1 UNIVERSIDAD DE COSTA RICA SISTEMA DE ESTUDIOS DE POSGRADO ENVOLVENTE EXPERIENCIAL DEL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE SOBRE DISEÑO ESCENOGRÁFICO Tesis sometida a la consideración de la Comisión del Programa de Estudios de Posgrado en Artes para optar al grado y título de Maestría Académica en Artes con énfasis en Artes Escénicas MARIELA RICHMOND VARGAS Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, Costa Rica 2019 ii Dedicatoria A la EFE, sueño de cualquier arte-educadora, mentes poderosas que, con los años, me han permitido crecer y ser quien soy en el arte y en la pedagogía. Al LAB, reconciliación con el arte colaborativo, una familia creativa, confianza absoluta, el futuro. Los dos grandes espacios de aprendizaje por los que esta investigación existe. Agradecimientos A mis papás, hermanas y sobrina, gracias por estar y comprender mis no-tiempos. A Tatiana Sobrado, por ser la primera maestra escénica que tuve, posteriormente amiga teatral y de la vida. Le agradezco aceptar el reto de paciencia que implicó una y otra vez, darle seguimiento a esta investigación. A Alejandra M., Rebeca W. y Grethel, con quienes compartí casa, cafés y largas conversaciones en un inicio. Gracias por apañarme, aconsejarme y abrazarme con cariño y disciplina. A los facilitadores y facilitados de los LABs, volcanes de posibilidades. A Leonardo Sebiani, Marco Guillén y Valeria Guzmán, por la lectura paciente. A Johnny Valverde, que enfocó en un inicio las formas de comunicar esta investigación. A Guille, que impulsó los últimos meses de trabajo con la resistencia afectiva que yo necesitaba. A Ricardo Romero, Ana Harcha, Rodrigo Bazaes, Pablo de la Fuente y Camilo Saavedra, por el tiempo dedicado en cada café de diseño escénico en Chile. A Marilia Velardi, por ser una pieza vital en la ruta final de esta investigación. A los estudiantes que he podido acompañar en los procesos de enseñanza-aprendizaje, culpables (en muy buen sentido) de mis preguntas profesionales y académicas. Son la base y la fuerza para creer en los procesos pedagógicos empáticos y colaborativos. iii A mis colegas diseñadores escénicos, en especial a Carlos Schmidt y Michelle Canales, motores de LAMAE, entusiastas de la creación de una plataforma para nuestro gremio; con ambos construyo teoría y práctica todas las semanas, me enseñaron a accionar y no perder la esperanza. Aplaudo su trabajo, entusiasmo y dedicación. v Tabla de contenidos Dedicatoria ii Agradecimientos ii Resumen viii Lista de diagramas ix Lista de imágenes x Capítulo 1. Introducción 2 1.1. Contextualización 2 1.2. Justificación 4 1.3. Hipótesis de la investigación 5 1.4. Objetivos 6 1.5. Estado de la cuestión 6 1.5.1. Con respecto a los procesos de enseñanza-aprendizaje 7 1.5.2. Proyectos-acción pedagógica 7 1.5.3. Investigaciones pedagógicas 7 1.5.4. Rol de la persona diseñadora escenográfica 8 1.5.5. Aprendizaje del diseño escenográfico 10 1.5.6. Aprendizaje del diseño escenográfico en Costa Rica 11 1.6. Marco metodológico 12 1.6.1. Investigación-acción 13 1.6.2. Sobre lo personal en la escritura de la investigación-acción 13 1.6.3. Sistematización de experiencias 17 1.7. Marco teórico y conceptual 20 1.7.1. Conceptos clave en los capítulos 20 vi 1.7.2. Concepto de laboratorio 20 1.7.3. El giro afectivo y la experiencia 28 1.7.4. La experiencia y la construcción de espacialidad 37 1.7.5. Escenografía 40 Capítulo 2. Motores para la enseñanza-aprendizaje del espacio escenográfico en el marco del LAB 44 2.1. Breve contexto sobre la enseñanza de la plástica escénica en Costa Rica 44 2.2. Antecedentes del LAB: afectaciones intelectuales y emocionales 47 2.3. Llamado a la colectividad 49 2.4. Plan piloto: los acuerdos iniciales 50 2.5. La columna del LAB: interrogantes y negociaciones 51 2.6. Proceso de conformación del LAB 55 2.7. La convocatoria para ser parte del LAB 56 2.8. Los laboratoristas seleccionados 57 2.9. Áreas de estudio: contenedor, contenido y lenguaje 58 2.10. Miradas paralelas 60 2. 11. Registro de posibilidades: Las experiencias, la corporalidad y las resonancias 62 2. 12. Las experiencias 67 2. 13. La corporalidad 72 2. 14. (Paréntesis): Módulo contenido 73 2. 15. Caso de estudio: módulo contenido las bio-instalaciones 76 2.16. Las resonancias 81 2.17. Hallazgos y desencuentros a mitad de la investigación-acción 109 Capítulo 3. El LAB de pensamiento y acción sobre el espacio escenográfico 110 vii 3.1. Breve panorama alrededor de la historiografía escenográfica 111 3.2. Cuestionamientos: de plástica escénica a visualidad escénica 114 3.3. De términos y roles de la persona diseñadora escenográfica 121 3.4. Sistemas de producción del espacio escénico 131 3.4.1. Sistema de pensamiento escenográfico a partir de distintos procesos 131 3.4.2. Sistema de pensamiento escenográfico por etapas 136 Capítulo 4. Estas no podrían ser las conclusiones 147 4.2. Testamento para el LAB 152 4.2.1. Paciencia y escucha en lo colectivo 152 4.2.2. Las personas diseñadoras también ensayamos 153 4.2.3. No dejar de aprender-enseñar 154 4.2.4. Redes a largo plazo 155 4.2.5. Poner el cuerpo 157 Anexos 158 Bibliografía 159 viii Resumen Esta investigación/acción académica en Artes Escénicas, podría describirse como sustantivamente escenográfica y adjetivamente pedagógica, cuya realización contiene la esperanza de que se constituya en un material generoso, abierto y estimulante en interpretaciones e imágenes alrededor del proceso de enseñanza – aprendizaje en el marco del diseño escenográfico. En ella, se abarca la sistematización de la experiencia pedagógica alrededor de la enseñanza del espacio escenográfico en el período 2015-2016, en el marco del Laboratorio (LAB) Memoria de las Artes Escénicas realizado en San José, Costa Rica. A partir de la sistematización, se plantearon algunas interrogantes: ¿cuáles podrían ser las diferencias o puntos de encuentro entre escenografía y visualidad escénica?, ¿y entre arquitectura teatral y escenografía?, ¿entre espacio escenográfico y diseño escénico? y ¿cuáles son los roles de las personas diseñadoras escénicas en el contexto costarricense actual?, ¿cuáles son los sistemas de producción escénica bajo los cuales se trabaja en el país? La tesis vincula estas cuestiones y plantea posicionamientos e intuiciones como respuesta a las acciones realizadas en el marco del LAB. Las preguntas alrededor del tema quedan como una tarea que debe continuar ampliándose con el paso del tiempo tanto en el LAB, como en futuras investigaciones cercanas a esta temática. Palabras claves: escenografía, diseño escénico, sistematización, educación, visualidad escénica. ix Lista de diagramas Diagrama 1. Apuntes sobre sistematización de experiencias Diagrama 2. Apuntes con respecto a la experiencia Diagrama 3. Metáfora del LAB y el proceso de acción+pensamiento Diagrama 4. Apuntes sobre el aprendizaje colectivo Diagrama 5. Dejar la revolución y empezar el carnaval: la experiencia Diagrama 6. Apuntes sobre la metodología de extrañamiento en la traducción Diagrama 7. Apuntes alrededor de la espacialidad Diagrama 8. Apuntes alrededor del texto-espacio Diagrama 9. Elementos poéticos Diagrama 10. Apuntes sobre la bio-instalación I Diagrama 11. Apuntes sobre la bio-instalación II Diagrama 12. Módulo contenedor (primera parte) Diagrama 13. Módulo contenedor (segunda parte) Diagrama 14. Módulo contenedor (tercera parte) Diagrama 15. Módulo contenido (primera parte) Diagrama 16. Módulo contenido (segunda parte) Diagrama 17. Módulo contenido (tercera parte) Diagrama 18. Visualidad de la escena Diagrama 19. Apuntes alrededor de las hibridaciones Diagrama 20. Apuntes alrededor de la creación colectiva Diagrama 21. Apuntes sobre los espectadores Diagrama 22. Apuntes sobre las capas del diseño espacial Diagrama 23. Ruta del proceso de enseñanza-aprendizaje en el LAB Diagrama 24. La escenografía como generadora de la acción escénica x Lista de imágenes Imagen 1. Fragmento de la primera rejilla de tópicos diseñada para el LAB Imagen 2. Segunda rejilla de tópicos diseñada para el LAB xi 1 Una pedagogía de la emancipación presupone que un «ignorante» enseñe a otro «ignorante». Un ignorante no logra ciertamente enseñar a otro ignorante unos contenidos determinados, pero puede ayudarle a encontrar un camino, su camino, y a asociar cosas aparentemente diversas… Jacques Ranciére, El maestro ignorante 2 Capítulo 1 Introducción 1.1. Contextualización La presente pesquisa abarca la sistematización de la experiencia pedagógica alrededor de la enseñanza del espacio escenográfico en el período 2015-2016, en el marco del Laboratorio Memoria de las Artes Escénicas (LAB- MAE) realizado en San José, Costa Rica entre los meses de febrero a noviembre del año 2016. Este proyecto se constituyó a partir de un núcleo de personas con interés en la generación teórico-práctica alrededor de la visualidad escénica. Por otra parte, la Memoria de las Artes Escénicas (LAMAE) es el proyecto madre que envuelve el LAB (laboratorio). Se fortaleció y se hizo público después de ganar el fondo concursable del Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica: ProArtes (2015-2016), el cual tiene como ámbito de acción el fortalecimiento de la industria cultural independiente del país. LAMAE constituye el fruto de horas de búsqueda, comparación y apropiación de distintos planes de estudio en el campo de la Escenografía y el Diseño Teatral en América Latina y su fin ha sido entrar en diálogo tanto con las necesidades de nuestro contexto teatral, como con la búsqueda de un espacio físico y de investigación donde confluyan las personas diseñadoras de la escena costarricense. Las conversaciones con personas del ámbito del diseño sobre el contexto teatral costarricense nos llevaron a observar la necesidad que había de pensar en un LAB de enseñanza-aprendizaje donde, a partir de un plan de contenidos, se elaborara una rejilla temática de Espacio Escenográfico. De esta forma, los facilitadores y estudiantes podrían enfrentarse a los temas propuestos en el marco de la constitución del LAB. Es decir, esta iniciativa se pensó como un primer eslabón que colaborara en la formación profesional del gremio de personas diseñadoras de la visualidad escénica en Costa Rica. Quien lea el presente documento debe ser consciente de que este tipo de proyectos no son procesos cerrados, ni plantean una metodología rígida, sino que generan atisbos de una manera de organización y clasificación que le pertenecen 3 a un sistema vivo y mutante, como lo es la enseñanza-aprendizaje en un proceso colaborativo y experimental. La investigación, por tanto, contiene un carácter de búsqueda, ya que se desarrolló en dos momentos: el primero, mientras se ejecutaban las sesiones del LAB (2016), de manera que presenta un viaje en el presente, una sistematización en tiempo real, un viaje hacia lo desconocido, con intuiciones que van guiando las ideas y acciones; el segundo, en una posterior reflexión y teorización de los procedimientos y conceptos desarrollados (2017-2019). Cabe señalar que, como parte del desarrollo de este documento de investigación, decidí añadir mapas mentales en forma de diagramas, de mis notas de bitácora (con carácter de escritura manual). Estos documentos fueron insumos para escribir y son parte fundamental de la sistematización realizada durante el proceso del LAB. En los diagramas, hay relaciones que establezco y de las cuales no se desarrollan necesariamente todos los tópicos en el presente documento, ya que consideré importante dejar huella de las ideas o nodos que germinaban a partir de un término o de un procedimiento, como la marca de un proceso vivo y en construcción al mismo tiempo. Los diagramas evidencian una forma de pensamiento y escritura muy propia, donde intento posibilitar un canal entre los procesos ocurridos en el 2016 y la posterior reflexión de los conocimientos adquiridos, los cuales desarrollé en esta tesis durante el 2017, 2018 y 2019. La investigación se realizó en dos vías: por un lado, el análisis de las estrategias práctico-metodológicas de la pedagogía utilizada, y por otro, la reflexión sobre las temáticas impartidas en el LAB durante el periodo de enseñanza-aprendizaje. El LAB, en su corta trayectoria, ha logrado desarrollar un plan de estudio en las áreas de espacio escenográfico, indumentaria e iluminación escénica. Durante los tres años de impartir sesiones (8 meses en cada área), han cursado clases un total de 65 personas diseñadoras hasta el 2018. Para la presente 4 investigación se desarrolla únicamente la sistematización y análisis del LAB de espacio escenográfico. Así las cosas, a partir de la sistematización de las sesiones durante los 8 meses de investigación/acción del LAB de espacio escenográfico, se plantearon algunas preguntas que dan forma a esta investigación, como: ¿cuáles podrían ser las diferencias o puntos de encuentro entre escenografía y visualidad escénica?, ¿y entre arquitectura teatral y escenografía?, ¿entre espacio escenográfico y diseño escénico? y ¿cuáles son los roles de las personas diseñadoras escénicas en el contexto costarricense actual?, ¿cuáles son los sistemas de producción escénica bajo los cuales se trabaja en el país? La tesis vincula estas interrogantes y plantea posicionamientos e intuiciones como respuesta a las acciones que se dieron en el marco del LAB, por lo que el compromiso con el seguimiento del proyecto desde la Fundación Memoria de las Artes Escénicas ̶ y por tanto del proyecto LAB ̶ y las preguntas alrededor del tema son una tarea que debe continuar ampliándose con el paso del tiempo y en futuras investigaciones. Esta investigación académica en Artes Escénicas podría describirse como sustantivamente escenográfica y adjetivamente pedagógica, cuya realización contiene la esperanza de que se constituya en un material generoso, abierto y estimulante en interpretaciones, memorias e imágenes generadas durante los meses de trabajo en el marco del LAB y su posterior sistematización y análisis a lo largo del año 2016, 2017 y 2018. 1.2. Justificación Costa Rica carece de un corpus investigativo que reconozca la evolución de algunas de sus manifestaciones artístico-culturales, en consecuencia, existe una deuda con la gran mayoría de registros de procesos artísticos, especialmente en el área de artes escénicas. Por ende, no se cuenta con material especializado para estudiar a nuestros profesionales en diseño de la escena nacional en el área escenográfica, mucho menos su labor pedagógica en las universidades estatales u otros espacios. Así 5 las cosas, la consecuencia más directa de este vacío es que se priva a las nuevas generaciones de la continuidad histórica del diseño escénico costarricense. En la presente investigación me interesa abordar el tema escenográfico desde un norte que permita enfocar todo lo que tiene que ver directamente con el proceso pedagógico del área para la conformación de un gremio escénico. Posteriormente, me enfocaré en plantear cuáles son los quehaceres de las personas diseñadoras escénicas en el contexto actual costarricense. La sistematización de la experiencia en el LAB se estructura en tres ejes vitales con sus ramificaciones, considerados motores del proceso pedagógico: la experiencia, la corporalidad y las resonancias. Estos ejes se consideraron la síntesis del corpus de trabajo durante los meses en los que se trabajó en el marco del LAB. Asimismo, la investigación evalúa y reflexiona sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje del LAB de espacio escenográfico, a la vez que se puntualizan los hallazgos encontrados y se profundiza en las recomendaciones o posibilidades a trabajar en el futuro, con el fin de vislumbrar un seguimiento a los caminos que tomará el proyecto. Por la forma en la que se plantea la sistematización del proceso formativo y la conformación del contenido en cuanto a diseño escenográfico, se espera que la investigación pueda funcionar tanto para las personas facilitadoras de las áreas de diseño teatral en general, como en los espacios de formación teatral en el país: la Escuela de Arte Escénico de la Universidad Nacional de Costa Rica, la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica y el Taller Nacional de Teatro. 1.3. Hipótesis de la investigación La investigación desarrolla un panorama que plantea la generación del LAB de espacio escenográfico como un proceso de colaboración que contiene una multiplicidad de voces con distintas miradas, con la lógica de una convivencia colectiva mediada por los procesos de enseñanza-aprendizaje. 6 Ante este panorama, surgen dos hipótesis: a) La voz de la experiencia de las personas facilitadoras dentro del marco de enseñanza-aprendizaje genera la construcción de un proceso pedagógico en el LAB de espacio escenográfico. b) La definición del rol de las personas diseñadoras escenográficas en la escena costarricense actual es una de las pautas vinculatorias que permite respaldar el planteamiento teórico del LAB y, por tanto, de su desarrollo. 1.4. Objetivos 1.4.1. Objetivo general Sistematizar y analizar la experiencia del proceso formativo del LAB de espacio escenográfico, desarrollado en Costa Rica en el periodo 2015-2016, con el fin de señalar los distintos roles de las personas diseñadoras escenográficas en nuestro contexto. 1.4.2. Objetivos específicos a) Sistematizar la experiencia pedagógica durante el proceso de enseñanza- aprendizaje en la propuesta del LAB de espacio escenográfico 2015-2016. b) Vincular las cualidades de la enseñanza-aprendizaje con los planeamientos teóricos que conforman la propuesta del LAB de espacio escenográfico, con el fin de identificar los aportes pedagógicos de la propuesta para una persona diseñadora escénica. 1.5. Estado de la cuestión A fin de trenzar los contenidos del aprendizaje del diseño escenográfico con los procesos de enseñanza-aprendizaje que nos interesa relacionar con el LAB, se estudiaron proyectos, metodologías y conceptos que tienen coincidencias con la línea de investigación/acción del LAB. Además, se realizó un panorama general para identificar algunos procesos y teorizaciones que presentaban diferencias, con el fin de buscar el posicionamiento de la investigación. 7 1.5.1. Con respecto a los procesos de enseñanza-aprendizaje Temáticas como creación en redes colaborativas, la conformación de planes de estudio desde los deseos educativos, la desobediencia a la estructura curricular, educar desde la afectividad, la desterritorialización del conocimiento, el valor de la experiencia, la des-economía de los saberes, la inclusión del cuerpo en los procesos formativos, la intuición, el caos y el error como parte de los procesos de enseñanza-aprendizaje, conforman las primeras líneas de interés del LAB, por lo cual el abordaje teórico se construye desde estos ámbitos. 1.5.2. Proyectos-acción pedagógica Algunos proyectos que aportan en la construcción de la forma pedagógica en el LAB son El modelo de educación de Meyer (1954) y su Polvo de Gallina Negra en México (1983), el Proyecto secundario Maresca (2014) en Buenos Aires, Argentina, La red de pedagogías empáticas con sede en México (2017), Another Roadmap of Art Education (2012) de la Universidad de Artes de Zúrich coordinado por Carmen Morsch, el colectivo Pedagogías Invisibles (2010) encabezado en un inicio por María Acaso, en Madrid, España. Estos proyectos los conforman facilitadores interesados en la colectividad que construyen conocimientos que parten del deseo y en los cuales el arte sea la columna de transmisión de saberes. 1.5.3. Investigaciones pedagógicas En la línea de construcción teórica sobre procesos educativos en red y con metodologías multidisciplinares y colaborativas se revisó Reactivando la imaginación. Prácticas educativas del CA2M en torno a la experiencia, de Martínez (2011); El aprendizaje de los inesperado, de Acaso y Elleworth (2011); Dar que pensar. Sobre la necesidad política de nuevos espacios de aprendizaje, de Garcés (2010) e Investigando la educación disruptiva en los contextos educativos formales, de Acaso y Manzanera (2015), textos en los cuales se analizan otras formas de diálogo con el contenido de un plan de formación independiente y flexible con el contexto y temática sobre el cual se trabaja. 8 En la línea de toma de posición desde la educación, me interesó investigar: Pedagogía de la esperanza de Freire (2010), La mente bien ordenada y Educar en la era planetaria de Morín (2000, 2002) y La escuela como discurso de Acaso (2018). Cada uno de estos textos coloca los antecedentes para comprender a qué nos referimos con el giro afectivo y político. Cabe aclarar que con “político” queremos decir tomar posición desde la mediación educativa, en la formación pedagógica desde el discurso y desde la forma. Alrededor de la metodología de un laboratorio, se estudió el proceso investigativo de Frabboni (2005), profesor de la Facultad de Ciencias de la Formación de la Universidad de Bolonia y del cual puntualmente analizamos el libro La escuela como laboratorio, texto en el cual los saberes tradicionales se valoran en la esfera afectiva/emotiva de los estudiantes, los cuales se dedican gran parte del tiempo a la experimentación e investigación. Con el fin de reflexionar sobre los posibles vínculos entre la enseñanza del teatro con la enseñanza del diseño escenográfico, se revisó la tesis de posgrado de Rojas (2012), Metodología de la enseñanza de la interpretación teatral, de la Universidad Rey Juan Carlos, en España, la cual ofrece un importante aporte desde los lineamientos y casos de estudio que giran alrededor de la línea pedagógica del teatro. En Costa Rica, no existe bibliografía específica que enmarque la temática sobre la enseñanza de la escenografía, ya que no existe una carrera específica de diseño escenográfico en ninguna universidad estatal o privada, ni en ningún instituto independiente, por tanto, se ahondó en la búsqueda de tesis de grado de escuelas en Latinoamérica (por la cercanía en sistemas de producción escénica con Costa Rica) que pudieran darnos un panorama del estatus en cuanto enseñanza del diseño escénico en el área. 1.5.4. Rol de la persona diseñadora escenográfica El primer Encuentro Iberoamericano de Escenografía - Diseño Teatral en Chile, sistematizado y organizado por las profesoras Verónica Navarro y Maite Lobos (2003) del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile, convocó a 9 varios diseñadores a realizar un análisis de su quehacer y se conforma con un documento audiovisual con valiosos aportes. Desde el archivo del primer Encuentro Iberoamericano de Escenografía se extrae el artículo El discurso visual en la escena: autónomo, evolutivo, autoral e ideológico (2013) del diseñador y director chileno Rodrigo Bazaes. El texto aporta herramientas para enfocar el rol de la persona diseñadora, los desafíos y posibilidades de diálogo con las demás partes del equipo creativo en la producción. Para trenzar los quehaceres con la metodología de trabajo, se propone profundizar en dos textos: a) La investigación de los procesos teatrales. Manuales de uso, de Grass (2011), texto que trata distintas metodologías de abordaje del hecho escénico, particularmente, rescata lo relacionado con procesos colaborativos entre directores y personas diseñadoras escenográficas. b) Dramaturgia del espacio del director y dramaturgo chileno Griffero (2011), de quien nos interesan sus aportes alrededor de la geometría del espacio como potenciador del dispositivo escénico y canal de búsqueda entre la persona que dirige y la que diseña, además de que su metodología coloca el vínculo con el cuerpo de los actores y actrices en la escena. Con respeto a la formación escenográfica se estudió Manual práctico de diseño escenográfico, de González (2014), escenógrafa mexicana. Para ella, la enseñanza de la escenografía constituye a grandes rasgos, una serie de materias aisladas y la formación corresponde en gran medida a las preparaciones académicas y técnicas previas que los profesionales han adquirido en la práctica. Esto ha provocado que cada persona escenógrafa enfoque su participación en una puesta escena de manera distinta, según su propósito, medio o visión. Le interesan las posibilidades de diálogo entre la persona que diseña y la que dirige, apuntando a las distintas formas de diálogo entre ambas. El libro, al ser un manual, ofrece un procedimiento paso a paso, el cual será citado en esta tesis como el método tradicional de trabajo escenográfico en el segundo capítulo de la investigación. 10 Una mirada hacia sistemas de producción más flexibles en la escena se puede observar desde el texto escrito por Romero, R., Zapata, S. y Bazaes, R. (2013), El diseño teatral: iluminación, diseño y escenografía que produjo el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, donde se analiza una guía alrededor del procedimiento del diseño a través de procesos: tradicional, laboratorio y experimental. Además, se hace referencia al término visualidad escénica, sobre el cual ahondaré más adelante. Para cerrar, Raymond (2009) publica El actor en el espacio. La escenografía como generadora de la acción escénica. Es un libro que combina la construcción del discurso escénico con la dramaturgia visual, organiza las bases de composición en la escena, para crear partituras de acción con objetos, vestuario e iluminación. 1.5.5. Aprendizaje del diseño escenográfico La gran mayoría de textos investigados fueron tesis de grado la carrera de Diseño Teatral en la Universidad de Chile. A continuación, una síntesis de cuatro de ellos: a) Escalona (2005) realiza un Análisis comparativo a las metodologías de creación y producción de los diseñadores teatrales en los distintos formatos escénicos en Chile, en el cual nos enfrenta a la problemática del espacio y la creación escénica, que sin bien es cierto tienen un enfoque contextual, en los términos generales de su planteamiento funcionan como punto de encuentro para el desarrollo del capítulo dos de esta investigación. b) Larrín (2001), en su investigación de grado, “Por ende”, proyecto de investigación para realizar una obra a partir del diseño teatral, convoca a una revisión que da un giro interesante a la estructura de creación escénica, tradicionalmente hablando, donde se parte del área de diseño y posteriormente se desarrolla el diálogo entre un texto dramático y un director o directora, contrario a como se trabaja normalmente con el texto como punto de partida. c) Sobre el aporte del rol de la persona diseñadora en la escena, se revisó La historia paralela. El diseñador teatral como narrador visual en la puesta en 11 escena, de Valenzuela (2004), donde se pone en evidencia la importancia del diseño como herramienta para la concepción inicial de la puesta en escena, por lo que plantea una metodología a seguir. d) Por último, Espacio sobre espacio. Las oportunidades que entrega la instalación plástica al trabajo del diseñador teatral, de Marambio (2008). La autora posiciona a la persona diseñadora como motor de creación y búsqueda y esta mirada nos interesa para girar la vista hacia otras posibles herramientas en el proceso de creación. 1.5.6. Aprendizaje del diseño escenográfico en Costa Rica Dentro de las investigaciones costarricense enfocadas al tema de estudio, primero se estudió la tesis de grado del arquitecto y escenógrafo costarricense Garnier (2002), Problemática del diseño esceno-arquitectónico: aproximación alternativa para la construcción de la teatralidad. Garnier plantea el proceso que se llevó a cabo para construcción conceptual y la ejecución de la escenografía a partir de un texto dramático. Esta investigación, nos ofrece puntos de partida para comparar un proceso con corte más tradicional, con respecto a otras formas de abordar el diseño en la actualidad. Para concluir, es importante analizar una serie de textos que, si bien no están vinculados por completo con la escenografía, dan cuenta de líneas en la historia más reciente de nuestro país, que contribuyen a la contextualización de los procesos actuales de las artes escénicas de Costa Rica. Vinocourt y Guillén (2007) en La tradición del presente: actualidad de las experiencias teatrales en Costa Rica en las últimas tres décadas. Miradas subjetivas, en los textos vinculan temas de la construcción historiográfica de la escena en el país, particularmente nos interesaron las experiencias que se relacionan con lo escenográfico y la transmisión de conocimientos del área. Por otro lado, Fumero (2004, 2011) trabaja sobre dos textos que aportan a la construcción del contexto teatral y por tanto escenográfico en el país en Base de datos: Las compañías y representaciones teatrales en San José (1850-1915), publicado en 1994 y La creación de la Escuela de Artes Dramáticas de la 12 Universidad de Costa Rica, publicado en 2011, ambos con un análisis puntual de los giros y trayectos que conformaron el crecimiento del gremio escénico en la actualidad, puntos de encuentro para enlazar la germinación del LAB en el contexto costarricense actual. 1.6. Marco metodológico En esta sección se abordarán conceptos referentes a la metodología de enseñanza-aprendizaje, particularmente de la enseñanza del diseño escenográfico. Se revisan proyectos, referentes historiográficos, bibliográficos y se entrelazan saberes entre ellos. En términos generales, partimos del hecho que el proceso de enseñanza es un acto complejo. Enseñar implica tomar decisiones, atender a demandas distintas y mantener cierto nivel de incertidumbre. La enseñanza es comunicación, exploración, pericia, entre otras cosas, y un lugar donde todos generamos los conocimientos en comunidad. En Camargo, Hederich y Jerome (2010) y Edwards y Mercer (1988), por ejemplo, encontramos que el aprendizaje puede considerarse como un proceso de socialización, de adquirir nuevas formas de comprender y explicar la realidad. Las personas estudiantes son activas, construyen el conocimiento interactuando con otros en contextos de aprendizaje diversos; con lo que aprender se entiende como una reacción que se construye socialmente, en la cual facilitadores, maestros o profesores aprenden al mismo tiempo que enseñan. La enseñanza-aprendizaje incluye las creencias y conocimientos de los estudiantes y debe promover un aprendizaje enriquecido y contextualizado. Para enseñar y aprender es necesario considerar las características del estudiante (experiencia, madurez, heterogeneidad), del docente (persona facilitadora en nuestro caso), es decir, la experiencia y del contexto (momento del curso, número de personas involucradas, espacio en el que se imparte el LAB, etc.). 13 1.6.1. Investigación-acción Se puede afirmar que este trabajo tiene rasgos de una investigación-acción, ya que contiene fuentes primarias (sesiones en el marco del LAB-2016) y un trabajo de sistematización, análisis y reflexión que se llevó a cabo posterior al cierre del LAB (2017-2019). El texto responde a las preguntas que emergieron durante el proceso de desarrollo y el análisis de los datos que se acuñaron después del proceso del LAB. Lewin (1992) concibió́ este tipo de investigación como la que es emprendida por personas, grupos o comunidades que llevan a cabo una actividad colectiva en beneficio de todos, la cual se trata de una práctica social reflexiva en la que interactúan la teoría y la práctica, con miras a establecer cambios apropiados en la situación estudiada y en la que no hay distinción entre lo que se investiga, quien investiga y el proceso de investigación. Es decir, con ella se busca desarrollar el pensamiento práctico, se hace uso de la reflexión y el diálogo, se transforman ideas y se amplía la comprensión de los contenidos tomando en cuenta el pensamiento crítico, que hace responsable a cada una de las partes involucradas en el proceso. Los facilitadores del proceso enseñanza-aprendizaje cumplen el papel de asesores o guías del proceso formativo, están involucrados de manera activa en todas las decisiones temáticas y metodológicas, parten de su experiencia personal-profesional para compartir los conocimientos. Según Restrepo (s.f.), la investigación-acción es un instrumento que permite al maestro comportarse como aprendiz de largo alcance, como aprendiz de por vida, ya que le enseña cómo aprender a aprender, cómo comprender la estructura de su propia práctica y cómo transformar permanente y sistemáticamente su práctica pedagógica. 1.6.2. Sobre lo personal en la escritura de la investigación-acción Planteo la escritura de la investigación desde un acercamiento personal, tanto como facilitadora como partícipe de las sesiones de trabajo del LAB. Mediante procesos de auto reflexión, revisión de mis diagramas de bitácora y, 14 posteriormente, a partir de la sistematización del proceso como la voz reflexiva, que genera los enlaces entre los tópicos y las metodologías desarrolladas. El aporte de este modelo de escritura personal en los procesos escénicos lo apoya la investigación de Grass (2011), quien señala que la realidad se construye a partir de las prácticas discursivas y de las experiencias que generan sentidos colectivamente mediante el lenguaje, mediante las traducciones posibles. Por otro lado, Alasuutari (1995) afirma que el proceso de escritura no es una etapa final y separada donde el investigador “informa” sobre la investigación realizada. Por el contrario, es un proceso de búsqueda, de análisis, donde el texto se configura en fondo y forma para quedar como resultado para las futuras generaciones. Es decir, el proceso de escritura no se encuentra separado de la investigación ni de la práctica (acción), si no por el contrario, se deben tomar en cuenta los tejidos desde la experiencia, con el fin de que sean herramientas que ejemplifiquen la relación profesional con la práctica cotidiana. Una forma de trenzar esta forma escritural en esta investigación fue incorporar los diagramas como un recordatorio de las sesiones de trabajo (describir) posteriormente (estructurar), desde la voz personal de la experiencia vivida y observada. Los diagramas plantean una forma de sistematizar que se trata de un proceso que responde a un esquema de pensamiento que no es lineal, sino rizomático y, por ende, plantea enlaces que se vinculan de forma ramificada, por lo cual permite que plantear una lógica más cercana a lo que se vivió en las fases del proceso. Como tercer paso (relacionar), se unen los diagramas personales con la escritura, por lo cual se establece que los diagramas se coloquen en papel transparente frente al texto de la investigación, con el fin de traslapar ambas formas de reflexión en una sola mirada, es decir, los diagramas dejan entrever el texto que se coloca por debajo y ambos se cruzan con palabras en distintos colores, que provocan, sutilmente, nodos de interacción. >Describir< >Estructurar-Nombrar< 15 >Relacionar< Los diagramas enlazan la escritura del documento con mis apuntes de la bitácora de trabajo, la forma en la que ambas formas dialogan es mediante el subrayado de palabras claves que dirigen la mirada, comprensión y enlace entre el texto y el diagrama. Los colores señalan dos categorías: Apuntes alrededor de la metodología (acción) pedagógica Contenidos formativos alrededor del diseño escenográfico Sin bien en algunos casos las palabras subrayadas comparten categoría, el fin no es dividirlas, sino establecer una guía visual para la mejor comprensión de quien lea el documento. 16 Diagrama 1. Apuntes sobre sistematización de experiencias. Fuente: elaboración propia. 17 1.6.3. Sistematización de experiencias Para la sistematización de experiencias, Jara (2018) propone valorar el significado de las experiencias, los puntos de vista individuales y el ambiente natural donde el fenómeno ocurre, para lograr así un diálogo entre las partes. Es decir, la sistematización de experiencias produce conocimientos que apuntan a la trascendencia, recupera lo sucedido, reconstruyéndolo históricamente para interpretarlo y obtener aprendizajes. Según Jara (1994a), no se reduce a narrar acontecimientos, describir procesos, clasificar u ordenar los datos, todo ello es solo una base para realizar una interpretación crítica. El autor agrega que las experiencias son procesos históricos y sociales dinámicos que se encuentran en permanente cambio y movimiento. Son procesos complejos en los que interviene una serie de factores objetivos y subjetivos que están en interrelación, por lo cual gran parte del proceso se basa en la observación y/o registro y análisis de comportamientos. La realidad la construimos desde la práctica discursiva, es decir, desde las relaciones entre personas en las prácticas cotidianas, por tanto, las experiencias dependerán de las condiciones de contexto o del momento histórico en las que se desenvuelven y las situaciones particulares que la hacen posible. El análisis y reflexiones personales están muy presentes en la investigación-acción, ya que son preguntas que nacen desde lo personal. Por tanto, se vinculan con lo emocional y muchas veces con lo intuitivo, las experiencias expresan una enorme riqueza de análisis, ya que son inéditas e irrepetibles. Para Grass (2011): En términos del aporte de estos modelos a la investigación teatral, me parece relevante destacar aquí la flexibilidad para tomar herramientas provenientes de otras áreas del saber, así como la idea de que el investigador hace una interpretación de una interpretación. Si pensamos, en esta línea, que una obra de arte es una interpretación de primer orden, el trabajo del analista teatral también sería una interpretación de una 18 interpretación, y podríamos buscar en las metodologías cualitativas aquellos modelos de lectura o análisis que pudieran aplicarse a los fenómenos escénicos. (p. 81) Esta metodología valoriza los saberes de las personas que son sujetos de las experiencias, por lo tanto, brinda espacio al pensamiento divergente y a las prácticas colaborativas. Ardenne (2006) señala sobre este tema: La experiencia, -en el origen, la experientia latina- deriva del término experiri, hacer la prueba de, una prueba llevada a cabo de manera voluntaria y en una perspectiva exploratoria, cuya finalidad es una ampliación o enriquecimiento del conocimiento, del saber, de las aptitudes. Porque es una prueba, la experiencia tiene como naturaleza dinamizar la creación. Recurrir a ella permite aferrarse a fenómenos inéditos que el artista provoca y precipita, esperando de su desarrollo, un aumento de expresión, una mejor comprensión del mundo y una posibilidad de habitarlo mejor. (p. 32) Tomando la experiencia como uno de los ejes principales de la investigación y de la escritura, y de la mano con la sistematización, se trabaja con ejercicios puntuales a los que llamamos módulos de estudio, con el fin de trenzar los contenidos alrededor del diseño escenográfico y la metodología utilizada. De los tres módulos de estudio (contenedor, contenido, lenguaje), se realizó una selección de las sesiones que contenían los ejercicios que se consideraron estructuralmente más importantes para cada uno de ellos y a los que abarcamos temporalmente con mayor energía y enfoque. Además, se perfiló un cuarto espacio que en la investigación llamo “módulo integrador”, el cual concentra ejercicios compartidos entre dos o más módulos. 19 Diagrama 2. Apuntes con respecto a la experiencia. Fuente: elaboración propia. 20 1.7. Marco teórico y conceptual 1.7.1. Conceptos clave en los capítulos El capítulo dos gira en torno a la mirada desde el proceso del laboratorio en el proceso de enseñanza-aprendizaje, se plantean discusiones en torno a la forma de generar un laboratorio que envuelva la esfera emotiva (giro de afectividad) y posicione la exploración y reflexión como parte del desarrollo de los tópicos. En el capítulo tres, se profundiza sobre temáticas particulares del currículo de la enseñanza del diseño escenográfico en el LAB. Los dos grandes tópicos que envuelven este capítulo son, por un lado, la definición de escenografía y de diseño escénico y, por otro, las distintas formas de trabajar/colaborar/producir de una persona diseñadora escenográfica en el contexto costarricense. 1.7.2. Concepto de laboratorio La palabra laboratorio se utiliza para nombrar el foco pedagógico de la investigación de tesis. Cuando nombramos a las sesiones Laboratorio (LAB) de Espacio Escenográfico no teníamos del todo claro qué implicaba un laboratorio en cuanto proceso educativo. Intuimos que un laboratorio podría ser experimental y permeable, que podríamos trabajar con ejercicios que se fuesen cocinando con el tiempo. Al desarrollar esta investigación, retomé el término “laboratorio” y cuestioné su origen en nuestro proceso, poniendo a prueba nuestras apuestas, intuiciones y conflictos, con el fin de precisar las características que tomamos del término, para la constitución del LAB y eliminar presupuestos que distorsionen su nombramiento en el marco de la presente investigación y en el desarrollo de los LABs en el futuro. En primer lugar, la palabra laboratorio ha sido tradicionalmente utilizada por la ciencia y está ligada al método científico. En esta línea, en un laboratorio se da una serie ordenada de procedimientos de los que hace uso la investigación para observar la extensión de nuestros conocimientos. Se concibe como una estructura formada por reglas y principios coherentemente concatenados: 21 observación, hipótesis, experimentación y conclusiones, a grandes rasgos. Este tipo de investigación por lo general es de tipo cuantitativo, sus datos pueden ser medibles e interpretados a la luz de las preguntas iniciales que se plantearon. Sin embargo, la noción de laboratorio en el campo de las artes y de la educación se establece desde otros parámetros: son exploraciones cualitativas, con procesos que se realizan de forma simultánea, donde las preguntas y el desarrollo de la teoría conforman un solo sistema. Cantú-Martínez (2012) señala al respecto: El conocimiento que genera el arte es distinto del que genera la ciencia, el del arte se base en el simbolismo, mientras que el de la ciencia se basa en el método… la verdad del arte no produce enunciados ni proposiciones que puedan ser falseables, ni tampoco va acumulando conocimientos, pero, de cierta forma, se puede ver que la aletheia en un sentido histórico puede producir algo semejante al paradigma, es decir, una forma de enfrentarnos a la realidad, una forma de que el mundo sea mi representación en un momento histórico dado. (p. 4) En el campo educativo, los laboratorios son espacios que brindan posibilidades flexibles, abiertas y polivalentes, que evitan que las clases se conviertan en repetición de saberes. Desde el LAB, nos planteamos trabajar de forma sistemática en espacios abiertos, al aire libre o en contextos diferentes al aula, posibilitando que los saberes no-formales se expandan. Por ejemplo, ir juntos al teatro, hacer una clase de danza juntos, tomar el café-recreo y ver películas, son espacios que generan climas de escucha y atención que posteriormente serán los que amalgamen otros conocimientos. Parafraseando a Frabbonni (2005), en educación los laboratorios prefieren en su viaje la dialéctica acción-pensamiento, en el sentido de que la tendencia al cambio, es decir, la acción, asegura que el pensamiento se dirija permanentemente hacia los horizontes de la innovación-transformación de los procesos formativos. 22 Los procesos formativos del LAB buscan girar en torno a experiencias personales, donde se crucen las acciones-pensamiento durante todo el proceso y Los laboratorios van en contra de la simplificación de los pensamientos complejos 23 la sistematización pueda ser la mirada mediante la cual se reconstruyan, acopien, guarden los materiales e insumos que integran esos conocimientos. Para comprender mejor las estrategias educativas del LAB, tomaremos la metáfora que plantea Frabbonni (2005): El objetivo formativo de los laboratorios no puede ser la instrucción material (el cuánto y el qué “saber”: los alfabetos primarios, las disciplinas base), que se cocinan en clase, sino la instrucción formal (el cómo y para qué “saber”: la capacidad de plantear con claridad los problemas cognitivos, las estrategias de conocimiento, los procedimientos de intuición y de invención de soluciones inéditas, imprevistas, ilógicas), que se cocinan en los laboratorios titulares de la interclase. (p. 14) Para sustentar la teoría alrededor del trabajo en un laboratorio pedagógico, este autor destaca tres espacios aptos en su desarrollo y los entrelaza como ingredientes necesarios para cocinar los saberes, con el fin de abarcar un menú con un plan personalizado donde los saberes calientes y los saberes fríos se bifurquen. Los tres espacios que plantea Frabbonni son: corazón, mente y ambiente formativo. Los colocaré como apartados separados con el fin de comprender esta propuesta; sin embargo, en el proceso pedagógico se reconocen indisolubles uno del otro y con barreras flexibles y porosas entre ellos. 1.7.2.1. El corazón del alumnado (la esfera emotiva-afectiva) Es generalmente eliminado o censurado en las clases de educación tradicional; en los laboratorios, en cambio, se encuentra en plena maduración, explorando formas relacionales ricas en códigos socioafectivos y cercanos a las exploraciones corporales y de movimiento que generen preguntas y acciones desde las emociones: 24 Los laboratorios pueden esterilizar los efectos perversos producidos por los nuevos alfabetos electrónicos (informáticos, telemáticos, robóticos), precisamente porque educan en un ¨modo colectivo¨ de hacer cultura: a través de la discusión-construcción-verificación colegial y operativa (con el cuerpo y con las manos más que con los aparatos perceptivos y simbólicos) de los problemas cognitivos planteados por la enseñanza-aprendizaje escolar. (Frabbonni, 2005, p.12) Después de las sesiones laboratorio, según este autor, se intuye una mejoría en las calidades de inestabilidad-estabilidad, interés por el cambio y versatilidad versus la rutina o receta, además de las posibilidades de analizar los problemas de manera colectiva. 1.7.2.2. La mente También entendida como máquina cognitiva capaz de recorrer caminos empedrados con el deseo de curiosear, descubrir y aprender. En los laboratorios la idea es generar espacios para su pleno desenvolvimiento, donde la mente y el cuerpo se encuentran en las sensaciones y percepciones. La mente tiene que ver con la investigación, ya sea curricular (dentro del programa temático de las sesiones) o interclase(fuera del tiempo de las sesiones de trabajo), es decir, más allá de los aportes cognitivos de la clase. En los laboratorios la observación se extiende a los encuentros metacognitivos, interpretativos, heurísticos, tangenciales que aportan al descubrimiento de nuevos conocimientos: Si bien es cierto que la clase se configura como el lugar destinado principalmente a la investigación fría (entendida como instrucción preliminar crítica sobre los conocimientos “reproductivos” transmitidos por el maestro y por el libro de texto), también es cierto que la interclase se propone – a través de los laboratorios- como formas de investigación 25 caliente (entendida como la modalidad de investigación y de descubrimiento que –valiéndose de distintas fuentes directas, contextuales, inéditas – se convierte en generadora de conocimientos) (Frabonni, 2005, p. 14) En cuanto a los saberes calientes, es interesante enfocarse en la intensidad propia de estos conocimientos, pues Frabbonni coloca la enseñanza en un terreno fértil donde el árbol interdisciplinario pueda dar frutos, donde los estudiantes con otros tipos de inteligencias se puedan situar en medio de otros puntos de vista y disponer de maneras de pensar y de entender el mundo: Vale decir, dotar al currículo de conocimientos directos, problemáticos, plurales, móviles: cultivados en tiempo real a través de lenguajes corporales (con la vista, con la mano, con el oído) cada vez que son puestos en contacto con la realidad medioambiental. (Frabboni, 2005, p. 60) Esto nos lleva a dotar a los estudiantes de una doble posibilidad: saber reflexionar sobre los conocimientos y saber aprender de forma autónoma, mediante estrategias no-nocionales, no-reproductivas, no-gastables de inmediato. Con lógicas de transdisciplina y competencias transversales. Cuando la investigación se abre paso a otras disciplinas, encuentra a la creatividad como socia, los saberes se van amalgamando y colocando sabores particulares que marcan caminos manipulables, transgresivos y con lenguajes propios. 1.7.2.3. La naturaleza del ambiente formativo Los laboratorios deben asegurar un ambiente formativo con códigos socioafectivos y cognitivos completamente en sintonía con los procesos de socialización y de alfabetización. Con alfabetización me refiero a la enseñanza de los contenidos base tomando en cuenta el nivel de aprendizaje de cada estudiante y sus posibilidades de enlazar los contenidos con sus experiencias. 26 Las preguntas: ¿cómo estar con los demás? ¿cómo interactuar? ¿qué aporto? ¿qué me aportan?, buscan respuestas en los valores propios y en la posibilidad de dotar al proceso de enseñanza-aprendizaje de un ambiente atractivo y motivador no solo en lo colectivo, sino también en lo personal. Una meta posible a la condición de laboratorio sería la de extender su guía de instrucciones y valorar el saber, legitimado por las competencias de las disciplinas. Colocar como pilar de su estructura el pensar, hacer, crear y relacionar desde la transdisciplina (cruce de las fronteras disciplinares, con tal de construir conocimiento recíproco), pone en jaque la homologación y estandarización de los saberes en la era global. Los laboratorios van en contra de la simplificación de los pensamientos complejos, y en su lugar dan luz verde a la pluralidad de contenidos y de pistas cognitivas para que cada estudiante o laboratorista, pueda establecer su camino educacional. 27 Diagrama 3. Metáfora del LAB y el proceso de acción+pensamiento. Fuente: elaboración propia. 28 1.7.3. El giro afectivo y la experiencia Desde el vínculo con la pedagogía, el giro afectivo, nos interesa como enlace práctico y conceptual, ya que resuena manera orgánica con el planteamiento de las acciones en el LAB. En principio una red de diálogo y convivencia, más que una escuela que transmite los conocimientos de forma académica, es decir mente y corazón van de la mano, interactúan de manera simultánea y paralela. Al respecto, Lara y Enciso (2013) se plantean los antecedentes de las investigaciones afectivas, tomando la educación y las ciencias sociales como punto de partida: En la última década los estudios del afecto y las emociones han cobrado relevancia en las ciencias sociales. Esto no es simplemente una directriz de moda, es un indicador simultáneo de las modificaciones en la vida pública y de la experiencia subjetiva; a partir del cual se está transformando la producción de conocimiento. Tal tendencia ha sido conocida en la academia sajona como The Affective Turn, aquí traducido como “El giro afectivo”. (p. 101) El paradigma del giro afectivo piensa las relaciones interpersonales de manera que generen experiencias que permitan diálogos en la formación, a la misma vez se mira al cuerpo como un evento de conexiones constantes, un canal donde se suman las experiencias. En cuanto a la experiencia, Skliar y Larrosa (2009) afirman que siempre trae consigo una aventura, un riesgo, un peligro. El resultado de una experiencia es imposible que se anticipe, no tiene una linealidad clara, la incertidumbre le es constitutiva, es decir, la experiencia nos conduce por caminos imprevistos, yo hago experiencia tocándola o viéndola, el cuerpo como portador de un saber a través de los sentidos y de su ordenamiento: Por eso la experiencia siempre supone una apuesta por lo que no se sabe, por lo que no se puede, por lo que no se quiere. La experiencia es un quizá. 29 O, lo que es lo mismo, la experiencia es libre, es el lugar de la libertad. (2009, p. 33) Las experiencias son cada vez más difíciles de encontrar, por la falta de tiempo o por el exceso de información, es un camino que necesita un trayecto de sensibilidad, ya que es un lugar que deja huellas y efectos, por eso estos autores afirman que: Por eso es incapaz de experiencia el que se pone, el que se opone, o se impone, o se propone, pero no se expone. Es incapaz de experiencia aquél a quien nada le pasa, a quien nada le acontece, a quien nada le sucede, a quien nada le afecta, a quien nada le amenaza, a quien nada le quiere. (2009, p. 37) Al adentrarnos al término experiencia como proceso pedagógico, surgió la pregunta con respecto a las voces y a los cuerpos que narraban esas acciones. Como facilitadores conversábamos alrededor de las anécdotas que nos habían sucedido en la vida profesional y las particularidades de cada aprendizaje eran las que permitían los giros en la rejilla temática, ya que encontrábamos necesidades y hallazgos en este trabajo a partir de lo vivido. Apuntamos a pensar y dialogar desde la experiencia del cuerpo, desde lo que cada cual puede aportar desde su cotidiano. En el LAB, fue interesante hablar desde nuestras experiencias. Al inicio de la conformación del equipo, una de las preguntas que considero con mayor potencia para la generación de la identidad y posicionamiento, fue preguntarnos si éramos personas escenógrafas: recuerdo escucharnos decir “bueno…algunas veces más que otras, solo por proyectos”, “yo soy más diseñadora que escenógrafa”, “yo soy arquitecto y hago escenografía”, “yo soy más vestuarista”, “yo soy diseñadora gráfica y hago espacio y objetos”. No teníamos interiorizada nuestra práctica, no la asumíamos del todo, esto porque, en primer lugar, en el contexto en el que vivimos no tenemos formación académica en el área, por tanto, los conocimientos adquiridos en la práctica y de 30 manera autogestionada, tardan en conformarse y asentarse una cantidad de tiempo distinto (si los comparamos con la obtención de un título académico, por ejemplo). Es decir, la formación autodidacta pasa por otros filtros, y por búsquedas que a lo largo de tiempo van asentándose, pero tardan un tiempo más largo en legitimarse, ya que, por lo general, están ligados a la práctica, no a la obtención de una titulación con respaldo institucional. En segundo lugar, la práctica escenográfica para ninguno de nosotros es la fuente de sostenibilidad única y diaria en términos económicos y laborales. Esto hace que nuestra rutina esté mediada por otras prácticas y saberes que, de vez en cuando, se ven acompañadas por el desarrollo de un proceso escenográfico, esto hace que quizá temerosamente asumamos que nos dedicamos al diseño escenográfico únicamente. El proceso de conceptualización del LAB primero nos cuestiona profesionalmente, luego nos pone en jaque con las prácticas que utilizamos para diseñar y desarrollar esos procesos. Desde las experiencias personales y los casos de estudio que cada persona había vivido, podíamos establecer ejes, paralelismos, desenfoques, etc., que permitían crear los contenidos a transmitir. Fue un proceso largo, de entronques conceptuales, debimos rendir cuentas en cada sesión a los laboratoristas del porqué accionábamos de esta forma y no de otra. A modo de vista-pájaro puedo observar cómo las preguntas que entre nosotros compartíamos con los laboratoristas agudizaban nuestras inquietudes. Quizá algunas cosas nunca nos las habíamos cuestionado y solo las hacíamos, quizá nunca buscamos los términos y al tener que impartir las sesiones logramos distanciarnos de nuestras prácticas y ponerlas en discusión, en nodos de pensamiento crítico. Existió entonces una especie de maduración educativa, o (in)disciplina, en la cual al principio intentamos seguir un plan de estudios, con objetivos por categoría, pero nos fuimos perdiendo en los tiempos de ejecución de metas y proyectos. Uno de los puntos del porqué del fracaso fue que los laboratoristas ingresaban con perfiles muy distintos (como lo desarrollaré más adelante en el segundo capítulo, ese factor nos jugó a favor y en contra). Nos tardamos varias 31 sesiones descifrando cuál sería la mejor estrategia de enfrentar las particularidades de cada laboratorista; iniciamos con un ejercicio, pero nos dábamos cuenta de que algunas personas laboratoristas no tenían las bases para realizarlo y otros por el contrario ya tenían práctica y experiencia. Por tanto, nuestra tarea, en un primer momento, fue dejar el plan de contenidos que teníamos en el acuerdo y pensar en las formas de nivelar y aprovechar los saberes de cada uno de los participantes y utilizarlos a nuestro favor. En ese momento, se establecía un quiebre, donde pensamos que lo mejor sería que trabajáramos desde nuestra experiencia. Nos ubicamos en una de las tres áreas que habíamos establecido: contenedor, contenido y lenguaje (sus contenidos se abordan más adelante en el texto). Desde esas trincheras, abarcaríamos los temas que habíamos conversado colectivamente e iríamos buscando la forma de que cada uno, a fin a sus posibilidades desarrollara los proyectos con el medio que mejor se adaptara a sus deseos y objetivos. En este punto, debíamos estar muy atentos unos de otros, porque la autonomía de las sesiones era muy interesante, pero al dar seguimiento a tantas voces, muchas veces nos sucedía que los términos se cruzaban y no eran del todo claros. Casi siempre lo asumimos como un reto y espacio para conversar sobre las divergencias y similitudes. A los laboratoristas les comentábamos que para nosotros también era un laboratorio y que estábamos ahí con ellos experimentando la forma de pensarnos y de comunicar eso que desde la experiencia conocíamos. Les planteamos que tomaran lo que les servía para sus prácticas y que aprovecharan al máximo el contacto con los demás laboratoristas, ya que sus perfiles eran muy particulares y que ahí existía una riqueza disciplinar. Las soluciones a los proyectos que les planteábamos nosotros como facilitadores al grupo eran tan diversas entre ellos, que era casi imposible categorizarlos. 32 Diagrama 4. Dejar la revolución y empezar el carnaval: la experiencia. Fuente: elaboración propia. 33 Estábamos en jaque, teníamos un caos donde no lográbamos ver la ruta a seguir en el proceso de enseñanza. Sin embargo, los laboratoristas seguían produciendo, cada persona de alguna forma nos iba dando las pistas de por dónde continuar. Al segundo mes, comenzamos con los invitados internacionales, en medio del tejido de saberes que se empezaba a cocinar entre los participantes, tuvimos varias voces de colegas que invitamos a compartir sus experiencias, el mismo ejercicio del que partimos nosotros. Coincidimos que sería una buena idea expandir la mirada hacia otras metodologías, con el fin de darles más herramientas para que apoyaran sus caminos de exploración. Tuvimos la voz de Emilio García Wehbi (Argentina), Shaday Larios (México), Marcelo Denny (Brasil), Gabrio Zapelli y Pilar Quirós (Costa Rica), entre otras personas. Con ellos se trabajaron temas diversos, partimos desde lo que cada persona quiso compartir desde sus prácticas y saberes. En el marco del LAB, sus visitas conformaron una especie de paréntesis, que causaba erupción frente a los nuevos conocimientos y a las distintas formas de aproximación metodológica. Posteriormente, a nosotros, los facilitadores, nos tocaba continuar con el trabajo de trenzado de saberes que eso implicaba. Reconocíamos que la multiplicidad de voces creaba capas que sostenían contenidos interesantes y que poco a poco todos lográbamos vislumbrar. Sin embargo, en términos pedagógicos fue complejo, porque sabemos que existió una incertidumbre tanto de forma como de contenidos, ya que no teníamos control de los tiempos ni de la ruta de llegada en cuanto objetivos de nuestras sesiones. Debíamos estar en diálogo constante sobre nuestras dinámicas, para no abandonar la propia voz, siendo conscientes de la fuerza creativa que esto implica, pero darle continuidad en lo colectivo del LAB. Al tener cada uno una ruta de trabajo, se abandonó la autoridad formativa. Por tanto, quienes lideramos la enseñanza-aprendizaje nos convertimos en las personas facilitadoras de sus procesos. 34 Diagrama 5. Apuntes sobre el aprendizaje colectivo. Fuente: elaboración propia. 35 En el marco de la organización educativa, optamos por la horizontalidad de las ideas, de los procesos y de las metodologías. Sobre este punto, Tejeda anota lo siguiente: El control puramente autoritario del sistema produce un resultado, en efecto, pero éste carece de sentido para los participantes o tiende a destruirlos, por lo que cada cual se limitará a hacer lo mínimo a fin de evitar sanciones. En cambio, el grupo que trabaja por participación distribuye los liderazgos y mantiene vivo el entusiasmo. (2006, p. 126) Las sesiones fueron tiempos para enlazar conocimientos y procesos de investigación en un determinado espacio con profesionales de distintas disciplinas, en nuestro caso, el número de sesiones correspondía a los objetivos que íbamos descubriendo al paso de cada una de ellas y respondían al desarrollo de la comprensión de las fases, búsquedas y actividades que permitan concientizar a los laboratoristas de las implicaciones. Esto quiere decir que se trabajaba bajo la línea de acción-pensamiento, los facilitadores teníamos completa libertad temática, colocábamos un objetivo sobre el cual giraban las reflexiones, comparaciones y finalmente ejercicios. Cada cual buscaba las estrategias para teorizar y comprobar sus hallazgos, partiendo de que todos diseñamos nuestro espacio, entorno y lo que lo circunda, desde la voz personal, la experiencia. Se tejieron lenguajes vitales y conceptuales comprometidos con la autonomía de cada persona diseñadora. En la praxis (experiencia)- teorización- praxis, es donde se construye espacialidad. Y el espacio es el material con el que se construye utopía. 36 El espacio es el material con el que se construye utopía 37 1.7.4. La experiencia y la construcción de espacialidad La investigación del arquitecto Pallasmaa (2014) plantea el término arquitectura de los sentidos. El término establece un nodo de complicidad entre el cuerpo-espacio, a través de la piel como canal de sensibilidad. El autor desarrolla así su idea: Sentimos placer y protección cuando el cuerpo descubre su resonancia en el espacio… a medida que la obra interactúa con el cuerpo del observador, la experiencia refleja las relaciones corporales del creador. La Arquitectura es comunicación desde el cuerpo del arquitecto directamente al cuerpo de la persona que encuentra la obra. (2014, p. 67) El enlace que se establece entre cuerpo-espacio y experiencia es el tinte mezclado que cubre gran parte del segundo capítulo de la investigación, amalgamado la forma pedagógica al tejido de contenidos que se genera desde la particularidad de las experiencias de los facilitadores y no una rejilla de contenidos que engloban un plan de estudio cerrado. En respecto a la palabra experiencia, Acaso y Elleworth (2011) señalan que: La experiencia presupone un cuerpo y cuerpos que viven. La experiencia se hace con el cerebro-pensamiento-cuerpo, y por ello es interesante ser conscientes de cómo te sientes en el hacer conocimiento (p. 35) Por otra parte, Rolnik y Guattari (2006) aseveran que la noción de afecto trae consigo la capacidad de generar nuevas formas de relación, el cuerpo percibe y entiende el mundo de manera distinta cuando nos enfrenta a la relación con otros. Acaso y Ellsworth también añaden a esta capacidad afectiva: Si nos preocupamos de la experiencia del conocimiento mientras lo utilizamos, estamos teniendo en cuenta nuestra corporeidad, nuestra materialidad y nuestra experiencia incorporada (vivida en el cuerpo), más 38 allá de la experiencia racional como logos o como algo preexistente a nosotros mismos. (2006, p. 68) Lo que en un primer momento en el LAB proponíamos como el involucramiento del cuerpo de las personas escenógrafas en el proceso de diseño, se dio de manera orgánica en las primeras sesiones de trabajo, ya que una buena parte del LAB la conformaban personas que tenían como base la formación en teatro o danza y eso los hace, por lo general, tener una conciencia del cuerpo que empezó a contagiar al resto de los laboratoristas. Trabajamos con líneas de exploración desde el cuerpo senti-pensante, el cuerpo presente en la acción, la relación: cuerpo-espacio / cuerpo-vestuario / cuerpo-luz / cuerpo-voz / cuerpo-sonido / cuerpo-dibujo / cuerpo-objeto / cuerpo- onírico / cuerpo-texto. Estas sesiones brindaron herramientas de escritura y de diseño escénico muy distintas entre sí, vitales para el crecimiento personal e intelectual de las propuestas escenográficas. Cuando trabajamos buscando la voz personal de cada uno de los diseñadores, también surgieron diversas líneas de trabajo: explorar desde lo vital el espacio, ¿Que implica el término “instalarse” dentro de un equipo de trabajo?, ¿Desde dónde me posiciono para diseñar? Entramos a la dinámica del diseño pensando que mientras existan los cuerpos en espacio interactuando, vamos por buen camino, estamos dentro del ensayo, de la prueba: hay que sentir y pensar cuál sería la estrategia de diseño, debemos crear conocimiento sobre el espacio mismo en contacto con nuestra corporalidad. El segundo capítulo tejerá los vínculos teóricos y conceptuales entre: las experiencias, las corporalidades y las resonancias, compartiendo la línea pedagógica desde el giro afectivo que da pie a las tres áreas de trabajo: contenedor, contenido y lenguaje. 39 /cuerpo-espacio/ /cuerpo-vestuario/ /cuerpo-luz/ /cuerpo-voz/ /cuerpo-sonido/ /cuerpo-dibujo/ /cuerpo-objeto/ /cuerpo-onírico/ /cuerpo-texto/ 40 1.7.5. Escenografía En el capítulo tres, se profundiza sobre los tópicos que utilizamos para abarcar la enseñanza del diseño escenográfico en el LAB. Se plantea la definición de escenografía, diseño escénico y visualidad escénica, no con el fin de encontrar delimitaciones entre los términos, sino como estrategia para nombrar lo que buscábamos enlazar entre la teoría y el accionar de la profesión escenográfica. De estos tres conceptos surgen procesos o sistemas de producción que contextualizan distintas formas de trabajar y concebir el diseño escenográfico. Para el diseñador chileno Rodrigo Bazaes (2013), la escenografía suele ser el resultado de un proceso que tiene como epicentro la concepción de una premisa visual, sus procesos se retroalimentan y reinterpretan con los espectadores posteriormente, pero el concepto inicial parte de las imágenes. Por tanto, el término visualidad será revisado particularmente en este capítulo, ya que parece pertinente encontrar las líneas de tensión y/o encuentro entre las artes visuales y la arquitectura con el desarrollo del diseño para la escena, específicamente en términos de la comprensión del espacio y los vínculos que, como facilitadores, tenemos en esas áreas. Se revisó la exposición del MACBA (Museo de Artes Contemporáneo de Barcelona) (2007) Un teatro sin teatro, en la cual se vinculan líneas interesantes entre experiencias y subjetividades en la escena que pasan por las artes visuales de primera entrada para acceder luego a la acción, por tanto, colaboran en la red de temas sobre la visualidad en la escena. Otro de los componentes para ese capítulo son los espectadores. Para Romero, Zapata y Bazaes (2013), la relación entre la construcción de las escenas, el espacio y la mirada son características primordiales de la visualidad escénica. 41 Diagrama 6. Apuntes alrededor de la espacialidad. 42 Fuente: elaboración propia. El espacio escénico está íntimamente ligado a la relación que este establezca entre la arquitectura teatral (el edificio en el cual se lleva a cabo la acción escénica) y los espectadores, por tanto, lo que ocurre y la forma en la que ocurre en el espacio, constituye el enlace entre las personas espectadoras y la escena. Para Romero, Zapata y Bazaes (2013).: Independientemente de su morfología, dinámica o tipología arquitectónica, lo que debe definirse como espacio escénico es la relación de tensión y dependencia entre el público y la escena; dicho de otro modo, entre el área destinada a los espectadores y el área destinada a la representación; condiciones espaciales básicas para que ocurra el hecho teatral. (p. 64) El espacio a la italiana, los espacios no convencionales para la representación, la circularidad o rectangularización con la que se presenta la puesta en escena al público, son cualidades propias de una estética que manipula la mirada y los cuerpos de los espectadores, por ejemplo: ver el espectáculo cerca de los actores, actrices, compartir la mirada con los demás espectadores al frente de mí, en el caso de estar sentados en círculo, o atender las acciones de un espectáculo que se lleva a cabo en un pasillo, en un baño o por el contrario en un bodega o parqueo amplio, hace que la percepción de lo acontecido se cargue de otros sentidos. Según Borja-Villel, quien compiló Un teatro sin teatro, esta disyuntiva explícita donde existe una desaparición de la frontera entre lo privado (la escena) y lo público (los espectadores) que lo teatral nos proporciona, es hoy uno de los elementos más interesantes de incisión política y por tanto de la voz de la persona diseñadora escenográfica. Así las cosas, se debe profundizar sobre la función de quien diseña, en cuando a su posicionamiento frente a la construcción de la puesta en escena. Por tanto, se trata de revisar el sistema de creación y de producción sobre el cual se inserta la organización del proceso y en consecuencia el trabajo de diseño. 43 Con el fin de poner en discusión las distintas líneas de trabajo de una persona diseñadora, me enfoqué en dos textos principalmente, el Tratado de Escenografía de Nieva (2000) y El lenguaje escenográfico de Laino (2013). Ambos textos puntúan en las formas de creación, en la voz personal que marca una condición y ciertas características para la orquestación de los elementos en la escena. Con respecto a los sistemas de producción en la creación escénica, se revisarán tres textos con enfoques distintos hacia los sistemas de producción: el sistema de producción de teatro tradicional (con el texto como base e inicio del trabajo de creación), la metodología laboratorio y la escenografía como motor de la acción escénica. Posterior a la revisión de los conceptos y apuntalar líneas con respecto al rol de la persona diseñadora escenográfica, en el capítulo tres, se ligan los procesos que se establecieron en el LAB para buscar una posible correspondencia entre la teoría y el contexto sobre el cual estamos investigando. 44 Capítulo 2 Motores para la enseñanza-aprendizaje del espacio escenográfico en el marco del LAB En este capítulo se realiza un breve repaso por el panorama que da origen al LAB como un proceso de colaboración, mediado por los aportes de procesos y proyectos de distintas personas profesionales en pedagogía, gestión, artes visuales, teatro, arquitectura, escenografía, vestuario e iluminación. Mediante un proceso auto reflexivo posterior a la sistematización de las distintas sesiones del LAB, se desarrollaron las temáticas relacionadas con la mirada pedagógica que se buscaba. Se trabajó con tres motores de análisis: la experiencia, la corporalidad y las resonancias, desde los cuales se cruzan las dinámicas de trabajo individual y/o colectivo. 2.1. Breve contexto sobre la enseñanza de la plástica escénica en Costa Rica El desarrollo de las Artes Escénicas en Costa Rica ha crecido en los últimos años, tanto en cantidad de espectáculos, como los espacios para la representación escénica. Sin embargo, el florecimiento no ha sido igualitario para todas las áreas de la escena. El diseño escénico del espectáculo en Costa Rica, por ejemplo, no tiene una carrera profesional para ninguna de las áreas: escenografía, indumentaria (vestuario), iluminación o incluso diseño de sonido. En las escuelas profesionales y estatales de teatro en el país, los programas de estudio contemplan un trío de materias que componen la llamada plástica escénica: vestuario, iluminación y escenografía. Estas tres materias se ofrecen como parte de la formación a las futuras personas directoras, actrices y actores, como materias complementarias a sus planes de estudio. Esto quiere decir que, en cuatro o cinco años de carrera, los profesionales en teatro tienen únicamente un semestre de cada una de las áreas anteriormente señaladas. 45 Dichas materias se imparten por diferentes docentes y con enfoques individuales que se modelan según sus intereses, enfoques y experiencias. En la Escuela de Arte Escénico de la Universidad Nacional (UNA), los estudiantes llevan un solo curso llamado plástica escénica, que tiene la duración de un año, en cual se integran los tres bloques del diseño. En la escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica (UCR), los estudiantes después del segundo año pueden optar por llevar los tres cursos en un mismo bloque o por separado, según sus horarios con el resto de las materias. Estos tres cursos, en el caso de la Escuela de Artes Dramáticas, tienen una duración de un semestre cada curso, o un bimestre en el caso de llevar el bloque de verano (enero y febrero) y su carga horaria es de tres horas por semana o, en su defecto, en verano, son seis horas semanales, divididas en dos días de curso. Una de las principales consecuencias de tener tan poco tiempo de estudio en estas áreas es que su desarrollo profesional no tiene una expansión notoria. Es importante tomar en cuenta al estudiantado que tenga una inclinación por las áreas de la plástica escénica (que más adelante llamaremos visualidad escénica) brindando espacios de especialización que permitan que el gremio de personas diseñadoras aumente y mejore la calidad de las propuestas y los procesos de investigación para toda el área escénica. Por tanto, podemos afirmar que la necesidad de crear un espacio de enseñanza-aprendizaje, dedicado por completo a la plástica escénica es vital desde hace ya hace varios años en nuestro país, tomando en cuenta la cantidad de estrenos escénicos al año y la cantidad de profesionales en dirección y actuación que se gradúan de ambas universidades estatales. En adelante, en la investigación se utilizará el término visualidad escénica y no plástica escénica, cuando nos refiramos a las tres áreas: (escenografía, vestuario e iluminación), ya que es un concepto que involucra no solamente las áreas que vienen de la plástica (Artes Plásticas), si no que amplía su eje de acción a las áreas del diseño y, además, involucra en su práctica e investigación 46 a los espectadores. En el tercer capítulo ahondaremos al respecto de los términos utilizados en el marco del LAB. Diagrama 7. Apuntes sobre la metodología de extrañamiento en la traducción. 47 Fuente: elaboración propia. 2.2. Antecedentes del LAB: afectaciones intelectuales y emocionales Entre el 2008 y el 2009 concluí el proyecto de quinto año de carrera en Artes Plásticas con énfasis en Diseño Gráfico en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica. El proyecto de quinto año que elaboré fue la conceptualización y puesta en práctica para la gráfica del espectáculo: Última Gota [Conexiones] (2009-2010). Tatiana Sobrado y Grettel Méndez (actriz y directora del espectáculo, respectivamente) funcionaron como las cabezas principales de la concreción de la puesta en escena. Este proceso gráfico era únicamente diseñado por mí; sin embargo, Sobrado y Méndez dieron sus apreciaciones y sugerencias, sin involucrarse en el desarrollo gráfico. En cambio, yo sí me involucré en sus áreas escénicas (dirección y actuación), además de pensar la luz y la espacialidad de manera conjunta. En este proceso que inicié con Tatiana Sobrado, recuerdo haberme preguntado sobre las traducciones del lenguaje visual a la escena. La forma en la que trabajamos comprometía mi presencia corporal en las acciones, por tanto, podía mirar cómo mi cuerpo componía y metaforizaba algunas palabras con movimiento y eso provocaba espacialidades distintas. Me di cuenta de que podía vincular el cuerpo y espacio con la geometría de los planos que había estudiado en teoría del diseño, por ejemplo. Estaba acostumbrada a mirar desde afuera de la escena. Por lo general, las artistas visuales observamos, seleccionamos y producimos imágenes y pensamiento alrededor de lo mirado, pero rara vez estamos dentro de nuestra producción, a menos de que se acerque conscientemente al lenguaje performativo, o que el cuerpo sea parte de nuestra investigación. En Última Gota [Conexiones], nuestras sesiones de trabajo partían de lo visual algunas veces (trabajar dibujando con algún tipo de materialidad, tomar fotografías, por ejemplo) y otras más bien partían desde exploraciones que 48 ponían al cuerpo como eje de la acción en relación con la música o una materialidad específica como la tierra, el agua y las semillas. Esta forma de trabajo llevó a presentar una primera temporada de funciones en el año 2009, en la cual el cuerpo de los accionistas, como les llamamos, lo conformábamos todos los involucrados en el proceso: Tatiana, como el motor actoral principal y Grettel Méndez, la directora, Marco Naranjo, el músico en vivo, Cristian Jiménez, colaborador de instalaciones en el espacio y yo. Todos acompañamos la puesta en escena con nuestros cuerpos en acciones específicas, algunas veces construyendo la instalación, otras veces en interacción con Tatiana, otras como observadores pasivos de las acciones de las otras personas. De esta forma, el espectáculo, desde su proceso, planteó una forma de trabajo, en la cual los bordes de las áreas se desdibujaron. Pasé de ser la diseñadora gráfica, a la persona que sistematiza el proceso, a la diseñadora de objetos y composición en el espacio e incluso accionista- performer en la puesta en escena. Así como mi rol se reconfiguró, sucedió lo mismo con los roles del equipo de trabajo de los demás colaboradores, donde existió un contagio de las demás disciplinas. Después de trabajar en Última Gota [Conexiones], inicié relaciones laborales y emocionales con el grupo de Teatro Abya Yala. La codirectora, Roxana Ávila, me pidió que colaborara con el diseño del espacio para la obra Vacío. Pese a la poca experiencia, decidí participar. Vacío se estrenó en el año 2010 y fue una experiencia donde me involucré con otras diseñadoras (Michelle Canales en vestuario y la misma Roxana Ávila en iluminación) e inició un diálogo colaborativo con las actrices, cantantes, bailarinas, músicas y dramaturgas del montaje. Estos dos procesos de colaboración en Última Gota [Conexiones] y Vacío, conforman de manera personal, un pilar importante en mi forma de accionar, reflexionar y diseñar para la escena, ya que ambos me permitieron expandir mi área de trabajo desde el diseño. La horizontalidad y sinceridad de la dirección y construcción de los espectáculos en ambos procesos hicieron que mis exploraciones tomaran rumbo, así como mis intereses estéticos y profesionales. 49 ¿Y por qué esta introducción a modo de recuento o pasaje personal? > En Costa Rica, al no existir una escuela de diseñadores teatrales (para la escena), el camino por el cual se ha llegado a pensar, diseñar y producir espacio, vestuario e iluminación, muchas veces, ha sido desde las experiencias personales, compartiendo procesos con personas del gremio escénico. Personalmente, desde los procesos vividos, se generaron las primeras preguntas hacia las áreas de la visualidad escénica y posteriormente inicia una búsqueda de materiales bibliográficos o referenciales que colaboren con las investigaciones, particularmente con el diseño escenográfico. Como ya he desarrollado antes, no existe en el país un espacio de especialización en estas áreas, por lo cual, entre varios colegas, entusiastas alrededor del diseño para la escena, decidimos partir de nuestras experiencias y estudios individuales y conformar una suerte de gremio incipiente. 2.3. Llamado a la colectividad Junto a Michelle Canales, iniciamos desde el 2012 un trabajo de exploración conjunta, con el fin de localizar espacios y residencias fuera del país, donde pudiéramos dar seguimiento a nuestros estudios específicamente en escenografía y vestuario. Desde esta relación con Canales, hemos compartido en diferentes espacios de la creación escénica, tanto en Abya Yala, como en otros colectivos, donde nos ha tocado poner en diálogo nuestras áreas, compartir criterios y buscar formas de colaboración. En el marco de las redes de apoyo, coincidimos con el arquitecto y escenógrafo Carlos Schmidt. 50 Cuando conocí a Schmidt, me comentó del proyecto que recién comenzaba a gestarse Fundación Memoria de las Artes Escénicas (proyecto que actualmente engloba La Memoria (un archivo especializado en Artes Escénicas) y el LAB (en el cual nos explayaremos más adelante). Con Carlos trabajamos para participar en uno de los eventos más importantes a nivel mundial de diseño escénico, el Cuadrienal de Espacio Escénico (PQ - Prague Quadrennial) que cada cuatro años se realiza en Praga, República Checa. Con el fin de participar en la edición del año 2015, buscamos personas allegadas que les interesara la iniciativa y tuvieran la posibilidad de sumarse al proyecto, fue así como: Felipe Da Silva (productor audiovisual) y Fito José Guevara (bailarín y coreógrafo) se nos unieron y, de manera colectiva, nosotros cinco participamos en la Cuadrienal de Espacio Escénico en República Checa, tomando como norte la necesidad de la participación de Costa Rica en próximas ediciones. Durante la estancia, gracias a las experiencias vividas en el marco del evento, conversamos sobre la posibilidad de gestar un espacio para la investigación, divulgación y enseñanza de la visualidad escénica en el país. Carlos y yo ya veníamos trabajando en un plan piloto de enseñanza del diseño escenográfico específicamente. Durante los días de la cuadrienal, les planteamos a los demás integrantes la idea y la invitación a participar. De manera intuitiva sabíamos que el camino para dar continuidad a nuestra sed de conocimiento y profesionalismo era crear espacios de diálogo. Una suerte de LAB especializado con una sede fija. El plan de trabajo se envió al concurso ProArtes (Programa Nacional para el Desarrollo de las Artes Escénicas) del Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica, coordinado por el Teatro Popular Melico Salazar. En la segunda mitad del año 2015 el fondo se concedió y al final de ese año empezamos a implementarlo. 2.4. Plan piloto: los acuerdos iniciales En el año 2015 inició el plan piloto, el cual constó de 10 meses de trabajo, 24 estudiantes que llamaremos de ahora en adelante laboratoristas y 14 51 profesores, que llamaremos facilitadores, nacionales e internacionales. Desde el inicio, pensamos en la posibilidad de funcionar como una primera plataforma de diseñadores de la escena a nivel nacional, compuesta por las personas que desearan participar de manera activa en los LAB. La redacción del plan piloto la enfocamos generando un espacio de exploración desde la enseñanza-aprendizaje del diseño escenográfico, con miras a una extensión hacia el diseño de indumentaria y luego hacia el diseño de iluminación en los años siguientes (2017 y 2018 sucesivamente), con el fin de llevar una representación del trabajo en la siguiente edición de la Cuadrienal de Espacio Escénico (PQ) 2019. El fin era crear un tejido colectivo que fortaleciera el área de diseño teatral en el país, pero que además ofreciera herramientas al gremio escénico en general, por esto se apostó desde un principio por un equipo multidisciplinar, donde la sumatoria de pensamientos y acciones apostaran a la concreción de este proceso. Los convocados a formar parte del equipo creativo tendrían que estar dispuestos a transitar por los ejes flexibles de la formación pedagógica, los constantes flujos y transformaciones, además de estar a la escucha de sus resistencias ante el oficio, y tener apertura para explorar, enseñar y aprender desde su propia experiencia. 2.5. La columna del LAB: interrogantes y negociaciones Al ser formadores empíricos, autodidactas, es decir, que ninguno de las personas facilitadoras del proceso en el marco del LAB tiene un título académico, como escenógrafo o escenógrafa, nos planteamos la transmisión de conocimientos a partir de nuestras experiencias en los distintos procesos. Solicitamos colaboraciones, primero de las voces escenográficas con mayor experiencia en el país, y posteriormente mediante distintas alianzas entre instituciones o colegas que nos apoyaran con profesionales en y desde el extranjero. 52 En el marco de las posibilidades del equipo, buscamos entre nuestros colegas personas que investigaran y accionaran desde la voz personal, con herramientas propias, con la idea de que las sesiones amarrasen teoría y práctica al unísono. Conforme nos adentrábamos en las necesidades del gremio teatral, en los contenidos que nos interesaban, en el espacio con que contábamos y que necesitábamos, en los recursos técnicos que teníamos… fuimos ideando formas de relacionarnos y unir las partes, de ubicarnos en modelos en enseñanza- aprendizaje que nos resultaran cómodos y efectivos y que se adaptaban a nuestra forma de ver los procesos. Pensamos en una primera fase alfabetizar con las herramientas básicas del diseño escenográfico, con el fin de poder observar, comunicarnos y entendernos bajo una misma sombrilla de posibilidades. En una segunda etapa, cuando estos conocimientos se fuesen profundizando, podríamos añadir claves para que los conocimientos se pudiesen montar y desmontar para darles el uso que se necesitaba para cada ejercicio; sin embargo, lo que ocurrió en realidad no fue así. Los primeros aprendizajes, en las semanas del inicio del LAB, se vieron transgredidos por las mismas personas laboratoristas, encontrando mezclas entre ellos, con sus conocimientos previos, con nuestro posicionamiento. Ellos fueron trascribiendo, recogiendo y reelaborando sus propias construcciones. 53 54 Durante las sesiones, los laboratoristas, en su gran mayoría, no tuvieron miedo de desechar sus primeras ideas después de una revisión o conversación colectiva o con nosotros facilitadores, se reconocía el espacio LAB, como un espacio de búsquedas, de confianza para abandonarse al error, prueba y/o ensayo. Quienes facilitamos los tópicos tratamos de buscar una línea que alimentara el diálogo entre las personas laboratoristas y las facilitadoras, para lograr un ambiente empático, horizontal, pero red al mismo tiempo, de enseñanza- aprendizaje conjunto. La estructura de trabajo e investigación, que tomó en cuenta los 3 ejes en los que se dividió el LAB: contenedor, contenido y lenguaje, hizo que las personas facilitadoras generaran conocimiento y experiencia desde las fortalezas de cada quien y no desde un lineamiento temático rígido. El paso de trabajar en estos procesos pedagógicos abiertos, a veces pudo haber desvirtuado o confundido en el proceso de enseñanza-aprendizaje para las personas laboratoristas, pues como señalamos, las sesiones no se daban de manera continua, una tras otra de forma lineal, si no por módulos y estos módulos no tenían la constancia necesaria para establecer pautas temporales que dieran el seguimiento adecuado, era complicado dar seguimiento temático de parte de los facilitadores, ya que, había que retomar hacia atrás con repasos exhaustivos, cada vez que se establecían las nuevas personas facilitadoras de un módulo. En el proceso de planeación del LAB, se concluyó que se mantendrían tres áreas de trabajo: el contenedor, el contenido y el lenguaje y una cuarta que apareció en el transcurso del LAB, en ese momento no tenía nombre, pero para efectos de esta sistematización, la llamaré el área de la integración, donde se cruzaban dos o las tres áreas. > 55 En este punto, es importante anotar que la presente investigación-acción, la decidí bifurcada en dos grandes ámbitos, por un lado, después del cierre del LAB, me pregunté: Sobre lo formativo: ¿Cuáles fueron las maneras más adecuadas de compartir los conocimientos desde nuestras experiencias? ¿Cuál podría ser un buen método de enseñanza- aprendizaje conociendo nuestras limitaciones y posibilidades? Sobre lo escenográfico: ¿Cuáles son los contenidos temáticos que debíamos difundir para el desarrollo e investigación en el diseño escenográfico en el país? ¿Cuál es nuestro rol en el marco de un proceso escénico? (facilitadores, como profesionales del área, etc.) > 2.6. Proceso de conformación del LAB El proceso del LAB de espacio escenográfico duró 10 meses en total, implicó momentos de planificación colectiva, en duplas y en el núcleo. Una posterior fase de convocatoria y selección y una seguidilla de sesiones de trabajo con 7 horas a la semana, repartidas en 2 días de trabajo. El fondo de ayuda del Teatro Popular Melico Salazar ProArtes, sumado a la iniciativa del núcleo de facilitadores, permitió que el LAB fuese un programa gratuito para los participantes, durante los 10 meses de trabajo. Cuando escribimos la convocatoria abierta de participación al LAB, nos dimos cuenta de la importancia de la conformación del equipo en disciplinas distintas, ya que se interpelan saberes y metodologías que provienen de experiencias diferentes. En ese entonces no teníamos claro lo que implicaría esa mezcla no solos de facilitadores, sino también de laboratoristas. La convicción, basada en nuestras experiencias, nos hizo pensar que funcionaba mejor la hibridación que la 56 uniformidad, por lo que decidimos abrir puertas a una variedad importante de perfiles estudiantiles, con la esperanza de que cada persona pudiera convertirse en una herramienta particular en el diálogo colectivo de los saberes. > Es después del cierre del LAB, durante el análisis de la sistematización, que ubiqué otros proyectos pedagógicos con líneas parecidas al LAB. Si bien es cierto que ya a algunos los conocía, no los había estudiado a profundidad y a la luz de nuestro accionar, mirando hacia el giro afectivo o la posibilidad de trabajar con saberes transversales desde el cuerpo y la experiencia, que cuando el LAB ya no se ubica como una isla, hay proyectos que trabajan de manera semejante, en red y de ellos se puede aprender y fortalecer las bases del trabajo pedagógico y temático. > 2.7. La convocatoria para ser parte del LAB En un principio, iniciamos una página en la red social Facebook para visibilizar la convocatoria, realizamos un afiche informativo que se colocó en las escuelas de teatro, danza, arquitectura y artes visuales, tanto en las universidades públicas como en las privadas. Como el objetivo era buscar la profesionalización del área de espacio escenográfico, invitamos a profesionales tanto del diseño, como de la escena a participar de la convocatoria. La respuesta fue muy contundente, tuvimos 63 interesados en formar parte del proyecto. Se revisaron las cartas de interés en participar, las hojas de vida y se asignó una entrevista con cada persona interesada, pues queríamos conocerlos y analizar su perfil. Como facilitadores-seleccionadores llegamos a un acuerdo de calificación que se estructuraba en 4 aspectos: el compromiso (posibilidad de participación en 57 los horarios establecidos para las sesiones), vida diaria (a qué se dedica), conexión con el teatro (últimas obras a las que asistió o en las cuales participó o colaboró) y proyecto de vida (que proyección podemos visualizar sobre el diseño escénico en su cotidiano presente y futuro). Después de equilibrar los resultados, realizamos una primera lista con los que consideramos los mejores perfiles, otra con los promediados en segunda opción y una tercera con los que no tenían una buena calificación. En un inicio, la capacidad de admisión fue de un máximo de 15 laboratoristas; sin embargo, posteriormente consideramos que fuesen 20 y, en última instancia, decidimos seleccionar a 25 personas, tomando en cuenta que quizá un porcentaje de las personas seleccionadas podría no dar continuidad al plan de estudios una vez iniciadas las sesiones. 2.8. Los laboratoristas seleccionados Asumimos a nuestros laboratoristas con un bagaje de conocimiento inicial, con el cual es fundamental trabajar a lo interno del LAB, es decir, tomamos en cuenta ese perfil para la planeación de las sesiones de trabajo iniciales. Se pensó en potenciar, expandir y bifurcar las líneas de investigación que cada uno lleva desde su experiencia y utilizarla para la práctica escénica. En la siguiente lista, entre paréntesis, se coloca su carrera profesional base y en algunos casos la hibridación de sus potencialidades profesionales: Carlos Madrigal (desde la actuación), Andrea Calvo (desde la arquitectura), Alejandra Ulloa (desde la arquitectura), Mauricio Cantillo (desde la actuación), Minor Hernández (desde la actuación y dirección), Federico Chaves (desde la arquitectura y el diseño objetual) Mariela Vargas (desde la actuación), Aram Madriz (desde la arquitectura), Álvaro Aguilar (desde la arquitectura), Alejandra Ramírez (desde las artes visuales y la actuación), Oscar Soto (desde la arquitectura), Felipe Ramírez (desde la arquitectura), Álvaro López (desde la arquitectura y la actuación), Daniel Quirós (desde la arquitectura), Daisy Servigna (desde la arquitectura y la danza), Gustavo Abarca (desde el audiovisual), Carlos Cordero (desde la arquitectura y la actuación), Cecilia Giovanini (desde la 58 actuación y la dirección de arte), Madelaine Garita (desde la actuación), Alejandro Méndez (desde la actuación y realización), Natalia Mariño (desde la actuación y dirección), Carlos Andrés Castro (desde la actuación y la antropología), Daniela Camacho (desde el diseño de modas), Mauricio Otárola (desde la arquitectura y el diseño gráfico), Katherine Bermúdez (desde la actuación). De los 25 laboratoristas seleccionados, 10 eran mujeres (en la lista en gris claro) y 15 hombres (no tienen color). De sus carreras base tenemos lo siguiente: 14 laboratoristas que tenían relación con lo escénico en teatro o danza (con subrayado), 12 personas que tenían un vínculo específico con la arquitectura (con gris más oscuro). Del total de laboratoristas, únicamente tres personas no partían de ninguna de las dos áreas: arquitectura o arte escénico, las excepciones fueron: estudios de comunicación colectiva, artes visuales y diseño de modas. Solo 3 personas se encontraban estudiando danza y/o, teatro además de arquitectura de manera profesional en una institución de educación superior, es decir contaban con ambos perfiles de nuestro interés. Es importante recalcar que hasta el cierre