Universidad de Costa Rica Sistema de Estudios de Posgrado Programa de Especialidades Médico Forenses El uso de los dispositivos de seguridad en las personas víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años de edad, valoradas en la Sección de Clínica Médico Forense del Departamento de Medicina Legal de Costa Rica entre los años 2017 al 2020. Trabajo Final de Graduación para optar por el Título de Especialista en Medicina Legal Dr. Andrés Gerardo Rodríguez Lara Médico Residente Departamento de Medicina Legal 2021 i El uso de los dispositivos de seguridad en las personas víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años, valoradas en la Sección de Clínica Médico Forense del Departamento de Medicina Legal de Costa Rica entre los años 2017 al 2020 Tribunal examinador Dra. Grettchen Flores San Dr. Franz Vega Zúñiga Dra. Sandra Solórzano Herra Dr. Edgar Madrigal Ramírez Dr. Carlos Paniagua Barrantes Dr. Jorge Aguilar Pérez ii COMITÉ ASESOR Tutora: Dra. Grettchen Flores Sandí Lectoras: Dra. Sandra Solórzano Herra Dra. Ana Teresa Alvarado Guevara Agosto del 2021 Filólogos Bórea Costa Rica Revisión de tesis | Corrección de estilo Sitio web: www.boreacr.com Correo electrónico: info@boreacr.com WhatsApp: +506 7257-1806 2 km al oeste de RTV, Condominio La Rueda #V23 Cartago Quebradilla, 30111 CARTA DE APROBACIÓN DEL FILÓLOGO Cartago, 27 de julio de 2021 Los suscritos, Elena Redondo Camacho, mayor, casada, filóloga, incorporada a la Asociación Costarricense de Filólogos con el número de carné 0247, portadora de la cédula de identidad número 3-0447-0799 y, Daniel González Monge, mayor, casado, filólogo, incorporado a la Asociación Costarricense de Filólogos con el número de carné 0245, portador de la cédula de identidad número 1-1345-0416, ambos vecinos de Quebradilla de Cartago, revisamos el trabajo final de graduación que se titula: Análisis de la lesionología relacionada con el uso de los dispositivos de seguridad en las personas víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años, valoradas en la Sección de Clínica Médico Forense del Departamento de Medicina Legal de Costa Rica entre los años 2017 al 2020, sustentado por Andrés Gerardo Rodríguez Lara. Hacemos constar que se corrigieron aspectos de ortografía, redacción, estilo y otros vicios del lenguaje que se pudieron trasladar al texto. A pesar de esto, la originalidad y la validez del contenido son responsabilidad directa del autor. Esperamos que nuestra participación satisfaga los requerimientos de la Universidad de Costa Rica. X Elen a Red o n d o Camach o Filó lo g a - Carn é ACFIL n .º 0247 X Dan iel Go n zález Mo n g e Filó lo g o - Carn é ACFIL n .º 0245 ii DEDICATORIA A mi esposa, María de los Ángeles, y a mis padres, don Carlos y doña Cecilia, por ayudar y enseñarme a ser mejor persona cada día y también a mi hija, Zoe, quien recientemente forma parte de mi linda familia y es un motivo más para cumplir todas mis metas. iii AGRADECIMIENTO Agradezco a los profesionales afines a la especialidad de Medicina Legal, que en el momento me permitieron compartir momentos de guía, aprendizaje, consejos y palabras de aliento en momentos difíciles en mi etapa de formación. A los tutores, quienes no solamente me enseñaron de su experiencia como especialistas, sino también la importancia y el valor de las cosas primordiales de la vida, con el fin de mantener la calidad humana y profesional. A mi esposa, María de los Ángeles, quien con su paciencia me apoyó y comprendió en todo el mi proceso de residencia. Además, agradezco especialmente a la Dra. Grettchen Flores Sandí, quien admiro por la docencia que brindó, todo el tiempo dedicado a la tutoría que efectivamente han marcado un antes y después en mi desempeño como profesional y, finalmente, por el acompañamiento en calidad de tutora de este trabajo. iv Autorización para digitalización y comunicación pública de trabajos finales de graduación del sistema de estudios de posgrado en el repositorio institucional de la Universidad De Costa Rica. Yo, Andrés Gerardo Rodríguez Lara, con cédula de identidad 207000093, en mi condición de autor del TFG titulado El uso de los dispositivos de seguridad en las personas víctimas de accidente de tránsito menores de 12 años de edad, valoradas en la Sección Clínica Médico Forense del Departamento de Medicina Legal de Costa Rica entre los año 2017 al 2020. Autorizo a la Universidad de Costa Rica para digitalizar y hacer divulgación pública de forma gratuita de dicho TFG a través del Repositorio Institucional u otro medio electrónico, para ser puesto a disposición del público según lo que establezca el Sistema de Estudios de Posgrado. SI NO * *En caso de la negativa favor indicar el tiempo de restricción: año (s). Este Trabajo Final de Graduación será publicado en formato PDF, o en el formato que en el momento se establezca, de tal forma que el acceso al mismo sea libre, con el fin de permitir la consulta e impresión, pero no su modificación. Manifiesto que mi Trabajo Final de Graduación fue debidamente subido al sistema digital Kerwá y su contenido corresponde al documento original que sirvió para la obtención de mi título, y que su información no infringe ni violenta ningún derecho a terceros. El TFG además cuenta con el visto bueno de mi Director (a) de Tesis o Tutor (a) y cumplió con lo establecido en la revisión del Formato por parte del Sistema de Estudios de Posgrado. FIRMA DEL ESTUDIANTE Nota: El presente documento constituye una declaración jurada, cuyos alcances aseguran a la Universidad, que su contenido sea tomado como cierto. Su importancia radica en que permite abreviar procedimientos administrativos, y al mismo tiempo genera una responsabilidad legal para que quien declare contrario a la verdad de lo que manifiesta, puede como consecuencia, enfrentar un proceso penal por delito de perjurio, tipificado en el artículo 318 de nuestro Código Penal. Lo anterior implica que el estudiante se vea forzado a realizar su mayor esfuerzo para que no sólo incluya información veraz en la Licencia de Publicación, sino que también realice diligentemente la gestión de subir el documento correcto en la plataforma digital Kerwá. X v RESUMEN Se revisaron y analizaron los aspectos de interés medicolegal relacionados con las víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años, relevantes para determinar la relación de causalidad de la lesionología relacionada con dispositivos de seguridad. Esto con el objetivo de determinar las lesiones, mecanismo de trauma y tipo de atención médica recibida según sexo y edad, así como la categorización de las lesiones y mecanismo de trauma asociados con el uso y tipo de los dispositivos de seguridad que permitan la propuesta de aspectos que debe tomar en cuenta el perito médico forense en la historia medicolegal, con relación al uso y tipo de dispositivos de seguridad para establecer o descartar nexos causales. Se incluyó la totalidad de casos valorados en la Sección de Clínica Médico Forense del Departamento de Medicina Legal de Costa Rica entre los años 2017 al 2020, para un total de 70 casos. Se trató de una investigación controlada para conocer nuevos enfoques científicos, mediante el análisis de hechos ocurridos, especificando propiedades, midiendo variables como edad, sexo, lesiones, mecanismos de trauma, así como el grado de relación entre una o más de estas variables. Los resultados demostraron que el sexo masculino fue más frecuentemente documentado, las contusiones simples y el mecanismo de trauma directo corresponden al tipo de lesiones y mecanismo de trauma más reportados en todos los grupos de edad analizados. El uso de la silla de seguridad se relacionó con traumatismos principalmente en la cabeza y rostro en edades desde los 0 hasta los 4 años y, en el grupo de edad de 5 a 10 años, la mayoría de los traumatismos se localizaron en el tórax. El uso de asientos elevadores (booster) se relacionó con traumatismos principalmente en las extremidades superiores e inferiores en el grupo de edad de 5 a 10 años. El uso de cinturón de seguridad se relacionó con traumatismos principalmente en cabeza y rostro vi en grupos de edad de entre 5 a 12 años, como limitación se evidenció la falta de publicaciones biomédicas al respecto que permitieran comparar la traumatología asociada con consecuencia del uso de dispositivos de seguridad con los resultados de este trabajo de investigación. Se propone el uso de un diagrama o instrumento para recolección de datos, útil para las pericias medicolegales en este tipo de casos y para futuras investigaciones medicocientíficas. vii ABSTRACT It was reviewed and analyzed the aspects of legal medical interest related to the victims of traffic accidents under 12 years of age, relevant to determine the causal relationship of the injury related to safety devices; with the objective of determining injuries, trauma mechanism and type of medical care received according to sex and age, injury categorization and trauma mechanism associated with the use and type of safety devices; that allow the proposal of aspects that the forensic medical expert must take into account in the medical legal history, in relation to the use and type of security devices, to establish or rule out causal links. The totality of cases evaluated in the Forensic Medical Clinic Section of the Department of Legal Medicine of Costa Rica between the years 2017 to 2020 was included, for a total of 70 cases; It was a controlled investigation to learn about new scientific approaches, through the analysis of events that occurred, specifying properties, measuring variables such as age, sex, injuries, trauma mechanisms; as well as the degree of relationship between one or more of these variables. The results showed that the male sex was more frequently documented, simple contusions and the mechanism direct trauma correspond to the type of injuries and trauma mechanism most reported in all the age groups analyzed. The use of the safety chair was related to trauma mainly to the head and face in ages from 0 to 4 years and, in the age group of 5 to 10 years, most of the injuries were located in the thorax. The use of booster seats was associated with trauma mainly to the upper and lower extremities in the 5 to 10-year-old age group. The use of seat belts was related to trauma mainly to the head and face in age groups between 5 and 12 years old, as a limitation was the lack of biomedical publications in this regard that allowed comparing the trauma associated as a consequence of the use of safety devices. security with the results of this viii research work. The use of a diagram or instrument for data collection is proposed, useful for medicolegal expertise in this type of case and for future medico-scientific research. ix ÍNDICE DE CONTENIDO Capítulo I. Introducción ............................................................................................................... 1 1.1. El problema y su importancia .......................................................................................... 1 1.2. Justificación ..................................................................................................................... 6 1.3. Objetivos .......................................................................................................................... 7 1.3.1. Objetivo general ....................................................................................................... 8 1.3.2. Objetivos específicos ............................................................................................... 8 Capítulo II. Marco teórico ........................................................................................................... 9 2.1. Accidentes de tránsito en población infantil .................................................................... 9 2.2. Sistema de seguridad vial en la población infantil ........................................................ 11 2.3. Otros factores demográficos que aumentan los accidentes de tránsito .......................... 17 2.4. Consideraciones estadísticas en accidentes de tránsito en Costa Rica .......................... 19 2.5. Atenciones médicas de víctimas de accidentes de tránsito en Costa Rica ..................... 20 2.6. Biomecánica en los accidentes automovilísticos en la población infantil ..................... 21 2.7. Tipos de dispositivos de seguridad según el peso y la edad en la población infantil .... 27 2.7.1. Grupo de peso menor a 9 kg (20 lb) ....................................................................... 27 x 2.7.2. Grupo de peso de 9 a 18 kg (20 a 40 lb) ................................................................ 30 2.7.3. Grupo de peso de 18 a 27 kg (40 a 60 lb) .............................................................. 32 2.7.4. Grupo de peso de 27 kg (60 lb) o mayor peso ....................................................... 35 2.8. Lesiones en población infantil según regiones corporales ............................................. 36 2.8.1. Trauma en cabeza ................................................................................................... 36 2.8.2. Trauma facial ......................................................................................................... 40 2.8.3. Cuello ..................................................................................................................... 44 2.8.4. Trauma del tórax .................................................................................................... 50 2.8.5. Trauma abdominopélvico ....................................................................................... 53 2.8.6. Trauma óseo ........................................................................................................... 56 2.9. Valoración de la severidad de traumatismo ................................................................... 58 Capítulo III. Marco metodológico ............................................................................................. 61 3.1. Tipo de investigación ..................................................................................................... 61 3.2. Sujetos y población de estudio ....................................................................................... 61 3.3. Fuentes de información .................................................................................................. 61 3.4. Variables ........................................................................................................................ 62 xi Capítulo IV. Análisis y discusión de los resultados .................................................................. 64 4.1. Dictámenes medicolegales ............................................................................................. 64 4.2. Generalidades de los accidentes de tránsito en víctimas menores de 12 años ............... 67 4.3. Aspectos relacionados con dispositivos de seguridad en víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años .................................................................................................. 77 4.4. Aspectos relacionados con el dispositivo de seguridad tipo silla de seguridad en víctimas accidentes de tránsito menores de 12 años ............................................................. 84 4.5. Aspectos relacionados con el dispositivo de seguridad tipo asiento elevador (booster) en las víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años .............................................. 87 4.6. Aspectos relacionados con el dispositivo de seguridad tipo cinturón de seguridad en víctimas accidentes de tránsito menores de 12 años ............................................................. 90 4.7. Generalidades de incapacidades temporal y permanente desde el punto de vista medicolegal en víctimas de accidentes de tránsito en menores de 12 años .......................... 94 Capítulo V. Propuesta de aspectos que debe tomar en cuenta el perito médico forense en la historia medicolegal, con relación al uso y tipo de dispositivos de seguridad .......................... 98 Capítulo VI. Conclusiones y recomendaciones ....................................................................... 103 6.1. Conclusiones ................................................................................................................ 103 6.2. Recomendaciones ........................................................................................................ 105 xii Referencias bibliográficas ....................................................................................................... 107 xiii ÍNDICE DE GRÁFICOS Gráfico 1 Total de casos atendidos en la SCMF de menores de 12 años víctimas de accidente de tránsito según grupos de edad y años de atención 2017 al 2020 .......................................... 64 Gráfico 2 Total de casos atendidos en la SCMF de menores de 12 años víctimas de accidente de tránsito según sexo y años de atención 2017 al 2020 ........................................................... 66 Gráfico 3 Tipo de manejo médico recibido en las víctimas de accidente de tránsito menores de 12 años por grupos de edad entre los años 2017 al 2020 .......................................................... 67 Gráfico 4 Centros de salud que brindaron atención médica en los casos documentados de víctimas de accidente de tránsito menores de 12 años según año de atención 2017 al 2020 .... 69 Gráfico 5 Tipo de vehículos involucrados en casos documentados de víctimas de accidentes de tránsito en menores de 12 años en los años 2017 al 2020 ......................................................... 71 Gráfico 6 Ubicación del menor dentro del vehículo al momento del accidente en los casos documentados en los años 2017 al 2020 ................................................................................... 72 Gráfico 7 Tipos de accidentes de tránsito en menores de 12 años valorados en la SCMF en los años 2017 al 2020 ...................................................................................................................... 73 Gráfico 8 Áreas anatómicas lesionadas según los tipos de accidente en las víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años en los años 2017 a 2020 ......................................... 74 Gráfico 9 Áreas anatómicas lesionadas según los tipos de accidente en las víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años en los años 2017 a 2020 ......................................... 76 Gráfico 10 Tipos de dispositivos de seguridad utilizados en víctimas de accidentes de tránsito xiv en menores de 12 años en los años 2017 al 2020 según grupos de edad ................................... 77 Gráfico 11 Tipos de lesiones en víctimas de accidente de tránsito en menores de 12 años según grupos de edad en los años 2017-2020 ...................................................................................... 79 Gráfico 12 Tipo de mecanismo de trauma en víctimas de accidente de tránsito en menores de 12 años según grupos de edad en los años 2017-2020 .............................................................. 81 Gráfico 13 Áreas anatómicas lesionadas según grupos de edad en las víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años en los años 2017 a 2020 ............................................................... 83 Gráfico 14 Áreas anatómicas lesionadas en víctimas de accidente de tránsito en menores de 12 años asociado dispositivo de seguridad tipo silla de seguridad según grupos de edad ............. 86 Gráfico 15 Áreas anatómicas lesionadas en víctimas de accidente de tránsito en menores de 12 años asociado dispositivo de seguridad de tipo booster en el grupo de 5 a 10 años ................. 89 Gráfico 16 Áreas anatómicas lesionadas en víctimas de accidente de tránsito en menores de 12 años asociado dispositivo de seguridad tipo cinturón de seguridad según grupos de edad ....... 92 Gráfico 17 Periodos de incapacidad temporal documentados en las víctimas de accidente de tránsito en los menores de 12 años en los años 2017 al 2020 según grupos de edad ................ 95 xv ÍNDICE DE TABLAS Tabla 1 Localización de los trazos de fractura y de las fracturas específicas en los patrones Le Fort ............................................................................................................................................. 42 Tabla 2 Clasificación clínica modificada de la Whiplash Association Disorders ..................... 49 Tabla 3 Valoración de traumatismo en población pediátrica .................................................... 59 Tabla 4 Variables ....................................................................................................................... 62 xvi LISTA DE ABREVIATURAS AVAD: Años de vida ajustados por discapacidad. AVPP: Años de vida potencialmente perdidos. Casper: Child Advanced Safety Project for European Roads. CCSS: Caja Costarricense de Seguro Social. Cm: Centímetros. Cosevi: Consejo de Seguridad Vial. INS: Instituto Nacional de Seguros. ISS: Injury Severity Score. Kg: Kilogramo. Lbs: Libras. PTS: puntos. SCMF: Sección Clínica Médico Forense. SOA: Seguro Obligatorio de Vehículos Automotores. 1 CAPÍTULO I. INTRODUCCIÓN 1.1. El problema y su importancia El trauma ha sido y es una causa frecuente de consulta en la atención médica sanitaria y causantes de alta morbimortalidad en la población, lo que incluye la población pediátrica: “Así las lesiones en niños a causa de accidentes siguen siendo un problema de salud pública en todo el mundo” (Marín González, 2017, s. p.). Los accidentes no intencionales causantes de lesiones en infantes pueden originarse por distintos ambientes y eventos dinámicos, por ejemplo, por caídas, precipitaciones, contusiones al practicar deportes o juegos e incluso accidentes de alta energía al utilizar medios de transporte. Como se indica a continuación los: “Traumatismos son la primera causa de mortalidad entre los niños mayores de 1 año y constituyen una causa importante de incapacidad permanente” (López Olmedo, 2019, s. p.). Por lo tanto, hay que considerar que la consecuencia de los traumas no es únicamente un evento momentáneo, sino que también provocan alteraciones en la integridad psicofísica, con limitaciones para su desenvolvimiento en sus diferentes ámbitos y pueden requerir de atenciones terapéuticas. La población infantil tiene predisposiciones implícitas que contribuyen a la aparición de accidentes no intensionales como su comportamiento imprudente ante situaciones de riesgo o etapas del desarrollo psicomotor caracterizadas por conductas de exploración. Además, las proporciones físicas corporales diferentes a la población adulta los condicionan a posibles lesiones de mayor gravedad, como se indica a continuación: El diámetro y el peso de la cabeza, la estatura, la gran cantidad de agua corporal total 2 que hace más elásticos ligamentos importantes en columna, la laxitud de los huesos largos, menor rigidez en la pared abdominal y la flexibilidad de las estructuras de protección en la cabeza de los pacientes (Marín González, 2017, s. p.). El crecimiento y desarrollo de los tejidos en la población pediátrica, permite comprender que la evolución de traumatismos es diferente a la población adulta. Un tejido muy documentado en las lesiones en los niños es el tejido óseo, que tiene características propias como: “Presencia de zonas de crecimiento (fisis) […] el periostio está más vascularizado y tiene más componente celular, por lo que tiene más capacidad de formación ósea, y mayor elasticidad” (Márquez, Veloso Durán, Girbau Moreno y Escudero Cisneros, 2020, s. p.). Al respecto hay que tomar cuenta que la propia característica del crecimiento en el caso particular de los huesos (fisis) predispone a discapacidades físicas mayores que en tejidos que ya haya concluido su etapa de crecimiento. Esta particularidad se puede evidenciar en otros tejidos como el neurológico, especialmente sensible y vulnerable a los traumatismos, por las características físicas mencionadas. Los estudios de traumatología pediátrica demuestran que: Entre los 0 y los 16 años, un 42% de los niños y un 27% de las niñas sufrirán al menos una fractura… Las localizaciones más frecuentes son: 45,1% en el radio […] 18,4% en el húmero […] 15,1% en la tibia, 13,8% en la clavícula y 7,6% en el fémur. Las fracturas que afectan a los cartílagos de crecimiento (fisis) representan el 21,7% de las lesiones (Márquez, Veloso Durán, Girbau Moreno y Escudero Cisneros, 2020, s. p.). 3 Además de lo anterior, se aclara que este tipo de fracturas infantiles son causadas principalmente por: “Las caídas y los accidentes de tráfico o deportivos” (López Olmedo, 2019, s. p.). Los accidentes de tránsito se definen como una: “Colisión o incidente en el que se ven implicados al menos un vehículo sobre ruedas para uso en carretera, en movimiento, en una vía pública o privada con acceso público a las inmediaciones” (Ministerio de Salud de Costa Rica, 2019, s. p.). Estos son eventos esencialmente fortuitos y desgraciados que perpetúan una seria de eventos desfavorecedores para una sociedad y, por su frecuencia, se han considerado como un problema para la salud pública de las sociedades. Se ha demostrado que los niños que participan en accidentes de tránsito tienen riesgo de: “Una lesión incapacitante de traumatismo craneoencefálico y de trauma torácico mayor cuanto menor es la edad de la víctima” (Marín González, 2017, s. p.). La variable de la edad es trascendental en la prevalencia de lesiones de infantes en este tipo de accidentes. El estudio y análisis de las consecuencias de los accidentes de tránsito utiliza los conceptos de años de vida potencialmente perdidos (AVPP) y años de vida ajustados por discapacidad (AVAD). Estos permiten acercarse al impacto real de los accidentes de tránsito en una población determinada y conocer cuáles son las aristas útiles para futuras investigaciones prospectivas o transversales. En el caso de AVPP es: “Una estimación de la cantidad de años más, que hubiese vivido un individuo que ha fallecido tomando en consideración la cifra de una determina causa de muerte y la distribución de años de las personas” (Gómez y Araya, 2018, s. p.). Por esto, cuanto más joven es una persona pierde más años al morir. Este indicador demuestra el impacto de una 4 causa de muerte en los distintos grupos poblacionales, según sexo y edad e incluso como mencionaron Gardner y Sanborn: “Este conocimiento ha sido utilizado en las decisiones de materia política del Estado” (citados por Gómez y Araya, 2018, s. p.). En cuanto al indicador de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD), según Homenes refleja: “El periodo de vida saludable no recuperable de la persona incluyendo su muerte o la duración de la discapacidad” (citado por Gómez y Araya, 2018, s. p.). Además, señala la relación de las incapacidades resultado de accidentes o enfermedades: “En función del tiempo perdido en términos de vida saludable y laboral, debido a una discapacidad temporal o permanente que amenace su integridad psicofísica” (Alvis y Valenzuela 2010, s. p.). En Costa Rica entre los periodos 2002 y 2004, las lesiones traumáticas por causas externas, que incluyen a los accidentes de tránsito, fueron: “La segunda causa de muerte en niños menores de 5 años, y son el primer lugar en las causas de años de vida potencialmente perdidos en menores de 5 años” (Benavides-Lara y Vargas-Salas, 2008). Lo anterior como resultado de la investigación de mortalidad por causas accidentales en niños menores de 5 años en el Hospital Nacional de Niños de Costa Rica. En una investigación de Carga Global de la Enfermedad: breve revisión de los aspectos más importantes demostró que las principales causas de pérdida de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD). En Costa Rica entre los años 2004 y 2005: “Los accidentes de tránsito tienen el segundo lugar para el género masculino” (Evans-Meza, 2015, s. p.). Los indicadores mencionados demuestran la repercusión estadística de los accidentes de tránsito en diferentes grupos etarios, sin embargo, la importancia de esta problemática en términos socioeconómicos es mayor cuando la población afectada son personas adultas jóvenes y menores (Rosero-Bixby 5 y Jiménez-Fontana, 2012, citado por Ministerio de Salud de Costa Rica, 2019). Esto se explica con los conceptos de bono demográfico y etapa de antibono. Cuando la población de edades más productivas (entre 18 y 45 años) crece más rápidamente que la población en edades dependientes como niños, ancianos o personas con discapacidades. Esto se conoce como bono demográfico y se refleja como una pirámide poblacional, con un abultamiento en el nivel de los 18 a 45 años, lo que evidencia el mayor crecimiento de las personas productivas potenciales, respecto a la población dependiente (Rosero-Bixby y Jiménez-Fontana, 2012, citados por Ministerio de Salud, 2019). En Costa Rica: El bono demográfico inició en 1970 y se espera que finalice en el 2025, esta etapa de bono demográfico genera un mayor crecimiento económico y bienestar de los hogares; sin embargo, a partir del 2025 inicia una etapa de antibono (Rosero-Bixby y Jiménez-Fontana, 2012, citados por Ministerio de Salud, 2019, s. p.). Es justamente cuando los consumidores crecerán más rápido respecto a las personas en edades productivas potenciales. Una fracción de esa población dependiente corresponde a las personas con discapacidades permanentes y, principalmente, si son de menor edad. Las indemnizaciones se establecen mediante una valoración de daño corporal, la cual incluye una serie de: “Actuaciones médicas destinadas a establecer las consecuencias lo más exactamente posible, que hayan sido resultado de un suceso traumático determinado, y que un individuo ha experimentado en su integridad psicofísica” (Hernández Cueto, 2001, s. p.). Esto toma en cuenta: “Los conocimientos físicos de las variantes involucradas” (Delgado Bueno et al., 2012, s. p.). Cabe indicar que esta actuación pericial será realizada cuando las lesiones presentadas hayan alcanzado su estabilidad lesional, es decir, que: “Sean permanentes y no 6 susceptibles a la mejoría con el tratamiento disponible en la actualidad” (García-Blázquez et al., 2011, s. p.). La esencia de la valoración de daño corporal medicolegal, además de determinar la condición física de un individuo, logra establecer una relación de causalidad directa entre una lesión y una determina violencia externa. La valoración pericial del daño corporal en los infantes tiene aspectos particulares como: “La evolutividad frente a los mismos cuadros patológicos, la capacidad de adaptación y los mecanismos de compensación no es igual en los niños y jóvenes que en las personas de edad avanzada” (Criado del Río, 2010, s. p.). Debido a las particularidades fisiológicas mencionadas, el estudio traumatológico forense en esta población es un tema que requiere de continuos estudios e investigaciones que aporten evidencia científica, especialmente en aspectos que carecen de esta, como las lesiones relacionadas con los dispositivos de seguridad vial. Esta es información que tomaría un valor transcendental para la relación de causalidad y valoración de daño corporal medicolegal. 1.2. Justificación La presente investigación aporta información novedosa y útil para el análisis lesionológico de la población pediátrica en accidentes de tránsito, que en la actualidad no se encuentra documentada ni en investigaciones medicolegales. Los resultados pretenden cubrir esas áreas carentes de evidencia científica, que pueden resultar necesarias en el análisis de este tipo de casos. Debido a que los dispositivos de seguridad de tránsito, sillas, booster, cinturones y otros implementos, destinados a proteger la población infantil ocupante de vehículos han sido diseñados para salvaguardar el bien jurídico más importante, la vida de las personas resulta importante conocer la efectividad real de estos. 7 Por otro lado, los resultados de esta investigación permiten mejorar las técnicas periciales de interrogatorio para facilitar el razonamiento y lograr relaciones de causalidad más sólidas entre las lesiones de población pediátrica ocupante de vehículos que haya estado involucrada en accidentes de tránsito y los dispositivos de seguridad vial que se utilizan. Al permitir comprender la efectividad de los dispositivos de seguridad de la población estudiada involucrada en accidentes de tránsito, los resultados de esta investigación pueden facilitar estudios posteriores que incluyan otras variables como grupos poblacionales. La utilidad metodológica de esta investigación radica en que permitirá estudiar más adecuadamente la relación entre las variables involucradas en este tipo de traumas (edad, tipo de dispositivo, indicaciones de uso, tipo de vehículo, posición dentro del vehículo, entre otros) en una población vulnerable como la infantil. Por lo anterior, se pretende responder la siguiente interrogante: ¿Cuáles son los aspectos involucrados con el cuadro lesionológico asociado con los dispositivos de seguridad en las personas víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años, valorados en la Sección de Clínica Médico Forense del Departamento de Medicina Legal de Costa Rica, entre los años 2017 al 2020? 1.3. Objetivos A continuación, se especifican los objetivos de esta investigación. 8 1.3.1. Objetivo general Analizar el uso de los dispositivos de seguridad en las personas víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años, valoradas en la Sección de Clínica Médico Forense del Departamento de Medicina Legal de Costa Rica entre los años 2017 al 2020. 1.3.2. Objetivos específicos 1. Determinar tipo de lesiones, mecanismo de trauma y tipo de atención médica recibida según sexo y edad en víctimas de accidentes de tránsito menores de 12 años valoradas en la Sección de Clínica Médico Forense del Departamento de Medicina Legal de Costa Rica entre los años 2017 al 2020. 2. Categorizar las lesiones y el mecanismo de trauma asociados con el uso y tipo de los dispositivos de seguridad en este grupo. 3. Proponer aspectos que debe tomar en cuenta el perito médico forense en la historia medicolegal con relación al uso y tipo de dispositivos de seguridad que permitan que se establezcan o descarten nexos causales. 9 CAPÍTULO II. MARCO TEÓRICO 2.1. Accidentes de tránsito en población infantil La descripción y el análisis de las circunstancias relacionadas con los eventos traumatológicos han sido de interés en las valoraciones medicolegales y tienen en cuenta las características físicas de la energía que actúa en el cuerpo de un individuo determinado. Además, considera las particularidades constitucionales anatomofuncionales de las personas. La frecuencia de los accidentes de tránsito como fenómeno global, ha hecho que su problemática adquiera diferentes connotaciones en las sociedades, desde problemáticas asistenciales para los centros de salud, como consecuencias para las indemnizaciones por parte de las aseguradoras de vehículos automotores. Es en este punto donde el interés medicolegal retoma una especial importancia. La problemática de los accidentes de tránsito en los infantes se ha documentado en relación con la severidad de las lesiones y la letalidad de estas: Los accidentes automovilísticos son la segunda causa principal de muerte entre los niños de entre 5 y 14 años […] el 32% de las muertes por accidentes de tránsito en Europa de niños de hasta 14 años involucran a ocupantes de automóviles (Brolin et al., 2021, s. p.). De acuerdo con Vallès Mas y Forrelland Vives (2020): “Cada año, 700 niños mueren en las carreteras europeas y 80 000 resultan heridos” (s. p.). Los accidentes de tránsito representan una de las principales causas de morbimortalidad en las personas menores involucradas debido a que: “Son una de las principales causas de muerte y lesiones entre los niños de 1 año” (Stewart et al., 2021, s. p.). “Las lesiones sufridas en accidentes de tráfico de vehículos motorizados son 10 la principal causa de muerte entre los niños en los Estados Unidos” (Children Injured in Motor Vehicle Traffic Crashes, 2010, s. p.), esto a pesar del uso de dispositivos de seguridad. Las lesiones mortales se presentan principalmente en el cuello y cabeza en los niños sujetos a los dispositivos de seguridad (de forma adecuada o no), lo que se debe principalmente al exceso de velocidad. Los estudios epidemiológicos han demostrado que los accidentes de tránsito en las personas menores de edad ocurren principalmente en menores de sexo masculino y en zonas urbanas. En el caso de los accidentes como pasajeros de vehículos ocurren con más frecuencia en las víctimas con mayor nivel socioeconómico y la modalidad de accidente atropello en población de menor nivel socioeconómico. Además, representan para ambos sexos una de las principales causas de mortalidad general en los grupos de edad de 5 a 9 años y 10 a 14 años y mortalidad a causa de agentes externos en poblaciones de un año, 5 a 9 años y 10 a 14 años (Bustos Córdova et al., 2014). Esto demuestra la importancia y el creciente problema de salud pública en el mundo. El estudio médico forense de la traumatología en ocupantes de vehículos es directamente proporcional al conocimiento de la biomecánica involucrada. Este estudio se entiende como: “La aplicación de los principios de la mecánica sobre los sistemas biológicos” (Represas Vázquez y Vivas Broseta, 2019, s. p.). La finalidad medicolegal de la biomecánica forense relacionada con los accidentes de tránsito es el análisis de la causalidad, mediante: “La reconstrucción de una lesión por comparación entre el riesgo poblacional de lesión del mecanismo causante y la tolerancia del individuo” (Represas Vázquez y Vivas Broseta, 2019, s. p.). 11 Los principales objetivos de la Biomecánica de las lesiones son: a. Identificar el mecanismo físico que produce una determinada lesión. Por ejemplo, la lesión axonal difusa y la aceleración rotacional; la fractura espiroidea y el momento de torsión; b. Predecir la respuesta de un tipo de tejido corporal a una determinada fuerza o aceleración (Represas Vázquez y Vivas Broseta, 2019, s. p.). Por lo anterior, el estudio forense de los accidentes de tránsito se ha interesado en la determinación causal de los factores involucrados, por lo que se han identificado principalmente cinco, entre estos: “La conducción bajo los efectos del alcohol, el exceso de velocidad, la no utilización del casco (motocicletas), del cinturón de seguridad y de los sistemas de retención para niños” (Represas Vázquez y Vivas Broseta, 2019, s. p.). Esto demuestra que se necesita de un análisis multidisciplinar para el análisis integral de la etiología de los accidentes de tránsito, como las ciencias de toxicología y de ingeniería forense. 2.2. Sistema de seguridad vial en la población infantil La seguridad de los ocupantes de vehículos es proporcional al uso de sistemas de sujeción, los cuales modifican el movimiento relativo de los cuerpos dentro de la estructura de la carrocería del automotor, mediante cambios en los principios físicos de la energía, como el aumento del tiempo de detención del cuerpo y la disminución de la fuerza de aceleración asociada con el movimiento de las vísceras de las personas. En el caso de la población infantil, la implementación de dispositivos de seguridad ha disminuido la presentación de lesiones graves y de la mortalidad. Los sistemas de retención infantil para los automóviles se han diseñado desde la década de 1960 (Isaksson-Hellman et al., 1997). El uso de estos sistemas mostró resultados favorables 12 en la protección de la persona menor, así como una tendencia al riesgo de lesiones cuando su uso es incorrecto. En cuanto a este último, puede atribuirse a la colocación inadecuada del dispositivo dentro del vehículo, como la elección de acuerdo con la edad y talla de la persona menor para lo recomendado según el dispositivo de seguridad. El grupo de edad entre los cuatro y diez años tienen como principal causa de muerte traumática específicamente los accidentes de tránsito y su traumatología varía de acuerdo con la modalidad de accidente: En los atropellos es frecuente la asociación de un trauma craneoencefálico con una lesión torácica o abdominal y fractura de fémur […] las lesiones de cráneo y de columna cervical son características de los ocupantes de vehículos que no utilizan cinturón de seguridad (Suárez y Serrano, 2013, s. p.). En el caso de las lesiones abdominales también llamadas: “Lesiones por cinturón debido a un uso incorrecto de los elementos de sujeción adecuados para niños” (Suárez y Serrano, 2013, s. p.), los dispositivos de seguridad y su forma de usarlos son un factor por considerar en el análisis lesionológico. Una problemática actual en estos dispositivos de seguridad es que no están incluidos en el diseño del sistema de seguridad en la fabricación industrial de los vehículos automotores, este diseño está dirigido a individuos adultos con tamaño mayor a 150 cm de altura (Vallès Mas y Forrelland Vives, 2020). Esto evidencia una gran brecha para la seguridad de la población infantil: En la actualidad, el grupo de edad de 4 a 12 años no está incluido en las pruebas de vehículos dinámicas estandarizadas ni en los programas regulatorios ni de calificación 13 del consumidor […] estos niños han sido olvidados en el proceso legal de certificación de vehículos (Brolin et al., 2021, s. p.). El diseño de estos artefactos de seguridad en las personas infantes idealmente debería fabricarse junto el sistema de seguridad de cada vehículo de forma particular. De esta forma, se pueden optimizar los resultados esperables ante posibles accidentes de tránsito: “Los asientos elevados dependen del cinturón de seguridad del vehículo para proporcionar sujeción, los asientos elevados deben diseñarse y probarse dinámicamente junto con el vehículo para garantizar un buen desempeño de seguridad” (Brolin et al., 2021, s. p.). El sistema de retención diseñado para la población infantil requiere del conocimiento y uso adecuado por parte de los padres: “Es tan importante elegir el sistema más adecuado para cada situación como instalarlo de forma correcta” (Vallès Mas y Forrelland Vives, 2020, s. p.), ya que, de forma contraria, su eficacia disminuye. De la misma manera que los cinturones de seguridad del automóvil pueden suponer un aumento de la probabilidad de salvar la vida o reducir el índice de lesiones en un accidente, los sistemas de retención infantil se comportan de forma equivalente para los más pequeños (hasta los 12 años/135-150 cm) (Vallès Mas, Forrelland Vives, 2020, s. p.). Estudios de la seguridad aportada por los asientos elevadores en los niños en el momento de un accidente de tránsito, demuestran que la severidad de las lesiones en niños que no utilizaron este tipo de dispositivos fue mayor y como consecuencia, mayor grado de incapacidad en el menor. “Las tasas estimadas de lesiones incapacitantes para los niños sin sujeción fueron 14 del 6% al 8% en comparación con el 1% al 1,5% para los niños sujetos a sujeción de todas las edades” (Children Injured in Motor Vehicle Traffic Crashes, 2010, s. p.). El registro de porcentajes estadísticamente significativos de consecuencias físicas en menores ocupantes de vehículos es el punto de inicio de nuevas investigaciones para mejorar la seguridad en esta población. Las muertes y lesiones de niños ocupantes ocurren principalmente en impactos frontales y laterales para niños sentados en vehículos de pasajeros. La cabeza es la región del cuerpo que se lesiona con más frecuencia en los niños que miran hacia adelante, independientemente de la dirección del choque (Brolin et al., 2021, s. p.). La ausencia de uso en los dispositivos en población de menor edad caracterizados por tallas pequeñas y de diferentes proporciones corporales en comparación con los adultos, ocasiona ajustes inadecuados de los cinturones de seguridad, que también puede aumentar la presencia de posturas inadecuada en las personas menores: Los niños sentados directamente en el asiento tenían más a menudo contacto del cuello con el cinturón de seguridad y para evitar la incomodidad del cuello, los niños se inclinaban a bordo con respecto al vehículo o giraban la parte superior del cuerpo (Brolin et al., 2021, s. p.). La relación de la talla de la persona con respecto a la altura del segmento diagonal del cinturón de tres puntos es uno de los elementos que se mejoran con el uso de asientos elevadores con o sin respaldo: Las diferencias en el deslizamiento del cinturón de hombro entre los niños bajos, y los 15 altos pueden explicarse por el hecho de que la estatura de los niños altos permitía que el cinturón tuviera un efecto de agarre en el hombro mientras que los niños bajos se salían del cinturón (Brolin et al., 2021, s. p.). Esta condición implica la recurrencia de lesiones a nivel de cabeza y cuello e incluso en el tórax, esto porque los puntos de apoyo en cinturón serían diferentes. El factor de la edad no solo representa una condición de inmadurez en los órganos y tejidos de las personas infantes que las vulnera ante energías externas, sino también la capacidad de predecir los eventos trágicos y su capacidad de respuesta implica una biomecánica distinta desde un punto de vista espacial como en: “Eventos de frenado, los niños pequeños se movían hacia adelante y hacia abajo con un mayor movimiento de flexión de la cabeza en comparación con los niños altos que tenían un movimiento hacia adelante más erguido” (Brolin et al., 2021, s. p.). La edad es una consideración no solo anatómica, sino también biomecánica, en el momento de analizar la lesionología. El estudio de la biomecánica de traumatismos en la población pediátrica se ha apoyado en la tecnología disponible de las investigaciones en modelos numéricos de cuerpo entero diseñados para diferentes edades y tallas. Esto se acerca no solo en las características del tamaño y proporción del cuerpo también en características como elasticidad, resistencia y capacidad de deformación de los tejidos, lo que potencia experimentalmente los resultados de estos eventos para que puedan utilizarse en el diseño y fabricación de dispositivos de seguridad infantil. El proyecto Child Advanced Safety Project for European Roads (CASPER) ha desarrollado modelos detallados de elementos finitos (EF) de las edades de 6 meses, 1, 3 y 6 años […] En 2003, Okamoto et al. desarrolló un modelo de peatón de 6 años con 16 miembros inferiores detallados […] vale la pena señalar que este es el único modelo en el que la antropometría específica de la edad del niño se tomó directamente de imágenes médicas de un niño, en lugar de depender de datos escalados de adultos. (Brolin et al., 2021, s. p.). Los estudios para demostrar la seguridad de los dispositivos como los elevadores de asiento, con o sin respaldo, se elaboran en la mayoría de las ocasiones bajo la premisa de una posición sedente de forma natural, con la cabeza apoyada en el respaldo, el torso, abdomen y extremidades descansando sobre el asiento mirando todos hacia una misma posición. Sin embargo, lo natural en la población infantil es que adopten posiciones diferentes a la postura esperable para un viaje en automóvil. El factor de disposición postural de las personas menores está definido por las distracciones dentro y fuera de la cabina de un vehículo, ya que permiten que se muevan y cambien sus posiciones durante un viaje. Además, puede afectar el cansancio de un trayecto prolongado o que al dormir sentados, la posición del tórax, el cuello y la cabeza, se trasladen hacia adelante, lo también puede presentarse incluso al utilizar dispositivos electrónicos (celulares o tabletas). Esto disminuye la capacidad de seguridad de estos dispositivos, debido que la biomecánica en el momento de un accidente de tránsito, en una postura diferente a la esperada, tiende a modificar la dinámica y comportamiento de las regiones corporales y sus tejidos. Las posturas autoseleccionadas están influenciadas por las actividades y distracciones de los niños […] varios factores, como la edad, el diseño de los sistemas de sujeción y la geometría del cinturón de seguridad, la incomodidad, la actividad y el entorno de la 17 carretera, afectan las posturas sentadas […] las posibles razones de este comportamiento fueron la incomodidad, la atención a través de la ventana lateral y hablando con el conductor (Brolin et al., 2021, s. p.). En cuanto a las alternativas que se han tratado de aplicar para reducir las posturas descritas en las personas menores, estas están orientadas a las características de los dispositivos de sujeción, debido que el comportamiento reflejo de posturas autoseleccionadas motivadas por conductas de exploración o distracciones en esta población no pueden eliminarse en su totalidad como parte de las modificaciones. Estos dispositivos son: “Asientos elevados con respaldo alto y soportes laterales ayudan a restringir el movimiento lateral y brindan apoyo para la cabeza y el torso de los niños cuando duermen” (Brolin et al., 2021, s. p.). 2.3. Otros factores demográficos que aumentan los accidentes de tránsito La prevalencia e incidencia de accidentes de tránsito en muchos países demuestra que este fenómeno tiene una tendencia al incremento. En la literatura se indica que el factor humano es el elemento causal más relevante; esta variante causal inició la investigación de las características demográficas en diferentes grupos poblacionales. Los adultos mayores, personas mayores de 65 años, forman parte del concepto actual de transición demográfica, que en el caso de Costa Rica se proyecta hasta el año 2050. Este está caracterizado por una paulatina cantidad mayor de población adulta mayor, que cuenta con: “Mayor disponibilidad de tiempo para utilizar el automóvil, dando lugar a un incremento en el número de conductores ancianos en las carreteras” (Garre-Olmo, Vilalta-Franch. y López-Pousa, 2008, s. p.). Lo anterior implica un factor humano más que se debe considerar en la multicausalidad de los accidentes de tránsito, como se explica a continuación: 18 Entre los factores asociados a la dificultad para conducir en personas de edad avanzada se han descrito el deterioro de la visión, la mayor predisposición a la fatiga, la polimedicación, la discapacidad funcional y el deterioro cognitivo (Garre-Olmo, Vilalta- Franch, y López-Pousa, 2008, s. p.). Desde un punto de vista más estricto, se ha demostrado que el deterioro cognitivo no representa una dificultad para la habilidad de conducir un automotor: “Dado que las conductas automáticas de conducción dependen de la memoria de procedimiento (capacidad de realizar acciones automatizadas)” (Garre-Olmo, Vilalta-Franch y López-Pousa, 2008, s. p.). Sin embargo, esta condición funcional limita la capacidad de integración de varios estímulos en el momento de reaccionar, de forma pronta y oportuna, a escenarios dinámicos y cambiantes en el momento de conducir vehículos automotores. Por lo tanto: Tienen más dificultades para realizar una conducción segura y se incrementa el riesgo de cometer infracciones de tráfico y de sufrir accidentes, en un elevado porcentaje, en las intersecciones e incorporaciones a un nuevo carril, mientras que tienen una baja representación en el porcentaje de accidentes causados por pérdida de control del vehículo o exceso de velocidad (Garre-Olmo, Vilalta-Franch y López-Pousa, 2008, s. p.). La variante de población adulta mayor es, por lo tanto, un factor que tiende a aumentar el riesgo de eventos accidentales en el momento de la conducción de automotores. Este factor, por el cambiante comportamiento demográfico actual en la mayoría de los países, tiene una tendencia al incremento y con esto la posibilidad de aumentar accidentes con otros vehículos, así como en sus ocupantes que podría ser población infantil. 19 2.4. Consideraciones estadísticas en accidentes de tránsito en Costa Rica Los accidentes de tránsito son un problema conocido en el país costarricense que ha estado presente y continúa en aumento, por lo que representa un fenómeno causal de consecuencias sociales, económicas, familiares, médicas, entre otros aspectos para la sociedad. El Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) creado mediante la Ley 6324, es la entidad encargada de la: Organización formuladora de políticas, facilitadora, fiscalizadora e integradora de esfuerzos por medio del financiamiento de proyectos de seguridad vial, ejecutados interorganizacionalmente y orientados a crear, promover y mantener en la sociedad una cultura de seguridad vial; coadyuvando con ello, a lograr una mejor condición y calidad de vida de los habitantes del país (Cosevi, 2013, s. p.). En un esfuerzo por mantener un continuo análisis epidemiológico de la situación vial en Costa Rica el Cosevi realiza informes anuales con registros de las variantes relacionadas, en lo que respecta a los accidentes de tránsito. Para esto, documenta los siguientes puntos: • El porcentaje de personas involucradas en accidentes de tránsito con víctimas por tipo de vehículo en el que viajaba en el año 2018 se registró en el total de casos: “La motocicleta en el 31,4% de los casos, automóvil en el 32,0%, pick up en el 4,9%, taxis en el 1,7% y microbuses en el 1,3% de los casos” (Cosevi, 2018, s. p.). • El porcentaje de personas involucradas en accidentes de tránsito según sexo en el año 2018 tiene un claro predominio el sexo masculino, en el año 2018: “El 76,7% de 20 los casos ocurrieron en masculinos, y el 22,7% de los casos ocurrieron en mujeres” (Cosevi, 2018, s. p.). • El porcentaje de personas involucradas en accidentes de tránsito, según rol en el 2018: “El rol de conductor ocurrió en un 45% de los casos, los pasajeros de carros en un 11,1%” (Cosevi, 2018, s. p.), y según el rol agrupado para el año 2018: “Se documentó un 58,7% de los casos en los ocupantes de vehículos” (Cosevi, 2018, s. p.), sin especificar la posición de sus ocupantes dentro del vehículo. • El porcentaje de accidentes de tránsito con víctimas según el tipo de accidente en el año 2018: “La colisión con motocicleta ocurrió en un 42,1% de los casos, la colisión entre vehículos en un 19,4%, vuelco en un 7,7%, y colisión con un objeto fijo en un 2,9%” (Cosevi, 2018, s. p.), sin especificar el tipo de colisión (frontal, trasera o lateral) entre los vehículos. 2.5. Atenciones médicas de víctimas de accidentes de tránsito en Costa Rica Entre las disposiciones de la Ley 7331 (2008), en relación con los tipos de vehículos con permiso a la libre circulación vial, se encuentran los vehículos livianos (automóviles y todo terreno), ciclomotores (motobicicletas, bicimotos, las motocicletas, triciclos, cuadraciclos, entre otros), vehículos de carga (remolques y semirremolques), vehículos para el transporte público de personas (taxi, autobuses, buseta y microbuses) y maquinaria de uso agrícola e industrial (tractores de llantas u oruga). Todos los anteriores deben cumplir con requisitos mínimos para su circulación, requisitos estructurales, revisiones técnicas vehiculares, así como el permiso o licencia específico al tipo de vehículo para sus conductores. 21 En Costa Rica la regulación que permite asegurar las atenciones médicas de personas que presenten lesiones en un accidente de tránsito corresponde al Seguro Obligatorio de Vehículos Automotores (SOA). Este es regulado y cobrado a toda persona propietaria de vehículos de forma anual para obtener el permiso para la libre circulación del vehículo durante un determinado periodo (Ley 9078, 2012). El Seguro Obligatorio de Vehículos Automotores (SOA), además de regular el libre tránsito de los vehículos: “Asegura a las personas que resulten lesionadas en un accidente, cubriendo la lesión y la posible muerte” (Ley 9078, 2012). Esta póliza permite al Instituto Nacional de Seguros pagar la suma correspondiente al porcentaje de incapacidad permanente en concepto de las indemnizaciones por incapacidad total o parcial permanente. 2.6. Biomecánica en los accidentes automovilísticos en la población infantil El estudio de las alteraciones anatómicas o funcionales en los tejidos del organismo, implica el reconocimientos de la energía o fuerza externa (trauma) que en estos actúan; el estudio y esclarecimiento de la forma en como el trauma interactúa en los cuerpos de las personas, es conocido como el mecanismo de acción o de trauma de las lesiones desde el punto de vista médico forense. En la literatura especializada en trauma existen cinco mecanismos de lesión que combinados generan los complejos patrones lesionales observados en los actos de violencia extrema, y que son: penetrante, contuso, lesión por explosión, trauma por desaceleración/cizallamiento, trauma térmico y eléctrico y trauma por suspensión. (Arcaute- Velazquez et al., 2016). 22 En el caso de los mecanismo de acción o de trauma de las lesiones contusas, estos según Instituto de Medicina Legal del Peru “Dr. Leonidas Avendaño Ureta",2014, p., pueden agruparse en dos tipos: - El primero de mecanismo directo el cual corresponde cuando la lesión “aparece en la misma zona de aplicación de la fuerza del instrumento”, como parte de este grupo de mecanismos de trauma se mencionan los tipos de mecanismo específicamente la percusión, presión, fricción, tracción y torsión. - Los mecanismos de trauma indirectos, corresponden cuando “lesiones se pueden apreciar en zonas distantes al lugar del impacto primigenio. Llamado también contragolpe, por ejemplo. lesiones contusas encefálicas en antipolo, ptosis renal en caídas de pie desde cierta altura” (Instituto de Medicina Legal del Peru “Dr. Leonidas Avendaño Ureta",2014, p.). Para efectos de este trabajo estos son los conceptos que se consideran más adelante para contextualizar los mecanismos traumáticos. Los accidentes de tránsito pueden presentarse en diferentes modalidades y dinámicas, como choques, colisiones frontales, laterales o por la parte trasera del vehículo y el tipo de volcaduras. Los accidentes con vuelcos de los automotores representan para la población infantil altas posibilidades de presentar lesiones graves, principalmente para los que no utilizan dispositivos de seguridad: Los niños involucrados en choques por vuelcos tuvieron las tasas de incidencia más altas 23 de lesiones incapacitantes […] la tasa estimada de lesiones incapacitantes entre los niños que no estaban sujetos fue del 26%, en comparación con el 9% entre los niños sujetos en asientos de seguridad (Children Injured in Motor Vehicle Traffic Crashes, 2010, s. p.). La arista de la posición del ocupante de un vehículo en el momento del accidente puede determinar la presencia de lesiones en determinadas regiones corporales, como ocurre con los traumatismos craneoencefálicos en personas menores, incluso por el efecto de la energía cinética implícita en maniobras de frenado, emergencias o en el momento de un choque o colisión. Sin el sistema de sujeción adecuado la probabilidad de lesiones es más elevada. Las características de regiones corporales de los individuos tomarán en cuenta no solo el tamaño y la constitución anatómica, también el desarrollo y madurez de segmentos corporales y órganos que pueden contribuir con una fragilidad y vulnerabilidad ante posibles traumas que pueden experimentar. La edad es una entidad biológica que deberá tomarse en cuenta en el momento de un análisis lesionológico: “Los niños no son adultos pequeños y especialmente la cabeza, la columna vertebral, el tórax y la pelvis tienen implicaciones para la seguridad del vehículo. (Brolin et al., 2021, s. p.). Por otro lado: La fisonomía de los niños va cambiando a medida que crecen, y por ello es preciso disponer de diferente sistema de retención infantil que se vayan adaptando a su crecimiento […] y cada uno de ellos debe ser válido según la talla y peso del niño (Vallès Mas y Forrelland Vives, 2020, s. p.). El estudio de la biomecánica en los cuerpos de individuos de menor tamaño, como la población infantil con una menor medida de talla y peso, ha dado lugar a estudios con dispositivos antropomórficos que asemejan los diferentes tamaños de las personas según su edad 24 e incluso incorporan características de inmadurez de tejidos para aproximarse a los resultados reales de los accidentes de tránsito. Los dispositivos de prueba antropomórficos se utilizan para evaluar los sistemas de seguridad en cargas de choque […] la representación anatómica de las regiones corporales con respecto al tamaño y el peso se basa en bases de datos de antropometría infantil […] los modelos del cuerpo humano tienen la ventaja potencial de simular detalles anatómicos y predecir la cinemática biofidélica y las lesiones a nivel de tejido […] para la optimización de los sistemas de seguridad basados en datos del mundo real y pueden aumentar la comprensión de los mecanismos de lesiones específicos del niño (Brolin et al., 2021, s. p.). La proporción del tamaño de los segmentos corporales y órganos contribuyen al efecto de masa en la energía cinética involucrada, en el caso de la población infantil conforme menor edad presente: “La cabeza es proporcionalmente más grande y pesada” (Brolin et al., 2021, s. p.). Esto resulta en un centro de gravedad diferente en la población infantil, con respecto al tamaño de la cara y el cerebro de esta población tiene una proporción de masa menor en comparación con los adultos. “A los 3 años la masa cefálica es el 80% de la masa del adulto y a los 10 años es aproximadamente el 95%” (Brolin et al., 2021, s. p.), lo permite que efectos de mecanismos del trauma como aceleración-desaceleración y de golpe-contragolpe presenten traumatismos de mayor severidad, al contar con mayor espacio intracraneal. En un recién nacido, la cabeza supone el 25% del peso del cuerpo y la musculatura del cuello está todavía por formar […] las cervicales, por su parte, todavía deben madurar. 25 Las crestas iliacas tampoco están desarrolladas, y la línea de la pelvis está todavía muy baja (Vallès Mas, Forrelland Vives, 2020, s. p.). La edad es un factor que puede modificar el tipo y frecuencia de lesiones en diferentes regiones corporales, debido a las proporciones corporales cambiantes, desde la lactancia hasta el desarrollo y la adultez de las personas. Este principio se señala prioritariamente en la cabeza y cuello del cuerpo, así como en la región toracoabdominal: Los niños menores de 1 año tenían un porcentaje más alto de lesiones en la cabeza (70%), en comparación con los niños de 1 a 3 años (51%) y los de 4 a 7 años (39%) […] los bebés menores de 1 año también tuvieron tasas más altas de lesión torácica que los niños mayores (31% versus 13%) (Children Injured in Motor Vehicle Traffic Crashes, 2010, s. p.). Los mecanismos contusos involucrados en los accidentes de tránsito por simples que sean usualmente son de alta energía. Esta energía se trasmite a los tejidos, lo que provoca traumatismos especialmente en la población pediátrica: “Bajo ningún concepto se debe minimizar la peligrosidad de un trayecto en automóvil, por breve que sea y debemos recordar siempre que la silla de seguridad para un niño es un sistema de seguridad pasiva vital”. (Vallès Mas y Forrelland Vives, 2020, s. p.) Por lo tanto, el uso de sistemas de seguridad infantil en los vehículos debe ser riguroso, así como la elección correcta de acuerdo con la talla y peso de la persona menor. El tamaño de la cabeza es proporcionalmente mayor conforme menor edad tiene una persona, por lo que la edad es una variante que condiciona la vulnerabilidad a la presencia de 26 traumatismos cuando intervienen mecanismo aceleración y desaceleración, aunado a una relativa inmadurez de los tejidos del cuello en la población infantil. La fuerza de los músculos espinales en los bebés y los niños pequeños no suele ser suficiente para controlar el movimiento de la cabeza en situaciones de impacto debido a la gran inercia de la cabeza […] el cuello del niño es una estructura delgada y las vértebras tienen grandes porciones de cartílago […] las articulaciones facetarias del cuello tienen más ángulos horizontales que en los adultos, lo que da menos resistencia estructural al cizallamiento perpendicular al eje longitudinal de la columna (Brolin et al., 2021). Las consideraciones en la anatomía de la cabeza y el cuello de la población infantil han requerido que los sistemas de sujeción habituales de los adultos deban modificarse para resguardar la seguridad de los órganos vitales que están contenidos en estas regiones corporales. Uno de los primeros cambios que se planteó en el cambio de posición de los niños durante el viaje en un vehículo implica: “La reducción del riesgo de lesiones para bebés y niños pequeños asociada con los asientos para niños orientados hacia atrás se ha demostrado en muchos estudios” (Brolin et al., 2021, s. p.). En países como Suecia y Estados Unidos se recomienda esta posición hasta los cuatro y dos años respectivamente. Los sistemas de sujeción de cinturones de seguridad de tres puntos que se utilizan en menores, de la forma tradicional como los utilizan los adultos, produce en ellos: “Un mayor movimiento de la cabeza hacia adelante y hacia abajo” (Brolin et al., 2021, s. p.), con una flexión abrupta y forzada de la columna cervical. Esto provoca mecanismos de compresión, tracción o 27 estiramiento en el tejido y plexos nerviosos en el cuello, lo que aumenta la morbimortalidad en este tipo de accidentes. El efecto del sistema de seguridad de cinturón de tres puntos mencionado en el párrafo anterior se explica no solo por la variante del desarrollo de los tejidos en las regiones anatómicas descritas, sino que también toma en cuenta la estatura de la persona menor, ya que de esta dependerá su relación espacial con el cinturón de seguridad. Por lo tanto, una persona infante de mayor edad, pero de baja estatura, se podría beneficiar de sistemas de un dispositivo sujeción diferenciado según su talla y no solamente por el factor de la edad. La biomecánica forense en la población infantil en general será diferenciada en comparación con la biomecánica de los adultos por elementos de tamaño, inmadurez de los tejidos y la relación espacial de los dispositivos de seguridad de adultos en las distintas regiones corporales. Por lo tanto, el conocimiento de las condiciones anatomofuncionales de las regiones corporales de una persona infante y la aplicación de dispositivos de seguridad, según talla y edad, constituyen elementos de interés para el análisis lesionológico en esta población. 2.7. Tipos de dispositivos de seguridad según el peso y la edad en la población infantil A continuación, se especifican los tipos de dispositivos de seguridad según el peso y la edad en la población infantil. 2.7.1. Grupo de peso menor a 9 kg (20 lb) La primera consideración en este grupo de edad es la posición más segura se ha demostrado que la posición mirando hacia atrás o en sentido contrario a la marcha del vehículo, previene considerablemente las lesiones severas en la cabeza y cuello en este grupo. Además, 28 los cinturones de seguridad, ya sea de tres o cinco puntos de sujeción, pueden utilizarse de forma indiferente si se asegura la posición adecuada dentro del vehículo: “Se informan lesiones catastróficas en el cuello con daños en el cordón en los casos en que los asientos para bebés se han instalado incorrectamente, mirando hacia adelante” (Howard, 2000, s. p.). Algunas investigaciones han demostrado que la forma más común del uso inadecuado de los dispositivos de protección orientados hacia atrás fue: “Un anclaje inadecuado al automóvil” (Isaksson-Hellman, Jakobsson, Gustafsson y Norin, 1997, s. p.). La posición de viaje en el sentido contrario a la marcha del vehículo es de interés debido a las características anatómicas de los bebés, en cuanto a la inmadurez de esta población en los tejidos musculares, cartilaginosos y del parénquima de órganos elásticos como los pulmones. Esto los predispone a lesiones por los mecanismos que se experimentan si viajan en el mismo sentido del vehículo o mirando hacia adelante: Los pulmones no están todavía formados y el esqueleto, y el resto de los órganos están todavía inmaduros […] colocar a los bebés en un portabebés de primera generación, en los que la posición es de semisentado, puede causar que la cabeza caiga hacia adelante, las vías respiratorias se cierren y aparezca la asfixia postural (Vallès Mas y Forrelland Vives, 2020, s. p.). La recomendación para esta posición de viaje es utilizarla por el mayor periodo posible, en caso de los asientos para bebés hasta aproximadamente los 9 meses de edad y el asiento de niños incluso hasta los 3-4 años (Isaksson-Hellman, Jakobsson, Gustafsson y Norin, 1997). La posición de viaje en los asientos traseros de los vehículos recomendada para la población infantil no está dirigida a evitar maniobras de distracción para el adulto conductor, 29 sino por la presencia de bolsas de aire que se encuentran colocadas en la parte delantera del interior de los vehículos. Estas tienen una función de desaceleración junto con el uso del cinturón de seguridad en el momento de un accidente de tránsito para evitar traumatismos principalmente en el hemicuerpo superior. En el caso de las personas menores y si el dispositivo de seguridad está en la zona de inflado de la bolsa de aire: “Un airbag no es un cojín; la fase inicial es una explosión química que se ha comparado con un impacto de 300 km / h” (Howard, 2000, s. p.). Por eso, en la posición de viaje en los asientos delanteros, colocados en la zona de inflado, la activación de la bolsa de aire representa un impacto fuerte agregado a los que se pueden presentar en un accidente de tránsito. Los adultos se mantienen bien alejados y fuera de la zona de inflado mediante el cinturón de seguridad, pero el portabebés orientado hacia atrás colocado en un asiento delantero coloca al niño en la zona de inflado de la bolsa. Pueden producirse lesiones graves en la cabeza y el cuello o incluso la muerte en cualquier momento en que se despliegue el airbag, incluso en choques a una velocidad moderada (Howard, 2000, s. p.). Los aspectos como el sitio para colocar el asiento de una persona menor, como el uso de los cinturones de seguridad para sujetar el mismo, son elementos que deben considerarse para aumentar la seguridad y así optimizar los resultados de los dispositivos de seguridad de las personas menores. Han sucedido eventos en que su asiento no se encuentra en su lugar ni sujetado de forma apropiada en el momento de un accidente automovilístico, esto reduce la seguridad para la persona infante que lo utiliza, como en los casos donde se encuentran en los asientos delanteros de un vehículo no sujetados. En estos casos: “El airbag no proporciona 30 ninguna ventaja protectora al bebé y probablemente contribuya a la gravedad de las lesiones recibidas” (Howard, 2000, s. p.). 2.7.2. Grupo de peso de 9 a 18 kg (20 a 40 lb) Al igual que en la persona infante con peso menor a 9 kg, este grupo de personas menores también debe utilizar sus dispositivos de seguridad en los asientos de atrás y orientados hacia adelante. Esto les permite ubicarse en un lugar lejos de la zona de inflado: Se ha informado de una reducción del 70% en el riesgo de muerte en los niños colocados en asientos traseros sin cinturón, en comparación con los que utilizan el asiento del acompañante, lo que lo hace potencialmente más efectivo que los cinturones de seguridad para adultos (Howard, 2000, s. p.). El tamaño de las personas infantes es uno de los factores que utilizan los padres para abandonar o evitar el uso de las sillas de seguridad en este grupo, sin embargo, debido a la eficacia protectora para lesiones graves de cuello y cabeza, los expertos recomiendan que no dejen de utilizar las sillas hasta que la altura de la persona menor no sobrepase el borde del respaldar de la silla al nivel de los conductos auditivos externos: Las correas se pueden ajustar para adaptarse a marcos altos o grandes, y el asiento se ajusta mientras el reposacabezas termine en el canal auditivo o por encima de él […] este grado de apoyo para la cabeza es necesario para proteger el cuello en caso de impacto trasero (Howard, 2000, s. p.). El tipo de correas que se utiliza debe cumplir los siguientes aspectos; el primero es la sujeción de la silla al asiento utilizando los cinturones de seguridad propios del vehículo, lo que 31 asegura que queden ajustados con la distribución apropiada según el diseño del asiento elevador (booster). Posteriormente, se deben utilizar correas para sujetar a la persona infante a la silla para que la persona menor, en el momento de una colisión, no salga expulsada hacia adelante. La sujeción correcta a nivel de los hombros es de capital importancia, para esto se han recomendado las correas de tres puntos sobre el cuerpo: Los diseños de correas de tres puntos o con protección en T, un clip de pecho deslizante evitará que las correas de los hombros se extiendan […] si las correas de los hombros se abren, el niño puede salir expulsado del asiento y del vehículo (Howard, 2000, s. p.). Una forma de representar una sujeción inadecuada a nivel de los hombros en este grupo de personas infantes es cuando viajan en el lugar del acompañante del conductor y usan el cinturón de seguridad diseñado para los adultos. En este tipo de casos la altura del segmento o banda diagonal del cinturón no corresponde a la altura del hombro de la persona menor, por lo que queda a un nivel superior como el cuello, lo que genera incomodidad al utilizarlo. Lo anterior hace que la persona infante adopte posturas de confort como colocar ese segmento del cinturón en su espalda. Un caso como este se ha ejemplificado en la literatura demostrando que la bolsa de aire provoca fácilmente lesiones en el ámbito facial: Este niño sufrió un 20% de hifema macroscópico del ojo derecho y una pequeña abrasión de la córnea como resultado del contacto con la bolsa de aire al desplegarse […] la lesión en el ojo de este niño ocurrió porque su cabeza estaba en la zona de inflado cuando se desplegó el airbag (Howard, 2000, s. p.). En este caso el sistema de sujeción en el segmento superior del cuerpo ha sido ineficaz, sumado a la posición incorrecta dentro del vehículo. “Los cinturones de hombro diseñados para 32 adultos no mantienen a los niños alejados de la zona de despliegue del airbag. Las lesiones de los niños por inflar las bolsas de aire pueden ser graves o incluso mortales” (Howard, 2000, s. p.). 2.7.3. Grupo de peso de 18 a 27 kg (40 a 60 lb) Cuando las personas menores han alcanzado una edad de aproximadamente 4 años, se ha recomienda que sus asientos tipo asientos elevadores (boosters) con cinturón puedan orientarse hacia adelante. Esto se debe a que su crecimiento ha permitido que la cabeza sea proporcionalmente menor y el cuello es más fuerte (Isaksson-Hellman, Jakobsson, Gustafsson y Norin, 1997). El uso de dispositivos de seguridad en este grupo de población, según revisiones bibliográficas, es menor al compararse con menores de menor peso, sin un origen causal claro. El reemplazar el uso de elevadores de asientos en población infante con este peso por cinturones de tres puntos no está justificado, porque el diseño de adulto pretende obtener puntos de apoyo del cinturón en estructuras corporales firmes y que toleren la fuerza de desaceleración que provoca el cinturón de seguridad en su segmento diagonal y horizontal. Cuando una persona infante de menor altura y peso que un adulto utiliza el segmento horizontal del cinturón de tres puntos, usualmente este no descansa sobre la misma región corporal del adulto, por lo que queda a la altura del abdomen y no al nivel de la pelvis. Esto lo hace más vulnerable a traumatismos severos debido que la pared abdominal no es una estructura fuerte: “El complejo de lesiones por cinturón de regazo se produce cuando un cinturón de regazo suelto carga directamente el abdomen y la columna lumbar durante la desaceleración rápida” (Howard, 2000, s. p.). 33 El segmento o banda horizontal del cinturón de tres puntos en una persona infante sin uso de asiento elevador al ubicarse en el abdomen puede implicar lesiones intraabdominales de la columna vertebral y, por lo tanto, de la médula espinal. Lo anterior por un mecanismo de flexión forzada en la columna lumbar sobre el abdomen, así como el mecanismo de aplastamiento que puede provocar el cinturón la columna vertebral sobre los órganos intrabdominales principalmente los órganos sólidos. Suelen producirse lesiones por flexión-distracción de la columna lumbar, también patrones de compresión en cuña anterior, la paraplejía se informa con frecuencia y se produce debido a una lesión por estiramiento del cordón torácico […] el daño neurológico suele ser debido al mecanismo de estiramiento […] se pueden producir lesiones abdominales de órganos sólidos y huecos […] el desgarro mesentérico puede resultar en isquemia del intestino delgado y ruptura tardía (Howard, 2000, s. p.). La evidencia traumatológica indica que los cinturones de adulto no son seguros en esta población, esto por razones como la altura del punto de fijación del cinturón, el cual es esencialmente alto para una persona menor de menor estatura. Además, el tamaño de los asientos no es congruente con la longitud de sus extremidades inferiores, el muslo de estas personas menores no es lo suficientemente largo para permitir que la pierna cuelgue o repose de forma flexionada en el reborde del asiento, por lo que el cuerpo se deslice hacia abajo para que sus rodillas alcancen la flexión al final del asiento, lo que hace que el segmento horizontal del cinturón alcance la altura del abdomen de la persona menor: “El asiento es demasiado largo en relación con el fémur del niño, y es natural que el niño se incline hacia adelante para que su rodilla se doble sobre la parte delantera del asiento” (Howard, 2000, s. p.). 34 Los puntos de apoyo y relación anatómica de los segmentos de un cinturón de tres puntos para adultos se pueden adecuar para menores con un peso de 27 kg o inferior mediante el uso asientos elevadores, debido que el uso de estos permite la: “Colocación correcta del cinturón de regazo sobre las crestas ilíacas en la parte anterior” (Howard, 2000, s. p.), lo que facilita la protección, tanto de la cavidad pélvica como abdominal. Esto se debe a que la estructura ósea de la pelvis, al apoyarse en el cinturón, optimiza el mecanismo de sujeción del cinturón y con esto disminuye el mecanismo de desaceleración, además, aclaran que el desarrollo óseo ideal para el uso del segmento horizontal del cinturón de seguridad es hasta aproximadamente los 10 años (Isaksson-Hellman, Jakobsson, Gustafsson y Norin, 1997). Otras ventajas de los asientos elevados con posicionamiento del cinturón es que el niño. sentándose más alto tendrá la parte del hombro del cinturón de seguridad colocada más cómodamente sobre el hombro (sin cruzar la garganta), y también tendrá una mejor vista (Isaksson-Hellman, Jakobsson, Gustafsson y Norin, 1997, s. p.). En cuanto a los asientos elevadores con uso de respaldo, usualmente los padres desconocen sus indicaciones, por lo que incurren en un uso inapropiado o su ausencia, en condiciones que sí deban utilizarse. La causa de su uso radica en el sentido de la protección del cuello y la cabeza del individuo ante mecanismos de cambios abruptos de la fuerza de dirección de determinados movimientos que se pueden presentar en los accidentes de tránsito. El alcance del respaldar de un asiento debe ser de al menos la altura de los conductos auditivos externos, esto porque cuando la altura del respaldar se encontró inferior al nivel de los conductos auditivos externos el cuello puede experimentar un movimiento de hiperextensión abrupta, lo que produce lesiones en esta zona y, por ende, en la cabeza, por lo tanto: “Un refuerzo de espalda alta 35 proporciona una mejor protección del cuello en caso de un impacto trasero o retroceso” (Howard, 2000, s. p.). 2.7.4. Grupo de peso de 27 kg (60 lb) o mayor peso Esta población se caracteriza por acercarse a las proporciones de la constitución anatómica de los adultos. La recomendación es el uso cada vez menor de asientos elevadores, debido que los sistemas de seguridad para adultos propios del diseño de los vehículos son también funcionales para la población pediátrica de este grupo, lo anterior, siempre que pueda corresponder a los principios de seguridad de los cinturones. En este caso, la altura del segmento diagonal del cinturón de tres puntos debe atravesar la región central del tórax y la cara anterior del hombro, en el caso del segmento horizontal debe apoyarse en el esqueleto de la pelvis para proporcionar apoyo sólido y prever mecanismos de trauma potencialmente letales en diferentes regiones corporales. Cuando un niño ha crecido hasta una altura de aproximadamente 140 cm y la pelvis también está completamente desarrollada, el cinturón de seguridad para adultos se puede usar sin un sistema de retención infantil (Isaksson-Hellman, Jakobsson, Gustafsson y Norin, 1997, s. p.). Para la posición dentro del vehículo en este grupo de niños se mantiene la recomendación de utilizar los asientos traseros. “La posición más segura para niños mayores y adolescentes es con un cinturón de tres puntos en el asiento trasero” (Howard, 2000, s. p.). 36 2.8. Lesiones en población infantil según regiones corporales A continuación, se detallan las lesiones en la población infantil según las regiones corporales. 2.8.1. Trauma en cabeza Los traumas craneoencefálicos son de especial interés en víctimas de accidentes de tránsito, ya que su presencia no solo aumenta el grado de mortalidad, sino también la posibilidad de provocar lesiones permanentes en la función neurológica, con mayores alteraciones en las capacidades cognitivas. Se ha demostrado que el uso de dispositivos de seguridad ha disminuido la aparición de lesiones en esta región corporal, pero no excluye la posibilidad de su presencia: “Los bebés correctamente sujetos fueron 12,7 veces menos propensos a acudir a un centro de trauma después de un accidente de vehículo automotor” (Stewart et al., 2021, s. p.). Los asientos de seguridad para el automóvil previenen lesiones. Sin embargo, la lesión cerebral traumática es similar entre los bebés con sujeción adecuada e inadecuada involucrados en accidentes de tránsito de alta velocidad que se presentan en un centro de trauma (Stewart et al., 2021, s. p.). En las colisiones frontales de vehículos automotores, el movimiento de la cabeza es hacia adelante con la misma dirección del vehículo y a la misma velocidad, lo que produce que la cabeza se detenga de forma súbita y las estructuras intracraneales, como el encéfalo, mantengan su desplazamiento dentro del cráneo. Lo anterior puede producir: “Contusión cerebral, mientras el extremo opuesto se separa del tallo cerebral” (Vargas Alvarado, 2009, s. p.). 37 La madurez ósea varía la capacidad elástica de los huesos. Esta característica de elasticidad permite que este tejido puede modificarse, de forma transitoria, ante efectos estresantes externos, lo que hace posible retornar a su posición espacial inicial. Cuando la capacidad ósea de tolerar las fuerzas externas se sobrepasa inicia la fase plástica del hueso, lo que constituye un cambio mantenido en su conformación, en la mayoría de los casos representado como una solución de continuidad o fractura; en el caso del cráneo como en los demás huesos, entre menor edad tenga la persona infante, mayor será su elasticidad, lo que disminuye la posibilidad de fracturas: “las fracturas de la base del cráneo fueron más comunes entre los niños de 1 a 7 años que entre los bebés menores de 1 año” (Children Injured in Motor Vehicle Traffic Crashes, 2010). Con la aparición de las fracturas en los huesos del cráneo es mayor la probabilidad de complicaciones en un traumatismo craneoencefálico, así como hemorrágicas, procesos infecciosos o desplazamientos de fragmentos con efectos espacio ocupantes. Como estrategias dirigidas a disminuir la aparición de lesiones craneoencefálicas en las personas menores de un año, se ha indicado el uso de los asientos en este grupo etario con una postura en la que el menor vea hacia atrás y que se encuentre colocado en los espacios traseros del vehículo. Esto tiene la finalidad de evitar el efecto de inercia o energía cinética que trasmite el movimiento del vehículo a la cabeza de la persona infante, además, esta posición ha demostrado que: Los asientos de seguridad para el automóvil orientados hacia atrás brindan un soporte óptimo para la cabeza y la columna vertebral en caso de un choque, porque las fuerzas se transfieren desde la parte posterior del asiento de seguridad para el automóvil a la 38 espalda del bebé, que es la superficie corporal más fuerte del bebé (Stewart et al., 2021, s. p.). Además, Vallès Mas y Forrelland Vives (2020) indican: Los sistemas de retención infantil que se instalan en sentido contrario a la marcha presentan ventajas notables en seguridad […] en caso de impacto, la cabeza y la espalda del bebé presionan el respaldo de la silla, y la energía generada por el impacto es disipada por el respaldo de la silla, que la reparte en una superficie muy amplia (Vallès Mas, Forrelland Vives, 2020, s. p.). Los mecanismos de trauma están mediados por los cambios en las fuerzas físicas que interactúan con el individuo para permitir la aparición de cambios anatómicos y funcionales en la integridad física de este, sin embargo, no todos los mecanismos requerirán de un contacto de una energía física con el cuerpo del individuo para un intercambio de energía. Este es el caso del mecanismo de aceleración y desaceleración para los tejidos que contiene la cavidad craneal que en grandes rasgos son tres tipos, el tejido vascular, el líquido cefalorraquídeo y el encéfalo, que tienen características de densidad distintos, lo que permite que aparezcan mecanismos de cizallamiento ante movimientos de aceleración y desaceleración. El mecanismo de aceleración y desaceleración se relaciona con sangrados intracraneales cuando se aplica a este nivel, debido a que produce rupturas de vasos sanguíneos. Este tiene mayor riesgo cuando más desproporcionado es el tamaño del encéfalo y la cavidad del cráneo, como ocurre en los extremos de edad niños y adultos mayores y en algunos casos de alcoholismo crónico; en el contexto de menores con antecedente de accidentes de tránsito: Sacudir a un bebé sin que la cabeza golpee una superficie es suficiente para provocar el 39 desgarro de las venas en puente, lo que da lugar a hemorragia subdural […] las lesiones en la cabeza de los bebés relacionadas con accidentes de tránsito se han atribuido al movimiento de la cabeza sin un contacto sustancial de la cabeza con ninguna estructura u otro ocupante (Stewart et al., 2021, s. p.). Estudios recientes han demostrado que los traumatismos en personas menores de un año involucradas en accidentes de tránsito se presentan principalmente en la cabeza, además, el uso adecuado de sistemas de sujeción y con orientación hacia atrás, así como los que no utilizaron dispositivos de seguridad o lo utilizaban de forma inadecuada, tienen una posibilidad similar a la aparición de este tipo de lesiones. La gravedad de las lesiones no fue significativamente diferente en estos dos grupos, sin embargo, la gravedad de los traumatismos en la persona menor es mayor si involucra la región corporal de la cabeza: “La clasificación de la severidad de lesiones fue significativamente mayor para los niños diagnosticados con un traumatismo craneoencefálico” (Stewart et al., 2021, s. p.). La evidencia científica, a pesar de demostrar que las lesiones graves en la cabeza de personas menores, no puede ser excluida en su totalidad. La mortalidad es menor en aquellos que utilizan los sistemas de sujeción para personas menores de forma óptima: “Las probabilidades de mortalidad aumentaron más de 4 veces para los lactantes que no estaban sujetos de manera adecuada o que no estaban sujetos” (Stewart et al., 2021, s. p.). También se evidenció que el factor de la velocidad y su aumento en el momento de los accidentes de tránsito es proporcional a la severidad de las lesiones de estas personas: “El análisis de la velocidad evidenció que la tasa de letalidad aumentó gradualmente con el aumento de la velocidad de la carretera” (Stewart et al., 2021, s. p.). 40 La evidencia sugiere que se puede lograr una reducción del 71% en las muertes y una reducción del 67% en las lesiones cuando se usan correctamente los asientos de seguridad para niños […] con una reducción del 35% en las tasas de mortalidad en comparación con los asientos delanteros, y con una reducción del 46% en las tasas de muerte en comparación con los asientos delanteros con airbag (Howard, 2000, s. p.). 2.8.2. Trauma facial El rostro se conforma por un conjunto de huesos irregulares unidos estrechamente para expresar las zonas de concavidades y convexidades faciales, así como una red vasculonerviosa integrada que permita la funcionalidad y control de los músculos del rostro, como la afluencia y drenaje de sanguíneo del sistema nervioso central. El esqueleto facial está compuesto por cuatro huesos impares (frontal, etmoidal, vómer y mandíbula) y cinco huesos pares (cigomático, maxilar superior, nasal, lacrimal y palatino), que conforman un marco óseo protector sobre las estructuras de la órbita, senos paranasales, cavidad nasal y bucal (Boscá-Ramon, Dualde-Beltrán, Marqués-Mateo y Nersesyan, 2019, s. p.). Los tejidos blandos del rostro pueden presentar contusiones simples por el impacto en la estructura interna del vehículo, las heridas contusas se han visto en casos donde el vidrio de ventanas o parabrisas se fragmentan y se proyectan hacia el ocupante del vehículo (Vargas Alvarado, 2009). El estudio de fracturas faciales divide los huesos por su ubicación en tercios, el superior en el hueso frontal, el inferior en el hueso de la mandíbula y el tercio medio entre los anteriores desde el: “Reborde orbitario superior hasta el proceso alveolar del maxilar superior” (Boscá-Ramon, Dualde-Beltrán, Marqués-Mateo y Nersesyan, 2019, s. p.). 41 En términos generales, los traumatismos de los huesos faciales son frecuentes en eventos violentos como accidentes de tráfico y laborales, caídas e incluso actividades deportivas, con consecuencias de: “Mortalidad global del 15-20% y más del 50% de las muertes por politraumatismo asocian un traumatismo facial” (Boscá-Ramon, Dualde-Beltrán, Marqués-Mateo y Nersesyan, 2019, s. p.). En la población infantil la ubicación de las fracturas en huesos faciales a causa de traumatismos accidentales como los accidentes de tránsito son: “Las de tercio medio las más frecuentes y, dentro de ellas, las de nariz y malar, seguidas por las mandibulares y después las del tercio superior” (López-Quiles y Martínez-González, 2010, s. p.). Las fracturas del tercio superior afectan principalmente las paredes del seno frontal, entre estas la anterior con mayor frecuencia, debido a su delgado espesor de este hueso cuando se acompañan de fracturas en la pared posterior. “Habitualmente se producen como extensión de una fractura de la base de cráneo o de la calota” (Boscá-Ramon, Dualde-Beltrán, Marqués-Mateo y Nersesyan, 2019, s. p.). Por lo tanto, la presencia de estas estructuras obliga al profesional en salud a descartar otras lesiones graves en el cráneo, lo que puede condicionar una evolución clínica desfavorable para estos pacientes, así como de lesiones permanentes con alteración en la integridad psicofísica. El tercio medio puede presentar fracturas complejas desde el punto de vista de diagnóstico como de abordaje. Para su clasificación diagnóstica y terapéutica se utiliza la clasificación de Le Fort, nombrada así porque: “En 1901, el cirujano francés René Le Fort realizó numerosos y metódicos experimentos golpeando cadáveres con un gran abanico de mecanismos, fuerzas y objetos, lo que le permitió describir tres patrones principales de fractura 42 del maxilar superior” (Boscá-Ramon, Dualde-Beltrán, Marqués-Mateo y Nersesyan, 2019, s. p.). La clasificación de Le Fort (Tabla 1) establece delimitaciones en sus trazos de fracturas, que en la mayoría de las ocasiones no son como se presentan en los casos de traumatismos faciales, sin embargo, han facilitado: La comprensión global del traumatismo, e informa sobre la energía del impacto y alerta sobre lesiones asociadas; Los tres tipos pueden ocurrir de manera simultánea o aislada, y cada una puede ser unilateral o bilateral, incluso en los casos bilaterales no siempre son simétricas, sino que pueden presentar trayectos diferentes en cada lado (Boscá-Ramon, Dualde-Beltrán, Marqués-Mateo y Nersesyan, 2019, s. p.). Tabla 1 Localización de los trazos de fractura y de las fracturas específicas en los patrones Le Fort Fuente: Tomografía computarizada multidetector en el traumatismo facial: informe estructurado y observaciones clave para un abordaje sistemático, de Boscá-Ramon, Dualde-Beltrán, Marqués-Mateo y Nersesyan, 2019. Siempre hay afectación de pterigoides Le Fort I (paladar flotante) Le Fort II (maxilar flotante) Le Fort III (disociación craneofacial) Trazos de fractura Paladar duro. Pared lateral, anterior y medial del seno maxilar. Septo nasal. Paredes lateral y anterior del seno maxilar. Suelo y pared medial de la órbita. Huesos nasales. Arco cigomático. Pared lateral y medial de la órbita. Sutura nasofrontal. Fractura específica. Paladar duro. Septo nasal. Pared medial maxilar. Suelo de la órbita. Pared lateral de la órbita. Arco cigomático. 43 Las fracturas del tercio inferior corresponden a las segundas en frecuencia en el esqueleto facial. Las más frecuentes son las fracturas nasales, en las consideraciones anatómicas de este segmento facial: “La mandíbula tiene una característica morfología en U, y al unirse al cráneo mediante las articulaciones temporomandibulares, sinoviales, se forma una estructura en anillo” (Boscá-Ramon, Dualde-Beltrán, Marqués-Mateo y Nersesyan, 2019, s. p.). La mandíbula corresponde a un hueso prominente y el único móvil en la región facial, movilidad que lo diferencia de los demás huesos faciales: Un porcentaje alto de fracturas de mandíbula asocia un mecanismo directo que origina un trazo de fractura en el lugar del impacto, y otro indirecto por transmisión de la energía con presencia de otro trazo de fractura a distancia del impacto inicial (Boscá-Ramon, Dualde-Beltrán, Marqués-Mateo y Nersesyan, 2019, s. p.). Como parte de estas lesiones, las fracturas de piezas dentales se catalogan como fracturas abiertas, así como las del proceso alveolar. El diagnóstico de trazos de fracturas alineados o desplazados, únicos o múltiples, en la anatomía de los huesos faciales, significa una dificultad para el personal asistencial, la sensibilidad diagnóstica ha mejorado con los equipos imagenológicos disponibles, mejorando la resolución rápida de estos casos. Este factor mejora la variante del tiempo de abordaje y con esto el pronóstico de las lesiones ocasionadas. La tomografía computarizada técnica de imagen de elección en la evaluación del traumatismo facial por su amplia disponibilidad, su rapidez y porque permite tanto la caracterización de las fracturas faciales como de las lesiones de partes blandas y de las complicaciones asociadas. (Boscá-Ramon, Dualde-Beltrán, Marqués-Mateo y 44 Nersesyan, 2019, s. p.). El diagnóstico temprano y preciso de las lesiones óseas en el rostro es relevante para la orientación del manejo médico quirúrgico de este tipo de pacientes, con lo que se logra un abordaje que disminuya significativamente el porcentaje de mortalidad de estas lesiones. 2.8.3. Cuello La región del cuello está proporcionada de diferentes arcos de movilidad para la columna vertebral cervical, con predisposición de mecanismos de trauma complejos en el momento de un accidente de tránsito las lesiones que se presentan usualmente son de poca letalidad, pero pueden significar altos niveles de morbilidades crónicas álgicas. “Las lesiones más leves de columna son las más frecuentes de todas las lesiones en los accidentes de tráfico” (Represas Vázquez y Vivas Broseta, 2019). Estas están representadas con mayor frecuencia por mecanismos de hiperextensión e hiperflexión asociado con movimientos rotacionales para la aparición del cuadro sindrómico de latigazo cervical, lo que afecta principalmente los extremos de los grupos etarios como las personas infantes y adultas mayores. Las lesiones a nivel raquimedular y la afectación de cuerpos vertebrales cervicales son diagnósticos de mayor peligrosidad para la integridad psicofísica de la persona involucrada, sin embargo, su aparición es infrecuente, aunque se han registrado casos: “La fractura de Chance, habitu