¿Es necesaria la Matemática para la Ciencia? Joseph C. Várilly Centro de Investigaciones Matemáticas y Metamatemáticas (CIMM), UCR; Escuela de Matemática, Universidad de Costa Rica, 11501 San José, Costa Rica 25 de mayo del 2008 Resumen Se medita sobre la relación entre las ciencias naturales y las matemáticas, para contrastar dos posturas filosóficas: si el empleo de recursos matemáticos es meramente coadyuvante, o bien si es parte integra del quehacer cientı́fico. 1 Un viejo chiste cuenta que para subir la pro- ducción de leche en una finca ganadera, se hace consultas a un ingeniero, un psicólogo y un fı́si- co. El ingeniero sugiere rediseñar los cubı́culos para ordeñar las vacas, con tantos metros cua- drados por vaca, etc., para mayor eficiencia. El psicólogo sugiere pintar los cubı́culos en verde, etc., para motivar a las vacas. El fı́sico saca una hoja de papel, traza un cı́rculo, y empieza su discurso: “Imagı́nese que la vaca es una esfera” . . . En muchas paı́ses de habla hispana, hay aca- demias e instituciones de “ciencias naturales y exactas”, donde se entiende “ciencias exactas” como un sinónimo arcaico para las matemáticas. Esta terminologı́a sugiere, por un lado, que la matemática es una ciencia (una posición filosófi- ca muy discutible) y por otro, que las demás ciencias constituyen el estudio de la naturaleza. Se plantea, entonces, si esta clasificación es co- rrecta; o si en todo caso, se puede escindir la matemática y el estudio de la naturaleza en cam- pos independientes. El pobre fı́sico del cuento no aceptarı́a tal escisión: para él, las artes matemáticas son una parte ı́ntegra de su profesión. De todas las cien- cias propiamente dichas, la fı́sica es la que es más cercana a las matemáticas, tanto en teorı́a como en la práctica. Pero es un fenómeno muy obser- vado en la actualidad que todas las demás ramas (quı́mica, botánica, geologı́a, ecologı́a, zoologı́a y disciplinas hı́bridas como la bioquı́mica y la biologı́a molecular) sienten la creciente influen- cia de una matemática cada vez más sofisticada. 2 Un par de ejemplos, de mi propia experien- cia. Hace unos 20 años participé brevemente en un equipo interdisciplinario para mejorar los re- cursos cientı́ficos para la pesquerı́a tropical. El equipo que estuvo liderado, como era de espe- rar, por expertos en biologı́a marina, afrontó dos problemas serios: la escasez de los datos dispo- nibles sobre las poblaciones de peces en aguas tropicales; y la poca utilidad de los modelos de población disponibles, que usaban matrices para modelar el cambio estacional de la pesquerı́a en el Atlántico norte. De ahı́ surgió la necesidad de modelar estas poblaciones en tiempo continuo 1 (en las aguas tropicales no hay estaciones) con ecuaciones integrales. Moraleja: en la práctica actual de la ciencia, las matemáticas son indis- pensables. Unos años después, mientras asistı́ a una con- ferencia de geometrı́a diferencial en Italia, llegó un bioquı́mico para hablar de un descubrimien- to cientı́fico entonces reciente, que fue la base de una nueva loción cosmética contra el enve- jecimiento de la piel (la Niosôme de Lancôme, si la memoria me sirve). El punto principal de su conferencia era que los lı́pidos que mejor pe- netraban la corteza celular eran aquellos cuyo balance energético maximizaba un término de curvatura de cuarto orden, dándoles una forma de “ocho”; y que el estudio de tales curvaturas conducı́a a una esquema práctico de fabricación. Traigo a colación estos ejemplos porque in- volucran técnicas matemáticas más sofisticadas que los simples rutinas numéricas y herramien- tas de cálculo diferencial que suelen identificarse con “matemática aplicada” y porque se aplican a disciplinas biológicas en donde la matemática no suele verse como herramienta crucial. Que- da ejemplificado, entonces, que la matemática es al menos útil en toda la ciencia; lo cual aun no demuestra que es necesaria. 3 Volvamos, entonces, a la fı́sica, donde me- jor se aprecia la huella profunda que deja la ma- temática. Richard Feynman, en su libro The Cha- racter of Physical Law,1 dedica una lección a la relación entre la Matemática y la Fı́sica. Hace una distinción entre aquellas leyes de la fı́sica en donde su expresión matemática no es más que una forma abreviada de describir fenómenos na- turales; y otras, como la ley de Newton sobre la gravitación, que serı́a imposible reducir a una expresión verbal. La fórmula de Newton, 𝐹 = 𝐺 𝑀 𝑚 𝑟2 , expresa que la fuerza de atracción gravitatoria 𝐹 entre dos cuerpos de masas respectivas 𝑀 y 𝑚, separadas por una distancia 𝑟, es proporcional al producto de las masas e inversamente proporcio- nalmente al cuadrado 𝑟2 de la distancia; además, que la constante de proporcionalidad𝐺 es lo mis- mo para cualquier par de cuerpos a cualquier dis- tancia. Esta ley, propuesta por Newton en 1687 y ampliamente verificada desde entonces, explica el cómo de la interacción gravitatoria sin expli- car el por qué de la atracción. Las teorı́as mo- dernas que hablan del intercambio de partı́culas denominadas “gravitones” en el fondo no aclaran el mecanismo de dicha atracción. Todo intento de reemplazar esta descripción matemática de la gravedad por una explicación “fenomenológico” has sido vanos, hasta el dı́a de hoy.2 La ley gravitatoria de Newton ilustra otra fa- ceta del uso de la matemática en las ciencias. El cuadrado en el denominador 𝑟2 no es una apro- ximación: la potencia 2 es exacta. No se trata de reemplazar 𝑟2 por 𝑟2,00001 ni por 𝑟1,99999, aunque los estimados originales de Newton sólo tenı́an una precisión de un 4 % (hoy en dı́a mejorado a 10−12 con mediciones por satélite). Si el expo- nente de 𝑟 fuera menor o mayor que 2, se ha cal- culado que el sistema solar no serı́a estable. Algo similar ocurre con el electromagnetismo, donde hay una ley similar de atracción y repulsión con un término 1/𝑟2: si ese exponente no fuera exac- tamente 2, como explica James Clerk Maxwell es su tratado sobre el electromagnetismo,3 no se observarı́a el conocido fenómeno de que la car- ga eléctrica en un conductor se concentra en su superficie. Para sacar estas conclusiones acerca 1Penguin Books, Londres, 1992; basado en una serie de lecciones filmadas por la BBC en 1965. 2Véase, por ejemplo, las lecciones de José Gracia Bondı́a, “Notes on ‘quantum gravity’ and noncommutative geo- metry”, en una Escuela de Verano en Holbæk Bay, Dinamarca, del 12 al 16 de mayo del 2008. Incluidas como un capı́tulo del libro New Paths Towards Quantum Gravity, B. Booß-Bavnbek, G. Esposito and M. Lesch, eds., Springer, Berlin, 2010; pp. 3–58. 3J. C. Maxwell, A Treatise on Electromagnetism, Dover, New York, 1954; reedición del original de 1873. 2 del término 𝑟2, es necesario hacer un estudio ma- temático (de cálculo integral), en cuya ausencia no se podrı́a ligar los fenómenos observados (es- tabilidad en mecánica celeste, concentración de carga eléctrica) con las leyes de atracción. 4 Un tercer aspecto del papel indispensable de la matemática en las ciencias es el fenómeno, poco frecuente pero real, de que la propia estruc- tura matemática de la teorı́a cientı́fica puede dar lugar directamente a descubrimientos importan- tes. El ejemplo más famoso es quizás la de la ecuación de Dirac (1928) para la ley de movi- miento del electrón: Dirac siempre dijo que lo intuı́a por su elegancia matemática. Su ecuación admitı́a nuevas soluciones, confirmadas en 1932 con el descubrimiento experimental del positrón. Desde este golpe de Dirac, los fı́sicos han estado fascinados por la que llaman “la eficacia irrazonable de la matemática en las ciencias”. Cito aquı́ la conclusión del famoso discurso de Wigner con ese tı́tulo:4 El milagro de la relevancia del lenguaje de las matemáticas para la formulación de las leyes de la fı́sica es un don maravilloso que no en- tendemos ni merecemos. Debemos estar agradecidos por ello y esperar que siga válido en investigaciones futuras y que se extenderá, por nues- tro placer aunque quizás también por nuestra perplejidad, a amplias ramas del saber.5 4E. P. Wigner, The unreasonable effectiveness of mathematics in the natural sciences, Communications on Pure and Applied Mathematics 13 (1960), 1–14. 5En el original: “The miracle of the appropriateness of the language of mathematics for the formulation of the laws of physics is a wonderful gift which we neither understand nor deserve. We should be grateful for it and hope that it will remain valid in future research and that it will extend, to our pleasure even though perhaps also to our bafflement, to wide branches of learning.” 3