cálido sentido de pertenencia y fraternidad con sus semejantes, y un sólido sentido de misión como significado último de su existencia. (p. 11) La adultez mayor, es una etapa crucial y crítica del desarrollo biopsicosocial de las personas, por lo tanto, es fundamental visualizarla desde una perspectiva positiva e integral, generando acciones que transformen la cultura excluyente de nuestra sociedad. Según el Consejo de DDHH (2018): Uno de los principales obstáculos para que las personas de edad ejerzan sus derechos en igualdad de condiciones con las demás y para asegurar su inclusión social es la falta de reconocimiento de sus aportaciones y de su potencial sin explotar. Este desconocimiento está profundamente arraigado en estereotipos negativos sobre los rasgos característicos de las personas mayores. Los prejuicios según los cuales las personas de edad son frágiles, vulnerables a la enfermedad y dependientes conducen a su marginación y legitiman prácticas excluyentes. (p. 8) Por lo anterior, es fundamental brindar las posibilidades a las personas adultas mayores de cubrir todas sus necesidades en el proceso de envejecimiento y permitir que sigan siendo una población socialmente activa, sin estigmatizaciones. En este sentido, el respeto al derecho de autonomía es fundamental para la inclusión social, como lo indica Morera (2016), “en el artículo 36 del Código Civil: La capacidad jurídica es inherente a las personas durante su existencia, de un modo absoluto y general. Así pues, la capacidad según este artículo se tiene y al igual que la autonomía de voluntad se presentan a menos de que las excepciones de ley les restrinja. No obstante, la investigadora sostiene 4 que puede estar influenciado por agentes políticos, ambientales, culturales o incluso por personas o circunstancias. (p. 74). De esta manera, la participación, la opinión y el poder de decisión de las personas mayores, son esenciales en esta etapa del desarrollo humano, en que se debe fortalecer el cuidado integral, la salud mental y el autocuidado como en todas las poblaciones de manera inclusiva, con un enfoque holístico de la persona, su entorno y el significado de sus experiencias; utilizando recursos dirigidos según las necesidades específicas que se presentan. Según Peplau (1990), “las funciones enfermeras son educativas y terapéuticas cuando inducen a las personas a desarrollar habilidades para la solución de los problemas” (p. 7). Desde la perspectiva de la Enfermería especializada en Salud Mental se crea la posibilidad de elaborar estrategias para la adquisición y el reforzamiento de habilidades para la vida de las personas adultas mayores en sus diferentes entornos, y así contribuir con el esfuerzo de prevenir el riesgo del deterioro de la salud física y mental de esta población vulnerable. Según DiCaprio (1989): La octava y última etapa de la vida, en el esquema de Erikson, abarca desde los 60 años hasta la muerte. La integridad del ego, que es la tarea principal de este período, implica una unificación de toda la personalidad, con el ego como principal fuerza determinante. (p198) Además, DiCaprio (1989) indica que: La perspectiva de llegar al final de la vida puede producirle profunda angustia a muchas personas. Los ancianos experimentan dificultades, que varían de dolores y malestares físicos, de apatía y pérdida de interés en las cosas y las personas, hasta sentimientos de inutilidad, aislamiento y desesperación. (p.199) Lo anterior hace referencia a “la integridad del ego versus desesperación” ya que, esta última etapa de la vida puede presentarse de manera serena o bien, llena de inquietud, dependiendo de las resoluciones de las etapas anteriores. 5 Según Erikson, el cumplimiento exitoso de los propósitos de las etapas previas crea la capacidad de enfrentar de manera positiva el paso por este último ciclo de vida. DiCaprio (1989), mencionando a Erikson indica que, “la autonomía es necesaria para encarar con seguridad en sí mismo los problemas de este período. La iniciativa y la laboriosidad son necesarias para cambiar las circunstancias susceptibles del cambio”. También refiere que “el sentido de identidad es la posesión más vital, debido a que el ego es valorado como la faceta más importante de nuestra personalidad” (p.200). En este caso, el eje temático del presente trabajo es el autocuidado de la persona adulta mayor con rol cuidador dirigido a un grupo de personas adultas mayores pertenecientes a la Asociación Gerontológica Costarricense. En el caso de la población adulta mayor, se ha demostrado la eficacia de implementar programas de intervención para la salud y la vida, como por ejemplo el Programa Institucional para la persona Adulta y Adulta Mayor (PIAM), según lo menciona Masis y Rapso (2017): El contacto cotidiano con las personas adultas y adultas mayores que participan en los programas universitarios, indica que éstos impactan diferentes esferas de sus vidas: se evidencia en la mejora de su salud (física- cognitiva-emocional), en el aumento de sus niveles de actividad que favorecen las sociabilidad con otras personas de su edad y el establecimiento de vínculos con otras generaciones, y por supuesto en la adquisición y actualización de nuevos conocimientos, que les mantiene vigentes en los temas de su interés; así mismo, se reposicionan frente a los otros y frente a sí mismos. (p. 11) Desde esta perspectiva, la enfermería como disciplina científica, brinda opciones enfocadas a la elección de estilos de vida sanos, adecuada salud mental y fomenta la adquisición de conocimientos que potencien el autocuidado, la autonomía y la participación social. 6 Las intervenciones grupales con personas adultas mayores son recursos que posibilitan el aprendizaje, la interacción entre iguales, facilitan los procesos de promoción de la salud y la incorporación de estilos de vida que les brinde bienestar físico y mental, ya que como lo indica Sánchez (2014): La estructura del grupo cumple, pues, una función estabilizadora del mismo, de sus relaciones y de sus metas comunes y hace referencia a las interrelaciones entre los miembros del grupo y las directrices de su comportamiento que le hacen funcionar de una manera ordenada y predecible. (p. 267) El ejercicio de la disciplina de enfermería maneja una versatilidad muy amplia, por lo que la convierte en una ciencia completa y compleja a la vez, donde con su dinamismo responde ante muchas de las situaciones y necesidades del individuo, la sociedad y a los cambios de salud que se generan en las diferentes etapas del desarrollo humano. Por tal razón, los profesionales en enfermería deben prepararse de manera integral para brindar una atención holística que incluye acompañamiento en la salud física y mental de las personas. De tal manera, dentro de las numerosas definiciones del rol de la enfermera o enfermero, se puede rescatar la siguiente, mencionada por Virginia Henderson: La función singular de la enfermera es asistir al individuo, enfermo o sano, en la realización de actividades que promueven la salud o su recuperación (o una muerte serena) que aquél llevaría a cabo sin ayuda si tuviera la fuerza, la voluntad o el conocimiento necesario, y hacerlo de manera de ayudarlo a recobrar su independencia con la brevedad posible. (Henderson 1961) Por lo tanto, en este entendido, enfermería es una profesión polivalente, que logra proveer toda la gama de actividades, para que las personas puedan restablecer el continuo salud-enfermedad en cualquier nivel de atención; a su vez, maneja a cabalidad el arte de cuidar y establecer potenciales que se valoran en el proceso enfermero logrando así, a lo largo del tiempo, que exista una colaboración 7 con individuos, familias y comunidades generando investigaciones e intervenciones terapéuticas. Por tal razón, la responsabilidad educativa e investigativa de la especialidad científica de enfermería, ha ocasionado que incorpore tendencias y métodos de la investigación social, entre ellas la sistematización, que como lo menciona la OPS (2013): La sistematización de la práctica es un proceso de búsqueda y reflexión destinado a construir conocimiento a partir de la recuperación y conceptualización de experiencias con el fin de conocer y mejorar la práctica, así como socializar la información que emana de las mismas. Ha sido concebida como un método vinculado al paradigma crítico de las ciencias sociales”; además adiciona que, “en el devenir de sus tres momentos — análisis y reconstrucción de la práctica; reflexión y teorización; propuesta estratégica de transformación —, posibilita la devolución del acto de enfermería a su condición de pensamiento-acción de cuidar. (p. 135) De esta manera, es enriquecedor el conocimiento que se genera a partir de los procesos enfermeros referentes al crecimiento y desarrollo humano en las diferentes etapas de la vida. De acuerdo con lo anterior, la educación en la etapa de la adultez es esencial para lograr el desafío de promover y fortalecer el autocuidado de las personas adultas mayores con rol cuidador, se ideó un enfoque totalmente participativo en el que se crearon estrategias de salud mental desde las experiencias de cada participante, lo que genera una “transformación social” como lo indica la OPS (2013), “en relación con la transformación social, la sistematización promueve la transformación del pensamiento de sus actores, orientándolos hacia la creación de nuevas prácticas de excelencia, de libertad y de ética.” (p.139) 8 Tomando en consideración la relevancia de la participación social en la búsqueda de herramientas para el mejoramiento de la salud, la sistematización se presenta según Jara (2018) como: Aquella interpretación crítica de una o varias experiencias que, a partir de su ordenamiento y reconstrucción, descubre o explicita la lógica y el sentido del proceso vivido en ellas: los diversos factores que intervinieron, cómo se relacionaron entre sí y por qué lo hicieron de ese modo. (p.61) Al expresar las vivencias, las personas son capaces de materializar todos los conocimientos y construir aprendizajes conjuntos como grupo que atraviesan la misma etapa de vida y prácticas de cuidado similares. La sistematización de experiencias, como propuesta formativa establecida por Jara (1994), plantea cinco momentos fundamentales para su elaboración, que son los siguientes: • Punto de partida; implica haber sido parte del proceso experiencial y registrar las experiencias. • Las preguntas iniciales, fundamentales para la recopilación de los registros obtenidos durante el marco temporal del proceso, en este momento se define el objetivo, se delimita el objeto a sistematizar, se precisa el eje temático, las fuentes de información y procedimientos a seguir. • Recuperación del proceso vivido mediante la organización de los registros y otros elementos componenciales de la experiencia, la reconstrucción de la historia. • La reflexión de fondo es el análisis, síntesis e interpretación crítica del proceso y los resultados formativos. • Los puntos de llegada son las conclusiones de todo el proceso vivido y la comunicación de los aprendizajes. Para la profesión enfermera el uso de la sistematización de experiencias es un recurso de suma importancia, ya que como lo indica la OPS (2013), “como 9 método científico-social moviliza el devenir permanente de distinguir, pensar, reconstruir e innovar la práctica de la enfermería en sus diversas expresiones, permitiendo comprender y transformar el fenómeno del cuidado como contribución al bienestar humano y al conocimiento universal” (p. 137). Sin embargo, como parte de la experiencia misma sistematizada, fue la intervención de enfermería llevada a cabo en este proceso con personas adultas mayores, que se basó en la aplicación de cada una de las etapas del proceso enfermero, las cuales según Bellido y Lendínez (2010) son: • Valoración: consiste en el proceso organizado y sistemático de recogida y análisis de la información sobre el estado de salud buscando evidencias de funcionamiento anormal o factores de riesgo que puedan generar problemas, así como recursos y capacidades con los que cuenta la persona. (p. 26) • Diagnóstico: es el juicio clínico sobre la respuesta de una persona, familia o comunidad frente a problemas de salud/procesos vitales reales o potenciales. El diagnóstico enfermero proporciona la base para la selección de intervenciones enfermeras destinadas a lograr los objetivos de los que la enfermera es responsable. (p. 28) • Planificación: en esta etapa se da el establecimiento de prioridades para el abordaje de los problemas, el establecimiento de resultados (objetivos) de forma clara de tal manera que orienten y guíen la actuación enfermera, formulados en términos de conducta observable del individuo. Además, la selección de intervenciones y actividades, y el registro del plan de cuidados. (p. 32) • Ejecución: es la puesta en práctica de las intervenciones planificadas para el logro de los objetivos establecidos en el plan de cuidados, esto incluye la preparación, la realización de las actividades y el registro. (p. 33) • Evaluación: está presente en cada una de las etapas descritas, de forma continuada; y como última etapa del proceso enfermero, el profesional evalúa en qué medida se ha modificado la situación inicial como respuesta a las intervenciones enfermeras. (p. 33) 10 Es muy importante destacar que tanto los cinco momentos de la sistematización de experiencias propuestos por Oscar Jara (2018), como las cinco etapas del Proceso de Enfermería son un ciclo que se retroalimenta de manera dinámica, sin afectar negativamente el proceso investigativo y los resultados, por el contrario se enriquece de manera retroactiva, dependiendo de las vivencias de cada participante. Por tanto, el siguiente trabajo corresponde al Informe Final de la Sistematización de la Intervención de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría, para el fortalecimiento del autocuidado de la persona adulta mayor con rol cuidador, dirigido a un grupo de personas adultas mayores que asiste a la Asociación Gerontológica Costarricense, en el año 2022; realizada por dos estudiantes de la Maestría Profesional de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría de la Universidad de Costa Rica. El mismo, tiene como objetivo socializar la información acerca de la relevancia científica, disciplinar y social del autocuidado de la persona adulta mayor con rol cuidador, a partir de las experiencias de 15 personas participantes del proceso, tomando en cuenta la concientización de las implicaciones biopsicosociales del proceso de envejecimiento y un análisis de los posibles abordajes que pueden desarrollarse desde la perspectiva de la especialización de Enfermería en Salud Mental, bajo un enfoque inclusivo, género sensitivo y de derechos humanos. Como parte de la metodología de dicho proceso se da una inscripción coordinada entre la Universidad de Costa Rica y la Asociación Gerontológica Costarricense, con una modalidad virtual a causa de la pandemia. Se incluyó la recopilación de la información concerniente a la estructura de grupo, tomando en cuenta la participación activa de la población adulta mayor de AGECO y las políticas institucionales concernientes a la adultez mayor en nuestro país, con la finalidad de elaborar herramientas útiles para la prevención del deterioro físico y emocional, promoviendo una adecuada autoestima, autoimagen y autoconcepto; y que además, consecuentemente se pueda visualizar una apertura 11 al involucramiento de las familias y las comunidades cercanas hacia las buenas prácticas de bienestar de las personas de la tercera edad con rol cuidador. Seguidamente, se detallan cada una de las etapas de la sistematización de experiencias y el proceso enfermero con las que se procedió en la intervención de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría, basada en el metaparadigma de Jean Watson para el fortalecimiento del autocuidado de la persona adulta mayor con rol cuidador pertenecientes a un grupo de la Asociación Gerontológica Costarricense (AGECO). 1.2 PUNTO DE PARTIDA Este es el primer momento, en el que se describe y se detalla el proceso de sistematización, su significado y las razones por las cuales se utiliza esta metodología investigativa, como lo menciona Jara (2018), “estos esfuerzos de investigación se centran en recopilar, clasificar, catalogar y organizar repertorios de experiencias, tarea que recibe el nombre de sistematización” (p. 36) Por lo tanto se inicia con el siguiente cuestionamiento: 1.2.1 ¿Qué es sistematizar? Para lograr un entendimiento claro del proceso de sistematización, es fundamental definir el concepto de sistematización de experiencias, que para Jara (2018) significa, “una nueva modalidad de producción de conocimiento: las reflexiones provenientes no de teorías o parámetros predefinidos, sino surgidas del encuentro entre sus protagonistas, quienes aportan una mirada crítica a las experiencias vivas, reales y en construcción en las cuales participan” (p.40), y diferenciarlo de la conceptualización de sistematización de información, que según Jara (2018): Un punto de partida importante es reconocer que se ha establecido un consenso en diferenciar la sistematización de información, en tanto 12 ordenamiento, clasificación y catalogación de distintos tipos de datos, de la sistematización de experiencias, que las entiende como procesos históricos y complejos en los que intervienen diferentes actores y que se llevan a cabo en un contexto económico, social y cultural determinado, y en situaciones organizativas o institucionales particulares. Por ello, hablar de sistematizar experiencias alude a un esfuerzo cualitativamente más complejo que el que implica solamente organizar o clasificar datos, es decir, sistematizar informaciones.(p. 52) Esencialmente, la sistematización de experiencias es un proceso de reflexión e interpretación crítica sobre la práctica y desde la práctica, que se realiza con base en la reconstrucción y ordenamiento de los factores objetivos y subjetivos que han intervenido en esa experiencia, para extraer aprendizajes y compartirlos Jara (1994). A partir de la práctica grupal de los procesos de sistematización de experiencias, se busca interpretar desde el conocimiento propio, los sucesos vivenciados para organizarlos de manera significativa y producir aprendizajes individuales y colectivos. Según Jara (2018), “hay, por tanto, una reconstrucción del objeto y del sujeto; aparece, entonces, una nueva subjetividad. Con la curiosidad epistemológica, el rigor metódico, partiendo de saberes de la experiencia, y problematizándolos, podemos pasar a producir una mirada crítica y creadora que nos convierte en sujetos de transformación” (p. 56), esto es necesario para lograr generar conocimiento significativo y útil. Es así como las características de cada persona protagonista, determinan la experiencia vivida, incluyendo percepciones, pensamientos, emociones y procesos socioculturales en un entorno económico y político específico para cada quien, creando de esta forma procesos dinámicos y complejos, como lo menciona Jara (2018): 13 Entonces, en este entramado complejo, multidimensional y pluridireccional de factores objetivos y subjetivos que constituyen lo que llamamos experiencia, no hay simplemente hechos y cosas que suceden; hay personas que hacemos que ellos ocurran y que nos impacten: personas que pensamos, sentimos, vivimos, hacemos que esos hechos se den en contextos y situaciones determinadas y que al hacerlo se convierten en nuevas experiencias que construyen, a su vez, nuevos contextos, situaciones, emociones y relaciones, en una dinámica histórica de vinculaciones y movimientos que nunca concluye. (pp 53-54) La sistematización implica el registro de las experiencias como característica esencial de este método investigativo, que aunado al Proceso Enfermero crea conocimientos relevantes para el quehacer de la enfermería. Según Varela et al (2012): La investigación en enfermería se define como un proceso científico que valida y mejora el conocimiento existente y genera nuevo conocimiento que influye en la práctica enfermera, directa o indirectamente. Con la incorporación de los estudios universitarios, el rol y las competencias profesionales de la enfermería han evolucionado hacia una posición autónoma, responsable y con un campo de conocimientos propio. (p.19) En síntesis, la sistematización de experiencias y el Proceso de Enfermería, se complementan; el primer momento es la vivencia de la experiencia en sí, poder experimentarla, es aquí donde comienza también el Proceso de Enfermería con la valoración, recolección de los datos y la información necesaria de la persona/grupo a trabajar y su entorno. En el segundo momento, se traza el plan de sistematización, incluyendo el planteamiento del objetivo, la definición del objeto y la delimitación del eje temático; en esta etapa se realiza el diagnóstico y la planificación del Proceso Enfermero. 14 En el tercer y cuarto momento, se lleva a cabo la clasificación y el ordenamiento de la información y la reconstrucción de la historia, coincidiendo con la etapa de ejecución del Proceso de Enfermería en la intervención propia del profesional. En el quinto y último momento, se logran formular las conclusiones, recomendaciones y se comunican los aprendizajes adquiridos durante el proceso, además, se da la evaluación del Proceso Enfermero, valorando el cumplimiento de la consecución de objetivos. 1.3 Las preguntas iniciales 1.3.1 ¿Para qué sistematizar la intervención o práctica? Objetivo de la sistematización La presente Sistematización de la Intervención de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría, tiene como objetivo socializar la información acerca de la relevancia científica, disciplinar y social, del autocuidado de la persona adulta mayor con rol cuidador, a partir de las experiencias de un grupo de personas que asiste a la Asociación Gerontológica Costarricense. En la sistematización realizada, se destaca el desafío de complementar esta metodología con la implementación del Proceso Enfermero, mediante el uso de la dinámica de grupos como principal herramienta en la Intervención de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría, en conjunto con un grupo de personas adultas mayores pertenecientes a AGECO. Partiendo de la importancia de abordar el autocuidado de la persona adulta mayor con rol cuidador desde la valoración del Proceso Enfermero y el método de 15 sistematización de experiencias, se pretende construir un engranaje de pensamientos y vivencias que reflejen la necesidad del fortalecimiento de este autocuidado. Como lo menciona Jara (2018): Este proceso y los aprendizajes que obtengamos de él serán los que faciliten ahondar en pistas de reflexión epistemológica incorporando nuevas vertientes del pensamiento contemporáneo; ayudará a identificar pautas de interpretación desde las nuevas prácticas sociales y políticas, que expresan nuevas lógicas y sentidos tal vez no comprensibles por los esquemas analíticos y teóricos tradicionales, y hará de este ejercicio una forma de aproximación al conocimiento y transformación de la práctica, no restringida a especialistas. (p. 50) Por consiguiente, enfermería como profesión y disciplina social se ve inmersa en el acelerado desarrollo de la humanidad en todos sus ámbitos, debiendo ajustarse para responder con calidad e integralidad a las nuevas necesidades de cuidado a nivel individual y social, y adaptarse al mismo tiempo a un mundo laboral progresivamente más competitivo, con mayor empoderamiento basado en el conocimiento adquirido diariamente, utilizando recursos innovadores que agilicen los procesos, como es la sistematización, que según Speranza (2016): No es una tarea necesariamente complicada, sino por el contrario una actividad que fácilmente puede comenzar a formar parte de la rutina y las actividades cotidianas de un equipo de trabajo. El análisis minucioso y metodológicamente pautado de las acciones que se lleven adelante, contribuye enormemente a que exista una mejor comprensión de los procesos que se quieren analizar. (pp 7-8) Por lo tanto, la sistematización de experiencias permite obtener información, contextualizarla, reorganizarla, transformarla y generar conocimientos propios de la disciplina enfermera, necesaria para la toma de decisiones y la resolución de 16 problemas de la práctica profesional específicos y en grupos multidisciplinarios. Según lo indica la OPS (2013): La sistematización pone énfasis en tres momentos: en la reconstrucción ordenada y el análisis de la práctica; en la teorización y reconceptualización de la práctica, y en la transformación de la práctica. Cada uno de estos momentos supone producción de conocimientos, progreso en nivel de complejidad de la comprensión y devolución de la práctica como objeto pensado y transformado. (p. 139) De tal manera, la sistematización en la práctica, busca promover la construcción de conocimientos significativos a partir del análisis crítico de las percepciones individuales y colectivas, en relaciones que dan identidad a las prácticas de las personas en sus diferentes ámbitos sociales. Objetivos académicos • Aplicar la sistematización de experiencias a la intervención de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría, con el fin de producir conocimiento teórico a partir de la práctica. • Aportar a la reflexión y a la construcción del conocimiento teórico a partir del análisis de la práctica de enfermería mediante la sistematización de experiencias. 1.3.2 ¿Qué experiencia(s) se quieren sistematizar? Objeto de la sistematización El objeto de la sistematización abordado en el presente trabajo, es la Intervención de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría llevada a cabo por dos estudiantes de la Maestría en Salud Mental y Psiquiatría, para fortalecer el autocuidado de la persona adulta mayor con rol cuidador, dirigido a un grupo de 17 personas adultas mayores que asisten a la Asociación Gerontológica Costarricense. De tal modo que por medio de la sistematización se busca ordenar la experiencia misma para encontrar aprendizajes y hacer devoluciones a la población, con la finalidad eventual de crear proyectos, políticas o fortalecer la práctica profesional, en este caso proyectada desde la Enfermería en Salud Mental hacia la población adulta mayor que cumple el rol de persona cuidadora. 1.3.3 ¿Qué aspectos centrales de esas experiencias nos interesa sistematizar? Eje temático En este caso, el eje de sistematización son las experiencias vividas referidas por personas adultas mayores participantes de la Intervención de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría, en cuanto a su autocuidado a partir del contexto de su rol como cuidadores, lo que se desarrolla más ampliamente en el siguiente capítulo. Además, las prácticas de autocuidado de la persona adulta mayor con rol cuidador, según las experiencias vividas por esta población en su cotidianidad, su percepción, definición e identificación desde una perspectiva de cuidado humanizado; con la finalidad de brindar herramientas que favorezcan el fortalecimiento del autocuidado en esta población. 1.3.4 ¿Qué fuentes de información se van a utilizar? Para llevar a cabo ésta sistematización, se contaron con los siguientes registros de la experiencia, ya que según lo menciona Jara (2018), “es importante proceder a identificar los registros con los que se cuenta, de tal manera que podamos saber si ellos nos permitirán o no acceder a la información que hará posible que arribemos a los resultados esperados y anotar nuevas fuentes” (p. 147). 18 Registros: • Perfil de Entrada. • Diagnósticos del Proceso Enfermero. • Cuadernos de apuntes personales. • Diarios de campo. • Planes de trabajo. • Diseños de actividades. • Actas de reuniones, memorias de eventos. • Listas de participantes. • Informes y reportes. • Perfil de salida. Además, se llevaron a cabo entrevistas a las personas participantes y a informantes claves, recopilación de testimonios, búsqueda documental (en bibliotecas, centros de documentación, diarios o revistas). También, por medio de recuperación histórica, elaboración colectiva de matrices, mapas u otros métodos que facilitaron datos con los que no se disponían en las fuentes a las que se recurrieron. 1.3.5 ¿Qué procedimiento concreto vamos a seguir y en qué tiempo? El procedimiento a seguir es el Cronograma del Plan de Sistematización, la organización de un plan detallado de los pasos concretos que se darán para sistematizar las distintas etapas o momentos, que se detalla en el siguiente capítulo. 19 FIGURA 1 Cronograma del Plan de Sistematización Fuente: Elaboración propia 20 1.4 CONTEXTO TEÓRICO Este Trabajo Final de Graduación se basó en la necesidad de la valoración del autocuidado de las personas adultas mayores con rol cuidador, es esencial definir los temas que fundamentan el presente trabajo, entre ellos: autocuidado, persona adulta mayor, salud mental, enfoque de derechos humanos, rol cuidador y enfoque de género, como ejes fundamentales en el ejercicio de cuidarse a sí mismo y de brindar cuidados a otras personas, y que pueden encontrarse disminuidos o alterados, de tal manera que se necesiten estrategias de mejora para ser corregidos o fortalecidos en cada participante. Además, se incluye dentro de este contexto teórico, el cuidado como metaparadigma de enfermería, bajo el cual se desarrollará el presente proceso de sistematización, basado en el cuidado humanizado plasmado en la Teoría del Cuidado Humano de Jean Watson. 1.4.1 Autocuidado El autocuidado o el cuidado a sí mismo, requiere el conocimiento de las propias necesidades y la toma de decisiones para el bienestar físico, emocional, socioeconómico, ambiental y espiritual; y el reconocimiento de la responsabilidad que implica este bienestar individual, que se amplía, impactando a la familia, la comunidad y a la sociedad en general. Dentro de las bases teóricas estipuladas por Dorothea Orem, se define que el autocuidado: Consiste en la práctica de las actividades que las personas maduras, o que están madurando, inician y llevan a cabo en determinados períodos, por su propia parte y con el interés de mantener un funcionamiento vivo y sano, y continuar con el desarrollo personal y el bienestar mediante la satisfacción de requisitos para las regulaciones funcionales y del desarrollo. (Orem, 2001, p. 522) 21 También, Velis et al (2018), menciona que: El autocuidado es una función reguladora del hombre, que los individuos deben, intencionadamente llevar a cabo por sí solos, una actividad, aprendida por éste y orientada hacia un objetivo, una conducta que aparece en situaciones específicas de la vida, y que la persona dirige hacia sí misma o hacia el medio para regular los factores que afectan a su propio desarrollo y actividad en beneficio de la vida, salud o bienestar. ( p.4) Dicha actividad, se ve afectada directamente por diez factores condicionantes básicos propuestos por Orem, que pueden alterar el proceso de autocuidado de las personas en ciertos momentos y bajo algunas circunstancias; que según Raile y Marriner (2011), se han identificado: “edad, sexo, estado de desarrollo, estado de salud, modelo de vida, factores de sistema sanitario, factores del sistema familiar, factores socioculturales, disponibilidad de recursos y factores externos del entorno” (p. 271). Las personas que poseen niveles adecuados de autocuidado, no solo contribuyen al mejoramiento de su calidad de vida, si no también, ejercen un rol fundamental en la aplicabilidad de los programas preventivos y de promoción del sector salud, colaborando de forma indirecta con la sostenibilidad social y financiera del sistema nacional sanitario; lo que puede generar un modelo de salud pública más sustentable y eficiente para toda la población. Ejemplo de ello son las zonas azules, que son lugares donde se concentran poblaciones de alta longevidad, con edades entre los 90 y 100 años o más. En nuestro país, según Mayorga (2019): Un estudio que inició en el 2004, en la UCR, detectó en Nicoya, Guanacaste, un punto donde la población mayor a los 100 años es abundante. Solo existen 6 regiones en el mundo con esa característica. Dichas zonas han sido ampliamente examinadas porque se quieren descubrir los secretos de una larga y buena vida. (s.p.) 22 Por otra parte, la autora menciona que, “mucho del análisis valora los factores ambientales como el tipo de agua, la comida, la nutrición (particularmente el consumo de granos) y la relevancia de las redes sociales, las cuales suelen ser mayores a las que se desarrollan en el Valle Central” (s.p.). Por lo anterior el autocuidado adquiere una relevancia especial en todas las etapas de la vida, en especial en la adultez mayor, donde es esencial para mantener su calidad de vida, de ahí que a continuación se presentan aspectos importantes vinculados a ese grupo etario. 1.4.2 Persona Adulta Mayor El envejecimiento es un proceso inherente de todos los seres vivos y que implica cambios fisiológicos y anatómicos con el paso del tiempo. En el ser humano se presentan una serie de cambios psicobiológicos que están relacionados con el entorno sociocultural en donde se ven involucradas otras personas. Según Alvarado y Salazar (2014): El envejecimiento es un fenómeno presente a lo largo del ciclo vital desde el mismo proceso de la concepción hasta la muerte. Sin embargo, a pesar de ser un fenómeno natural conocido por todos los seres humanos, es difícil de aceptar como una realidad innata del ser humano. (s.p.) Por lo tanto se deduce que, el proceso de envejecimiento es inevitable para todos los seres vivos, con modificaciones continuas en cuanto a la anatomía y fisiología, que afectan además, la esfera psicosocial y de salud mental de los seres humanos. Según datos y cifras de la OMS (2018): Entre 2015 y 2050, el porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, pasando del 12% al 22%; eso implica que para el 2050 se espera que la población mundial con edades superiores a los 60 años llegue a los 2000 millones, un aumento de 900 millones con respecto al 2015. (s.p.) 23 Además, la OMS (2018) menciona que se tiene previsto que “para el 2050, un 80% de todas las personas mayores vivirá en países de ingresos bajos y medianos” (s.p.). Ese incremento en la población adulta mayor, crea la necesidad de un cambio de perspectiva, de conciencia general y de políticas sociales para favorecer la inclusión de las personas en esta etapa de la vida, en todos los contextos socioculturales y económicos de la sociedad; este cambio demográfico significa un importante reto a nivel mundial para garantizar un adecuado funcionamiento de los sistemas sanitarios y sociales. En el análisis acerca del envejecimiento realizado por la OMS (2018), se indica que: La ampliación de la esperanza de vida ofrece oportunidades, no solo para las personas mayores y sus familias, sino también para las sociedades en su conjunto. En esos años de vida adicionales, se pueden emprender nuevas actividades, como continuar los estudios, iniciar una nueva profesión o retomar antiguas aficiones. (s.p.) Por lo tanto, la contribución de las personas adultas mayores a las familias, comunidades y al país es invaluable; este aspecto se visualiza en actividades ejercidas por personas adultas mayores como el voluntariado y en ejercer el rol cuidador, ya que al llegar a la jubilación se logra el disfrute de más tiempo libre, el cual tiende a ser ocupado por labores sociales, en donde el cuidar a otras personas es una de las que se destaca. Es muy importante comprender el envejecimiento de forma integral, ya que, así como lo menciona la OMS (2018): El envejecimiento también está asociado con otras transiciones de la vida como la jubilación, el traslado a viviendas más apropiadas, y la muerte de amigos y pareja. En la formulación de una respuesta de salud pública al envejecimiento, es importante tener en cuenta no solo los elementos que amortiguan las pérdidas asociadas con la vejez, sino también los que pueden reforzar la recuperación, la adaptación y el crecimiento psicosocial. (s.p.) 24 Para lograr un envejecimiento exitoso es fundamental que las personas adultas mayores sean capaces de implementar mecanismos adaptativos psicológicos y sociales para compensar las limitaciones fisiológicas, que generen bienestar y una alta autoevaluación de la calidad de vida, además, un sentido de realización personal, incluso en el contexto de la enfermedad y discapacidad. En el presente trabajo, se rescatan los aspectos mencionados anteriormente incluyéndolos como parte esencial de esta etapa del desarrollo de las personas adultas mayores, con el fin de brindar apoyo en el fortalecimiento del autocuidado, aún más si están ejerciendo un rol cuidador. 1.4.3 SALUD MENTAL Al dar a conocer diversos aspectos que son contemplados dentro de las definiciones de Salud Mental, que con anterioridad eran vistos como algo estereotipado para las personas adultas mayores, es esencial concientizar sobre la importancia de realizar una introspectiva donde se identifica que no se puede enmarcar su actuar como algo bueno o algo malo y que la Salud Mental existe y hay que fortalecerla. Al valorar el siguiente párrafo que menciona la OMS en su comunicado de prensa de Ginebra del 2022: La estigmatización, la discriminación y la violación de los derechos humanos de las personas con trastornos mentales están muy extendidas en la sociedad y en los sistemas de atención de todo el mundo; de hecho, en 20 países todavía se penalizan los intentos de suicidio. En todos los países, las personas más pobres y más desfavorecidas de la sociedad son las que mayores riesgos corren de verse afectadas por mala salud mental y también las que menos probabilidades tienen de recibir los servicios adecuados. (s.p.) 25 Se rescata cómo la Salud Mental presenta una urgencia de transformación y la necesidad de establecer unos adecuados cuidados hacia ella, logrando así borrar muchos aspectos que la sociedad señala en contra de dicha temática. Si se retoma la huella emitida en siglos pasados donde la Salud Mental conllevaba a estigmas se puede enfatizar con Gómez et al (2020) lo siguiente: Por lo que esto en muchos seres humanos va generando un pequeño prejuicio o vergüenza ya que dicha salud siempre se ha visto atacada y estigmatizada como algo malo o que las personas que buscan solucionar ciertos problemas personales no son consideradas como normales, marcando ampliamente el estereotipo social. (s.p.) Generando el énfasis de este tema donde hoy en día al ser humano le es un poco más fácil expresar los sentimientos a diferencia de años atrás donde se rescataba que todos lo que tenían eran enfermedades mentales juzgadas por la misma sociedad. Como lo menciona Gómez et al. (2020): Esto se debe a que hasta la primera mitad del siglo XX el abordaje en salud mental estaba centrado en hospitales psiquiátricos, cuyo fin era mantener controladas a las personas internadas por considerarlas peligrosas para sí mismos o para otras personas. (s.p.) Según un artículo realizado por Martínez (2014) acerca del “Análisis de la Relevancia de la Política Pública para la atención de la Salud Mental en Costa Rica”, indica mencionando a Malvárez (2009) que: La salud mental es la base para el bienestar y funcionamiento óptimo individual y comunitario, afirmación que significa que, si las personas gozan de un estado mental positivo, serán capaces de adaptarse a las condiciones sociales de una mejor manera, dado que mejora su capacidad de 26 afrontamiento y fortalecen su salud. A pesar de tal cambio, la salud mental ha sido víctima de prejuicios que han llevado al estigma y la discriminación, debido a que quien padece una enfermedad mental está condenado a no tener oportunidad de desarrollo personal y social. (p. 4) Por tales razones, la implementación y ejecución de las políticas generadas para el fortalecimiento de la Salud Mental, principalmente enfocadas en la prevención de enfermedades mentales y la promoción del autocuidado y estilos de vida saludables, deberían ser de prioridad en la Legislación del Estado. Con respecto a las estrategias establecidas para el abordaje de la Salud Mental en Costa Rica, a pesar de que no se han materializado las Políticas de Salud Mental de manera relevante, sobresale uno de los proyectos más significativos que es coordinado por la Dra. Marisol Jara Madrigal, “Estrategias para la promoción del mejoramiento de la Salud Mental desde un enfoque de Derechos Humanos” (TC- 505) este proyecto es de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) ejecutado desde la Escuela de Psicología, de la Universidad de Costa Rica. Según lo menciona Muñoz (2022) este proyecto desde el año 2013 ha diseñado una serie de estrategias de atención preventiva para la promoción de estilos de vida saludable y autonomía emocional de las personas. Por otra parte Muñoz (2022) indica que: Durante la pandemia se logró trabajar con grupos específicos gracias a enlaces establecidos con el Programa Institucional de la Persona Adulta y Adulta Mayor (PIAM), y los Ministerios de Educación Pública (MEP) y de Salud; e incluso, se apoyó al departamento de Salud Mental de la Contraloría General de la República. (s.p) La Organización Mundial de la Salud (2013) brinda las siguientes definiciones de conceptos de salud y de la salud mental, este primero es el que define a la salud y la salud mental desde una perspectiva generalizada y realizando la distinción de que es carente de trastornos o desequilibrios mentales los que en siglos pasados y 27 como se mencionó en los párrafos anteriores era considerado como parte de las enfermedades mentales en los seres humanos; La salud mental es un componente integral y esencial de la salud. La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Una importante consecuencia de esta definición es que considera la salud mental como algo más que la ausencia de trastornos o desequilibrios mentales. (s.p) Se puede observar de forma detallada, que existe una interrelación tanto de lo físico como el psique, marcando así que la salud es valorada con un carácter íntegro y holístico, por lo que ella se encuentra ligada con la teórica de enfermería Jean Watson utilizada en el presente trabajo quien acentúa sobre el valor dado a la parte espiritual y el autocuidado de una forma completa. La otra declaración establecida por la OMS (2013), muestra lo siguiente con respecto a la salud mental como único referente: Un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. (s.p.) Dicha definición antes mencionada es donde se valora que la salud mental puede ser también un accionar bajo un estilo colectivo donde cada participante de la comunidad puede aportar una pequeña partícula para el adecuado desarrollo de un ideal de salud mental. Al analizar lo que refiere la Política Nacional de Salud Mental 2012-2021 del Ministerio de Salud de Costa Rica (2012) donde se afirma lo siguiente: La Salud Mental se entiende como un proceso de bienestar y desempeño personal y colectivo caracterizado por la autorrealización, la autoestima, la 28 autonomía, la capacidad para responder a las demandas de la vida en diversos contextos: familiares, comunitarios, académicos, laborales y disfrutar de la vida en armonía con el ambiente. (p. 34) Se rescata en la definición empleada a nivel nacional, cómo la salud mental es construida por muchos personajes y ambientes que se encuentran en el entorno del diario vivir, forjando así las mejores oportunidades y las más fieles etapas marcadas para cada uno de los individuos que forman parte de Costa Rica, ya sea de una manera individual o colectiva, favoreciendo todo esto a que diferentes generaciones vayan perpetuando las competencias, capacidades intelectuales y se reafirmen los valores que cada ser humano debe demostrar como un compromiso ante una sociedad donde sean respetados los derechos de cada habitante. Con lo anterior, se puede correlacionar la intervención de la Salud Mental en el estilo de vida, donde se puede incluir modos y herramientas de afrontamiento a las exigencias de cada día. Por ello, es importante promocionar la Salud Mental, como un eje de acción e incluirlo en los programas de enfermería con argumentos de autoreflexión, para que los adultos mayores se cuestionen sus propias acciones y de cómo esos comportamientos influyen en la salud mental y por ende también física, para que cada persona logre indagar qué actividades está ejecutando y cuales necesita poner en práctica para contribuir en el alcance de la Salud Mental y así alcanzar mayor fluidez hacia niveles de autorrealización emocionales, sociales y económicos. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2018): La salud mental individual está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos. Por ejemplo, las presiones socioeconómicas persistentes constituyen un alto riesgo para la salud mental de las personas; sin embargo, las pruebas más evidentes están relacionadas con los indicadores de la pobreza, particularmente con el bajo nivel educativo. (s.p.) 29 Por lo tanto, una inadecuada salud mental, conlleva a cambios no deseados para los seres humanos, que pueden generar factores y condiciones que impiden el equilibrio con el entorno y consigo mismos. Es importante recalcar que muchas veces estas alteraciones o estresores reales crean conflictos psicosociales, plasmando de esta forma discriminación y generando en la población carencias de estilos de vida saludables, vulnerabilizando los derechos humanos. 1.4.4 Enfoque de Derechos Humanos Desde una visión humanista e inclusiva, es fundamental para el ejercicio de la disciplina enfermera, la existencia de la ética profesional basada en los derechos humanos, el cuidado humanizado y la perspectiva género sensitiva, incluida en toda situación investigativa y en el quehacer diario de la práctica científica de la enfermería. Según el Consejo de Derechos Humanos (2018), “la ausencia de normas de derechos humanos específicas que garanticen la inclusión de las personas de edad resulta perjudicial para el seguimiento y la realización de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible)”, además, indica que: Las pocas referencias a la vejez y a las personas de edad que existen en el desarrollo internacional de derechos humanos y de los ODS también explica la escasa importancia que los mecanismos de desarrollos humanos otorgan a este grupo en particular. (p. 10) En Costa Rica, como en otros países, se han venido creando políticas, leyes y normativas que contribuyen a la salud, el bienestar y el empoderamiento de la población adulta mayor. Según el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (CONAPAM 2013), a partir del concepto de Estado Social de Derecho, se establecen una serie de obligaciones estatales y derechos para las personas adultas mayores, que se registra en la Normativa Nacional que incluye: la Constitución Política de Costa Rica, la Ley No. 7935, Ley Integral para la Persona 30 Adulta Mayor, de 25 de octubre de 1999 y sus reformas; Ley No. 7052, Ley del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda, de 13 de noviembre de 1986 y sus reformas; Ley No. 8783, Reforma Ley de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares, No. 5662, de 13 de octubre de 2009; entre otras leyes y decretos garantes de los derechos de las personas adultas mayores. Por otra parte, Costa Rica también incluye dentro del marco jurídico en beneficio de la adultez mayor, la normativa internacional que amplía la obligación del Estado de brindar protección especial a las personas adultas mayores; que incluye: el Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; también, la Carta de San José sobre los Derechos de las Personas Mayores en América Latina y el Caribe (2012); Declaración de Brasilia (2007); la Estrategia Regional de Implementación para América Latina y el Caribe del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento (2003); Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento (2002) y el Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento (1982), entre otra reglamentación que promueve un entorno propicio en beneficio de la salud y el bienestar de los y las adultas mayores. Según Vargas (2019): El punto de partida para analizar el estado de los derechos de las personas adultas mayores es el enfoque de derechos humanos el cual tiene por objeto la superación de las brechas entre lo reconocido como derecho y lo vivido por las personas, admitiendo a las personas adultas mayores como titulares de derecho (el derecho es innato, más que la exigencia de reconocimiento), al Estado y sus gobiernos, como titulares de deberes. (s.p) Tomando en consideración para el libre ejercicio del autocuidado de los adultos mayores, el artículo 7 de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, donde los Estados parte deben garantizar: 31 El derecho de la persona mayor a tomar decisiones, a la definición de su plan de vida, a desarrollar una vida autónoma e independiente, conforme a sus tradiciones y creencias, en igualdad de condiciones y a disponer de mecanismos para poder ejercer sus derechos. (OEA, 2016, p.11) Por lo anterior, la Asociación Gerontológica Costarricense, como institución especializada que cuenta con programas integrales específicos para esta población, ofrece la conjunción perfecta de elementos para desarrollar programas que confieren factores protectores en esta etapa de la vida, considerando como esenciales los derechos otorgados a la persona adulta mayor y los cuidados que ellos merecen a pesar de ser ellas y ellos quienes ejercen roles como personas cuidadoras. 1.4.5 Rol Cuidador La definición de rol, según la RAE (2021), es la “función que alguien o algo desempeña”, en el caso del rol cuidador, se entiende que es la función ejercida en el contexto del cuidado, ya sea hacia sí mismo o a otras personas. Según Flores et al. (2012): La experiencia de cuidar involucra una gran responsabilidad y un enorme esfuerzo, provoca un aumento en la carga del cuidador, la cual si no se logra manejar adecuadamente puede traer repercusiones físicas, mentales y socioeconómicas y, por lo tanto, comprometer la vida, la salud, el bienestar, el cuidado y autocuidado no sólo del cuidador, sino también de la persona dependiente de cuidados, por lo que se requiere de un soporte social más global. (s.p.) La amplia gama de los cuidados se extiende desde las actividades básicas de la vida como lo es la alimentación, el aseo personal, el acompañamiento, entre otros, hasta las atenciones más complejas generalmente ejercidas por personas especializadas, como las y los enfermeros, con la finalidad principal de evitar la 32 institucionalización en cualquiera de todos sus ámbitos. Según lo mencionado por Torres et al. (2018), con respecto a la vulnerabilidad y la dependencia, refiere que: Los cambios epidemiológicos como el envejecimiento poblacional, el aumento de enfermedades crónicas y discapacidades físicas y psíquicas, generan un incremento en el número de personas con dependencia; aunque ésta no es una condición exclusiva de la población adulta mayor, su incidencia incrementa en edades avanzadas, por lo tanto, es un fenómeno que se ve influenciado con el cambio demográfico y se constituye como un reto en temas de políticas sociales, para hacer frente a las necesidades que se derivan del envejecimiento de la población. (p. 262) De lo anterior, se desprende la necesidad de crear investigaciones y estudios de análisis situacionales de la población, con el fin de proyectar planes de atención de salud que contribuyan a mejorar los cuidados que las personas, en este caso, adultas mayores requieran con respecto a su autocuidado dentro del rol cuidador que ejercen. El Consejo de Europa, mencionado por Flores et al. (2012), define la dependencia como: Un estado en el que se encuentran las personas que por razones ligadas a la falta o pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria. (s.p) En este sentido, se entiende que además de brindar las atenciones necesarias a nivel físico y material, existe una carga emocional implícita de ambas partes para sobrellevar el duelo que implica la pérdida de autonomía. Flores et al. (2012), menciona acerca de la carga del cuidador, que es: Definida como la experiencia subjetiva del cuidador de las demandas de atención, es un concepto multidimensional, con características objetivas y 33 subjetivas. La carga objetiva corresponde a los cambios que debe realizar el cuidador en diversos ámbitos de la vida y la carga subjetiva se refiere a las reacciones emocionales frente a las demandas de cuidado. (sp) Las dificultades que pueden presentarse durante el ejercicio del rol cuidador, son múltiples y muchas veces impredecibles, generando una mayor tensión que la que por sí sola conlleva el cuidado de una persona dependiente. Sumado a lo anterior, Steven H. Zarit mencionado por Flores et al. (2009), indica que, “son las familias las que con mayor frecuencia se encargan del cuidado de los ancianos dependientes, durante periodos prolongados, para hacer frente a una sociedad que envejece” (s.p.); además, el autor considera que: La responsabilidad no puede recaer sólo en la familia; por la intensidad y costo de las cargas sugiere una responsabilidad compartida, creativa, que se consideren las necesidades de la persona cuidada y del cuidador, por lo que es necesario realizar estudios que conduzcan al logro de mejores estrategias de intervención. (s.p.) A partir de la propuesta anterior, es fundamental generar esfuerzos conjuntos que involucren a las familias, las comunidades y la sociedad en general, con el fin de crear políticas y proyectos que contribuyan a la calidad de vida tanto de las personas dependientes de cuidado como de las personas cuidadoras. Así lo indican Torres et al. (2018) al puntualizar que, “el aumento de personas dependientes, conlleva a la necesidad de cuidadores que asuman tareas básicas de cuidado y que ayuden a disminuir el impacto negativo que tiene la dependencia sobre la calidad de vida y bienestar” (p. 262). Por lo tanto, es muy importante construir espacios de reflexión en donde las personas con rol cuidador puedan exponer sus vivencias, pensamientos y emociones acerca de sus experiencias, que pueden ser sistematizadas para analizar críticamente esa práctica y plantear nuevos enfoques o propuestas. 34 Con respecto al enfoque de género, según Dakduk (2010), “aunque se use la palabra cuidador o cuidadora para referir el género de quien cuida, según sean hombres o mujeres, la distinción es estéril, pues históricamente son las mujeres quienes han asumido el rol de cuidadoras en la familia” (s.p), esto se puede observar en la sociedad con la división de roles según el género, como por ejemplo, las mujeres asumiendo la maternidad a tiempo completo, los quehaceres domésticos, el cuidado de personas adultas mayores y hasta en el ejercicio de profesiones como la enfermería. Dakduk (2010), mencionando a Marrugat (2005), señala que: Cuando se habla de familias cuidadoras realmente nos estamos refiriendo a sus mujeres, pues existe la creencia que cuidar es trabajo femenino, actividad que señala no sólo a la esposa e hijas, sino también a nueras, nietas, sobrinas, ahijadas; pues ser mujer es suficiente requisito para asumir el compromiso de cuidar. (s.p.) Por lo anterior, se puede identificar que culturalmente el rol cuidador está centrado en las personas de sexo femenino por su socialización cultural de género, en donde tradicionalmente se les ha atribuido a las mujeres el ser para otros - cuidar de otros. 1.4.6 Enfoque de género Según el estudio de Torres et al (2018), “aproximadamente en el 70% de los casos, las personas con discapacidad son cuidadas por familiares, y en el 80% son las mujeres quienes brindan este cuidado, principalmente en edades avanzadas”, además indica que: Este rol es asumido por voluntad, necesidad u obligación, sin recibir capacitación y sin tener experiencia. Estas personas no solo asumen la responsabilidad del cuidado, sino también de las decisiones que involucran el bienestar y el cubrimiento de las necesidades básicas del sujeto de cuidado. (p. 262) Las desigualdades e inequidades en materia de género, históricamente han demarcado una ruta más compleja para el bienestar y el autocuidado de las 35 mujeres, a quienes por generaciones se les ha asignado socialmente el rol de cuidadoras por defecto, o sea, por disponibilidad automática impuesta por el sistema patriarcal; como por ejemplo la maternidad, el cuido y la crianza de los hijos, de la familia, de los adultos mayores y de otras personas en su entorno. Según la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Personas Adultas Mayores (FIAPAM, 2016), “las desigualdades de oportunidades en lo educativo, laboral, social, familiar sufridas por las mujeres a lo largo de todo el ciclo de vida tienen consecuencias en la salud física y mental en la vejez” (s.p.). Aunque las mujeres sobreviven más tiempo que los hombres, como lo indica la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2015), “la esperanza de vida sigue aumentando, alcanzando a escala mundial 72 años para las mujeres y 68 años para los hombres” (s.p.), no significa que vivan en mejores condiciones; como lo menciona el FIAPAM (2016), “los hechos de violencia y el maltrato, los trabajos precarios, la menor remuneración que un hombre a igual tarea, la sobrecarga de responsabilidades, el cuidado de los integrantes de la familia repercute en sus cuerpos” (s.p.). Por lo tanto, es de suma importancia incluir el enfoque de género en temas de salud, enfermedad, autocuidado y calidad de vida en el proceso de envejecimiento. La vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría, Margarita Murgieri, mencionada por el FIAPAM (2016), indica que: El trabajo de cuidar –resalta- es absolutamente femenino y no visibilizado ni reconocido socialmente porque es del ámbito ‘privado’, considerado una obligación y está naturalizado que la mujer tiene ‘mayor capacidad’ para ello”, además añade que “entre quienes desempeñan la tarea de cuidar más de tres cuartas partes son mujeres adultas y adultas mayores. (s.p.) Esto permite ampliar la visión del autocuidado de las personas adultas mayores con rol cuidador, y enfatizar la relevancia de enmarcar dentro del enfoque de género, la necesidad de la educación y el empoderamiento de las mujeres con respecto al cuidado propio. 36 El presente trabajo, además de tener un enfoque género-sensitivo, se basa en la teoría del cuidado humanizado de Jean Watson, que brinda una visión integral y holística al ejercicio de rol como cuidadores. 1.4.7 Teoría del Cuidado Humano La enfermería como ciencia, técnica y arte, está fundamentada en la filosofía del cuidado humano, que además es la esencia del desarrollo de la profesión. Este constructo teórico-epistemológico de la enfermería, basado en paradigmas o conjunto de prácticas que definen una disciplina científica, ha podido percibir, comprender e interpretar los fenómenos relacionados con el cuidado para adaptarlos conforme evolucionan los tiempos. El cuidado como concepto vertebral de la enfermería y como metaparadigma, evoluciona y trasciende con el ser humano en ese marco de construcción del conocimiento propio para la disciplina enfermera, abordado por diferentes teóricas que han visualizado el cuidado desde diversas perspectivas y han desarrollado, a partir de ese engranaje de conocimientos, distintos modelos teórico-prácticos para brindar soluciones globales a las necesidades y problemas del ser humano como individuo y como comunidad. La Teoría del Cuidado Humano de Jean Watson, se conceptualiza en las cualidades interpersonales y transpersonales, esto significa que, la persona es única y posee tres esferas del ser: la mente, el cuerpo y el espíritu; estas esferas personales, están influidas por el autoconcepto, e infiere que, el ser humano es libre de tomar decisiones, es integral, con capacidad y poder para participar en la planeación y ejecución de su cuidado, donde el aspecto sociocultural es predominante para el ejercicio del mismo. Caro (2009) indica que: La relación transpersonal busca proteger, realzar y conservar la dignidad de la persona, la humanidad, la integridad y la armonía interior tanto del que recibe el cuidado como del que cuida y que pueden ser influenciadas por el momento de cuidado a través de las elecciones y acciones decididas en la 37 relación; con la influencia que de ellas recibe, las vuelve parte de su propia historia de vida. (p. 170) En su teoría, Watson se orienta hacia lo existencial-fenomenológico y espiritual, e incluye en su trabajo el concepto de alma, dando énfasis en la dimensión espiritual del ser humano, cuya base principal es la filosofía oriental; adoptando también el pensamiento de la escuela humanista, existencial y de la psicología transpersonal, como se observa en el siguiente esquema de los supuestos básicos de la Teoría del Cuidado Humano. 38 FIGURA 2 Supuestos básicos de la Teoría del Cuidado Humano Elaboración propia. Sintetizado de Raile y Marriner (2011). Raile y Marriner (2011), indican que: Watson incluye los 10 factores de cuidado y la relación entre curación transpersonal y cuidado transpersonal, el momento del cuidado, la ocasión del cuidado, las modalidades de cuidado-curación, la conciencia del cuidado, la energía de la conciencia del cuidado y archivos de fenómenos/conciencia unitaria. Watson desarrolló los factores de cuidados hacia un concepto estrechamente relacionado, cáritas, una palabra en latín que significa valorar, apreciar, prestar atención especial, si no una atención afectuosa. (p. 94) 39 Los factores de cuidado de la teoría de Jean Watson se resumen según Raile y Marriner (2011) en los siguientes: 1. La formación de un sistema humanístico-altruista de valores. 2. Inculcación de la fe-esperanza. 3. El cultivo de la sensibilidad para uno mismo y para los demás. 4. Desarrollo de una relación de ayuda-confianza se convierte en desarrollo de una relación de cuidado humano de ayuda-confianza. 5. La promoción y la aceptación de la expresión de sentimientos positivos y negativos. 6. El uso sistemático del método científico de solución de problemas para la toma de decisiones, se convierte en el uso sistemático de un proceso de cuidado de resolución de problemas creativo. 7. La promoción de la enseñanza- aprendizaje transpersonal. 8. La provisión de un entorno de apoyo, protección y/o correctivo mental, físico, social y espiritual. 9. La asistencia en la gratificación de necesidades humanas. 10. La permisión de fuerzas existenciales-fenomenológicas, se convierte en, la permisión de fuerzas existenciales-fenomenológicas-espirituales. Además, Raile y Marriner (2011) refieren que “con la evolución de los factores de cuidados hacia una perspectiva ampliada y con la evolución de sus ideas y valores, Watson ofreció una traslación de los factores de cuidados originales a procesos caritas clínicos que proponían vías abiertas en las que podrían considerarse”: • Práctica de la amabilidad amorosa y de la ecuanimidad dentro del contexto de la conciencia del cuidado. • Estar auténticamente presente y permitir y mantener un sistema de creencias profundo, y apoyar el mundo subjetivo de uno mismo y de aquel de quien se debe cuidar. • El cultivo de las propias prácticas espirituales y del yo transpersonal más allá del ego. 40 • Desarrollar y apoyar una auténtica relación de cuidado de apoyo-confianza. • Estar presente y apoyar la expresión de sentimientos positivos y negativos como conexión con el espíritu más profundo y con uno mismo y con aquel de quien se debe cuidar. • Uso creativo de las propias y de todas las vías de conocimiento, como parte del proceso de cuidado; participar en el arte de las prácticas de curación- cuidado. • Participar en una experiencia auténtica de enseñanza-aprendizaje que asista a la unidad del ser-significado, intentando mantenerse dentro del marco de referencia de otros. • Crear un entorno de curación a todos los niveles (delicado entorno físico y no físico de energía y conciencia, allí donde lo saludable, la belleza, la comodidad, la dignidad y la paz se potencien). • Ayudar con las necesidades básicas, con una conciencia de cuidado deliberada, administrando “cuidados humanos esenciales” que potencien la alineación de la mente-cuerpo-espíritu, salud y unidad del ser en todos los aspectos del cuidado. La propuesta teórica de Watson, está directamente relacionada con la ciencia y el arte de la disciplina enfermera; sin embargo, trasciende a la aplicación de sus postulados a cualquier otra relación de ayuda que implique tanto el cuidado propio como el de otras personas. Watson (1999) describe que: “una relación de cuidado transpersonal” esencial para su teoría; es un “tipo especial de relación de cuidado humana, una unión con otra persona, muy respetada para la persona y su estar en el mundo” (p. 63). La teoría de Watson trasciende de lo biológico para mostrar un sentido místico y maravilloso de la vida y las relaciones humanas, dando importancia a una dimensión espiritual que genera un poder interno que produce crecimiento y cambio. La relación transpersonal del cuidado implica proteger, realzar y conservar la dignidad de la persona, la humanidad, la integridad, la armonía interior; va más allá del propio ego y del aquí y ahora. 41 1.5 CONTEXTO METODOLÓGICO El tipo de investigación en el presente trabajo es cualitativa, con un enfoque fenomenológico, y con una perspectiva paradigmática de la Transformación utilizada en la Intervención de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría, dirigida al fortalecimiento del autocuidado de la persona adulta mayor con rol cuidador; y se ha tomado como modelo conceptual la teoría del cuidado transpersonal de Jean Watson. Según Wall y Carraro (2009): El paradigma tiene varias funciones, entre ellas la de identificar el dominio de la enfermería, para que los conceptos y suposiciones utilizados ofrezcan una perspectiva propia para la investigación y la práctica de la disciplina, distinguiéndose de los dominios de las demás disciplinas. (s.p.) Lo anterior permite posicionar a las personas en un marco de cuidados humanizados, que no solo están dirigidos al cuidado de otros, sino también, al autocuidado. Como lo indica Watson (1999, p.63), mencionado por Raile y Marriner (2011), que “describe una relación de cuidado transpersonal esencial para su teoría; es un tipo especial de relación de cuidado humana, una unión con otra persona muy respetada para la persona y su estar en el mundo” (p.94). Desde la perspectiva disciplinar del ejercicio de la enfermería, la teoría de Watson es un eje fundamental que logra orientar estrategias de cuidado propio de una manera holística, más allá del enfoque biologicista, dimensionando a las personas con una trascendencia emocional y espiritual. Raile y Marriner (2011),