LA TORRE IMPOSIBLE: VÓRTICES y VÉRTICES DE LA LITERATURA MUNDIAL GABRIELA CHAVARRÍA ALFARO Editorial Alicac Asociación de Literatura Comparada en América Central y el Caribe ISBN 978-9968-654-02-9 Portada: “The little “tower” of Babel Autor: Pieter Bruegel the Elder Year: c.1564. Type: oil on panel Location: Museum Boijmans Van Beuningen, Rottherdam Editorial Alicac, San José, Costa Rica, Febrero 2012. Diseño y programación RAYUELA ESTUDIO VISUAL Impresión digital: Cpymundo San Pedro Este ensayo fue parte de las actividades que realicé durante mi período de licencia sabática en el II semestre del 2011, por la cual agradezco a la Vicerrectoría de Docencia de la Universidad de Costa Rica Índice Introducción ………………………………………………………………4 Europeización de la literatura mundial: dos ejemplos a modo general. La literatura africana y la literatura asiática-oriental……….9 Sociología y literatura mundial: Paola Casanova y Franco Moretti .20 La literatura centroamericana en el panorama mundial: apuntes generales……………………………………………..27 Bibliografía citada……………………………………………………….. 34 Introducción La paradoja de la literatura mundial es que no puede ser verdaderamente mundial, pues es imposible cobijar bajo ese término todos los países y los pueblos que tienen una literatura escrita, por más inclusiva que ésta sea. Por tanto, lo interesante de la categoría “literatura mundial” es que nos impulsa inmediatamente a pensar en la variedad y en la diversidad de lenguas, culturas, conceptos. Es decir, nos muestra la imposibilidad de la misma “ilusión” que quiere crear. Tradicionalmente, la literatura mundial se ha entendido como un conjunto de textos escritos representativos de las diferentes civilizaciones. Pero esto mismo implica una selección y una reducción muy grande de la diversidad cultural del mundo. Esto implica limitar la representación de la humanidad a unos pocos, ya que no es posible clasificar, ordenar y tener acceso a todas las literaturas del mundo; aún cuando delimitemos el término “literatura” exclusivamente al texto escrito con carácter de ficción y a los géneros literarios canonizados de narración, poesía, y ensayo. En primer lugar, está el asunto de la organización de los textos, por continentes, regiones o por países y naciones. La historia de la humanidad ha sido escrita desde diversas ópticas y no todos los pueblos que tienen literatura son países o regiones representados con igualdad en esa historia. Nadie tampoco maneja todas las lenguas que existen en el mundo para poder leer en sus fuentes y si usamos la traducción no podríamos tampoco asegurar que todas las literaturas del mundo estén traducidas. Estos son apenas algunos de los obstáculos que muestran la imposibilidad de abarcar el todo. Asegurar que existe una literatura mundial es semejante a creer en el mito de la Torre de Babel, en el deseo de encontrar un lenguaje hablado único, común a todos los habitantes de la tierra. Es la Torre imposible de construir en su unidad y es al mismo tiempo el deseo de alcanzar el cielo, de tener una biblioteca única que contenga todo el conocimiento del universo. El imposible deseo de conquistar la totalidad, el deseo imperial del conquistador. De la misma manera que no existe un único sistema lingüístico ni literario en el mundo tampoco existe un único concepto de mundo ni un único mapa del mundo. Los mapas son también interpretaciones en las cuales influyen las percepciones políticas de los cartógrafos y no solo la representación física. Es decir, los mapas no necesariamente representan una correspondencia fiel con la realidad física. Por ejemplo, el mapa del mundo de Peters, o también llamado la proyección de Peters, creado por el historiador y cartógrafo Dr. Arno Peters en 1967 hace una proyección que muestra que tanto América del Sur como África son más grandes de lo que tradicionalmente se les dibuja en el mapamundi. Peters dibuja un mapa con formas más alargadas donde el denominado Tercer Mundo aparece más grande de lo que tradicionalmente nos han enseñado que es. Con ello muestra que la cartografía también refleja la percepción del poder que tienen los cartógrafos. Comparemos el mapa de Peters (izquierda) y un mapamundi tradicional: 1 2 Es clara la diferencia visual, el mapa de Peters dibuja a los países del llamado tercer mundo con mucho más poder territorial. Sin duda, el mapa de Arno Peters puso de nuevo en el debate público el tema de la influencia política en la geografía.3 Por otro lado, el concepto de mundo es también una creación humana que muestra la percepción sobre la totalidad que tiene el grupo que tiene el poder de clasificar, ordenar y repartir el mundo. Todo concepto implica la percepción del lugar desde dónde se habla. Por ejemplo, el filósofo alemán 1 Tomado de http://www.petersmap.com/ 2 Tomado de http://guiadelmundo.org.uy/cd/countries/map 3 A finales de los años noventas surge un movimiento dentro de la disciplina de la geografía que cuestiona y analiza críticamente la relación entre los mapas y el poder político, la cual se denomina cartografía crítica. Hans-George Gadamer cuando se pregunta ¿Qué significa el mundo (Welt)? Dice: Los latinos se referían a ello con el término de “universum”. Cuando la lengua alemana desarrolló su autoconciencia, se decía en alemán “el todo” (All) o “el todo del mundo” (Wetall). Y cuando el neohumanismo en la época clásica de Goethe puso en primer término el griego frente al latín…se llamó de súbito “Kosmos”…Se puede aprender mucho de la palabra “Welt” (mundo)…aquí no cabe duda de que la raíz “wer” (hombre) está metida dentro (wertal) …o “Wergeld” (valor de un hombre). En todas esta palabras está contenida la partícula “wer”, hombre, humano (Mensch)…En suma, mundo es mundo humano, mundo del hombre…Este es el significado originario en lenguas germánicas e indogermánicas. Esto informa de algo que debemos recordar: se trata de la comprensión del mundo… (Gadamer, 1993: 116- 117) Gadamer nos habla de lo que significaba el mundo en Alemania, en siglo XIX, momento en que surge también el término de “literatura mundial”4 Y de cómo esos conceptos reflejan las distintas posiciones que asumen frente a la totalidad diferentes grupos, pero los grupos que él menciona son los de aquellos que dominan el mundo. El problema de la literatura universal o mundial radica-como señala Hugo Achugar-… “desde dónde y desde quién se establece la valoración o la universalidad de un texto o de una obra artística.” (Achugar, 2006: pag.201). La literatura como sistema estético mundial o como espacio mundial o como reflejo de sistemas políticos y económicos o como literatura comparada son algunos de los nombres que han entrado en el debate sobre lo que puede significar el término. Es decir, más que un simple canon euro-céntrico de novelas y textos, la literatura universal o mundial nos remite a los diferentes tipos de relaciones que se establecen entre países y culturas. El término 4 Al respecto dice Ignacio Sánchez Prado: “El término fue acuñado por Goethe en una serie de artículos marginales (como prólogos, artículos de revistas e incluso sus conversaciones con Eckerman, siendo el primero de éstos un artículo, publicado en Francia, donde comenta la recepción de su obra…para Goethe la literatura mundial se compone de un conjunto de prácticas y valores que, en trascendencia de las fronteras nacionales, permite concebir el ejercicio de la literatura como una suerte de ágora transnacional” (Ignacio Sánchez, Introducción- América latina en la “literatura mundial” pág.10, 2006) “literatura mundial” es también un problema teórico y metodológico al que todo crítico literario y lector se enfrenta en algún momento de su vida. Entre los diferentes sistemas que pueden usarse para hablar de literatura mundial podemos encontrar vértices o puntos de encuentro; pero también la literatura mundial nos remite a la imposibilidad de una organización única, a la inutilidad del sistema y, entonces, nos recuerda el caos, la espiral interminable que nos permite hablar del vórtice. Una literatura mundial así como una cultura mundial es el sueño imposible que los grandes imperios no dejan de soñar, pero desde esta localidad pequeña en el centro de América, este ensayo no pretende soñar ese mismo sueño sino descubrir sus aristas, confrontar posiciones y debatir sobre el término. Claudio Guillén, el gran teórico y comparatista español, dijo que el crítico comparatista se caracteriza porque tiene conciencia de las tensiones entre lo local y lo universal sin enfocarse en una sola: …el comparatista se niega a consagrarse exclusivamente a uno de los dos extremos de la polaridad que le concierne --lo local—como a la inclinación opuesta –lo universal--. Es obvio que especializarse en la nación o nacionalidad es tarea insuficiente…Y no es menos cierto que tampoco se instala en el mundialismo, el desarraigo, la abstracción exangüe, el cosmopolitismo a ultranza… (Guillén, 1971. Entre lo uno y lo diverso. p.18) Con la misma teoría y metodología comparada, este ensayo pretende enfocarse en las tensiones, roces, vórtices y vértices de la literatura mundial. Europeización de la literatura mundial. Dos ejemplos a modo general: literatura africana y literatura asiática- oriental Desde los orígenes del concepto en el siglo XIX y su institucionalización en las universidades como disciplina académica a principios del siglo XX, la literatura universal o mundial se ha construido desde un punto de vista euro- céntrico y se ha abordado como literatura comparada, pues trataba de las relaciones entre los textos clásicos greco-latinos como los de Homero, los medievales y religiosos y las literaturas de los países de Europa Occidental.5 Me gustaría tomar como ejemplo el libro La literatura universal (1968) del conocido crítico español, poeta e historiador de la literatura, Guillermo Díaz Plaja con una introducción del también muy conocido crítico español Angel Valbuena Pratt . En este libro puede observarse una clara ordenación de la historia de la humanidad que empieza en Oriente. Díaz Plaja toma como punto de partida el concepto de Alfred Weber sobre “las altas culturas primarias” que son cuatro: la de China, la de la India, la de Egipto y la de Babilonia y que se encuentran unidas por la semejanza de tener una clase dirigente religiosa o sacerdotal, cuyos primeros textos literarios son textos sagrados o religiosos.6 Luego revisa la cultura y literatura griega y luego la romana, pasando a la Edad Media, luego el Renacimiento y centrándose en España, Italia, Francia, Alemania, es decir, la Europa Occidental. Igualmente rescata los movimientos literarios típicos de las historias literarias occidentales como el renacimiento, barroco, clasicismo pero tiene a su haber un capítulo final en el cual incorpora las literaturas de Europa oriental Checoslovaquia, Escandinavia, etc. El libro de Díaz Plaja representa un orden típico en las historias de la literatura mundial durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, en el cual las cuatro culturas primarias quedan como el recuerdo de un pasado idílico que no se vuelve a retomar. Es la imagen de un Oriente lejano que queda muy atrás frente al protagonismo que toma la civilización de Europa occidental. Esta visión del lejano oriente es a “grosso modo” la que se repite 5 Después de la Segunda Guerra Mundial se incorporaron las literaturas norteamericanas y rusas fuertemente como parte del canon, es decir, las literaturas de los países considerados del primer mundo y algunas del segundo mundo. 6 Alfred Weber, hermano de Max Weber, economista, sociólogo y teórico de la cultura. desde el siglo XIX y durante casi todo el siglo XX en la enseñanza universitaria. Poco se conoce de la evolución y actualidad de otras literaturas del mundo y las que se conocen es porque han pasado un proceso de occidentalización que las clasifica y asemeja a los parámetros de la cultura occidental. Las historias literarias que empiezan a aparecer en el siglo XIX en América Latina, por ejemplo, son igualmente de corte europeo y la mayoría comienzan su historia literaria a partir de la cultura y literatura greco-romana.7 El proceso de colonización que Europa Occidental llevó a cabo en todo el mundo occidentalizó todas esas culturas. Pensemos, por ejemplo, en la literatura africana, tan plural y diversa como el continente mismo. En África se hablan más de 1,500 lenguas y se sitúa el origen de las primeras civilizaciones como la egipcia, sin embargo. África ha sufrido terribles conquistas y la colonización europea, lo que le ha llevado a convertirse en el continente más pobre del mundo. (Jordi Ferrer,2002: p.392) En efecto, África es un concepto geográfico y no cultural. Allí conviven muchas culturas con historias y tradiciones muy diferentes, podemos hablar de África del norte, África negra, África no islámica, África al Sur del Sahara. Y sus divisiones territoriales así como sus mapas han sido hechas por los diferentes imperios y países que la han colonizado. Janheinz Jahn, el reconocido africanista alemán- recopiló en 1964 una bibliografía de literatura neoafricana8 escrita en ese continente y documentó 3,800 títulos, como una cifra aproximada, y de éstos dijo: Sólo en Agysimba (Sudáfrica) hay 560 autores: la mitad escribe en idiomas europeos (280) y la otra mitad en idiomas africanos…Existen en total más de 700 lenguas africanas; sin embargo, las lenguas escritas se distribuyen tan solo entre 37 de ellas. (p.32) 7 Sobre este asunto ver Beatriz González Stephan. La historiografía literaria del liberalismo hispanoamericano del siglo XIX. La Habana: Casa de las Américas, 1987. 8 Este autor define la literatura neoafricana como la literatura africana con influencia occidental, es decir, a partir de la colonización, y la separa de lo que denomina literatura agysimbia u oral con influencia árabe y musulmana como la literatura vernácula. Agysimba es un país perdido del continente africano que se identifica con las partes volcánicas del Tesbis y con partes de Sudáfrica. La cita anterior muestra que muy pocas lenguas africanas se dedicaron a fijarse en la escritura y que muchas de ellas conservan todavía hoy una literatura oral. La novela, por ejemplo, fue sin duda una importación europea porque la poesía, la música y el teatro son las artes más antiguas que comparten la mayoría de grupos culturales en África. 9 En el último tercio del siglo XIX, los países europeos empezaron a subastarse África. Algunos historiadores toman como referencia la conferencia de Berlín 1884-1885. En general, la incorporación de África al mercado mundial y el dominio de las potencias europeas en su continente tuvo varias etapas. Del siglo XV al XIX predominó la trata de esclavos y durante la primera parte del siglo XIX la penetración económica y territorial de varias potencias como Gran Bretaña y Francia. Y después de la conferencia de Berlín un período de acelerada colonización. Algunos críticos como Jeffry Stone (1988) hablan de que la cartografía del imperialismo y del colonialismo en África tiene marcadas diferencias. Con la conquista de territorios y su colonización, los países europeos impusieron sus lenguas oficiales, de manera que además de la gran cantidad de lenguas vernáculas de África, en los distintos territorios del continente se habla inglés, francés, portugués, alemán y holandés. Y por supuesto se encuentra literatura escrita en todos esos idiomas, siendo la literatura anglófona la más conocida a nivel mundial. A manera de ejemplo tenemos que cuatro escritores africanos han ganado el premio Nobel de literatura entre 1986 y 2003. Ellos son: 1986 Wole Soyinka, Nigeria, en idioma inglés. La muerte y el caballero del rey, 1988 Naguib Mahfuz, Egipto, en idioma árabe, El Callejón de los milagros y 1991 Nadine Gordimer, Sudáfrica, en idioma inglés, El Conservador y 2003 John Maxwell Coetzee, Sudáfrica, en idioma inglés, Desgracia. Es fácil imaginar entonces que estos escritores- aunque hayan ganado el premio Nobel- solamente representan un porcentaje pequeño de lo que es la totalidad de las múltiples literaturas africanas. Resalta, además, el caso de 9 “In Africa the novel is the only literary art form that has been totally imported and imposed over and above development from an indigenous pattern. Drama and poetry, on the other hand, were an integral part of the African heritage; they functioned within the oral tradition, contributing to ceremonial and festival occasions.” (O.R.Dathorne. African Literature in the Twentieth Century. P.53) Naguib Mahfuz, quien es uno de los escritores en lengua árabe más conocidos internacionalmente, a raíz de ganar dicho premio. Él nació en Egipto en el Cairo, 1911 y falleció en 2006 y su clasificación como escritor puede ser múltiple. Por ejemplo, ¿es Mahfuz parte de la literatura árabe, de la literatura egipcia o de la literatura africana?. Sin duda pertenece a las tres y sus novelas y poemas muestran la complejidad cultural de varias tradiciones y grupos étnicos. Mahfuz es un buen ejemplo de lo arbitrario que resultan los conceptos de nacionalidad, lengua o cultura para definir un texto literario. Tanto Janheinz Jahn como otros historiadores de la literatura mundial y comparada reconocen que ni los territorios ni las lenguas son categorías suficientes para ordenar los textos literarios, pues el fenómeno literario es más complejo que eso. Sin embargo, la clasificación de las literaturas mundiales hechas por Europa Occidental y posteriormente Estados Unidos se ha basado en las nacionalidades y en las categorías lingüísticas. Como reconoce Janheinz Jhan, para que una literatura de pueblos extraños transoceánicos fuera reconocida tenía, en primer lugar, que ser descubierta por un occidental y después encontrar un traductor occidental y por último un gusto benévolo occidental para alcanzar parecido rango: …así fueron excluidos de la literatura universal poemas épicos indios traducidos a los idiomas del Tíbet, China, Japón, Birmania, Malaca y Java…quedaron igualmente excluidas obras maestras árabes, admiradas en el Sudán, África oriental, India e Indonesia, sólo porque en ellas fallaba la capacidad de los traductores europeos; al margen quedaron también novelas sociales chinas, porque su realismo se le antojaba indecente a la sociedad europea… Goethe, padre de la idea, concebía la literatura universal como ‘una gran fuga, en la que van entrando, unas tras otras, todas las voces de los pueblos. Pero Europa se veía a sí mismo como director de la orquesta, facultada para imponer la escala y el compás, y para excluir aquellas voces que ejecutasen armonías para ella incomprensibles” ( Jhan, pp.15-16) De la cita anterior se desprende que el eurocentrismo con que se ha formado la idea de literatura universal ha reducido el fenómeno literario a unos cuantos países y unas cuantas lenguas, igualmente ha considerado a unas cuantas culturas como representativas de la diversidad mundial Para eso ha tenido que reducir el concepto de literatura a, en primer lugar, el texto escrito dentro de una nación en la lengua oficial de ese país y , en segundo lugar, a los géneros literarios esbozados por Hegel en su estética del siglo XIX , que es también la base sobre la cual se organizan las historias literarias. Lo que no cabe dentro de esos parámetros es olvidado o clasificado en categorías diferentes como folclor o arte popular. Pero, además, es necesario cuestionar también el concepto de cultura que se está usando, pues si se entiende cultura como homogeneidad, entonces, este concepto también resulta discriminatorio e insuficiente para nombrar la diversidad de tradiciones y pueblos que existen dentro de un mismo país o en su relación con otras culturas. Como afirman Andreas Wimmer e Isabel Vericat (2000) el concepto clásico de cultura, surgido de las antropologías europeas, ha venido siendo cuestionado desde los años 90s y quizás no deberíamos estar hablando de multiculturalismo sino contra el concepto clásico de cultura, porque dicho concepto sirve para racializar y etnificar las diferencias. El concepto clásico de cultura nos lanza hacia la homogeneidad y no nos sirve, por ejemplo, para nombrar los espacios móviles de subjetividades migrantes o grupos humanos en desplazamiento.10 El libro Las antropologías del mundo (2006) editado por Gustavo Lins Ribeiro y Arturo Escobar ofrece varios ensayos que cuestionan los conceptos clásicos que las antropologías hegemónicas han impuesto a los países colonizados.11 A título personal, yo considero que el concepto propuesto por Mary Louise Pratt sobre las zonas de contacto puede ser útil a este propósito porque en las zonas de contacto se borran las nociones tradicionales de lengua, ciudadanía y cultura. la idea de zona de contacto intenta contrastar con las ideas de comunidad que subyacen en la academia y su pensamiento sobre lenguaje, comunicación y 10 (cfr. Wimmer y Vericat, “La cultura como concertación”. Revista Mexicana de Sociología, vol 62, No.4 pp. 127-157) 11 En general, la misma europeización que hemos señalado en la construcción del concepto de literatura universal se da también en la construcción del conocimiento de las distintas disciplinas y es lo que una corriente de intelectuales latinoamericanos han llamado la colonización del conocimiento. Ver la producción de Enrique Dussel y Walter Mignolo. cultura. Hace unos años, pensando en las teorías lingüísticas que conocía, trataba de encontrarle sentido a una cualidad utópica que caracteriza los análisis sociales del lenguaje, hechos en la academia. El hecho de que los lenguajes eran vistos como vivos en las “comunidades hablantes”y tendían a ser teorizados como entidades coherentes auto-definidas, sostenidos por una competencia homogénea o una gramática compartida idéntica e igualitariamente por todos los miembros. Esta idea abstracta de las comunidades hablantes parece reflejar, entre otras cosas, la manera utópica en que las naciones modernas se conciben a sí mismas como lo que Benedict Anderson llamó comunidades imaginadas12 (Pratt, 1991:p.4 traducción mía) Pratt dice que la autoetnografía, el bilingüismo, la mediación, la parodia, la denuncia, son, -entre otras más-, formas artísticas de las zonas de contacto que se viven hoy no solamente en las fronteras sino también en nuestras ciudades y barrios. De la cita anterior se desprende la necesidad de buscar nuevos conceptos para nombrar realidades y textos que no entran en las categorías clásicas de literatura mundial. La literatura asiática-oriental Con la literatura asiática ocurre algo similar a lo de la literatura africana pues se refiere a una diversidad muy grande, con culturas, tradiciones e historias distintas. Por un lado, y tratando de agrupar territorios, podemos nombrar diferentes regiones dentro del continente: 1-Asia Meridional (Irán, Afganistán, Paquistaní, India, Nepán, Bután, Bangladés), 2- Asia Central (Kazajistán, Kirguizistán, Turqmenistán, Uzbequistán, Tayiquistán,), 3- Asia Septentrional (Rusia) 4- Asia Oriental (Mongolia, China, Corea del Norte, Corea del Sur, Japón y Taiwán) 5- Sudoeste asiático ( Israel, Líbano, Siria, Turquía, Jordania, Irán, Iraq, Yemen, Arabia Saudita, Emiratos árabes unidos, Omán, Qatar, Bahréin) 6-Sudeste asiático ( Birmania, Tailandia, Camboya, Vietnam, Malasia, Brunei, Filipinas, Indonesia, Laos, Singapur, Timor Oriental). 12 The idea of the contact zone is intended in part to contrast with ideas of community that underlie much of the thinking about language, communication, and culture that gets done in the academy . A couple of years ago, thinking about the linguistic theories I knew, I tried to make sense of a utopian quality that often seemed to characterize social analyses of language by the academy. Languages were seen as living in “speech communities,” and these tended to be theorized as discrete, self-defined, coherent entities, held together by a homogeneous competence or grammar shared identically and equally among all the members. This abstract idea of the speech community seemed to reflect, among other things, the utopian way modern nations conceive of themselves as what Benedict Anderson calls “imagined communities.” Paralelamente a la colonización de África, las potencias europeas se lanzaron también a la conquista del continente asiático. Sin embargo, para efectos de este ensayo me centraré en Asia oriental y en el nuevo orden que se establece después de la Segunda Guerra Mundial. Cuando se habla de literatura asiática- oriental, en realidad nos referimos al territorio de Asia Oriental que está compuesta por China, Japón, Corea del norte y Corea del Sur, Taiwán y Mongolia dentro de los cuales se habla chino, japonés, coreano y mongol, además de una gran cantidad de dialectos locales. Sin embargo, la imagen que Occidente tiene de Asia Oriental es la imagen de una cultura bastante homogénea. Pero aunque la cultura china, el idioma chino y la política imperial de China moldeó toda esa región al igual que después lo hizo Japón con su conquista imperial, poco se conoce de las relaciones entre estos países. Poco se conoce de los conflictos y rivalidades entre coreanos, taiwaneses, chinos y japoneses, conflictos que han marcado distanciamiento y diferencias entre la historia de todos estos países. El hecho de que los occidentales tengan una percepción más homogénea de esta cultura tiene explicaciones de tipo político y económico a nivel mundial. En el caso que nos ocupa, las razones están al finalizar la II Guerra Mundial, pues el reordenamiento que se dio del mundo bajo el liderazgo de los Estados Unidos marcó un cambio radical en la percepción que Occidente tuvo de Asia-oriental y Japón pasó a ocupar un lugar principal en la representación de esa cultura y esa literatura.13 Recordemos que Japón apoyó la Alemania de Hitler durante la II Guerra Mundial y su emperador quería crear un imperio en la región. Al finalizar la guerra- con la trágica experiencia de las bombas atómicas- Japón fue conocida en el mundo por esa tragedia humana sin precedentes y, una vez dominada totalmente por Los Estados Unidos se reconstruyó y alcanzó el papel de potencia mundial. Japón es uno de los países que ha sufrido las transformaciones más radicales a nivel político y económico en el mundo. 13 A finales del siglo XX y principios del siglo XXI esta situación está cambiando pues China está adquiriendo la supremacía en Occidente de la que antes gozó Japón. Sin embargo, Japón tuvo una supremacía económica y cultural en occidente durante toda la segunda mitad del siglo XX. En general, después de 1945, Estados Unidos se convirtió en la potencia que americanizó el mundo, en términos de Wallerstein, quien ha estudiado tanto este período y el sistema mundo.14 Según, David Ludden los estudios asiáticos que se organizan después de la Segunda Guerra Mundial y desde las academias estadounidenses cartografían Asia Oriental según los intereses de la política norteamericana: Los Estados Unidos dibujaron su mapa agrupando países en regiones que oficialmente definían Este, Sudeste, Centro y Sur de Asia: estas se convirtieron en áreas de estudio. Aunque muchos mapas dibujan Asia como incluyendo Rusia y tocando el Mediterráneo, el gobierno norteamericano mapeó Asia separando el Medio Este del Centro y Sur de Asia. Académicos, educadores, publicistas, escuelas, agencias turísticas, nuevas agencias e innumerables otros hicieron lo mismo en otros países…Invisiblemente, sin embargo, la Asia de América significa fundamentalmente China y Japón- Esto se observa claramente en que el 75 por ciento de los miembros de la AAS (Asociación de Estudios Asiáticos) estudia China, Japón y Korea. Este conocimiento del mapa de Asia es invisible en el logo de AAS y refleja una atadura americana con el Este de Asia; atadura que viene desde los días de la guerra del Opio y de las aventuras del almirante Perry. Por 1950, cuando los estudios de área tomaron forma en América, un siglo de movilidad a través del Pacífico había formado una geografía americana distintiva de las ataduras con Asia. Por el contrario, el conocimiento europeo sobre Asia evolucionó a través de siglos de movilidad a través del Océano de la India y como resultado los Estudios Europeos de Asia prestan mayor atención al sur y sudeste de Asia. (Ludden, 2003, traducción mía PP. 1058)15 Es decir que de un modo distinto pero relacionado con el mapa de Peters, este autor pone en discusión el asunto de la geopolítica del 14 Ver Aguirre, Carlos. Immanuel Wallerstein: crítica del sistema mundo capitalista (2003) Ver: Immanuel Wallerstein. La decadencia del poder estadounidense (2005) 15 The United States drew its map of Asia by lumping countries into regions that officially define East, Southeast, Central, and South Asia; these became areas in area studies. Although many maps depict Asia as including most of Russia and touching the Mediterranean, the U.S. government mapped Asia so as to separate the Middle East from Central and South Asia. Scholars, educators, publishers, schools, tourist agencies, news agencies, and countless others in many countries did the same. Attachments to maps of Asia developed accordingly. Invisibly, however, America's Asia mostly means China and Japan. This appears in the fact that roughly 75 percent of the members of the AAS study China, Japan, or Korea. This knowledge map of Asia is invisible in the AAS logo and reflects a special American attachment to East Asia dating back to the days of the Opium Wars and Admiral Perry's adventures. By the 1950s, when area studies took shape in America, a century of mobility across the Pacific had formed a distinctly American geography of attachments to Asia, interests in Asia, and knowledge about Asia. By contrast, European knowledge about Asia evolved over centuries of mobility across the Indian Ocean, and as a result, European Asian studies pay proportionately more attention to South and Southeast Asia. (Ludden, 2003. Pp 1058 Original en inglés) conocimiento, al mostrar que en esta cartografía moderna se pone el énfasis en algunas regiones más que en otras dependiendo de la óptica política. El énfasis implica trazar fronteras tanto físicas como de conocimiento y estudios. No es de extrañar entonces que al hablar de literatura asiática oriental en Estados Unidos y América Latina se hable principalmente de la literatura china y japonesa y en menor medida de la coreana –más del sur que del norte- y de la taiwanesa. Tampoco es de extrañar que Japón, que pasa a ser el gran aliado y colonizado país de Estados Unidos, después de 1945 se convierta en la representación protagónica de la región del Asia oriental. En efecto, los Estados Unidos moldearon el sistema educativo japonés así como su cultura, el proceso de occidentalización y americanización se intensificó fuertemente después de 1945 hasta lograr una historiografía literaria japonesa de manera similar a una historia literaria europea occidental. Se buscaban los mismos movimientos literarios europeos para ubicar las novelas y la poesía japonesas. Se ubicó la literatura también según los temas culturales impactantes como la llamada literatura de la bomba atómica, por ejemplo, sobre la cual también se hizo arte con el fin de mantener viva la memoria: museos, espacios públicos y además mangas, documentales y películas.16 La literatura moderna japonesa ha sido un área de estudios privilegiada por la academia norteamericana y europea como representación clave de la cultura asiática oriental en Occidente. 17 En efecto China y Japón han peleado por el dominio en la región de Asia oriental o Este de Asia. Taiwán, por ejemplo, ha estado bajo el dominio Chino y bajo el dominio japonés y bajo la ley marcial por 38 años. Una vez finalizada la II Guerra Mundial se obligó a Japón a devolver territorios a China, entre estos Taiwán, pero en 1949 con la guerra civil en China, este país perdió el control sobre la isla y Taiwán quedó gobernada por militares que impusieron la ley marcial hasta 1987 y lucharon contra la influencia comunista. Época de gran represión llamada del terror blanco. Tanto Taiwán como Corea (dividida en dos- norte y sur- por el paralelo 32-después de la II Guerra Mundial) ejemplifican la encarnizada y cruel 16 Sobre la literatura de la bomba atómica ver por ejemplo Whittier Treat, John. (1995) Writing Ground Zero. Japanese literature and the Atomic Bomb 17 Ver Karatani Kojín. (1994). Origins of Modern Japanese Literature. violencia de la Guerra Fría. Su arte testimonia, en mi opinión, una represión brutal que se muestra en todos sus extremos en su literatura y que es comparable a las interminables violaciones de derechos humanos que se dieron en algunos países de América Central también durante la Guerra Fría. La represión y la censura se observan también en los inicios de la literatura de estos países. Como señala Joseph Lau: Aunque Taiwán ha sido desde 1949…el domicilio de muchos exiliados chinos, tardó mucho la producción de una literatura considerada taiwanesa. Entre las razones que él explica está el hecho de que justamente por el control militar y político que sufrió Taiwán desde 1949 estaban prohibidos los libros escritos en China y sospechosos de influencia comunista. Por tanto, los escritores taiwaneses y los escritores chinos exiliados en Taiwán vieron cortados sus lazos con sus raíces culturales y cualquier intento de crear literatura era importado de Occidente, de donde copiaban todos los “ismos” artísticos de moda. Además el intercambio educativo de intelectuales de Taiwán que viajaban a estudiar a los Estados Unidos, al regresar contribuian a intensificar aún más el proceso de americanización en sus países. (cfr. Lau, 1973: pp. 1-5) El poco conocimiento sobre la literatura coreana o la literatura de Taiwán ha contribuido a que se invisibilice todo el terror vivido en estas regiones en donde China y Japón junto con los Estados Unidos han librado cruentas batallas. La atroz división que vivió Corea como consecuencia de la II Guerra Mundial lo expresa muy bien Charles Amstrong en su artículo “The Cultural War” pues fue una auténtica Guerra Cultural entre miembros de un mismo territorio, familias que de repente se encuentraron imposibilitadas a comunicarse y verse y además que fueron forzadas a defender con sus propias vidas la ideología comunista o la ideología capitalista. Después de 1945, Corea como Alemania quedó dividida, con la diferencia que aún hoy la división en Corea continúa vigente. Sin duda, la influencia de Estados Unidos fue decisiva en la literatura moderna de Corea del Sur y la influencia soviética y China fue igualmente relevante para la literatura moderna de Corea del Norte. Desde 1980 tanto Taiwán como Corea del Sur han entrado en un proceso de democratización, a raíz de la lucha también de movimientos sociales buscando libertad y respeto de los derechos humanos. Actualmente estos países viven procesos culturales de revaloración de sus historias locales. Como dice Hsing-Huang Michael Hsiao en referencia al proceso globalizador en Taiwán en los 90s: “Junto con la americanización, europeización y japanización de la cultura popular y los estilos de vida aquí, también se ha dado un “reenvase” de la localidad cultural y de lo indígena, dentro del cual se han revitalizado y reinventado muchas culturas locales y elementos de los estilos de vida tradicionales.” (2003, p.57 traducción mía) 18 Como puede verse en la cita anterior, la globalización económica que implica por un lado un movimiento cultural homogenizador conlleva también una revaloración de lo propio aunque esto signifique reducirlo con fines comerciales. En el caso de Asia oriental, por ejemplo, es evidente la poderosa influencia de la industria fílmica y audiovisual japonesa en los otros países, así como el conocimiento de la literatura japonesa. Taiwán, Corea y Mongolia han sido tradicionalmente las periferias de las dos potencias de Asia oriental, China y Japón. 18 “Side by side with the Americanization and Europeization and Japanization of lifestyles and popular culture here, there has also been a rise in “repackage” cultural localization and indigenization, in which many local cultures and traditional lifestyles elements…have been revitalized and reinvented” (Ibid, p.57) Sociología y literatura mundial: Pascale Casanova y Franco Moretti. Los dos críticos de literatura mundial más actuales y conocidos en Occidente son Pascale Casanova y Franco Moretti. Los une no sólo el hecho de que sus modelos se han exportado a casi todas las academias universitarias alrededor del mundo, sino también porque ambos representan el esfuerzo por aplicar teorías provenientes de las ciencias sociales, en este caso, específicamente de la sociología, al análisis de la literatura mundial. A su modo, cada uno de ellos toma las propuestas teóricas de Pierre Bordieu (sociólogo francés) y de Immanuel Wallerstein (sociólogo norteamericano) y las aplica a sus modelos. Es, sin duda, un intento relacional muy fructífero que nos muestra la gran cantidad de posibilidades que se pueden dar en nuestro campo. La República Mundial de las Letras: El libro y la propuesta de la crítica francesa Pascale Casanova, La República Mundial de la Letras (1999 original en francés), (2001 en español) se convirtió prácticamente en un clásico citado por los críticos literarios interesados en el asunto de la literatura universal. La propuesta de Casanova fue conocida y debatida a finales del siglo XX y principios del siglo XXI y aún hoy continúa siendo una postura clave dentro de esta temática. Lo novedoso de la propuesta de Casanova es la existencia de un espacio literario mundial que estaría constituido por los escritores que han conseguido relevancia mundial, por los textos canonizados y por las literaturas nacionales o regionales que han logrado innovaciones estéticas al ingresar a las editoriales y los circuitos de distribución y difusión de las metrópolis. Este espacio está constituido también por las literaturas periféricas y goza de una autonomía relativa de los sistemas políticos y económicos de las regiones y países porque tiene sus propias reglas, las reglas del arte literario. Eso explicaría que países considerados del tercer mundo alcanzaran un primerísimo lugar en este espacio como el “boom de la novela latinoamericana” en los años sesentas o la primacía de un Rubén Darío, en 1898 etc. Un poco a la manera en que el sociólogo francés Pierre Bordieu define la independencia del espacio del arte, Casanova define el espacio literario mundial. De acuerdo con su planteamiento, cada literatura nacional conforme se fue desarrollando y creando su propia tradición estética se fue independizando de las instituciones estatales y políticas y fue creando sus propias reglas y su propio mundo literario de referencia: “…los retos y las competencias transnacionales, al deshacerse de las rivalidades estrictamente nacionales y políticas, adquieren su autonomía. La conquista de la libertad del conjunto del espacio literario mundial se obtiene al hacerse autónomo cada ámbito literario nacional…” ( Casanova, 2001: pp.58-59). Pascale Casanova también establece con base en esta autonomía del espacio literario mundial una especie de analogía con el sistema económico, y habla de una economía literaria mundial, en la cual existe un capital literario que se negocia y se intercambia como en la bolsa de valores (Cfr. Ibid, pp.25- 35). En ese espacio literario existen también ciudades centrales como lo fue París en el siglo XIX que tienen una influencia mayor o son consideradas como la meca cultural del arte y que no coinciden necesariamente con el poder económico mundial. Si bien la propuesta de esta crítica, La República Mundial de las Letras tiene aspectos convincentes e interesantes no ha dejado de ser polémica y de atraer también crítica. Una de las cuales tiene que ver con la centralidad que adquiere Francia en su modelo. Para Casanova la literariedad (o ‘capital lingüístico-literario) del francés es central en el espacio literario mundial. Una gran literariedad conferida a una lengua supone una larga tradición que refina, modifica, amplía con cada generación literaria la gama de posibilidades formales y estéticas de dicha lengua: establece y garantiza la evidencia del carácter eminentemente literario de lo que está escrito en esa lengua, y le expide, por sí misma un “certificado” literario (Casanova: p.32) La literariedad se convierte así en un bien al que todos los escritores aspiran y por tanto, cualquier texto literario que quiera serlo no puede desconocer ciertas tradiciones y entre ellas, la francesa por supuesto. Es decir, hay centros y capitales literarias que se deben visitar y conocer en el espacio literario mundial. Pero eso no quiere decir que las otras literaturas las deban imitar pues en el intercambio y negociación de ese capital literario pueden venir a consagrarse en esos centros otras literaturas y otras tradiciones, sin embargo, necesitan de su legitimación. En este sentido, Ignacio-Sánchez Prado logra resumir bastante bien el cuestionamiento que otros críticos junto con él han hecho a La República Mundial de las Letras, cuando dice: Un modelo teórico posicionado de esta manera, entonces, tiene necesariamente, un punto ciego: en un espacio literario cosmopolita las producciones literarias de Asia, África o América Latina pueden influir en la estéticas de los Estados Unidos y Europa, sin que esta influencia provenga del ajuste de dichas literaturas a los cánones establecidos en las capitales metropolitanas (Brenam, Timothy. At Home in the World- citado por Sánchez Prado) Ciertamente Casanova argumentaría que esto demuestra su tesis, dado que la consolidación internacional de dichas producciones pasa, por lo menos en parte, por Francia y su mercado editorial, pero el punto es que el proceso de formación de la escritura periférica y su paso por circuitos de lectura no europeos no pueden ser descritos desde un modelo que requiere siempre la referencia a Francia. No, sin cierta ironía, la idea del rol central de París de Casanova recuerda el rol Central de Shakespeare planteado por Harold Bloom en The Western Canon. Aunque,,,Casanova abiertamente expresa su simpatía por la producción literaria periférica, lo cierto es que la premisa es la misma: existe un centro del canon (Shakespeare, París) en cuyos términos se mide toda la producción literaria. (Sánchez-Prado, 2006. América Latina en la literatura mundial” introducción” pp.29) Considero que el modelo de Casanova muestra que el proceso de occidentalización de la literatura mundial no se ha detenido nunca y continúa muy vigente. Así como el hecho de que sigue concibiéndose el espacio literario mundial a partir de centros y periferias que aunque tienen derechos de negociación e influencia, siguen manteniendo su lugar como literaturas periféricas. El libro mencionado y editado por Ignacio Sánchez América Latina en la literatura mundial (2006) tiene ensayos muy acertados que analizan aspectos de la literatura latinoamericana en su condición de región periférica. Uno de los ensayos más acertados, en mi opinión, es el de Francoise Perus, “La literatura latinoamericana ante la República Mundial de las Letras” ( Pp: 147-182) en el cual Perus pone de manifiesto el desconocimiento que tiene Casanova de los críticos literarios latinoamericanos que han marcado cambios importantes para nuestra tradición como Angel Rama, Cornejo Polar, Fernández Retamar e igualmente el desconocimiento que tiene de las condiciones de producción literaria en América Latina. Dice Francoise Perus: La desigualdad que, con justa razón, observa la autora entre los centros y las periferias no consiste obviamente en la carencia de acervo literario entre estas últimas, sino en las condiciones y las formas concretas de estos acervos -en gran medida todavía por rescatar, explorar y organizar-, como consecuencia de situaciones coloniales y neocoloniales que han obstaculizado su configuración como patrimonio (antes que como “capital”) y la valoración (no mercantil) de éste dentro y fuera de su propio espacio. (2006, Pp:149) En general, los problemas que señala Francoise Perus a Casanova son comunes a la mayoría de los críticos sobre literatura mundial que miran a las literaturas periféricas desde el centro. Y los encontraremos también en el planteamiento de Franco Moretti. El sistema mundo-literario: La segunda propuesta que ha tenido eco suficiente entre los críticos interesados en el asunto de la literatura universal o mundial es la del crítico italiano Franco Moretti, quien aplica también metodologías provenientes de las ciencias sociales como la de Immanuel Wallerstein sobre el sistema-mundo capitalista a la literatura. Es, sin duda, muy acertada e ingeniosa la analogía que Moretti establece entre El origen de la especies de Darwin y la historia literaria mundial cuando dice que “la evolución es un buen modelo para la historia literaria porque explica la extraordinaria variedad y complejidad de formas existentes con base en procesos históricos” (Moretti, 2006:48-49) uniendo en un mismo concepto la forma y la historia. Para este crítico el aporte fundamental de la teoría del sistema mundo capitalista de Wallerstein es que puede ayudarnos a entender cómo y por-qué la diversidad propia de las literaturas mundiales es reducida a unos pocos espacios: En el análisis de los sistemas mundo, las coordenadas cambian, en tanto el comienzo del capitalismo bruscamente reduce los muchos espacios independientes necesitados para el origen de las especies (o de los lenguajes) a sólo tres posiciones: centro, periferia, semiperiferia. El mundo se vuelve uno y desigual, uno porque el capitalismo restringe la producción en todos los lugares del planeta; y desigual, porque su red de intercambios requiere y refuerza, una desigualdad marcada del poder entre las tres áreas. (Moretti, 2006: Pp.50. Traducción Ignacio Sánchez) Este crítico italiano se ha dedicado a estudiar con gran ahínco la literatura mundial como sistema dentro de otros sistemas19 y muy especialmente la evolución e historia de la forma novelesca y su relación con el sistema mundo capitalista. Puede decirse que es en este género donde ha concentrado más sus esfuerzos. Para Moretti en oposición a Casanova no existe una autonomía del espacio literario mundial sino que el sistema mundo literario es análogo al sistema mundo capitalista de Wallerstein y tiene una marca de desigualdad incluso mayor, pues: Dentro del sistema mundo-capitalista el flujo productos siempre es bidireccional. Algunos productos van del centro a la periferia…otros de la periferia al centro (pero) en el sistema mundo-literario, por otra parte, el flujo es practica- mente unidireccional, muy fuerte del centro a la periferia, muy débil en la dirección opuesta…aplicar el análisis del sistema mundo a la literatura significa enfatizar la estructura desigual hacia adentro de la cual se escribe la literatura: las ventajas que muy pocas culturas disfrutan, y las restricciones bajo las cuales todas las otras deben operar. (Moretti, 2006: Pp 57-58. Traducción Ignacio Sánchez) Las literaturas, por tanto, responderán al orden mundial y a las relaciones internacionales que se establecen entre los continentes, regiones países y que va a estar estructuralmente ligado al orden impuesto primero por Europa y luego por los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Uno de los aspectos que más se han criticado de la teoría de Franco Moretti es su propuesta de que los críticos literarios de cada región y cada país deberían realizar la lectura textual ( “close reading”) de sus literaturas mientras que el crítico comparatista, es decir, el que trabaja en la literatura mundial debe dedicarse a hacer una lectura a distancia (“distant reading”). En este modelo, el crítico literario con visión mundial se dedicaría a un macroanálisis, mientras que correspondería a los criticos nacionales y regionales realizar el microanálisis, por la sencilla razón de que no es posible hacer una lectura minuciosa o apegada al texto de una gran cantidad de textos, tal como dice Moretti: “ usted 19 La teoría de los polisistemas de Evan-Zohar es también una referencia constante en sus análisis. invierte mucho tiempo en textos individuales solo si usted cree que unos pocos importan. De lo contrario, no tiene sentido. Y si usted quiere conocer más allá del canon y por supuesto la literatura mundial lo hará….la lectura apegada al texto no lo hará ) (Moretti, Predegarst, P. (editor), 2004, Debating World Literature: Pp.151. Traducción mía) 20 La crítica que se ha hecho a esta propuesta de Moretti está relacionada con la pregunta ¿quienes serían los críticos de literatura mundial? y resulta ser que con la crítica ocurre la misma desigualdad que con las literaturas y, por tanto, son los críticos literarios que se encuentran en los centros culturales los que hacen la lectura distante o mundial mientras que corresponde a los críticos de las zonas periféricas y semiperiféricas hacer la lectura textual de sus propias literaturas. Y esta situación, como lo argumenta Spivak es una nueva versión de la división internacional del trabajo donde la lectura textual no es cuestionada sino desplazada a la periferia y además como argumenta Ignacio Sánchez también implica una selección de los críticos regionales o nacionales que serán escogidos por el critico de literatura universal para hacer las comparaciones. (Cfr. Sánchez 2006,20). Asunto que también criticó muy acertadamente Francoise Perus al modelo de Casanova.21 Como puede observarse, al sintetizar las posturas teóricas de estos dos críticos literarios, Casanova y Moretti la occidentalización y americanización de la literatura mundial son fenómenos directamente relacionados al establecimiento del orden mundial después de las I y II Guerra Mundial y nos muestran que la literatura como sistema implica desigualdades y plantea retos para los estudiosos del campo que quieran resistir este orden mundial. A finales del siglo XX han surgido movimientos de resistencia y cuestionamiento al interior de muchas disciplinas académicas, por el hecho de que también el conocimiento ha viajado desde el centro a la periferia como el único conocimiento válido. Esto ha planteado bloqueos y censura al conocimiento que ha surgido de las periferias o semiperiferias. Han surgido 20 you invest so much in individual texts only if you think that very few of them really matter. Otherwise, it doesn’t make sense. And if you want to look beyond the canon (and of course World literature will do so…close reading will not do it. (original en ingles. Traducción mía) 21 Francoise Perus “La literatura latinoamericana ante la República Mundial de las Letras” ( en Ignacio Sánchez, Idem.) movimientos intelectuales y culturales denominados descolonización del conocimiento, pedagogía crítica, cartografía crítica, etc. En el siguiente apartado de este ensayo, me referiré al papel de la literatura centroamericana dentro del panorama mundial, con el objeto de hacer una lectura divergente a la forma en que la crítica literaria ha insertado la literatura centroamericana en el espacio literario mundial. La literatura centroamericana en el panorama mundial: apuntes generales Si partimos de los modelos expuestos anteriormente por Casanova y Moretti, entonces debería decir que Centroamérica adquiere un lugar en el espacio literario mundial, por primera vez, a través de dos escritores modernistas Rubén Darío y Enrique Gómez Carrillo; quienes a su vez fueron admiradores y visitantes asiduos de París, la capital del canon y el espacio de legitimación necesario, en términos de Casanova. Sin embargo, ambos escritores no fueron tomados como representantes de sus respetivos países o de la región centroamericana, por el contrario, fueron tratados, por los críticos literarios de los centros hegemónicos, como excepciones de la periferia. Estos escritores eran ejemplo, según la crítica hegemónica, de que si los artistas querían podían alcanzar la modernidad de los centros. No es de extrañar, por tanto, que la crítica mundial haya comentado insaciablemente tanto de Rubén Darío como de Gómez Carrillo los textos claramente modernistas, dejando de lado los textos que estos escritores escribieron sobre sus países o sus realidades geográficas. Ha sido la crítica local la que ha rescatado los aspectos locales y regionales de estos escritores, con el deseo de reivindicar sus nacionalidades. Tenemos aquí un ejemplo parecido a lo que propone Franco Moretti sobre la lectura distante y la lectura textual: los críticos comparatistas se han dedicado a relacionar el modernismo hispanoamericano representado por Darío, Gómez Carrillo y otros latinoamericanos con la manifestación del modernismo en otros continentes y países, haciendo una lectura distante de sus realidades geopolíticas y estrechamente cercana a París, mientras que los críticos centroamericanos han rescatado la lectura de los textos locales y regionales de estos autores con el firme deseo de poder poner en el panorama mundial las realidades de la periferia centroamericana. Este fue mi interés cuando realicé una lectura del modernismo centroamericano como sueño político al interior de la región Al comparar las imágenes de las ciudades-capital en los textos de Enrique Gómez Carrillo, Rubén Darío, Juan Ramón Molina y Francisco Gavidia se evidenciaron las contradicciones de los países centroamericanos al ingresar al mercado mundial, por ejemplo, su condición neocolonialista y sus tensas relaciones con las metrópolis culturales. La idea repetida por la crítica literaria de que estos escritores modernistas querían olvidar sus realidades locales y exiliarse de sus países es una imagen falsa y reforzada por la crítica de las mismas metrópolis, porque no existe ningún interés en Europa de conocer el interior de estos países ni sus culturas. Sin embargo, Rubén Darío y Enrique Gómez Carrillo, quienes alcanzaron mayor fama internacional como exponentes del modernismo hispanoamericano, también dejaron en sus textos las huellas de su condición como escritores de la periferia.22 Un ejemplo que merece rescatarse aquí es el libro Treinta años de mi vida (publicada por primera vez en1919) de Enrique Gómez Carrillo. Este libro muestra la posición ideológica del escritor sobre Guatemala y el ejercicio del poder en Guatemala y otros países centroamericanos. También realiza una crítica sobre la comunidad guatemalteca que vivía en París y finalmente es un testimonio de lo que significa para un centroamericano la experiencia de París. La siguiente cita textual es muy reveladora de cómo su condición de guatemalteco pautará la forma en que mirará a los otros y será mirado por ellos, pues desde la primera noche de bohemia en un café del Barrio Latino cuando él dice que es de Guatemala, nadie sabe donde queda ni cómo pronunciarlo: Yo me sentía inquieto, indignado, entristecido. Por primera vez en mi vida, sentía la insignificancia cómica de los países de América que tienen nombres raros. Mi Guatemala luminosa, cuyo símbolo es un ave que no soporta el cautiverio, convertíase, en labios de una parisiense de buen humor, en un país rabelaisiano titulado “rascame ahí” y situado en un continente fantástico. Había en mi alma una herida que me hacía sufrir y que es la misma de la que han sufrido casi todos los hispanoamericanos en Europa. “De Guatemala…de Venezuela…del Uruguay…de Bolivia…” Son palabras que un francés o un inglés pronuncia con el mismo acento con que el personaje famoso de Mostesquieu decía: “¿Cómo puede uno ser persa?” No se concibe ni el Picadilly ni en el Boulevar que un hombre que habla bien, que viste bien y que no tiene cara de mono, pueda ser de esas comarcas exóticas. Y no se crea que son sólo los ignorantes los que así desconocen el carácter de América. El mismo doctor Gustave Lebon, que pasa por ser un sabio universal, presenta a los países latinos del nuevo mundo cual si fueran territorios incultos poblados por mulatos y mestizos incapaces de asimilarse a la civilización europea. Así, cuando, vuelta en sí, mi compañera de café me preguntó de nuevo si era serio aquello de Gratemiola, le dije cobardemente, negando a mi cuna como 22 Para ampliar el tema ver Chavarría, Gabriela. (2003) El sueño político de los primeros modernistas en Centroamérica a través de la imagen de sus ciudades: Rubén Darío, Juan Ramón Molina, Francisco Gavidia y Enrique Gómez Carrillo. (Tesis para optar el grado de Doctor of Philosophy, Ph.D). University of Kansas, Lawrence. Pedro había negado a su maestro, que era una broma. Y escogiendo la nacionalidad más halagadora entre las que ella me concedía, agregué: -Soy griego…De Atenas. (Gómez Carrillo, 1974, Pp.179) Lo mismo le ocurre al personaje cuando se encuentra con el poeta Moréas y éste le pregunta -¿Usted es estudiante?-pregúntome el poeta Con orgullo le conteste: -No…Soy escritor… -¿De qué país?- -De Guatemala -Guatemala…Guatemala…Eso es de la América española, naturalmente….Guatemala, Venezuela, Paraguay…Confundo todo…La geografía no me interesa…Nada me interesa. (Gómez Carrillo, 1974, Pp.237) El narrador de Treinta años de mi vida se encuentra forzado a negociar su identidad cultural, a extenderla, traspasando las fronteras de su propia nacionalidad por la ignorancia que existe en las metrópolis sobre nuestros países. De ahí surgirá un cronista errante, un escritor que no limitará sus escritos a ningún país ni gobierno y que asumirá los valores bohemios como propios. Es interesante notar que la crítica literaria cuando analiza la imagen de París en Gómez Carrillo lo hace como el espacio bohemio del escritor y como si hubiera sido una elección caprichosa del escritor. Sin embargo, al estudiarse este texto desde la perspectiva de las condiciones de producción en la periferia centroamericana y sus complejas relaciones con los centros culturales, la bohemia parisina en los textos de Gómez Carrillo aparece como una elección política , como un espacio clave para delinear su posición ideológica, de ahí surge su reflexión sobre el yo y su ética como escritor, además de los temas de novelas como Tres novelas inmorales y de muchas de sus crónicas en las que reafirma el código bohemio como su código personal. La mirada crítica desde los centros y la mirada crítica desde la periferia son diferentes. Esta divergencia de enfoque motiva la necesidad de revisar los parámetros euro-céntricos con que se ha delimitado la literatura mundial. El mismo movimiento modernista leído hacia el interior y en dirección opuesta, es decir, desde la periferia hacia el centro permite de alguna manera, descolonizar nuestro conocimiento sobre literatura mundial. Después de Rubén Darío y el modernismo hispanoamericano, el segundo momento en que los escritores centroamericanos ocupan un lugar en el espacio literario mundial es durante la Guerra Fría, en las décadas de los sesentas, setentas y ochentas, en la época de las guerrillas y las revoluciones. Es durante este período, cuando se consolida, en mi opinión, la literatura centroamericana como un área de estudios dentro de la academia norteamericana y europea pues es cuando la región adquiere visibilidad mundial como una región en conflicto. Debemos recordar que el nuevo orden mundial que se establece después de 1945, da el liderazgo a Los Estados Unidos, no sólo económica y políticamente sino también cultural y académicamente. La organización del conocimiento a través de áreas de estudio en las universidades norteamericanas es lo que permitirá ir consolidando políticamente su influencia y marcando su ideología.23 Es en las décadas de los 60s,70s y 80s que se va creando el área de estudios literarios de Centroamérica en las universidades estadounidenses y sus razones son mayormente políticas. Los movimientos revolucionarios de Guatemala, El Salvador y Nicaragua adquieren puntos culminantes a finales de los 50s, con la intervención de Estados Unidos en Guatemala cuando colabora en el golpe de estado contra Jacobo Árbenz Guzmán. Se fortalecen con el triunfo de la revolución cubana en 1959 y recrudecen con el breve triunfo de la revolución sandinista en 1979. Son décadas de genocidios y violencia extrema que sin duda hacen que el gobierno estadounidense tenga en la mira de sus preocupaciones a la región. A partir de estas décadas y muy especialmente bajo el gobierno estadounidense del presidente Ronald Reagan, varias universidades norteamericanas (en donde además había profesores centroamericanos exiliados o refugiados allá por los mismos conflictos en sus países) crean el espacio académico necesario para hablar sobre Centroamérica como región geopolítica importante y, por supuesto, como área de estudios. La critica literaria toma y retoma los escritos de Rigoberta Menchú y de poetas y 23 Sobre la influencia del gobierno estadounidense en la organización de las áreas de estudio en las universidades puede consultarse, Gayatri Spivak Death of a Discipline (2008) escritores nicaragüenses que testimonian en sus escritos el interior de sus países en guerra. La década de 1980 es una época interesante para comprobar lo arbitrario del concepto de región, porque si bien es cierto que Guatemala, El Salvador y Nicaragua estaban en procesos revolucionarios y sus literaturas eran testimonios de la violación de derechos humanos y la crueldad de los ejércitos en estos países, también es cierto que Costa Rica y Panamá tenían realidades diferentes a éstas, al igual que Honduras que muchas veces actuaba como base militar estadounidense.24 Sin embargo, se consolida el área de estudios de la literatura centroamericana a nivel mundial como un área de estudios regional que no siempre funciona incorporando a los seis países geográficos que componen el istmo sino que, la mayoría de las veces, se dedica a hacer un trabajo comparativo entre dos o tres autores o países. Pero entonces ¿a qué se debe que se consolide como área de estudios regionales? Las razones son eminentemente políticas y además indican el poder de la mirada del centro hegemónico. En efecto, para el gobierno estadounidense de Reagan la preocupación política de la influencia comunista era una preocupación regional y no de unos cuantos países. Su preocupación era tener el control sobre todo el istmo. Por tanto, no es de sorprender que los estudios de área recreen un concepto político de unidad ístmica que nunca se ha concretado en la práctica. El término “región” es un término muy arbitrario y proviene de la necesidad de los científicos sociales de ejercer el control sobre áreas pequeñas. Según Robert Burnett, el término se ha cargado de diferentes significados según las diferentes etapas por las que ha pasado la geografía y también ha servido a los diferentes propósitos de diferentes disciplinas. Es conveniente “mantener el conocimiento dentro de manejables dimensiones” y para los científicos sociales cuyo gran problema es aislar algo, la región significa algo sobre lo que puede ejercerse el control. Para la historia, la región ha proporcionado la doctrina del seccionalismo, para la antropología, la de “área cultural”, para la 24 Las razones sobre la creación de la literatura centroamericana como área de estudios las expongo en mi artículo: Chavarría, Gabriela” La crítica literaria sobre literatura centroamericana en la década de 1980: reflexiones sobre un campo de estudios y propuesta de una nueva cartografía literaria” en http://revistaixchel.org Volumen I Geopolítica y Literatura sociología la de “situación total”; para el economista, la del “dominio económico” y para la biología, el de área o región biótica. En el campo político, el concepto de región está mostrando ser una ayuda cada vez más importante para el funcionamiento de la inteligencia del gobierno… para cada disciplina los límites de la región son diferentes así como los elementos que les dan unidad… (Burnett, Pp 122. Traducción mía, original en inglés)25 Políticamente hablando, en el caso que nos ocupa, puede decirse que el gobierno estadounidense con sus agencias de inteligencia unifica a todos los países del istmo bajo la idea de región geopolítica, Y, por otra parte, las universidades de los centros hegemónicos consolidan la imagen de la violencia, la resistencia armada y la violación de los derechos humanos, como la representación unificada de la literatura del istmo. Las imágenes de los testimonios de la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú o de escritores salvadoreños y nicaragüenses dan la vuelta al mundo, consolidando la literatura centroamericana como área de estudios en los centros hegemónicos de Europa Occidental y USA. Los dos momentos en que la literatura centroamericana ha ocupado lugar en el espacio literario mundial han sido a principios del siglo XX y a mediados del siglo XX y entre estos dos momentos históricos existe una diferencia de percepción, pero ambas percepciones son creadas en los centros culturales hegemónicos y políticos. El modernismo es leído desde París y sus representantes centroamericanos Darío y Gómez Carrillo son vistos como excepciones de la periferia o como representantes de toda Hispanoamérica porque política y económicamente la idea de Centroamérica como región económica y geopolítica importante no se había desarrollado suficiente. Por el contrario, en el segundo momento, el de la Guerra Fría, la literatura centroamericana es regionalizada pues responde a la división geográfica y 25 It is a convenient device to “keep knowledge with manageable dimensions” and to the social scientist, whose great problem is to get something isolated, the region is a means by which some control can be exercised. To history, the region has furnished the doctrine of sectionalism; to anthropology the “culture area”, to the sociologist, the “total situation”; to the economist, “the economic domain”; and to the biologist, the “biotic area or region”. In the field of politics the concept of the region is proving an increasingly important help to the intelligence functioning of the government…to each discipline the limits of the region are different, as the unifying elements themselves are different…” Burnett, Pp.122 política del mundo que Estados Unidos y la URSS están llevando a cabo desde finales de 1945. Considero que aún queda mucho por explorar sobre la forma en que la literatura centroamericana se relaciona o se resiste a modelos como los de Casanova y Moretti, Mucho debe decirse aún sobre la literatura centroamericana en el panorama mundial pero, sin duda, es necesario hacer una revisión epistemológica de los conceptos en búsqueda de nuevas miradas críticas. Una de las cuales podría ser, como propuse al inicio, cartografiar nuestras literaturas como zonas de contacto, según el concepto de Mary Louise Pratt y atendiendo a la diversidad que siempre ha caracterizado nuestra pequeña parte del mundo. Bibliografía citada Achugar, Hugo. “Apuntes sobre la literatura mundial o acerca de la imposible universalidad de la literatura mundial” en Ignacio Sánchez , editor, (2006). América Latina en la “literatura mundial”. Pp:197-212. Armstrong, Charles, K. “The Cultural War in Korea, 1945-1950”. 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Ha publicado varios artículos en revistas nacionales y extranjeras. Las publicaciones de la autora con el sello de la Asociación de Literatura Comparada en América Central y el Caribe (www.alicac.org) son Literatura y Humanismo en el siglo XXI (Alicac, 2010) y La Torre Imposible: Vórtices y vértices de la literatura mundial (Alicac, 2012).