Artículos .Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 37-54 ISSN 1409-2522 37 Aporte de la Banda de Conciertos de Limón en el rescate y difusión del calypso y el square dance Juan C. Meza Solano. Escuela de Artes Musicales, Universidad de Costa Rica; Ministerio de Cultura y Juventud, Centro Nacional de la Música, Orquesta Sinfónica Nacional. juan.meza@ucr.ac.cr Recibido: 14 abril de 2015 Aprobado:1 de julio de 2015. Resumen El presente trabajo describe los aportes de la Banda de Conciertos de Limón (BCL) en el rescate y difu- sión de dos elementos del patrimonio cultural limonense como lo son el calypso y el square dance, en el período comprendido entre 2009 y 2013. Para ello, se consideraron aspectos relevantes del folclore afrolimonense, de la trayectoria de la BCL, así como antecedentes de estos dos géneros y su llegada a Limón. De esta manera se logró contextualizar y entender su desarrollo en la comunidad. Además, se propone entender la música afrolimonense como expresión cultural y como un canal de comunicación entre la BCL y el público. Palabras claves: banda, cultura, afrolimonense, calypso, square dance. Abstract This research describes the contributions made by the Banda de Conciertos de Limón (Limón Concert Band, BCL) in the preservation and exposure of the calypso and the square dance as two main elements of the musical heritage of this province, specifically during 2009 and 2013. Relevant features of the folklore of Limón and the trajectory of BCL were taking into account for this study, as well as the history of the arrival of these two musical genres to this province, in order to contextualize their development within the community. Also, this research proposes to understand the afro roots of Limon´s music not only as a cultural manifestation but also as a communication channel between BCL and its audiences. Keywords: band, culture, calypso, square dance. Artículos 38 . Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 36-54 ISSN 1409-2522 Introducción La música juega un importante papel como factor de evolución social y humana, y su presencia es un hecho incuestionable en to- das las civilizaciones. Una definición típica establece que la música es movimiento orga- nizado de sonidos. Sin embargo, su signifi- cado va mucho más allá de eso, pues se debe considerar todo un sistema cultural dentro del cual tiene diferentes usos y funciones. Es indiscutible que algunas sociedades han experimentado ciertos sucesos históricos que serían inconcebibles sin la música, ya que posee características particulares que la hacen esencial en una determinada cultura. Uno de los autores que mejor la define es Gerardo Meza (2005) quien sostiene que la música “es una elaboración humana […]. A esto se agrega que, cada ser humano tiene su propio mundo sonoro interno y una identi- dad sonora que lo caracteriza” (p. 3). En este contexto, al hablar de la provincia de Limón y de la cultura afro-costarricense, la presen- cia de la música es un elemento que no pue- de ser obviado. Una institución que ha contribuido con el rescate y difusión de la música afrolimo- nense, especialmente el calypso y el square dance, es la Banda de Conciertos de Limón (BCL), la cual ha sido participante activo en diversas manifestaciones culturales de esta provincia del Caribe costarricense. Estas dos manifestaciones son propias de Limón, zona caracterizada por una historia social muy particular que influyó para que sus poblado- res acogieran ciertas expresiones musicales como una forma de sobrellevar con alegría las injusticias sociales y como modo de so- brevivencia, o como un “arma de resistencia” (Meza, 2010, p. 28). Entendiendo lo anterior como un fenóme- no característico desde el punto de vista antropológico, este documento pretende analizar el aporte de la Banda de Conciertos de Limón desde esta área de la música, más en la dirección de una expresión cultural, sin centrar la atención en lo estrictamen- te técnico musical. Para ello, se usará un concepto de la música tal como lo plantea María Clara Vargas (2004), quien entiende la música no como “el arte de producir so- nidos”, definición presente aún en muchos diccionarios musicales, sino como “una práctica social y, por lo tanto, inmersa en un contexto económico, político, social y cultural” (p. 17). En ese sentido, se analizará la música como un componente del com- plejo cultural de la comunidad limonense, a través de un abordaje que trasciende los aspectos formales, para adentrarse en las relaciones humanas dentro de los ámbitos de producción de esa música, y su papel en esas relaciones. Artículos .Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 37-54 ISSN 1409-2522 39 El aporte de la Banda ha sido significativo para el rescate de manifestaciones que son orgullosamente parte del folklore costa- rricense, y que son aún poco conocidas a pesar de contener elementos sustanciales de las tradiciones del Caribe costarricense. Por lo tanto, se espera que con este docu- mento se pueda dar a conocer a la pobla- ción costarricense, una muestra de este aporte al patrimonio cultural afrolimonen- se, enfatizando en el rescate de manifesta- ciones culturales que corren el peligro de desaparecer con el deceso de las personas que actualmente las mantienen en esce- na. Para analizar el aporte de la Banda de Conciertos de Limón en el rescate de la cultura afrolimonense, se estudió el traba- jo realizado entre 2009 y 2013, temporada durante la cual tuve a cargo la dirección artística de dicha institución. Académi- camente representa un aporte desde la experiencia práctica con la comunidad li- monense, compartiendo sus costumbres y trascendiendo sus fronteras más allá de las localidades de Sixaola, Guápiles, Siquirres o Valle La Estrella. Es una contribución para que distintas comunidades e institu- ciones educativas, como se explicará más adelante, tengan la oportunidad de dar a conocer y tener un encuentro cercano con esta parte de lo nuestro. La llegada del afrodescendiente a Limón Probablemente Limón sea la zona con ma- yor diversidad cultural de Costa Rica, ya que se puede encontrar una gran cantidad de pueblos indígenas, gente proveniente de la Meseta Central y una población importan- te producto de inmigrantes de diversas lati- tudes: Centro y Sur América, Europa, Asia y muy especialmente el Caribe. Particular atención merece la población afro-descen- diente que llegó a Limón en diferentes mo- mentos históricos e hicieron sus aportes a la cultura limonense. Muchos de ellos llegaron como producto de la lamentable práctica del comercio esclavo, siendo sometidos a los más duros trabajos por parte de los coloni- zadores españoles (Meza, 2010). Esta corres- ponde a la primera de las dos llegadas de los negros a Costa Rica tal como lo describen Meléndez y Duncan (1979, p. 7) citados por Álvarez, F (2003). Es oportuno mencionar que ya para 1823 se había dado la abolición de la esclavitud en Centroamérica y se había iniciado el cruce entre negros, blancos e in- dios, por lo que también se empezaban a es- tablecer vínculos entre los diferentes grupos étnicos. Esta diversidad luego se vio reflejada también en el ámbito cultural. En las últimas décadas del siglo XIX, la cons- trucción de la línea férrea da pie a la segunda llegada de una gran cantidad de inmigrantes Artículos 40 . Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 36-54 ISSN 1409-2522 afrocaribeños de diferentes partes del Cari- be, especialmente de Jamaica (Álvarez, 2003, p. 204). Álvarez afirma que aunque no era su idea, pues pensaban volver a sus países, mu- chos de ellos se vieron obligados a quedarse en Costa Rica debido a la crisis económica del ferrocarril. Algunos de ellos trabajaron en la United Fruit Company, compañía es- tadounidense que producía y comercializa- ba frutas tropicales, especialmente banano y que se convirtió en una fuerza económica importante no solo en Costa Rica, sino en toda América Central. Durante décadas el limonense estuvo aisla- do de la vida política y social de Costa Rica, sin poder ser partícipe de diversas activida- des y políticas de desarrollo que en cambio sí permearon a otros sectores del territorio costarricense. Es a partir de los años cin- cuenta que esta perspectiva empezó a variar, viéndose por parte de los gobiernos siguien- tes una cooptación de personas de diferentes esferas para el desarrollo social y económi- co del país (Meza, 2005, p. 5). Lamentable- mente, aspectos tan importantes como la educación y la cultura no escaparon a esta marginalidad. De hecho, no es trabajo dif í- cil comprobar la escasez de investigaciones sobre historia y cultura de Limón, ya que no fue sino hasta hace pocos años que hubo in- vestigadores interesados en el tema. De esta manera, las tradiciones y costumbres heredadas tanto de los europeos, como de los africanos y los antillanos ejercieron una importante influencia en la cultura limonen- se en aspectos como la arquitectura, gastro- nomía y manifestaciones artísticas, donde se incluye, por supuesto, la música. En Limón se puede hablar de la existencia de distintos géneros y/o estilos musicales que son parte de su identidad. Sin embargo, este trabajo se enfocará específicamente en el calypso y el square dance, porque son los dos géneros que tuvieron más presencia en el quehacer de la Banda de Conciertos de Limón en la época en estudio. El Calypso Cuando se habla de este ritmo, se puede mencionar a Trinidad y Tobago como su lu- gar de origen. Allí, a principios del siglo XX y en el entorno de sus carnavales, algunos mú- sicos improvisaban cantos con letras que ha- blaban de lo que se vivía en el día a día. Des- de esta perspectiva, mejor no pudo haberlo sintetizado Meza (2005) cuando dice que “el calipso es colectividad, sociedad y agru- pamiento” (p. 4). Inmerso en el carnaval, se puede hallar también el origen del calypso- nian, una figura que se convirtió en un ele- mento esencial del género y que se hizo muy popular, logrando con el paso del tiempo que Artículos .Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 37-54 ISSN 1409-2522 41 sus canciones llegaran a otros lugares del Ca- ribe, donde hubo también músicos interesa- dos en el calipso y con ellos, nuevas variantes de esta música que a pesar de las modificacio- nes siempre mantenía su esencia. Harry Belafonte (n. 1927), músico, actor y activista social, nacido en los Estados Uni- dos pero de descendencia jamaiquina, fue un exponente sobresaliente del género, quien se encargó de difundirlo alrededor del mundo en los años cincuenta. Era cono- cido como “El Rey del calypso”, aunque se- gún Monestel (2005) “el repertorio clásico de famosos músicos como Harry Belafonte es básicamente un repertorio de mento mu- sic; sin embargo se internacionalizó bajo la etiqueta de calipso” (p. 51). A propósito del mento, en el caso del fenó- meno limonense propiamente, este es un elemento que se debe considerar de im- portancia al ser, según (Monestel, 2005) componente esencial del calipso limonen- se. El mento es un tipo de música jamaiqui- na común y erróneamente conocida como calypso, por la idea generalizada de que toda música del Caribe se llama calypso. No obstante, el autor plantea que ciertas carac- terísticas del género, tales como la forma de tocar, la armonía y la instrumentación, entre otros aspectos, son aplicables al fenó- meno musical limonense. Sobre la llegada del calipso a Limón, Mones- tel (2003) dice: El calypso llega a Costa Rica con las mi- graciones caribeñas que se llevan a cabo en las últimas décadas del siglo XIX, para la construcción del ferrocarril y tam- bién con otras migraciones posteriores, motivadas por la búsqueda de empleo y mejores condiciones de vida (p. 19). Así pues, todo este proceso de migración, asentamiento y movilización en diferentes regiones del litoral caribeño costarricense se extendió hasta la primera parte del siglo XX. El propósito inicial fue con una orientación socio-económica, sin embargo, permitió la apropiación de expresiones musicales como la música calypso, cuya llegada a Limón ya con el nombre de calypso debió haberse dado, de acuerdo con Monestel, entre los años treinta y cuarenta. De lo anterior se puede concluir que a Costa Rica llegó al menos hace 80 años, como pro- ducto de todo ese proceso de migración. Pero también, como se puede leer en la Antología de música afrocaribeña de Costa Rica (2010), fue traído por limonenses quienes habían tra- bajado en la ampliación del canal de Panamá. En sus inicios en Costa Rica, la ejecución del calypso se desarrollaba en un ámbito más privado, donde los calypsonians improvisa- ban canciones para la gente que estaba cerca Artículos 42 . Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 36-54 ISSN 1409-2522 de ellos. No se puede omitir la figura del calypsonian, que como ya se mencionó, es un elemento importantísimo en esta música, porque va mucho más allá de ser un cantante y/o compositor de canciones: El calypsonian, tanto en Limón en particular como en el Caribe en general, es más que un compositor convencional de canciones; él es un personaje mágico, con ciertos poderes al estilo del Obeah Man, un personaje picaresco al estilo de Anancy, un trovador, un griot, un Cuentacuentos, un marginal y, a la vez un personaje prestigioso, un repentista, payador o improvisador, un cantante, un cronista o/y un crítico social. (Mo- nestel, 2012, párr. 4). Así pues, se trata de una figura muy intere- sante que hace crítica pero además con hu- mor. Lo que coincide con lo planteado por Françoise Kuhn de Anta (2006) quien con- sidera que el calypsonian es parecido a una versión oral de los famosos costumbristas literarios hispanoamericanos del siglo XIX. En palabras de la autora, las canciones de es- tos poetas populares reflejaban una realidad diaria, costumbres, temas de actualidad que además tenían una moraleja (p. 4). Con el paso del tiempo se dio una transi- ción hacia otros escenarios, donde algu- nos grupos de música popular de Limón lo incluyeron como parte de su repertorio, primero usando covers de temas conocidos mundialmente, luego con canciones origi- nales. Posteriormente, gracias a una nueva generación de calypsonians, logró salir de Limón hacia San José, pasando a ser parte del repertorio de otros grupos. En este proceso de expansión y difusión del calypso hacia otras áreas fuera de Limón, Mo- nestel (2005) explica que en este sentido fueron importantes las contribuciones del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes y del Siste- ma Nacional de Radio y Televisión (SINART), quienes a través de investigaciones, recopi- laciones de calypsos y concursos hicieron un aporte a la difusión del género. Sin embargo, en San José es dif ícil hablar de compositores de calypso, como lo explica Cardona (1990, p. 2) en el Cancionero Buda afirmando que es un calypso más comercial, en donde algunas per- sonas reproducen calypsos conocidos, pero no se dedican a crear nuevas composiciones. Realmente no fue sino hasta hace poco que se pudieron hacer grabaciones de calypso- nians limonenses, hecho en el que hay que mencionar el aporte del sello disquero Pa- paya music y de Manuel Monestel, líder del grupo Cantoamérica, que hizo del calypso un género representativo en su repertorio. No entraremos en detalles sobre el calypso como forma musical o discurso literario, ya Artículos .Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 37-54 ISSN 1409-2522 43 que lo que interesa es analizar la competen- cia de un estudio antropológico de la música en tanto que expresión cultural, sin centrar la atención en lo estrictamente técnico musical. A esto Monestel (2012) se refiere diciendo que: El caso del Calypso en Costa Rica en- tendido como discurso-canción requie- re intentar un análisis más amplio y menos comprometido con lo meramen- te formal. El hecho de estar frente a una expresión de música que puede presen- tar elementos relacionados con temas como etnicidad, identidad y cultura alterna, obliga preocuparse por otros elementos menos obvios que la estruc- tura de los versos en la canción o los patrones rítmicos y melódicos “típicos” del género en cuestión (párr. 14). El discurso anterior describe como estas ex- presiones músico-culturales tienen que ver con diversos elementos entre los que resal- tan la etnicidad, identidad y cultura alterna, aspectos que se podría decir que además de estar relacionados con el calypso también lo están con el square dance. El square dance Para hablar del square dance en Limón una vez más habría que remitirse a las tradicio- nes y costumbres heredadas tanto de los europeos como de los antillanos. Europa porque tiene relación con bailes de las cor- tes europeas del siglo XVII, sobre todo la in- glesa y la francesa. Las Antillas o el Caribe porque tiene relación con la cultura colonial, en donde la población negra se apropió de algunas danzas europeas haciendo su propia versión y otorgándoles una connotación más popular. De esta manera en el Caribe el squa- re dance fue objeto de modificaciones que devinieron en un tipo de música y baile más de salón o popular. La profesora Hortensia Smith Hill, distinguida coreógrafa limonen- se, lo define como una especie de “burla” de los esclavos negros hacia sus amos, imitando sus danzas tanto en su forma musical como en sus movimientos e incluso hasta en el ves- tuario, lo cual, según Smith, lo pone en con- tacto con la cultura francesa e inglesa. Sobre su llegada a Limón, al igual que su- cedió con el calypso, hay que mencionar la construcción del ferrocarril, cuyo proceso de migración trajo, como ya se mencionó, a una población negra, especialmente jamaiquina, dentro de la cual había personas que baila- ban square dance, quizá como un medio para mantener un nexo con los patrones culturales y manifestaciones artísticas propias de la isla. Al respecto Monestel (2005) señala que: La danza de quadrille conocida en Limón, tiene su origen en Jamaica y se bailaba originalmente con dos formas Artículos 44 . Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 36-54 ISSN 1409-2522 de acompañamiento musical: por una parte, música tradicional europea de la tradición de bailes de salón y, por otra, música de mento (p. 50). Todo esto se da con el asentamiento defini- tivo de los inmigrantes en la costa atlántica costarricense. En las primeras décadas del siglo XX se organizaron grupos dedicados a la práctica de lo que comúnmente se llamó baile de cuadrilla. La popularidad y acepta- ción de esta danza logró que se bailara con mucha regularidad. Sin embargo, se debe te- ner claro que la cuadrilla es solamente uno de los bailes que forma parte del conjunto de danzas que componen el square dance, el cual incluye otras como el caledonian, el lancers, el prince imperial, el basquet coti- llon y la contra-dance, entre otras. Posteriormente, hubo un proceso de transi- ción en el que perdió la popularidad que gozó años atrás. Es así como surgieron grupos de limonenses que iniciaron un proceso de res- cate del square dance, en los que se integraron algunos músicos que con base en melodías que recordaban, tocaban para que pudiera ser bailado. Lamentablemente hoy en día no exis- te músicos que toquen square dance, ya que quienes lo hicieron años atrás nunca transmi- tieron sus conocimientos a otras generacio- nes, así se confirma en la Antología de música afrocaribeña del ICAT (Programa Identidad Cultural, Arte y Tecnología, 2010). Por esta razón, algunos grupos organizados que en la actualidad intentan rescatarlo lo deben bailar con grabaciones caseras que en algún momento dichosamente se hicieron. En este sentido vale la pena mencionar el esfuerzo que hace el Centro Educativo San Marcos (en Limón), institución de enseñan- za primaria y secundaria que incluye en su plan de estudios una clase o club de squa- re dance, a cargo de la profesora Hortensia Smith, luchadora incansable en el rescate del mismo en la provincia de Limón. A propósito del ICAT, programa de la Uni- versidad Nacional que promueve la inves- tigación, producción y docencia interdisci- plinaria en el ámbito artístico a través de las tecnologías de la información, vale la pena mencionar uno de sus proyectos llamado: “Iniciativa de revitalización del square dan- ce (cuadrilla)”, a cargo de la etnomusicóloga Vera Gerner. Este proyecto es un importante insumo en el intento por preservar y dar a conocer el square dance limonense. De acuerdo con los elementos descritos an- teriormente, se puede decir que en Limón la música del square dance está caracteriza- da en alguna medida por el empirismo, ya que ha sido transmitida por tradición oral (Alvarez, 2003). Como se sabe, el hecho de que no haya una sujeción a una partitu- ra conlleva, por un lado a cierto grado de Artículos .Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 37-54 ISSN 1409-2522 45 improvisación y por otro, a la posibilidad que con el pasar de los años la música sufra algunas modificaciones en su estructura, ya sea a nivel de melodía, armonía o algún otro aspecto básico de la ejecución. Según Meza (2010) para quien el conocimien- to de los músicos de cuadrilla no es únicamen- te empírico, estos dos elementos, transmisión oral e improvisación, son parte inherente a las actividades de la colectividad negra. Para este autor, el conocimiento “obedece a otro es- quema de aprendizaje el cual concede mayor valor a la observación, a la delicadeza auditi- va, a la creación colectiva, a la improvisación desde la creación experimental dentro de una tradición ancestral” (p. 93). Con respecto a la coreograf ía, se trata de movimientos muy específicos que se repi- ten a lo largo de la ejecución, aunque esta reiteración no necesariamente hace que el baile sea fácil, más bien, por lo general los pasos tienen cierto grado de dificultad. Cada danza tiene una coreograf ía particu- lar, e independientemente de la danza se requieren cuatro parejas, quienes se colo- can de manera que se forme un cuadrado (un square). Hay secciones definidas y la música es la que dicta los pasos a seguir para cada sección, los cuales tienen una es- pecificidad que demanda del bailarín una gran precisión. Se entiende así el square dance como parte de la cultura limonense, de su identidad, ya que como bien lo describe Meza hay, un algo más, que hace que esta expresión cultural se mantenga en el tiempo en una construcción colectiva que pertenece a los limonenses. Sin embargo, es aquí donde surge un aspecto fun- damental en la preservación de estas manifes- taciones culturales, como un modo de vida, como parte de la idiosincrasia del limonense, lo que nos lleva a exponer qué relevancia tie- ne la BCL para la cultura afrolimonense. Banda de Conciertos de Limón La Banda de Conciertos de Limón es una institución estatal que pertenece al Pro- grama Nacional de Bandas, Ministerio de Cultura; cuya institucionalización se dio en 1845, año en que fue creado mediante de- creto. Este hecho lo confirma Vargas (2004) quien al respecto dice: “La emisión del de- creto LXIII, en 1845, durante el gobierno de José María Alfaro, ha sido considerado como el año de la instauración de la Dirección Ge- neral de Bandas” (p. 35). Desde entonces existe la Dirección General de Bandas, inte- grada por siete Bandas de Concierto –antes denominadas Bandas Nacionales– ubicadas cada una en cabecera de provincia: San José, Alajuela, Heredia, Cartago, Liberia, Punta- renas y Limón. Estas bandas pertenecieron Artículos 46 . Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 36-54 ISSN 1409-2522 primero al Ministerio de Guerra y Marina. Desde 1948, con la abolición del ejército, la Dirección General de Bandas pasó a formar parte del Ministerio de Seguridad Pública. A partir de la creación del Ministerio de Cultu- ra, Juventud y Deportes se integró a este Mi- nisterio, en el cual se encuentra actualmente. La Banda de Conciertos de Limón fue fun- dada en el año de 1906 bajo la administra- ción de don Ascensión Esquivel Ibarra. A través de su historia y al igual que el resto de las bandas, ha sido un aporte importante en el desarrollo musical, social, cultural y profe- sional de Costa Rica y específicamente de la provincia de Limón. Cabe destacar que aparte de la Banda de Conciertos de Limón, la provincia tuvo Ban- das de diversos tipos, gracias a maestros como Mayor Lynch, quien fundó la Escue- la de Música del Ejército de Salvación, y el maestro Guillén Villegas, quien convirtió la Banda Nacional de Limón en una Escuela abierta (ICAT, 2010). Por otra parte, la Uni- versidad de Costa Rica a través del Programa de la Etapa Básica de Música ha realizado un aporte en este sentido, a pesar de contar con un recurso humano y de infraestructura li- mitados. Desde el año 2007, con la fundación del SINEM (Sistema Nacional de Educación Musical) CUN-Limón (Colegio Universita- rio de Limón), se abrió otra posibilidad de estudiar música formalmente y aprender a ejecutar un instrumento, a través de una Es- cuela de Música. La falta de instrumentistas en la zona ha afectado sin duda alguna a la Banda de Con- ciertos de Limón, que a menudo, a través de su historia, ha tenido que recurrir a la con- tratación de profesionales del Valle Central para satisfacer las necesidades del grupo y el servicio a la comunidad. Este panorama de inestabilidad en el personal, sobre todo en el puesto de director, es una situación que se vivió desde los inicios de la Banda. Tal como lo plantea Segura (2001) quien afirma que “aunque en sus orígenes la banda no marchó bien, deben reconocerse los esfuerzos de sus integrantes, los cuales soportaron un clima sofocante, la insalubridad y el sometimiento a una rígida disciplina militar, además de la inestabilidad de sus directores” (p. 136). La Banda de Conciertos de Limón y su aporte a la cultura afro-limonense. Es fundamental hacer referencia a que, en los últimos años, la Banda ha realizado una importante labor en el rescate de la música afro-limonense, específicamente el calypso y el square dance, con los géneros que esta población más se identifica. De este esfuer- zo nace una conexión especial entre el gru- po y el público, que siempre está deseoso Artículos .Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 37-54 ISSN 1409-2522 47 de escuchar la música que los identifica y atraídos por las nuevas propuestas que sur- gen a partir de su ejecución con un ensam- ble de vientos, o con la fusión de este con instrumentos tradicionales y artistas reco- nocidos del género. En este sentido hay que mencionar el inva- luable aporte del reconocido trompetista, director y compositor costarricense Víctor Hugo Berrocal. Este versátil músico, que igual compone una obra sinfónica de carác- ter académico que un bolero de corte más popular y quien fue director de las Bandas de Conciertos de San José y Limón, hoy apor- ta muchas de sus obras al repertorio de las Bandas de Concierto del país. Durante su administración como director de la Banda de Limón realizó una cantidad considerable de arreglos y algunas composi- ciones originales de música calypso y square dance para el formato del grupo que en ese momento había en Limón, que dicho sea de paso es el mismo hasta la fecha. No omito manifestar que se trata de un grupo muy particular, aunque se llama Banda de Con- ciertos, en realidad no es exactamente lo que tal denominación significa. Una banda de concierto es un grupo musi- cal constituido por instrumentos de viento y percusión, hasta ahí la de Limón se ajusta a la definición. Sin embargo, la instrumentación completa o estándar incluye pícolo, 2 o 3 flautas, 2 oboes, 1 corno inglés, 2 fagotes, 1 clarinete en mi bemol, de 6 a 9 clarinetes en si bemol, 1 clarinete alto, 1 clarinete bajo, 2 saxofones altos, 1 o 2 saxofones tenores, 1 saxofón barítono, 4 cornos franceses, de 4 a 6 trompetas, 3 o 4 trombones, 2 eufonios, 2 tubas y al menos 6 percusionistas para una cantidad promedio de 50 músicos. La Banda de Conciertos de Limón está integrada por 14 músicos distribuidos de la siguiente ma- nera: una flauta, tres clarinetes, tres saxofo- nes (alto, tenor y barítono), dos trompetas, dos trombones, una tuba y dos percusionis- tas. Como se puede ver, la diferencia es real- mente abismal. Lejos de ser un obstáculo, el maestro Berro- cal aprovechó estos recursos e hizo de ellos un medio eficiente para la ejecución de la música calypso y square dance. Adaptó el estilo de estos géneros al formato del gru- po logrando que, lo que parecía una debili- dad se convirtiera en una fortaleza, al me- nos para la ejecución de este tipo de música cuyos formatos originales eran grupos muy reducidos. Por ejemplo, el de calypso es un grupo muy pequeño con instrumentos entre los que se pueden citar la guitarra, el banjo, cada vez menos frecuente el ukelele, el bajo de caja o quijongo limonense, la tumbadora y algunos instrumentos de percusión menor tales como el güiro, el cencerro o campana Artículos 48 . Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 36-54 ISSN 1409-2522 de mano y las maracas. Por otro lado, el grupo que en los años ochenta aún tocaba square dance se componía básicamente de tres instrumentos: clarinete, banjo y guitarra (Álvarez, 2003). Con los arreglos para la Banda de Limón, al- gunos grupos de danza, sobre todo de piezas de square dance, tuvieron la posibilidad de bailar con música en vivo, algo que no po- dían hacer prácticamente desde la década de 1980, porque quienes tocaban esa músi- ca no la transmitieron a otras generaciones tal como se mencionó anteriormente, lo que además coincide con lo planteado por Álva- rez (2003). Evidentemente la sonoridad que adquiere al ser ejecutada con un ensamble de vientos es muy diferente a la original. Realmente en la actualidad no hay ningún grupo que se dedique a tocar la música del square dance, lo cual comprueba la afirma- ción de Álvarez (2003), quien hace ya más de una década planteaba la existencia de un descenso en la cantidad de grupos y poco in- terés por conservarla. Es aquí donde radica la importancia de las transcripciones lleva- das a cabo por don Víctor Hugo, quien ba- sado en algunas grabaciones existentes rea- lizó un trabajo de transcripciones y arreglos musicales en los cuales muy ingeniosamente logró mantener la esencia del square dance utilizando una instrumentación totalmente distinta. Sin embargo, una vez más, aquí lo esencial es la posibilidad de bailar con músi- ca en vivo, algo que los bailarines consulta- dos dicen preferir aunque sea con otra sono- ridad. Es por estas razones que la ejecución de la música de square dance lejos de ser re- chazada o menospreciada por el público que la accesa ha generado una gran expectativa y, más bien, se convirtió en algo novedoso que captaba la atención del público. Al tener una vivencia más cercana y com- prender el desarrollo de ciertas manifesta- ciones culturales de la provincia, además de contar con una producción musical adapta- da especialmente para el ensamble, se da un espacio para poder llevar al mismo pueblo limonense oportunidades de disfrutar de un espectáculo para algunos olvidado y desco- nocido por muchos. De esta manera en el periodo de 2009 a 2013 en la BCL, desde la administración y direc- ción artística de la BCL, se realizaron esfuer- zos por hacer llegar un espectáculo de mú- sica caribeña, incluyendo calypso y square dance a distintos lugares fuera de la cabecera de provincia, a otras provincias y en el ex- tranjero. Especial mención merece el Taller de baile Black Star Line, dirigido por doña Hortensia Smith, quienes acompañaron a la Banda en todos los proyectos relacionados con square dance. Artículos .Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 37-54 ISSN 1409-2522 49 Es así como la Banda se pudo presentar en varios cantones y comunidades donde mu- cha gente no tenía conocimiento del square dance, o quizá lo conocían pero las posi- bilidades de apreciarlo en vivo eran poco frecuentes. Se puede citar, entre otras, Tortuguero, Valle La Estrella, Puerto Vie- jo, Siquirres, Guápiles y Katsi, comunidad indígena de Talamanca. También se pudo visitar San José, donde se hicieron presentaciones en el Teatro Na- cional, en el Museo de Arte Costarricense y en la Escuela de Artes Musicales de la Uni- versidad de Costa Rica, donde fue recibido con sorpresa y entusiasmo por la comuni- dad académica. La Universidad Nacional, en su Sede Regional Brunca, en San Isidro del General y en su Sede Central, en Heredia, también tuvo la oportunidad de apreciar el espectáculo caribeño. A nivel internacional, hubo presentaciones en Bocas del Toro, Panamá y en el I Festival Cultural Latinoamericano en Doha, Qatar en el año 2011. Todas estas oportunidades de presentarse en una gran diversidad de es- pacios permitieron entender, por la acogida que brindó el público, que es una expresión cultural y artística de gran deleite para los es- pectadores. Reafirmando además que, la la- bor de la Banda no se limita únicamente a la recreación, sino también, de alguna manera, a la educación del público, al transmitir y mantener en el tiempo un conocimiento de una manera muy vivencial. No menos importante que el square dance, el otro elemento que se desarrolla en este análisis es el calypso, para el cual además de algunos arreglos musicales y composiciones instrumentales del maestro Berrocal, se co- misionaron arreglos musicales con una fun- ción más de acompañamiento para ser usa- dos con cantantes, algunos de ellos realizados por el mismo maestro Berrocal, otros por el cantautor costarricense Bernardo Quesada y otros por Alonso Torres, joven guitarrista y pianista y compositor costarricense. El trabajo que estos compositores y arreglistas realizaron para la BCL, permitió la ejecución de canciones representativas de la comuni- dad limonense, tales como: Monilia, Calaloo, Nowhere like Limón, Fire, Juan Santamaría, Stop, Zancudo, kelintans y Rice and Beans, en- tre otros. En este proceso es un hecho que los arreglistas introdujeron algunas modificacio- nes o variantes que devienen en una nueva ver- sión del calypso original. Según Meza (2005) “el calypso, como producción humana, no es está- tico, está en constante evolución” (p. 4). Por lo tanto, se puede decir que estas transformacio- nes lejos de desvirtuar la canción original más bien la enriquecen con un nuevo aporte, como parte de esa evolución del género. Artículos 50 . Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 36-54 ISSN 1409-2522 En congruencia con lo anterior se puede mencionar además algunas composiciones de música caribeña instrumental que ha rea- lizado el maestro Berrocal como: Pelea, Ha- ydée, Me voy al campo y Limón, 31 de agosto. Asimismo, entre los arreglos se encuentran: Jamaica Farewell, Bacanal en Chirripó, El mar y Represento. Aunado a este gran aporte musical, se debe mencionar la participación de artistas como Cyril Sylvan, Reinaldo Kenton “Shanty” y Junior Álvarez “Yuny”, leyendas del calypso limonense de las últimas décadas, los cuales se presentaron como invitados especiales junto a la Banda. También ha sido apreciable la participación de Ulises Grant, quien eje- cuta el quijongo limonense o bajo de caja y es esencial para completar el formato origi- nal de un grupo tradicional de calypso. El hecho de realizar conciertos y otro tipo de actividades con calypsonians y/o can- tantes de calypso limonenses como invita- dos especiales le dio un valor agregado a la Banda. Es muy interesante ver, aún entre las nuevas generaciones, la manera en que el pueblo limonense disfruta la participación de estos artistas, y máxime con la fusión de su formato tradicional y la Banda que le da, por un lado, una gran presencia escéni- ca, y por otro, una nueva sonoridad. Aun- que este último punto no es quizá lo más importante, sino esa conexión de la Banda y el público que se identifica con el calypso y sobre todo que tanto el pueblo limonense en particular y los costarricenses en general puedan disfrutar de esa esencia propia de esta forma musical que rescata la expresión del pueblo limonense. Cuando la Banda de Conciertos de Limón ofrece uno de sus conciertos de música calyp- so, ya sea instrumental o con artistas de calyp- so invitados, o cuando participa con una ca- rroza en el Grand Parade del 31 de agosto en celebración del día de la cultura afro-costarri- cense, ¿Qué es lo que merece atención desde un punto de vista antropológico: las cualida- des formales del repertorio o el hecho social concreto del concierto o desfile? La posibilidad de dirigir la mirada hacia la manifestación de esta celebración, permite analizar la música en tanto que generado- ra de un canal común de comunicación, o como creadora de un espacio-tiempo para el encuentro de la comunidad limonense. Y es que definitivamente hay que entender el calypso como una forma de lenguaje a tra- vés del cual se cuentan historias, anécdotas, chistes, incidentes, o se describen lugares, situaciones de la vida cotidiana de la pobla- ción limonense. A continuación se exponen algunas muestras de estas canciones para entender su contenido: Artículos .Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 37-54 ISSN 1409-2522 51 Nowhere like Limón. “Nowhere like Limón, Limón is the land of freedom. Nowhere like Limón, Limón is the land of freedom” Autor: Herberth Glinton “Lenky” Es una canción que habla del orgullo y la sa- tisfacción de ser limonense, de lo agradable que es Limón. Monilia. “Monilia, monilia, Monilia in Puerto Limón, Ay, ay, ay I don know what to do, I don know what to do, I don know what to do, Monilia come in Puerto Limón” Autor: Roberto Kirlw “Buda” Esta, por su parte, expone la desagradable ex- periencia que significó para muchos produc- tores de cacao, especialmente los pequeños productores, la enfermedad de la monilia, que afectó dicho cultivo en los años setenta. Callalloo. “Callalloo, everybody love Callalloo, a blessing from above Good for you belly And it good for you back And it tighten every joint that is getting slack” Autor: Walter Gavitt Ferguson Este calypso se refiere a las características de una hierba con la que los negros preparan ciertas bebidas y comidas, la cual tiene pro- piedades medicinales. De este modo, a través del calypso se puede conocer de alguna manera algo del estilo de vida del limonense. Realmente es impresio- nante ver cómo se identifica el pueblo con el género musical. La gente lo conoce, tiene sus cantantes preferidos y se sienten identificados con la letra de muchos de ellos. El día del Grand Parade los limonenses visten sus mejores galas y salen a las calles de Limón a disfrutar de un gran desfile más de corte cultural que del tipo de carnaval. La fusión cultural propia de Limón no es un obstácu- lo, no importa si son negros, blancos, chinos: ¡todos son limonenses! Se olvidan las diferen- cias sociales. Como dice el coro del calypso Soy limonense, de “Flee”, otro querido cantan- te limonense y que popularizó recientemente el grupo Karibú a ritmo de salsa: “Porque aquí en Limón, Además de los negritos, habemos blanquitos, mulatos, chinitos...” Autor: Sergio Morales “Flee” Esta es una canción que refleja la forma de ser en el Caribe costarricense. La participación de la Banda de Conciertos Artículos 52 . Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 36-54 ISSN 1409-2522 de Limón en esta actividad, por ejemplo, es un aporte importante, en tanto logra inte- grarse con la vivencia diaria del limonense, con su realidad y, muy especialmente, con la realidad negra de la provincia. Es un intento por acercarse a la identidad cultural del ciu- dadano limonense. Conclusiones Reconociendo la importancia del square dance y el calypso para la tradición limonen- se y las limitaciones que presenta el primero de ellos a falta de partituras y de músicos for- mados en esta práctica, el interés de la Ban- da de Conciertos de Limón por preservar es- tas manifestaciones culturales es un aporte muy valioso, ya que permite que los grupos de square dance tengan la posibilidad de bai- lar con música en vivo a pesar de que su eje- cución no corresponda a la práctica musical histórica, pues es ejecutada por un ensamble de vientos que produce una sonoridad muy diferente a la de su formato original. Sin em- bargo, esta posibilidad ha dado un segundo aire a la puesta en escena de estas danzas, re- cordando a sus habitantes que son parte del legado de sus antepasados, promoviendo la aceptación del género y haciéndolos sentirse orgullosos de ello. Por otra parte, el hecho de llevar el square dance a otras comunidades distintas de la cabecera, a otras provincias e incluso fuera de las fronteras costarricenses, ha permitido a mucha gente conocer una manifestación artística que durante años ha estado cir- cunscrita básicamente a Limón centro. De algún modo este hecho puede incentivar y concientizar sobre el valor del square dan- ce y el calypso como elementos constitutivos no solo del folclore limonense, sino costarri- cense, pues muchas veces se tiende a hablar de folclore nacional centrándose solamente en la provincia de Guanacaste y dejando de lado el Caribe. Es imperativo seguir haciendo esfuerzos para preservar el calypso y el square dance en Limón, sobre todo este último, ya que se ha visto que el primero ha tenido en gene- ral mayores posibilidades de sobrevivencia, aunque como dice Cardona (en Buda, 1990) en el Cancionero Buda, “ha venido perdien- do sus espacios de difusión, particularmen- te para los calipsonians cantautores como Buda, Papá Tun y otros. No existen estímu- los en la zona de Limón para estos músicos populares” (p. 2). Debe ser un trabajo de musicólogos, etno- musicólogos, antropólogos de la música, músicos, bailarines, educadores musicales, responsables del sector cultura del gobierno local, Ministerio de Cultura, Ministerio de Educación. En fin, un trabajo en equipo que Artículos .Revista de las artes, 2015, Volumen 74, Número 2, págs. 37-54 ISSN 1409-2522 53 incentive la práctica de estos géneros que se encuentran en riesgo de desaparecer ante el bombardeo de otras actividades provenien- tes de otras latitudes y que atentan contra la identidad limonense. Es necesario despertar un interés en esta música no solo como folclore o un lega- do que debe preservarse, sino, por qué no, como modus vivendi. También es necesario crear o retomar espacios para puestas en es- cena que lleguen a una gran mayoría de pú- blico posible. Géneros como el calypso y el square dance lle- garon a Limón y adquirieron características propias. Desde ese momento han sido prota- gonistas del desarrollo de la música popular en Costa Rica y son parte de nuestro folclore. Por lo tanto, a falta de la generación de nue- vos grupos musicales, sobre todo de square dance, los esfuerzos realizados por la Banda de Conciertos de Limón por preservar e in- tentar mantenerlos en vigencia merecen un justo reconocimiento y, aún más importante, mayor apoyo para que pueda seguir desarro- llando nuevos proyectos que promuevan los espectáculos del calypso y square dance. Lista de Referencias Buda. (1990). Cancionero. Heredia, Costa Rica: Editorial Nuestra Cultura. Chang, G. (Comp.). (2003). Nuestra Música y Danzas Tradicionales. San José, Costa Rica: Coordinación educativa y Cultural Centroamericana (Serie Culturas Popu- lares Centroamericanas, 5). Sistema de Información Cultural de Costa Rica, Sicultura - Ministerio de Cultura y Juventud. (2015). Cuadrilla. San José, Costa Rica: Ministerio de Cultura y Ju- ventud. Recuperado de: http://si.cultu- ra.cr/component/sicultura/articulo/cua- drilla970.html#sthash.pNmRpbi7.dpuf Kuhn de Anta, F. (2006). 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