UNIVERSIDAD DE COSTA RICA SISTEMA DE ESTUDIOS DE POSGRADO ANÁLISIS DE DISCURSOS Y NARRATIVAS DE LA CONSTRUCCION PERIODÍSTICA DE LAS NOTICIAS EN LAS QUE SE REPRESENTA LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN LAS DIARIO NACIÓN Y DIARIO EXTRA (2008-2011) Tesis sometida a la consideración de la Comisión del Programa de Estudios de Posgrado en Estudios de la Sociedad y la Cultura para optar al grado y título de Doctorado Académico en Estudios de la Sociedad y la Cultura YANET MARTÍNEZ TOLEDO Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, Costa Rica 2022 A las mujeres. Todas. Con sus identidades de género y orientaciones sexuales. A las mujeres. Todas. A as que hablan, a las que gritan, a las que son escuchadas, A las que el sistema persiste en desoír. Todas ii Agradecimientos Este documento, más que un punto final, es un momento en un viaje. Un viaje que desde un inicio hice acompañada A continuación, abro un espacio para agradecer a quienes han estado de una u otra manera: - Al cuerpo docente del DESC por hacer posible esta travesía a través de los cursos y los espacios de discusión - A Roxana Reyes Rivas, “mi santa”, quien me cobijó académica y emocionalmente desde que llegué a este país - A Giselle Chang “Chan-Chan” por el acompañamiento en los primeros años de ubicación en el paisaje costarricense - A las compañeras y compañeros de doctorado, por sus ideas y apertura - A Carolina Carazo, quien en estos años no ha dejado de preguntar por la tesis - A mi mamá y mi hermano, a quienes he dedicado las tesis anteriores y a quienes pienso en la distancia - A las Brujeres: Guiselle, Luisa, Lisbeth, Maggie, porque con ellas he aprendido de sororidad dentro y fuera de la universidad - A aquellas personas a las que he acompañado en sus procesos de tesis de grado y posgrado, y de quienes he aprendido de investigación, de motivaciones y de retos - A José Luis Arce y Larissa Tristán por cubrir y permitirme esconderme de las demandas de la gestión en los últimos meses de la tesis - A Patricia Vega de quien he aprendido qué significa ser mujer e investigadora sin morir iii en el intento - A Montserrat Sagot, por su trabajo teórico y por el acompañamiento intelectual - A José Fonseca, por darme pelota en este viaje narrativo - A Eric, por acompañarme en un proceso largo que incluye esta tesis, una boda, una naturalización, 10 años de interinazgo, un hijo y una dirección de centro de investigación. Gracias por tanto. - Y finalmente a Ignacio, quien ha crecido viendo a su madre siendo una mujer trabajadora, pensadora e indisciplinada iv Hoja de aprobación v Tabla de contenido Agradecimientos 2 Hoja de aprobación 4 Resumen 7 Lista de tablas 8 Lista de figuras 10 Prefacio 11 Introducción 1 1. Justificación 4 2. Objetivo general 6 2.1. Objetivos específicos 6 3. Estado de la cuestión 7 3.1. Visibilización mediática de la VcM en los medios de comunicación 7 3.2. Construcción de la VcM: la relación víctima-agresor 12 3.3. Responsabilidad mediática en la representación de la VcM 17 3.4. Narrativas de la VcM en los medios de comunicación 18 3.5. Síntesis y cierre 20 4. Marco Contextual 22 4.1. Leyes para la defensa de los derechos de las mujeres 22 4.2. Datos estadísticos sobre VcM en Costa Rica (2008-2011). 33 4.3. Medios de comunicación y VcM 37 5. Marco Teórico 39 5.1. Un acercamiento a las noticias como construcción social 39 5.2. VcM en la narrativa noticiosa 42 5.3. Las noticias como historia y como discurso 46 5.4. Crítica narrativa desde la perspectiva feminista 55 5.5. Feminismo e interseccionalidad como marcos de análisis 59 6. Metodología 64 6.1. Criterios para la selección de los casos 64 vi 6.2. Fases de la investigación 65 6.3. Recolección de información 67 6.4. Criterios de selección del corpus 67 6.5. Descripción de recolección de información 68 7. Resultados 71 7.1. Estrategias narrativas para la construcción de la VcM 71 7.1.1. Agencia y subordinación en la narración de la VcM 80 7.1.2. Jerarquías: El delito en la ‘Entrada’, las mujeres en los ‘Detalles’ 81 7.2. La historia (story) y su construcción periodística 109 7.3. La construcción mediática de la agencia de las mujeres frente a la VcM 119 7.3.1. Las acciones institucionales en la prevención, atención y erradicación de la VcM 119 7.3.2. La modificación a la LPVCM 125 7.3.3. Las marchas como marco de acción 129 7.3.4. La agencia individual de las mujeres frente a la violencia 133 7.4. La construcción de la mujer-víctima en la narrativa periodística 142 7.4.1. La mujer-víctima de violencia institucional 143 7.4.2. La mujer-víctima de violencia sexual 144 7.4.3. La mujer-víctima de violencia femicida 163 7.5. Códigos culturales 171 7.5.1. Naturalización de la VcM 171 7.5.2. Silenciamiento de voces de las mujeres 177 7.6. Síntesis y cierre 178 8. Conclusiones 184 Referencias bibliográficas 195 Notas periodísticas 207 9. Anexos 210 9.1. Extracto de Matriz de análisis cuantitativo, Diario La Nación 210 9.2. Extracto de Matriz de análisis cuantitativo, Diario Extra 213 9.3. Listado de fichas de análisis de notas 262 9.4. Notas periodísticas analizadas en La Nación y Diario Extra 263 vii Resumen Esta investigación tiene como objetivo analizar las narrativas de la violencia contra las mujeres en las noticias publicadas en las ediciones digitales los diarios La Nación (Diario La Nación) y La Extra (Diario Extra) (2008-2011). La investigación tiene tres fases: 1) Caracterizar las estrategias narrativas empleadas en las notas para la representación de: víctimas, agresores, testigos y fuentes oficiales. 2) Diferenciar personajes presentes en las noticias atendiendo a su relación con la violencia y el rol que cumplen en la narración. 3) Identificar los marcos de experiencia a partir de los que se construyen los tipos de violencia que forman parte de los eventos narrados en las noticias: concepción del espacio- escenario, los personajes y sus conflictos. El documento está dividido en cinco capítulos. El primero dedicado a describir el diseño de la investigación. El segundo se concentra en el análisis narrativo como perspectiva teórica para comprender las historias narradas en las noticias. El tercero presenta la perspectiva metodológica de la investigación, en la que se describen las dimensiones discursiva y narrativa del análisis, siguiendo el aporte de Chatman (1978). El cuarto está dedicado a presentar los resultados, y consta de dos grandes apartados. Uno en que se realiza la descripción de los resultados del análisis de las noticias en clave discursiva y narrativa. Y finalmente, el quinto se concentra en exponer las conclusiones del estudio a partir de la descripción y análisis de los hallazgos de la investigación. viii Lista de tablas Tabla 1 Categorización y tipos de violencia en Ley CVD y Ley PVC 25 Tabla 2 Modificaciones a Artículos 22 y 25 de LPV CM (2007) 29 Tabla 3 Análisis dimensión discursiva 65 Tabla 4 Análisis dimensión narrativa (story) 66 Tabla 5 Temas abordados en las noticias de Diario La Nación y Diario Extra Reporte general (2008-2011) 78 Tabla 6 La Nación: Sección Nacionales 83 Tabla 7 La Nación: Sección Sucesos y Judiciales 85 Tabla 8 Diario Extra: Sección Nacionales 89 Tabla 9 Diario Extra: Sucesos y judiciales 92 Tabla 10 Representación de los hechos noticiosos en los titulares, según sección (Diario La Nación y Diario Extra, 2008-2011) 98 Tabla 11 Relación entre hechos y acciones según sección (Diario La Nación y Diario Extra, 2008-2011) 102 Tabla 12 Descripción de personajes y escenarios, según Chatman (1978) 111 Tabla 13 Relación entre personajes y escenarios 113 Tabla 14 Ficha 1. Nota Mujeres definen plan para frenar violencia, (Mata, 27- 11-2009) 121 Tabla 15. Ficha 2. Nota “Aumentan asesinatos de mujeres pese a nueva Ley” (Mata, 13-07-2008) 126 Tabla 16 Ficha 3. Nota “Sala IV anula dos artículos de Ley contra violencia” (Ávalos, 17-10-2008) 127 Tabla 17 Ficha 4. Nota “Marcha contra la violencia termina en violencia” (Leandro, 26-11-2010) 131 ix Tabla 18 Ficha 5. Nota “Supuesta víctima de violación retira demanda” (Moya, 30-09-2010) 135 Tabla 19 Ficha 6. Nota “Mujer mata a agresor para evitar violación en potrero” (Umaña, 14-10-2010) 139 Tabla 20 Ficha 7. Nota “Cada día siete menores son víctimas de abusos sexuales” (Aguilar, 21-11-2010) 146 Tabla 21 Ficha 8. Nota “Sacerdote jura ser inocente de abuso sexual” (Leandro, 31-07-2010) 149 Tabla 22 Ficha 9. Comparación entre las notas “Cae viejo verde “viola sirvientas””, (Mesa, 12-7-2008) y “Anciano contrataba empleadas domésticas para violarlas” (Arguedas, 12-7-2008) 152 Tabla 23 Ficha 10. Comparación entre las notas “Caen 11 por orgía con 2 hermanas” (Estrada, 4-6-2010) y “11 detenidos por abuso sexual de dos menores” (Arguedas, 4-6-2010) 158 Tabla 24 Serialización de las noticias en casos de femicidio. Sucesos-Diario La Nación y Sucesos-Diario Extra (2008-2011). Femicidio de adolescente, Los Guido, Desamparados 165 Tabla 25 Uso de lenguaje coloquial y no especializado (periodismo y derechos humanos) para narrar la violencia sexual 172 x Lista de figuras Figura 1. Porcentaje de llamadas a 9-1-1 por violencia de género (2008-2011) 34 Figura 2. Distribución de informes policiales de la Fuerza Pública. Tipo de violencia (2008-2011) 35 Figura 3. Estadísticas de femicidios en Costa Rica (2008-2011) 36 Figura 4. Componentes de la narrativa como historia y como discurso 47 Figura 5. Modelo de redacción periodística “Pirámide invertida” 53 Figura 6. Total de notas Diario La Nación y Diario Extra (2008- 2011) 72 Figura 7. Cantidad de notas La Nación (2008-2011) 75 Figura 8. Cantidad de notas Diario Extra (2008-2011) 76 Figura 9. Interrelación entre hecho-acciones-personajes-escenario 115 Figura 10. Organización narrativa de las noticias sobre femicidios, Diario La Nación y Diario Extra (2008-2011) 168 xi Prefacio La idea de esta tesis inició aproximadamente en el año 2011. Llevaba tres años viviendo, trabajando y estudiando en Costa Rica, se puede decir que me había aclimatado y que culturalmente comenzaba a sentirme en casa. En muchos sentidos, migrar ha significado reinventarme como estudiante, docente e investigadora. Cuando llegué a Costa Rica a estudiar en el doctorado venía con mi tema de tesis de maestría fresco. Y pensaba que podría realizar un análisis comparativo entre el tema de investigación desarrollado en Cuba y la realidad costarricense: el modelo de televisión cultural y su impacto en la sociedad. Los primeros acercamientos empíricos me permitieron identificar que una tesis sobre modelo cultural de televisión, en un país donde prima el modelo comercial, quizá no sería lo más apropiado (aunque en estos momentos pienso que sería viable e interesante). Así que comencé a buscar áreas de trabajo que respondiera a mis intereses. El primero en la lista eran los estudios feministas sobre los medios de comunicación. La selección inicial del tema respondió a una curiosidad y una necesidad. El camino inició con una interrogante acerca de la representación noticiosa de las mujeres en las noticias de sucesos en Costa Rica. A diferencia del costarricense, el modelo hegemónico de periodismo en Cuba no contempla las noticias de sucesos dentro de su enfoque periodístico. El conocimiento sobre crímenes, delitos o procesos judiciales eran conocidos por la ciudadanía por la vía de las comunicaciones informales o por la construcción ficcional de los casos policiales más impactantes, vía series policiacas de producción nacional. Llegar a Costa Rica y constatar que los medios de comunicación escritos, televisivos y radiofónicos dedicaban una importante porción de su producción a las noticias de sucesos, xii llamó inmediatamente mi atención. Especialmente por el lugar que ocupaban en aquel entonces en la vida cotidiana de las personas. La gente solía y suele hablar en espacios de reunión o encuentros informales sobre “allanamientos”, “atracos”, y también sobre “asesinatos”. Al inicio me impactó cómo las personas podían estar en una soda, en el comedor de la oficina o en una cafetería escuchando esas noticias mientras comía y conversaba con personas conocidas o familiares. Un segundo detonante que me atrajo a este tema fue que un día, durante un almuerzo, un noticiero nacional cubría que un vecino de una comunidad había encontrado el cuerpo sin vida de una mujer de la comunidad, que había sido reportada como desaparecida días antes. Lo que más me impactó, además de la violencia del hecho, fue que cuando le preguntaron a un testigo acerca del suceso, este comenzó a referirse a la inseguridad que se vivía en Costa Rica; pero no hizo ninguna referencia a la violencia que llevó a la muerte de la mujer. Además, me llamó la atención la carencia de conocimientos y enfoque de derechos de las mujeres en la representación informativa de las mujeres en las noticias. Aunque no debería esperarse que el testigo tuviera enfoque de género en su reflexión sobre la violencia, pero ¿y el medio? Como docente de una escuela en la que se forman profesionales de la comunicación esta pregunta inicial llevó a la siguiente: ¿establecemos procesos de enseñanza-aprendizaje con perspectiva de género en comunicación? Y así comenzó la travesía de investigación en un proceso de búsqueda teórica y metodológica que inició por la seguridad ciudadana de las mujeres, para pasar por análisis crítico del discurso y finalmente adentrarse en el mundo de las narrativas periodísticas. Fue un camino experimental que se pregunta cómo los medios construyen la narrativa sobre la misma. El interés por la narrativa busca responder a cómo los medios de comunicación reproducen nociones y sentidos comunes en torno a la violencia como delito. Cómo construyen la xiii relación entre agresores y víctimas. Especialmente, cómo en las noticias confluyen distintas voces: fuentes oficiales, testigos, organizaciones de mujeres, etc. Desde las noticias se construye una representación de lo social mediada a partir de historias que tienen una determinada estructura y contenidos que forman parte de las lógicas de producción noticiosa, desde la recolección de la información hasta la escritura. Y así comenzó esta tesis, como un viaje para comprender el rol de los medios de comunicación en la construcción social de la violencia contra las mujeres, a partir de la creación de una narrativa sobre la violencia que privilegia su dimensión expresiva (Segato, 2018) a la vez que contribuye a su naturalización, más que a su crítica y superación. Por eso en esta tesis se analizan las narrativas periodísticas de la VcM, enfocada en las versiones digitales de los diarios costarricenses La Nación (Diario La Nación) y Diario Extra (Diario Extra). Se analizan tanto las estructuras de transmisión, los contenidos y los códigos compartidos (por profesionales de la comunicación, fuentes oficiales, expertas y testigos) (Chatman, 1978; Goffman, 2006) que contribuyen a una determinada representación de la violencia en las noticias. xiv 1 Introducción Esta investigación tiene como objetivo fundamental, analizar las narrativas de la violencia contra las mujeres en las noticias publicadas en las ediciones digitales los diarios La Nación (Diario La Nación) y La Extra (Diario Extra) (2008-2011). La investigación se divide en tres fases: 1) Caracterizar las estrategias narrativas empleadas en las notas para la representación de: víctimas, agresores, testigos y fuentes oficiales. 2) Diferenciar personajes presentes en las noticias atendiendo a su relación con la violencia y el rol que cumplen en la narración. 3) Identificar los marcos de experiencia a partir de los que se construyen los tipos de violencia que forman parte de los eventos narrados en las noticias: concepción del espacio-escenario, los personajes y sus conflictos. Para el análisis de las narrativas noticiosas se parte de la noción de que la violencia contra las mujeres es un asunto público y político (Sagot, 2008, p. 38), tomando los aportes de la teoría feminista en el campo de los estudios en comunicación que reposiciona el interés público de la violencia. Esto posibilita la visibilización y discusión social sobre la violencia contra las mujeres como un eje de la política feminista y su posterior cooptación por las dinámicas productivas de los medios de comunicación. Existe una tendencia en los estudios de noticias feministas no comunicacionales a entender las noticias como un producto 'noticia' y no como proceso de interacciones sociales en los que los códigos construidos se condensan para presentarse en un texto. En esta 2 investigación se realiza un aporte a los estudios feministas de la comunicación al realizar un análisis de noticias como producto cultural, lo que quiere decir que los contenidos (historias) en las que se representa la violencia contra las mujeres y las estructuras a través de las cuales se trasmiten dichos contenidos (discursos) (Chatman, 1978) están entrelazados para ofrecer un producto que trasmite ciertos códigos culturales respecto del género, la violencia y los derechos de las mujeres en los marcos estructurales del periodismo. Uno de los problemas de la aplicación de los resultados de los estudios feministas en comunicación es la falta de incidencia frente a los medios de comunicación. Resulta difícil, en términos empíricos, que los medios se sientan aludidos cuando se realiza un análisis crítico de noticias, especialmente cuando se refiere a sectores vulnerables. En parte este desencuentro entre investigación y ejercicio periodístico se debe a que no hay una comprensión de cómo funcionan los medios como organización y no solo como productores de mensajes. En esta investigación se entiende que la producción periodística tiene lógicas de redacción, de organización de secciones, de uso de lenguaje que no son arbitrarias, sino que responden a formas de narrar la realidad que establece una jerarquía narrativa (pirámide invertida), que tiende a privilegiar el hecho y la actualidad (5w) y que por tanto todo contenido (historia) noticioso debe ser pensado en el marco de dichas estructuras (discurso) (Chatman, 1978). Para hacer posible un diálogo entre contenido y estructura se partió del análisis narrativo de las noticias, en su dimensión estructural y simbólica (Chatman, 1978). En la primera fase se realizó una descripción de las noticias atendiendo a: en qué secciones de los diarios aparecen, cuáles son los personajes que se involucran en la historia, cuáles son los tipos 3 de violencia representados. En la segunda se realizó un análisis de los marcos (frames) que sustentan las noticias (género periodístico, códigos compartidos, fuentes citadas). Posteriormente, el análisis se centró en la construcción de la trama como forma específica de representación de una historia, los tipos de violencia representados, así como la relación víctima-agresor. El documento está dividido en ocho apartados que incluyen: diseño de la investigación (justificación, objetivos, estado de la cuestión) y abordajes contextual, teórico y metodológico, resultados y conclusiones. El abordaje teórico, que tiene dos líneas centrales: el análisis narrativo como perspectiva teórica para comprender las historias noticiosas; y la categoría interseccionalidad como marco crítico de comprensión de desnaturalización de la violencia narrativa que ejercen los medios como productores de noticias. En la perspectiva metodológica de la investigación, en la que se describen las dimensiones discursiva y narrativa del análisis, siguiendo el aporte de Chatman (1978). La presentación de los resultados consta de dos grandes apartados: uno en que se realiza la descripción de los resultados del análisis de las noticias en clave discursiva y narrativa. Y finalmente, exponen las conclusiones del estudio a partir de síntesis de los hallazgos de la investigación y la elaboración de recomendaciones al campo de la comunicación feminista en su dimensión académica y profesional. 4 1. Justificación La representación noticiosa de la violencia contra las mujeres ha formado parte de la agenda de organismos internacionales (como la Organización de Naciones Unidad) y se ha materializado mediante instrumentos normativos internacionales y nacionales creados para la defensa y promoción de los derechos humanos de las mujeres. Por ejemplo, la Convención de Belém do Pará que alienta “a los medios de comunicación a elaborar directrices adecuadas de difusión que contribuyan a erradicar la violencia contra la mujer en todas sus formas y a realzar el respeto a la dignidad de la mujer” (Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, 2008) Además, ha estado en la agenda política y de investigación feminista desde la década de 1970 (Berns, 2004, p. 222). Esto podría llevar a la pregunta de ¿por qué seguir estudiando este tema cuarenta años después? Una respuesta plausible, aunque no la única, es el papel que juegan los medios de comunicación (televisión, prensa escrita) y sus diferentes formatos (ficción, noticia) en el conocimiento y discusión de la violencia doméstica (y otras expresiones de violencia) (Berns, 2001, p. 222). Los medios permiten connocer y discutir la violencia, pero es importante preguntarse cómo dicha reprentación impacta, a la vez que es construida por, las nociones sociales de violencia contra las mujeres que comparten audiencias, fuentes y profesionales de la comunicación. En términos generales, la pregunta sigue siendo: ¿cómo representan los medios la violencia contra las mujeres?pero sobre todo ¿cuáles son las condiciones de posibilidad de dicha representación? Por eso es necesario estudiar las narrativas mediáticas de la violencia contra las mujeres en la actualidad, porque permite trascender la descripción crítica de lo que dicen los medios, cómo lo dicen y en qué contextos para comprender cuáles serían los códigos compartidos 5 en torno a la violencia que comparten los y las periodistas con las fuentes citadas en las noticias, con testigos de los hechos, con las voces expertas; y la forma en que operan en la construcción de las noticias. Y finalmente, cómo estos códigos son insertados dentro de las estructuras de la escritura periodística. Es preciso indagar cómo se construyen las narrativas de la violencia contra las mujeres como historia y como discurso (Chatman, 1978, p. 19) tomando en consideración que cada vez más el periodismo se mueve de la neutralidad y la pretensión de objetividad a una representación ficcional de la vida cotidiana a través de las noticias (Eco, 1996). Se eligió realizar esta investigación en Costa Rica como territorio político, cultural y geográfico por varias razones. En primer lugar, es el país en el que los medios de comunicación me interpelan con mayor frecuencia. Mi realidad cotidiana en tanto sujeto mujer dialoga, discute y refuta las representaciones noticiosas de las mujeres en general y de la violencia en particular. En términos comunicacionales, Costa Rica como locación tiene un ecosistema mediático que se caracteriza por el predominio de medios privados, sobre proyectos de comunicación estatal o pública; los conglomerados de comunicación pertenecen a empresas privadas. Este documento se presenta con la finalidad de contribuir a la comprensión de las condiciones de posibilidad de la representación noticiosa de la violencia contra las mujeres mediante el análisis articulado de las noticias como historias, lo que implica entenderlas desde la perspectiva de los contenidios y de la estructura. Lo fundamental en este trabajo es dar cuenta de las complejas redes que articulan los códigos culturales socialmente construidos en torno a las desigualdades de género y la violencia contra las mujeres; y cómo estas se evidencian en el modo en que narra la historia noticiosa. 6 2. Objetivo general Analizar las narrativas de la violencia contra las mujeres en las noticias publicadas en las ediciones digitales los diarios La Nación (Diario La Nación) y La Extra (Diario Extra) (2008- 2011) 2.1. Objetivos específicos Caracterizar las estrategias narrativas empleadas en las notas para la representación de: víctimas, agresores, testigos y fuentes oficiales. Diferenciar personajes presentes en las noticias atendiendo a su relación con la violencia y el rol que cumplen en la narración. Identificar los marcos de experiencia a partir de los que se construyen los tipos de violencia que forman parte de los eventos narrados en las noticias: concepción del espacio-escenario, los personajes y sus conflictos. 7 3. Estado de la cuestión Los textos que se analizan en este apartado dan cuenta de la importancia que se ha conferido al discurso periodístico y las prácticas culturales en torno a la representación informativa de la violencia contra las mujeres, tanto desde perspectivas de investigación tradicionales (análisis de contenido noticioso, análisis del discurso, narrativo y de framing) como aquellas que estudian las relaciones entre noticias y prácticas culturales hegemónicas, y por último, aquellas que identifican el rol de movimientos feministas y de mujeres en el desarrollo de la representación informativa de la violencia contra las mujeres. En este apartado se enfatiza en aquellas investigaciones que desde una perspectiva crítica se acercan a este complicado tema de la representación de la violencia contra las mujeres en las noticias, aunque se incluyen investigaciones de otros formatos, por ejemplo, la ficción cinematográfica (Martínez, 2011) y el Reality (Cavender, Bond y Jurik, 1999) Atendiendo a los resultados de la búsqueda se realizó una sistematización de temáticas y tendencias de las investigaciones encontradas, identificando los siguientes ejes de análisis: 1) Visibilización mediática de la violencia contra las mujeres en los medios de comunicación social. 2) Construcción de la violencia contra las mujeres: la relación víctima-agresor, 3) Análisis del papel de los medios de comunicación en la representación de la violencia contra las mujeres, 4) Perspectiva narrativa de análisis de noticias. 3.1. Visibilización mediática de la VcM en los medios de comunicación Pareciera, siguiendo los resultados de la búsqueda, que existe un consenso en torno al avance histórico de la visibilización de la violencia contra las mujeres en los medios de 8 comunicación. La llegada de los temas de violencia contra las mujeres en los medios de comunicación se debe, según diferentes autoras, en un principio al interés por parte de organizaciones de mujeres y feministas por visibilizar las formas de violencia y discriminación de las mujeres (especialmente aquellas confinadas al espacio privado- doméstico) como un problema social y abrir el debate en torno al tema (Kinahan, 2006; Carballido, 2007, p. 212). Los primeros resultados de estas presiones pueden localizarse en la década de 1980 (Laudano, 2010, p. 42; Berns, 2001, p. 7; Carballido, 2007, p. 221) de manera simultánea con procesos de incidencia política a nivel internacional en materia de erradicación de la violencia contra las mujeres1 (UNIFEM-PNUD, 2008, p. 13) y con la incorporación de feministas a la investigación sobre el papel y presencia de las mujeres en los medios de comunicación (Laudano, 2010, p. 42; Berns, 2001, p. 7) en consonancia con estudios de actitudes sociales en torno a la violencia contra las mujeres. (Nazar y Kouzekanani, 2007, p. 643). En los países anglosajones el abordaje de la violencia contra las mujeres en los medios de comunicación comienza a tener presencia, según Carballido a finales de la década de 1970 (2007, p.220), a diferencia de España. En este país inicia a finales de la década de 19802 y tiene como antecedente la creación del Instituto Nacional de las Mujeres en 1983 (p. 222). Mientras en Argentina: 1. La instalación del tema en los medios de comunicación a fines de los años ‟80. 1 La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres y su Protocolo Facultativo recomienda a los medios de comunicación que “Se adopten medidas eficaces para garantizar que los medios de comunicación respeten a las mujeres y promuevan el respeto a las mujeres. (UNIFEM, 2008, p. 172) 2 Berns (2004, p. 643) y Carballido (2007, p. 222) destacan la importancia del movimiento feminista en la visibilización de la violencia contra las mujeres desde la década de 1970 en sus respectivos países. En el caso de España, es importante destacar los procesos de democratización posterior al franquismo, y la importancia de las luchas de las mujeres dentro de este proceso. 9 2. La exhibición de la violencia de género como espectáculo televisivo a mediados de los años ‟90. 3. En la actualidad, dos estrategias retóricas -que invisibilizan la violencia hacia mujeres aún con grados intensos de exhibición de casos y testimonios- construidas en torno a crímenes pasionales‟. (Laudano, 2010a, p. 89) Carballido (2007) y Berns (2001) coinciden con Laudano (2010a) en que en la década de 1990 se produce una especialización del discurso mediático, informativo-noticioso y de entretenimiento en periodismo escrito y en producción audiovisual en la representación noticiosa de la VcM. Las autoras señalan dos hitos importantes: la especialización periodística y rutinización de las prácticas profesionales en la construcción de noticias (Laudano, 2010); y la creación de géneros híbridos entre el entretenimiento y la información que se concentran en aportar testimonios de víctimas de violencia (fundamentalmente agresión sexual y violencia doméstica3). Un ejemplo de esto es el análisis del programa televisivo estadounidense America 's Most Wanted (AMW) (Cavender, Bond y Jurik, 1999). En el mismo las historias presentan narraciones de mujeres sobrevivientes a experiencias de violencia sin romper con los dictados hegemónicos de las representaciones de víctimas, crímenes violentos y hombres agresores que priman en la producción dramatizada, noticiosa o de los Realities criminales (p. 647). Siguiendo esta línea de especialización periodística que sucede en la década de 1990, Dader (2003) afirma, poniendo como ejemplo el caso de España, que si bien hubo una mayor visibilización en las noticias, esta se debió fundamentalmente a la representación 3 La visibilización de la violencia doméstica como problema mediático y público inicia a partir de la década de 1970, con las demandas de los movimientos feministas y de mujeres porque tanto la justicia penal como los medios de comunicación coloquen el tema. En este sentido, el texto de Laudano (2010) contribuye a reconstruir este proceso históricamente. 10 informativa de casos espeficios de violencia contra las mujeres, y no necesariamente a un aumento de la representación de las mujeres en otros ámbitos sociales, generándose una tensión entre la presencia de casos de VcM y las noticias relacionadas con las mujeres en tanto sujetos sociales. (Dader, 2003, p. 27). Siguiendo a las autoras antes citadas, en la década de 1990 se hablaba de violencia contra las mujeres, pero privilegiando su representación como víctimas y siguiendo los patrones previos de construcción de noticias aplicables a las estructuras periodísticas tradicionales incluyendo: criterios de noticiabilidad, concentración en el hecho y no en el contexto, individualización del caso, reforzamiento de la representación de las mujeres como víctimas de agresión, ocultamiento e incluso negación de relaciones de poder de género entre hombres y mujeres (Berns, 2001, p. 268). Pero los medios de comunicación, especialmente la televisión y la prensa escrita, han sido objetos privilegiados de los estudios feministas acerca de la representación noticiosa de la VcM, pero no han sido los únicos. Aunque pocas, existen investigaciones significativas que indagan sobre las producciones de comunicación alternativas. Por ejemplo, la experiencia de Radio Feminista Internacional (FIRE) en la representación noticiosa de conflictos armados desde la perspectiva de las mujeres (Thompson, et al, 2007, p. 435). El objetivo de la investigación fue mostrar otras formas de comunicación en las que, en lugar de revictimizar a las mujeres, desde el imaginario patriarcal masculino, se narre sus experiencias como agentes de paz y organizadoras de los espacios familiares en contextos de conflicto armado (p. 435). En el texto, además, recuperan la experiencia de las mujeres como productoras de comunicación en zonas de conflicto armado. Mediante procesos de empoderamiento y capacitación grupos organizados de mujeres, utilizando a FIRE como plataforma generan 11 un espacio en el que comparten experiencias de agencia para enfrentar la violencia (p. 440). A pesar de la importancia de este tipo de investigaciones, únicamente se encontraron dos trabajos que dan cuenta de este tipo de experiencias: el citado de FIRE y una sistematización de experiencias del trabajo realizado por la organización social nicaragüense Puntos de Encuentro (Juárez, 2013), haciendo referencia a la revista La Boletina. En el texto se evidencia la importancia de la revista en la promoción de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y en la construcción colectiva de conocimientos de las mujeres que han sido lectoras de esta. También se encontraron dos investigaciones que realizan evaluaciones de campañas (Wright, 2007) y medios de comunicación (Monárrez, 2007) desde una perspectiva social y campañas comunicativas. Wright (2007) realiza un análisis de la campaña ‘Ni una más’, organizada por varias ONG en México en el año 2002 con la finalidad de denunciar los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez (Wright, 2007, p. 49). Este artículo examina el discurso social en torno a las mujeres desaparecidas en Juárez. Además, desarrolla teóricamente las nociones de “mujer pública”, y sus implicaciones en el curso legal de las demandas desarrolladas por las familias de estas mujeres (p. 49).. Monárrez (2007) destaca el énfasis que hacen los medios en el dolor de las familias de las mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez. La autora denomina ‘dolorismo’ a la exposición mediática del dolor y lo define como: (...) el uso y abuso del desconsuelo, la congoja, el sufrimiento y la pena acumulada en familiares de víctimas. Esta carga de agravios es utilizada por diferentes ‘yos’ en forma dramatizada y de manera colectiva para generar lástima y descrédito para quienes se encuentran en el campo de la violencia. Este proceso representa a las víctimas como figuras distorsionadas, torcidas y carentes de un razonamiento lógico 12 más allá de la expectativa de generar un malestar colectivo, desprovisto de alivio o reivindicación de su existencia de víctimas (p. 121). Ambas investigadoras coinciden en que los medios de comunicación juegan un importante papel en la representación exacerbada del dolor de los otros y otras. Además de ser personajes protagónicos en la construcción de la violencia que se concentra en los casos específicos y no necesariamente en la construcción social del asesinato de dichas mujeres. 3.2. Construcción de la VcM: la relación víctima-agresor Como se adelantó en el apartado acerca de los tipos de violencia representados en los medios, existe una supremacía de la representación noticiosa de la VcM en el espacio doméstico (Martínez, 2011; Cavender, Bond-Maupin y Jurik, 1999; Eschholz y Bufkin, 2001; Sacco, 1995; INAMU, 2013; Harris y Bird, 2005; y otras). Según las investigaciones analizadas en este apartado los medios de comunicación abordan este tema colocando el énfasis en la relación entre víctima y agresor, independientemente del medio (televisión o prensa escrita) o su alcance territorial (nacional, regional). Podría hablarse, irónicamente, de una globalización del abordaje de la VcM, dada la repetición del patrón de representación noticiosa en distintos países. A partir del análisis se puede concluir que los medios otorgan un papel central a la relación víctima-agresor en el marco de relaciones de pareja y en el espacio privado. Por tanto, representan menos otras formas de VcM, como por ejemplo, la dependencia económica y patrimonial como expresiones de violencia basada en género. En el proceso de construcción del estado de la cuestión se hallaron investigaciones cuyo denominador común es hacer una descripción crítica de las noticias dan cuenta de lo que los medios ya hacen de manera sistemática y denuncian esa determinada representación 13 informativa, pero sin hacer uso de técnicas o métodos de análisis crítico del discurso. Le llamo descripción crítica porque en su mayoría estas investigaciones, ya sea mediante el análisis cuantitativo de contenidos (INAMU, 2013; Harris y Bird, 2001; Calandria, 2012; Herrera, Farrera, Multi, Sierra, Giró, 2010) o utilizando metodologías de monitoreo de medios, han visibilizado cómo las noticias reproducen las desigualdades de género y diversos mitos en torno a la naturaleza agresiva de los hombres y pasiva de las mujeres. Otro abordaje metodológico hallado en los estudios analizados fue el análisis de casos de gran impacto mediático (Vázquez y Díaz, 2012, Martínez, 2011; Stillman, 2007). Dichos estudios se enfocan en la representación de las víctimas de violencia de pareja (descritas con indicadores de clase social, etnia o raza) atendiendo a su relación con el agresor, (descritos con indicadores de clase social, etnia o raza), y en el acto violento (descritos por los indicadores: tipo de agresión, consecuencias, construcción del discurso que responsabiliza a las víctimas) (Meyers, 1997; Stillman, 2007; INAMU, 2013, Kosol, 1995). El estudio de Harris y Bird (2005) plantea que aún se manifiesta en los medios una tendencia a centrarse en la representación de los hombres como centro de las noticias sobre violencia, especialmente en su rol como perpetradores. Esto tiene sentido siendo que se trata de VcM basada en la diferencia de género. Pero, siguiendo a las autoras: ¿cuáles serían las implicaciones sociales de representar estas historias desde la perspectiva de las mujeres como sobrevivientes y no como víctimas de violencia? (p. 92). Al centrarse en el perpetrador y en los actos de violencia y no en las historias y experiencias de las mujeres, las noticias contribuyen a la reproducción de estereotipos de género (p. 93) y por tanto a la violencia simbólica. Por último, destacan las investigaciones que han denunciado sistemáticamente la representación sexista, discriminatoria por parte de los medios y la forma en la que 14 contribuyen a la invisibilización de la autonomía de las mujeres al enfrentar la violencia. El monitoreo de medios, en tanto estrategia de vigilancia ciudadana, hace visible el estado de la representación de las mujeres en las noticias. Dentro de este tipo de estudios se encuentran los realizados por dos observatorios costarricenses: el Observatorio de Género y Medios Centroamericano (GEMA) que se autodenomina como “un espacio de encuentro y diálogo entre la ciudadanía, los medios de comunicación, las industrias culturales, las empresas de publicidad y profesionales de la comunicación” (GEMA, 2015); y el Observatorio de Imagen de las Mujeres en la Publicidad (OIMP), del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer de la Universidad de Costa Rica, cuyo objetivo es denunciar la publicidad sexista en el país (OIMP, 2016). En el proceso de construcción de este apartado se encontró una preponderancia de los estudios de caso como método de análisis en las investigaciones de carácter académico. También se encontró como denominador común el uso de la investigación siguen el modelo crítico y de denuncia, centrándose en historias cuyo impacto mediático ha sido importante (Kosol, 1995; Stillman, 2007). Este tipo de investigaciones ahonda en la producción académica estadounidense y anglosajona. Por ejemplo, el estudio del tratamiento noticioso del asesinato de su pareja por O. J. Simpson (Kosol, 1995) o la desaparición de una niña estadounidense de 8 años que tuvo repercusión nacional en Estados Unidos (Stillman, 2007). En lo que respecta al análisis de producciones audiovisuales aparecen las investigaciones de Martínez (2011) y De Pozzio (2010). De Pozzio analiza dos documentales acerca de los femicidios perpetrados en Ciudad Juárez y su relación con el TLCAN (Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá): Martínez (2011), a partir del análisis de tres películas estadounidenses: The Color Purple, Sleeping with the Enemy y The Girl with 15 the Dragon Tattoo se intenta evidenciar el uso de técnicas retóricas que legitiman la violencia. Ambos análisis concluyen la existencia de: patologización del agresor, marco de empoderamiento de la víctima, narrativas de adicción y de traumas de infancia, construcción mitológica de la violencia y exclusión (Martínez, 2011, p. iii). En el análisis de la relación víctima-agresor, la autora expone dos técnicas de legitimación de la violencia: la patologización del agresor y el empoderamiento de la víctima. El primer filme, expresa la autora, convierte el abuso en un hecho aislado producido por un sujeto ‘enfermo’ y no lo ve como un problema social colectivo (Martínez, 2011, p. 8). Estas técnicas van generalmente de la mano del discurso que responsabiliza a la persona sobreviviente o víctima de la agresión (Martínez, 2011, p. 8). En los otros dos filmes se legitima la violencia en tanto asunto privado y no público (p. 9), pues depende de la capacidad de agencia de la víctima que esta sobreviva o no las situaciones de violencia. Desde el punto de vista de las narrativas mediáticas la construcción de la heroína se fundamenta en la capacidad de ésta para superar las adversidades individualmente. En aquellos casos en que las víctimas no logran “salir” de la situación de violencia (Kosol, 1995; Meyers, 1997, pp. 40-51) se hace referencia entonces a su falta de agencia o sus limitaciones individuales para salir por sí misma. El estudio sobre el Reality Show4 America 's Most Wanted (Cavender, Bond y Jurik, 1999), se analiza cómo la ficción y las noticias sobre crímenes ofrecen una representación similar de las víctimas: mujeres jóvenes, vírgenes o madres, menores de edad. Igual sucede con 4 Para las autoras la noción de Reality Show, no hace referencia únicamente al género televisivo en el que la realidad se representa mediáticamente, fuera de contexto, sino que se interesan por entender cómo los códigos de narración periodística, (dietética) y los de narración dramática (mimética) se van difuminando con la creación de géneros policiales que toman estas dos formas como referentes. 16 la representación de los agresores: hombres (1999, p. 645). AMW, en tanto género fronterizo entre la ficción y el periodismo, toma elementos de las noticias en la construcción de historias (p. 646). Las noticias, al igual que la ficción, contribuyen a la construcción de tipos (personajes) tanto de las mujeres como de sus agresores. Retoman distintas dicotomías enmarcadas en los modelos heteronormativos de hombre, mujer y familia: la dicotomía chica buena/chica mala; relaciones matrimoniales/extramatrimoniales; agresor adúltero/monógamo. Desde mi punto de vista existe un problema con los estudios que al analizar la centralidad de la relación víctima-agresor en la representación mediática de la VcM: al limitarse al análisis de esta relación, las investigaciones terminan por naturalizarlas. Intentaré explicar esta tesis a continuación. Las investigaciones analizadas, describen las noticias que abordan el tema de la VcM. Generalmente esta violencia se operacionaliza en: doméstica, íntima, agresión sexual, crimen sexual, o en la representación del femicidio como expresión extrema de violencia. La descripción, en tanto estrategia metodológica y política ha jugado un importante papel en la denuncia del tratamiento mediático; pero después de leer estos textos quedan sin responder preguntas en torno a: ¿cuáles son las ideologías profesionales y de género que hacen posible una determinada construcción noticiosa de la VcM? ¿Por qué si existen otras formas de violencia, tipificadas en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres y su Protocolo Facultativo CEDAW (UNIFEM y PNUD, 2010) se privilegia la violencia doméstica, la agresión sexual y el femicidio como tema? A pesar de que se critica la dicotomía agresor-víctima que se construye en el discurso mediático acerca de la VcM, las investigaciones se concentran en dicha relación. 17 3.3. Responsabilidad mediática en la representación de la VcM Los estudios analizados en este apartado, en su totalidad plantean la tesis sobre el papel que juegan los medios de comunicación en la construcción de las relaciones de género y su impacto en la representación de la VcM. También se refieren a la ambigüedad de que los medios por una parte la visibilizan y por otra reproducen violencia al emplear las estructuras y códigos narrativos de géneros periodísticos como Sucesos y Judiciales. Estudios como el de Carballido (2007) plantean que existe una tensión entre el abordaje sensacionalista de la VcM en algunos medios a la vez que se está produciendo un cambio en la producción mediática de la misma (p. 230). Lo anterior sintetiza el malestar del feminismo con los medios de comunicación cuando se evalúa la representación noticiosa de la VcM. Los medios visibilizan, espectralmente, dicha violencia como problema social. El hecho de que se represente como problema es un logro. Pero el cómo de dicha representación es lo que preocupa a los textos que aparecen en esta sección. Nuevamente, quedan sin respuesta algunas preguntas: ¿Cómo entra la VcM en la agenda mediática? ¿Cuáles actores son privilegiados en la trama noticiosa? Estas interrogantes dan cuenta del malestar de las investigaciones con eso que he dado en llamar ambigüedad mediática. Otra arista de la ambigüedad con que los medios representan la VcM la ofrece Sacco (1995) al afirmar que los medios noticiosos son una parte importante para la discusión pública de cuestiones privadas (p. 141). Pero plantea ciertas preguntas acerca de cómo deberían los medios contribuir a dicha discusión. La pregunta en este caso es ¿cómo ideológicamente se perfilan la construcción social de la violencia y los roles de género en las noticias? 18 Sacco aporta también otra idea: a la representación ideológica de la violencia habría que agregar el contenido mercantil de la producción noticiosa en los medios de comunicación privados y comerciales (p. 141). Considerando esto, habría que hablar de una economía política de la representación mediática de la violencia, que contribuiría a explicar, parcialmente, la ambigüedad de la representación mediática. El otro componente del análisis incluiría lo que Berns (2001) denomina resistencia patriarcal y que intenta explicar no sólo qué dicen las noticias o cómo lo dicen, sino por qué lo dicen (p. 262). En Degendering the Problem and Gendering the Blame, Berns plantea que los artículos periodísticos analizados desdibujan el rol de los hombres y depositan la culpa de la violencia doméstica en las mujeres (2001, p. 262). Al intentar demostrar que hombres y mujeres son igualmente violentos en el espacio doméstico, reducen la violencia a sus expresiones físicas e invisibilizan otras formas de violencia y control que no pasan directamente por la agresión física (p. 262). Además, los artículos analizados en el estudio ubican la violencia como problema “humano” y desenfocan el papel de las relaciones desiguales de género en el análisis de la VcM en el espacio doméstico (p. 268). Para Berns, la resistencia patriarcal se expresa en los medios de comunicación mediante la tendencia a desdibujar la responsabilidad de los hombres en la VcM y colocándola en las mujeres (p. 262). 3.4. Narrativas de la VcM en los medios de comunicación Dos tipos de estudios se incluyen en este apartado. Aquellos que tienen que ver con el análisis feminista de las noticias centradas en framing analysis, y otro grupo que hace referencia a un abordaje disciplinar de la violencia, el delito y la seguridad ciudadana en América Latina. 19 Entre los estudios que han analizado los medios de comunicación con perspectiva feminista, se encuentran aquellos enfocados en los Framning Analysis (análisis de marcos). Estos estudios colocan la mirada en las tipificaciones que contribuyen a la explicación sistemática de las causas, formas de expresión y consecuencias de la VcM. (Humphries, 2009, Kindle Edition). En los mismos se enfatizan aquellos elementos culturales de las representaciones de las mujeres que impactan en los medios de comunicación, ya sea desde la ficción o las noticias. (Richards et al., 2014). El framing analysis resalta la importancia de la construcción de tipificaciones de las mujeres en las concepciones en torno a la culpabilidad o inocencia de las víctimas y la justificación o penalización del acto violento. (Gillespie, et al, 2013) El otro grupo es el que analiza las narrativas del miedo en los medios de comunicación. Entre los que destaca la construcción de la inseguridad ciudadana en América Latina. (Rincón y Rey, 2008). Rincón y Rey plantean que las narrativas del miedo se producen especialmente en formatos de noticias de sucesos, y que tienen tres ejes: el de la vida cotidiana (hurtos, robos, accidentes, homicidios); el del crimen organizado (extorsión, narcotráfico); y un tercero que los autores denominan “nuevos delitos”5 en el que incluyen “abuso sexual y violaciones, abuso a menores, violencia intrafamiliar, feminicidio” (Rincón y Rey, 2008, p. 37). En lo que respecta a la investigación en curso, un aporte y antecedente relevante está en el trabajo de la argentina Stella Martini (2007) quien realiza un estudio acerca de “las modalidades discursivas propias del género policial periodístico, y, por tanto, el contrato de lectura que cada uno de los diarios en estudio proponen a los lectores en este tipo de 5 La noción de “nuevos” tiene más que ver con la presencia de estos delitos en los medios de manera sistemática, que con su novedad. Estos han sido temas presentes en los medios tradicionalmente, pero no de forma sistemática. 20 agenda, y el sentido que ambos construyen, desde lo discursivo, sobre el crimen y sobre la vida cotidiana” (Martini, 2007, p. 23). La autora, con su estudio permite entender la dimensión narrativa de las noticias de suceso, como forma específica del ejercicio periodístico; y cómo estas tienden a presentarse como un modelo noticioso en el que los hechos violentos son representados de manera diferenciada a otras secciones noticiosas. 3.5. Síntesis y cierre La organización en estos cuatro ejes de análisis del estado de la cuestión ha permitido construir un panorama de los estudios en materia de comunicación, medios y feminismo para esta investigación. A partir de estos hallazgos procedo a resaltar las siguientes conclusiones: 1. En las investigaciones analizadas prevalecen los estudios de casos, a partir de hechos de VcM y el tratamiento mediático ya sea noticioso o ficcional. Esto implica que en su mayoría los estudios sean de corte cualitativo y de análisis discursivo, según cada medio. Se aprecian tendencias de investigación marcadas, dentro del enfoque del análisis crítico, que incluye: análisis de contenido, análisis crítico del discurso con perspectiva feminista y análisis de marcos (framing). 2. Existe una carencia de estudios sobre los usos no masivos de la comunicación y cómo las organizaciones de mujeres construyen nuevos lenguajes contra la violencia, desde la producción de medios alternativos. Los hallazgos en materia de narrativas mediáticas en el contexto latinoamericano son de vital importancia para el desarrollo metodológico de esta tesis pues permite identificar categorías de análisis como: conflicto, temporalidad, personajes, historia. Con estos hallazgos y la construcción del problema de investigación y los objetivos, se 21 establece un marco para el análisis teórico que hará posible el desarrollo de esta investigación. Además, permite delimitar los alcances de esta investigación entre dos tradiciones disciplinarias: las narrativas mediáticas desde la perspectiva latinoamericana y los estudios feministas de comunicación con énfasis en los análisis de marcos. A partir de los antecedentes encontrados se halló la posibilidad teórica y metodológica de articular estos dos tipos de estudios para el análisis de noticias producidas en el contexto costarricense. 22 4. Marco Contextual Un elemento importante a la hora de describir las narrativas periodísticas en torno a la VcM, y en realidad, en torno a cualquier noticia es la comprensión del contexto social y político que las nutren. Es por eso por lo que en este apartado se va a realizar una síntesis de dicho contexto, atendiendo a: las leyes que protegen el derecho de las mujeres a una vida sin violencia, las regulaciones que existen en materia de medios de comunicación, y finalmente datos estadísticos que contribuyan a comprender la problemática. 4.1. Leyes para la defensa de los derechos de las mujeres El 8 de marzo de 1990, entró en vigor en Costa Rica, la Ley de promoción de la igualdad social de la Mujer (Ley No. 7142). En el artículo segundo del Capítulo 1, de la misma se expresa que los poderes e instituciones del Estado están obligados a velar porque la mujer no sufra discriminación alguna por razón de su género y que goce de iguales derechos que los hombres, cualquiera sea su estado civil, en toda esfera política, económica, social y cultural, conforme con la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, de las Naciones Unidas, ratificada por Costa Rica en la ley No. 6968 del 2 de octubre de 1984 (1990, p. 1). Partiendo del reconocimiento de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), como marco internacional del que parte la Ley 7241 Ley de promoción de la igualdad social de la mujer (LPISM) contiene varios capítulos en los que, además de colocar al Estado y sus instituciones como garantes de la igualdad, se expresan derechos políticos, sociales y económicos de las mujeres. Además, del derecho a una vida sin violencia y a la protección sexual (Capítulo IV, p. 4). 23 En el Capítulo IV se expresa que el ente garante de la protección de las mujeres es el Ministerio de Justicia, quien deberá velar por la integridad de las mujeres denunciantes, incluyendo la protección de las víctimas y sus familias. Además, el Ministerio deberá garantizar que sus funcionarios y funcionarias estén capacitados en materia de género (p. 4). En el marco de la LPISM, se crea también la figura de Defensoría General de los Derechos Humanos, a la que se adscribe la Defensoría de la Mujer, unidad encargada, entre otras funciones, de: Velar por el cumplimiento de las declaraciones y convenciones y de todas las leyes conexas, reglamentos y disposiciones administrativas respecto a derechos relativos a la mujer. (...) Velar porque en las instituciones públicas y privadas no exista discriminación por motivo del género, y porque se le dé un trato justo a la mujer. Promover el estudio permanente de las causas que generan la desigualdad de la mujer, con el fin de proponer las medidas preventivas. (Ley 7241, 1990, p. 6) A pesar de que en la LPISM no hay una alusión directa a los medios de comunicación o a formas de violencia vinculadas con el ejercicio de estos como la mediática o la simbólica6, si abre un camino en la interpelación a los medios de comunicación, cuando suscribe que es responsabilidad de la Defensoría de la Mujer, velar porque en las instituciones públicas 6 Este concepto, trabajado en el Marco teórico, es tomado por autoras como Delmas (2015) para nombrar las diferentes formas en las que los medios reproducen la violencia contra las mujeres en forma de violencia simbólica, al revictimizar a las mujeres o al representar la violencia a partir de fórmulas sensacionalistas. Este concepto, es tomado del trabajo de la feminista Rita Segato y aplicado a la comprensión de las dinámicas mediáticas y la reproducción de contenidos que violentan los derechos de las mujeres a una vida sin violencia. 24 y privadas no exista discriminación por género. Lo que es cierto es que ni en la LPISM, ni en la Ley general de telecomunicaciones (Ley 8642, 2008) de Costa Rica aparece una alusión a la responsabilidad social de los medios de comunicación en la erradicación de prejuicios, y reproducción de estereotipos de género, aunque ambos temas están consignados en la CEDAW, suscrita por la República de Costa Rica. Además de la LPISM, otras dos leyes son importantes para entender la VcM y el posterior análisis de cómo se construye la violencia contra las mujeres en las versiones digitales de La Nación y Diario Extra. Estas son la Ley 8589 de Penalización de la violencia contra las mujeres (LPVCM), aprobada en 2007 y la Ley 7586 Contra la violencia doméstica (LCVD), aprobada en 1996 y reformada en 2010. En esta última la violencia doméstica es definida como: Acción u omisión, directa o indirecta, ejercida contra un pariente por consanguinidad, afinidad o adopción hasta el tercer grado inclusive, por vínculo jurídico o de hecho o por una relación de guarda, tutela o curatela y que produzca como consecuencia, el menoscabo de su integridad física, sexual, psicológica o patrimonial. El vínculo por afinidad subsistirá aun cuando haya finalizado la relación que lo originó (Ley 7586, 1996, p. 2). Además de esta definición, en esta ley se definen formas específicas de violencia y se enmarcan en el ámbito de lo doméstico y mediadas por el vínculo de parentesco. Estas son: la física, psicológica, patrimonial y sexual. A partir de esta ley, y como necesario paso a la penalización de la VcM, con la Ley PVCM en 2007, se tipifican las penas asociadas a la violencia doméstica. 25 Tabla 1 Categorización y tipos de violencia en Ley CVD y Ley PVC Categoría Definición según Ley CVD (1996) Operacionalización según Ley PVC (2007) Violencia psicológica Acción u omisión destinada a degradar o controlar las acciones, comportamientos, creencias y decisiones de otras personas, por medio de intimidación, manipulación, amenaza, directa o indirecta, humillación, aislamiento o cualquier otra conducta que implique un perjuicio en la salud psicológica, la autodeterminación o el desarrollo personal. - Violencia emocional; Restricción de autodeterminación - Amenazas contra una mujer 26 Violencia física Acción u omisión que arriesga o daña la integridad corporal de una persona. - Femicidio - Maltrato - Restricción de la libertad de tránsito Violencia sexual Acción que obliga a una persona a mantener contacto sexualizado, físico o verbal, o a participar en otras interacciones sexuales mediante el uso de fuerza, intimidación, coerción, chantaje, soborno, manipulación, amenaza o cualquier otro mecanismo que anule o limite la voluntad personal. Igualmente, se considerará violencia sexual el hecho de que la persona agresora obligue a la agredida a realizar alguno de estos actos con terceras personas. - Violación contra una mujer - Conductas sexuales abusivas - Explotación sexual de una mujer; Violencia patrimonio Acción u omisión que implica daño, pérdida, transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores, derechos o recursos económicos destinados a - Sustracción patrimonial - Daño patrimonial 27 satisfacer las necesidades de alguna de las personas mencionadas en el inciso a) anterior. Femicidio ---- Se le impondrá pena de prisión de veinte a treinta y cinco años a quien dé muerte a una mujer con la que mantenga una relación de matrimonio, en unión de hecho declarada o no. Elaboración propia a partir de Ley 74582 y Ley 8589 28 Es importante señalar, como lo hacen Sagot y Carcedo (2000), que la violencia que se produce en el ámbito doméstico y mediada por relaciones de parentesco (violencia intrafamiliar) tiene implicaciones para las víctimas, como: la restricción a la libertad, la dignidad y el libre movimiento y, a la vez, la violación directa a la integridad de la persona. Muchas de las manifestaciones de la violencia intrafamiliar son, de hecho, formas de tortura, de encarcelamiento en la casa, de terrorismo sexual o de esclavitud. Desde esta perspectiva, la violencia intrafamiliar representa una violación de los derechos humanos de las mujeres afectadas (p. 12). Esta afirmación conduce una vez más a la interpelación a los medios de comunicación noticiosos y la forma en que son construidos. Los Artículos 22 y 25, referentes a Maltrato y Violencia Emocional que aparecen en la ley en el año 2007 fueron eliminados en 2008 y reinsertados, con modificaciones, en 2011, como se aprecia en la Tabla 6. Modificaciones a los Artículos 22 y 25 de LPV CM (2007). 29 Tabla 2 Modificaciones a Artículos 22 y 25 de LPV CM (2007) Artículos originales Artículos modificados ARTÍCULO 22.- Maltrato A quien de manera grave o reiterada agreda o lesione físicamente a una mujer con quien mantenga una relación de matrimonio, en unión de hecho declarada o no, se le impondrá una pena de prisión de seis meses a dos años, siempre que la agresión o lesión infringida no constituya un delito de lesiones graves o gravísimas. (Anulado mediante resolución de la Sala Constitucional N.º 15447 del 15 de octubre de 2008, adicionada mediante resolución de la Sala Constitucional N.º 7398 del 6 de mayo de 2009). (Ley 8589, 2007, p. 4) Artículos 22.- Maltrato A quien por cualquier medio golpee o maltrate físicamente a una mujer con quien mantenga una relación de matrimonio, en unión de hecho declarada o no, sin que incapacite para sus ocupaciones habituales, se le impondrá pena de prisión de tres meses a un año. Si de la acción resulta una incapacidad para sus labores habituales menor a cinco días, se le impondrá una pena de seis meses a un año de prisión. A quien cause daño en el físico o a la salud de una mujer con quien mantenga una relación de matrimonio, en unión de hecho declarada o no, que le produzca una incapacidad para sus ocupaciones 30 habituales por un tiempo mayor a cinco días y hasta por un mes, se le impondrá pena de prisión de ocho meses a dos años. ARTÍCULO 25.- Violencia emocional Será sancionada con pena de prisión de seis meses a dos años, la persona que, reiteradamente y de manera pública o privada, insulte, desvalorice, ridiculice, avergüence o atemorice a una mujer con quien mantenga una relación de matrimonio, en unión de hecho declarada o no. (Anulado mediante resolución de la Sala Constitucional N.º 15447 del 15 de octubre de 2008, adicionada mediante resolución de la Sala Constitucional N.º 7398 del 6 de mayo de 2009). (Ley 8589, 2007, p. 5) Artículo 25 Ofensas a la dignidad Será sancionado con pena de prisión de seis meses a dos años, al que ofenda de palabra en su dignidad o decoro, a una mujer con quien mantenga una relación de matrimonio o en unión de hecho declarada o no. (Ley 8929, p. 1) Elaboración propia 31 En lo que respecta a la tipificación de Femicidio, en el año 2021 se realizó una modificación del Artículo 21 en el que se expresa: Se le impondrá pena de prisión de veinte a treinta y cinco años a quien dé muerte a una mujer con la que mantenga o haya mantenido una relación o vínculo de pareja, ya sea matrimonial, unión de hecho, noviazgo, convivencia, aun cuando medie divorcio, separación o ruptura. (Asamblea Legislativa, Expediente 21793, 2021) Al igual que en el caso de la LPISM en la LVD y la LPVCM, no se hace referencia a los contenidos mediáticos o el impacto de los medios en la reproducción de roles y estereotipos de género, entendiendo esto como una forma de violencia simbólica. En un contexto en que leyes de medios en países como Argentina y Uruguay tipifican la violencia simbólica (Ochoa et al., 2017), no deja de ser un pendiente el hecho de que en Costa Rica no se regulen los contenidos noticiosos de los medios de comunicación. Tampoco se cuenta, desde la LPVCM, con un apartado dirigido a los contenidos de los medios de comunicación, como es el caso de España, donde existe la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (2004) que en el Artículo 14 plantea: Los medios de comunicación fomentarán la protección y salvaguarda de la igualdad entre hombre y mujer, evitando toda discriminación entre ellos. La difusión de informaciones relativas a la VcM garantizará, con la correspondiente objetividad informativa, la defensa de los derechos humanos, la libertad y dignidad de las mujeres víctimas de violencia y de sus hijos. En particular, se tendrá especial cuidado en el tratamiento gráfico de las informaciones (p. 42170). Los medios de comunicación permean, en sus diferentes formatos, las formas en que construimos y enmarcamos la realidad, y, además, las formas en que las narramos resultan 32 muy difícil pensar cambios culturales y educativos en materia de género, si no se sientan las bases para la educación de los y las y profesionales de la comunicación en general y del periodismo en particular. En apartados subsiguientes de este documento, se podrá ver las implicaciones de esta carencia. En Costa Rica la regulación de los contenidos relacionados con la imagen de las mujeres se limita a la Ley 5811 de Control de Propaganda Comercial (1975) que regula la publicidad que: “ofenda la dignidad, el pudor de la familia y en la que se utilice la imagen de la mujer impúdicamente para promover las ventas, será controlada y regulada con criterio restrictivo por el Ministerio de Gobernación” (p. 1). En esta ley se define como propaganda o promoción: a. Los textos y bocetos de los anuncios para la prensa escrita, murales, rótulos, fotografías, dibujos, clisés y artículos de regalo cuando éstos tengan finalidades propagandísticas o de promoción (p. 1). De los ítems considerados en la ley, solo el primero hace referencia a prensa escrita, pero limitándose a la publicidad comercial, dejando de lado a la publicidad hecha por instituciones del estado. Además, de no regular los contenidos de las noticias publicadas en los diarios costarricenses. Por último, y como marco para comprender la sección que a continuación se presenta, es importante señalar una importante diferencia entre la LCVD y la de LPVCM. La primera hace referencia a la violencia en el espacio doméstico infringida contra una mujer, y la segunda hace referencia a la violencia infringida contra una mujer por su pareja (INEC, 2014, p. 25). Esto impacta, como veremos a continuación en los datos, pero principalmente en el alcance a las acciones institucionales en la atención y prevención de la violencia. 33 4.2. Datos estadísticos sobre VcM en Costa Rica (2008- 2011). Esta sección, en el apartado Contexto, está dedicada a describir en términos estadísticos, cuáles fueron, en el período de análisis seleccionado, las formas de violencia que más afectaron a las mujeres. Se toman como referencia dos informes que presentan una serie de datos que más adelante se contrastaron con los de las noticias analizadas. En el año 2014, el Instituto Nacional de Estadística (INEC, 2014) publicó el informe Sistema Unificado de Medición Estadística de la violencia de género en Costa Rica (2008-2011). Este informe es resultado del trabajo integrado de varias instituciones gubernamentales: Ministerio de Seguridad Pública, Defensoría de los Habitantes, Sistema de Emergencias 9- 1-1, Centro Centroamericano de Población de Universidad de Costa Rica, Ministerio de Justicia y Paz, Ministerio de Salud e Instituto Nacional de las Mujeres (p. 3). De este informe se toman, los siguientes datos: cantidad de llamadas a Emergencias 9-1- 1, que requieren de atención policial inmediata, tipos de violencia atendidos por fuerzas policiales, cantidad de femicidios ocurridos, cantidad de informes policiales por región y denuncias por violación de la LCVD y LPVCM. Estos datos son relevantes pues de estas fuentes parten los medios de comunicación para elaborar las noticias (Quesada, 2007), aunque lo hacen de forma diferenciada. Por ejemplo, para el caso de las noticias de sucesos, los reportes de llamadas de emergencia son clave, así como el seguimiento a procesos judiciales y de denuncia. Mientras que para noticias políticas o nacionales, cobran mayor importancia las estadísticas de atención que den cuenta del cumplimiento de las funciones del estado. Como se puede apreciar en la Ilustración 3. Porcentaje de llamadas a 9-1-1 por violencia 34 de género (2008-2011), la cantidad de llamadas fluctúa en los cuatro años analizados, pero se aprecia una disminución significativa entre 2008 y 2009. En cada año, el porcentaje de llamadas recibidas es de 5% con respecto de la totalidad de llamadas. Este número no es posible leerlo si antes no se considera que, como afirman Sagot y Carcedo (2000), existe un subregistro de los casos de violencia contra las mujeres, pues estos no se denuncian. En la Ilustración 4. Distribución de informes policiales de la Fuerza Pública. Tipo de violencia (2008-2011), que a continuación se muestra, se establece una diferencia entre la violencia infligida contra las mujeres en el espacio doméstico por cualquier miembro de la familia y la violencia infligida por la pareja o expareja. Se puede apreciar también que en la información sobre la LPGCM no se emplean las tipologías Maltrato y Violencia emocional, eliminadas de la ley en 2008. Las formas de violencia que sistemáticamente aparecen más, tanto en las tipificadas en la LPVCM como en la LVD son la Violencia psicológica y la Violencia física, seguidas de 35 Violencia sexual y Violencia patrimonial. El femicidio, en términos cuantitativos aparece en último lugar. En el caso de la recolección de datos sobre Femicidio es importante señalar y colocar en perspectiva la diferencia entre los reportados por la Fuerza Pública (INEC, 2014) y los reportados por Poder Judicial (2013) y que se muestran en el Gráfico 1. Femicidios en Costa Rica (2008-2011). La categoría feminicidio, como aparece en la LPVCM se aplica en las estadísticas del Poder Judicial desde 2008, se circunscribe a las muertes de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. En el gráfico que a continuación se presenta, además de esta definición se muestran los datos de Femicidio ampliado, siguiendo la categorización empleada en la 36 Convención Belém do Pará7 (2008). A pesar de las significativas diferencias entre los reportes, para los efectos de esta investigación, lo relevante será hacer una comparación entre los distintos hechos de VcM, que aparecen en los informes antes citados y la representación informativa de los mismos que hacen los diarios La Nación y Diario Extra. Más adelante se podrá apreciar el contraste entre la presencia del femicidio en las noticias, comparado con violencia sexual, o doméstica. 7 Según la Convención, femicidio es “la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal; en la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión” (MESECVI, 2008, p. 6). 37 4.3. Medios de comunicación y VcM En el último apartado de esta sección, se prestará atención a datos sobre la percepción social de la VcM y los derechos de las mujeres. Para ello se toman como referencia el Segundo Estado de los Derechos de las Mujeres en Costa Rica (Valitutti et al, 2015) y el Proyecto de Monitoreo Global de Medios (WACC, 2015) En lo que respecta a los medios de comunicación, (WACC, 2015), a nivel global, se plantea que, aunque se ha avanzado en la presencia de las mujeres en los medios, en el 2010: “las mujeres constituyeron el 24% de las personas en las noticias, un aumento de tres puntos porcentuales desde los resultados del 2005” (p. 2). Siendo poco centrales en los reportajes en las agendas mediáticas de política, gobierno y economía. Como periodistas, el 44% de las personas ofreciendo la opinión popular en las noticias eran mujeres – un aumento de diez puntos porcentuales desde el 2005. Como periodistas, las mujeres continuaban insuficientemente representadas en categorías profesionales. (p. 2). Analizando por temas, en medios tradicionales las mujeres fueron sujeto de la noticia mayormente en reportes sociales/legales y de ciencia y salud (34% en ambos casos) y en reportes de crimen y violencia (31%) (p. 12). En el informe se presentan los porcentajes de programas que cuestionan o refuerzan estereotipos de género. Como se puede apreciar en la Imagen 5, en la que se muestra un panorama general de los temas de las noticias publicadas en diarios en América Latina. En el caso de los temas que se analizan en esta investigación: Política y Gobierno, Economía, Social y Legal, Crimen y Violencia; los niveles de reproducción de estereotipos en cada caso oscilan entre el 80% y 90% de las noticias analizadas, por lo que se puede afirmar que existe una marcada tendencia en representar a las mujeres de forma 38 estereotipada, por lo que, en términos comunicacionales, se estaría hablando de violencia simbólica contra las mujeres. El abordaje estereotipado contribuye a reforzar creencias en torno al rol de las mujeres en el ámbito político, económico y social. Las tres secciones desarrolladas en el apartado contexto permiten construir un mapa para comprender las noticias que a continuación se analizarán. Nos permitirá en las siguientes fases de descripción y análisis, comprender las relaciones entre la categorización de VcM que emplean los medios y su relación con los marcos legales internacional y nacional en materia de derechos de las mujeres a vivir una vida sin violencias. Además, nos permitirá entender a nivel cuantitativo la relación entre los hechos de VcM y su presencia mediática en el período seleccionado para el análisis. Por último, toda esta información es valiosa para la fase de análisis narrativo de las noticias seleccionadas, porque nos permite construir los marcos de experiencia de los y las profesionales en comunicación, las fuentes citadas y la referencia o no, que hacen los medios de comunicación a los análisis estadísticos sobre el tema. 39 5. Marco Teórico 5.1. Un acercamiento a las noticias como construcción social En el texto Telling Stories, Gaye Tuchman (1976) comienza diciendo que los reportes noticiosos son historias -ni más, ni menos. (p. 93). La autora argumenta que los y las periodistas aprenden varias formas de construir historias que utilizan en su desempeño profesional, transformando eventos en historias noticiosas (p. 93). Plantea que la historia que deriva del evento noticioso se construye a partir de las notas de campo de las conversaciones y es ‘enmarcada’ de una determinada manera (p. 95) atendiendo a: perfiles de la historia que se privilegian sobre otros, voces y sujetos representados y mecanismos de traducción de las fuentes. Para examinar ese proceso de codificación-decodificación, en el que cada actor pareciera tener un rol claramente asignado en las noticias, es necesario identificar las formas en que el medio enmarca sus historias, cómo le habla a la audiencia, porque un evento noticioso tiene sentido cuando puede ser situado en un espacio de conocimientos sociales e identificaciones culturales. En este proceso de ‘enmarcar’ las historias el sentido común (Goffman, 2006), en tanto categoría de análisis juega un importante rol. Los medios de comunicación, lejos de reflejar la realidad de los eventos noticiosos construyen lo que debería ser considerado como la realidad del evento noticioso. Los medios de comunicación y las noticias en tanto mediadores sociales, no se limitan a reproducir realidades, sino a representarlas bajo ciertos parámetros. Siguiendo a Lilie Chouliaraki (2006): “La mediación es responsable de la desterritorialización y de la 40 superación de las distancias geográficas. Además, permiten un cierto entendimiento del aquí y el ahora, que permite a las audiencias ser testigos de dichos hechos (p. 19)”. Y cumple una doble función de “acercar y alejar el hecho noticioso de las audiencias” (p. 19) al hecho noticioso narrado. Si bien la autora reconoce que las noticias como mediadoras generan en las audiencias la sensación de cercanía, en dependencia del modo en que se construye la narrativa, puede provocar extrañamiento por parte de las audiencias. Esto se produce en una dualidad en la que se articulan por una parte el reconocimiento del otro pero también las desigualdades de los contextos y su impacto en la construcción de claves de lectura para interpretar las situaciones en las que vive ese sujeto “otro”. En este sentido es importante hablar de que la lejanía tiene dos dimensiones: una geográfica y otra sociocultural. Para entender la segunda es importante hacer uso de la categoría interseccionalidad, en tanto nos permite entender las dinámicas de opresión/privilegio, no solo de las relaciones de poder entre personas sino aplicada a las distintas regiones o zonas desde las que se produce el hecho noticioso. La mediación hace posible la presentación de un espacio geográfico determinado: coordenadas físicas, distancia, características sociodemográficas (Cuvardic y Cordero, 2018). Pero a la vez, traza coordenadas socioculturales. La representación noticiosa hace posible que una zona geográfica sea comprendida siguiendo algunas claves: seguridad, nivel socioeconómico, indicadores de migración. Además, contribuye a dar forma a ese lugar ‘otro’ (ajeno) en el que es posible que se produzca la VcM. Como se apreció en el estado de la cuestión, las noticias hacen especial énfasis en la violencia que ocurre en el espacio doméstico. Por tanto, el hogar juega un rol privilegiado como espacio simbólico clave en la narración de la VcM. En tanto categoría analítica, la mediación enlaza otras dos categorías claves en esta 41 investigación: narrativa y sentidos comunes. Siguiendo Chouliaraki, el modo en que se enmarque y se cuente la violencia interpela o aleja a las audiencias. Esto se expresa en dos niveles: 1. El uso de códigos compartidos por audiencia y profesionales de la comunicación. 2. La construcción del evento-hecho violento y la representación informativa de víctimas, agresores e instituciones. El sentido común en tanto códigos socialmente compartidos tienen “una posición privilegiada entre las distintas áreas de la realidad”, porque solo dentro de él se hace posible la “comunicación con nuestros semejantes” (Goffman, 2006, p. 5). El mundo del sentido común es un mundo sociocultural, y se construye intersubjetivamente, a partir de “relaciones simbólicas que se originan dentro de él, están determinadas por él y encuentran su solución en él” (p. 5). El sentido común se organiza a partir de marcos de experiencia en los que las nociones de “aquí” y “ahora” varían constantemente, en dependencia de la interacción que se establezca entre actores y de la dificultad que estos tengan para llegar a un “aparente entendimiento” sobre el tema en discusión. (p. 10). Llevando la teoría de los marcos de experiencia de Goffman (2006, p. 10) hacia el terreno mediático, Gitlin (1980) plantea que estos, organizan el mundo, tanto para las y los periodistas (quienes reportan este mundo) como para las audiencias que los leen (p. 7). Los marcos de los medios de comunicación son patrones persistentes, de interpretación, presentación, selección, énfasis y exclusión mediante los cuales los y las periodistas, organizan el discurso, tanto visual como verbalmente (p. 7). Es importante considerar la naturaleza generizada (engendered) de estos marcos de experiencia. El ejercicio periodístico sucede en un marco global de desigualdades de 42 género que se expresa en los contenidos de las noticias y también en la división sexual del trabajo profesional (Rivero, 2014) y en los modos en los que se perpetúan las rutinas de producción noticiosa históricamente construidas. La construcción de noticias cuyos temas, conflictos, personajes y fuentes requieren ser actualizados o al menos presentados como “nuevos” no puede ser entendida sin la ayuda de los esquemas mentales socialmente compartidos y organizados vía nuestro sentido común y nuestra noción del aquí y el ahora. Esto quiere decir que, paradójicamente, sólo podemos leer lo nuevo, aplicando nuestros marcos previamente establecidos, socialmente validados e individualmente asumidos. Cuando se redacta una noticia, mediante el uso de definiciones, interpretaciones e inferencias se producen y reproducen sentidos comunes en torno a temas socialmente relevantes en el que se articulan hegemonía, ideologías dominantes y sentidos comunes periodísticos. Las noticias, en tanto textos periodísticos, deberían analizarse considerando cómo se reproducen nociones de sentido común en la construcción de las noticias y qué papel juegan dichas nociones en las maneras en que se enmarcan. 5.2. VcM en la narrativa noticiosa Para entender cómo se construyen las narrativas periodísticas de la VcM es importante destacar qué entendemos por VcM; en tanto forma de control sobre el cuerpo de las mujeres y cuerpos feminizados. La violencia contra las mujeres es un componente estructural del sistema de opresión de género. El uso de la violencia es no sólo uno de los medios más efectivos para controlar a las mujeres, sino también una de las expresiones más brutales y explícitas de la dominación y la subordinación. La posición de mujeres y hombres se organiza como una jerarquía en 43 la que los hombres tienen control sobre los principales recursos de la sociedad y sobre las mujeres. Existen numerosos soportes ideológicos, morales, políticos, económicos y legales para el ejercicio de la autoridad de los varones sobre las mujeres. Aunque estos soportes varían histórica y culturalmente, el uso de la violencia constituye una de las formas más predominantes y generalizadas que ayudan al ejercicio de esa autoridad (Sagot, 2008, p. 36). La VcM comprende distintas manifestaciones desde la violencia física y la sexual, además de la psicológica y la patrimonial. Todas esas formas se producen en el marco de: (...) relaciones históricamente desiguales de poder entre mujeres y hombres”, como señala Belém do Pará, la lista de sus posibles expresiones no puede ser cerrada, ya que siempre podrá haber nuevas formas de traducirse en violencia esos desbalances entre géneros. Este es el caso de la violencia simbólica, que precisamente por ser “dulce, insensible, invisible para sus mismas víctimas” (Bourdieu 1998, 1) es más difícil tanto de visibilizar como de contabilizar, y en la actualidad es escasamente tomada en cuenta cuando se habla de violencia contra las mujeres (Carcedo, 2008, p. 9). De las manifestaciones de VcM, el femicidio es una expresión de violencia extrema contra las mujeres y que como expresa Montserrat Sagot (2017) es un concepto que: hace referencia al asesinato misógino de mujeres por parte de hombres de sus familias, por parejas o exparejas, por atacantes sexuales −conocidos o desconocidos−, cuando los cuerpos de las mujeres son cosificados, usados como trofeos, como instrumento de reivindicación del “honor” o de venganza entre hombres. El femicidio expresa de forma dramática la desigualdad de relaciones entre lo femenino y lo masculino y muestra una manifestación extrema de dominio, 44 terror, vulnerabilidad social, de exterminio e incluso de impunidad (Sagot, 2017, p. 62). El femicidio como manifestación se violencia se produce y es sostenido “por una estructura de poder desigual que coloca a las mujeres en posición de subordinación con respecto a los hombres, que se expresa en todos los órdenes: el material, el institucional y el simbólico” (p. 62). La VcM es aprendida, justificada y ejercida por personas individuales, sectores, grupos, organizaciones instituciones políticas y sociales. Para el análisis crítico de los medios de comunicación, la categoría violencia simbólica representa una importante herramienta. Esta violencia, a diferencia de otras, es difícilmente codificable y es más efectiva cuanto más sutil; no se manifiesta físicamente. Sin embargo, es la que sostiene y da sentido a la estructura jerárquica de la sociedad. Es ejercida se constituye como un mecanismo de control social y de reproducción de desigualdades, que tiene tres características: diseminación masiva, arraigo en la sociedad y las familias, y falta de definiciones o formas de nombrarla. Los medios de comunicación, en tanto organizadores de las narrativas noticiosas, tienden a reproducir idearios, sentidos comunes y prejuicios de género que contribuyen a la reproducción de la VcM. Como se expresó anteriormente, las noticias son historias, que narran experiencias de nuestro tiempo, a las que denominamos actuales, inmediatas, y portadoras de dinámicas simbólicas en las que interactúan periodistas -en calidad de autores-, fuentes -testigos, funcionarios públicos y privados, entre otros. Esa narración de la experiencia de nuestro tiempo se construye de manera colectiva. Afirmar esto no significa perder de vista, quién, dentro de esta narración juega el rol de narrador-autor de la historia noticiosa; sino entender qué en este proceso de construcción interactúan marcos de experiencia que permiten que audiencias y productores de noticias entiendan de qué se habla cuando se hace referencia 45 a la VcM. Desde el ejercicio periodístico esos sentidos comunes acerca de lo que es o no, violento, justificado, pertinente, se expresan en consonancia con las lógicas narrativas que el periodismo, como profesión posee; y que se expresa, fundamentalmente, a partir de los géneros periodísticos que se emplean para narrar la VcM. Tanto la experiencia de investigación propia, como la búsqueda de antecedentes, permiten afirmar que las noticias que abordan la VcM se inscriben, generalmente, en un paisaje noticioso que incluye las noticias de sucesos, judiciales o policiales, según la nomenclatura que utilice cada medio. Como se ha venido expresando desde el estado de la cuestión, las noticias, describen la VcM a partir de un hecho concreto en el que se visibiliza la relación entre víctimas como sus agresores. Esto se hace en cumplimiento de las lógicas de producción (contenidos y estructura textual) del género periodístico usado para construir la historia. Como expresa Stella Martini (2007, p. 27) las noticias comprendidas dentro de las secciones Judiciales, Policiales y Sucesos tienen una identidad narrativa, por así llamarlo, en la que se construyen, explican y evalúan los hechos noticiosos en los que se privilegia. En este sentido, Germán Rey y Omar Rincón (2007) abordan temas de inseguridad en América Latina. A partir de los aportes de estos autores, y aplicada al tema central de esta investigación, construyó los siguientes elementos que permitirán realizar el análisis narrativo de las noticias. el conteo de casos de violencia (distinto del análisis estadístico) que hace, la sucesiva descripción de elementos sin memoria, lo que lleva a la permanente individualización de la VcM; la ausencia de contexto más allá de la interacción agresor-víctima. 1. El anclaje al presente, como forma de construcción de la temporalidad. Las historias 46 narradas desde la perspectiva de este género tienen como eje la descripción de un suceso puntual. No es una finalidad de este tipo de noticias establecer conexiones entre los hechos, sino personalizar las historias. Se concentra en la historia personal, en la relación puntual entre la víctima y el agresor; pero no lo articula con otros hechos, ni con la VcM como problemática social y sistémica. 2. La emocionalidad de la historia. Las lógicas narrativas de las noticias judiciales, de sucesos, policiales implican la implementación de lo emocional como estrategia para contar la historia. Como géneros periodísticos, se incorpora el uso de lenguaje literario expresado en metáforas, adjetivación, personificación, hipérboles, etc. 3. Lo desdibujado de los hechos. Los hechos que se narran tienen un común denominador, la VcM; callejera, doméstica, laboral. Los y las periodistas tienen acceso a la información, a partir de fuentes; generalmente oficiales: agentes policiales, judiciales, Cruz Roja, y otras autoridades; y. a través de testigos que están de una u otra manera involucrados con el hecho. Estos elementos marcan, no solo lo que se podría llamar el “estilo narrativo” de las noticias de sucesos; sino la manera en que los contenidos noticiosos son organizados y jerarquizados; la forma en que se privilegia las acciones de unos personajes sobre otros y cómo se justifica, o se evalúa a partir de los códigos culturales de las diferentes voces incluidas en la narración de la historia noticiosa. 5.3. Las noticias como historia y como discurso Como se ha expresado con anterioridad para los efectos de este proyecto las noticias serán entendidas como historias narradas. Dicha narración (story) se compone de dos elementos, 47 según Chatman (1978). El primero es la historia como contenido (story) y el segundo es la estructura que lo ‘contiene' (discourse) (p. 19) (Ilustración 1). Desde la perspectiva de la semiótica estructuralista, la narrativa está compuesta por dos elementos: la historia, compuesta por el contenido y cadena de eventos a través de los cuales los personajes desarrollan acciones, además de los sucesos que precipitan dichas acciones. Y el discurso, constituido por las formas de expresión y comunicación de los contenidos (Chatman, 1978, p.19). En palabras de Chatman, la historia es el “qué” se cuenta mientras que el discurso es el “cómo” se cuenta esa historia. En una historia los eventos y los existentes (personajes y espacios en los que se produce 48 la historia) están interconectados. Los eventos aparecen en la narrativa como hechos previamente organizados, que determinan el desarrollo de los personajes involucrados en la historia. Para los efectos de esta investigación, cuando la violencia expresiva es construida como un evento, esto tiene implicaciones en los roles que se otorga a víctimas y agresores. A unos se les otorga la capacidad de actuar en tanto a otras, se les asigna un rol pasivo, de subordinación ante los eventos violentos, y por consiguiente ante el agresor. Las acciones y la capacidad que tienen algunos sujetos para desarrollarlas en el marco de la historia sirven para establecer una distinción entre aquellos sujetos con capacidad de agencia y aquellos supeditados a los eventos narrados. Las acciones son desarrolladas por los personajes que forman parte de la historia. Las acciones son aquellas que desarrollan los personajes de manera autónoma y que tienen la potestad de dar curso a la historia. No todos los personajes tienen la capacidad de modificar la historia. En este sentido existe una jerarquía en la creación de personajes y su desempeño en la historia. La narración, en tanto forma de organización de los hechos en contenidos (periodísticos) tiende a centrar su mirada en ciertos personajes más que en otros. Para los efectos de este estudio, las desigualdades de género juegan un importante papel en la construcción de los personajes y en su evolución en la historia. A diferencia de las acciones, desarrolladas de manera autónoma por los personajes, los hechos afectan el curso de la vida de estos. En el proceso de construcción de la historia, la mirada del sujeto narrador influye en quiénes serán aquellos personajes con agencia para transformar su entorno y quiénes serán subsumidos por los eventos. Los Existentes, dan cuenta tanto de los personajes como de los escenarios en los que se construye la historia. Y están en diálogo con el evento narrado, nos permite identificar el quiénes y el dónde de la historia. Otorga temporalidad y localización a la narración, porque 49 permitirá identificar, desde la perspectiva noticiosa, cuándo comienza a expresarse la violencia, cuáles son los elementos que lleven a la materialización de esta y cómo es vivida por los distintos personajes. En el proceso de otorgar agencia a ciertos personajes, los códigos culturales, pre- concepciones y sentidos comunes de autores, autoras y audiencias permiten construir un determinado marco narrativo que enmarcan tanto los eventos como a los personajes. Estos códigos facilitan desde una perspectiva crítica el cuestionamiento a las formas en que las personas profesionales de comunicación abordan la violencia y cómo conciben a víctimas, agresores e instituciones involucradas en la misma. Además, permite el análisis de las nociones de localización de las que están partiendo. Como se aprecia en la Ilustración 1, la narración, además de historia es discurso (Chatman, 1978, p. 45). Siguiendo a Chatman, la historia (story) es el qué y el discurso es el cómo de la narrativa (Chatman, 1975, p. 295). La narrativa como discurso se divide en dos componentes: la estructura de transmisión narrativa y la manifestación (verbal, cinemática, danzaría, musical, etc.) (p. 296). La manifestación va más allá de la materialidad física de la historia: más allá de los libros, los movimientos, el lienzo (p. 301). La manifestación tiene que ver con el modo en que se produce la recepción de un determinado producto narrativo. En el caso que atañe a esta investigación, el periodismo escrito que utiliza la imagen como accesorio a la historia que se narra, la producción verbal es el centro. Es importante señalar que dicha construcción verbal se construye atendiendo a una determinada estructura de transmisión. Y que ambas funcionan de manera complementaria. La manifestación verbal de la noticia tiene ciertas prescripciones que determinan la manera en que es narrado “el objeto real” y cómo es visto por la audiencia (p. 301). 50 Por su parte, la estructura de transmisión narrativa es la que organiza el contenido. Selecciona (es decir, discrimina, prioriza, etc.) cuáles eventos se contarán o no, cuáles personajes se representan y cómo; y organiza dicha información en un orden particular en el texto. Finalmente, nos permite entender, en cada nota periodística, quién es objeto de la historia, quién tiene capacidad de agencia y quién es intervenida por los hechos, según la narración. Las noticias, en su propia dinámica, tienen una estructura narrativa que le es propia. El análisis de la estructura de transmisión narrativa de la nota periodística se realizará en este documento atendiendo a que las mismas se insertan en un sistema productivo que “tiene sus propias características que se deben estudiar''. Pero hay que recordar que la construcción de la noticia es un proceso de tres fases: la producción, la circulación y el consumo” (Alsina, 1993, pp. 9-10). Siguiendo a Alsina, las noticias son parte de un sistema de producción discursivo determinado, el periodístico, que “se autodefine como el transmisor de un saber muy específico: «la actualidad». Este acontecer social cotidiano que se ha definido como «la actualidad» debe ser objeto de una pronta desmitificación” (p. 9). La actualidad, en tanto acontecimiento, se transforma en noticia cuando es organizado e interpretado siguiendo las lógicas de producción, distribución y consumo noticioso: “«la actualidad», transmitida en forma de noticias, no es más que una pequeña parte de estos acontecimientos” (p. 9). En análisis estructural de la narrativa noticiosa, además de considerar la estructura de la historia, debe considerar tanto los valores periodísticos de: actualidad, interés público o importancia y noticiabilidad, que se operacionalizan en el modelo de las “5 W”; que, desde el punto de vista técnico, contribuye a transmitir los contenidos de una determinada manera. La actualidad como valor, hace referencia a la constante que para el periodismo es el hoy, 51 lo que sucede en el momento (Íñigo, Martin y Puebla, 2010, p. 5). La novedad, por otra parte, hace referencia a lo que el público conoce sobre el tema, puede confundirse con actualidad, pues se espera que lo actual sea novedoso; pero no tiene que funcionar así necesariamente (p. 5). Por último, la importancia o interés público, tiene que ver con el impacto que el acontecimiento social tiene y por el cuál debería ser narrado como un hecho noticioso. Lo que lleva a plantearse la pregunta de quién o qué define qué es socialmente relevante o no. Desde finales del siglo XX los valores noticiosos que responden a las características del periodismo analógico se enfrentan, como profesión y como modo de producción cultural, a las dinámicas de la comunicación digital (Suárez y Cruz, 2013, p. 2). Un eleme