UNIVERSIDAD DE COSTA RICA FACULTAD DE EDUCACIÓN ESCUELA DE BIBLIOTECOLOGÍA Y CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN Estudio de necesidades, prácticas y satisfacción informacional de las personas productoras de café del cantón de Atenas, Alajuela, asociadas a COOPEATENAS R.L., en su contexto cotidiano Trabajo Final de Graduación modalidad Tesis presentado para optar por el grado de Licenciatura en Bibliotecología con énfasis en Bibliotecas Educativas Wilson Hernández Arroyo. Sede Universitaria Rodrigo Facio Octubre 2021 ii “Estudio de necesidades, prácticas y satisfacción informacional de las personas productoras de café del cantón de Atenas, Alajuela, asociadas a COOPEATENAS R.L., en su contexto cotidiano” por Wilson Hernández Arroyo, está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ iii TRIBUNAL EXAMINADOR ____________________________ Dra. Magda Cecilia Sandí Sandí Presidenta del Tribunal ____________________________ M.Ed. Iria Briceño Álvarez Directora del Trabajo Final de Graduación ____________________________ MBA. Ana Cristina Bermúdez Duarte Lectora ____________________________ Mag. Grettel María Mora Coto Lectora ____________________________ MAP. Ramón Masis Rojas Profesor invitado iv COMITÉ ASESOR ____________________________ M.Ed. Iria Briceño Álvarez Directora del Trabajo Final de Graduación ____________________________ MBA. Ana Cristina Bermúdez Duarte Lectora ____________________________ Mag. Grettel María Mora Coto Lectora v Pepe los escuchaba atentamente y les hacía preguntas […]. Luego vino el anfitrión, lo llamó y Pepe tuvo que dejarlos. Recorrió de nuevo el círculo despidiéndose de cada uno con un apretón de manos. Se acercó al patrón, se excusó por hacerlo esperar pero le explicó que le gustaba hablar directamente con los campesinos que trabajan la tierra con sus propias manos, porque ellos son frecuentemente tan duchos en el conocimiento de su actividad que vale la pena escuchar sus opiniones. Henrietta Boggs, “Casada con una leyenda: Don Pepe” (1992). vi DEDICATORIA A quien, a través del ejemplo, siempre me ha dado luz en medio de la oscuridad; a la persona más fuerte y valiente que conozco; a quien nunca se da por vencida ante la vida y sus infinitas adversidades, quien me ha dado más de una vida: para Mami. A quien fue y sigue siendo la inspiración de este trabajo; a quién por medio del trabajo agrícola con el café me lo ha dado todo: para Papi. ¡Los amo con todo mi ser! vii AGRADECIMIENTOS A mi comité asesor, a mis lectoras Cristina y Grettel, por todos sus comentarios y sugerencias, no solo en este trabajo, sino también en las aulas; a Iria, directora de este trabajo y amiga de este ser, por no dejarme morir en el proceso y siempre estar pendiente, no solo de esta investigación; y a Ramón, por sus consejos, sus ánimos y su visión a futuro, gracias por ese positivismo. A los productores de café que amablemente aceptaron la invitación a ser parte de este trabajo, que es suyo; gracias también por ser parte de quienes luchan porque el grano de oro lo siga siendo; gracias por ese café de excelencia que luchan por cultivar y que tan necesario fue en todas las etapas de esta investigación. A COOPEATENAS, La Coope. Gracias a las personas trabajadoras que me brindaron su entera disposición y ayuda, contestando las preguntas de mis entrevistas, facilitándome un espacio para una actividad, brindándome información, fotografías, etc., o preparando un delicioso café. A esa Fuerza en que algunos, de una u otra forma, aún creemos, con la que algunas veces conversé mis ideas, la que me mostró que “un huracán no dura toda la mañana. Un aguacero no dura todo el día”. A mis mejores amigos, hermano y hermana que la vida me dio: Nathán y Vero. Gracias por el apoyo brindado desde el día cero de esta idea allá por el 2018, por las palabras de aliento, por los abrazos, por las conversaciones compartiendo la mesa, por las pequeñas salidas para aliviar el estrés, por hablar de nada y todo a la vez, por escucharme, pero, principalmente, gracias por siempre estar. Y a todas y todos mis amigos -que por conflicto de intereses no nombraré- pero que al leer esto sabrán que me refiero a ellos. Y a mi amada Universidad de Costa Rica, la U; gracias por formarme como profesional, pero más importante, como ser humano. viii LISTA DE ABREVIATURAS CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe COOPEATENAS R.L. Cooperativa Agropecuaria Industrial y de Servicios Múltiples de Atenas R.L. FAO Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura GAM Gran Área Metropolitana GIZ Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit ICAFÉ Instituto del Café de Costa Rica INEC Instituto Nacional de Estadísticas y Censos MAG Ministerio de Agricultura y Ganadería MIL Media and Information Literacy msnm Metros sobre el nivel del mar NAMAs Acciones de Mitigación Nacionalmente Apropiadas NEIN Modelo teórico de las necesidades de información ONU Naciones Unidas REDNIA Red Nacional de Información Agropecuaria SINABI Sistema Nacional de Bibliotecas ix TIC Tecnologías de la Información y la Comunicación UNAM Universidad Nacional Autónoma de México UTN Universidad Técnica Nacional x LISTA DE APÉNDICES Apéndice 1. Guía de grupo focal ------------------------------------------------------- 188 Apéndice 2. Guía de entrevista -------------------------------------------------------- 191 Apéndice 3. Consentimiento informado ---------------------------------------------- 194 xi ÍNDICE DE FIGURAS Figura 1. Propósitos del estudio de personas usuarias de la información -- 24 Figura 2. Evolución de la inclusión de los diferentes nombres de estudios centrados en el usuario ------------------------------------------------------------------- 26 Figura 3. Pirámide de Maslow ---------------------------------------------------------- 33 Figura 4. Diagrama de un sistema general de comunicación ------------------- 48 Figura 5. Metáfora central del Sense-Making --------------------------------------- 55 Figura 6. Mapa político de Atenas ----------------------------------------------------- 59 Figura 7. Mapa geomorfológico del cantón de Atenas --------------------------- 64 Figura 8. Certificaciones de COOPEATENAS R.L. ------------------------------- 68 Figura 9. Breve historia de Atenas y la producción de café --------------------- 69 Figura 10. Invitación al grupo focal ---------------------------------------------------- 86 Figura 11. Variedad de café Obata en proceso de desarrollo ------------------ 98 Figura 12. Portada, boletín Ateneo, edición N°8, 2020 --------------------------- 132 Figura 13. Índice, boletín Ateneo, edición N°8, 2020 ----------------------------- 133 Figura 14. Principales enfermedades en el cultivo de café tienden a crecer en este 2020 --------------------------------------------------------------------------------- 135 Figura 15. Día de campo ----------------------------------------------------------------- 138 xii Figura 16. Portadas de los volantes divulgados a las personas productoras de café en actividades de día de campo ----------------------------- 140 Figura 17. Volante desplegado sobre variedades y renovación de café ----- 141 Figura 18. Ícono, aplicación Agritask -------------------------------------------------- 155 Figura 19. Pantalla principal, aplicación Agritask ---------------------------------- 158 Figura 20. Menú de opciones, aplicación Agritask -------------------------------- 159 xiii ÍNDICE DE TABLAS Tabla 1. Categorías de estudio --------------------------------------------------------- 75 Tabla 2. Problemas laborales y necesidades de información de las personas productoras de café ----------------------------------------------------------- 98 Tabla 3. Organizaciones que se relacionan con las personas productoras de café ----------------------------------------------------------------------------------------- 123 xiv RESUMEN Una de las áreas de estudio dentro de la disciplina de la Bibliotecología y las ciencias de la Información es la de los estudios de las personas usuarias de la Información. En Latinoamérica, se han desarrollo este tipo de investigaciones centrados tanto en comunidades académicas (comúnmente mayor), y específicamente en México y Costa Rica se detecta el estudio de comunidades agrícolas (agave azul, vitivinícolas, productores de papa y cebolla), pero no se encuentran registros de la realización de estos estudios centrados en las personas productoras de café. De esta forma, este trabajo se propone indagar las prácticas informacionales de las personas productoras de café del cantón de Atenas, Alajuela, asociadas a COOPEATENAS R.L., en su contexto cotidiano en el periodo 2020- 2021, a través del estudio de las necesidades de información y su satisfacción, para mejorar los servicios y productos de información para esta población. En el apartado metodológico, se enmarca en el paradigma naturalista y se establece un enfoque de investigación cualitativo, con alcance exploratorio y descriptivo. Además, se selecciona la muestra de estudio, la cual se dividió en dos: 1. una muestra homogénea, compuesta por 8 personas productoras de café, y 2. una muestra de expertos, compuesta por tres personas expertas en gerencia, administración e ingeniería agrícola, relacionadas a COOPEATENAS R.L. Como técnicas e instrumentos para la recolección de información se optó por: 1. la revisión de literatura, 2. un grupo focal en el que participaron 6 personas productoras de café, y 3. una entrevista a cada una de las personas expertas. Como resultados, se obtiene que las personas productoras de café cuentan con una serie de problemas laborales que se convierten en necesidades de información, y que para satisfacer estas, se recurre a una serie de prácticas que incluyen la búsqueda, el uso y la divulgación de información. Por último, se muestran las conclusiones relacionadas al análisis de la información, partiendo de la importancia que tienen el contexto y las circunstancias para el estudio de personas usuarias de la información. Además, se plantean una serie de recomendaciones a la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información de la Universidad de Costa Rica, así como a COOPEATENAS R.L., surgidas a partir de este estudio. 15 TABLA DE CONTENIDO I. INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 18 1.1 El problema y su importancia ....................................................................... 18 1.2 Pregunta de investigación ............................................................................ 20 1.3 Objetivo de investigación ............................................................................. 20 1.3.1 Objetivo general .................................................................................... 20 1.3.2 I Objetivo específico .............................................................................. 21 1.3.3 II Objetivo específico ............................................................................. 21 1.3.4 III Objetivo específico ............................................................................ 21 II. MARCO TEÓRICO ........................................................................................... 22 2.1 Estudios de personas usuarias de la información ........................................ 22 2.1.1 Tipos de estudios de personas usuarias de la información .................... 25 2.2 Necesidades ................................................................................................ 30 2.2.1 Necesidad humana ................................................................................ 31 2.2.2 Necesidades de información.................................................................. 34 2.3 Prácticas informacionales ............................................................................ 40 2.3.1 Práctica social ....................................................................................... 41 2.3.2 Práctica informacional ........................................................................... 43 2.4 Satisfacción informacional ........................................................................... 49 2.5 Teoría del Sense-Making ............................................................................. 52 III. MARCO CONTEXTUAL ................................................................................... 58 3.1 Atenas, Alajuela, Costa Rica........................................................................ 58 3.1.1 Datos generales del cantón ................................................................... 58 3.1.2 Reseña histórica .................................................................................... 59 3.1.3 Datos demográficos y sociales .............................................................. 61 3.1.4 Características meteorológicas .............................................................. 62 3.2 Producción de café en el cantón de Atenas ................................................. 65 3.2.1 La llegada del café a Atenas, reseña histórica ....................................... 65 16 3.2.2 COOPEATENAS R.L. y la producción de café ...................................... 66 IV. MARCO METODOLÓGICO ............................................................................. 70 4.1 Tipo de investigación ................................................................................... 70 4.2 Sujetos de estudio ....................................................................................... 72 4.3 Fuentes de información ............................................................................... 73 4.4 Universo de estudio ..................................................................................... 73 4.5 Población de estudio ................................................................................... 74 4.6 Muestra de estudio ...................................................................................... 75 4.7 Categorías de estudio .................................................................................. 77 4.8 Técnicas e instrumentos para la recolección de información ....................... 80 4.8.1 Revisión de literatura ............................................................................. 80 4.8.2 Grupo focal ............................................................................................ 80 4.8.3 Entrevista .............................................................................................. 81 4.9 Técnica para el análisis de la información.................................................... 82 4.10 Alcances .................................................................................................... 84 4.10.1 Proyecciones ....................................................................................... 84 4.10.2 Limitaciones ........................................................................................ 85 4.10.3 Delimitaciones ..................................................................................... 87 V. RESULTADOS Y DISCUSIÓN ......................................................................... 88 5.1 El día a día de las personas productoras de café ........................................ 88 5.2 Problemas y necesidades laborales de las personas productoras de café: necesidades de información .............................................................................. 96 5.3 Prácticas informacionales de las personas productoras de café: búsqueda, uso y divulgación de información ..................................................................... 126 5.3.1 Divulgación de información (persona productora de café como receptora) ..................................................................................................................... 127 5.3.2 Búsqueda de información .................................................................... 142 5.3.3 Uso de información .............................................................................. 160 5.3.4 Divulgación de información (persona productora de café como emisora) ..................................................................................................................... 163 5.4 Satisfacción informacional de las personas productoras de café ............... 165 17 5.4.1 Pertinencia .......................................................................................... 166 5.4.2 Relevancia ........................................................................................... 168 5.4.3 Precisión.............................................................................................. 170 5.4.4 Compilación de información................................................................. 170 VI. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ................................................. 173 5.1 Conclusiones ............................................................................................. 173 5.2 Recomendaciones ..................................................................................... 176 5.2.1 A la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información, Universidad de Costa Rica ............................................................................................... 176 5.2.2 A COOPEATENAS R.L. ...................................................................... 178 5.2.3 Al ICAFÉ.............................................................................................. 179 5.2.4 A la REDNIA ........................................................................................ 179 5.2.5 A las unidades de información en general ........................................... 180 REFERENCIAS .................................................................................................. 181 APÉNDICES ....................................................................................................... 188 18 I. INTRODUCCIÓN 1.1 El problema y su importancia Dentro del campo de estudio de la Bibliotecología y las Ciencias de la información, se encuentran los estudios de personas usuarias de la información. En términos generales, se pueden entender estos últimos como aquel conjunto de estudios e investigaciones que permiten a los profesionales en bibliotecología comprender las características de su población meta, sus necesidades, conductas, comportamientos, prácticas y opiniones respecto a la información, con el fin de planificar y mejorar los sistemas de información de los que hacen uso (González Teruel, 2005). Existe en América Latina la tendencia de realizar estudios de personas usuarias para entender los fenómenos informacionales que se dan en la región, ya que como lo establece Berrío Zapata, Mosso Moreira, Gonçalves Sant’Ana, y Muñoz Ortega (2016), estos estudios son de utilidad para comprender a las personas usuarias latinoamericanas en su cotidianidad y su comunidad, considerando la influencia de los medios digitales en el contexto. De igual manera, en los últimos años se ha tendido a descentralizar los sujetos de estudio en este tipo de investigaciones, dejando de lado a la academia - docentes, estudiantes e investigadores- para desarrollar investigaciones centradas en grupos sociales que no habían sido previamente estudiados -amas de casa, pacientes de hospitales y agricultores, por mencionar algunos-. En Costa Rica, se han desarrollado estudios de usuarios centrados en evaluar las poblaciones de las distintas unidades de información, por ejemplo, el “Estudio de usuarios(as) de las comunidades Jardines 1 y Jardines 2 que atiende la Biblioteca Infantil ‘Miriam Álvarez Brenes’ Heredia, Costa Rica” (Barboza Jiménez, 19 2008), o el “Estudio de usuarios en la Biblioteca Eugenio Fonseca Tortós” (Arguedas Ferreto, 2007), sin embargo, al igual que estos dos, las bibliotecas suelen hacer sus estudios de usuarios para conocer a sus públicos metas, y el uso que hacen de ellos es interno, y por ello, no se publican de forma pública en revistas, libros, u otros recursos bibliográficos. Ante esta situación, se detecta un vacío en el desarrollo y publicación de estudios de personas usuarias de la información de distintos contextos sociales. Ante este vacío, se plantea la problemática de la existencia de una única investigación publicada de personas usuarias de información, que tome como población de estudio a una comunidad agrícola: “El agricultor de la mano con la información: experiencias y percepciones en la cultura de las necesidades de información de los agricultores participantes del proyecto Servicio de Información Agrícola de Tierra Blanca” (Muñoz Alvarado, 2015). Además, al consultar a unidades de información especializadas en agricultura de diferentes instituciones del país, asociadas a la Red Nacional de Información Agropecuaria (REDNIA), se detecta la falta de interés hacia la realización de este tipo de trabajos centrados en comunidades agrícolas. Como parte del problema de investigación, también se puede mencionar el papel de estos estudios para identificar las carencias de información de los sujetos en cuestión, así como el uso que estos hacen de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), logrando plantear con los resultados de las investigaciones acciones y estrategias para mejorar la alfabetización mediática e informacional, de esta forma, se podría evitar lo planteado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2002), al establecer que “existe una desigualdad cada vez mayor entre quienes tienen acceso a la información y quienes carecen de éste. Éstos son la mayoría, y casi todos viven en las zonas rurales de los países en desarrollo” (párr. 2). 20 Por tal razón, este estudio se propone trabajar con una comunidad agrícola, las personas productoras de café, que no ha sido abordada dentro del estudio de usuarios de la información en Costa Rica y que, en Latinoamérica, específicamente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se esperaba comenzar con su estudio en 2020-2021, sin embargo no se realizó (J. J. Calva González, comunicación personal, 16 de septiembre de 2021); en este caso, centrándose específicamente en esta población que habita en el cantón de Atenas, Alajuela. Siendo este el problema de investigación, se desarrolla un estudio de prácticas informacionales, donde se abordan tres ejes temáticos: las necesidades de información, las prácticas y la satisfacción informacionales. 1.2 Pregunta de investigación ¿Cómo son las prácticas informacionales de las personas productoras de café del cantón de Atenas, Alajuela, asociadas a COOPEATENAS R.L., en su contexto cotidiano, a través del estudio de las necesidades de información y su satisfacción? 1.3 Objetivo de investigación 1.3.1 Objetivo general Indagar las prácticas informacionales de las personas productoras de café del cantón de Atenas, Alajuela, asociadas a COOPEATENAS R.L., en su contexto cotidiano en el periodo 2020-2021, a través del estudio de las necesidades de información y su satisfacción, para mejorar los servicios y productos de información para esta población. 21 1.3.2 I Objetivo específico Describir las necesidades de información de las personas productoras de café del cantón de Atenas, Alajuela, asociadas a COOPEATENAS R.L., en su contexto cotidiano. 1.3.3 II Objetivo específico Identificar las prácticas informacionales de las personas productoras de café del cantón de Atenas, Alajuela, asociadas a COOPEATENAS R.L., en su contexto cotidiano. 1.3.4 III Objetivo específico Establecer la forma en que las personas productoras de café del cantón de Atenas, Alajuela, asociadas a COOPEATENAS R.L., satisfacen las necesidades de información surgidas en su contexto cotidiano. 22 II. MARCO TEÓRICO El estudio de personas usuarias de la información conlleva el abordaje de una serie de elementos, mismos que se tratan en este apartado. Así, se hace un abordaje de los tipos de estudios de personas usuarias de la información, y con ello conocer la forma en que se desarrollan estas investigaciones. Además, se tratan los temas de necesidades, prácticas y satisfacción informacional, elementos centrales de este trabajo. 2.1 Estudios de personas usuarias de la información Los estudios de personas usuarias, tal como lo establece González Teruel (2005), constituyen “un conjunto de investigaciones cuyos resultados permiten planificar y mejorar los sistemas de información. [...] Conocer quiénes son los usuarios (y también los no usuarios) de las unidades de información, saber qué opinan, [...] poder determinar sus hábitos informativos” (p. 23). Es decir, para conocer a las personas usuarias de la información que utilizan, o no, una unidad de información, se deben desarrollar estudios de usuarios, que permitan establecer las opiniones, prácticas informacionales, necesidades informativas, y demás características propias de las personas, y que, además, aporten datos que faciliten el progreso de las unidades de información. Ahora bien, para ejecutar estos estudios, González Teruel (2005) plantea que se debe dar respuesta a una serie de preguntas, entre ellas: ¿Qué problemas informativos tienen los individuos en el desempeño de su trabajo? ¿qué barreras deben superar para acceder a la información que necesitan? ¿qué factores individuales, sociales, económicos o políticos les condicionan en la búsqueda de información? [...] ¿qué grado de satisfacción tienen con el uso de determinado servicio de información? ¿qué beneficio les reporta el uso de la información[?] (p. 23). 23 Por otro lado, Martín Moreno (2007), analiza la evolución del concepto de estudio de personas usuarias, y compara las diferentes conceptualizaciones, concluyendo que las definiciones sobre este tipo de estudios suelen ser poco claras. Sin embargo, aporta su propia definición, producto del análisis realizado. De esta forma, Martín Moreno (2007) considera los estudios de personas usuarias de la información “como un método multidisciplinar de conocimiento que permite analizar diferentes aspectos y características de la relación que se establece entre la información y el usuario, utilizando para ello distintas técnicas de investigación” (p. 133). Además, añade que “el objetivo principal de los estudios de usuarios es conocer los hábitos, comportamientos, motivaciones, actitudes, opiniones, deseos, necesidades, demandas y grado de satisfacción de los individuos (Martín Moreno, 2007, p. 133). Lo anterior, en concordancia con los flujos de información, desde la aparición de las necesidades, hasta la creación del conocimiento, temas que serán abordados más adelante. Asimismo, Hernández Salazar (1997) establece los propósitos generales que debe cumplir un estudio de personas usuarias, mismos que se pueden apreciar en la Figura 1, y que son: En primer lugar, se encuentra la identificación de las necesidades de información, ya sea para la toma de decisiones, o bien para comprobar la efectividad de los sistemas o servicios de información a los que la persona puede acceder. Hernández Salazar (1997) centra este propósito en la labor desde la biblioteca como tal, por lo que incluye tareas como: 1) evaluación de cumplimiento de objetivos, 2) la mejora de los servicios y la colección, 3) justificar la carga presupuestaria, por mencionar algunas. 24 Como segundo propósito, se encuentra el analizar la interacción persona usuaria - sistema. Para ello, se debe contemplar el nivel de satisfacción, los niveles de uso, facilitar la transferencia de información, disminuir las barreras entre la información y las personas, así como la identificación de las personas usuarias. Figura 1. Propósitos del estudio de personas usuarias de la información Fuente: elaboración propia a partir de Hernández Salazar (1997). 25 Tercero, se debe proponer identificar las características generales de las personas usuarias, los gustos e intereses, las actividades que realizan, sus estilos de vida y características demográficas. Además, conocer las fuentes de consulta, así como el flujo de información derivado de los hábitos de uso. Por último, el cuarto propósito corresponde a la aplicación de estudios de personas usuarias como apoyo de estudios científicos y comparativos entre distintos grupos de personas. Además, Hernández Salazar (1997) añade que: Para llevar a cabo estudios de usuarios, el profesional de la información debe reunir información de tantas fuentes diversas como sea posible. [...] Ubicar al individuo en situaciones reales de uso, en tiempo y espacio, permite describir situaciones problemáticas que lo han conducido a la búsqueda de información (p. 10). En general, a partir de las definiciones anteriores, se puede establecer que un estudio de personas usuarias está constituido por aquella investigación que permite conocer a la población usuaria que se defina, así como la forma en que se relaciona con la información, a través de sus necesidades, hábitos, usos y satisfacción informacional, considerando el contexto en que se desenvuelven. 2.1.1 Tipos de estudios de personas usuarias de la información Como lo establece González Teruel (2018), desde la década de 1970, han surgido diversos términos para referirse a los estudios de personas usuarias, y actualmente, son cuatro las formas más utilizadas, caracterizadas por el objetivo de estudio y la metodología empleada. A saber, son: 26 a) Estudios sobre usuarios o estudios sobre necesidades y usos de información. b) Estudios sobre comportamiento de la información o sobre el comportamiento de búsqueda de información c) Estudios sobre prácticas de información d) Estudios sobre experiencia en información. Además, estos cuatro términos son los más utilizados dentro del discurso científico en la Web Of Science, en la categoría de Ciencias de la información y biblioteconomía, tal como se aprecia en la Figura 2. Figura 2. Evolución de la inclusión de los diferentes nombres de estudios centrados en el usuario Fuente: González Teruel (2018). Primero, sobre los estudios de necesidades y usos de la información, González Teruel (2018) establece que este tipo de estudios surge en la década de 1970, y se puede definir como “la indagación sistemática de las características, 27 necesidades, conducta y opiniones de los usuarios (potenciales y reales) de los sistemas de información” (González Teruel, 2005, p. 24). En general, González Teruel (2005) considera que estos estudios deben basarse en el proceso de búsqueda de información, en donde: 1) surge la necesidad de información en la persona usuaria, lo que hace que, 2) se genere el proceso de búsqueda de información, dando paso a que, 3) se deba obtener información a partir de la consulta de una unidad de información u otra fuente, o bien, el intercambio de información con sus pares. Es así como 4) se hace uso de la información para llenar la carencia creada por la necesidad, culminando en, 5) la satisfacción o insatisfacción de la persona usuaria con el proceso de búsqueda y la información obtenida, a partir de los beneficios o impacto que esta haya tenido a partir de su uso. Segundo, se encuentran los estudios de comportamiento informacional, los cuales, Wilson (1981, citado por González Teruel, 2018), introduce el concepto de comportamiento de búsqueda de información, como opción alternativa al de necesidad de información, ya que consideraba que el estudio no podía centrarse en esta última, siendo que se constituye por un proceso psicológico de cada persona, por lo tanto, no puede ser observable, siendo esta la razón de enfocar el estudio en la percepción generada a partir de la necesidad. Para Calva González (2004), “el comportamiento informativo se puede entender como la manifestación de las necesidades de información del sujeto, originadas a partir de la insuficiencia de información y conocimiento acerca de un fenómeno, hecho o acontecimiento” (p. 102). Además, agrega que el comportamiento se manifiesta a partir de la búsqueda de información que saciará la necesidad. 28 Por último, coincidiendo con las dos definiciones anteriores, Bates (2010), expresó que “comportamiento de la información es el término preferido actualmente para describir las muchas formas en que los seres humanos interactúan con la información, en particular, las formas en que las personas buscan y utilizan la información" (citado por González Teruel, 2018, p. 483). Recapitulando, los estudios de comportamiento informacional se encargan de investigar la búsqueda, uso y satisfacción informacional obtenidas a partir del proceso realizado por las personas usuarias para la satisfacción de sus necesidades de información. En tercer lugar, se ubican las prácticas de la información, las cuales aparecen desde las décadas de 1960 y 1970, pero, no es hasta comienzos de la década del 2000 que se comienza a discutir y desarrollar un mayor número de estudios de este tipo. Savolainen (2007), establece que es el cúmulo de formas utilizadas para identificar, usar y compartir información, establecidas social y culturalmente con anterioridad. Savolainen (2007), además hace la diferenciación entre lo que es comportamiento y práctica informacional, al agregar que: Los conceptos principales de comportamiento y práctica parecen denotar los mismos fenómenos: se ocupan de las formas en que las personas "hacen las cosas". Los conceptos de comportamiento de la información y práctica de la información parecen referirse a las formas en que las personas "tratan con la información". La principal diferencia es que, dentro del discurso sobre el comportamiento de la información, el "manejo de la información" se ve principalmente como desencadenado por necesidades y motivos, mientras que el discurso sobre la práctica de la información acentúa la continuidad y 29 la habitualización de las actividades afectadas y moldeadas por factores sociales y culturales (p. 126). De esta forma, se puede establecer que las prácticas informacionales son aquellas que consideran el contexto como el elemento que hace que los sujetos se conviertan en seres sociales, viéndose influenciada por esto la búsqueda y uso de la información, caso contrario al comportamiento informacional, que se centra en la persona como ente individual, responsable de sus necesidades de información. Cabe mencionar que, más adelante, se trata el tema de las prácticas informacionales con mayor profundidad. Como cuarto, y último tipo de estudio, se encuentra la experiencia de información. Este, según González Teruel (2018), ha surgido en los últimos diez años, lo que hace que sean pocas las definiciones, e investigaciones, relacionadas. Sin embargo, Bruce y Partridge (2011, citado por González Teruel, 2018), han definido la experiencia de la información como “la forma en que las personas experimentan y adquieren significado cuando se relacionan con la información y su mundo a medida que avanzan en sus vidas y en su trabajo diario, incluyendo los matices de esta experiencia como consecuencia de diferentes culturas, comunidades y contextos” (p. 486). En resumen, son las experiencias que las personas perciben en las áreas de la vida en que se desenvuelven, a partir de la interacción con la información. González Teruel (2018) ejemplifica esto de la siguiente forma: “cómo el paciente experimenta la enfermedad, cómo el maestro experimenta la reunión pedagógica o cómo el estudiante experimenta un momento de éxito o fracaso” (p. 487). Para cerrar este apartado, cabe decir que estos cuatro tipos de estudios planteados por González Teruel (2018), y que son los más comunes en desarrollarse, centran su investigación en la persona usuaria de la información, con las salvedades que distinguen a cada uno de ellos, por ejemplo, el centrarse en 30 necesidades y satisfacción para el estudio del comportamiento, la inclusión del contexto y la cotidianidad para conocer las prácticas informacionales, o bien, analizar las experiencias de vida de las personas en relación con la información. Pero, a pesar de esta tipificación, prevalecen en todos los estudios tres elementos fundamentales, vistos o llamados de diferentes formas en cada uno, pero que son el eje central de estas investigaciones: 1) las personas usuarias, 2) las necesidades de información, y 3) la satisfacción de las necesidades. En el caso de esta investigación, se decide trabajar indagando las prácticas informacionales, comenzando con describir las necesidades de información de la población en estudio, posteriormente identificando las prácticas informacionales, y logrando así establecer la forma en que se satisfacen las necesidades de información. A continuación, se desarrolla el abordaje teórico que se hace de estos tres tópicos: necesidades, prácticas y satisfacción informacional; así como de la teoría del Sense-Making, la cual fue seleccionada para dar coherencia y sentido a la investigación. 2.2 Necesidades A continuación, se hace un abordaje del tema de las necesidades de las personas, comenzando con las necesidades humanas, de las que se depende para la supervivencia, y tratando luego las necesidades de información, las cuales son pertinentes a este estudio. 31 2.2.1 Necesidad humana Para tener una mejor noción respecto al tema de las necesidades, y al trabajar en la investigación con personas, se debe comenzar con establecer o conocer qué es una necesidad humana; así en su significado más básico, la Real Academia Española define una necesidad como una “carencia de las cosas que son menester para la conservación de la vida” (2019, párr. 3). Ahora bien, profundizando más en la necesidad, desde la década de 1950 se ha estudiado, desde la psicología, las necesidades humanas, ligándolas con la revolución tecnológica dada a partir de la posguerra, así como con el Estado de Bienestar para con la ciudadanía de los países en vías de desarrollo. De esta forma, Atkinson (1958, citado por Elizalde Hevia, Martí Vilar y Martínez Salvá, 2006) establece que una necesidad -también llamada motivo- es la búsqueda de un propósito o finalidad, por ejemplo, la aceptación en un grupo social o la obtención de poder. Para cubrir estas necesidades, la persona debe emprender una serie de acciones rígidas y persistentes que le permitan obtener lo que desea, lo que hace que, al alcanzar el objetivo fijado, se generen sentimientos de satisfacción. En esta misma línea, se encuentran los planteamientos teóricos realizados por Maslow (1975, citado por Elizalde Hevia, Martí Vilar y Martínez Salvá, 2006), quien define la necesidad como la carencia de algo, el sentimiento de deseo, ansias, voluntad o anhelo. Igualmente, establece que la necesidad se manifiesta a través de deseos o motivos, que tienen como objetivo la búsqueda de satisfacción de la necesidad, así como la autorrealización de la persona. Además, Maslow clasifica las necesidades humanas, y las presenta en forma piramidal, en donde se deben cubrir las necesidades de menor nivel para que surjan las del siguiente. De esta forma, presenta la siguiente clasificación: 32 Primero se encuentran las necesidades fisiológicas, compuestas por los requerimientos básicos del ser humano, pero más importantes para su supervivencia. Entre ellas se encuentran: la necesidad de saciar el hambre y la sed, de dormir, de mantener relaciones sexuales, de respirar y de saciar el dolor y el cansancio. En segundo lugar, se ubican las necesidades de seguridad, las cuales guardan relación con la personalidad del ser humano. Algunas de las necesidades presentes en esta etapa son: la estabilidad personal, familiar y laboral, así como la obtención de bienes que garanticen un futuro estable y predecible. Por lo general, este tipo de necesidades se presentan a través de la inseguridad o el miedo. Como terceras, se encuentran las necesidades de afiliación o pertenencia, “que están orientadas socialmente y representan la voluntad de reconocer y ser reconocido por los semejantes, de sentirse arraigados en lugares e integrados en redes y grupos sociales” (Maslow, 1975, citado por Elizalde Hevia, Martí Vilar y Martínez Salvá, 2006, p. 5). Se encuentran entre estas: la necesidad de amigos, familia, compañeros, la identificación y aceptación de un grupo social, y la búsqueda de pareja afectiva. Como cuartas necesidades se encuentran el estima o reconocimiento, y se dividen en dos: la aceptación o el amor propio, y el respeto y aceptación de los otros, traducido esto en la necesidad de respeto, de confianza, de valía y admiración. Cabe mencionar que la reputación y la condición social son factores que interfieren en el proceso psicológico de satisfacción de estas necesidades, y puede generar culpabilidad o vergüenza en la persona. Como quintas, y últimas en la pirámide, se ubican las necesidades de autorrealización, las cuales se alcanzan al haber satisfecho las necesidades personales. Es importante mencionar que “las personas que se autorrealizan siguen 33 las normas y modelos de conductas dictadas por la cultura en acuerdo con su sentido del deber, pero si éstas interfieren con su desarrollo, fácilmente reaccionan contra ellas” (Maslow, 1975, citado por Elizalde Hevia, Martí Vilar y Martínez Salvá, 2006, p. 6). Se encuentran entre estas necesidades el desarrollo del pleno potencial, de desenvolver las aptitudes personales y contar con convicciones éticas. Figura 3. Pirámide de Maslow Fuente: López (2021). Cabe agregar que Maslow también establece lo que son las necesidades cognitivas, las cuales, no están incluidas en la pirámide, y provienen “de las necesidades básicas. Todo ser humano normal intrínsecamente desea saber y comprender, ya que no es un ser pasivo que considere la realidad como algo meramente dado” (Maslow, 1975, citado por Elizalde Hevia, Martí Vilar y Martínez Salvá, 2006, p. 6). 34 Otra de las definiciones que cabe mencionar sobre las necesidades, es la que se hace desde las ciencias económicas, en donde “necesidad humana: es la sensación de carencia de algo unida al deseo de satisfacerla. Las necesidades humanas son ilimitadas, de ahí que el problema básico que se presenta en todas las sociedades sea la escasez” (de la Paloma, Maezt y Gargallo, 2006, citado por Elizalde Hevia, Martí Vilar y Martínez Salvá, 2006, p. 9). Esta definición plantea la necesidad como una carencia, y añade la escasez como un problema social y contextual que interfiere en el proceso de satisfacción. Recapitulando, la clasificación piramidal propuesta por Maslow ayuda a comprender las diferentes necesidades que presenta la persona en su proceso de autorrealización, además, deja ver la influencia que ejerce el colectivo social y el contexto para la satisfacción de cada una de las necesidades. También, permite ver como la satisfacción es la que permite que la persona se desenvuelva y desarrolle en distintos ámbitos de la vida. Esto coincide con los planteamientos hechos por de la Paloma, Maezt y Gargallo, quienes coinciden en que la necesidad es la manifestación de una carencia, la cual puede ser influenciada por el contexto. 2.2.2 Necesidades de información Ahora bien, tratadas las necesidades humanas, se puede hacer una interpretación de las necesidades de información y su importancia en la vida de las personas. Para comenzar, Calva González (2004) planeta que: Las necesidades de información son la carencia de conocimientos e información sobre un fenómeno, objeto, acontecimiento, acción o hecho que tiene una persona, producidos por factores externos e internos, que provocan un estado de insatisfacción, misma que el sujeto se ve motivado a satisfacer a través de presentar un comportamiento para buscar la satisfacción (p. 68). 35 Además, Calva González (2004) menciona que las necesidades de información se encuentran en la categoría de autorrealización de Maslow, es decir, surgen una vez que la persona ha satisfecho sus necesidades básicas, como la alimentación, el sueño o la sed, la asociación, de estima y seguridad. Así mismo, el surgimiento se ve influenciado por factores externos presentes en el contexto. Por otro lado, Westbrook (1997), establece que las necesidades de información surgen en la persona cuando tiene una experiencia relacionada con la búsqueda de información, tanto por pensamientos y motivaciones internas, como por la búsqueda y uso de una unidad de información. De esta forma, se puede establecer que ambos autores coinciden en que las necesidades de información surgen como parte de la autorrealización de las personas una vez que ya han satisfecho todas las demás necesidades. Así, surge esa motivación y ese sentir relacionado con la experiencia de uso de la información a partir de una necesidad de conocimiento, lo que se puede interpretar entonces como una forma de buscar su autorrealización, su conciencia plena, en dónde se suprima cualquier necesidad que pueda alterar su estabilidad y seguridad como ser humano. Además, ambos autores coinciden en que las necesidades de información se dan a raíz de hechos internos y externos a la persona. Calva González (2004) divide y enlista dichos factores, mismos que se muestran a continuación. Respecto a los factores internos, establece que “son las características particulares de cada individuo” (Calva González, 2004, p. 55). Así mismo, menciona que son estas características las que diferencian a una persona de otra, ya que dependen del desarrollo cerebral y del contexto, lo que hace que se posean unas u otras. 36 De esta forma, dentro de los factores internos se encuentran: el conocimiento, asociado a la actividad a la que se dedica la persona y su nivel de especialidad, el nivel académico que posea, su lugar de residencia y los idiomas que domina. De igual forma se halla la experiencia, relacionada con el desarrollo del trabajo que desempeñe la persona, así como la experiencia en búsqueda de información. Otro de los factores está relacionado con los hábitos, capacidades y habilidades de la persona, en cuanto a la lectura y uso de medios y recursos de información, así como su análisis y aprendizaje. Además, se incluye aquí la comunicación y la lingüística de la persona. Se agrupan también los intereses personales y las ambiciones, la motivación respecto a las actividades personales y laborales, así como las características de personalidad, en relación con el temperamento y el carácter. Por último, se encuentran los factores relacionados con el nivel educativo, el estatus social y laboral de la persona, así como sus objetivos y metas personales. Por otro lado, se encuentran los factores externos, los cuales “son los elementos, cosas o hechos que se encuentran fuera del sujeto y que desde esa posición influyen sobre él para dar origen a las necesidades de información” (Calva González, 2004, p. 56). Para efectos de esta investigación, serán considerados estos factores, relacionados al contexto, como los que influenciarán en la aparición de necesidades de información de las personas. Es así como Calva González (2004) divide los factores externos en tres conjuntos, los cuales, a su vez, se subdividen en diferentes elementos, enlistados a continuación. 37 En primer lugar, se encuentran las actividades laborales desarrolladas por la persona, y se incluyen aquí los siguientes elementos: • La actividad en que se desarrolla el trabajo (académico, comercial, industrial o una profesión). • Facilidades para realizar el trabajo (herramientas, materiales, tecnología, tiempo y recursos de información). • Ubicación de su trabajo (contexto). • Características del trabajo (jornadas y relaciones laborales). Como segundo factor se encuentra el lugar de residencia de la persona, y considera: el ámbito familiar, las relaciones de amistad y la zona de residencia (cantón, provincia y país). Por último, y, en tercer lugar, se encuentra el contexto en que la persona, y sus semejantes, se desarrolla. Se incluye aquí: • El desarrollo social, económico y científico del lugar. • Las leyes existentes. • El sistema político. • El grado de producción. • Las características ambientales. Calva González (2004) sostiene que tanto los factores internos como externos, se relacionan para influir a la hora de surgir una necesidad de información y las manifestaciones que se den para alcanzar la satisfacción. De igual forma, las necesidades de información son vistas, o clasificadas, según su tipología. Sin embargo, Calva González (2004) señala que las necesidades de información son dinámicas, es decir, no son estáticas, ya que 38 surgen de forma periódica, a partir de los cambios presentes en el contexto y en la persona. Considerando lo anterior, se pueden dividir de la siguiente forma: • Por su función, utilidad y uso: son las necesidades de información que surgen a partir del área en que se desarrolle la persona, y estarán relacionadas directamente a la actividad desempeñada. • Por la forma de manifestación: son aquellas que se presentan de diferentes maneras, pero Calva González (2004) las resume en dos: 1) las fuertes, que son aquellas que la persona manifiesta, y 2) las débiles, las cuales no son expresadas. • Por el contenido: siendo las necesidades que se presentan por falta de conocimiento de un tema en específico, lo que hace que su busque información sobre él. • Por su posición en el tiempo: cuando las necesidades pueden ubicarse en la línea del tiempo, es decir, si son expresadas en el presente o en el futuro. Calva González las relaciona a la manifestación, ya que, si la necesidad es fuerte, se expresa de inmediato, en el presente, mientras que, si es débil, esta no será expresada y cabe la posibilidad de que a futuro resurja como una necesidad fuerte. • Por el carácter colectivo o específico: en donde las necesidades se presentan de forma individual o dentro de un grupo. Estas últimas, se presentan en grupos sociales de personas, ya sea por la actividad de una organización, la comunidad, la familia u otros, y con mediación del contexto en que se desenvuelven. Debe considerarse en este tipo que los sujetos del grupo deben presentar características laborales, sociales, económicas y educativas 39 similares, para que las necesidades de información sean igualmente semejantes. Ahora bien, enfocándose en las comunidades agrícolas en general, y desde el punto de vista de la clasificación de las necesidades informativas según su contenido, a partir de la carencia de conocimiento sobre una temática en específico, es conveniente sumar la clasificación elaborada por Zúñiga van der Laat (1996) sobre los tipos de información que necesitan las personas agricultoras para la toma de decisiones. A continuación, se muestra dicha tipificación. Primero, se encuentra la información de carácter técnico, aquella relacionada con: • La zona productiva. • Los recursos disponibles como agua, suelos, o clima. • Las especies animales y vegetales del entorno. • Prácticas agrícolas y forestales. • Métodos de protección y combate ante plagas con productos agroquímicos. En segundo lugar, se halla la información gerencial sobre política, economía e instituciones u organizaciones. En concreto, sobre política se incluyen temas como: • Políticas económicas y de mercado, sociales, ambientales, crediticias, entre otras. • Seguros. • Beneficios especiales para personas productoras y subsidios económicos. • Planes de desarrollo estatales. 40 En cuanto a temas económicos, la información requerida es en: • Precios de productos para la producción. • Mercado y su comportamiento, así como la comercialización. • Disponibilidad de créditos. • Agroindustria y estándares de calidad. Por último, con relación a instituciones u organizaciones la información que necesitan las personas productoras tiene que ver con: • Organizaciones existentes. • Instituciones, públicas o privadas, que apoyen el desarrollo. Esta tipificación realizada por Zuñiga van der Laat (1996), alineada con la hecha por Calva González (2004), presenta necesidades de información clasificadas por su utilidad, función y uso, así como por su contenido. Para efectos de esta investigación, ambas clasificaciones serán consideradas, esto con el fin de facilitar la tipificación de las necesidades de información que se logren detectar en los sujetos de estudio de esta investigación. En síntesis, se puede entender entonces una necesidad de información como la carencia de información o conocimientos necesarios para el entendimiento de un hecho, o la solución de un problema. Así mismo, que el surgimiento de estas depende de factores internos de la persona y externos a ella, relacionados a su contexto. De esta forma, en el caso de esta investigación y por el objetivo de estudio, se dará un mayor énfasis a los factores externos a la persona, y como estos pueden impactar en el surgimiento de las necesidades de información. 2.3 Prácticas informacionales 41 2.3.1 Práctica social Para hablar y crear un concepto sobre las prácticas informacionales, primero se debe hacer un acercamiento al concepto de práctica, y específicamente, al de una práctica social. Esencialmente, una práctica puede ser concebida como la acción de “ejercitar, poner en práctica algo que se ha aprendido y especulado” (Real Academia Española, 2020, párr. 1). Esta corta definición funciona como base para entender el concepto de práctica social, a través de la teoría de Theodore Schatzki. El autor se centra en la coexistencia humana, lo social, y lo relaciona con dos elementos: las prácticas y las entidades materiales. Por prácticas, entiende que son las actividades humanas organizadas según variaciones espaciotemporales. Schatzki plantea algunos ejemplos de prácticas, entre ellos: la práctica de la crianza de caballos, de jugar fútbol, y de cocinar. Además, las actividades que componen una práctica se organizan según entendimientos, reglas y normativas finales, pero, una práctica no se compone de acciones regulares, sino, es la evolución y dominio de múltiples y variadas actividades que comparten elementos en común. Por otro lado, las entidades materiales son definidas como un conjunto de materiales interconectados, compuesto por cuatro entidades: el ser humano, los artefactos, los organismos y las cosas de la naturaleza. Schatzki afirma que estos dos elementos están inevitablemente ligados entre sí, ya que las prácticas hacen referencia a la manipulación y reacción de las personas ante las entidades materiales (Schatzki, 2010, 2012). Se debe rescatar que, como ya se mencionó, las prácticas están compuestas por actividades, las cuales pueden ser hechos y dichos (doings and sayings), caracterizados por ser voluntarios, intencionales, motivados e indeterminados. En 42 este caso, la intención y motivación quiere decir que la actividad se origina por alguna razón y está orientada a más. Mientras que la indeterminación hace referencia a que las causas o motivaciones concretas por las que la actividad se ejecuta se determinan al realizarse la actividad, no antes. Entonces, la práctica se compone de actividades individuales y actividades grupales, constituidas en tareas (un conjunto de hechos y dichos), y proyectos (un conjunto de tareas). Ahora bien, estas actividades internas de las prácticas se organizan a través de cuatro elementos: 1. Compresiones prácticas, que hace referencia al entendimiento de la persona para llevar a cabo acciones en las prácticas. Existen tres tipos: saber ejecutar acciones específicas, identificar acciones específicas, y saber reaccionar a acciones específicas. 2. Comprensiones generales, que son formas abstractas de la importancia, naturaleza, lugar y valor de las actividades y prácticas. 3. Reglas, o cualquier norma o ley que regule explícitamente la práctica. 4. Estructura teleoafectiva, y son los fines-proyectos-tareas que la persona debe aceptar o acatar para formar parte de la práctica. Por otro lado, lo afectivo tiene que ver con el estado de ánimo o emociones aceptadas u obligatorias para expresar una práctica (Schatzki, 2010, 2012; Vesga Vinchira, 2018). Entonces, se puede concluir que las prácticas sociales son aquellas actividades ligadas a la existencia humana, y al contexto espacial y temporal en que la persona se encuentre, y que las actividades involucradas en las prácticas serán voluntarias, intencionales, motivadas e indeterminadas, lo que permite la evolución y dominio de varias actividades, y por ello prácticas, al mismo tiempo. Por último, como ya se vio, estas actividades involucran un trabajo de comprensión práctico y 43 general, reglas que rijan las prácticas, y la aceptación de proyectos, tareas y sentimientos determinados para poder desarrollar la práctica social. 2.3.2 Práctica informacional Abordadas ya las prácticas sociales, se puede hablar entonces de las prácticas informacionales, pero cabe mencionar, que como lo muestra Vesga Vinchira (2018), no hay una sola teoría de prácticas informacionales, sino un conjunto de teorías y enfoques variados y dispersos, que han buscado la investigación a través de las prácticas, alejándose del estudio de personas usuarias a partir del término de comportamiento informacional, y lo que este conlleva: su relación con el conductismo, el enfoque hacia los hechos visibles y medibles, y la falta de inclusión de contextos de las personas. A partir de lo anterior, y para lograr entender y conceptualizar las prácticas informacionales, se verán las características de estas y las definiciones aportadas por algunos autores. Vesga Vinchira (2018), a través del análisis de las diferentes teorías de prácticas informacionales, logró recopilar las principales características que poseen, las cuales, parafraseando al autor, son: • Las prácticas como parte fundamental de la vida social, a partir de la realización de diferentes actividades. A partir de esto, estudiar las prácticas permite que la investigación se centre en las acciones enmarcadas en la interacción social de las personas, y no en sus pensamientos o convicciones. • Las prácticas están compuestas de actividades, considerando la presión que ejerce el contexto sobre las acciones de las personas. 44 • “Las actividades son rutinarias, habituales y corporales” (Vesga Vinchira, 2018, p. 29), por lo que, al estar asociadas directamente al quehacer diario de la persona, no se debe enfocar el estudio en la mente. • Para justificar las prácticas y la forma en que cada persona las desarrolla, se les da sentido, significado y comprensión. Para el Research Group on Information and Media Practices (2016), las prácticas informacionales “se refieren a formas socioculturales y relativamente establecidas (habitualizadas) de buscar, usar y compartir información en contextos cotidianos” (2016, párr. 13, traducción propia). Dentro de las prácticas informacionales se incluyen la producción, búsqueda, uso, compartir, gestionar y organizar información. Entonces, se puede decir que, para ellos, una práctica informacional es una actividad llevada a cabo habitualmente dentro del contexto en que se encuentra una persona. Por otro lado, Berti y Araújo (2017), aunque no aportan una definición concisa de prácticas de información, sí consideran que estas “relacionan la necesidad de información de los usuarios e involucran las prácticas de búsqueda y uso de información en los más diversos contextos” (p. 397, traducción propia). Además, agregan que la información es inadaptable, ya que cada persona cuenta con sus propias necesidades y contexto social. Aunque no es como tal una definición, este acercamiento ya involucra la relación existente entre las necesidades y las prácticas de información, ambos elementos importantes de esta investigación. Anteriormente, en la primera sección, al abordarse los principales tipos de estudios de personas usuarias de la información que se llevan a cabo actualmente, se citó a Savoleine (2007), quien menciona que el estudio de las prácticas se centra en cómo las personas hacen las cosas, y en específico las prácticas informacionales, en cómo es el trato que se le da a la información, dando 45 habitualidad y continuidad a las actividades relacionadas con ellas, pero siendo estas afectadas y moldeadas por el contexto sociocultural en que se desenvuelven. A partir de los diferentes puntos de vista expuestos, tanto sobre las prácticas sociales e informacionales, se puede construir una conceptualización propia sobre estas últimas. En la teoría de las prácticas sociales, se establece que las prácticas se componen de actividades, coincidiendo con la caracterización hecha por Vesga Vinchira (2018) donde se incluyen las actividades e interacciones que realizan los seres humanos. Savoleine (2017) aporta que las prácticas informacionales involucran cómo las personas tratan la información. Por lo que el primer elemento clave de las prácticas informacionales son las actividades. En específico, estas actividades pueden ser la búsqueda y uso de la información, el compartir los hallazgos con otras personas, o inclusive producir nueva información. El segundo elemento que considerar en las prácticas informacionales es el contexto de las personas, ya que estas se ven condicionadas a la interacción social con otras personas, a los acontecimientos que sucedan en el entorno, y al momento temporal en que se dé la práctica. Además, es importante mencionar que las prácticas ya son habituales para las personas, en su hábitat o contexto personal, ya que se encuentran instauradas y forman parte de la rutina. Cabe mencionar aquí que Vesga Vinchira (2018) considera que las prácticas sociales habituales de una persona no necesariamente son prácticas informacionales, y viceversa, sino que toda práctica tendrá una relación con la información, en mayor o menor medida, dependiendo del contexto y la necesidad que se dé. Como tercer, y último elemento, están las necesidades de información, y como estas generan la realización de las prácticas, desarrollando cada persona el sentido, significado y comprensión a las prácticas a partir de las necesidades que le 46 surjan, así como el contexto en que se encuentre. Cabe mencionar que el surgimiento de las necesidades, y el desarrollo de prácticas informacionales, harán que se llegue a la satisfacción informacional, otro de los ejes de esta investigación. Se puede entonces concluir a partir de estos tres elementos, que las prácticas informacionales son aquellas actividades habituales desarrolladas por una persona en relación con la información: su búsqueda, uso, compartir, creación, u otras, que se llevan a cabo a partir del surgimiento de una necesidad de información que necesita ser satisfecha, y que se encuentra mediada por el contexto personal y social en que se encuentre en ese momento la persona. Para efectos de esta investigación se abordan únicamente tres prácticas: la búsqueda, el uso y la divulgación de información. En primer lugar, sobre la búsqueda de información, González Teruel (2005) apunta que esta práctica se da cuando la persona usuaria “consciente de su necesidad, emprende la búsqueda de la información que necesita, por ejemplo, mediante la demanda a una biblioteca o un centro de documentación” (p. 74), es decir, representa la acción de buscar, demandar, la información necesaria para cubrir su necesidad. Así mismo, esta búsqueda no se limita únicamente a recursos bibliográficos o sistemas de información rígidos, sino que, además, existe La posibilidad de que el usuario decida no buscar la información o que opte por una estrategia distinta a la de la búsqueda en un sistema de información formal, como puede ser el uso de recursos personales o la comunicación con otras personas que considera que pueden proporcionarle la información necesaria (González Teruel, 2005, p. 74). De esta forma, la persona usuaria recurrirá a la fuente que considere que puede dar respuesta a sus preguntas, lo que quiere decir que buscará la información en donde considere necesario, o inclusive, le sea más adecuado según sus 47 necesidades. Entonces, la búsqueda (o demanda) de información, se puede definir, coincidiendo con González Teruel (2005), como la información que la persona solicita y considera necesaria. En segundo lugar, respecto al uso de la información, este Puede ser el resultado de una demanda a algún sistema formal. Sin embargo, el uso igualmente puede ser resultado, por ejemplo, de la consulta a una fuente de información e incluso de una conversación informal con otra persona, donde determinada información es recibida de forma casual y puede llegar a satisfacer una necesidad o un deseo que previamente no había dado lugar a una demanda (González Teruel, 2005, p. 75). Así, el uso de información comprende entonces la utilización que se dé del sistema de información, persona, etc., al que se haga una demanda o se realice una búsqueda, y, además, también representa lo que se ejecute con la información recopilada, considerando la utilidad o relevancia que esta tenga respecto a la necesidad original. En tercer, y último lugar, se encuentra la divulgación de información, que, para una mejor comprensión, se hará uso de la teoría/modelo de comunicación y transmisión planteado por Shannon y Weaver (1948, citado por Baecker, 2017). Este modelo, es aplicable para el estudio de cualquier mensaje que vaya a ser divulgado y, como se puede apreciar en la Figura 4, incluye diferentes elementos, a saber: 1. La fuente de información, es decir, donde se origina el mensaje. 2. El transmisor: o emisor, es quien transforma el mensaje, lo codifica y lo transmite. 3. El canal: es el medio que transportará el mensaje. 48 4. El receptor: es quien recibe el mensaje, lo descodifica y comprende el mensaje. 5. El destinatario: es el receptor verdadero, a quien realmente va dirigido el mensaje 6. El ruido: es la interferencia que en el proceso de comunicación puede tergiversar el mensaje. Figura 4. Diagrama de un sistema general de comunicación Fuente: Shannon y Weaver (1948, citado por Baecker, 2017). De esta forma, la divulgación, en este caso de información, consiste en la transmisión de un mensaje, divulgado, de una persona o institución, a otra, y que, en el proceso de transmisión, puede verse interferido por el ruido. Por último, sobre estas tres prácticas informacionales, cabe mencionar que el orden común en que se dan a partir del surgimiento de las necesidades de información es: I. la búsqueda, II. el uso, y III. la divulgación, sin embargo, este orden puede variar. 49 2.4 Satisfacción informacional El surgimiento de las necesidades de información, y el llevar a cabo prácticas informacionales, hace que las personas busquen la satisfacción de la necesidad, siendo este el tema final que aborda esta investigación. Para hablar sobre la satisfacción informacional, se decide utilizar el abordaje que hace Calva González (2004) como parte de su modelo teórico de las necesidades de información (NEIN), compuesto por las necesidades de información, el comportamiento informático, y la satisfacción informacional. Calva González (2004) define la satisfacción informacional “como el restablecimiento del equilibrio del sujeto con su medio circundante, a partir de la desaparición de las carencias de conocimiento e información que tenía sobre un hecho, objeto o fenómeno y que fue lo que provocó una necesidad de información” (p. 136-137). Es decir, la persona busca sentirse satisfecha al obtener información que cubra o de solución a la necesidad presentada, y el autor agrega que solamente la persona puede establecer si se encuentra satisfecho en relación a su necesidad de información. Así mismo, para que se dé la satisfacción de las necesidades de información, se deben considerar algunos factores que pueden ser relevantes para las personas. Con relación a la información, se debe considerar: la disponibilidad, el costo, la calidad y la accesibilidad de esta. Mientras que, en cuanto a la persona usuaria, debe tomarse en cuenta: la experiencia en el uso de recursos y fuentes de información, capacidad de la persona en reconocer sus necesidades de información, y el conocimiento de las fuentes y recursos de información que tiene al alcance (Calva González, 2004). Entonces, a la hora de valorar si una necesidad de información fue satisfecha, se debe analizar a la persona y a la información que obtuvo o a la que tiene alcance, considerando estos factores. 50 Ahora bien, respecto a la valoración de la satisfacción informacional, se debe tener en cuenta que esta no tendrá éxito siempre, y que las personas pueden quedar insatisfechas con los resultados obtenidos, es decir, la satisfacción puede ser positiva o negativa. En ambos casos, es la persona la que debe valorar su satisfacción, ya que es ella quien presenta las necesidades. En cuanto a la satisfacción positiva, se da cuando se logran satisfacer las necesidades de información, y dependerá de que la fuente o recurso de información haya sido preciso, relevante y pertinente. Además, es importante mencionar que las necesidades de información no sólo las presenta una persona en concreto, sino que estas se pueden generar en un grupo de personas con características y contextos semejantes, por lo que, para que la satisfacción sea positiva, los recursos y fuentes de información deben estar previstos para la atención de necesidades individuales y grupales. Por último, una de las formas más comunes de alcanzar resultados satisfactorios positivos al estar la persona involucrada socialmente a otras, es a través de los canales de información. “Es así como se prefiere la conversación con colegas u otras personas -expertos, profesores, maestros, parientes, etcétera-” (Calva González, 2004, p. 143). Por otro lado, al decir que la satisfacción es negativa (insatisfacción) se hace referencia a “toda vez que el sujeto no logra cubrir la carencia de conocimiento e información acerca de un hecho, objeto o fenómeno que se le presenta en el desarrollo de sus actividades” (Calva González, 2004, p. 143). Así mismo, se debe considerar que a la hora de que la persona lleve a cabo actividades de búsqueda de información, como parte de sus prácticas informacionales, y no encontrar la información precisa, no logrará cubrir su carencia, por lo que la necesidad quedará insatisfecha y no se podrá lograr el equilibrio con el contexto que originó la necesidad. Entonces, se tendrá un resultado insatisfactorio mientras que la persona 51 no logre cubrir su carencia de información, lo que hace que recurra nuevamente a las prácticas para lograr alcanzar un estado de satisfacción. A todo esto, para la evaluación de la satisfacción se deben considerar cuatro factores: la relevancia, la pertinencia, la precisión y la recopilación o compilación. Los dos primeros, se relacionan con la satisfacción de las necesidades de información. Mientras que las dos últimas hacen referencia a la búsqueda de la información, y, por lo tanto, a satisfacer las prácticas informacionales, y por ende, también las necesidades. Y así, al considerarse los cuatro factores juntos se llega a la satisfacción o insatisfacción (Calva González, 2004). A continuación, se trata cada uno de estos factores, y con ello lograr un mejor acercamiento a cada uno de ellos. I. Pertinencia. Los recursos de información son pertinentes cuando responden a la necesidad de información presente en la persona. Es decir, si la información obtenida da respuesta y logra satisfacer la necesidad, es pertinente. Es importante recalcar que la persona es la única que puede determinar si la información es pertinente, y, por lo tanto, si se encuentra satisfecho (Calva González, 2004). II. Relevancia. Esta es aquello que manifiesta y pide la persona a través de una pregunta, o sea, es una expresión verbal, que puede ser imprecisa e incompleta, y que, como tal, no satisface la necesidad de información. Así mismo, la formulación de preguntas de parte de las personas demuestra la existencia de carencias de información (Calva González, 2004). III. Precisión. En este caso, se relaciona con la búsqueda y obtención de resultados a partir de los recursos de información con los que se cuente, esperando que estos se relacionen con la necesidad de información. Por lo 52 general, la precisión se vincula con la lista de resultados producto de la búsqueda de información (Calva González, 2004). IV. Recopilación o compilación de información. Esto se refleja en el listado de recursos de información que obtiene la persona al buscar información, y que se espera que satisfagan las necesidades de información. En síntesis, evaluar la satisfacción informacional de una persona dependerá de conocer su posición final ante la necesidad de información, ya sea positiva o negativa. Así mismo, se deben considerar estos cuatro elementos de cara a conocer si la persona logró cumplir con ellos. Por último, al considerarse que la satisfacción está relacionada con restablecer el equilibrio de la persona con el medio que lo rodea, se debe considerar lo externo a ella, es decir, el contexto. Por último, para lograr la integración, estudio y análisis de los tres grandes temas de esta investigación: necesidades, prácticas y satisfacción informacional, se aboga por el uso de la teoría del Sense-Making, propia de Brenda Dervin. 2.5 Teoría del Sense-Making La teoría del Sense-Making surge en 1972 de parte de Brenda Dervin, pero no es hasta 1983 cuando le da el nombre por el que actualmente se le conoce. Esta teoría, ha evolucionado a través de los años, y desde sus inicios fue planteada como “una perspectiva teórica, un enfoque metodológico, un conjunto de métodos de investigación y una práctica diseñada para hacer frente a la información, percibida esta como una herramienta humana diseñada para dar sentido a una realidad caótica” (González Teruel, 2005, p. 102). Así mismo, el Sense-Making surgió “como una aproximación al estudio de los usuarios de la información: necesidades, búsqueda y uso de información desde una perspectiva de la comunicación humana, 53 por lo que estos momentos fueron definidos como prácticas comunicativas” (Rendón Rojas y Hernández Salazar, 2010, p. 64). Es importante mencionar que, aunque originalmente surge desde las ciencias de la comunicación, y se ha aplicado la teoría en diversas disciplinas, finalmente Dervin la ubicó dentro de la bibliotecología por su relación con la información. Al originarse esta teoría desde la comunicación, Dervin analiza y cuestiona el modelo tradicional de transmisión de información entre emisor-mensaje-receptor, y considera que este se limita a la relación entre el receptor y las personas o instituciones con que se comunica. En cambio, plantea que los mensajes también se encuentran sujetos al tiempo, lugar y perspectivas específicas de las personas, es decir, al contexto, y el tiempo-espacio físico, y tiempo-espacio psicológico. Es por esto que se suele decir que Dervin no ve la información de forma objetiva y externa, sino que la ve como una construcción propia del usuario a partir de la interpretación que haga de ella. (Rendón Rojas y Hernández Salazar, 2010; González Teruel, 2005). A todo esto, Dervin le da un nuevo significado a los que son considerados los dos términos más importantes de su teoría: la persona y la información. En primer lugar, la persona es vista como un ser completo, en cuanto a cuerpo, mente, corazón y espíritu, que se mantiene en movimiento a través del espacio y el tiempo, y que cuenta “con una historia pasada, una realidad presente, y sueños y ambiciones futuras” (Rendón Rojas y Hernández Salazar, 2010, p. 66). Segundo, sobre la información, esta es vista como una acción y no como un producto, siendo entonces “un elemento que sustenta el proceso humano de darle o no sentido a sus acciones cotidianas” (Rendón Rojas y Hernández Salazar, 2010, p. 66). Por otro lado, el Sense-Making está provisto de tres principios, fundamentados en los dos términos antes expuestos. El primero de ellos plantea el uso de la información como transmisora y constructora, es decir, que con ella una 54 persona, o un grupo de ellas, crean sentido en un momento espaciotemporal determinado, y es por ello por lo que se debe estudiar lo que la persona realiza durante la experiencia con la información (buscar, usar, recuperar, entre otras), y no lo que la información hizo por él. El segundo principio dicta que el estudio de las personas usuarias no se debe hacer desde el punto de vista del observador (investigador), sino desde la perspectiva del actor (persona usuaria), quien es el que tiene la necesidad, busca y hace uso de la información. Por último, como tercer principio se halla el uso de la información como comportamiento o accionar, que serán la guía o pasos que realizará la persona crear sentido respecto a su necesidad, en otras palabras, es el accionar de las personas para lograr satisfacer sus necesidades de información (Rendón Rojas y Hernández Salazar, 2010). Ahora bien, para aplicar la teoría del Sense-Making, Dervin plantea una metáfora basada en la idea de la brecha y la generación continua de sentido en el espacio y tiempo. Es así como: Se centra en el individuo en el momento de discontinuidad, la barrera que no le permite desde su percepción, moverse hacia adelante sin construir un nuevo sentido. Determina la forma como el individuo interpreta y construye puentes en ese momento: qué estrategia usó para definir la situación en la que la brecha estaba; cómo conceptualiza la discontinuidad como brecha y el puente que la cruza; cómo se movió tácticamente para crear el puente; cómo procedió durante el trayecto después de cruzar el puente. (Dervin, 2003, p. 277, citado por Rendón Rojas y Hernández Salazar, 2010, p. 68-69). Así, esta metáfora se representa a través de una persona que camina sobre una situación en concreto, dirigiéndose hacia la brecha en la que se forma un puente; del otro lado, se hallan banderas en señal de éxito al superar la brecha, tal como se muestra en la Figura 5. 55 Figura 5. Metáfora central del Sense-Making Fuente: elaboración propia a partir de Dervin (2009). Para explicar la Figura 5, así como sus elementos, primero se precisa que esta metáfora cuenta con tres elementos principales, y a estos se les añaden algunas otras características. En primer lugar, se encuentra la situación o circunstancias, las cuales se encuentran ubicadas en un momento espacial y temporal determinado. Las circunstancias pueden incluir las historias, experiencias e identidades de las personas, así como sus aspiraciones u horizontes pasados y presentes, así como las barreras o restricciones que pueda tener la persona. Además, es en este punto en dónde se debe considerar el contexto, las culturas y comunidades en las que se 56 desarrolla la persona, el dominio de sistemas de conocimiento o información, así como las estructuras sociales de poder a las que se enfrenta. En segundo lugar, está la brecha, que incluye las preguntas o confusiones que presenta la persona, los enigmas o enredos, y la angustia que lo anterior le generan. A todo esto, es sobre la brecha sobre la que la persona construirá un puente, usando como materiales sus ideas y pensamientos, sus creencias, valores y actitudes, su parte emocional, y la memoria colectiva, relatos y narrativas que se le presenten. Además, al cruzar el puente, la persona puede tomar dos actitudes, la creación, o no, de sentido. Como tercer y último elemento se hallan los usos o resultados. En este caso, se presentan al enfrentar la brecha y haberse creado sentido, e incluye las ayudas que se le brindaron a la persona, los obstáculos que se le presentaron, las funciones y disfunciones, así como las consecuencias, impactos y efectos que la creación de sentido representará en sus horizontes futuros. A todo esto, Rendón Rojas y Hernández Salazar (2010), apuntan a que las investigaciones que se realicen a partir del Sense-Making deberán estar enfocadas en los procesos que realizan las personas en relación con la información, y no solo en los resultados obtenidos. Además, recalcan la importancia que tiene el contexto para el estudio de las personas, tanto a nivel personal, como social, y la relación existente entre la persona y las instituciones, cultura y estructuras sociales. Así pues, la teoría del Sense-Making permite integrar y estudiar los tres ejes principales de esta investigación ya descritos anteriormente: las necesidades, prácticas y satisfacción informacional. De esta forma, las necesidades de información, al ser las carencias de información o conocimientos sobre un tema, o bien para enfrentar un problema, se pueden enmarcar dentro de la brecha que es donde se encuentran las confusiones 57 y preguntas que le surgen a la persona. Ante la brecha, se debe construir un puente con las ideas, emociones, relatos y demás características que influyen en la superación de la brecha, y así lograr alcanzar los resultados o usos, donde se incluyen las ayudas, obstáculos, y demás, y es en estos dos elementos en dónde se pueden incluir las prácticas informacionales, las actividades que la persona realiza para obtener información, el uso que le da y lo que decide hacer con ella. Por finalizar, ante la construcción del puente sobre la brecha, la persona logra crear, o no, sentido a partir de la información que obtuvo, es decir, puede evaluar la satisfacción o insatisfacción de su necesidad. Por último, en cuanto a las circunstancias, al igual que el contexto, al abordar las historias, experiencias, el pasado y presente de la persona, su cultura, la comunidad en que se desarrolla, entre otros elementos, coincidiendo así con la teoría de prácticas sociales Schatzki, que considera parte importante de las prácticas su contexto. Además, como ya se vio, el estudio de las prácticas informacionales, a diferencia de otros estudios de personas usuarias, le presta particular atención al contexto. 58 III. MARCO CONTEXTUAL 3.1 Atenas, Alajuela, Costa Rica 3.1.1 Datos generales del cantón Atenas, constituido como el cantón número cinco de la provincia de Alajuela, se encuentra ubicado en la región Occidental del Valle Central de Costa Rica, a una distancia de 47 kilómetros de San José (ciudad capital), y situado al sur de la provincia de Alajuela, forma parte del Valle del río Tárcoles, delimitado por los ríos Grande de San Ramón y Virilla, así como por los Montes del Aguacate (Agencia de Extensión Agropecuaria Atenas, 2015). Colinda con los cantones de Naranjo, Palmares y San Ramón al norte (provincia de Alajuela); con Turrubares y Mora (provincia de San José) al sur; con el cantón central de Alajuela y Grecia al este (provincia de Alajuela); por último, con San Mateo, Orotina y San Ramón al oeste (provincia de Alajuela) (Agencia de Extensión Agropecuaria Atenas, 2015). Con una extensión de 127,9 km2, el cantón se encuentra dividido en ocho distritos, a saber: 1. Atenas, 2. Jesús, 3. Mercedes, 4. San Isidro, 5. Concepción, 6. San José, 7. Santa Eulalia, y 8. Escobal. De estos ocho distritos, cinco forman parte de la Gran Área Metropolitana (GAM), tal como se aprecia en la Figura 6 (Municipalidad de Atenas, 2020). En la Figura 6 se puede apreciar la división política de Atenas, dividida según sus distritos, presentándose en color verde los pertenecientes a la GAM, y en celeste, los que no pertenecen a ella. Además, se logra apreciar las colindancias con otros cantones, así como la ubicación espacial en el territorio costarricense. 59 Figura 6. Mapa político de Atenas Fuente: Municipalidad de Atenas (2019). 3.1.2 Reseña histórica Para comenzar, en la época precolombina, las tierras que actualmente comprenden el cantón de Atenas estuvieron ocupadas por asentamientos de pueblos originarios huetares, ya que como lo establece Valerio Madriz (2018) “era común ver agrupadas varias familias indígenas en ranchos de forma cónica, situados en los alrededores de los cauces de agua, principalmente en los ríos Grande, Cacao, Cajón, etc.” (p. 17). En el periodo de la colonización, producto de la llegada de los españoles, y sus incursiones dentro del territorio costarricense, destaca Antonio Álvarez Pereira, 60 primer conquistador, quien tuvo el encargo en 1561 de explorar las regiones aledañas al Río Grande, así como las faldas de los Montes del Aguacate. Su objetivo no era solamente internarse en lo desconocido, sino, además, combatir y atrapar al cacique Garabito, jefe de estos territorios, y quien podía conducir a las fuentes de oro de la zona (Valerio Madriz, 2018). Los años siguientes, el lugar que actualmente comprende Atenas pasó desapercibido. Es hasta el año de 1788 que se tiene registro de un primer asentamiento conformado por personas provenientes Del Valle Central, y que fue conocido como Sabana Larga (Hidalgo Durán, 2017). El desarrollo de la población comenzó en la década de 1840, en la cual se construye la carretera nacional, mejor conocida como el camino de carretas. Dicha carretera comunicaba San José con el puerto de Puntarenas, y cruzaba los territorios atenienses y las faldas de los Montes del Aguacate. Por ella, transitaban aproximadamente setecientas carretas diarias, las cuales trasladaban diversas mercancías y productos que iban a ser exportados, o que llegaban al país. Esta situación, hizo que se crearan, aproximadamente, tres sesteos en Atenas, lugares destinados para el descanso de los boyeros, y en los cuales se comerciaban productos como café, caña, licor, entre otros. Además, existían posadas, cantinas y otros establecimientos (Hidalgo Durán, 2017). Por último, cabe mencionar que: No es sino hasta el 7 de agosto de 1868, durante el gobierno de don José María Castro Madriz, que mediante resolución XXX Atenas se erige como cantón [...]. Posteriormente, el 24 de julio de 1918, por decreto n.° 28, se le da el título de ciudad a Atenas, durante la gestión de don Federico Tinoco (Valerio Madriz, 2018, p. 65). 61 3.1.3 Datos demográficos y sociales Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) (Programa Estado de la Nación, 2013), en su último Censo Nacional de Población y Vivienda del 2011, Atenas cuenta con un total de 25 460 habitantes, de los cuales 12 737 son hombres y 12 723 mujeres, representando un 50,02% y un 49, 97% respectivamente. Cabe mencionar que, el 8,2% de la población total del cantón, es nacida en el extranjero. Así mismo, este censo del INEC (Programa Estado de la Nación, 2013) brinda los indicadores relacionados con la población ocupada, según el sector económico en el que se desenvuelve. De esta forma, se tiene que un 12,5% de las personas se encuentran dentro del sector primario, el cual incluye labores como “agricultura, ganadería, pesca, explotación de los recursos forestales, minería” (Quiroa, 2020, párr. 5), entre otros. A su vez, un 20,4% de la población se dedica a labores industriales de manufactura de productos, esto como parte del sector secundario de la economía. Por último, dentro del sector terciario se encuentra un 67,1% de los pobladores, relacionados a labores de oferta de servicios, tales como las finanzas, la medicina, la educación y el transporte, por mencionar algunos. Además, destacan los datos relacionados con las características educativas del cantón, así como el acceso a Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y servicios básicos. Primero, sobre las características educativas, destacando el porcentaje de alfabetismo, el cual corresponde a un 98% de la población. Sobre el nivel educativo de las personas, un 3% no cuenta con ningún año de escolaridad. Un 15% tiene la primaria incompleta, mientras que un 27,2% concluyó los estudios primarios. En cuanto a la educación secundaria, el 16,4% no la completó, versus un 12,2% que sí 62 lo hizo. Por último, un 26,1% de los pobladores cuenta con estudios superiores (Programa Estado de la Nación, 2013). Segundo, en relación con la accesibilidad a TIC y servicios básicos, el censo de 2011 revela que un 87,4% de los pobladores del cantón de Atenas cuenta con acceso a telefonía celular, mientras que 68,7% tiene a su disposición telefonía residencial. En cuanto al acceso a computadoras y a Internet, cuentan con un 50,4% y un 34,6%, respectivamente. Por último, sobre la disponibilidad de los servicios básicos, 99,7% de la población tiene acceso a electricidad, así como un 94,4% lo tiene al agua (Programa Estado de la Nación, 2013). Complementario a los datos de acceso a TIC ya presentados, cabe rescatar los resultados nacionales presentados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el Estado de la banda ancha en América Latina y el Caribe de 2017. En este informe, se muestra el número de hogares, según el porcentaje total de ellos, que cuenta con acceso a Internet, los cuales representaban en el 2010 aproximadamente el 25%, mejorando para el 2016, en donde aproximadamente el 65% de los hogares contaban con acceso a Internet. De igual forma, se ve un incremento en la cantidad de personas usuarias de Internet, pasando de menos del 10% en el año 2000, a más del 60% en el 2016 (Naciones Unidas, 2018). 3.1.4 Características meteorológicas En lo que concierne a características ecológicas, relacionadas con la temperatura, precipitaciones y períodos de lluvia y sequía, así como la geomorfología del cantón de Atenas, la Agencia de Extensión Agropecuaria Atenas (2015), del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), reúne estos datos en su 63 “Caracterización del área de influencia de Agencia”. A continuación, se muestran los datos de mayor relevancia. Respecto a la temperatura, esta ronda en la mayoría del año entre los 23°C y los 27°C. Sin embargo, entre los meses de enero y abril, los cuales suelen ser los más cálidos, se registran temperaturas máximas de hasta 35°C en el día - principalmente en los meses de marzo y abril-, mientras que, durante enero y febrero, la temperatura muestra sus registros más bajos, cercanos a los 12°C (Agencia de Extensión Agropecuaria Atenas, 2015). En cuanto a la hidrología, relacionada a las precipitaciones y períodos secos y de lluvia, lo cual, se relaciona, y ayuda a comprender, los cambios de temperatura presentes en el cantón. Lo anterior, se debe a que se encuentra ubicado en una zona cálida, considerada de las más secas en el país, en donde la época seca se extiende entre cuatro o cinco meses, entre diciembre y abril. Por otro lado, el periodo de lluvias da comienzo en el mes de marzo, y se extiende hasta noviembre, siendo los meses más lluviosos septiembre y octubre. Por último, se debe considerar que la presencia de vientos húmedos provenientes del cantón de San Ramón, que se filtran a través del conjunto montañoso formado por los Montes del Aguacate, hace que “durante el día se cuenta con clima bastante cálido, pero al ingresar la noche la temperatura baja considerablemente” (Agencia de Extensión Agropecuaria Atenas, 2015, p. 3), razón por la cual las temperaturas llegan a mantener números extremos de 12°C y 35°C en algunos momentos del año. Por último, se encuentra la geomorfología, es decir, “los procesos que dieron origen al relieve” (J.M. Ulate Zárate, comunicación personal, 8 de mayo de 2020). Así, la topografía presentada en el cantón de Atenas es resultado de procesos geológicos como: vulcanismo, sismos y erosión del terreno, produciendo así levantamientos del terreno y depósitos de materiales de origen volcánico -coladas de lava y cenizas-. Además, debido a procesos geológicos recientes -de miles de 64 años-, el relieve se ha visto modificado por la erosión y descomposición fisicoquímica de las rocas, resultando en el relieve actual (J.M. Ulate Zárate, comunicación personal, 8 de mayo de 2020). También, cabe mencionar que la altura en metros sobre el nivel del mar (m s. n. m.) máxima alcanzada en el cantón de Atenas es de 1537 m s. n. m., la mínima de 150 m s. n. m., y la media se encuentra a los 738 m s. n. m. (Topographic Map, 2020). En la Figura 7 se puede apreciar el relieve de Atenas, los cerros y valles producto de los Montes del Aguacate, las zonas de relleno volcánico provenientes de las erupciones de los volcanes ubicados en el Valle Central, las planicies de ignimbrita -rocas compactadas de ceniza, producto igualmente de erupciones volcánicas-, y los ríos que recorren el terreno. Figura 7. Mapa geomorfológico del cantón de Atenas Fuente: Agencia de Extensión Agropecuaria Atenas (2015). 65 3.2 Producción de café en el cantón de Atenas 3.2.1 La llegada del café a Atenas, reseña histórica El café llegó a Atenas por las mismas razones que lo hizo al resto de cantones del Valle Occidental -Grecia, Naranjo, Zarcero, Sarchí, San Ramón y Palmares-, gracias a la conclusión del camino de carretas a Puntarenas en 1846, mismo que pasaba por Atenas, y que generó la construcción de caminos secundarios que el resto de la zona de occidente utilizó para comunicarse con el primero. Esto hizo que las características topográficas y climáticas de la región se pudieran explotar para la producción y exportación del café (Instituto del Café de Costa Rica, 2015a). Sin embargo, a principios de la década de 1900, esta zona se encontraba en desventaja frente a personas productoras del “Valle Central, Cartago y Turrialba que exportaban en gran escala a Europa y Estados Unidos desde Puerto Limón” (Gamboa, Ross Lemus y Capelli, 2014, p. 97), gracias al Ferrocarril al Atlántico, mientras que “los pequeños Productores del Valle Occidental solo contaban con un camino de carretas que bordeaba el río Grande de Tárcoles y que descendía por los escarpados cerros del Aguacate” (Gamboa, Ross Lemus y Capelli, 2014, p. 93). Es así como, esta desventaja en la comercialización del café hizo que en esta región del país las grandes fincas de café fueran pocas -destacan la familia Orlich y Tournon como los oligarcas de la zona-, sino que predominaran las pequeñas propiedades, en las cuales las personas productoras de café colindaban sus propiedades con sus similares, en un ambiente de sana competencia (Gamboa, Ross Lemus y Capelli, 2014). Sin embargo, “el café transformó profundamente la geografía del país, incentivó la construcción del Ferrocarril al Pacífico” (Gamboa, Ross Lemus y Capelli, 2014, p. 34). Así, en 1910, se concreta su construcción, iniciada en 1898. Esta obra 66 no solo trajo progreso social a las zonas del país por que transitaba el tren - construcción de escuelas, caminos, centros de salud, entre otros-, sino que, además, brindó competitividad en las exportaciones, trazando nuevas rutas marítimas desde Puntarenas hacia la costa oeste de los Estados Unidos, así como la usabilidad del canal de Panamá. El impacto en la producción de café fue positivo, llegando a exportarse, en 1932, el 50% del producto a través del puerto del pacífico (Umaña, 2016). Cabe mencionar que, en el cantón de Atenas, se encontraba la “estación ferroviaria de Río Grande […] ubicada a 38 kilómetros de San José y 78 kilómetros de Puntarenas” (Valerio Madriz, 2018, p. 121), en ella, se recibía el café de los cantones del Valle Occidental para su traslado hasta el puerto del Pacífico. 3.2.2 COOPEATENAS R.L. y la producción de café El auge en la producción de café en el cantón de Atenas trajo consigo una falta de organización de parte de las personas productoras, las cuales cedieron el procesado y la comercialización del café a personas externas del cantón y a beneficios de café privados, lo que hacía que aumentaran los costos y las condiciones no fueran favorables. Esta situación llevó a que el sacerdote Luis Villegas, junto a las personas productoras interesadas, se organizaran para llevar a cabo la creación de una cooperativa que se encargara de la producción, beneficiado y comercialización del café ateniense. De esta forma, en diciembre de 1968, se crea el primer comité de administración de esta nueva organización, liderado por Leónidas López Guzmán. Y ya, como tal, se crea el 10 de agosto de 1969 la Cooperativa Agropecuaria Industrial y de Servicios Múltiples de Atenas R.L. (COOPEATENAS R.L.), con “96 visionarios productores de café que unieron esfuerzos y decidieron cultivar, industrializar y comercializar su café” (COOPEATENAS, 2016, párr. 8). Así, la cooperativa cuenta con la misión y visión de: 67 MISIÓN COOPEATENAS R.L. es una organización cooperativa agropecuaria industrial de servicios múltiples que se dedica al desarrollo económico y social de sus asociados, empleados y la comunidad en general. Este desarrollo se pretende lo