Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 79 NORUEGUISMOS: PRÉSTAMOS LÉXICOS DEL NORUEGO EN EL ESPAÑOL Norwegianisms: Lexical borrowings from Norwegian in Spanish Haakon S. Krohn1 RESUMEN En este artículo, se examinan ocho palabras españolas que provienen del idioma noruego: eslalon, esquí, fiordo, kril, lemino/lemming, rorcual, trol y veisalgia. Para cada una, se detalla sobre sus usos y sus definiciones en español, los usos y las definiciones de la palabra fuente en noruego, algunos aspectos de la cultura noruega con los que se relaciona la palabra, así como su etimología. Palabras clave: préstamos léxicos, lengua española, lengua noruega, nórdico antiguo, etimología. ABSTRACT This paper studies eight Spanish words that stem from the Norwegian language: eslalon, esquí, fiordo, kril, lemino/lemming, rorcual, trol and veisalgia. For each one of them, it explains its uses and definitions in Spanish, the uses and definitions of the word of origin in Norwegian, some aspects of the Norwegian culture the word relates to, as well as its etymology. Key Words: loanwords, Spanish language, Norwegian language, Old Norse language, etymology. 1. Introducción Cada lengua constituye un mosaico de elementos y estructuras provenientes de un estado anterior mezclados con préstamos —léxicos o gramaticales— adaptados de diversas lenguas a lo largo de los años. En el caso del vocabulario del español, una parte significativa se introdujo como cultismos del latín y del griego clásico, además de que incluye una gran cantidad de préstamos de otras lenguas europeas mayores, así como del árabe y de algunas lenguas indígenas de América. Sin embargo, en cada rincón del mundo han surgido palabras que, con el tiempo, han llegado a formar parte del español. 1 Universidad de Costa Rica. Profesor de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura. Costa Rica. Correo electrónico: hkrohn@gmail.com Recepción: 04-04-2017 Aceptación: 25-04-2017 mailto:hkrohn@gmail.com Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 80 Este es el caso también de varias voces de las lenguas germánicas septentrionales (o lenguas nórdicas). Este artículo indagará en ocho palabras de español que tienen su origen en uno de dichos idiomas, el noruego: eslalon, esquí, fiordo, kril, lemino/lemming, rorcual, trol y veisalgia. Para cada vocablo, se detallará sobre sus usos y sus definiciones en español, los usos y las definiciones de la palabra fuente en noruego, algunos aspectos de la cultura noruega con los que se relaciona la palabra, y su etimología. Los ocho vocablos parecen ser préstamos indirectos, es decir, que pasaron por lenguas intermediarias antes de entrar al español, pero todos tienen su origen en el noruego, descendiente directo del nórdico antiguo. 2. Reseña histórica de la lengua noruega Se suele considerar que el protonórdico, variedad lingüística progenitora de las lenguas germánicas septentrionales (noruego, islandés, feroés, sueco y danés, además de algunas lenguas extintas),2 pasó a su siguiente estado, el nórdico antiguo, durante el período comprendido entre los años 500 y 700, conocido como “el tiempo de síncopas” (Torp, 1993, p. 32). En su interpretación amplia, el término nórdico antiguo se refiere al continuum lingüístico del germánico septentrional que se habló, aproximadamente, entre los años 700 y 1350. Por lo menos durante la época vikinga y hasta principios del siglo XII, todas las variedades nórdicas parecen haber sido tan similares que deben considerarse dialectos de una sola lengua, los cuales pueden agruparse, genealógicamente, en dos ramas: el noruego antiguo y el islandés antiguo (junto con el feroés antiguo y algunas otras variedades insulares) en la occidental, y el sueco antiguo y el danés antiguo en la oriental (Haugen, 1995, p. 18). Empero, debido a factores geográficos y políticos, el noruego, hoy en día, se asemeja mucho más a las lenguas orientales que a las occidentales, por lo que, sincrónicamente, se puede hablar de un grupo de lenguas nórdicas continentales (noruego, danés y sueco) y un grupo insular (islandés y feroés) (Braunmüller y House, 2009, p. 77). En su sentido restringido, nórdico antiguo alude únicamente al nórdico occidental, conocido en noruego como norrønt, dado que la mayoría de las fuentes 2 Algunos autores incluyen también el gútnico, variedad que por otros es considerada un dialecto sueco. Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 81 escritas de esa época —inscripciones rúnicas (alfabeto utilizado hasta el siglo XV) y manuscritos (principalmente en el alfabeto latino, que fue introducido en el siglo XII)— provienen de esa área (Spurkland, 1989, pp. 14-15). El islandés había surgido directamente del noruego antiguo, después de que los primeros pobladores en Islandia llegaron en el siglo IX desde Noruega a dicha isla, donde, hasta entonces, no había presencia humana. Hasta el siglo XIV, las hablas noruegas e islandesas se mantuvieron tan unidas que, según señala Haugen (1995, p. 17), es natural hablar de una lengua y una literatura común. Cabe apuntar que el nórdico occidental también se hablaba en las colonias noruegas de ultramar: Groenlandia, Escocia, las Islas Shetland, las Islas Orcadas y las Islas Feroes. En este último archipiélago, se desarrolló lo que hoy es el idioma feroés. En el siglo XIV, la lengua noruega experimentó grandes cambios que la distanciaron del islandés, en gran parte por causa de la muerte negra, la cual acabó con la mayoría de las personas alfabetizadas en el territorio noruego (Haugen, 1995, p. 20). En consecuencia, se suele hablar de un noruego medio a partir de aproximadamente 1350 hasta mediados del siglo XVI, cuando se dio una nueva transición, esta vez a la variedad conocida como noruego moderno. Las etapas de la lengua noruega son resumidas por Haugen (1995, p. 19) de la siguiente manera: Protonórdico (ca. 200 – ca. 700) Nórdico antiguo (ca. 700 – ca. 1350) Noruego medio (ca. 1350 – ca. 1550) Noruego moderno (ca. 1550 – presente) Los cambios en el noruego hablado han sido notablemente menores desde el siglo XVI que durante las épocas precedentes (Torp, 1993, p. 50). No obstante, la lengua escrita ha experimentado cambios radicales. Desde finales del siglo XIV, Dinamarca se fue apoderando cada vez más del territorio noruego, convirtiéndolo prácticamente en una provincia danesa. Una de las consecuencias fue que el noruego dejó de escribirse, ya que el danés fue impuesto como única lengua oficial y eclesiástica, mientras que el latín dominaba en la educación (Torp, 1993, p. 118). Esta situación se acentuó en el año 1536, con la sustitución de la iglesia católica por la luterana y la disolución del concejo nacional noruego. Por lo tanto, los miembros de la Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 82 clase alta adquirieron, eventualmente, una variedad del danés con pronunciación noruega. En 1814, Noruega fue cedida al rey de Suecia como consecuencia del tratado de Kiel tras las guerras napoleónicas, pero esta vez con mayor grado de independencia, ya que se le permitió contar con su propia constitución y sus propias instituciones nacionales. Esta situación perduró hasta 1905, año en que Noruega se independizó de manera completa. Con el nacionalismo que brotó tras la separación de Dinamarca en 1814, surgieron rápidamente las exigencias de que Noruega tuviera su propio idioma nacional; es decir, una lengua escrita distinta al danés. Algunas voces opinaban que la ortografía danesa debía modificarse por medio de una serie de reformas hasta reflejar el habla de la clase social educada noruega, mientras que otros enfatizaban las asociaciones negativas del pasado que provocaba el idioma danés y sostenían que el idioma nacional noruego debía basarse en los dialectos rurales, en ese tiempo hablados por un 90 % de la población (Torp, 1993, p. 120). Dichos dialectos descendían directamente del nórdico antiguo, el idioma hablado en Noruega durante su último período como nación independiente. En los años 1843-1846, Ivar Aasen elaboró una gramática y un diccionario que constituyeron la base para un nuevo estándar escrito, fundamentado en los dialectos rurales del sur del país y en el nórdico antiguo. A finales del siglo XIX, esta variedad fue gradualmente adaptada por instituciones gubernamentales como una de dos ortografías oficiales. Hoy en día, esta variedad es conocida como nynorsk [ˈ²nyː.nɔʂk].3 Por su lado, la norueguización gradual de la ortografía danesa fue iniciada en 1907, por iniciativa de Knud Knudsen. De acuerdo con Kristoffersen (2000, p. 5), se puede decir que con la reforma de 1917, la meta de una ortografía noruega que reflejara el habla de la clase media se había logrado. Esta variedad escrita se denomina bokmål [²buːk.moːɽ].4 Posteriormente, ambas ortografías han experimentado modificaciones considerables. La meta política durante casi todo el siglo XX, por lo menos hasta los 3 En las transcripciones fonéticas incluidas en este artículo, se utiliza el Alfabeto Fonético Internacional y se siguen los principios de transcripción de Kristoffersen (2000). A este respecto, cabe señalar que el noruego es una lengua de acento tonal, ya que la sílaba que lleva el acento primario de una palabra también presenta uno de dos tonemas. Por eso, el número superescrito en las transcripciones fonéticas ([¹] o [²]) especifica el tonema y, al mismo tiempo, la posición del acento primario. El acento secundario no se señala en las transcripciones de este artículo, pero el punto [.] representa linde silábico. 4 Hasta el año 1929, el nynorsk y el bokmål eran denominados landsmål y riksmål, respectivamente. Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 83 años 60,5 era fusionar las dos normas en una sola. No obstante, debido a protestas por parte de usuarios de ambas ortografías, el plan fue eventualmente abandonado. Aun así, las dos ortografías son mucho más similares entre sí ahora que en sus inicios. En lo que atañe a la cantidad de usuarios, el nynorsk experimentó un crecimiento constante hasta la Segunda Guerra Mundial, pero posteriormente ha ido decayendo y es ahora utilizado solo por entre 10 y 15 por ciento de la población, principalmente en zonas rurales del suroeste y centro-sur de Noruega (Proba, 2014). Hoy en día, el órgano gubernamental Språkrådet es el responsable de normalizar tanto el bokmål como el nynorsk. Los diccionarios Bokmålsordboka y Nynorskordboka dictan la ortografía y la morfología de las dos variedades, mientras que la sintaxis no es normalizada. El proyecto Norsk ordbok, llevado a cabo por Språkrådet y la Universidad de Oslo, incluye también palabras dialectales que no forman parte de la norma oficial. Es importante señalar que el noruego tampoco cuenta con ninguna norma de pronunciación oficial, por lo que cualquier pronunciación basada en alguna variedad oral del idioma es aceptable, inclusive en los medios de comunicación a nivel nacional. En cuanto a las transcripciones fonéticas proporcionadas para las palabras noruegas en el presente artículo, se trata de transcripciones amplias del dialecto hablado por el autor, proveniente de la provincia (fylke) de Vestfold en el sureste del país. 3. Nordismos Erlendsdóttir (2010a, 2010b, 2015) analiza los préstamos léxicos provenientes de las lenguas nórdicas (el nórdico antiguo o alguna de las lenguas nórdicas modernas) que pertenecen al vocabulario actual de la lengua española, a los cuales denomina nordismos. De acuerdo con dicha lingüista islandesa (2010a), por lo menos 222 palabras españolas son nordismos. Los vocablos procedentes del nórdico antiguo pertenecen en gran medida a la categoría de marinerismos; 108 de las voces detectadas por Erlendsdóttir (2010a) son de este tipo. Algunos ejemplos son estrave, guindar, quilla, tilla, tingladillo. Entre las 5 El proyecto no fue abandonado oficialmente hasta el 2002. Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 84 palabras del nórdico antiguo relacionadas con otros campos semánticos, se encuentran duvet, loft, queque,6 reno, rosmaro, saga, valquiria y vikingo. También hay una cantidad notable de préstamos de las lenguas nórdicas modernas en el español (Erlendsdóttir, 2010b). Del danés, provienen palabras como inlandsis, kokenmodingo y narval; del sueco, se pueden mencionar itrio, ombudsman, tungsteno y vanadio; y del islandés, edredón y géiser. En la siguiente sección, ocho vocablos procedentes del noruego se examinarán con detalle. 4. Norueguismos De acuerdo con las fuentes, las ocho palabras tratadas aquí son descendientes del nórdico antiguo que otras lenguas europeas intermediarias tomaron específicamente del noruego moderno como préstamos y que, eventualmente, se incorporaron en el español. Seis de estas —eslalon, esquí, fiordo, kril, rorcual y trol— figuran en el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española (DLE) (2014). Además, se incluyen en este artículo las voces lemino/lemming y veisalgia, puesto que son utilizadas en textos españoles que tratan los temas correspondientes. 4.1. eslalon Eslalon es definido por el DLE (2014) como una “[c]ompetición de esquí alpino sobre un trazado descendente en zigzag con pasos obligados”. El término se utiliza también en otros deportes para pruebas que involucran un movimiento en zigzag entre obstáculos, por ejemplo, el esquí acuático, el canotaje, el automovilismo y el patinaje en línea. Está atestiguado en el español desde 1988 e hizo su entrada por medio del francés, donde tiene registro desde 1904 (Erlendsdóttir, 2010b, p. 1318). La fuente de la palabra es el sustantivo noruego slalåm [²ʂɭɑː.lɔm], una composición de dos vocablos del dialecto del valle de Morgedal, conocido en Noruega como “la cuna del esquí deportivo”.7 El núcleo de la composición es el sustantivo låm, que se refiere a una huella o pista, sobre todo al tipo de huella que dejan los esquís y 6 No mencionada por Erlendsdóttir, pero proviene del inglés cake, cuyo origen es nórdico (Cake, 2016). 7 En noruego: “skisportens vogge”. Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 85 otros objetos deslizados sobre una superficie (Norsk ordbok, 2016). El otro componente, sla, es un adjetivo que podría traducirse como ‘ligeramente inclinado’ (ibid.). La palabra slalåm, además de referirse a una pista inclinada, se utiliza con alusión al descenso de ella con esquís. Como sugiere la inclusión del adjetivo sla, el slalåm originalmente no era el único tipo de låm. Mientras el slalåm era considerado una actividad más para mujeres y niños, Loupedalen (1991, pp. 36-37) señala que los hombres más valientes preferían el uvyrdslåm, que tenía mayor inclinación y tenía varios obstáculos. Otros tipos de låm eran kneikelåm, ufselåm, hopplåm y svinglåm. Debido a la popularidad del descenso en esquís, la palabra slalåm se propagó a las demás variedades del noruego, así como a un gran número de otras lenguas. Hoy en día, el eslalon en esquís es considerado una de las cuatro especialidades básicas del esquí alpino, junto con el eslalon gigante, el súper G y el descenso. El término alpino se debe a que el eslalon moderno se desarrolló en los países alpinos a principios del siglo XX (Briandt, Wall y Åhréus, 1970, p. 9). Tanto la primera competición oficial internacional como el primer campeonato mundial de eslalon moderno tuvieron lugar en Mürren en Suiza, en 1922 y 1931, respectivamente. Del noruego proviene también el nombre de otro estilo de descenso en esquís, que no forma parte de las pruebas alpinas: telemark. Esta palabra hace referencia a la provincia (fylke) de Telemark [²teː.lɛ.mɑɾk], donde se ubica Morgedal. 4.2. esquí El DLE (2014) indica que la palabra esquí alude a un “[p]atín muy largo, de madera o de otro material ligero y elástico, que se isa para deslizarse sobre la nieve, el agua u otra superficie”, así como a un “[d]eporte practicado con esquís”. De este sustantivo también derivan el verbo esquiar y el sustantivo esquiador. La palabra entró al español antes de 1912 por medio del francés, idioma en el que está registrada con la forma skie (posteriormente ski) desde 1842 (Erlendsdóttir, 2010b, p. 1318). No se sabe en qué parte del mundo surgieron los primeros esquís (o esquíes), pero existen tradiciones milenarias de esta actividad tanto en los países nórdicos como en Rusia y en China (Jenkins, 2013). La mitología nórdica tenía dos dioses del esquí: Ullr y Skaði. De acuerdo con Bryhn (2012), el esquí más antiguo encontrado en Noruega data de 3343-2939 a. C. Por estas razones, los esquís tienen gran importancia Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 86 cultural en Noruega, lo cual es ilustrado por un proverbio muy citado que afirma que los noruegos nacen con esquís en los pies.8 Asimismo, Sondre Norheim (1825-1897), oriundo del valle de Morgedal, es conocido como “el padre del esquí deportivo moderno”. Actualmente, además de las pruebas de esquí alpino y telemark mencionadas arriba, existen otras competiciones de esquí sobre nieve, entre las que se pueden mencionar el esquí de fondo, el salto de esquí, el biatlón (combinación del esquí de fondo y el tiro deportivo), el combinado nórdico (combinación de esquí de fondo y el salto en esquís) y el esquí acrobático. Además, se han desarrollado esquís para el uso sobre otras superficies, como los esquís acuáticos y los esquís con ruedas. Aunque los esquís tradicionalmente eran construidos de madera, ahora suelen hacerse de una variedad de materiales distintos, típicamente de fibra de vidrio con polietileno en la suela. Cerca del centro de cada esquí hay una fijación que se utiliza para atarlo a la bota del esquiador. En la mayoría de las pruebas, el esquiador también utiliza dos bastones, que sirven tanto para aumentar la velocidad como para mantener el equilibrio. La palabra fuente en noruego se escribe ski, y la pronunciación actual es [¹ʂiː]. Por lo tanto, la inclusión del fonema /k/ en español (y en francés ski) refleja la forma ortográfica noruega, pero no coincide con la pronunciación actual de la palabra, ya que representa el fonema /ʂ/ (normalmente realizado como fricativa retrofleja) cuando se halla ante una vocal anterior. La voz ski proviene del nórdico antiguo skíð ‘pedazo de madera, leña’, vocablo descendiente del protoindoeuropeo *skeit- ‘algo cortado’, derivado de *skei- ‘partir, cortar, separar’ (De Caprona, 2013, p. 705). En noruego, este sustantivo (o el equivalente skie [²ʂiː.ə]) todavía puede emplearse con el significado ‘pedazo de madera’, por ejemplo en el compuesto skigard [²ʂiː.gɑːɾ], el cual denota un tipo de cerca o valla tradicional, hecha de madera. 8 En noruego: “Nordmenn er født med ski på beina”. Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 87 4.3. fiordo Un fiordo es un “[g]olfo estrecho y profundo, entre montañas de laderas abruptas, formado por los glaciares durante el perídodo cuaternario” (DLE, 2014). Los fiordos pueden ser muy profundos, con laderas empinadas en forma de U (Fjord, 2016). La palabra penetró en el español a finales del siglo XIX (Erlendsdóttir, 2010b, p. 1319). Este tipo de accidente geográfico es abundante en Noruega, principalmente en la costa occidental, con Sognefjorden como el más grande de ese país. Dos fiordos noruegos tienen estatus de patrimonio mundial natural de la UNESCO: Geirangerfjorden y Nærøyfjorden. Un país hispanohablante, Chile, posee varios fiordos a lo largo de su costa, donde destacan el Canal Messier, el Fiordo de Aysén, el Fiordo Comau y el Fiordo Quintepeu, entre otros. También hay fiordos de tamaño importante en países como Groenlandia, Islandia, Escocia, Canadá y Nueva Zelanda. En noruego, el significado de fjord [¹fjuːɾ] es generalmente el mismo que el de fiordo en español. No obstante, coloquialmente, la denotación puede ser más amplia, ya que, en ocasiones, también se refiere a lagos alargados, fenómeno que se observa en algunos topónimos, como el lago Tunnhovdfjorden (literalmente: ‘el fiordo de Tunnhovd’) (Fjord, 2016). La palabra fjord procede del nórdico antiguo fjǫrð, que también ha dado origen a sustantivos como firth ‘fiordo, estuario, ría’ y ford ‘vado’ en inglés, así como Förde ‘fiordo, ría’ y Furt ‘vado’ en alemán (De Caprona, 2013, p. 210). Fjǫrð, a su vez, deriva del protogermánico *férþu, proveniente del protoindoeuropeo *pertu- ‘cruce’, que tal vez es un derivado del verbo *per- ‘cruzar’ (ibid.). 4.4. kril Kril es definido por el DLE (2014) como “[b]anco de crustáceos planctónicos semejantes al camarón, que constituye el alimento principal de las ballenas”. Científicamente, la palabra alude a un orden de crustáceos malacostráceos, que se clasifica dentro del zooplancton. Los kriles son abundantes en todos los océanos y suelen medir entre 2 y 5 centímetros (Støp-Bowitz y Sømme, 2013). Se han registrado 85 especies, de las cuales 11 se encuentran en aguas noruegas (ibid.). Además de constituir un alimento Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 88 importante para animales acuáticos y aves, los kriles son utilizados en muchos alimentos naturales para humanos, gracias a su alto contenido de ácidos grasos omega- 3. De acuerdo con el DLE (2014), el vocablo entró al español por medio del inglés krill, que a su vez proviene del noruego krill. En noruego, este sustantivo puede aludir tanto al orden crustáceo (más comúnmente conocido como lyskreps [²lyːs.kɾɛps]) como a ‘alevín, pez pequeño’; esta última acepción no la presenta kril en español. La pronunciación de la palabra noruega es [¹kɾil]. El sustantivo está relacionado con el verbo krille [²kɾil.lə] ‘ondular, moverse minuciosamente, hacer cosquillas’ (Torp, 1992, p. 332; Universitetet i Bergen y Språkrådet, 2016). Según Torp (1992, p. 332), una posible etimología es la forma germánica *krîz-l, *krǐz-l. En islandés moderno, el cognado kríli significa ‘cosa pequeña’ (Universitetet i Bergen y Språkrådet, 2016). 4.5. lemino/lemming Las palabras lemino y lemming se utilizan en español para el roedor ártico cuyo nombre científico es Lemmus lemmus. Ninguno de los dos vocablos figura en el DLE (2014), probablemente por tratarse de un animal no nativo de países hispanohablantes, pero ambos son utilizados en textos españoles que mencionan esta especie. Los leminos habitan en zonas montañosas en el norte de Noruega, Suecia, Finlandia y la península de Kola (Rusia). El cuerpo mide entre 70 y 155 mm y la cola, 10-19 mm (Lemen, 2009). La espalda es de color café y amarillo con una gran mancha negra, mientras que la panza es de color amarillo claro. Ciertos años (normalmente cada tres o cuatro), conocidos como lemenår [²lɛm.mn̩.oːɾ] ‘año de leminos’ en noruego, la población de leminos incrementa significativamente. En tales ocasiones, no es infrecuente que manadas de leminos caigan de barrancos o acaben ahogándose en el mar. Esto ha impulsado el mito popular de que estos animales, conscientemente, cometen suicidio en masa, lo cual no es correcto (Søderlind, 2005; De Caprona, 2013, p. 422). En noruego, la denominación más común de este roedor es lemen [²lɛm.mn̩], pero también existen las variantes dialectales lemming y lemende (Norsk ordbok, 2016), entre otras, que no figuran en los diccionarios normativos. Las dos formas registradas en español fueron, probablemente, adaptadas del inglés lemming, una palabra que, según Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 89 Harper (2016a), entró al inglés del noruego alrededor del año 1600. Weekley (1967, p. 837) sostiene que el vocablo noruego, por su lado, fue derivado de la forma plural de este animal en nórdico antiguo, lemendr (singular: lemjandi). Dicho autor se basa en Aasen (1900, p. 439), quien la relaciona con el verbo lemja ‘golpear, destruir’, debido a la destrucción que cometen los leminos. En contraste, De Caprona (2013, p. 422) afirma que la palabra procede del nórdico antiguo lómundr, de origen inseguro, pero que podría haber significado ‘ladrador’. 4.6. rorcual Rorcual denota una especie de cetáceo de la familia Balaenopteridae, o bien, todas las especies de esa familia. En su sentido más específico y frecuente (el cual es el único incluido en el DLE), la denominación alude a la especie Balaenoptera physalus, también conocida como rorcual común. Es el segundo mamífero más grande que actualmente existe en el planeta, solo superado por la ballena azul (Balaenoptera musculus), la cual presenta las denominaciones alternativas rorcual azul y gran rorcual, debido a su pertenencia a la familia Balaenopteridae. Otros miembros de la familia son el rorcual aliblanco/enano (Balaenoptera acutorostrata), el rorcual austral (Balaenoptera bonaerensis), el rorcual sei/boreal (Balaenoptera borealis) y el rorcual tropical (Balaenoptera edeni) (Wilson y Reeder, 2005). El rorcual común puede llegar a medir hasta 26 metros de largo y pesar 80 toneladas (Havforskningsinstituttet, 2009). Se encuentra en ambos hemisferios del planeta, y se alimenta de kril y peces pequeños. Presenta un color gris oscuro en la espalda y un gris más claro en la panza. Además, se caracteriza por las bardas de color más claro que pueden medir hasta 70 cm, y por tener “la piel de la garganta y del pecho surcada formando pliegues” (DLE, 2014). El DLE (2014) señala que la palabra entró al español por medio del francés rorqual, que a su vez proviene del noruego røyrkval [²ɾœjɾ.kʋɑːɽ]. Esta no está registrada como forma oficial en noruego, pero se atesta como forma dialectal en Norsk ordbok (2016). Se trata de un sustantivo compuesto cuyo núcleo es kval [¹kʋɑːɽ] ‘ballena’, palabra oficialmente reconocida tanto en bokmål como en nynorsk (aunque hval [¹ʋɑːɽ] es más común para aludir a ‘ballena’en bokmål). Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 90 Actualmente, el rorcual común es más conocido en noruego como finnhval [²fin.ʋɑːɽ] o finnkval [²fin.kʋɑːɽ], formas que se encuentran registradas en los diccionarios normativos Bokmålsordboka (ambas) y Nynorskordboka (solo la última). La primera raíz de esta composición, finn-, es una forma acortada de finne [²fin.nə] ‘aleta’ y hace referencia a la aleta dorsal que posee este mamífero. Respecto al origen del primer elemento de la composición, røyr, no existe consenso. Según varias fuentes, por ejemplo Bannister (2008, p. 4), el significado original era ‘tubo’, que haría referencia a los surcos ventrales de la Balaenoptera physalus. Empero, la palabra en nórdico antiguo para ‘tubo’ era reyrr (Nynorskordboka; Hægstad, 1909, p. 347), mientras que, de acuerdo con Hægstad (1909, p. 346), el nombre del rorcual común era reyðr o reyðarhvalr, un compuesto de reyðr (reyðar es la forma genitiva) y hvalr ‘ballena’. Reyðr es cognado de rauðr ‘rojo’, y se utilizaba en nórdico antiguo también con referencia al salmón (pez del género Salmo) (ibid.), por el color rojo de la carne de ese pez. La denominación de la ballena podría tener la misma motivación, ya que la carne de dicho mamífero acuático, a diferencia de la de la mayoría de los peces, es roja. 4.7. trol Según el DLE (2014), un trol es un “[m]onstruo maligno que habita en bosques o grutas” en la mitología escandinava. Se trata de una entrada que figura en el DLE solamente desde 1989 (Erlendsdóttir, 2010b, p. 1320). Recientemente, la palabra también ha adquirido el significado ‘alborotador o polemista que, a través de mensajes en foros digitales, intenta molestar o provocar al resto de los participantes’ (Fundéu, 2011). Según Hagen (2015), lo que los troles originalmente tenían en común era su condición de seres antisociales que vivían en el bosque y entraban en actividad de noche, pero sus demás características eran muy variadas: a veces eran descritos como monstruos gigantes y malvados, mientras que en otras ocasiones se concebían como duendes. En diferentes leyendas, se les atribuyen características distintas; por ejemplo, se cuenta sobre troles que viven en grutas en las montañas, troles que cambian a los bebés humanos por sus propias crías y troles que se convierten en rocas si les cae la luz del sol. Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 91 La creencia en los troles se tomaba muy en serio en Noruega, tanto que las primeras leyes cristianas de los siglos XI-XIII dictaban la prohibición de comunicarse con ellos (Hagen, 2015). Esta percepción cambió con el tiempo, y a partir del siglo XVII, los troles fueron romantizados y se convirtieron en figuras tontas y, a menudo, simpáticas. En cuanto a la imagen actual de estos seres en Noruega, los dibujos de Theodor Kittelsen (1857-1914), de troles gigantescos con la nariz larga y árboles sobre la cabeza, así como las descripciones de los troles en los cuentos populares recopilados por Asbjørnsen y Moe en el siglo XIX, han sido muy influyentes (Hagen, 2015). También a nivel mundial, los troles se han popularizado cada vez más, gracias a películas, libros (por ejemplo los de Tolkien) y fenómenos como los muñecos trol de pelo colorido creados por el danés Thomas Dam. La palabra fuente noruega es troll [¹tɾɔl], procedente de un vocablo homógrafo en nórdico antiguo (De Caprona, 2013, p. 876), cuya etimología más antigua es insegura. La posibilidad mencionada tanto por Torp (1992, p. 808) y Falk y Torp (1991, p. 918) es la raíz protogermánica *truzla- ‘rodar, avanzar violenta y ruidosamente’. Eventualmente, la palabra adquirió una connotación sobrenatural en noruego, lo cual se aprecia en el cognado trylle [²tɾyl.lə] ‘hacer magia’, así como en compuestos como trolldom [²tɾɔl.dɔm] ‘magia’ y trollmann [²tɾɔl.mɑn] ‘mago’. Troll se utiliza, además, para ciertos moluscos e insectos, normalmente como núcleo en sustantivos compuestos, por ejemplo korstroll [²kɔʂ.tɾɔl] ‘Asterias rubens (especie de estrella de mar)’ (kors = ‘cruz’) y rumpetroll [²ɾum.pə.tɾɔl] ‘renacuajo’ (rumpe = ‘trasero, culo’). En lo que concierne a la acepción reciente de ‘provocador en foros digitales’ para trol, es posible que se trate de una palabra de una fuente diferente, a saber, el verbo inglés to troll ‘pescar al curricán’. Este empezó a emplearse con referencia a la actividad llevada a cabo por algunos veteranos en foros digitales que publicaban mensajes polémicos para identificar a los novatos (trolling for newbies ‘pescando novatos’) (Fundéu, 2011), por lo que el sustantivo trol, en el sentido cibernético, pareciera ser un derivado de este verbo. Sin embargo, este tipo de troles también suelen representarse gráficamente con la imagen de un trol de la mitología nórdica, lo cual podría deberse a que el término es homónimo de la otra palabra trol y que, además, presenta un significado semejante (‘criatura maligna’). Ahora bien, quizá la homonimia no sea una pura casualidad, ya que tanto el verbo inglés to troll como el sustantivo noruego troll podrían tener el mismo origen: el protogermánico *truzla- mencionado Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 92 arriba (Harper, 2016b). En ese caso, se trataría de dos palabras de la misma raíz que, después de muchos siglos, volvieron a coincidir en una misma forma. Cabe añadir que, a partir de la acepción ‘provocador en foros digitales’, también han surgido en español el verbo trolear y el sustantivo troleo, que se emplean “para referirse a la acción y al efecto de intervenir en un foro digital con el objetivo de generar polémica” y, además, con el significado más general de “intervenir con ánimo de hacer fracasar algo” (Fundéu, 2015). Estas dos palabras no se encuentren registradas en el DLE. 4.8. veisalgia Veisalgia es el término médico para el malestar conocido en español como resaca o, coloquialmente, goma, cruda, guayabo, etcétera. Como señala el DLE (2014), la condición de resaca la “padece al despertar quien ha bebido alcohol en exceso”. Ya que los diccionarios generales del español no registran todos los términos médicos (únicamente los más comunes, como gastralgia y neuralgia), no incluyen veisalgia, pero la palabra sí se utiliza en textos científicos en español. La palabra fue acuñada por Wiese, Shlipak y Browner (2000), y consiste en dos componentes. El último, algia, proviene del griego άλγος (algos) ‘dolor’, y aparece en numerosos otros términos médicos que describen malestares. Por su lado, veis es una simplificación de la voz noruega kveis [¹kʋæjs], como especifican los autores mismos (p. 897). Cabe subrayar que se trata de una palabra no registrada en los diccionarios oficiales de bokmål y nynorsk, y en muchas partes del país es desconocida. Norsk ordbok (2016) la ubica en los dialectos del oeste del país. Según este diccionario y Falk y Torp (1991, p. 430), el vocablo puede significar ‘resaca, delirio’. No obstante, de acuerdo con Norsk ordbok (2016), el significado primario de kveis es ‘lombriz parasítica que vive en los intestinos (especialmente el hígado) de peces’. Falk y Torp (1991, p. 430) afirman que la palabra es cognado del islandés kveisa ‘dolor estomacal’ y el inglés queasy ‘con náuseas’. Björkman (1900, p. 58) apunta que la etimología es muy insegura, pero que la palabra inglesa podría ser un préstamo nórdico. El noruego actual presenta otros cognados, entre los cuales el más común es kvise ‘granito, espinilla, acné’. Los significados relacionados con dolor o malestar son extensiones de la acepción ‘lombriz’ motivadas por la creencia de que tanto la resaca Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 93 como el dolor estomacal se debían a lombrices en la cabeza o el estómago, respectivamente (Hem, 2000, p. 2578). 5. Bibliografía Aasen, Ivar. (1900). Norsk Ordbog: med dansk Forklaring. Christiania: Cammermeyer. Bannister, John. (2008). Great whales. Collingwood: CSIRO. Björkman, Erik. (1900). Scandinavian loan-words in Middle English. Halle. Braunmüller, Kurt y House, Juliane. (2009). Convergence and Divergence in Language Contact Situations. Ámsterdam/Filadelfia: John Benjamins. Briandt, Calle, Wall, Sigge y Åhréus, Bertil. (1970). Alpin skisport. Oslo: Cappelens Forlag. Bryhn, Rolf. (2012). “Ski”. Store norske leksikon. Recuperado de https://snl.no/ski Cake. (2016). Merriam-Webster.com. Recuperado de http://www.merriam- webster.com/dictionary/cake De Caprona, Yann. (2013). Norsk etymologisk ordbok. Oslo: Kagge Forlag. Erlendsdóttir, Erla. (2010a). Algunos marinerismos nórdicos en el español. XXX Congreso Internacional de Hispanistas. Iberoamericana-Vervuert, Madrid. Erlendsdóttir, Erla. (2010b). Edredón, loft, ombudsman... Nordismos léxicos en el español. Actas del VIII Congreso Internacional de la historia de la lengua española. Santiago de Compostela, del 14 al 18 de septiembre de 2009. Erlendsdóttir, Erla. (2015). Edda, saga y escaldo. Préstamos léxicos de origen nórdico en el español. En Mariano Quirós García, José Antonio Pascual Rodríguez, Emma Falque Rey, José Ramón Carriazo y Marta Sánchez Orense (Eds.), Etimología e historia en el léxico del español (pp. 255-273). Madrid: Iberoamericana-Vervuert. Falk, Hjalmar y Alf Torp. (1991). Etymologisk ordbog over det norske og danske sprog. Oslo: Bjørn Ringstrøms antikvariat. Fjord. (2016). Store norske leksikon. Recuperado de https://snl.no/fjord https://snl.no/ski http://www.merriam-webster.com/dictionary/cake http://www.merriam-webster.com/dictionary/cake https://snl.no/fjord Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 94 Fundéu. (4 de noviembre de 2011). “trol, y no troll”. Recuperado de http://www.fundeu.es/recomendacion/trol-no-troll/ Fundéu. (16 de diciembre de 2015). “trolear y troleo, con una sola ele, palabras correctas”. Recuperado de http://www.fundeu.es/recomendacion/trolear-troleo/ Hagen, Rune Blix. (2015). “Troll”. Store norske leksikon. Recuperado de https://snl.no/troll Harper, Douglas. (2016a). “lemming”. Online Etymology Dictionary. Recuperado de http://www.etymonline.com/index.php?term=lemming Harper, Douglas. (2016b). “troll”. Online Etymology Dictionary. Recuperado de http://www.etymonline.com/index.php?term=troll Haugen, Odd Einar. (1995). Grunnbok i norrønt språk. Oslo: Ad Notam Gyldendal. Havforskningsinstituttet. (2009). “Finnval”. Recuperado de http://www.imr.no/temasider/sjopattedyr/hval/finnhval/nb-no Hem, Erlend. (2000). Hangover eller veisalgi? Tidsskrift for Den norske legeforening, 120, 2578. Hægstad, Marius. (1909). Gamalnorsk ordbok: med nynorsk tyding. Kristiania: Samlaget. Jenkins, Mark. (diciembre, 2013). On the trail with the first skiers. National Geographic. Recuperado de http://ngm.nationalgeographic.com/2013/12/first- skiers/jenkins-text Kristoffersen, Gjert. (2000). The Phonology of Norwegian. Oxford: Oxford University Press. Lemen. (2009). Store norske leksikon. Recuperado de https://snl.no/lemen Loupedalen, Torjus. (1991). Morgedal. Skisportens vogge. Løten: Lokalhistorisk Forlag. Proba. (2014). Undersøkelse av nynorsk som hovedmål (2014-07). Recuperado de http://www.udir.no/globalassets/upload/forskning/2014/probarapport-2014-07- undersokelse-av-nynorsk-som-hovedmal_med-justerte-tabeller.pdf Real Academia Española. (2014). Diccionario de la Lengua Española (23.ª edición) [DLE]. Madrid: Espasa. Recuperado de http://www.rae.es http://www.fundeu.es/recomendacion/trol-no-troll/ http://www.fundeu.es/recomendacion/trolear-troleo/ https://snl.no/troll http://www.etymonline.com/index.php?term=lemming http://www.etymonline.com/index.php?term=troll http://www.imr.no/temasider/sjopattedyr/hval/finnhval/nb-no http://ngm.nationalgeographic.com/2013/12/first-skiers/jenkins-text http://ngm.nationalgeographic.com/2013/12/first-skiers/jenkins-text https://snl.no/lemen http://www.rae.es/ Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. de Costa Rica XLII (3) 2018 (Octubre-Diciembre): 79-95/ISSN: 2215-2636 95 Språkrådet y Universitetet i Oslo. (2016). Norsk ordbok. Oslo: Språkrådet y Universitetet i Oslo. Recuperado de http://no2014.uio.no Spurkland, Terje. (1989). Innføring i norrønt språk. Oslo: Universitetsforlaget. Støp-Bowitz, Carl y Sømme, Lauritz S. (2013). “Krill”. Store norske leksikon. Recuperado de https://snl.no/krill Søderlind, Didrik. (28 de diciembre de 2005). Lemen begår masseselvmord. Forskning.no. Recuperado de http://forskning.no/biologi- okologi/2008/02/lemen-begar-masseselvmord Torp, Alf. (1992). Nynorsk etymologisk ordbok. Kristiania: Aschehoug. Torp, Arne. (1993). Hovuddrag i norsk språkhistorie. Oslo: Ad Notam Gyldendal. Universitetet i Bergen y Språkrådet. (2012). Nynorskordboka (4.ª edición revisada para web). Recuperado de http://ordbok.uib.no Universitetet i Bergen y Språkrådet. (2016). Bokmålsordboka (3.ª edición revisada para la web). Recuperado de http://ordbok.uib.no Weekley, Ernest. (1967). An Etymological Dictionary of Modern English (vol. 2). Toronto: General Publishing Company. Wiese, Jeffrey G., Shlipak, Michael G. y Browner, Warren S. (2000). The alcohol hangover. Annals of Internal Medicine, 132, 897-902. Wilson, Don E. y DeeAnn M. Reeder (Eds.). (2005). Family Balaenopteridae. En: Mammal Species of the World. Recuperado de http://www.departments.bucknell.edu/biology/resources/msw3/browse.asp?id=1 4300010 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial- SinObraDerivada 4.0 Internacional http://no2014.uio.no/ https://snl.no/krill http://forskning.no/biologi-okologi/2008/02/lemen-begar-masseselvmord http://forskning.no/biologi-okologi/2008/02/lemen-begar-masseselvmord http://www.departments.bucknell.edu/biology/resources/msw3/browse.asp?id=14300010 http://www.departments.bucknell.edu/biology/resources/msw3/browse.asp?id=14300010 http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/