I. IntroduccIón La construcción teórica del proceso del envejecimiento, mediante perspectivas como el envejecimiento exitoso o activo, resulta ser una constante del conocimiento científico gerontológico, la cual ha tenido efectos en las investigaciones científica y aplicada en el ámbito mundial. Asimismo, el crecimiento y el desarrollo humano permiten plantearse cómo es que las facetas positivas de dicho proceso son contradictorias con las estereoti- padas en nuestras sociedades. PREDICTORES PSICOSOCIALES DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO: EVIDENCIAS EN UNA MUESTRA DE PERSONAS ADULTAS MAYORES Mauricio Blanco Molina* Anales en Gerontología, N.° 6 / 11-29, 2010 ISSN: 1659-0813 Resumen: Este estudio se orientó hacia la identificación y el análisis de los factores psicosociales, los cuales determinan que una persona adulta mayor costarricense mantenga estilos de vida activos o exitosos. Los hallazgos evidenciaron la importancia del fenómeno a partir del análisis de las condiciones sociales, psicológicas y biofísicas y se identificaron las psicosociales como las más acertadas para explicarlo. Se reconocieron las variables de carácter psicológico, como las principales determinantes y predictoras, en particular, la autoeficacia percibida y estado cognitivo y una serie de recursos personales como el pensamiento positivo, la perseverancia y la capacidad de adaptación, entre otras. Lo anterior se explicó en conjunto con la presencia de variables sociales como adecuadas redes de apoyo, nivel socioeconómico, tendencia a altos niveles educativos, por ejemplo, lo cual permitió construir un congruente “retrato” del envejecimiento exitoso o activo en las personas adultas mayores estudiadas. Palabras claves: personas adultas mayores, envejecimiento activo, predictores psicosociales del envejecimiento activo. Abstract: The study focused on the identification and analysis of the psychosocial factors that determine that older people living in Costa Rica keep active or successful lifestyles. The findings showed the importance of the phenomenon by analyzing the social, psychological and biophysical conditions, identifying the psychosocial, as the most successful to explain. The psychological variables were recognized as predictors and main determinants, particularly, self-efficacy and cognitive state, as well as a series of personal resources such as positive thinking, perseverance and adaptability, among others. This was explained in conjunction with the presence of variables such as adequate social support networks and socioeconomic stable trend to high levels of education, among others, for example, which allowed tobuild a consistent “portrait” of successful or active aging elderly people. Keywords: older people, active aging, psychosocial predictors of active aging. * Dirección electrónica: maucachet@gmail.com Anales en Gerontología, N.° 6, 2010, ISSN: 1659-0813, 11-2912 En esta investigación –en el marco de la tesis de graduación de la Maestría en Gerontología de la U.C.R.– se abrigó el interés de aportar, a la disciplina de la Gerontología en Costa Rica, nuevas visio- nes teóricas del proceso de envejecimiento, tales como activo, exitoso y saludable, sin duda, posiciones distintas del enfoque del envejecimiento pasivo y patológico. Por ello, se abordó un método de análisis el cual permitió identificar las características personales y sociales que hicieron posible acercase a la realidad de aquellas personas adultas mayores quienes mantenían una vida activa o lo que, teóricamente, se defi- nió como envejecimiento activo. El estudio tuvo como objetivo analizar la relación existente entre los factores psi- cosociales y la permanencia de estilos de vida activos en la vejez. Así, la pregunta central se definió hacia: ¿Qué factores determinan o permiten a una persona mayor de 60 años establecer estilos de vida activos? La indagación sobre la presencia de estilos de envejecimiento activo, exitoso y óptimo ha sido un tema de gran inte- rés, el cual ha sido explorado por medio de la medición de diferentes factores en distintos ámbitos, tales como: biológico, genético, físico, social, psicológico y cogni- tivo, tanto con diseños transversales como longitudinales. Ejemplo de ello han sido los estudios que tratan de medir la influencia de la capacidad funcional, la actividad física, la capacidad cognitiva y su relación con estilos de envejecimiento saludables y exitosos (Leveille, Guralnik, Ferrucci & Langlois, 1999; Whitfield, Fillenbaum, Albert, Berkman, Rowe & Seeman, 2000; Ford, Haug, Stange, Gaines, Noelker & Jones, 2000; Pohjolainen, 2003). También, se encuentran las publicaciones que han tratado de medir la duración de la vida de una persona por medio de los llamados bio- marcadores (Kirkwood, 2000) y su relación con el envejecimiento exitoso (Nusselder & Peeters, 2005). No obstante lo anterior, múltiples exposiciones han llegado a una conclusión: no existe un solo patrón para enveje- cer. Así, Motta, Berkman, Seeman, Albert, Blazer et al (1993) comienzan a evidenciar que para la evaluación del envejecimiento exitoso es necesaria una explicación multi- factorial. La incorporación de visiones multifacto- riales que analizan variables sociales como las diferencias socio-económicas, el nivel educativo, el ingreso económico y su rela- ción con la mortalidad en personas adultas mayores es otro foco de análisis a este fenó- meno (Seeman, Crimmis, Huang, Singer, Bucur et al, 2004). También, Havenman- Nies, De Groot & van Staveren (2003) dan fe del análisis de variables como la calidad de la dieta y los factores de estilos de vida para explicar el envejecimiento saludable en varios países europeos. Por otro lado, el consumo de tabaco, de alcohol, el nivel de actividad física y su relación con la con- dición cognitiva, la salud y la calidad de vida de las personas adultas mayores, han sido otros aspectos evaluados como deter- minantes de estilos de vida saludables en distintos contextos (Ferrucci, Izmirliam, Leveille, Philips, Corti, Brock & Guralnik, 1999; Huadong, Juan, Jingcheng, Yanjiang, Meng & Hongbo, 2003). Por otra parte, el estudio de construc- tos psicosociales comienza a tomar cabida en la discusión al enfatizar la medición de variables como la creencia en la auto- eficacia percibida, el estado de ánimo y en los cambios en el desempeño cognitivo (Dufouli, Fuhrer, Dartigues & Alpérovitch, 1996; Strawbridge, Cohen, Shema & Kaplan, 1996; Sullivan, 1997; Whitfield, BLANCO: Predictores psicosociales del envejecimiento activo... 13 Fillenbaum, Albert, Berkman, Rowe & Seeman, 2000; Vaillant & Mukamal, 2001, Adamson, Hunt & Ebrahim, 2003; Bowling & Dieppe, 2005). Eizenman, Nesslroade, Fentherman & Rowe (1997), igualmente, analizaron, como medidas del envejecimiento activo, alto control percibido –medido por el locus de control– y alta competencia percibida. Como se ha evidenciado, las variables psicosociales ganaron su espacio en la explicación de lo que se ha definido como envejecimiento exitoso, además de ser las que mejor explicaban el llamado éxito en la vejez. Tanto así que uno de los avances en la discusión fue la idea de la capacidad cognitiva y el apoyo social como robustos determinantes del envejecimiento exitoso (Gurung, Taylor & Seeman, 2003, Seeman, Lusignolo, Albert & Berkman, 2001). Ackermann & Oswald (2003) reiteran que la capacidad cognitiva, la actividad físi- ca y la estimulación mental (es decir, impe- dir el desuso y el sedentarismo mental), son aspectos indispensables para tener a perso- nas, incluso institucionalizadas o con pro- blemas cognitivos o funcionales, con mejor calidad de vida y, sobre todo, activas. Instituciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2002), a partir de la Segunda Asamblea Internacional del Plan de acción del envejecimiento de las naciones, resal- tan al “envejecimiento activo” y sus com- ponentes claves como el objetivo principal de todas las acciones referentes al enveje- cimiento. Varias teorías, como las sostenidas por Baltes & Baltes (1993); Rowe & Khan (1997), han sido propuestas para definir la diferencia de procesos de envejecimiento “exitosos”, de aquellos “normales” y “pato- lógicos”. En la discusión teórica acerca del tema, queda claro que para establecer una medida confiable de los procesos del envejecimiento activo o exitoso, debe con- siderarse un grupo de variables que con- templen múltiples ámbitos de la vida de las personas, a lo largo del proceso de su envejecimiento. Pero, ¿qué denota el éxito durante este proceso? Según Rowe & Kanh (1997), la vejez con éxito se expresa como un enlace (en un entrecruce) de la salud (biopsicoso- cial) con la habilidad funcional medida por la ausencia de discapacidad, la presencia de un adecuado funcionamiento cognitivo y físico y un alto compromiso con la vida (sentimiento de utilidad-de formar parte). Una adecuada definición de enveje- cimiento exitoso, por consiguiente, debe, según Baltes & Baltes (1993), contemplar una visión sistémica y una perspectiva eco- lógica. De esta manera, indicadores subje- tivos y objetivos necesitan ser considerados dentro del contexto cultural en donde viva el sujeto, con su contenido particular y sus demandas ecológicas. Ahora bien, la Organización Mundial de la Salud (2002) establece los factores influyentes para el establecimiento del envejecimiento activo. Componentes pobla- cionales (ambientales, económicos, sociales y sanitarios), elementos comportamenta- les, por ejemplo: estilos de vida y hábitos; variables personales como las genéticas y las biológicas, habilidades de afrontamien- to, recursos personales como la autoefica- cia, el control interno, el comportamiento prosocial y el pensamiento positivo son condiciones psicológicas de la personalidad asociadas a altos niveles de longevidad y al envejecimiento satisfactorio. Otros aspec- tos del desarrollo de la personalidad del individuo, como la aceptación de la muerte como parte de la vida, entre otros, son Anales en Gerontología, N.° 6, 2010, ISSN: 1659-0813, 11-2914 tomados en cuenta en la explicación del envejecimiento activo. Igualmente, se destaca la importancia de plantear acciones sociopolíticas, desde el punto de vista individual y de promocionar, en las personas, las condiciones que optimi- cen un envejecimiento satisfactorio o activo. II. Metodología La investigación tuvo un diseño cuan- titativo no experimental, por tres razo- nes fundamentales: no se tuvo el control directo sobre las variables independientes; las manifestaciones ya habían ocurrido o estaban ocurriendo y eran inherentemente no manipulables (Kerlinger, 2001). Tuvo una línea investigativa propia de un estu- dio descriptivo correlacional, lo que fue logrado por medio del uso de técnicas de recolección y análisis de datos cualitativos y cuantitativos. PartIcIPantes La selección de la muestra de estudio se realizó, por razones teóricas, al definirse como personas con características potencia- les de estilos de vida activos. La caracterís- tica principal de escogimiento de los sujetos de estudio fue participar en algún programa público o privado que asegurara asistencia activa en ámbitos sociales, recreativos, edu- cativos, entre otros. La muestra consistió en 70 personas mayores con edad com- prendida entre 60 y hasta 85 años, quienes participaron voluntariamente. Las personas adultas mayores partici- pantes fueron alumnas de los cursos libres destinados a esta población e impartidos por la Universidad Estatal a Distancia (UNED) de Costa Rica, en las asignaturas del idioma Inglés, Computación, Tai Chi, Historia del Arte y Artes Plásticas. ProcedIMIento Los instrumentos de recolección de datos fueron aplicados –por 3 asistentes de investigación y el investigador principal– de forma individual a los participantes, durante un período aproximado de una hora y en un espacio privado. Luego de la obtención de los datos cuantitativos y el análisis estadístico de estos, se llevó a cabo una profundización cualitativa mediante la técnica de grupo focal, con el fin de indagar aún más en las variables relevantes que funcionaron como predictoras del envejeci- miento activo en la muestra estudiada. Para el grupo focal, se convocó a 10 per- sonas, de las cuales asistieron solamente 7, cuatro hombres y tres mujeres. Estas 7 personas fueron seleccionadas de la misma muestra de estudio (n=70), según paráme- tros de selección, a saber: altos puntajes superiores a la media en autoeficacia y con- trol percibido, desempeño cognitivo, nivel de actividad y funcionalidad en actividades de la vida diaria. InstruMentos El análisis de los datos siguió la siguiente lógica; la variable dependiente fue la periodicidad de actividades educati- vas, recreativas, sociales, artísticas, la cual fue medida con el Cuestionario de activi- dades en la vejez del Mount Sinai School of Medicine y de ahí se calculó el promedio de periodicidad de “actividad” en la vejez y por sujeto. Las variables independientes en el estudio fueron las siguientes: edad crono- lógica, nivel educativo, hábitos (consumo de alcohol y de tabaco), padecimientos actuales, situación socioeconómica –medi- da por la fuente de ingresos–, ayuda fami- liar económica, condición laboral, perio- dicidad de actividad física –medida por el BLANCO: Predictores psicosociales del envejecimiento activo... 15 Cuestionario de actividad física a lo largo de la vida adulta del Mount Sinai School of Medicine–, estado cognitivo, medido por la Evaluación neuropsicológica breve en español (Ostrosky-Solís, Ardilla & Rosselli, 1997), estado funcional –medido por la Escala Funcional de Barthel–, nivel de autoeficacia y apoyo percibido –medido por el Cuestionario de sentimientos actuales de eficacia y el Cuestionario de autocontrol de Mount Sinai School of Medicine. Asimismo, las redes de apoyo fueron medidas por el Cuestionario psicosocial del Mount Sinai School of Medicine y el estado afectivo por la Escala geriátrica de depre- sión, de Yesavage et al (1982). Para la profundización cualitativa, se utilizó la técnica del grupo focal antes comentada y, para el cotejo de la informa- ción, la técnica de análisis de contenido a partir de las siguientes categorías de aná- lisis previamente definidas: 1. Actividad en la vejez, 2. Recursos personales psico- lógicos, 3. Recursos personales sociales y culturales. MedIdas estadístIcas Para el análisis estadístico de los datos se utilizó la técnica de regresión lineal múl- tiple, la cual tuvo el propósito de predecir una única variable criterio, es decir, elemen- to dependiente a partir de un conjunto de variables predictoras o independientes. Esta técnica se basa en una predicción que com- bina linealmente las variables predictoras o independientes (Catena, Ramos & Trujillo, 2003). Además, se usó el análisis de regresión jerárquica por etapas (stepwise) para diferen- ciar, de las variables medidas, el mejor pre- dictor. Se manejaron medidas de estadística descriptiva y el indicador de correlación de Pearson (r) para identificar las variables que correlacionaban significativamente entre sí. La siguiente figura evidencia la estruc- tura multivariada del estudio: Figura 1 Variables independientes incluidas en la ecuación de predicción Condición laboral Nivel educativo Redes de apoyo Estado cognitivo Padeci- mientos Estado de ánimo HábitosActividad física Edad Auto- eficacia Estado funcional Sexo Nivel socio- económico Anales en Gerontología, N.° 6, 2010, ISSN: 1659-0813, 11-2916 III. resultados El perfil de los participantes, de acuer- do con la consideración de los diferentes componentes del envejecimiento exitoso o activo de carácter social, psicológico y bio- físico, demostró lo siguiente. La muestra fue constituida por un total de 70 personas, el promedio de edad fue de 67,38 años con una desviación estándar de ±5,86 años. La edad no fue una variable significativa, ni hace mayor aporte a la explicación del fenómeno. En general, sigue predominando el sexo feme- nino (77%) en actividades recreativas, aca- démicas y voluntariado, entre otras, en personas mayores de 60 años. Solo un 22,95% de la muestra pertenecía al sexo masculino. La condición laboral de las personas participantes, determinada por la condición de jubiladas, demostró que la mayoría (78,6%) refirió contar con esa condición, pero con un interesante dato; en la muestra, la mayoría sin jubilarse fueron mujeres, 18,6% del total de personas jubi- ladas. Entre los sujetos, la media en activi- dad fue de 50,88 y una desviación estándar de ±14,0 puntos, lo que demuestra niveles altos de actividad, aspecto clave para dar inferencias de los aspectos que explicaron este nivel de actividad. Otro componente relevante, y con- gruente con el anterior, da pie para afir- mar que las personas estudiadas, en algún grado durante su vida, han mantenimiento una constante actividad física y, con algu- na frecuencia, la siguen haciendo. La situación socioeconómica, por otro lado, fue medida por la tenencia de pen- sión, por el monto mensual recibido, y por la ayuda económica familiar recibida. Los datos evidencian que un 80% de la mues- tra contaba con algún tipo de régimen de pensión. Los ingresos mensuales iban desde más de ¢1 000 000 hasta menos de ¢100 000 por mes; prevalecieron las perso- nas que recibían más de ¢800 000, hasta el rango de ¢300 000 o más. Este ingreso, generalmente, fue determinado por el tipo de régimen de pensión con el que se habían jubilado o por la disciplina de ahorro a lo largo de la vida. Poco más de un tercio (37,7%) de las personas quienes conta- ban con pocos o ningún ingreso, indicó que recibían ayuda económica de personas familiares. En relación con el nivel de educa- ción formal, las personas entrevistadas, en su totalidad, contaban con algún grado de educación formal (primaria –11,4%–, secundaria –35,7%– y estudios univer- sitarios, técnicos o de otro tipo, el 52,9% restante de la muestra). Otro componente estudiado fue el entor- no y la seguridad del lugar de residencia. Acerca de esto, la muestra, en su mayoría, afirmó vivir en un hogar en buen estado y sin riesgos, es decir, sin barreras arquitec- tónicas. La mayoría afirmó vivir acompa- ñada (81,5%), aspecto que permite deducir que son personas quienes pasan mucho tiempo de su cotidianidad en compañía. En relación con las variables de salud, se evidenció la casi nula presencia de con- sumo de tabaco y de alcohol. En cuanto al consumo del tabaco, solo un 2,9% de la muestra lo ingiere y quienes no lo hacen, equivalen al 97,1% de la muestra. La ingesta de alcohol de manera crónica fue nula en la muestra. Los resultados evi- denciaron que los padecimientos reporta- dos más frecuentes fueron la hipertensión arterial (HTA) con un 48,6%, la disminu- ción auditiva o visual con un 71,4%, el tiroidismo en un 15,7%, la diabetes melli- tus en un 11,4%, las enfermedades cardio- vasculares en un 10% y un 41,4% referente a otros padecimientos como cáncer, artritis, arteriosclerosis, asma, obesidad, hernias, BLANCO: Predictores psicosociales del envejecimiento activo... 17 problemas de caderas, caídas, problemas estomacales, problemas de próstata, entre otros. Por último, solo un 4,3% de la mues- tra dijo tener antecedentes de accidentes cerebro-vasculares y un 2,9% traumatis- mos craneoencefálicos. Las personas participantes no consi- deraban que esos padecimientos las deter- minaban para establecer sedentarismo o pasividad, más bien consideraron (con una media de 99,28 que representa a un 90% con capacidad funcional alta y solo una dis- persión en ±2,73) que su estado funcional –medido por la percepción en la realiza- ción de actividades de la vida diaria– era independiente. En general, defendieron su autonomía. Siguiendo con la percepción de salud de las personas participantes, los resul- tados relacionados con el estado de ánimo evidenciaron que la mayoría (97,1%) de la muestra no presentaba riesgo aparente de padecer depresión en el momento de la recolección de la información, con una media de 7,14 y una desviación estándar de ±14,47. También, se evidenció poca prevalencia de quejas de memoria. La dis- tribución de los datos lo demostró con una media de 32,07 y una dispersión de ±15,96; los puntajes tendieron a ser bajos en que- jas de memoria de largo y corto plazo, ade- más de demostrar que la muestra tiende a considerar que la condición de su memoria actual es buena (meta-memoria). Por otra parte, se evidenció una media de 50,40 con una desviación estándar de ±22,46 en el uso de estrategias de memoria. Los datos referidos a las redes de apoyo indicaron que la muestra, en su mayoría, tiene alta percepción de contar con adecua- das redes de apoyo, ya que, en promedio, los sujetos tendieron a registrar 70,95 puntos en la escala de medición utilizada, con una desviación de ±13,16. Es decir, se presentaron puntajes altos en relación con las redes de apoyo, sea de pareja, hijos/as, amigos/as o familiares, lo cual comprueba que, en general, cuentan con una red real que satisface sus necesidades y la perciben como tal. La tendencia de la muestra en las medidas de autoeficacia, entendida como “la creencia en las propias capacida- des para organizar y ejecutar cursos de acción implicados en situaciones futuras” (Bandura, 1997), evidenció una media de 62,91, es decir, que, en promedio, la mayo- ría de las personas evaluadas percibe que tienen un alto grado de confianza en que sus propias capacidades son necesarias para enfrentar las dificultades de la vida. Este promedio se dispersa solo en ±12,63 puntos de la media, lo cual demuestra que aun la mayoría de los sujetos manifiesta un buen control de sí mismos y confía en sus capacidades. En el Cuadro 1, se resume la medición de las variables de estudio. Los resultados de la variable estado cognitivo fueron medidos por las distin- tas sub-escalas de la prueba NEUROPSI (Ostrosky-Solís, Ardilla & Rosselli, 1997), a partir de la suma de los puntajes brutos de cada sub-escala, los cuales suman un total de 130 puntos. Los datos de esta sumatoria en la muestra estudiada evi- dencian una media de 106,45 puntos y una desviación estándar de ±8,44. Con estos datos se logró demostrar que, en prome- dio, las personas participantes del estudio tenían una alta capacidad cognitiva en las áreas medidas. Según los puntajes de la escala, se califican a los sujetos en estado cognitivo normal, leve, moderado y severo. Los resultados se agrupan de la siguiente manera (ver Figura 2): con un 95,1% se encuentran las personas con estado nor- mal, con un 2,3% un estado cognitivo leve y solo una persona de la muestra total, Anales en Gerontología, N.° 6, 2010, ISSN: 1659-0813, 11-2918 Cuadro 1 Promedios de las variables medidas, desviación estándar e índice de confiabilidad de los instrumentos Variable ME † SD† Alfa de Cronbach Psicológicas Estado de ánimo * (depresión) 7,14 14,74 0,66 Redes de apoyo 70,95 13,16 0,83 Autoeficacia 62,91 12,63 0,80 Capacidad cognitiva ** 106,45 8,44 - Quejas de memoria 32,07 15,96 0,80 Uso de estrategias de memoria 50,40 22,46 0,80 Funcionalidad Capacidad funcional 99,28 2,73 - Hábitos (estilos de vida activos) Actividad física 44,36 16,96 0,71 Periodicidad de actividades en la vejez 50,88 14,00 0,56 Hábitos de lectura 34,07 16,57 0,61 † Las medias y la desviación estándar (SD) fueron medidas con los 70 sujetos de la muestra obtenida en el estudio. Así, la media es la suma de los puntajes estandarizados (índice), multiplicada por 100 y dividida entre la puntuación máxima posible según el instrumento respectivo para cada variable. * La puntuación de la media de estado de ánimo equivale a la sospecha del síndrome depresivo, así, a menor puntuación, menor riesgo de presencia de depresión en la muestra, medida por la Escala geriátrica de depresión de Yesavage et al. (1982). ** La puntuación en la media de la capacidad cognitiva es una sumatoria del puntaje bruto en cada sub-prueba del instrumento NEUROPSI, la cual tiene un máximo de hasta 130 puntos. El indicador de Alfa de Cronbach de cada instrumento, según variable estudiada, fue medido a par- tir de los datos de los 70 sujetos entrevistados equivalente al 1,4%, evidenció un estado moderado, en donde puede existir algún tipo de daño neurológico. BLANCO: Predictores psicosociales del envejecimiento activo... 19 de actividad, las redes de apoyo, el estado del ánimo, ingreso económico, el nivel edu- cativo y las quejas de memoria. Las demás variables medidas no evidenciaron rela- ciones significativas entre sí o relevantes para el objeto de estudio planteado en la investigación. En el Cuadro 2 se presenta el análisis correlacional de r de Pearson: El análisis de correlación de Pearson reveló la existencia de varias relaciones significativas, las cuales permitieron vali- dar el poder predictivo de algunas variables para medir el objeto de estudio. Las varia- bles que se correlacionan significativamen- te entre sí fueron el estado cognitivo, la autoeficacia, los hábitos de lectura, el nivel Figura 2 Estado cognitivo de la muestra Cuadro 2 Coeficientes de correlación de Pearson entre las variables estudias Variables 1 2 3 4 5 6 7 8 9 1 ,258* ,299* ,361** -,025 ,097 ,274 * ,263* -,202 2 - 1 ,032 ,327** ,297* -,292* ,111 ,163 -, 282** 3 - - 1 ,130 -,078 -,184 -,069 ,301* -,175 4 1 - - - ,142 -,028 -,038 0,45 -,019 5 - - - - 1 -,280* -,082 -,007 -,153 6 - - - - - 1 ,070 -,315** ,278* 7 - - - - - - 1 ,094 ,169 8 - - - - - - - 1 -,058 9 - - - - - - - - 1 Los coeficientes fueron calculados con los datos de los 70 sujetos. * p < 0,05 (1 cola). ** p < 0,01 (1 cola). 1. Estado cognitivo, 2. Autoeficacia, 3. Hábitos de lectura, 4. Periodicidad de actividades en la vejez, 5. Redes de apoyo, 6. Estado de ánimo, 7. Pensión, 8. Nivel educativo, 9. Quejas de memoria. De acuerdo con el análisis multiva- riado, por medio de la regresión lineal múltiple utilizando el método stepwise, el modelo¹ (ver Cuadro 3) evidenció que la alta presencia de creencias de control y de autoeficacia entre los participantes, junto con una alta capacidad cognitiva, funcionó, según la ecuación de la predicción, como “predictores adecuados” de la presencia de estilos de vida activos en la vejez, medidos por la variable dependiente (periodicidad de actividades en la vejez). Quedaron por fuera de la ecuación de predicción todas las demás variables medidas. La autoeficacia Normal Leve Moderado E st ad o co gn it iv o Porcentaje 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 Anales en Gerontología, N.° 6, 2010, ISSN: 1659-0813, 11-2920 mayores estudiadas. Con un peso en la predicción de (0,29= p< 0,01) para la capa- cidad cognitiva y un peso de (0,25= p< 0,05) para la autoeficacia. y la capacidad cognitiva predijeron un 43% (F(2,67) =7,799 p< 0,001) en la presencia de actividades recreativas, educativas, entre otras, en la vida de las personas adultas Cuadro 3 Primer modelo de regresión lineal múltiple (stepwise) Regresión R B T R² ajust. EE Cam- bio R² F Regresión D-W Modelo¹ ,435 ,165 ,9139 ,059 F(2,67)7,799*** 2,261 1 ,296 2,597** 2 ,251 2,205* ¹ Variable dependiente: periodicidad de actividades en la vejez. Predictores: 1 “Capacidad cognitiva” y 2 “Autoeficacia“. ² Todas las demás variables medidas en el estudio fueron excluidas del modelo de regresión. * p< 0,05 ** p< 0,01 *** p < 0,001 De manera similar, se probó un segun- do modelo2 por medio del método stepwise, que identificó a la capacidad cognitiva, la autoeficacia, la situación económica y la situación laboral como predictores de la presencia de actividad en la vejez (varia- ble dependiente) en un 51% (F(1,62) =3,862 p< 0,001). En el siguiente cuadro se pre- senta claramente la salida del análisis de regresión: Cuadro 4 Segundo modelo de regresión lineal múltiple (stepwise) Predicción R R² ajust. EE Cambio R² F Regresión D-W 1 Modelo² ,519 ,199 ,8948 -,024 F(1,62)3,862** 2,261 ² Variable dependiente: periodicidad de actividad en la vejez. Predictores: Capacidad cognitiva, Capacidad funcional, Autoeficacia, Situación económica, Situación laboral, Actividad física. * p < 0,01 ** p < 0,001 Los pesos en la predicción del Modelo² se mostraron de la siguiente manera (ver Cuadro 5): la capacidad cognitiva, en este modelo, tuvo un peso en la predicción (0,34= p< 0,01), la autoeficacia tuvo un peso de (0,28= p< 0,05), la situación eco- nómica (-0,47= p< 0,05) y, por último, la situación laboral (medida por la condición de jubilación) presentó un peso (0,47= p< 0,05). BLANCO: Predictores psicosociales del envejecimiento activo... 21 con el fin de demostrar la importancia de los estilos de vida activos en la vejez. Por otro lado, mantener un contacto social constante parece, también, muy impor- tante. Ejemplos de comentarios que afir- man lo anterior son: “a mí siempre me ha gustado compartir mi tiempo con amigos o con los demás”, “pertenezco a varios grupos como le dijera... de amigos…”. La Recreación y el ejercicio físico vali- da nuevamente la importancia de la activi- dad en esta etapa de la vida; comentarios como los siguientes lo confirman: “sigo haciendo cursos…, a las 6 de la mañana voy a caminar…., también al gimnasio, no me sobra el tiempo, la otra cosa que me gusta es ir al cine, ver obras de teatro, conferencias, todo tipo cultural, me dedico a hacer cosas que antes no podía hacer”. También la educación continua, el estudio a lo largo de sus vidas como un medio de superación y de actualización personal, ha sido un aspecto muy relevan- te en el mantenimiento de los estilos de vida presentes en la muestra: “Ir creciendo, por eso yo he matricula- do en cuanto curso hay de lo que sea, formación sobre todo…, para actua- lizarse…, yo considero que hay que El modelo² incrementa el abanico de variables predictoras. De esta manera, la situación económica, la situación laboral, la actividad física y el nivel de funciona- lidad (aunque estos dos últimos fueron no significativos estadísticamente), junto con la capacidad cognitiva y la autoeficacia, predijeron de mejor manera la presencia de actividad en la vejez en un 51% (F(1,62) =3,862 p< 0,001) de la muestra estudiada; todas las demás variables medidas fueron eliminadas de la ecuación de la regresión. Con el interés de lograr una mayor profundidad en el estudio, la información recolectada a partir del grupo focal eviden- ció tres grandes categorías por medio del análisis de contenido, lo cual explicaban los estilos de vida activos en la vejez; estas fue- ron: actividad en la vejez, recursos persona- les psicológicos, recursos personales sociales y culturales determinantes. Dichas catego- rías permitieron validar el modelo matemá- tico que identificó como mejores variables predictoras las de carácter psicosocial. En primer lugar, se debatió, en la sesión grupal, la pertinencia de contar con niveles altos y constantes de actividad en la vejez por medio de la participación social y comunitaria, tal y como se apuntó: “estar en grupos digamos de apostolado y también en grupos de barrio de desarrollo comunal”; “yo he sido voluntaria en los hospitales por 25 años”; ambas situaciones Cuadro 5 Modelo² pesos de cada predictor y su significancia sobre la variable dependiente Predictores Capacidad cognitiva Auto- eficacia Capacidad funcional Situación económica Situación laboral Actividad física Modelo ² Beta ,340** ,228* -,174 -,471* ,470* ,166 ² Variable dependiente: periodicidad de actividades en la vejez. * p < 0,05 ** p < 0,01 Anales en Gerontología, N.° 6, 2010, ISSN: 1659-0813, 11-2922 son las habilidades de afrontamiento y perseverancia ante los desafíos de la vida, la necesidad de superación y desarrollo personal en la vejez. Estos aspectos han sido extensamente estudiados en psico- logía positiva como ingredientes de resi- liencia. Baltes & Baltes (1993) afirmaron, asimismo, que el contar con una serie de recursos personales, como una personali- dad resiliente, pensamiento positivo, altas creencias de autoeficacia y autocontrol, era necesario para desarrollar procesos de envejecimiento exitoso o activo. Un comen- tario que da ejemplo de lo anterior es el siguiente: “Yo creo que uno nunca deja de aprender, la escuela es la vida, uno tiene que estar al tanto…”. Esta capacidad de adaptación, como mecanismo de preparación para los cam- bios de la vida, permite validar que la oferta de recursos personales con que cuente una persona le consienta establecer estilos de vida saludables a lo largo de su vida. Un comentario que lo afirma es el siguiente: “Uno tiene que aceptarlo…, aceptar que van pasando etapas, de cambios y que nunca antes me tuve que operar, nunca antes me caí, me fracturé y no por eso voy a caer en picada, deprimi- da, son los años que ya la máquina se va gastando de verdad”, “...importan- te controlarse, estar yendo al médico, es importante curarse en salud antes, es vital...”. En tercer lugar, los recursos persona- les sociales y culturales como la necesidad de aportar y mantener un sentimiento de utilidad a lo largo de la vida, fue otro de los aspectos encontrados en el discurso de las personas participantes. Al parecer, entre los hombres se resaltó una distinción estar estudiando por disciplina, ver- dad, porque si uno se echa... y luego la cuestión de la superación, no hay que quedarse obsoleto…, el estudio es básico es fundamental…”. En segundo lugar, la presencia de recursos personales, el hacer eco de una filosofía de vida como el ser positivo y espiritual y contar con altas creencias de autoeficacia explican gran parte de los estilos de vida activos de las personas participantes del estudio. Ser positivos, el optimismo, la satisfacción por la vida, les ha permitido mantener el estilo de vida actual; un comentario hecho por una par- ticipante lo afirma: “Uno en la vida tiene que ser positivo, porque todo depende de lo que usted piense que eso es lo que realiza…, el ser positivo y pensar positivamente y rea- lizar lo que vas a hacer positivamente, eso te lleva al triunfo y no al fracaso”. Otra persona aportó lo siguiente: “Entonces por ese positivismo mío es que he llegado a estar donde estoy. Yo creo que tengo confianza y creo que voy a salir avante y por eso aprendí y entré al curso de computación”. También, la espiritualidad estuvo presente en el discurso de las personas participantes, como otro recurso personal clave para la vida; comentarios como los siguientes lo afirman: “si no tenemos fe, no podemos mover montañas, eso es muy fijo”, “…uno tiene que ser muy positivo y yo, sobre todo, tal vez no sé porqué, pero desde muy joven yo he sido muy espiritual y yo todo siempre lo he puesto en las manos de Dios”. Otros datos que surgieron como parte del abanico de recursos personales claves BLANCO: Predictores psicosociales del envejecimiento activo... 23 La información cualitativa da profun- didad y confirma los datos cuantitativos. A continuación, se destaca la discusión teórica más relevante de los resultados del estudio. IV. dIscusIón El desarrollo de la investigación permi- tió dar evidencias empíricas, en población costarricense adulta mayor, sobre cómo se interrelacionan las variables medidas y cuáles predicen de mejor manera la pre- sencia de estilos de vida en la vejez. El hecho de que una muestra de pobla- ción adulta mayor costarricense evidencie las características encontradas, no permi- te dar afirmaciones que abarquen a toda la población mayor en Costa Rica, pero sí admite demostrar qué tipo de aspectos deben potenciarse y mantenerse a lo largo de la vida para adaptarse a los cambios del proceso del envejecimiento. A la vez, consiente confrontar, con datos científicos, que la construcción de exclusión social y deterioro de la vejez, diseminada en la sociedad costarricense, no es la más indi- cada para enfrentarse a los cambios demo- gráficos acelerados de una Costa Rica envejecida. La investigación da una pauta inicial de discusión para la construcción de nuevas visiones del proceso del enve- jecimiento, una más positiva y una más representativa para un país en proceso de envejecimiento acelerado, actual y del futuro (Fernández & Robles, 2008). Entra en discusión un aspecto rele- vante para utilizar la visión positiva del envejecimiento como una herramienta de cambio del imaginario social hacia las más envejecidas, tema clave para el abordaje del avance de la longevidad en el mundo. Ya la Organización Mundial de la Salud, en el 2002, lo priorizó y dio su apoyo. El entre producción y utilidad en la vejez y, en las mujeres, se destacaron los valores de servicio (en el cuido de otros y la crian- za); además, el aporte mediante acciones como la docencia, fueron formas de sen- tirse útiles para la sociedad: el superar el miedo a lo nuevo versus la actualización, las barreras sociales impuestas en estereo- tipos hacia las personas adultas mayores versus la integración en la sociedad. Un comentario lo describe: “Yo no puedo estar quedito, tengo que estar en algo, tengo que estar ¡sí! socialmente activo, involucrado en las cosas que pasan ¡verdad!”. La situación o condición económica resultó ser otro aspecto clave para predecir el estilo de vida de los participantes del estudio. Se hizo hincapié en que el régimen de pensión al que se pertenece es un medio de estabilidad económica. La importancia de la prevención por medio del ahorro y, en el caso de las mujeres, la ayuda económica familiar como medio para lograr la estabi- lidad, fueron aspectos de importancia en la condición económica como condicionante de estilos de vida activos en la vejez en los sujetos de estudio. Algunos comentarios lo afirman: “…yo tengo pensión por viudez, la casa fue mi trabajo, pero mis hijos sí… el ahorro es algo muy importante en mi familia…”. “… si usted no tiene un fondo y si usted no ha sabido manejar su econo- mía durante los años productivos es ahí lo difícil, porque es mentira que una persona que llega a pensionarse y a jubilarse, si no tiene un medio o un complemento para ajustar, no puede llevar una vida…, el ingreso de una pensión a usted no le da para vivir,… la pensión a veces no le da para el alimento, depende del sistema, es un complemento, es una seguridad”. Anales en Gerontología, N.° 6, 2010, ISSN: 1659-0813, 11-2924 En el análisis de la productividad ver- sus utilidad, quedó claro que, aunque las mismas personas participantes del estudio puedan mantener percepciones negativas o prejuiciosas sobre lo que se considera “ser productivo”, el sentimiento de “sentir- se necesitados o útiles” va más allá de la concepción social de productividad, pues es una de las grandes necesidades de todo ser humano en cualquier etapa de la vida. Rowe & Khan (1997) se refieren al compro- miso con la vida y a la necesidad del cam- bio de la percepción social sobre lo que se considera “productividad”, como un deter- minante para el envejecimiento exitoso o activo. Con todo esto, sobresale la impor- tancia de realizar actividades en la vejez para el establecimiento del envejecimiento exitoso. Como aclaró Havighurst (1963) “es feliz quien se siente activo y útil”. Varios estudios han establecido que el mantenimiento de la autonomía y fun- cionalidad en actividades cotidianas bási- cas funciona como predictor del enveje- cimiento exitoso (Rowe & Khan, 1997; Ford, Haug, Stange, Gaines, Noelker et al, 2000). Un tema básico de la discusión para el establecimiento de los estilos de vida activos fue, precisamente, la condición socioeconómica y el nivel educativo de las personas quienes integraron la muestra. Fue relevante para la predicción, que los sujetos de la muestra contaran con algún tipo de ingreso mensual el cual les permi- tiera mantener sus estilos de vida. Estos datos son congruentes con otros estudios que han investigado la influencia del nivel socioeconómico sobre el envejecimiento exi- toso o activo en personas adultas mayores (Berkman, Seeman, Albert, Blazer, Kahn et al, 1993). En varios estudios se demuestra que, a mayor nivel educativo, mayores probabilidades de establecer procesos envejecimiento no ha llegado a ser tema esencial en las agendas de política pública y se continúa con visiones asistencialis- tas en los programas sociales, de salud y demás políticas que acogen a las personas mayores de 65 años. Ante esta realidad, es cierto que la construcción del envejeci- miento, como un proceso de cambio a una relación deficitaria ante mayores pérdidas contra menores ganancias, resulta ser real. Ahora, depende de cómo se percibe y cómo, en la manera de lo posible, se tomen acciones para cambiar esta relación. Las nuevas tendencias de atención al cam- bio demográfico necesitan potenciar un envejecimiento con mayores recursos de adaptación ante los menoscabos durante el proceso del desarrollo humano y no desde una visión de declive existencial del ser humano. Resulta importante discutir, a profun- didad, los resultados del estudio con el fin de tratar de desagregar la explicación teó- rica de los predictores del envejecimiento activo identificados. La condición laboral de las personas participantes del estudio, determinada por la condición de persona jubilada, demostró lo que la OMS (2002) ha argumentado acerca de la relevancia de la condición laboral para el establecimiento de un envejecimiento activo. El tema de la condi- ción ocupacional y de la necesidad de utili- dad en la vejez, es un aspecto que ha sido ampliamente desarrollado como uno de los determinantes del envejecimiento exitoso (Rowe & Khan, 1997; Baltes & Baltes, 1993; OMS, 2002). Mediante el análisis de contenido del grupo focal, un aspecto clave resultó ser el sentimiento de utilidad y de productividad lo cual permite establecer esta condición por medio de cambios en los estilos de vida sedentarios por unos más activos. BLANCO: Predictores psicosociales del envejecimiento activo... 25 como Baltes & Baltes (1993) y Vaillant & Mukamal (2001) se habían referido a la gran importancia que tiene el contar con una adecuada red de apoyo a lo largo de la vida, para lograr el establecimiento del envejecimiento exitoso; sin embargo, el estudio no profundizó mucho en este aspecto y resultaría relevante continuar- lo en investigaciones futuras; sobre todo orientado hacia la relación entre red de apoyo y adaptación a las demandas del medio de una persona mayor. Como se ha indicado, el funcionamiento cognitivo alto y la presencia de altas creen- cias de autoeficacia funcionan como facto- res determinantes del envejecimiento exi- toso (Baltes & Baltes, 1993; Rowe & Khan, 1997; Fernández-Ballestero, s.f.). También Seeman, McAvay, Merrill, Albert & Rodin (1996) afirmaron que fuertes creencias de autoeficacia predecían un alto desempeño cognitivo. Berkman et al (1993) confir- maron que las personas adultas mayores, con altos niveles de funcionamiento físico y cognitivo, tendían a presentar mayo- res tendencias a puntuar niveles altos en escalas de autoeficacia y autocontrol. Por su parte, Shultz & Heckhausen (1996), mencionan que el envejecimiento exitoso se logra con el desarrollo y con el mante- nimiento del control primario a lo largo de la vida. Shaie & Willis (2003) refuerzan lo anterior al decir que las estrategias de con- trol primario influyen de gran manera en las conductas durante el envejecimiento. Todos estos datos empíricos son evidencia del peso que tienen las percepciones de control personal, es decir, el determinar hacia dónde dirigir los esfuerzos, cuándo se debe persistir y con cuánta eficacia se debe hacer, en otras palabras, sería confiar en sí mismos y aprovechar al máximo los recur- sos del entorno. Esto resulta básico para tener estilos de vida activos en la vejez. de envejecimiento activo o exitoso en la vejez, con alta capacidad cognitiva, mejor salud y menor riesgo hacia la mortali- dad (Berkman et al, 1993; Eizenman, Nesselroade, Featherman & Rowe, 1997; Fernández-Ballesteros, 1998; Whitfield, Fillenbaum, Albert, Berkman, Rowe et al 2000; Seeman, Crimmis, Huang, Singer & Bucur, 2004). Sin embargo, en la muestra se encontraron personas con altos niveles educativos así como con bajos, aun cuando prevalecieron los niveles altos. Este dato distingue la importancia de continuar con la investigación con una población con características más heterogéneas, lo cual permita validar el peso predictivo de los años formales de educación. Aún así, se podría afirmar que la educación es clave para la promoción de estilos saludables; las personas continuaban educándose al estar activamente involucradas en proce- sos educativos durante la recolección de los datos del estudio. En términos generales, los resultados demuestran que la no presencia de estados depresivos, la constante actividad intelec- tual y, en algún grado, la actividad física, la satisfacción con las redes de apoyo sociales y emocionales, el contar con un funcionamiento cognitivo, que les permita adaptarse a las demandas del medio en el que se desenvuelven y la presencia de altos puntajes en escalas de autoeficacia percibida, resultan ser aspectos claves para predecir que una persona mayor de 60 años establezca estilos de vida activos en la vejez. Es importante resaltar el tema de las redes de apoyo y afirmar que los resulta- dos demuestran lo que señalaron Rowe & Khan (1997), en el sentido de que no es la cantidad, sino la calidad lo que determina la satisfacción hacia las redes de apoyo existentes. Estos mismos autores y otros Anales en Gerontología, N.° 6, 2010, ISSN: 1659-0813, 11-2926 rrollar estudios con población adulta joven, adulta en edad media y adultez mayor. Asimismo, es importante enfatizar el abordaje multidisciplinario para el estu- dio del envejecimiento, con el fin de que, en estudios posteriores, se consideren medidas antroprométricas, nutrición y se indague con mayor profundidad el funcio- namiento cognitivo a lo largo de la vida, ¿cómo ese funcionamiento es congruente con la demandas cognitivas a las que una persona se enfrenta en su entorno? y ahondar en el análisis de recursos de adaptación, como la pauta por seguir en el estudio de las nuevas explicaciones del envejecimiento y del desarrollo humano exitoso o activo. referencIas bIblIográfIcas Ackermann, A. & Oswald, W-D. (2003). Rehabilitative interventions for insti- tutionalized elderly. First outcomes of the research project Rehabilitation in Nursing-homes’. En: Revista Española de Geriatría y Gerontología. 36, 163- 169. Adamson, J., & Hunt, K., & Ebrahim, S. (2003). Socieconomic position, occupa- tional exposures and gender. 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Lo que sí se afirma en el estudio es que solo la presencia de un adecuado fun- cionamiento cognitivo y altas creencias de autoeficacia percibida podrían explicar el fenómeno de manera aislada en la mues- tra estudiada. Es importante, a manera de conclu- sión, resaltar que el estudio multivariado demostró que las variables psicosociales predicen, de mejor manera, la actividad en la vejez que las biofísicas. Es decir, al parecer, en la muestra estudiada, el tener algún tipo de padecimiento como la dia- betes o la hipertensión, no evidenció ser un impedimento para establecer estilos de vida activos, más parece depender de los recursos personales y sociales de apoyo que tenga una persona mayor, además de contar con un nivel cognitivo que le permita adaptarse a las demandas cogni- tivas que su medio le exige; en el caso del presente estudio, poder enfrentarse a pro- cesos educativos permanentes y mantener estilos de vida activos. Para efectos de validación de los resul- tados encontrados en el estudio, se conside- ra necesario continuar con la investigación aumentando la muestra, indagando con personas de distintas características socio- demográficas e, incluso, establecer diseños longitudinales que permitan establecer confirmaciones factoriales del modelo del envejecimiento activo, por ejemplo, desa- BLANCO: Predictores psicosociales del envejecimiento activo... 27 Bravo, Espinosa, Hernández-Torres, Mañanes, Monila &, Schettini (s.f.) (datos del estudio, no publicados) Envejecer activo: primeros resul- tados de ELEA. Informe Borrador. Universidad Autónoma de Madrid. España. Fernández-Ballesteros, R. (1998). Vejez con éxito o vejez competente: un reto para todos. En: Ponencias de las IV Jornadas de la AMG: Envejecimiento y prevención. AMG, Barcelona, España. Fernández, X. & Robles, A. (Coord.) (2008). I Informe estado de la situación de la personas adulta mayor en Costa Rica. 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