ElementosÊgŽneroÊsensitivosÊparaÊmirarÊ participaci—nÊdeÊhombresÊyÊmujeresÊenÊlaÊ !"#$%& '(")*+,) !"! '-'+"$!) '+"$./ !) Claudia Palma Campos RESUMEN ABSTRACT: This proposal looks at the gender perspec- La propuesta que se desarrolla a continua- tive theory key concepts and analyzes the ción, es una mirada desde la teoría y el roles played by women and men in scien- aporte de la perspectiva de género para el ce. It does not intend to set a fixed-frame análisis de algunos elementos que juegan to approach that topic but rather give hel- un papel importante en la participación de pful insights to understand why, despite the hombres y mujeres en el ámbito de la cien- higher female participation rates in schools cia. Esta propuesta no implica un marco and universities, women do not participate fijo para el abordaje de la temática, sino on equal bases with men in scientific work. que presenta fundamentos que pueden This article forms part of the Final Report on ayudar a comprender por qué, a pesar de UNA-Equidad Research Project, of the Uni- que los índices de participación educati- versidad Nacional de Costa Rica, School of va en colegios y universidades son más Sociology altos en el caso de las mujeres que en el de los hombres, las mujeres no se inte- Key words: gran en paridad en el hacer científico. Gender, equity, female participation, scientific Este artículo forma parte del informe knowledge final del proyecto de investigación UNA-Equidad, de la Escuela de Sociología, de la Universidad Na- La discusión sobre la equidad de género es un cional proceso que ha transcendido a todos los espacios Palabras claves: estructurales de la vida política, cultural, social y Género, equidad, participa- económica de los países. Los acuerdos suscritos, que ción femenina, conoci- velan por el compromiso en lucha en contra de la dis- miento científico criminación hacia las mujeres, pusieron sobre el tapete la visibilización de un problema estructural-cultural que TemasÊde nuestraÊamŽrica 117 ha discriminado a la mitad de la pobla- En este proceso de análisis de la ciencia, ción del mundo por un asunto de la dis- las preguntas de quién, cómo y en qué tribución del poder, asignación de tareas contexto se produce el conocimiento y roles esperados que traspasa los lugares científico, adquieren una respuesta parti- más íntimos de las vida de las personas; cular si se hace visualizándolo desde una sus relaciones, vínculos y afectos y que, perspectiva de género. El tema de géne- por supuesto, también impacta las esfe- ro, ciencia y sociedad, han despertado ras en el macro y micro nivel. una serie de inquietudes; puesto que la equidad de género en todos los ámbitos El mundo académico es uno de esos es- es un compromiso político y social de los pacios que no ha logrado trascender la países, que al igual que la economía y la estructura desigual de la sociedad pa- política, son atravesados también por los triarcal: se ha estructurado en los mis- órdenes patriarcales. mos márgenes de inclusión-exclusión que todos los otros espacios de la esfera La propuesta que se desarrolla a conti- social. Así, las ciencias biológicas, las nuación, es una mirada desde la teoría naturales, las tecnologías y las ciencias y el aporte de la perspectiva de género sociales, reproducen en sus espacios los para el análisis de algunos de los elemen- pequeños grandes mundos que estruc- tos que juegan un papel importante en la turan la participación en la producción participación de hombres y mujeres en científica, en la toma de decisiones, en el ámbito de la ciencia. Esta propuesta la validación de la información y en la no implica un marco fijo para su abor- ocupación de puestos de poder tradicio- daje, sino más bien un rescate de ele- nal, entre otros. De tal forma, esto que mentos que pueden ayudar a compren- llamamos ciencia, como forma de acce- der por qué, a pesar de que los índices der a un conocimiento inexplorado, su de participación educativa en colegios y sistematización, análisis y difusión, lleva universidades es más alto en mujeres que implícito una concepción de mundo an- en hombres, las mujeres no se integran drocéntrica, como parte de la sociedad en paridad con los hombres en la pro- patriarcal que ha organizado cada uno ducción científica, en la coordinación de los espacios públicos y privados de de proyectos, en los puestos de toma de la vida cotidiana de las personas. Como decisión, en los postgrados, etc. (Palma espacio androcéntrico, tiene la imagen y Aguilar, 2008) constituida en lo masculino como eje de validez en cuanto a voz, participación, Este acercamiento conceptual forma producción, negociación y toma de de- parte de una reciente investigación desa- cisiones. rrollada por la Escuela de Sociología de la Universidad Nacional sobre el tema 118 EneroÊ/ÊJunioÊdeÊ2009 “Participación de hombres y mujeres en Es por ello que categorías como la par- la producción científica y tecnológica ticipación, la forma en que se toman las de la Universidad Nacional”59, que nos decisiones, la diferencia de ocupación arroja datos cualitativos vinculados con de espacios públicos por hombres y mu- el área de las ciencias exactas y naturales jeres y la negociación, vistas desde una e informáticas, sobre la forma diferente perspectiva de género, invitan y exigen en que hombres y mujeres se han enfren- a realizar reflexiones sobre el camino de tado a la participación dentro de la Uni- la equidad en la Universidad Nacional versidad. Estos datos pueden ser compa- como meta que implica que la igualdad rados y enriquecidos por el Informe de real crezca hacia la igualdad de formal. Equidad de Género de la Universidad Nacional para el año 200860 presentado En este artículo se recogen los principa- por la Rectoría y desarrollado por el Ins- les elementos conceptuales que contri- tituto de Estudios de la Mujer de nuestra buyeron a realizar esa mirada analítica Universidad. De tal manera, no se trata cualitativa y género sensitiva al tema solo una contabilización de cuántas per- de la participación de hombres y mu- sonas participan o no participan en estos jeres en espacios de producción cientí- espacios; sino, más bien, de la vivencia fica en la ciencia y la tecnología de la vinculada a este proceso de participa- Universidad Nacional. Sin embargo, a ción, de los sentires y las historias que pesar de ser un acercamiento y una mi- permitieron acercarse a un conocimien- rada particular de la realidad, sin duda to nuevo sobre el tema. Además, cons- se puede aplicar a la ciencia en general; tata una realidad innegable a los ojos de esto, principalmente, porque tanto las el o la investigadora social: los procesos ciencias sociales como las naturales, en de equidad, a pesar de llevar implícita la su creación de categorías para observar igual real, no se pueden alcanzar con la sus particulares realidades, la selección y única y exclusiva pauta de leyes que per- definición de los problemas a investigar siguen la igualdad formal. han sido atravesadas por el mismo sesgo androcéntrico. (Harding, 1996) 59 Palma, Claudia; Aguilar, Guillermo (2008) En camino hacia la equidad y la pers- Análisis cualitativo y género-sensitivo sobre la pectiva de género participación de mujeres y hombres en la cien- cia y la tecnología de la Universidad Nacional. La utilización de una perspectiva de Informe final del Proyecto 026503, Escuela de Sociología. Universidad Nacional. Costa género en la investigación social y la Rica. acepción de género como categoría de 60 UNA (2008) Informe sobre Equidad de Gé- análisis, han pasado de ser una reco- nero 2008. Rectoría, Universidad Nacional. mendación, a convertirse en elementos Costa Rica TemasÊde nuestraÊamŽrica 119 insoslayables para un análisis integral Marcela Lagarde, antropóloga mexicana de la realidad social. Como es sabido, y además una de las teóricas del géne- más allá de los elementos comparativos ro más importantes de América Latina, que se puedan ofrecer al contar con la nos recuerda que la perspectiva de gé- información diferenciada entre hombres nero permite analizar y comprender las y mujeres, lo que permite una propuesta características excluyentes mediante las metodológica género-sensitiva es visibi- que se define a hombres y mujeres. Ella lizar las condiciones de desigualdad en- analiza las posibilidades vitales de ellos, tre hombres y mujeres en una dimensión el sentido de sus vidas, las expectativas estructural y en su expresión cotidiana. y oportunidades, así como las complejas Así, si se habla en el nivel macro social, y diversas relaciones que se establecen se tomarán en cuenta los aspectos de entre ambos para hacer enfatizar en sus orden social, cultural, económico y po- conflictos, tanto institucionales como co- lítico; en el nivel micro, resaltarán los tidianos y en la manera en que estos se aspectos vinculados con la organización enfrentan. (Lagarde, 1996). Desde la teo- familiar, las relaciones de pareja, las re- ría de género, el análisis del ejercicio del laciones en el trabajo y demás. poder comprende también aquellos rela- cionados con los procesos de pensamien- La importancia de evidenciar las dife- to para adentrarse en varios mecanismos rentes manifestaciones de esta desigual- de relación que permiten el agrupamiento dad, contribuye a tratar de comprender a las personas y a los grupos sociales. el acceso y uso de los recursos, la toma de decisiones y las formas de negocia- Uno de los temas importantes para la ción en espacios vitales y de cómo esto, reflexión desde esta mirada, es la inexis- a su vez, permite contribuir al mejora- tencia de paridad o equidad social en- miento de la calidad de vida humana, tre las personas. La desigualdad social los tratos justos y equitativos, a través de entre hombres y mujeres se ha refleja- decisiones que impactan tanto el apara- do históricamente como una forma no to regulador estatal como las relaciones equilibrada de acceder a los beneficios personales. El trabajo género-sensitivo de la sociedad, pactados en términos de invita a la reflexión y a la identificación igualdad ante la ley. Hablar de igualdad de situaciones que colocan a hombres es hablar de la manifestación legal a y mujeres en situaciones de desventaja través de la cual, la sociedad, discursiva- social, económica, política o cultural, mente, no consiente la discriminación según su condición de género y desde un de ninguna persona por características análisis relacional e histórico. específicas en términos sociales, cultu- rales, sexuales, de credo o étnicos. Sin embargo, precisamente, parte de lo que 120 EneroÊ/ÊJunioÊdeÊ2009 inicia la discusión con respecto al térmi- que implica irracionalizar el monopolio no de igualdad real es que, a pesar de que del poder masculino (1997). Cuando existen leyes, las estipulaciones legales habla de paridad, plantea que el interés no hacen eco en las relaciones cotidia- por los espacios públicos y privados debe nas entre las personas. recaer igualmente en varones y muje- res. Esta noción de democracia parita- Es por ello que surge la crítica de que la ria nace como una forma de visibilizar igualdad formal no coincide con la igual- de la contradicción del aumento de la dad real y ello impacta el camino hacia participación de las mujeres en muchos la equidad. No existe equidad entre los de los ámbitos de la vida pública, social, géneros pues tanto en el micro nivel y educación, trabajo y su ausencia en los el macro nivel, la correlación de fuerzas espacios relacionados con el poder y con que pauta la forma en que se desarrollan la toma de decisiones que afectan al con- las relaciones cotidianas y la distribu- junto de la sociedad. ción de los bienes, el acceso, uso y toma de decisión sobre ellos, desequilibra la Esta participación desigual tiene histo- balanza a favor de lo masculino. ria con raíces en la democracia moderna a partir del siglo XVIII, desde donde la La historia evidencia una bifurcación en razón universal y ética estaba basada en las condiciones por las que han camina- principios y derechos universales y sobre do las sociedades. La mayor parte de ellas la que reposa aún, en lo concreto, el ideal han seguido un patrón de desigualdad de la democracia y de la ciudadanía y, por entre los sexos que se establece entre dos lo tanto, de la participación. Los princi- extremos: uno, de igualdad total con res- pios de la democracia brindaron derechos pecto al acceso de los escasos recursos; y a los hombres; pero para las mujeres con- en el otro extremo, donde las mujeres se cedió un estatus adscrito, puesto que la encuentran en aguda desventaja con res- ontología femenina fue concebida como pecto a los hombres. La desigualdad en- inferior, es decir diferente o complementa- tre los sexos implica que son las mujeres ria. Las mujeres en tanto no eran sujetos las que se encuentran en una condición de razón, tampoco podían ser sujetos polí- de desventaja social. (Saltzman, 1992) ticos. Desde esta perspectiva, la democra- cia paritaria es una estrategia orientada a Cuando se habla de equidad de género, restablecer la igualdad, libertad y autono- se hace referencia a una condición de mía entre mujeres y hombres, en su con- paridad social, cultural, económica, po- cepción macrosocial. lítica y de participación. La estudiosa del tema, Rosa Cobo, expone una propuesta Es por esta razón, que en la historia occi- para alcanzar una democracia paritaria, dental reciente existen leyes que tratan TemasÊde nuestraÊamŽrica 121 de equilibrar la balanza en cuanto a es- Es importante entender el tema de la pacios y cuotas mínimas de participación participación por género como una ac- femenina en espacios de representación ción condicionada por aspectos cultu- social. Este tema es importante porque rales que reglamenta las normas para en el área de la ciencia y la tecnología, al pertenecer activamente a diferentes es- haberse formado y conceptualizado desde pacios. El término participación, enten- la noción masculina de la sociedad y del dido como la capacidad real y efectiva conocimiento, las ideas y los productos de tomar decisiones sobre asuntos que, de las mujeres han quedado relegados a directa o indirectamente, afectan la vida un bajo o nulo espacio de reconocimien- y las actividades de una persona o un to social. Aquellas mujeres que han par- grupo, tiene, además, un reconocimien- ticipado activamente, quedan en la his- to social, de visilibilización y de carácter toria como ayudantes de investigaciones público. o como gestoras de productos menos im- portantes. Por ejemplo, aunque en Costa Desde la perspectiva de género se empe- Rica el premio de ciencia y tecnología zó a dar sentido a las diferencias entre fue entregado recientemente a una mu- las actividades que realizan hombres y jer; si miramos la galería fotográfica de mujeres y a la importancia de dichas ac- los laureados con este reconocimiento, tividades según el espacio en dónde se ubicada en las instalaciones del Consejo desarrollan: lo público y lo privado. La Nacional de Rectores, CONARE, con- valoración que se concede entre uno y trasta, abrumadoramente, una mayoría otro, ha logrado evidenciar que cultural masculina61. y simbólicamente a las actividades se les asigna distinta importancia dependien- 61 El Premio Nacional de Ciencia y Tecnología do del espacio donde se realizan, según “Dr. Clodomiro Picado Twight”, otorgado por se sea hombre o mujer y el nivel de pres- el Ministerio de Ciencia y Tecnología con- tigio de su aprendizaje a partir de las juntamente con el Ministerio de Cultura Ju- pautas culturales. ventud y Deportes, fue creado por iniciativa del Concejo Director del Concejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológi- Lo simbólico de la participación: lo pú- cas, mediante Decreto Ejecutivo No. 6601-C blico y lo privado del 7 de diciembre de 1976. Su propósito es estimular y reconocer la labor científica y tec- nológica de las y los costarricenses. En el año Para Elena Simón (1999), el conjunto 2002, por primera vez, una mujer obtuvo el de representaciones de los conceptos Premio. Este mérito se otorgó a la Dra. Ca- morales o intelectuales y su expresión terina Guzmán Verri, con su investigación: Mecanismos de virulencia de dos bacterias Gram negativas: estudios sobre la hemolisina HIyA 2004, Marietta Flores Díaz y Lizbeth Salazar de Escherichia coli y la interacción de Brucella Sánchez también fueron reconocidas por sus abortus con células no fagocíticas. En enero de investigaciones doctorales. 122 EneroÊ/ÊJunioÊdeÊ2009 simbólica, forman parte de los elemen- cación sentimental diferente. Esta forja tos fundamentales de la disimetría de de sentimientos implica aprobación o género; los cuales, al no ser evidentes ni reprobación de conductas tendientes a interpretables con facilidad, impiden o domar esas emociones o bien, a poten- dificultan un análisis de la realidad. En ciarlas. La disimetría se encuentra en este sentido, la noción del universo sim- el momento que se espera una reacción bólico recoge un significado que va más de los individuos a partir de su educa- allá de los mitos, alusiones o creencias ción sentimental, ya sea manifestación portadoras de signos que comparte la o represión de los mismos y según las humanidad, si no que además permite condiciones de los espacios en que se “…la percepción de la realidad y de la desarrollen las personas. Esta situación posibilidad; la distancia que media entre no implica que se asocie una condición ellas y que intercepta la toma de decisio- negativa o positiva a la expresión de los nes sobre la propia vida” (1999: 42), por sentimientos, solo se espera que sean medio del uso de este concepto se puede manifestados o bien, negados. analizar lo que se espera de cada persona y la conformación de sus posibilidades A las mujeres se les enseña la manifes- sobre lo que se entiende por masculino tación de sentimientos a través de sus y femenino. vínculos relacionales con las demás personas; por eso se espera de ellas sen- Para esta autora, el proceso de sociali- sibilidad, perfeccionamiento, empatía, zación se da a partir de algunos factores obediencia y duda ante las decisiones; que se enseñan en la vida cotidiana, mientras que a los hombres se les enseña tendientes a conformar la identidad y la un vínculo hacia la dureza, el protagonis- subjetividad; es decir, su identificación mo, la competencia y la iniciativa. Los o educación como personas, de los me- sentimientos tienen, entonces, implica- canismos que le permiten construir una ción en alguien o en algo. En el caso de personalidad que pueda adaptarse a su las mujeres, es en alguien: el otro inme- medio, incorporando e interpretando diato; en el de los hombres, es en algo: el aquello culturalmente significativo para otro generalizado. (Simón, 1999) su funcionamiento en la sociedad. Esta socialización tiende a vincular a las Dicha socialización es disimétrica y poco mujeres con un carácter de inseguridad equitativa, puesto que brinda de forma o dependencia y a los hombres con el de diferenciada a hombres y mujeres, las seguridad y de independencia. Esto con- herramientas para la conformación de la forma una base importante del arraigo identidad y la subjetividad. Por ejemplo, de la desigualdad social. Para las muje- dependiendo del sexo existe una edu- res “Los sentimientos son regulados por TemasÊde nuestraÊamŽrica 123 costumbres, ritos sociales que, siendo del espacio privado es lo doméstico o re- sexistas62, se manifiestan en conductas productivo, es lo efímero y se transmite diferenciales de género, investidas de solo por aquello efímero también que no desigual valoración y categoría jerárqui- deja huella, es decir, todo aquello que no ca”. (Simón, 1999: 39). interviene directamente en la toma de decisiones que afectan a la humanidad Estas construcciones socio-culturales no como un conjunto macro. Es el espacio son estáticas ni exclusivas a los sexos; son de las relaciones personales, el cual ha nociones de representación de lo que se sido ocupado tradicionalmente por lo fe- espera de cada persona según la cultura menino63. Es el espacio en donde no se occidental que rige la vida cotidiana y exhibe, ni se intercambia, ni se exporta, el ordenamiento de los espacios, por lo ni se escribe ni se graba; mientras que que existe una reproducción de estas aquel tradicionalmente ocupado por lo ideas dentro de la estructura en general. masculino es el espacio público, político, Estas nociones pueden marcar el involu- productivo, es el espacio de las decisio- cramiento de las personas, su presencia o nes sociales, en donde todo tiene valor ausencia en los distintos espacios y está y voto y que deja huella en el colectivo. íntimamente vinculada también con la El se muestra, se vende, se compra, pu- forma en que se usan esos espacios. La blica, imprime, se reproduce, se viaja y división entre los espacios públicos y esto hace posible la reproducción y ex- los privados, la forma en que hombres y pansión de las personas que lo ocupan. mujeres los ocupan y las actividades que (Simón, 1999) desarrollan en ellos, manifiestan una organización social de género en tanto La producción del conocimiento social, que se aprende, de forma diferenciada, la político, filosófico y científico pertenece presencia y la ausencia, la posibilidad y a esta concepción de espacio público. la imposibilidad, la inferioridad o la su- 63 Lo femenino, lo masculino y lo que de ellos perioridad; así como la propiedad o uso se ha conceptualizado a través de la teoría, de esos espacios y las dinámicas al inter- no son necesariamente excluyentes entre sí. no de ellos. Por eso es muy importante traspasar la barrera que ubica las acciones en el ámbito indivi- En cada uno de estos espacios no sólo ha dual y desmitificar que sólo los hombres son patriarcales y las mujeres víctimas exclusivas existido una mayor, no única, presencia de ese patriarcado. El patriarcado, como orga- de hombres o mujeres, sino que social- nización política, ideológica y jurídica de la mente se espera y se le asignan a uno u sociedad, victimiza a todas las personas que otro sexo. En este sentido, el imaginario no representen sus ideales de poder y domi- nación y a la vez, todas las personas, en tanto que aprenden del mismo sistema socializa- 62 El sexismo es la opresión social fundamenta- ción, lo incorporan y reproducen en la vida da en la diferencia sexual de las personas. cotidiana. 124 EneroÊ/ÊJunioÊdeÊ2009 Ella implica la adquisición de destrezas, tender a quiénes representa tradicional- aprendidas en el proceso de socializa- mente la igualdad legal. Para Ana María ción. Para la utilización de esas destrezas Fernández (1993), lo público como es- se necesita conocimiento; el cual ha sido pacio de la negociación del contrato y el pautado a partir de roles, habilidades y intercambio, tiene en él un libre ejercicio estereotipos que se articulan sobre un eje de las capacidades y de acceso al poder sexista. En su mayoría, son varones los que coloca a sus participantes en las mis- que han hecho la ciencia, la filosofía, la mas condiciones; es decir, en calidad de economía, la política y la cultura, pues iguales. En cambio, en el espacio privado, este conocimiento pertenece al ámbito que es el de la no competencia, donde de la vida pública, al ámbito de la iden- no hay poder que rebatir en cuanto al tificación o implicación con el otro ge- prestigio ni al reconocimiento, coloca a neralizado que es la humanidad. quienes lo ocupan en un lugar de idénti- cas. Eso idéntico no es lo legalizable, ni lo Las mujeres, en contraste, han perma- contemplable. (Fernández, 1993) necido relegadas a un lugar de segunda categoría o bien, han sido rechazadas Todo este proceso implica una raciona- de facto de esos espacios, argumentando lización de las prácticas, que divide lo incapacidad natural para su desenvol- racional de lo sentimental, que es decir vimiento. A ellas se las ha catalogado lo público y de lo privado. Este es un como el genérico subordinado que las aprendizaje interiorizado por tanto las coloca como incompetentes para todo personas no son concientes de la forma lo relacionado con lo que trasciende. en que se inscribe en las decisiones de la Al mirar siempre individuos del mismo vida cotidiana ni de que está implícito sexo, en uno u otro espacio, las personas en lo personal. Lo racional pertenece al se ven a sí mismas en esos espacios y si ámbito público e implica la conciencia no se ven en su genérico representado, humana, la toma de decisiones y el po- les cuesta imaginar ocupar un espacio der y se certifica en tanto el libre acceso con una imagen que no le pertenece. Es- al capital cultural por vías escolares y tos son elementos que hacen complicado académicas a los que solo tienen acceso el camino para encontrar un equilibrio un segmento no mayor de la población en la polarización de la forma en que se pero que además, es un espacio pautado ocupan los espacios públicos y privados por aquellos grupos que toman decisio- por uno y otro sexo. nes sobre dicho capital cultural. La noción de igualdad puede estar im- A él se accede a partir de una partici- plícita inclusive en la definición de estos pación en tiempo completo y esto, his- espacios, lo que añade elementos para en- tóricamente, ha sido un privilegio de lo TemasÊde nuestraÊamŽrica 125 masculino con tradición burguesa y con- otro extremo, se espera que los hombres centración del poder. Las mujeres, en se inserten en carreras que hacen eco su tanto han ocupado tradicionalmente el condición masculina: ingeniería, aboga- espacio privado-sentimental, han propi- cía, como pilotos, administración, todas ciado las condiciones para que los varo- ellas vinculadas con la toma de decisio- nes se desenvuelvan en ese otro espacio nes y el protagonismo. público- racional. (Fernández, 1993). Por eso eso, no es descabellado pensar A pesar de que poco a poco hay partici- en que no es suficiente para las mujeres pación de mujeres y hombres en espacios ahora acceder a los espacios educativos y tradicionalmente donde no se esperaba a la profesionalización producto de la lu- su incursión, la socialización de género cha de sus luchas históricas. Es necesario cobra cara su enseñanza y ha desarrolla- también estar libre de las ataduras que do una serie de mecanismos que tratan impone la dedicación al trabajo familiar, de condicionar el desajuste de esos roles a las dobles o triples jornadas, a la culpa, tradicionales. Cada vez más mujeres ma- a la decisión a partir del otro individuali- temáticas, ingenieras, informáticas, físi- zado. Tales ataduras que aseguran la per- cas, veterinarias, realizan hazañas para manencia en la vida privada, posibilitan combinar su vida privada con la pública el desarrollo y la producción intelectual y viceversa, haciendo un uso del tiempo de los hombres en el espacio público. y de los espacios que certifiquen que son competentes y capaces. La discusión en cuanto a los espacios públicos y privados, no excluye a muje- De esta manera, la socialización de gé- res o a hombres de pertenecer a aquellos nero esta aparejada con una asignación espacios tradicionalmente no asignados; y utilización de los espacios que se com- pero, a pesar de que mujeres pueden ocu- bina con una enseñanza diferenciada del par espacios públicos y los hombres los uso del tiempo; que en lo femenino se privados, sí existe una clara división de relaciona con lo circular y en lo mascu- los roles esperados que se demandan en lino con lo lineal. Se refiere como cir- cada espacio particular según el género. cular porque se aprende la capacidad de Por ejemplo, la presencia de mujeres en desarrollar una serie de actividades al espacios públicos, a través de la profesio- mismo tiempo, independientemente de nalización, ha estado demarcada por su que estén o no conectadas entre sí. Por participación en actividades o carreras ejemplo, las mujeres pueden estar en la vinculadas con lo que se espera de su oficina, pero además coordinan todas socialización de género: secretarias, en- las actividades del hogar y de la familia; fermeras, aeromozas, maestras, áreas de o bien, pueden pensar en la resolución las ciencias sociales y de servicio. En el de algún problema profesional mien- 126 EneroÊ/ÊJunioÊdeÊ2009 tras atienden las necesidades de los y general compartido que adquirirá signi- las hijas. En contraste, el tiempo lineal ficados diferentes según la experiencia transcurre sin interferencias, una cosa se de donde proceda. Esta experiencia se resuelve a la vez, en el tiempo y el mo- conforma como compartida, al existir mento indicados. manifestaciones e historias que se repi- ten a lo largo de las vidas cotidianas de La utilización del tiempo es muy impor- otras personas con las que se comparten, tante en la construcción de los espacios espacios y contextos similares. de trabajo y la producción intelectual. Limpiar la mesa de trabajo es una noción No hay que olvidar que las personas tienen simbólica, en tanto se pueden colocar en una vivencia personal de la construcción sus lugares cada uno de los elementos que de la identidad de género, es decir, cada forman parte de la creación intelectual. persona tiene una experiencia particular Es poco real pensar que las personas son de ella. A esto se le conoce como subje- tan mecánicas que nunca llevan sus tra- tividad. La subjetividad es la experiencia bajos a su vida privada. Lo que si es real, de la identidad y tiene por territorio el es que esta condición es diferenciada cuerpo vivido, producto de la conforma- desde la construcción de las identidades ción del sujeto, como cuerpo histórico de género y lo que desde ellas se espera con significado social y culturalmente. La que sean las responsabilidades y priori- subjetividad se expresa en todos los ámbi- dades para hombres o mujeres. Existen tos de la individualidad como los sentires, elementos que se comparten y elemen- preocupaciones, pensamientos, sueños, el tos particulares, vivencias diferentes en lenguaje e implica una forma de ser y estar sí mismas, pero que encuentran sentido en el mundo. (Lagarde, 1997) dentro del engranaje socio-cultural. Así mismo existen mecanismo a través de Por lo tanto, las historias de hombres y los cuales tanto las personas, como la mujeres que participan y producen en sociedad tratan de equilibrar la balanza espacios de la ciencia y la tecnología, y hacerlo pasar por lo normal de la vida pueden tener historias diferentes aunque cotidiana, como el deber y lo esperable. también compartan los elementos sim- bólicos que la estructura socio-cultural Los diferentes elementos de la socia- ha definido para dichos espacios, para las lización de género se combinan con relaciones y los vínculos. Muchas histo- la vivencia, los aprendizajes y los mo- rias han sido recogidas desde estos ámbi- mentos o épocas, particulares en que tos del hacer académico y a pesar de que estos fueron manifestados. Producto de su impacto es diferente en cada persona, ello existirá una forma de vinculación ha sido factible la identificación de ele- y actuación relacionada con el entorno mentos que dan cuenta de la desigualdad TemasÊde nuestraÊamŽrica 127 de participación e integración. Es la es- das las actitudes condicionadas por una tructura de la organización social lo que visión familiar-relacional, lo vinculado queda en evidencia con sus historias. con ese espacio obtiene una importan- cia mayor pero un valor mucho menor a La negociación y la toma de decisiones las actividades vinculadas con el espacio público. Esta condición subordina las El proceso de socialización y de asig- capacidades a las exigencias de las otras nación de significados a lo público y lo personas y se justifica a partir de lo que, privado, influye en la forma cómo las impecablemente, se espera de ellas. personas toman decisiones. La mezcla de circunstancias, sentimientos e historias, En este esquema, la culpa puede ser un permite identificar las manifestaciones componente importante que interviene de las características de socialización en la toma de decisiones; como cuando en forma particular para hombres y para al optar por el ámbito público, se escu- mujeres. Las personas construyen con cha constantemente que las mujeres, una serie de elementos lo que conforma por hacer actividades fuera de su ámbito su experiencia vivida y sus posibilidades vital, el hogar, no cumplen bien con su futuras. Ni rígidas ni estáticas, experien- misión de ser mujeres-madres, materna- cias y posibilidades influirán en ese andar les y buenas. Ello coloca a las mujeres en y en los elementos de su vida cotidiana. una condición de escasa negociación en Elena Simón denomina esta dinámica el el ámbito privado, pues es ahí donde se conflicto del itinerario vital, entendiéndolo espera de ellas el cuido generoso, la ab- como todo aquello vinculado a la cons- negación, el amor, la dedicación respon- trucción de género que interviene en el sable. Aunque esto les implique doble o proceso de toma de decisiones sobre los triple jornadas de trabajo, fuera y dentro planes de la propia existencia (1999). de la casa y en la comunidad. De esta La toma de decisiones dependerá de ese forma, las mujeres se enfrentan con una lugar en que las personas han sido colo- gran incapacidad para negociar con sus cadas a nivel cultural social y de la con- parejas y con su familia para una equita- ciencia que de ello se pueda tener o no. tiva distribución de las tareas. Dentro de las formas en que se resuel- ven problemas o se toman decisiones, las En el caso de los varones, hay también mujeres podrían colocarse en el lugar de una serie de condicionamientos para acciones inducidas64 por su género. En to- toma de decisiones. Con una educación 64 Existen dos tipos de decisiones, desde la pro- tender las desventajas e inconvenientes que puesta de Ma. Elena Simón: Las resoluciones de ellas derivan para el desarrollo personal y indolentes son aquel conjunto de decisiones en tanto eso se habrá actuado en consecuen- inducidas, perezosa e insensible, pues no se cia. La decisión convencional son sexistas y habrán trabajado conscientemente por en- pertenecen a la lógica del sistema patriarcal. 128 EneroÊ/ÊJunioÊdeÊ2009 sentimental que los coloca en el lugar no existe otro espacio, si no aquél que del poder y el valor, ser hombre signi- los induce al público de donde recibe el fica aprender un orden simbólico que apoyo, prestigio y admiración, mismo los ubica en el genérico dominante, de donde no existe un contacto directo con individuo y sujeto. Esta condición los el otro concreto. En los casos de hombres incluye, ya por definición, en todas las que desde una masculinidad muy tra- categorías de análisis pues ha implicado dicional optan por tomar en cuenta lo relacionarlos con el universal de su espe- relacional-familiar, se distingue cómo cie: el hombre siempre ha estado nom- ejercitan una fuerte exigencia por man- brado cuando se habla de la humanidad. tener el lugar de la toma de decisiones, Desvinculados del mundo relacional, su del reconocimiento y el aval familiar proyecto de vida se va diseñando desde como una forma de agradecimiento por lo público, desde lo ocupacional y según el sacrificio que implica asumir su man- las habilidades de poder y valor desarro- dato de hombre proveedor. lladas, también se les apreciará y admi- rará en el mundo relacional. Con ello De ahí que las decisiones que se toman prácticamente, casi cierran su círculo del desde cualquiera de estos espacios im- bienestar. Su socialización en el univer- plican dos tipos de negociaciones: una, sal hace que pierdan de vista el cercano con la persona implicada, aquella que se concreto, en tanto que espacio relacional tiene al frente, y dos, la más importante, tiende a quedar en un segundo plano o la de esa persona con ella misma. Ambos bien no pertenece a su ámbito de acción procesos están atravesados por las pautas o resolución. de socialización y aprendizaje culturales que les permiten o limitan el actuar per- Han aprendido a mirar de lejos y no sonal. Por ello, el proceso de toma de de- han aprendido a escuchar de cerca: cisiones tampoco es gratuito. Clara Coria mirar es no sólo el sentido corporal (1996), menciona algunas condiciones sino la facultad que permite a los importantes que deben existir para que seres humanos captar y distinguir lo se dé un proceso de negociación equita- lejano. Escuchar es el sentido y la fa- tivo entre las personas, sean hombres o cultad que hace posible captar y dis- tinguir lo próximo. Lo lejano es “el mujeres, a partir de los ámbitos en que se otro generalizado”, lo próximo es el desenvuelven. La negociación implica “otro concreto”, si nos referimos a las las tratativas para lograr acuerdos cuan- relaciones sociales y humanas. (Si- do se producen divergencias de intereses món, 1999:78) y disparidad de deseos. Lo que más afec- ta las decisiones son las vinculaciones Este conflicto vital de género, existe afectivas, es decir, las pertenecientes al en los varones aunque la mayoría no lo espacio privado. identifique. En su toma de decisiones TemasÊde nuestraÊamŽrica 129 En primera instancia, hay que partir del a pesar de que la culpa haga pensar que hecho de que las negociaciones en el ám- no se tiene derecho a ello. Sin embargo, bito público son muy diferentes a las del parece que la socialización de género le ámbito privado. Mientras que en el pri- queda debiendo a las mujeres historia mero implica un apostar siempre a ganar, para poseer todas y cada una de esas en el ámbito privado esa misma actitud condiciones; por el contrario, existen se lee como una situación que puede em- una serie de mitos y mandatos sociales pañar las relaciones y cuestionar el amor. que minan ese proceso de negociación. La negociación no se trata de quién gana Las amenazas de desamor, la soledad, la o quién pierde, si no de lograr acuerdos; culpa, la pérdida de protección, la con- cuidando, siempre, la relación con quien tradicción, son algunos de ellos. se negocia y buscando preservar dicha relación para beneficio mutuo. Estos mitos y mandatos sociales, condi- cionan la forma y los espacios en los que Las mujeres han sido ajustadas a un lugar se pueden tomar decisiones en cualquier de poca o baja negociación, pues al ser tipo de relación de poder entre los géne- las que se preocupan por el beneficio de ros; puesto que independientemente del las otras personas y tener el estigma de espacio, el vínculo personal y afectivo ser solidarias e incondicionales según la tiende a minar las posibilidades de las construcción de género, están en un lu- negociaciones. Las mujeres, tradicional- gar de mayor vulnerabilidad delante de mente han estado fuera de los ámbitos la negociación; entendiendo esta, casi de las decisiones, “cediendo privilegios y siempre, como ceder: espacio, tiempo, postergando disfrutes” (Coria, 1996:31) trabajo, salud, dedicación, sacrificio, etc. manteniéndose al margen de los bene- La solidaridad, en realidad, no consis- ficios y confundiendo el altruismo con te en ceder espacios ni aspiraciones, si la solidaridad. El altruismo se relaciona no en compartir equitativamente tanto con la incondicionalidad, mientras que los inconvenientes como los beneficios la solidaridad se refiere a establecer vín- (Coria, 1996). culos bilaterales y paritarios. Pero para negociar se deben poseer algu- Son muchos los elementos del macro y nos requisitos personales vinculados con micro nivel que se echan a jugar en los el reconocimiento de los deseos e inte- procesos negociación desde la socializa- reses personales y saberse en derecho de ción de género. Cada una de las activi- defenderlos, proponerse objetivos y sos- dades que se desempeñan, los sentimien- tenerlos, tener la capacidad de decir no tos y las acciones tienen un referente y sin interponer el amor o la culpa y saber una justificación en tanto se reproduzca que siempre se negocia lo que conviene; vitalmente la norma establecida. Cuan- 130 EneroÊ/ÊJunioÊdeÊ2009 do se trata de alejarse de ella, existen los puesta para una teoría que desequilibre mecanismos para encaminar, de nuevo, el mantenimiento y la reproducción ese descarrilamiento social. Dichos me- de los sistemas de desigualdad, apunta canismos se utilizan para mantener ese a identificar blancos claves del cambio orden poco equitativo entre hombres y en potencia. La identificación de estos mujeres en los diferentes espacios que blancos puede darse tanto en el macro se comparten. Ese es el orden donde se como en el micronivel. coloca a las personas, esperando que se desenvuelvan, apropiada o consecuente- Es innegable que una propuesta dirigida mente, en los diferentes espacios.65 a la identificación de los mecanismos de desigualdad social entre hombres y mu- Para Jeanet Saltzman (1999), la per- jeres, tiene su fundamento en un proceso petuación de la desigualdad entre los histórico que ha corroído todo intento de géneros, existe por una concentración rehabilitación del edificio social y huma- de los recursos masculinos de poder no; que nace y se solidifica en las accio- económico, político e ideológico en nes más básicas de esos procesos sociales. el macronivel, en coexistencia con de En tanto la búsqueda de blancos impor- una división sexual de las tareas y de lo tantes donde apuntar para equilibrar la que simbólicamente implican. Saltzman balanza hacia la equidad, tomando en apunta que existen una serie de aspectos cuenta los elementos arriba expuestos, de la vida sociocultural, desiguales en hace pensar no solo en la división de ta- su capacidad para estimular un cambio reas, de los espacios y de las expectativas social de gran alcance entre los géneros. sobre las personas; si no, también, en el Ella se pregunta cuáles son las variables significado simbólico que cada espacio que tienen que cambiar para que se dé ha implicado históricamente. una variación hacia la igualdad. Su pro- Si el poder de micro definición (aquel que define el cauce de las interacciones entre 65 Pero dentro de la norma existen a veces permisos que conceden a hombres o mujeres las personas y que dicta qué es digno de ocupar espacios no tradicionales, siempre y atención y qué es una conducta adecua- cuando, se mantenga el orden, y no se ponga da) no fuera utilizado por las masculini- en riesgo real la estructura de poder. Esos per- dades dominantes para mantener a las misos existen en el nivel social macro, como apertura para la participación política de las mujeres alejadas del espacio productivo, mujeres en algunos espacios de toma de deci- ajeno al de la casa, con desventaja clara sión y en la figuración pública. También exis- de competencia, debido a sus responsabi- ten referentes de la participación de hombres lidades no compartidas en el espacio re- en espacios que tradicionalmente no ocupan, lacional, los elementos de relación entre como el cuido de los hijos en la casa y no ser la principal fuente de entradas económicas al los géneros podrían empezar a cambiar. hogar. TemasÊde nuestraÊamŽrica 131 Tal y como están las cosas, con el poder un mundo que implica visibilidad, aun- de lo masculino sobre los recursos en el que no necesariamente reconocimiento. macro nivel, las mujeres quedan en una Normalmente en el ámbito público se clara desventaja social para el acceso, accede al dinero por medio del trabajo uso y decisión sobre dichos recursos, lo remunerado; dentro de este los espacios cual implica una desventaja real y sim- están tradicional y claramente diferen- bólica, alimentada por una feminidad ciados por género. diferenciada. Esta alienta a las mujeres a comportarse de una forma coherente A través de la historia se evidencia la que mantiene el status quo masculino; a participación de mujeres en el ámbito pesar de las rupturas, avances y aumento público ocupando o ejerciendo acciones de la participación de las mujeres en los que implicaban reconocimiento social. espacios públicos. Ellas fueron invisibilizadas u opacadas detrás de un hombre, puesto que los es- En este sentido, y para cerrar esta discu- pacios de reconocimiento y poder han sión, el mantenimiento del status quo estado vedados para las mujeres. implica la ocupación diferenciada en los espacios públicos y privados y en las La participación en la ciencia y la pro- actividades. En los espacios públicos, ducción de conocimiento, no ha sido conformados por lo masculino, el poder un espacio tradicional para el desarrollo y la toma de decisiones tienden a favo- femenino. Solo recientemente se ha ma- recer lo masculino sobre lo femenino. nifestado sus aportes y se ha entendido Los puestos en lo público están defini- la razón de su ocultamiento histórico. dos desde una ideología de lo masculino Como mujeres, no habían adquirido el y mayoritariamente están ocupados por derecho de brillar. En el espacio público varones. Ello forma parte de la distribu- hay una serie de valores que no tienen ción de actividades, de oportunidades y género realmente, pero al pertenecer a recompensas fuera del hogar, que sigue un espacio tradicionalmente masculino, colocando lo masculino en posición de se los asocia con ellos; por ejemplo, el mayor poder sobre los recursos macro. éxito y el reconocimiento social. La noción de éxito y el techo de La noción de éxito tiene una clara signi- cristal. ficación desde la socialización de géne- ro, de forma diferenciada para hombres Los espacios públicos están asociados y mujeres. En los hombres se convierte con representación, liderazgo, prota- en un fin en sí mismo; en una búsqueda gonismo: optar por ser parte de ellos es que significa su masculinidad, vinculado reconocer que se va a formar parte de con la potencia, con el hombre de bien y 132 EneroÊ/ÊJunioÊdeÊ2009 proveedor. La falta de éxito en los hom- físico y emotivo o no se combina con el bres es sinónimo de fracaso. Pero acce- amor de pareja. der a la cumbre, es dejar parte de la vida. Mientras los hombres no reconocen esto El éxito se relaciona con tres condicio- como negativo, los elementos vinculados nes independientemente de si son hom- a las mujeres, desde su socialización de bres o mujeres quienes lo buscan o lo género básica, sí lo hace. El éxito signifi- disfrutan: ca para los hombres el logro de objetivos que trasciendan el ámbito privado y que ! implica protagonismo, es una vi- tengan algún tipo de reconocimiento so- vencia personal intransferible; cial, relacionado con el dinero, el poder, ! trasciende los límites de lo priva- el prestigio y la autoridad. (Coria, 1992) do y doméstico, expone a la mi- De esta manera, esta sexuación del éxito, rada pública; mantiene a las mujeres alejadas de las es- ! implica un reconocimiento social feras de poder; principalmente, porque y la aceptación personal de ello. el concepto de poder es diferente desde de ellas y para sí mismas. Según las inda- A partir de estas tres condiciones, se gaciones de Coria, las mujeres tienen a entiende el éxito como el logro de las asociar el éxito con todo aquello que las metas propuestas por una persona que satisfaga, independientemente de que sea se configura en su protagonista y cuyos en el plano laboral, familiar y de pareja. beneficios, prestigio, autoridad, dinero y Dicha asociación las coloca en un plano poder, recaen sobre dicho protagonista. de desigualdad frente a los hombres, pues- (Coria, 1992). Vemos que esta definición to que ellos siguen con la noción de éxito no tiene género y no lo implica; aunque vinculada con el reconocimiento social y socialmente se asigne al masculino, no la ocupación de puestos de poder. solo que lo ocupe, sino también que bus- que y demande para sí ese lugar. Algunas mujeres asocian la noción del éxito público, su reconocimiento y va- El éxito per se, el reconocimiento por lor, con una serie de condiciones que no el reconocimiento, o del dinero por el siempre están dispuestas a poner en jue- dinero, no se inserta, automáticamente go y si lo hacen, es en condiciones don- en una lógica de vida coherente con la de no sacrifican tiempo y vitalidad de sus dignidad y el respeto humano. Los obstá- familias. Otras mujeres que entran a ju- culos que se enfrentan pertenecen a ám- gar las cartas del éxito en lo público, no bitos macrosociales y microsociales, en lo hacen sin consecuencias: la sociedad los que mujeres y hombres se enfrentan. ha enseñado que el éxito se contrapone Al ser las mujeres las que menos ocupan a la felicidad familiar e implica deterioro espacios de éxito y de poder, en contra TemasÊde nuestraÊamŽrica 133 de ellas se levantan las estructuras cultu- En la esfera pública, el nivel de exigen- rales que limitan ese acceso. En los hom- cias suele ser mucho mayor para las mu- bres las limitaciones están relacionadas jeres, pues constantemente tienen que con juegos de su propia dinámica social: demostrar que saben y que pueden. Se luchas masculinas por el poder, la com- asume más enfáticamente que carecen petencia, los privilegios, por ejemplo. del conocimiento necesario, que sobre sus capacidades particulares. Por eso se Entre los elementos sociales y culturales, les permite menos el error, el cual, cuan- similares a aquellos a los que impiden do ocurre se penaliza moralmente mu- la negociación, que propician el aleja- cho más fuerte que en los hombres. miento femenino de estos espacios pú- blicos vinculados con el éxito, en el ni- El principio de logro, se relaciona con la vel macrosocial, según Mabel Burin, hay valoración adjudicada al puesto que se una subrepresentación de las mujeres en desempeña. Es usual valorar a las muje- los puestos jerárquicamente más altos. res con un menor potencial para desarro- Ella utiliza el concepto de techo de cris- llar actividades, pues se considera que las tal, para responder por qué ocurre esta tareas que desempeñan son secundarias situación. El techo de cristal se refiere a en relación con la de la madre y esposa. elementos del ámbito público y privado Esto hace que su trabajo tienda a estar que no permiten avanzar a las mujeres; orientado a espacios de visión secunda- aunque estén en espacios o tengan opor- ria interna. tunidades para la toma de decisiones. Algunos de estos elementos son: El deseo de poder en las mujeres no es bien visto. Mostrar ambición se consi- ! Las responsabilidades domésti- dera contrario a la configuración de la cas y la crianza de los y las hijas; subjetividad femenina. Aunado a esto, puesto que ocupar espacios públi- existe una serie de factores sociales-cul- cos implica contar con un hora- turales vinculados con el actuar que se rio masculino, que se extiende al espera de las mujeres, en circunstancias vespertino o nocturno. particulares. De acuerdo con Ma. Elena ! La innovación, que es un ámbito Simón, de ellas se espera dominio de los perteneciente y asociado con lo sentimientos, ecuanimidad y poder sobre masculino, implica mantenerse al los afectos, tratando siempre de no llevar tanto de los objetivos profesiona- al ámbito público el privado, pues esto les y que estos tengan escasa inte- hace que se mire con poca capacidad de rrupción de elementos externos, consenso. lo cual establece una dicotomía entre lo público y lo privado. 134 EneroÊ/ÊJunioÊdeÊ2009 Esta relación es difícil de lograr, prin- A manera de conclusión, la búsqueda de cipalmente por las implicaciones en la los mecanismos que traten de equilibrar subjetividad, puesto que la misma cons- la balanza deben dirigirse al ámbito de lo trucción de las identidades incluye una microsocial en primera instancia, pues vivencia de lo masculino y lo femenino parece que las implicaciones relacionales de forma diferente y por lo tanto una im- son uno de los principales factores que plicación del otro de forma diferente. atentan contra la equidad social general. Saltzman, Coria, Simón y Burin, apun- Parece entonces, que en el nivel teórico, tan a la búsqueda de esas particularida- los elementos que se presentan no ponen des que conlleven una forma diferente en relación de línea recta la garantía de vinculación entre hombres y mujeres; la legislación que procura la equidad de abriendo los espacios de negociación y género en los espacios públicos y de re- redefiniendo las relaciones de poder: presentación, pues a pesar de que existe avance en la forma en que se visibilizan La exigencia de la igualdad e incluso de los papeles de hombres y mujeres en la garantías formales de tratamiento igua- sociedad, se sigue pensando que son las litario para todos por una parte; y por mujeres las que pueden encargarse, pri- otra, las renegociaciones individuales de mariamente, del ámbito privado mien- las relaciones privadas, por ejemplo, con tras que los varones se insertan en el las parejas o con sus hijos en la distribu- público. ción de las tareas y las responsabilidades domésticas, en la elaboración de normas Esta relación no ha cambiado con la aceptables para convivir con alguien, incorporación de las mujeres al trabajo solo constituyen condiciones previas, remunerado, por la duplicidad de jorna- necesarias pero no suficientes, para la das diarias que cumplen entre el trabajo reestructuración de las instituciones la- fuera de casa, el de madre y el de esposa borales y de las relaciones de poder entre o bien, de estar pendiente de los familia- los géneros femenino y masculino. (Bu- res bajo su responsabilidad. Para Burin, rin, 1996:8). el techo de cristal es difícil de resque- brajar porque las mujeres piensan que es una lucha excesivamente difícil frente a una organización de valores masculinos que no comparten y por ello tienden, la mayoría de las veces, a alejarse en vez de confrontarlos. TemasÊde nuestraÊamŽrica 135 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Hidalgo, Roxana. (2004). “Historias de las muje- res en el espacio público en Costa Rica, Burin, Mabel. (1996). Género, Familia y carrera ante el cambio del siglo XIX al XX”. laboral. Conflictos vigentes. Argentina: Cuadernos de Ciencias Sociales no. 132. Paidós. Costa Rica: FLACSO ____________ y Meler, Irene. (1998). Género Lagarde, Marcela. (1996). Género y feminismo. y Familia. Poder, amor y sexualidad en la Desarrollo humano y democracia. México: contrucción de la subjetividad. Argentina: Hora y Horas Editorial. Paidós Palma, Claudia; Aguilar, Guillermo. (2008). Cobo, Rosa. (1998). 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