María Elena León Rodríguez (*) Breve historia de los conceptos de sexo y género Resumen: En el siguiente artículo se Eso de "ser mujer" ha llevado a algunas hace una recopilación y sistematización de los mujeres a muchos cuestionamientos y búsquedas conceptos de sexo y género dentro de la historia en la historia misma de las mujeres, tratando de delfeminismo.Estacompilaciónysistematización visualizar una respuesta acerca de lo que sig- de información referente a los conceptos de sexo nifica. En primera instancia, y al pensar en la y género desde la perspectiva feminista, es solo cotidianidad, cosas tan sencillas como marcar la una parte de una investigación en la cual se casilla en la que se debe indicar el sexo, sumer- pretende dilucidar la vigencia de los conceptos gen a algunas en un trance entre melancólico y de género y sexo para las reivindicaciones existencial, ¿se debería saber qué significa con feministas y los grupos LGBT. Este artículo el solo hecho de tener vagina? No obstante, la representa una primera aproximación a estas experiencia de lo femenino sigue estando envuel- temáticas con el objetivo de construir un estado ta en gruesos ropajes que no permiten disentir o de la cuestión que permita aclarar u orientar afirmar las características a las que me inscribe estas exploraciones. semejante denominación. Todo esto lleva a buscar el meollo del asunto, ¿será que la categoría de Palabras claves: Sexo. Género. Historia del género es un valor universal y es generada por feminismo. Feminismo. Feminismo lésbico. una naturaleza biológica? ¿Existe esta tal natura- leza biológica que se instaura en el sexo? El ser humano crece bajo ciertas ideas, que muy pocas Abstraet: This article reviews and veces, las pone en duda. El tema de género y el systematizes the concepts of sex and gender sexo es una de ellas. Para empezar, y para llevar within the history of feminismo This compilation a buen término esta investigación, se iniciará con and systematization of information that refers una breve historia de estos dos conceptos. to the concepts of sex and gender from the Si bien, el género es una construcción con- perspective of the feminism, is just a part of ceptual de las feministas de los años setenta, an investigation that aspires to elucidate the como veremos más adelante, este término tiene validity of the concepts of gender and sex for the sus raíces históricas que se remontan al siglo vindication of the feminist and LGBT movements XVII con el pensamiento de Francois Poulain de demands. This article represents a first critical la Barre. Este autor toma su sustento ideológico approach to these themes with the objective de la filosofía de Descartes y tiene como contexto of building a status of the issue that allows social el movimiento preciosista.' Apoyado en las answering or guiding these explorations. ideas del cartesianismo, este pensador pretendió llevar la racionalidad a las relaciones entre los Key words: Sexo Gender. History of sexos, ámbito por excelencia de la irracionalidad feminismo Feminism. Lesbian feminism y del prejuicio. De acuerdo con Poulain de la Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, LlV (138),39-47, Enero-Abril 2015/ ISSN: 0034-8252 40 MARÍA ELENA LEÓN RODRÍGUEZ Barre "[ ... ] estas· personas que han dado entrada los derechos de la mujer y de la ciudadana, escri- en su espíritu indiscriminadamente a todo lo to en 1791, en donde sostiene que la mujer nace que se presenta, ¿no es acaso una consecuencia libre y permanece igual al hombre en derechos, necesaria que, lejos de estar en lo cierto y en lo y estos derechos son inalienables tanto para el justo, estén llenas de confusión y de tinieblas que hombre como para la mujer. Algunos de los dere- les obscurecen el entendimiento y las ciegan? Y chos mencionados son la libertad, la propiedad, la como han seguido siempre su inclinación primera, seguridad y la resistencia a la opresión. sin detenerse nunca en las cosas para examinarlas En este mismo momento histórico, pero con seriedad, son necesariamente precipitadas esta vez en Inglaterra, se debatía el tema de la y temerarias en sus juicios, y que por haberse educación como instrumento de reforma social abandonado demasiado a las apariencias y deja- y la participación de las mujeres como agentes do llevar por la costumbre o por cualquier otro moralizadoras. Se critican los modales falsos torrente, han tomado las luces falsas por verdade- inculcados por la monarquía y los derechos here- ras y de este modo se han llenado de prejuicios y dados como formas de explotación y pobreza. de errores" (1993, 81). Como se puede apreciar, la Mary Wollstonecraft (1759-1797) destaca en esta argumentación de este pensador del siglo XVII se discusión y sobresale por atacar directamente la basa en el rechazo de la tradición, los argumentos sociedad cortés, porque por medio de la educa- de autoridad y por ende, del prejuicio. Y por esto, ción ha convertido a las mujeres en meros objetos defiende una educación igualitaria entre mujeres de deseo y se ha confundido la moralidad con los y hombres, pues ambos son de una misma especie modales: "l...] las mentes femeninas se encuen- y la cuestión de la diferencia/desigualdad entre tran debilitadas por un refinamiento falso; que los sexos, se ha esgrimido desde la costumbre y los libros de instrucción escritos por hombres de el prejuicio y gracias a esto, se ha pensado que talento han presentado la misma tendencia que el trato desigual corresponde a un fundamento las producciones más frívolas; y que en estricto natural y no a un prejuicio cultural. estilo mahometano, se las trata como si fueran Mientras tanto, la Ilustración y sus premisas seres subordinados y no como parte de la especie del derecho natural y la igualdad originaria de los humana" (Wollstonecraft, 1996, 100). individuos también propiciaron la reivindicación Así es como, en 1792, Mary Wollstonecraft feminista. Por ello, en Francia, Olympe de Gou- escribe la Vindicación de los derechos de la ges (1748-1793) en su texto Los derechos de la mujer (1996). En este texto, propone una ética mujer expresa: basada en la educación que posibilite a las muje- res desenvolverse como seres racionales, y en Hombre, ¿eres capaz de ser justo? [... ] Dime. igual posición que el hombre. Añade que "[Ljos ¿Quién te ha dado el soberano poder de hombres, en general, parecen emplear su razón oprimir a mi sexo? [... ] Remóntate a los para justificar los prejuicios que han asimilado de animales, consulta a los elementos, estudia un modo que les resulta difícil descubrir, en lugar los vegetales, echa finalmente una mirada de deshacerse de ellos" (1996, 116). Vemos cómo a todas las modificaciones de la materia en la historia del movimiento feminista, algunos organizada; y ríndete a la evidencia cuando y algunas pensadores/as se han preocupado e te ofrezco los medios; busca, indaga y distin- gue, si puedes, los sexos en la administración insistido en la necesidad de cuestionar lo dado de la naturaleza. Por todas partes los encon- como obvio, por cuanto resulta ser puro prejuicio. trarás unidos, por todas partes cooperan en No muchos y muchas se han dado a la tarea de conjunto armonioso para esta obra maestra examinarse a sí mismos/as. Por ello, resulta fun- inmortal. Solo el hombre se fabricó la chapu- damental la historia del movimiento feminista o za de un principio de esta excepción (citado sus primeras manifestaciones al estilo de memo- por Puleo, 1993, 154-155). rial de agravios, tal como lo sostiene la filósofa española Celia Amorós. Igualmente, podríamos señalar el texto de Por ahora y, según lo mencionado hasta esta misma dramaturga francesa Declaración de el momento, el tema de la inferioridad de las Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, LIV (138),39-47, Enero-Abril 2015 / ISSN: 0034-8252 BREVE HISTORIA DE LOS CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO 41 mujeres y su supuesto fundamento biológico (en Con estas aseveraciones, de Beauvoir inauguró un tanto fundamento ontológico), se pone en duda campo nuevo para la interpretación del problema por estas propuestas de que acabamos de hacer de la igualdad entre los sexos y enmarcó el campo mención. Tanto en Poulain de la Barre como en de la investigación feminista posterior. Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft se crea Años más tarde, una feminista estadouni- un falso discurso con el que se quiere subordinar dense nos inducía a reflexionar sobre un malestar a las mujeres. Por supuesto, que en este pensador que no tenía nombre, característico de las muje- y estas pensadoras no se utiliza el término 'géne- res de la década de los cincuenta y sesenta, este ro' como instrumento de análisis. Sino, más bien, malestar comienza con el deseo de "algo más" sus propuestas evidencian una discriminación que lavar platos, planchar, criar y cuidar niños/ según el sexo a partir de características innatas as. Betty Friedan lo llamó "la mística de la femi- justificadas por el sexo de cada individuo. nidad". Esta mística proponía que el valor más También, es significativo mencionar que la alto yel único compromiso de las mujeres es palabra 'género' fue utilizada por primera vez la realización de su propia feminidad (Friedan, por John Money, psicólogo y médico neozelan- 2009,81). Esta feminidad aludía a esa imagen de dés, en 1955. Este término hace referencia "a los lo esencialmente femenino, eso de lo que hablan modos de comportamiento, forma de expresarse y a lo que se dirigen las revistas para mujeres, la y moverse, y preferencia en los temas de conver- publicidad y los libros de autoayuda. Como bien sación y juego que caracterizaban la identidad aseveran algunas filósofas feministas, las mujeres masculina y femenina" (Puleo, 2008, 15). Los somos heterodesignadas por el hombre, que en su científicos sociales le reconocen a este autor la papel de lo absoluto, toma para sí el nombre de lo importancia que les asignó a los factores cul- humano. Las mujeres somos el espejo dañado del turales frente a las posiciones biologicistas. A "otro" y por ello, corremos el riesgo de perdemos pesar de reconocer que la identidad de género se en las imágenes distorsionadas que se han hecho produce alrededor de los dieciocho meses, como para nosotras. culminación de un proceso de componentes tanto Kate Millett, feminista radical de los años biológicos como sociales. setenta, nos recuerda la estructura de poder entre En el siglo XX, tras las luchas por el sufra- hombres y mujeres. A partir de su frase "lo per- gio femenino y tras la consecución del derecho sonal es político", nos explica cómo la opresión al voto, Simone de Beauvoir publica en 1949 El se ejerce en y a través de las relaciones más ínti- segundo sexo. Para las feministas, en este texto, mas, empezando por la relación más íntima de esta filósofa francesa se aproxima al concepto todas: la relación con mi propio cuerpo. De ahí, de género.? En esta obra se pregunta: ¿Qué es la importancia de reflexionar sobre la dimensión una mujer? y añadía, para empezar la discusión: política de nuestros cuerpos y nuestras vidas. Tal "Todo ser humano hembra, [... ] no es necesaria- como esta autora nos recuerda "el sexo es una mente una mujer, necesita participar de esa reali- categoría social impregnada de política" (1995, dad misteriosa y amenazada que es la feminidad. 68). No solo se carece de pruebas suficientes ¿Está segregada por los ovarios? ¿Se encuentra sobre el origen físico de las distinciones sociales cristalizada en el fondo de un cielo platónico? que establece actualmente el patriarcado, sino ¿Basta con una falda para hacerla descender a que resulta imposible valorar las desigualdades tierra? (1972, 9). El cuerpo, afirmaba dicha pen- existentes por hallarse saturadas de factores cul- sadora, es el instrumento de nuestra aprehensión turales. Millett nos advierte: "Sean cuales fueran del mundo, este se presenta distintamente según las diferencias sexuales reales, no las conoce- se lo aprehende de una u otra manera. Por esto, en remos hasta que ambos sexos sean tratados con el segundo tomo de este mismo libro, esta filósofa paridad" (1995,77). advertía: "no se nace mujer: llega una a serlo" Como vemos en las propuestas de Simone (1972, 13). Con ello, quería decimos que las muje- de Beauvoir, las feministas estadounidenses de res no dejamos de ser un producto artificial, el la década de los setenta encuentran vestigios de cual la civilización fabrica a partir del "cuerpo". uno de los conceptos más importantes dentro del Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, LIV (138),39-47, Enero-Abril 2015 / ISSN: 0034-8252 42 MARÍA ELENA LEÓN RODRÍOUEZ análisis feminista, nos referimos al uso del tér- a un lugar más apropiado según su naturaleza: mino 'género'. Este vocablo se convirtió en uno el espacio doméstico. Al ocupar un lugar inter- de los cimientos conceptuales con que las femi- medio entre lo natural y lo cultural en el espacio nistas construyeron sus argumentos políticos. La doméstico, las mujeres cumplen con la función de concepción de género surgió en contraposición a educar a los hijos para que sean seres culturales. sexo en el marco de una oposición binaria. Las Esta posición intermedia, de acuerdo con Ortner, feministas de la época pretendieron romper con implica una mediación que ejecuta funciones de las determinaciones biológicas implícitas en las conversión, y una ambigüedad simbólica que nociones de sexo y diferencia sexual; y para ello, demuestra cómo la cultura asigna los espacios conceptualizan el género como "conjunto de según los intereses del grupo dominante. prácticas, creencias, representaciones y prescrip- Por otra parte, la filósofa española Raquel ciones sociales que surgen entre los integrantes Osborne (1993) afirma que la dicotomía natu- de un grupo humano en función de una simboli- raleza/cultura es una de las más persistentes y zación de la diferencia anatómica entre hombres extendidas formas de analizar al ser humano y su y mujeres" (Lamas, 2000, 3). En este caso, el sexo relación con el mundo. Además, subraya la idea representaría las características anatómicas y de que no se puede utilizar un único concepto de fisiológicas que distinguen al macho de la hembra naturaleza como constante intercultural o histó- de la especie humana. rica. En las sociedades occidentales modernas se Pese a que el género se define por oposición suele identificar la naturaleza con las mujeres y al sexo, es frecuente encontrar una simple sustitu- la cultura con los hombres, lo que lleva a Osbor- ción de 'sexo' por 'género', incluso cuando se trata ne a afirmar que lo natural "es utilizado según de connotaciones biológicas. Esto tiene implica- conviene: bajo el reino de la moralidad fálica lo ciones fundamentales en la discusión feminista, no natural se convierte en normativo" (1993,71). por tanto al hablar de sexo en el plano biológico Tal como apuntó Osborne, no existe un concepto y género como producto cultural, se reproduce único de naturaleza y por ello es importante refe- la oposición naturaleza-cultura (Tubert, 2003). rirse a los distintos usos del término a lo largo de Con respecto a la oposición naturaleza-cultura, la la historia. antropóloga canadiense Sherry Ortner y la soció- Asimismo, como nos lo recuerda Scott, géne- loga española Raquel Osborne han investigado la ro es sinónimo de mujeres y cuando se habla de tendencia a analogar a la mujer con la naturaleza estudios de género se refieren a estudios de muje- y al hombre con la cultura. Para Ortner, los tér- res, esto genera consecuencias no deseadas por minos naturaleza y cultura son categorías con- algunas feministas: "género incluye a las mujeres ceptuales, y su significado depende de los valores sin nombrarlas y así parece no plantear amenazas de cada sociedad. La cultura genera y mantiene críticas" (1999, 42). Otra cuestión por debatir es un sistema de formas significativas (símbolos y la supuesta uniformidad del término. 'Género' artefactos) por medio de los cuales la humanidad debería implicar no solamente información sobre trasciende la naturaleza (1974, 72). Igualmente, las mujeres, sino también información sobre los nuestra cultura tiene como fin socializar o cul- hombres y no se está haciendo así. El estudio de turizar la naturaleza que es identificada con las las mujeres por separado perpetúa la ficción de mujeres. Esta identificación se debe a la cercanía que la experiencia de un sexo no tiene nada que de las mujeres con procesos especiales como la ver con el otro. maternidad y la menstruación, lo cual las ubica en Además de las críticas aducidas por Scott, una posición inferior con respecto a los hombres. West y Zimmerman afirman la necesidad de Esta cercanía de las mujeres con la naturale- proponer un nuevo concepto de género. Para ello za determina las funciones sociales femeninas y realizan una evaluación crítica de los conceptos genera una estructura psíquica diferente basada existentes y la incorporación de distinciones en las funciones reproductivas. Las funciones entre sexo y género. Estos investigadores ven en psicológicas de las mujeres tienden a limitar sus el género, o más bien en la formación del género, participaciones en el ámbito público y las confina la subordinación de las mujeres por los hombres. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, L1V (138),39-47, Enero-Abril 2015/ISSN: 0034-8252 42 MARÍA ELENA LEÓN RODRÍGUEZ análisis feminista, nos referimos al uso del tér- a un lugar más apropiado según su naturaleza: mino 'género'. Este vocablo se convirtió en uno el espacio doméstico. Al ocupar un lugar inter- de los cimientos conceptuales con que las femi- medio entre lo natural y lo cultural en el espacio nistas construyeron sus argumentos políticos. La doméstico, las mujeres cumplen con la función de concepción de género surgió en contraposición a educar a los hijos para que sean seres culturales. sexo en el marco de una oposición binaria. Las Esta posición intermedia, de acuerdo con Ortner, feministas de la época pretendieron romper con implica una mediación que ejecuta funciones de las determinaciones biológicas implícitas en las conversión, y una ambigüedad simbólica que nociones de sexo y diferencia sexual; y para ello, demuestra cómo la cultura asigna los espacios conceptualizan el género como "conjunto de según los intereses del grupo dominante. prácticas, creencias, representaciones y prescrip- Por otra parte, la filósofa española Raquel ciones sociales que surgen entre los integrantes Osborne (1993) afirma que la dicotomía natu- de un grupo humano en función de una simboli- raleza/cultura es una de las más persistentes y zación de la diferencia anatómica entre hombres extendidas formas de analizar al ser humano y su y mujeres" (Lamas, 2000, 3). En este caso, el sexo relación con el mundo. Además, subraya la idea representaría las características anatómicas y de que no se puede utilizar un único concepto de fisiológicas que distinguen al macho de la hembra naturaleza como constante intercultural o histó- de la especie humana. rica. En las sociedades occidentales modernas se Pese a que el género se define por oposición suele identificar la naturaleza con las mujeres y al sexo, es frecuente encontrar una simple sustitu- la cultura con los hombres, lo que lleva a Osbor- ción de 'sexo' por 'género', incluso cuando se trata ne a afirmar que lo natural "es utilizado según de connotaciones biológicas. Esto tiene implica- conviene: bajo el reino de la moralidad fálica lo ciones fundamentales en la discusión feminista, no natural se convierte en normativo" (1993, 71). por tanto al hablar de sexo en el plano biológico Tal como apuntó Osborne, no existe un concepto y género como producto cultural, se reproduce único de naturaleza y por ello es importante refe- la oposición naturaleza-cultura (Tubert, 2003). rirse a los distintos usos del término a lo largo de Con respecto a la oposición naturaleza-cultura, la la historia. antropóloga canadiense Sherry Ortner y la soció- Asimismo, como nos lo recuerda Scott, géne- loga española Raquel Osborne han investigado la ro es sinónimo de mujeres y cuando se habla de tendencia a ana lagar a la mujer con la naturaleza estudios de género se refieren a estudios de muje- y al hombre con la cultura. Para Ortner, los tér- res, esto genera consecuencias no deseadas por minos naturaleza y cultura son categorías con- algunas feministas: "género incluye a las mujeres ceptuales, y su significado depende de los valores sin nombrarlas y así parece no plantear amenazas de cada sociedad. La cultura genera y mantiene críticas" (1999, 42). Otra cuestión por debatir es un sistema de formas significativas (símbolos y la supuesta uniformidad del término. 'Género' artefactos) por medio de los cuales la humanidad debería implicar no solamente información sobre trasciende la naturaleza (1974, 72). Igualmente, las mujeres, sino también información sobre los nuestra cultura tiene como fin socializar o cul- hombres y no se está haciendo así. El estudio de turizar la naturaleza que es identificada con las las mujeres por separado perpetúa la ficción de mujeres. Esta identificación se debe a la cercanía que la experiencia de un sexo no tiene nada que de las mujeres con procesos especiales como la ver con el otro. maternidad y la menstruación, lo cual las ubica en Además de las críticas aducidas por Scott, una posición inferior con respecto a los hombres. West y Zimmerman afirman la necesidad de Esta cercanía de las mujeres con la naturale- proponer un nuevo concepto de género. Para ello za determina las funciones sociales femeninas y realizan una evaluación crítica de los conceptos genera una estructura psíquica diferente basada existentes y la incorporación de distinciones en las funciones reproductivas. Las funciones entre sexo y género. Estos investigadores ven en psicológicas de las mujeres tienden a limitar sus el género, o más bien en la formación del género, participaciones en el ámbito público y las confina la subordinación de las mujeres por los hombres. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, L1V (138),39-47, Enero-Abril 2015/ ISSN: 0034-8252 BREVE HISTORIA DE LOS CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO 43 y esto se debe principalmente a que el concep- ser humano, son definidas desde fuera por la to aceptado sobre género "ve a las mujeres y a heteronormatividad o por el sexismo que impera los hombres como categorías de ser definidas en nuestras sociedades. El sexismo opera dentro naturalmente y sin equívocos, con determinadas de los discursos a través de una ideología que inclinaciones psicológicas y de comportamiento hace posible los distintos argumentos en favor que pueden predecirse a partir de sus funciones de la discriminación de las mujeres. El sexismo reproductivas" (1999, 113). En realidad, cuando se contribuye a crear una visión distorsionada de la piensa en la palabra 'género' en la década de los realidad a través de una relación de poder entre setenta, no se pretendía sustituir el término 'sexo' los sexos, argumentando en favor de la superiori- por la categoría género; sino más bien, comple- dad masculina y la supuesta debilidad femenina. mentario (Nicholson, 2003). Para esto, el sexismo adquiere el monopolio del Siguiendo a los autores arriba mencionados, sentido e impone un orden simbólico diferente el sexo apunta a ciertos criterios biológicos esen- para cada uno de los sexos. ciales que incuestionablemente distinguen a los Es importante mencionar el estudio de hombres de las mujeres.' Cosa muy significativa, Laqueur (1994) acerca de la construcción del como bien apuntan los autores, ya que en nuestras sexo. Esto por cuanto el sexismo se complementa sociedades los genitales se suelen ocultar de la y justifica desde una única lectura del sexo y la inspección pública y no obstante, a través de las sexualidad humana, fundamentando así -desde rutinas sociales seguimos catalogando los seres este dato considerado evidente e inevitable- humanos a partir de sus sexos. una supuesta desigualdad esencial entre los dos Así, el género no es ni una característica ni sexos. Según este autor, el sexo es una construc- una variable o un rol, sino el producto de cierto ción contextual del siglo XVIII; es decir, no se tipo de prácticas sociales. De ahí que el género le puede aislar del medio discursivo socialmente se constituye a través de la interacción (West determinado. Esto conduce a la necesidad de y Zimmerman, 1999, 115) Y al interactuar, nos admitir que las diferencias sexuales no son comprometemos con una conducta. La socializa- irrefutables como se piensa y que la ciencia ha ción de los roles sexuales, con la cual aprendimos creado la diferencia de las mujeres en relación las diferenciación entre sexo y género, queda con la anatomía masculina. obsoleta por su enfoque ahistórico y despoliti- Durante miles de años, explica Laqueur, se zado. La teoría de los roles sexuales se limita a creyó que las mujeres tenían los mismos geni- analizar cómo se aprenden y se representan los tales que los hombres, solo que los femeninos roles sexuales y además, se ha encargado de la estaban en el interior del cuerpo y los masculinos construcción de la noción de género. La idea estaban al descubierto. De esta manera, la vagi- principal de este análisis descansa en la idea de na era considerada un pene interior, los labios que hacer género "significa crear las diferencias el prepucio, el útero el escroto y los ovarios los entre niños y niñas, hombres y mujeres, diferen- testículos (1994, 22). Por ende, los órganos feme- cias que no son naturales, esenciales o biológicas. ninos carecían de nombre propio. Hasta el siglo Una vez que las diferencias han sido construidas, XVIII la interpretación de la naturaleza sexual se utilizan para reforzar el género" (1999, 128). no cambió, al establecer las diferencias sexuales Al hacer género legitimamos los convenios ins- entre hombres y mujeres según distinciones bio- titucionales. En cierta forma, nos convertimos en lógicas observables. reproductores del sistema jerárquico sexista, ya Por ejemplo, la matriz se convirtió en el que como vimos, el género implica toda una red útero, "órgano cuyas fibras, nervios y vascula- de relaciones de género. rización proporcionaban explicación y justifica- Con respecto al sexo es de gran importancia ción naturalista al estatus social de las mujeres" cuestionar hasta dónde este establece conductas (1994,262). Así, las diferencias entre los cuerpos y características a las identidades de los seres masculinos y femeninos confirmaban un supues- humanos. Lo cierto es que el ser humano es cuer- to orden jerárquico universal, respaldado por po y su forma de ser o particularidades, como relaciones basadas en la diferencia, y no en la Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, L1V (138),39-47, Enero-Abril 2015 I ISSN: 0034-8252 44 MARÍA ELENA LEÓN RODRÍGUEZ igualdad o desigualdad. Es aquí donde el sexo los sexos implica el reconocimiento empírico de toma el lugar del género como categoría básica los sexos sin incitar una definición de contenido. fundacional y fija los límites entre lo social y lo Aquí la dualidad no implica una afirmación del natural. Las estructuras que se habían considera- sentido, ni una proposición de valor. Se trata do comunes a ambos sexos fueron diferenciadas de un instrumento conceptual. Por último, esta de forma que correspondieran al hombre y a la filósofa francesa propone la historicidad de la mujer cultural mente diferenciados. diferencia de los sexos, entendida como crítica Por otra parte, biólogos como Jaques Monod, de las representaciones atemporales de los sexos. citado por Tubert (2003), afirman que la naturale- Dentro de la discusión acerca de la diferencia za biológica, gestada en el curso de la filogenia, se sexual, es importante mencionar algunas posturas ha ido modificando en función de la presión selec- teóricas del pensamiento psicoanalítico. Lamas tiva de los factores culturales, especialmente por (2000) hace referencia a dos tendencias psicoa- el lenguaje. La evolución cultural influye sobre la nalíticas con respecto a la reflexión feminista. evolución física: "[ ... ] y a partir del momento que La escuela que trabaja con el género y la teoría el comportamiento dejaba de ser principalmente de las relaciones de objeto y la escuela lacania- automático para hacerse cultural, los mismos na, que utiliza la noción de diferencia sexual. rasgos culturales debían ejercer su presión sobre La escuela del género y las relaciones de objeto la evolución del genoma" (Tubert, 2003, 8). De reconocen que las personas están configuradas esta manera, la misma naturaleza humana se ha por la historia de su propia infancia, pero dejan a establecido como producto de la vida civilizada un lado el papel del deseo y del inconsciente. La que nos define como seres humanos. escuela de tendencia lacaniana recalca la función El género es de tradición anglonortearne- del lenguaje en la comunicación, interpretación y ricana, mientras que las europeas hablan de representación del género. diferencia sexual (Braidotti, 2000; Burgos, 2005; La sexualidad como una construcción polí- Fraisse, 2003). El predominio anglosajón de la tica dio origen a un feminismo lesbiano que utilización de la noción de género radica en el considera el amor entre las mujeres como un acto hecho de que la acepción generalizada en inglés político de liberación. Las reivindicaciones for- del término 'gender' es unívoca: implica una muladas por los grupos de lesbianas plantean la clasificación relativa al sexo (Lamas, 1996). cuestión como una ruptura con los prejuicios de Empero, en las lenguas romances tiene múltiples la sociedad tradicional en la cual, la heterosexua- acepciones y se utiliza para clasificar distintos lidad obligatoria (antecedente a la subordinación tipos, clases y especies de cosas iguales entre sexual, la familia nuclear y la maternidad) forma sí. Siguiendo la propuesta de Fraisse (2003), se parte de la estructura patriarcal. De acuerdo con ha simbolizado mediante el género la necesidad estos planteamientos, las lesbianas proponen el de pensar la diferencia de los sexos. La lengua separatismo sexual como la forma en que las inglesa denota con la palabra 'sexo' lo biológico mujeres pueden alcanzar un mayor control sobre y lo físico, en el francés se entiende este vocablo su cuerpo y prescindir de la función reproductora tanto en lo que se refiere a la vida sexual como al que nos impone el sistema patriarcal (Beltrán y carácter sexuado de la humanidad. Por lo tanto, Maquieira, 2001, 113). "la diferencia sexual (sexual difference) remite Se ha considerado, sin cuestionamientos, la a la realidad material de lo humano, en tanto heterosexualidad como una de las características que diferencia de los sexos (différence des sexes) más evidentes de la identidad sexual, hasta el incluye una división abstracta y conceptual de la punto de considerarla un hecho natural. Pese a especie" (2003,41). La diferencia sexual presupo- esto, autores como Fernández y Sciolli (1999) ne una diferenciación entre los sexos, proporciona señalan que tanto la homosexualidad como la una definición de la diferencia. La dualidad de heterosexualidad son el producto de la interac- los sexos se encuentra dotada de representaciones ción de factores biológicos, psicológicos, socio- múltiples pero siempre claras de lo masculino culturales y ambientales. También es significativo y lo femenino. Por el contrario, la diferencia de mencionar que las hormonas determinantes de Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, LlV (138),39-47, Enero-Abril 2015 / ISSN: 0034-8252 BREVE HISTORIA DE LOS CONCEPTOS DE SEXO Y GÉNERO 45 cada uno de los dos sexos definen características en la medida en que niegan toda posibilidad de físicas pero no la dirección de este; es decir, el hablar si no es en sus propios términos. Y esto nivel de hormonas sexuales circulantes en la imposibilita la creación de nuevas categorías de sangre de un individuo nada tiene que ver con la análisis en que se incluya a los que, de una u elección del género de su pareja sexual. Esto es otra forma, no calzamos dentro de esos discursos una postura ideológica, más no científica. heteronormativos. Lo cierto de todo esto es que la heterosexuali- El pensamiento heterosexual tiene un carác- dad es tan inexplicable como la homosexualidad. ter opresivo que tiende a universalizar su produc- La heterosexualidad no es instintiva ni innata, ción de conceptos y a formular leyes generales como los son ciertos reflejos indispensables para que valen para todas las sociedades. Y desde la supervivencia con los que nacen los humanos. este pensamiento heteronormativo, es imposible Wittig (2009) y Rich (1999) comparten esta idea visual izar o soñar, siquiera, una sociedad en al declarar que la heterosexualidad es una institu- que la heterosexualidad no ordene las relacio- ción política. En el caso de Rich, la heterosexua- nes humanas y sus producciones de conceptos. lidad es una institución política que disminuye el La sociedad heterosexual está fundada sobre la poder de las mujeres. Además, la premisa de que necesidad del otro/diferente en todos los niveles. la mayoría de las personas son heterosexuales ha El que ocupa el lugar de dominados o dominadas sido un obstáculo teórico y político para el femi- no deja de ser subordinado, porque constituir una nismo. El lesbianismo comprende tanto una rup- diferencia y controlarla es un acto de poder, es tura de un tabú como el rechazo hacia un modo un acto esencialmente normativo. Wittig aclara de vida obligatorio, es una forma de decir "no" al que no hay nada de ontológico en el concepto de patriarcado y un acto de resistencia. diferencia, solo es la forma en que los "amos" Para esta teórica estadounidense, la hetero- interpretan una situación histórica de domina- sexualidad no es una preferencia sino algo que ha ción. La diferencia tiene como función enmasca- sido impuesto, manipulado, organizado y mante- nido a la fuerza. De aquí la necesidad de cues- rar los conflictos de intereses en todos los niveles, tionar la heterosexualidad como preferencia o incluidos los ideológicos. elección. Rich habla de la existencia Lesbiana que Para esta teórica francesa, ya no pueden sugiere tanto el hecho de la presencia histórica de existir hombres y mujeres sino en tanto cate- las lesbianas como también la continua creación gorías de pensamiento y lenguaje. Deben desa- de significado de esa existencia. Asimismo, nos parecer política, económica e ideológicamente. habla del continuo Lesbiano, en este se incluye Si las lesbianas y los homosexuales continúan una gama de experiencias identificadas con muje- concibiéndose como mujeres y como hombres, res, principalmente, el erotismo femenino. Este tal como está establecido, se contribuiría al erotismo abarca todo el cuerpo como productor mantenimiento de la heterosexualidad. Y es aquí de placer y no enfoca la sexualidad en la pene- donde me parece que la teoría de Wittig cobra tración, propio de un sistema heteronormativo. Es importancia política. Tal como ella lo afirma, significativa la propuesta de un erotismo femeni- se hace necesaria una transformación de los no vislumbrado desde las mismas mujeres, pero conceptos mismos. La frase con la que concluye habría que tomar en cuenta la necesidad de des- su texto EL pensamiento heterosexual, "las les- prenderse de las heterodesignaciones patriarcales bianas no son mujeres", denota este compromiso o en palabras de Rich, "existencias sexualmente político y ético. No es una cuestión de sexo, aun- estigmatizadas" (1999,190). que para algunas teóricas hasta el sexo es filtrado Por otra parte, de acuerdo con Monique Wit- por la cultura; es una cuestión de categorías con tig (2009), los discursos que oprimen a las lesbia- las cuales se ha querido mantener el status quo. nas, mujeres, transexuales, transgénero, travestis, Tras estas categorías existen conceptos (lesbiana, bisexuales y homosexuales, dan por sentado que homosexual, mujer), por eso el concepto mujer lo fundante de las sociedades es la heterosexuali- no tiene sentido más que en los sistemas hetero- dad. Estos discursos de heterosexualidad oprimen sexuales de pensamiento. Y por eso, la lesbiana Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, LIV (138),39-47, Enero-Abril 2015 / ISSN: 0034-8252 46 MARÍA ELENA LEÓN RODRÍGUEZ no es mujer, porque no podría serio dentro de un Beltrán, Elena y Maquieira, Virginia (Eds.). (2001). sistema heteronormativo. Feminismos. Debates teóricos contemporáneos. Para concluir, y tras haber teorizado desde Madrid: Alianza Editorial. diversas posiciones feministas, la mujer no exis- Braidotti, Rosi. (2000). Sujetos nómade: corporizacion te, está en un proceso de construcción en donde y diferencia sexual en la teoría feminista más vale nos desliguemos de, parafraseando a contemporánea. Trad. Alcira Bixio. Buenos Aires: Paidós. Rich, las existencias y sexualidades estigmati- Burgos, Elvira. (2005). Conflicto de paradigmas: zadas. Necesitamos nuevas propuestas, no desde "género" y "diferencia Sexual". 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