Estudios Geográficos 82 (290), enero-junio 2021, e056 ISSN: 0014-1496 | eISSN: 1988-8546 https://doi.org/10.3989/estgeogr.202068.068 ARTÍCULOS / ARTICLES REFLEXIONES TEÓRICO-CONCEPTUALES SOBRE EL BINARIO AGENCIA-ESTRUCTURA DESDE LA GEOGRAFÍA AMBIENTAL Édgar Espinoza-Cisneros Escuela de Geografía, Universidad de Costa Rica, San Pedro - Costa Rica edgar.espinoza@ucr.ac.cr ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-1018-3440 Lisbeth Álvarez-Vargas Escuela de Geografía, Universidad de Costa Rica, San Pedro - Costa Rica lisbeth.alvarezvargas@ucr.ac.cr ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-2398-8229 Recibido: 19/10/2019; Aceptado: 22/06/2020; Publicado: 16/06/2021 Cómo citar este artículo/citation: Espinoza-Cisneros, Édgar y Álvarez-Vargas, Lisbeth (2021). Reflexiones teórico-conceptuales sobre el binario Agencia-Estructura desde la Geografía Ambiental. Estudios Geográficos, 82 (290), e056. https://doi.org/10.3989/ estgeogr.202068.068 RESUMEN: El debate sobre la primacía que tienen la agencia y estructura en determinar las acciones humanas y la conformación de las sociedades ha prevalecido durante siglos en las ciencias sociales en general y en la geografía en particular. La rama de la geografía ambiental tiene también una historia destacable – aunque más reciente – de reflexiones en torno al rol que juegan las fuerzas sociales a escalas amplias, o la capacidad de autodeterminación del individuo, en condicionar las relaciones sociedad-naturaleza. Si bien durante muchos años se manejaron ambas posturas de manera aislada en esferas académicas, recientemente han surgido perspectivas integradoras de agencia y estructura que prometen robustecer las bases teórico- conceptuales que, a su vez, permitan un mejor entendimiento de las dinámicas socioambientales. En este artículo, primero repasamos algunas de estas perspectivas de agencia y estructura de manera aislada, desde la óptica de la geografía ambiental, particularmente las geografías del agua y del riesgo. Luego, introducimos algunos aportes empíricos y teórico-conceptuales que orientan hacia una mayor articulación de estas dos posturas. El propósito de este repaso es avanzar discusiones sobre cómo mejorar conceptualizaciones y teorizaciones sobre las complejas relaciones entre sociedad y naturaleza, en un contexto de apremiantes retos socioecológicos que enfrentamos como sociedad global. PALABRAS CLAVE: teoría social, ecología política, geografías de l agua, geografías del riesgo, interacciones sociedad-naturaleza, geografía humana. CONCEPTUAL AND THEORETICAL REFLECTIONS ON THE AGENCY-STRUCTURE BINARY FROM A HUMAN- ENVIRONMENT GEOGRAPHY PERSPECTIVE ABSTRACT: Debates over the primacy of agency and structure in determining human actions and the constitution of societies has, for centu- ries, pervaded the social sciences in general and geography in particular. The human-environment geography branch has also had an impor- tant –yet more recent– history of debates about the role that broader social forces and/or individual self-determination play in conditioning nature-society relations. While both stances were treated disjointly within academic spheres for a long time, recently there have been more integrative perspectives of agency and structure that promise to strengthen the theoretical and conceptual foundations that, in turn, can lead to a better understanding of nature-society dynamics. In this article, we first review separately some of these perspectives on agency and structure from within the human-environment geography viewpoint, particularly water and risk-hazards geography. We then introduce some empirical and theoretical-conceptual contributions that lead towards a better articulation of these two stances. The purpose of this review is to advance discussions on how to improve conceptualizations and theorizations on the complex relations between society and nature within a context of pressing social-ecological challenges that we face as a global society. KEY WORDS: social theory, political ecology, hazards geography, nature-society interactions, water geographies, human geography Copyright: © 2021 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0). ÉDGAR ESPINOZA-CISNEROS Y LISBETH ÁLVAREZ-VARGAS INTRODUCCIÓN efectos de este artículo, entendemos agencia como la ¿Qué factores determinan la constitución de las so- capacidad de decisión y acción independiente de un ciedades y las acciones humanas sobre el espacio geo- agente, mayormente referido al individuo y su entor- gráfico? Desde sus inicios como disciplina, esta pre- no más inmediato (ej. hogar y comunidad). La estruc- gunta ha intrigado a la Geografía. En la antigua Grecia, tura, por el contrario, hace referencia a las influencias se buscó responder de manera más estructurada a sociales que operan a escalas más amplias y que con- esta interrogante a través de teorizaciones espaciales, dicionan el accionar y las decisiones a nivel individual. mientras que, en la Edad Media y Moderna, se preten- La integración de ambos conceptos, por ende, alude dió hacer con descripciones corológicas de las diná- a las capacidades de los individuos de actuar en un micas del ser humano en su espacio. Por otro lado, el determinado contexto social. pensamiento geográfico más contemporáneo adoptó En este artículo repasamos el debate entre agencia postulados teóricos que permitieron profundizar las y estructura desde la geografía ambiental, con el fin de discusiones en torno a los determinantes de la orga- enriquecer discusiones teórico-conceptuales sobre las nización social y su relación con el medio ambiente. El interacciones ser humano-medio ambiente. Más allá determinismo ambiental, el posibilismo, y demás pa- de un debate estrictamente positivo (sin juicios de va- radigmas sobre la relación ser humano-ambiente de lor), aquí nos abocamos por uno más normativo, que la primera mitad del siglo XX, estimularon reflexiones promueva el cambio social. Las reflexiones que aquí se más profundas en un contexto global marcado por el presentan fueron motivadas por un trabajo de investi- colonialismo, disputas sociopolíticas, guerras mundia- gación doctoral en la cuenca del río Savegre, Costa Rica, les, y el avance de la urbanización, industrialización y que buscaba entender mejor la brecha entre cognicio- el comercio global. Así, una creciente complejidad de nes y acciones en el manejo proambiental en unidades las dinámicas socioambientales, en un contexto cada terrestres productivas (Espinoza, 2018). Los resultados vez más globalizado, ha obligado a reconceptualizar de esta investigación constataron que, entre los admi- los factores que median la constitución y funciona- nistradores de estos sistemas productivos, existe una miento de las sociedades. ambivalencia entre lo que se piensa y lo que se hace, en Si bien esta relación entre espacio y ser humano gran medida debido a la influencia de factores estruc- ha sido objeto de estudio de las ciencias sociales por turales como la falta de acceso a créditos, extensión ru- mucho tiempo, no es sino hasta la segunda mitad del ral deficiente, y la ineficiencia institucional estatal, que siglo pasado cuando se tratan de manera integrada en condicionan la materialización de intenciones proam- bientales en estos productores. estudios empíricos y teóricos en la Geografía y cien- cias afines. En la década de los setenta, por ejemplo, Este artículo se compone de dos secciones princi- los trabajos de los sociólogos Anthony Giddens y Pie- pales. En la primera, repasamos por separado algunos rre Bourdieu marcaron significativamente los diferen- antecedentes teóricos y conceptuales ligados a visiones tes campos intelectuales en las ciencias sociales. Am- de agencia y estructura desde la geografía ambiental, bos planteaban, en esencia, que existe una relación particularmente en las ramas de la geografía del agua dinámica, iterativa y complementaria entre los dife- y la del riesgo. En la segunda sección, reflexionamos rentes niveles de organización social. Bourdieu lo hizo sobre algunos esfuerzos de integración de agencia y a través de su concepto de “habitus” y Giddens con su estructura recientes, reflejados en trabajos empíricos “dualidad de estructura”. De esta manera, estos tra- y en marcos analítico-conceptuales multidisciplinarios bajos invitaban a reflexionar si la acción humana era en el área de las relaciones sociedad-naturaleza. determinada más por la agencia, es decir, la capacidad incondicionada del individuo de actuar, o por las fuer- AGENCIA Y ESTRUCTURA EN LA GEOGRAFÍA AM- zas estructurales a nivel supraindividual. BIENTAL Diversas disciplinas han tratado el binario agencia- estructura para comprender mejor el funcionamiento Agencia y la autodeterminación del individuo y organización de las sociedades. La Sociología, Filo- Quizás el paradigma dentro las ciencias sociales que sofía, Antropología, Geografía, Ciencias Políticas, y más resaltó la agencia en la conformación de las socie- Economía, entre otras, han atendido diversas visiones dades fue el posibilismo de finales del siglo XIX e ini- ontológicas de agencia y estructura. Existen múltiples cios del XX, en contraposición al muy criticado – pero definiciones de estos dos conceptos entre disciplinas de mucha influencia en su momento – determinismo e incluso entre ramas de una misma disciplina. Para ambiental. El posibilismo priorizaba la agencia a tra- 2 Estudios Geográficos, 82 (290), enero-junio 2021, e056. ISSN: 0014-1496 | eISSN: 1988-8546. https://doi.org/10.3989/estgeogr.202068.068 REFLEXIONES TEÓRICO-CONCEPTUALES SOBRE EL BINARIO AGENCIA-ESTRUCTURA DESDE LA GEOGRAFÍA AMBIENTAL vés de las opciones o “posibilidades” que consideraba 1968), y que formó parte de una serie de estudios in- tenía el ser humano al interactuar con su medio, con- signia de la ecología cultural enfocados en sociedades trastando con la visión más rígida del determinismo pequeñas de subsistencia en países predominante- en cuanto a las libertades de acción del agente. A di- mente rurales. La ecología cultural, además, fue in- ferencia del determinismo, el posibilismo defendía un fluenciada significativamente por teorizaciones sobre rol activo y no pasivo del individuo en su medio; en las dinámicas de uso de la tierra en pequeños agricul- otras palabras, lo consideraba un “agente libre”. tores y sociedades agrarias, como por ejemplo los tra- En la década de los setenta, resurgen con fuerza bajos de A.V. Chayanov y Esther Boserup (Roy Chowd- los enfoques de agencia, en oposición a las visiones hury y Turner, 2006; Turner y Ali, 1996). Sin embargo, estructuralistas-funcionalistas impulsadas por Émile si bien el aporte de la ecología cultural a la geografía Durkheim que enfatizaban la primacía de influencias ambiental fue considerable, tuvo entre sus mayores externas sobre conductas individuales. Las perspec- críticas el circunscribirse al ámbito individual/local, tivas de agencia, contrariamente, atribuían siempre sin mucha consideración a las fuerzas estructurales mayor autonomía a las acciones individuales, pero que condicionan esos ámbitos más desagregados ahora en un contexto marcado por una dinámica so- (Neumann, 2005). ciopolítica muy distinta a la que se vivía en los tiempos Investigaciones iniciales en la geografía del riesgo de Lucien Febvre con la acuñación del posibilismo. En también adoptaron este enfoque de agencia similar esta posición analítica más contemporánea de agen- al de la ecología cultural. Inicialmente se le dio énfasis cia, las deliberaciones racionales1 en el individuo eran a las conductas individuales y percepciones del riesgo consideradas vitales para la organización social. Estas como determinantes de cómo las personas respon- perspectivas centradas en agencia fueron influencia- dían al exponerse, así como también al porqué y al das, en gran medida, por las contribuciones teóricas cómo las personas eran expuestas a eventos extre- de Max Weber (1978) y las teorías económicas clá- mos. La popularización de abordajes sobre la percep- sicas que abocaban fuertemente por la racionalidad ción del riesgo en las figuras de los geógrafos Gilbert humana y los roles de actores individuales maximiza- White, Robert Kates e Ian Burton, por ejemplo, era un dores en su afán por conseguir un estado económico indicativo de la importancia que se le dio a la subjeti- óptimo (Smith, 1977). vidad del agente como determinante de su comporta- Dentro de la geografía ambiental, la ecología cul- miento ante los desastres, y de cómo esta percepción tural fue precursora intelectual de una corriente de difiere entre agentes y a través del tiempo. Al igual investigación que trató a la agencia como la fuerza que en la ecología cultural, no obstante, hubo fuer- principal en los cambios ambientales, especialmen- tes críticas a este abordaje, mayormente relacionadas te en pequeñas sociedades (Turner, 1989; Zimmerer, con la omisión de factores políticos y económicos su- 2004). Grosso modo, el cambio cultural en este cam- pra-individuales que determinan el riesgo en diversos po es visto como un mecanismo de adaptación al am- contextos (Neumann, 2005; Watts, 2013). biente. Los trabajos del antropólogo Julian Steward La geografía conductual (behavioral geography) es son considerados los referentes en el surgimiento de otro campo disciplinario que ha enfatizado niveles de esta corriente. En su obra “Teoría de Cambio Cultu- análisis desagregados para entender el espacio geo- ral” (Steward, 1955), por ejemplo, él argumenta que gráfico, esta vez por medio del estudio de los com- el “núcleo cultural” reside en los agentes y en sus ponentes cognitivos y su influencia en las conductas características de interacción social (división de labo- espaciales (Gold, 2009). Al igual que otras corrientes res, organización de unidades sociales, rituales, etc.). intelectuales centradas en agencia, la geografía con- Otro trabajo destacable es el de Roy Rappaport en las ductual fue criticada por la falta de consideración de sociedades autóctonas de Nueva Guinea (Rappaport, los contextos socioculturales, físicos y políticos en los cuales se desenvuelve el agente, así como también 1  La racionalidad en la toma de decisiones ha sido un pre- por pretender explicar propiedades emergentes de cepto común, particularmente en la economía tradicio- nal y durante la revolución cuantitativa en geografía en las sociedades con base en las características cogniti- los años cincuenta y sesenta; sin embargo, ha sido am- vas de los individuos, (el “individualismo metodológi- pliamente cuestionada por corrientes intelectuales que co”; Bunting y Guelke 1979; Proctor 1998). consideran la racionalidad individual como limitada, de- bido a la falta de información completa y la influencia de Dentro del enfoque de agencia, vale rescatar tam- subjetividades en los esquemas cognitivos de toma de bién los aportes de estudios de acción colectiva en el decisiones. manejo de recursos de propiedad común, particular- Estudios Geográficos, 82 (290), enero-junio 2021, e056. ISSN: 0014-1496 | eISSN: 1988-8546. https://doi.org/10.3989/estgeogr.202068.068 3 ÉDGAR ESPINOZA-CISNEROS Y LISBETH ÁLVAREZ-VARGAS mente los arreglos institucionales a nivel comunitario particularmente su papel como justificador de moti- (Ostrom, 1995; Ostrom, Burger, Field, Norgaard y Po- vos imperialistas durante el siglo XX. Irónicamente, licansky, 1999). Insumos teóricos sobre acción colec- visiones estructuralistas en los años setenta servirían tiva para el manejo de los recursos de propiedad han más bien para hacer lo contrario: criticar modelos pre- enriquecido debates sobre el potencial de autoorgani- valentes de desarrollo basados en las experiencias de zación (mayormente local) para el manejo sostenible países industrializados, que ponían en desventaja a de los recursos naturales (Ostrom, 1990, 2011). Esta países en vías de desarrollo. Aquí sobresalieron, entre visión de acción colectiva ha prevalecido en contribu- otras, las teorías de la estructuración como la Teoría ciones conceptuales más recientes, pero ahora bajo de los Sistemas Mundiales de Immanuel Wallerstein. el término híbrido de “sistema socioecológico” (ej. Westley et al. 2013). Estas hibridaciones conceptua- En la primera mitad del siglo XX también resaltan les, como se verá más adelante, han propiciado pers- las perspectivas teóricas del sociólogo francés Émile pectivas y abordajes que articulan de manera más ex- Durkheim, las cuales enfatizaban las fuerzas sociales haustiva la agencia y la estructura en estudios sobre y hábitos colectivos que determinan la organización las interacciones ser humano-medio ambiente. y funcionamiento de la sociedad y, con ello, del indi- viduo. Bajo esta visión, las acciones individuales son Finalmente, vale resaltar el aporte de la psicología analizadas en función de una estructura social que social en general, y la psicología ambiental en particu- las determina y condiciona (Durkheim, 1966). Ya en lar, en el entendimiento de las conductas ambientales los años setenta, luego de la influencia de la revolu- a nivel individual. Muchas de las investigaciones en ción cuantitativa en geografía, orientaciones radicales esta disciplina han indagado los determinantes cogni- dentro y fuera de la disciplina promovieron fuerte- tivos de una amplia gama de conductas ambientales, mente enfoques que cuestionaban abordajes positi- entre éstas el reciclaje (ej. Best y Mayerl, 2013; Corral- vistas (Neumann, 2005). Una influencia clara fueron Verdugo, 2003), transporte (ej. Donald, Cooper y Con- las corrientes críticas marxistas, de geografía radical, chie, 2014; Golob y Hensher, 1998), activismo proam- posmodernismo y feminismo, que asociaban el rango biental (ej. McFarlane y Hunt, 2006; Stern, Dietz, Abel, de acción de los individuos con las divisiones de clase, Guagnano y Kalof, 1999), y ahorro energético (ej. Kan- estructuras de poder, y el rol en los procesos de acu- tola, Syme y Campbell, 1984; Steg, Dreijerink y Abra- mulación de capital (Chouinard, 1997). Notables aquí hamse, 2005). También existen numerosas investiga- son las contribuciones de geógrafos como Yves La- ciones sobre conductas de ahorro de agua (ej. Clark coste, Doreen Massey, Milton Santos, David Harvey y y Finley, 2007; Corral-Verdugo, Frias-Armenta, Tapia- Horacio Capel. Sin duda, un aporte innegable de estas Fonllem y Fraijo-Sing, 2012), muchas a nivel de hoga- perspectivas fue dirigir la atención hacia las influen- res (ej. Clark, Kotchen y Moore, 2003; Hill, Figueredo cias invisibles, difusas e inconmensurables que tienen y Jacobs, 2010). Muchos de estos estudios han sido un papel significativo en la constitución de la sociedad predictivos, basándose en teorizaciones y modelos y del espacio geográfico. que vinculan constructos cognitivos a conductas am- bientales. Entre las corrientes teóricas y modelos más Dentro de la geografía ambiental, la ecología política utilizados en el ámbito ambiental está la Teoría de la se ha distinguido por su enfoque hacia fuerzas estruc- Acción Planificada (Ajzen, 1985) y la Teoría de Valores, turales que inciden en las problemáticas ambientales. Creencias y Normas (Stern, 2000; Stern et al., 1999). Esta rama disciplinaria surge en los años ochenta, en respuesta a las críticas antes mencionadas hechas a la ecología cultural y la geografía del riesgo. También La estructura como condicionante supraindividual surge en contraposición a visiones neo-malthusianas El determinismo ambiental de inicios del siglo XX en los sesenta y setenta influidas por trabajos como fue un paradigma que resaltó la influencia de la es- The Population Bomb de Paul Ehrlich (1968) y The Sin- tructura – en este caso una “ambiental” – en la con- king Arc de Norman Myers (1979) que, a criterio de formación de las sociedades. Según el determinismo, los ecólogos políticos de la época, proveían explica- el agente tenía un papel pasivo, de “subyugación” ciones simplistas que ignoraban los complejos proce- ante el contexto ambiental en el que se encontraba sos multiescalares en las problemáticas ambientales. y, en consecuencia, con un nulo o mínimo rango de Visiones tecnocráticas y de manejo de recursos natu- acción al constituir su sociedad. Las implicaciones del rales, entre las que destaca la “Tragedia de los Comu- determinismo ambiental han sido ya ampliamente nes” de Garrett Hardin (1968), aparecieron en este discutidas en otras instancias, pero aquí vale rescatar tiempo también, e igualmente luego fueron objeto 4 Estudios Geográficos, 82 (290), enero-junio 2021, e056. ISSN: 0014-1496 | eISSN: 1988-8546. https://doi.org/10.3989/estgeogr.202068.068 REFLEXIONES TEÓRICO-CONCEPTUALES SOBRE EL BINARIO AGENCIA-ESTRUCTURA DESDE LA GEOGRAFÍA AMBIENTAL de crítica por parte de la ecología política por igno- limentación. Estos autores también exponen que cier- rar las relaciones sociales, limitantes económicas y las tas trayectorias de desarrollo podrían crear nuevas estructuras del poder político que determinaban los condiciones de riesgo. Para Lavell (2000, p. 3), “esta esquemas de manejo de recursos (Neumann, 2005). reflexión inevitablemente significa establecer la rela- Watts (2013) ejemplificó bien esta postura crítica de ción entre los desastres, la problemática ambiental y la ecología política, al cuestionar, por un lado, los su- la insostenibilidad o, en su caso, la sostenibilidad de puestos de racionalidad individual característicos en los modelos de desarrollo”. la geografía del riesgo y la ecología cultural, y por otro, Por otra parte, la estructura en torno al manejo del la desatención que se le daba a las limitaciones im- recurso hídrico ha acaparado la atención de investi- puestas por las estructuras sociales, al determinismo gadores por mucho tiempo. En el manejo del recurso histórico, y al conocimiento local acerca de cómo en- hídrico se da una contradicción que, en gran medida, frentar los riesgos naturales. se asocia a dos características claves del recurso: su Si bien la ecología política priorizó la estructura so- esencialidad y su “fluidez espacial”. El agua tiende a bre la agencia, no ignoró del todo a esta última. Efecti- ser un recurso mejor manejado a niveles locales (Os- vamente, dentro de la ecología política se tendía hacia trom, 1995), pero que, por diversos factores de na- una mayor integración entre las –hasta entonces– ais- turaleza hidrológica y política, su manejo ha involu- ladas visiones de agencia y estructura en los estudios crado influencias supralocales y regímenes de manejo ser humano-medio ambiente. Las contribuciones de centralizados (Bakker, 2009). De hecho, el manejo del Blaikie y Brookfield (1987) son un claro ejemplo de esta agua ha tenido marcadas connotaciones políticas a amalgama, al considerar tanto la causalidad próxima a lo largo de la historia, especialmente en escenarios escalas finas (ej. expansión de las fronteras agrícolas), de escasez, y ya esto, ineludiblemente, demanda un como la causalidad última a niveles más amplios (ej. enfoque analítico a escalas amplias. Uno de los argu- dinámicas de mercado, marcos normativos formales, mentos teóricos más llamativos en torno a la relación etc.). Estos aportes de Blaikie y Brookfield ayudaron a entre poder político y agua fue el de las “sociedades reconceptualizar la escala como una red compleja de hidráulicas” de Karl Wittfogel (1963), donde se rela- asociaciones que determinan una problemática am- cionaban las necesidades de irrigación a gran escala biental. Particularmente útil fue la representación de con regímenes autocráticos. Bajo esta postura, nece- estas asociaciones a través de las “cadenas de explica- sidades de agua cada vez más complejas engendran ción” o contextualización progresiva, donde se plasma regímenes centralizados y -en ocasiones- despóticos ese vínculo causal entre fuerzas multiescalares en las que, a su vez, generan burocracias hidráulicas o “hi- interacciones ser humano-medio ambiente. drocracias” con muchos actores políticos. La llamada En la evolución de la geografía del riesgo, sin duda “misión hidráulica” (Molle, Mollinga y Wester, 2009; una de las grandes aportaciones fue la determinación Wester et al. 2009), prevalente durante parte del si- de que los efectos dañinos de los desastres no son glo XX, también justificaba abordajes agregados para tanto producto del ambiente y del desastre en sí, sino el estudio de las geografías del agua. Esta corriente que mucho inciden las estructuras sociales subyacen- ideológica priorizó obras de infraestructura masivas a tes. Aquí destaca la corriente de pensamiento centra- nivel mundial, bajo nociones de control estatal, ideo- da en la “economía política” dentro de la geografía del logías económicas y perspectivas de dominación del riesgo (ej. Cohen y Werker 2008), la cual enfatizaba hombre sobre la naturaleza, representadas en el lema escalas amplias para entender cómo la economía glo- “ni una sola gota de agua debería llegar al océano sin bal y dinámicas de poder determinaban las condicio- haber servido al beneficio del hombre” (Molle et al. nes de riesgo en determinados contextos geográficos. 2009; p. 332). Bajo este enfoque, las redes de acción multiescalares Un enfoque amplio en el estudio de la gestión hi- hacen de las respuestas al desastre algo mucho más drográfica ayuda a identificar lo politizado de ciertas complejo (Brenes, 2007). Dentro de esta visión es- decisiones que, en principio, se cree son “apolíticas”. tructural, es importante también resaltar el vínculo Cohen y Bakker (2014), por ejemplo, documentan que se hace entre los desastres y el desarrollo. Cuny como intereses político-económicos a niveles provin- (1983), Hewitt (1983) y Lavell (1993), por ejemplo, ciales y nacionales en Canadá subyacen la elección de argumentan que los desastres limitan el proceso del escalas a usar en la gestión del recurso hídrico. El uso desarrollo creando mayor vulnerabilidad, lo que a su de la cuenca como unidad espacial de gestión, en este vez restringe aún más el desarrollo en un ciclo de rea- caso, se asocia no a consideraciones de dinámicas hi- Estudios Geográficos, 82 (290), enero-junio 2021, e056. ISSN: 0014-1496 | eISSN: 1988-8546. https://doi.org/10.3989/estgeogr.202068.068 5 ÉDGAR ESPINOZA-CISNEROS Y LISBETH ÁLVAREZ-VARGAS drológicas, sino a problemas asociados a la acumula- campos de las geografías del agua y, en menor grado, ción de capital y la extracción de recursos. De manera la geografía del riesgo. Hacia este fin, utilizamos tres similar, el trabajo de Harris y Alatout (2010) en el Me- subsecciones temáticas: 1) cognición y estructura, 2) dio Oriente examina cómo las escalas son construidas discursos, esquemas político-económicos y relaciones políticamente a nivel nacional e internacional, con el con niveles más desagregados, 3) perspectivas multi- fin de consolidar reivindicaciones nacionalistas sobre nivel en marcos analítico-conceptuales en la geografía el agua. ambiental. Abordajes estructurales en estudios de las geogra- fías del agua también son aptos para casos de inter- Cognición y estructura dependencia hidrológica, particularmente acuerdos Si bien los factores cognitivos, hasta hace relativa- transfronterizos. Por ejemplo, Brochmann y Gleditsch mente poco, habían sido casi exclusivamente objeto (2012) examinan la conflictividad y dinámicas de po- de estudio de la psicología, crecientemente se re- der en torno a ríos compartidos, concluyendo que la conoce la importancia de incorporarlos en estudios relación entre aguas compartidas y una mayor conflic- socioambientales (Jacobs et al., 2016; Jones, Shaw, tividad no es evidente. Algo similar hace Wolf (2007), Ross, Witt y Pinner, 2016). En las geografías del agua, al analizar las dinámicas de los conflictos entre países se han vinculado cada vez más las cogniciones con con cuencas transfronterizas, y concluye que más que influencias estructurales. Por ejemplo, Ormerod y guerras abiertas, han sido tensiones políticas por fal- Scott (2013) integran, por un lado, las percepciones ta de canales de cooperación efectivos. Por otra par- y actitudes individuales en torno a la reutilización del te, Sneddon y Fox (2006) reseñan cómo los acuerdos agua, y por otro, el contexto sociocultural en Arizona, transfronterizos sobre agua condicionan muchos de EE.UU., el cual incluye a entes gubernamentales, ofi- los procesos socioecológicos a escalas más finas en ciales, y líderes políticos que manejan los sistemas de la cuenca del río Mekong, tales como actividades de abastecimiento de agua. De manera similar, McEvoy cultivo de arroz, así como la pesca de baja escala. Algo (2014) examina las políticas multiescalares de la des- semejante trata Mirumachi (2013) al relacionar moti- alinización en Baja California Sur, México, y sus impli- vos políticos neoliberales de aseguramiento del agua caciones para la seguridad hídrica. Para ello, interrela- en la India y Nepal con las limitaciones de medios ciona percepciones individuales sobre las tecnologías de vida de sectores de población de bajos recursos. de desalinización con discursos a niveles más amplios Mansfield (2004) y Bakker (2005, 2013), en la misma en torno a la seguridad del agua. Al vincular los indi- línea temática, vinculan ideologías político-económi- viduos con estructuras amplias, el autor concluye que cas neoliberales con aspectos específicos del mane- enfocarse en solo un nivel puede llevar a concepcio- jo y gobernanza del agua. Estos estudios, entonces, nes erróneas de cómo la desalinización ha contribui- ejemplifican enfoques a escalas amplias que cuestio- do a la seguridad hídrica en esta área. Por otra parte, nan conceptualizaciones deterministas de problemas Larson (2009) resalta la importancia de identificar y asociados al recurso hídrico, al sacar a la superficie las entender las actitudes en torno a la protección del complejidades causales y subrayar el inmanente matiz agua, enfatizando no solo cómo son influenciadas por político del manejo del agua. factores sociopolíticos, sino también cómo el éxito de estrategias estructurales puede depender de niveles HACIA MÁS INTEGRACIÓN ENTRE AGENCIA Y ES- de aceptación pública y actitudes favorables a nivel TRUCTURA EN LA GEOGRAFÍA AMBIENTAL individual. Es difícil no reconocer la trascendencia de las pos- En este tema del manejo del agua han sobresalido turas teóricas de Bourdieu (1977) y Giddens (1984) estudios de percepciones tanto de factores de agencia que mencionamos en la introducción, al estas haber como de estructura. Wutich et al. (2014), por ejemplo, llenado un vacío ontológico en cuanto a la integración compararon percepciones sobre soluciones a proble- entre agencia y estructura. En la geografía ambiental, mas de agua en varios sitios. Las percepciones eran no obstante, los esfuerzos de integración en trabajos sobre categorías de soluciones “duras” y “suaves”, teóricos y empíricos son relativamente recientes (Roy donde la primera se asociaba a soluciones infraestruc- Chowdhury y Turner, 2006). Sin pretender ser exhaus- turales ligadas a escalas más amplias, mientras que tivos, en esta sección examinamos algunos trabajos la segunda se relacionaba con actitudes y acciones que han enriquecido las discusiones integracionistas individuales en torno a la conservación del agua. De entre agencia y estructura, particularmente en los manera similar, en un estudio en barrios residenciales 6 Estudios Geográficos, 82 (290), enero-junio 2021, e056. ISSN: 0014-1496 | eISSN: 1988-8546. https://doi.org/10.3989/estgeogr.202068.068 REFLEXIONES TEÓRICO-CONCEPTUALES SOBRE EL BINARIO AGENCIA-ESTRUCTURA DESDE LA GEOGRAFÍA AMBIENTAL en Phoenix, EE.UU., Larson, Cook, Strawhacker y Hall vado a la promoción de agendas integradoras en el (2010) analizaron el rol tanto de valores a nivel indivi- manejo del agua. El paradigma del Manejo Integrado dual como de factores estructurales en las decisiones de Recurso Hídrico (MIRH), por ejemplo, procura una sobre la utilización del agua en jardines residenciales. participación activa y coordinada de una pluralidad de Por otra parte, Attari (2014) examinó la discordancia actores y sectores productivos en la gestión del agua. entre percepciones individuales y mediciones cientí- El MIRH busca, en última instancia, incidir en cambios ficas precisas sobre el uso del agua en EE.UU. Si bien estructurales que, en conjunto con acciones locales, esta última investigación no trató factores estructura- procuren el bienestar de las sociedades en torno al les directamente, sí provee insumos relevantes para la uso y acceso al agua. toma de decisiones y el diseño de mecanismos estruc- turales asociados a metas de conservación del agua. Perspectivas multinivel en marcos analítico-concep- También demuestra que el pasar por alto estos facto- tuales contemporáneos en la geografía ambiental res cognitivos en torno al uso del agua puede llevar a Perspectivas multinivel que integran agencia y es- medidas estructurales inefectivas y de excesivo gasto. tructura se han reflejado crecientemente en marcos conceptuales y analíticos en campos disciplinares Discursos, esquemas político-económicos, y niveles socioambientales. Por ejemplo, recientes esquemas más desagregados conceptuales transdisciplinarios han abogado por la A través de la historia, la relación agua-sociedad ha hibridación de binarios ontológicos anteriormente engendrado múltiples discursos, narrativas, concep- vistos como antagónicos (Whatmore, 2002; Zimme- tos e ideologías que han influido considerablemente rer, 2000). En el tema que tratamos aquí, resalta la tra- en la gestión del agua. Varios trabajos han procurado dicional dialéctica entre naturaleza y sociedad, la cual entender la influencia de estos factores discursivos a ha evolucionado hacia una fusión ontológica a través escalas más detalladas. Loftus (2015), por ejemplo, de conceptos como “sistemas socioecológicos”, “ciclo expone una crítica general de discursos dominantes hidrosocial”, “servicios ecosistémicos”, entre otros. El sobre seguridad hídrica, cuestionando influencias dis- del ciclo hidrosocial es un caso especialmente perti- cursivas deterministas y despolitizadas que esconden nente al tema de las geografías del agua, ya que ha conflictos a escalas más finas. Este trabajo, además, surgido como alternativa a conceptualizaciones de recalca el rol de agencia a través del ejemplo de los connotación exclusivamente hidrológica. Al acoplar movimientos sociales urbanos como agentes de cam- más explícitamente los procesos sociales e hidro- bio, y que pueden ser cruciales para consolidar dere- lógicos, esta visión conceptual contempla procesos chos de acceso al agua. Meinzen-Dick (2007), por otra sociales multiescalares en el manejo del agua (Swyn- parte, examina cómo actores en posiciones autorita- gedouw, 2009). Esta hibridación refleja preceptos on- rias construyen arreglos estructurales que influyen tológicos y epistemológicos del pensamiento político en las relaciones ser humano-medio ambiente, y al ecológico más contemporáneo en temas de agua, en hacerlo, recalca la importancia de entender las moti- donde el agua y la sociedad son concebidas como in- vaciones de líderes que comúnmente engendran dis- divisibles, ambas “coproduciéndose” en el espacio y cursos asociados el manejo del agua. tiempo (Linton y Budds, 2014). Esta coproducción, a La integración agencia-estructura es particularmen- su vez, es constantemente demarcada como dinámi- te notoria en las fricciones entre movimientos sociales ca, interna, cohesiva y multiescalar. “grassroots” a escalas locales y fuerzas político-econó- En el caso de marcos analítico-conceptuales resal- micas a escalas más amplias. Comunes son, por ejem- ta, por ejemplo, el de los Sistemas Socioecológicos plo, los movimientos locales y comunitarios opues- de Ostrom (Figura 1) (Ostrom, 2009). En este marco, tos a discursos neoliberales que promueven obras tanto las fuerzas de estructura como las de agencia se infraestructurales de grandes dimensiones como re- reconocen implícitamente como claves en las dinámi- presas, transferencias intercuencas, y otras iniciativas cas de un sistema socioecológico. Dos dimensiones en tecno-modernas (Sneddon y Fox, 2008; Thorkildsen, este marco, concretamente el Entorno Social, Político 2016). Al destacar los impactos sociales y ecológicos y Económico (C) y el Sistema de Gobernanza (SG), se de estos proyectos, estos movimientos han tenido enfocan más directamente en los factores estructu- considerable peso en círculos políticos a escalas am- rales, mientras que los componentes de Usuarios (U) plias (Bakker, 2005, 2007). De hecho, estas influencias e Interacciones (I) tienden a capturar las variables de “desde abajo” son las que, en gran medida, han lle- agencia. De manera similar, el marco del Desarrollo y Estudios Geográficos, 82 (290), enero-junio 2021, e056. ISSN: 0014-1496 | eISSN: 1988-8546. https://doi.org/10.3989/estgeogr.202068.068 7 ÉDGAR ESPINOZA-CISNEROS Y LISBETH ÁLVAREZ-VARGAS FIGURA 1. MARCO DE LOS SISTEMAS SOCIOECOLÓGICOS Fuente: Adaptado de Ostrom (2014). Análisis Institucional (IAD en inglés) y predecesor del de manera conjunta y compleja en decisiones sobre marco de los Sistemas Socioecológicos, en la determi- el manejo de la tierra, con sus consecuentes efectos nación de resultados de la acción colectiva ambiental sociales y ecológicos en el paisaje (Geist, 2006a; Roy asume una interacción entre procesos a nivel de agen- Chowdhury y Turner, 2006). cia y fuerzas estructurales (McGinnis, 2011; McGinnis Los estudios sobre servicios ecosistémicos no se y Ostrom, 2014). han quedado atrás en estos esfuerzos de integración. Otros marcos analítico-conceptuales recientes en En la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (MEA, las ciencias de la sostenibilidad también reflejan pers- 2005), una obra referente en este campo, se presen- pectivas integradoras entre agencia y estructura. En el taron varios marcos analíticos que reflejan esta ten- campo de las ciencias de los sistemas terrestres (land dencia. Por ejemplo, dentro de la conceptualización systems science), por ejemplo, se reconocen influen- multiescalar de la oferta y la demanda de servicios cias tanto exógenas como endógenas en el manejo de ecosistémicos, se vinculan las diversas dimensiones la tierra (Lambin y Geist, 2003). Las influencias endó- del bienestar humano a nivel individual con factores genas, en este contexto, se entienden como factores causales a escalas más amplias, en una relación bidi- “sobre los que los administradores de tierra locales reccional y dinámica (Figura 2) (Nelson et al., 2009). ejercen el mayor control posible con el fin de asegu- Modelos más sofisticados que incorporan múltiples rar un uso sostenible de la tierra y sus alrededores” servicios, así como tipologías más exhaustivas de (Geist 2006a; p. 205) (traducción propia). Entretanto, valoración de servicios, contemplan también más las influencias exógenas se refieren a fuerzas externas directamente la sinergia entre agencia y estructura fuera del control del individuo (Geist 2006b), tales (Kareiva, Tallis, Ricketts, Daily y Polasky, 2011; Schäg- como políticas, demandas de mercados, acceso a tec- ner, Brander, Maes y Hartje, 2013). Dentro de estos nologías, o factores demográficos. Las teorizaciones esquemas de valoración, por ejemplo, los valores ins- asociadas plantean que ambas influencias interactúan trumentales asociados a los servicios ecosistémicos 8 Estudios Geográficos, 82 (290), enero-junio 2021, e056. ISSN: 0014-1496 | eISSN: 1988-8546. https://doi.org/10.3989/estgeogr.202068.068 REFLEXIONES TEÓRICO-CONCEPTUALES SOBRE EL BINARIO AGENCIA-ESTRUCTURA DESDE LA GEOGRAFÍA AMBIENTAL FIGURA 2. MARCO CONCEPTUAL DE LA EVALUACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS DEL MILENIO Fuente: Adaptado de MEA (2005). son más comúnmente vinculados a mecanismos eco- manos y naturales que determinan una buena calidad nómicos operando a escalas amplias, como precios de de vida, incluyendo factores causales tanto directos mercado o plataformas de comercio, mientras que los como indirectos, así como el alcance temporal y espa- valores intrínsecos y otros no-monetarios se asocian cial de estas relaciones (Figura 3). Además, innova no más directamente a características culturales del in- solo al incorporar diferentes sistemas de conocimien- dividuo. to y cosmovisiones, sino también al vincularlos de ma- Otro ejemplo más reciente en este campo de los ser- nera más explícita con la formación de instituciones y vicios ecosistémicos es el marco de la Plataforma In- con factores causales indirectos a nivel de estructura tergubernamental Científico-Normativa sobre Diversi- (ej. a través de mecanismos de mercado). A grandes dad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES en rasgos, este marco reconoce que las percepciones de inglés) (Díaz et al., 2015). En este marco, se articulan la naturaleza, forjadas a nivel de agencia, pueden ir explícitamente las relaciones entre componentes hu- desde visiones que conciben la naturaleza como un Estudios Geográficos, 82 (290), enero-junio 2021, e056. ISSN: 0014-1496 | eISSN: 1988-8546. https://doi.org/10.3989/estgeogr.202068.068 9 ÉDGAR ESPINOZA-CISNEROS Y LISBETH ÁLVAREZ-VARGAS recurso por explotar, a aquellas que la consideran algo ser humano-naturaleza ante conexiones cada vez más sagrado y digno de proteger, y que estas a su vez in- distantes y difusas que inciden en las problemáticas fluyen en el diseño de los sistemas de gobernanza a socioambientales. nivel estructural. En la geografía del riesgo, crecientemente se fueron Por otra parte, vale resaltar que otros marcos han integrando perspectivas de agencia y estructura. Sin considerado la creciente interconectividad global, pretender ser exhaustivos, mencionaremos solo algu- facilitada por las tecnologías de la información, re- nos aspectos relevantes. Sin duda, y lo reiteramos, en- des de comercio mundial y transporte, y problemas tre lo más notable dentro de los estudios sobre riesgo socioambientales de carácter sistémico. Ante esto y desastres está la conceptualización del riesgo como se han planteado marcos analíticos para estructu- algo que no depende exclusivamente del desastre en rar mejor los componentes y relaciones esenciales sí, sino que, en gran medida, se basa tanto en facto- de estos complejos procesos. El marco de la “doble res tanto contextuales-estructurales como individuales exposición” (double exposure framework) (O’Brien y (García Acosta, 1993; Romero y Maskrey, 1993). Por Leichenko, 2000), por ejemplo, expone el ingente reto ejemplo, resaltamos la corriente sociológica impulsada contemporáneo al que se enfrentan las sociedades por investigadores como Henry Quarantelli y Russell humanas, por un lado, por la globalización económi- Dynes en los sesenta, donde se relacionaba el compor- ca, y por otro, a raíz del cambio climático. Otro ejem- tamiento individual y colectivo de los agentes con el ni- plo son los conceptos de “teleacoplamientos” (Liu et vel organizacional (Romero y Maskrey, 1993). Concre- al., 2013) y el de “interdependencia funcional” (Young tamente, esta corriente se centraba en el conocimiento et al., 2006), los cuales reflejan esta necesidad de de los agentes y los impactos de desastres, con el fin de adaptar nuestras concepciones sobre las relaciones articular agencia y estructura en planes organizaciona- FIGURA 3. MARCO ANALÍTICO-CONCEPTUAL SOBRE SERVICIOS ECOSISTÉMICOS Y BIENESTAR HUMANO DE LA PLATAFORMA INTERGUBERNAMENTAL CIENTÍFICO-NORMATIVA SOBRE DIVERSIDAD BIOLÓGICA Y SERVICIOS DE LOS ECOSISTEMAS (IPBES). FUENTE: ADAPTADO DE IPBES (S.F.). 10 Estudios Geográficos, 82 (290), enero-junio 2021, e056. ISSN: 0014-1496 | eISSN: 1988-8546. https://doi.org/10.3989/estgeogr.202068.068 REFLEXIONES TEÓRICO-CONCEPTUALES SOBRE EL BINARIO AGENCIA-ESTRUCTURA DESDE LA GEOGRAFÍA AMBIENTAL les. La vulnerabilidad empezó también a enmarcarse en CONCLUSIÓN relaciones de poder y control que restringen el accionar Nuestro argumento central en este artículo ha sido de los actores sobre el espacio y sobre los otros actores que los problemas socioambientales cada vez más (Rubio, 2012). Esta visión no ignora el rol del agente en globalizados y complejos han estimulado reflexiones la vulnerabilidad, sino que más bien pone en evidencia más profundas sobre el porqué, el cómo, el dónde, el las interdependencias entre estructura y agencia a tra- cuándo, el qué y el quiénes en las relaciones sociedad- vés de las asimetrías de poder. naturaleza. Esas reflexiones, a su vez, han derivado en Finalmente, el sociólogo Ulrich Beck (1998) argu- marcos analítico-conceptuales y planteamientos teóri- mentaba que los riesgos más contemporáneos ya cos más exhaustivos e integradores, que sirven de in- no se limitan a lugares y grupos localizados, sino que sumo para procesos de planificación efectiva hacia la tienen un alcance que trasciende fronteras político- sostenibilidad. Las reflexiones recientes en torno a la administrativas y que, a la vez, son más difusos en relación agencia-estructura son evidencia de esta evo- el espacio y en el tiempo. Bajo esta línea de pensa- lución ontológica necesaria para hacerle frente a estos miento se acuña el término de “amenazas globales”, retos cada vez más apremiantes. Así, en cierto modo las cuales se caracterizan por ser supranacionales, no se ha dado una “coevolución” entre estas teorizaciones específicas de una clase, y por poseer una dinámi- y los procesos socioambientales globalizados, donde ca social y política sin precedentes que requiere un conjuntamente se hacen y se rehacen. Ante desafíos abordaje integral. Estos abordajes han sido reflejados, socioambientales cada vez más acuciantes, estos diá- por ejemplo, en marcos analítico-conceptuales de la logos son vitales para un mejor entendimiento de las vulnerabilidad como el de Turner et al. (2003), el cual relaciones sociedad-naturaleza, en procura de buscar constituye un gran avance hacia el entendimiento de soluciones pragmáticas a los ingentes retos socioam- las dinámicas del riesgo en la geografía ambiental. bientales que como sociedad debemos enfrentar. REFERENCIAS Ajzen, I. (1985). From intentions to actions: A theory Best, H., y Mayerl, J. (2013). Values, Beliefs, Attitudes: of planned behavior. En J. Kuhl y Beckman, J. An Empirical Study on the Structure of Environ- (Eds.), Action-control: From cognition to behavior mental Concern and Recycling Participation. So- (pp. 11–39). Heidelberg, Alemania: Springer. cial Science Quarterly, 94(3), 691–714. Attari, S. Z. (2014). Perceptions of water use. Procee- Blaikie, P. M., y Brookfield, H. C. (eds.). (1987). Land dings of the National Academy of Sciences of the degradation and society. Nueva York, EE.UU.: United States, (14), 5129. Methuen. Bakker, K. (2005). Neoliberalizing nature? Market en- Bourdieu, P. (1977). 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