X Congreso Internacional de la AEHE 8, 9 y 10 de Septiembre 2011 Universidad Pablo de Olavide Carmona (Sevilla) TÍTULO: “EL IMPACTO ECONÓMICO DE LA INDEPENDENCIA EN CENTROAMÉRICA, 1760-1840” SESIÓN: El impacto económico en España y Latinoamérica de las independencias de las colonias y la revolución liberal AUTOR/ES: DAVID DÍAZ ARIAS RONNY VIALES HURTADO INSTITUCIÓN ACADÉMICA: UNIVERSIDAD DE COSTA RICA 1 El impacto económico de la independencia en Centroamérica, 1760-1840 * David Díaz Arias Ronny Viales Hurtado Hacia el inicio de la segunda mitad del siglo XVIII la economía colonial centroamericana experimentó una serie de transformaciones originadas fundamentalmente por la aplicación regional de las Reformas Borbónicas. En el caso centroamericano las reformas intentaron promover los intercambios directos con la península Ibérica con el fin de desarrollar los medios de comunicación y el comercio, imponer limitaciones al poder eclesiástico, apoyar a los productores de las provincias con el fin de liberarlos del control de los comerciantes de Santiago de Guatemala, reformar la estructura administrativa para reemplazar a los “oficiales corruptos”, transformar el sistema impositivo con la intención de obtener mayores ingresos fiscales, e intensificar la defensa militar para contener las actividades comerciales y militares de los 1 ingleses en las costas centroamericanas. Ya para inicios de la década de 1750, el cambio institucional se estaba aparejando con un fuerte cambio económico. Esto no era nada extraño, porque la principal beneficiaria de las transformaciones institucionales fue la élite colonial guatemalteca que incrementó su poder gracias al control que ejerció del financiamiento de las tres principales actividades económicas del istmo hacia el final del siglo XVIII: la plata, el añil (índigo) y la ganadería. La forma en que se controlaban esos productos fue descrita hace algún tiempo por Miles Wortman: la élite mercantil guatemalteca financiaba los tres productos y utilizaba su posición para controlar sus precios. De esa forma, todos los problemas de la producción eran transmitidos fundamentalmente * Doctor en Historia por Indiana University (Estados Unidos). Profesor de la Escuela de Historia e investigador del Centro de Investigaciones Históricas de América Central, Universidad de Costa Rica. Correo electrónico: DAVID.DIAZ@ucr.ac.cr Doctor en Historia por la Universidad Autónoma de Barcelona (España). Director de la Escuela de Historia e investigador del Centro de Investigaciones Históricas de América Central, Universidad de Costa Rica. Correo electrónico: RONNY.VIALES@ucr.ac.cr 1 Miles Wortman, Government and Society in Central America, 1680-1840 (New York, Columbia University Press, 1982); Jordana Dym, From Sovereign Villages to National States: City, States, and Federation in Central America, 1759-1839 (Albuquerque, University of New Mexico Press, 2006), pp. 34-64; Jordana Dym y Christophe Belaubre (editores), Politics, Economy, and Society in Bourbon Central America, 1759-1821(Boulder, Colorado, University Press of Colorado, 2006). 2 a los productores mientras que las ganancia sí eran controladas por las elites mercantiles de Guatemala que además controlaban los puestos de poder político y, con ello, el cabildo de la 2 capital colonial. El producto que mejor dinamizó la economía centroamericana en el ocaso colonial fue el añil y con él se produjo una creciente inversión en la ganadería. El despegue de la producción de añil fue producto de su demanda en Europa. De hecho, el añil producido en el Reino de 3 Guatemala gozó de fama como el tinte de mayor calidad en el mercado internacional. De forma rápida, el volumen de exportación de este producto creció después de 1750 gracias a la demanda inglesa y al permiso concedido por la Corona para que se produjera un flujo estable de “navíos 4 registro” para enfrentar las quejas y las presiones de comerciantes del tinte. En las siguientes décadas, el comercio del tinte incrementó rápidamente. Así, de 435.962 libras de tinte que se exportaron en la década de 1710-1719 se pasó a 2.062.695 libras en el decenio de 1750 a 1759 y 5 de allí escaló la década siguiente a una exportación de 4.103.748 libras. Según José Antonio Fernández, en el periodo 1772-1780 las exportaciones centroamericanas de añil promediaron 702.261 libras por año para crecer a un promedio de 887.389 libras en el periodo 1781-1790 y a 6 921.425 libras en la década final del siglo XVIII. Asociado a este dinamismo en la producción de añil, el número de barcos comerciantes que llegaron al Reino de Guatemala aumentó considerablemente entre 1749 y 1799 y solamente comenzó a descender después de este último 7 año. El aumento en la producción de añil permitió el desarrollo de un mercado laboral y comercial local que dinamizó las relaciones económicas en Centroamérica. La demanda de trabajadores en las plantaciones de añil en El Salvador llevó incluso en 1757 a una demanda de parte de los cabildos de San Salvador, San Vicente y San Miguel para que se les asegurara una distribución equitativa de la fuerza laboral y no su concentración en “unas cuantas de las más 2 Miles Wortman, “Bourbon Reforms in Central America: 1750-1786”, The Americas, Vol. 32, No. 2 (October, 1975), pp. 222-238, especialmente pp. 222-223. 3 José Antonio Fernández Molina, Pintando el mundo de azul. El auge añilero y el mercado centroamericano, 1750- 1810 (San Salvador: Dirección de Publicaciones e Impresos, 2003), p. 49. 4 Ibid, p. 53. 5 Juan Carlos Solórzano Fonseca, “Los años finales de la dominación española (1750-1821)”, Héctor Pérez Brignoli (editor), Historia General de Centroamérica, Tomo III: De la Ilustración al Liberalismo (España: Ediciones Siruela S.A., 1993), pp. 13-71, especialmente p. 33. 6 Fernández Molina, Pintando el mundo de azul, p. 55. 7 Gustavo Palma Murga, “Agriculture, Commerse et Societé au Royaume de Guatemala, 1770-1821” (Paris: Tesis de Doctorado, École des Hautes Etudes en Sciences Sociales, 1986), p. 340; Fernández Molina, Pintando el mundo de azul, p. 54. 3 8 poderosas familias”. A su vez, la producción añilera comenzó a dominar las tierras cultivables en El Salvador desplazando el maíz y los frijoles en ciertas áreas por lo que la necesidad de comida para los trabajadores de las plantaciones añileras y los “zurrones de cuero” que se 9 necesitaban para enfardar el polvo tintóreo impulsaron la ganadería en Honduras y Nicaragua. El ganado era transportado desde Nicaragua y Honduras hasta Cerro Redondo en Escuintla en 10 donde anualmente se vendían unas 50.000 cabezas de ganado. Wortman resumió muy bien el impacto económico regional del añil y la producción minera en la Centroamérica de la segunda mitad del siglo XVIII: “El crecimiento de los mercados internos acompañó al aumento de la producción mineral y de añil. Las fuerzas laborales dedicadas a la minería y a la agricultura del añil necesitaban comida y ropa. Ahora bien, como estaban en aumento las presiones en busca de trabajadores y puesto que la tierra se dedicaba al cultivo del tinte y no al de alimentos, aumentó el comercio entre Oaxaca, Quetzaltenango, El Salvador y Honduras, por el cual se intercambiaban tintes y plata por ropa. Los dueños de minas y campos de añil compraban ganado a Costa Rica y Nicaragua, y maíz y trigo a las áreas del altiplano guatemalteco. Lo que habían sido economías bastante locales con un comercio menor entre las áreas ahora florecían espectacularmente hasta convertirse en una extensa red comercial. Se desarrolló un sistema de dependencia en muchas regiones. Las áreas de añil, plata y ganado se conectaban a través de los canales mercantiles con las regiones productoras de ropa y trigo, las cuales, atraídas por el aumento en el precio de sus 11 productos, a su vez se volvían dependientes del comercio”. La división de la producción interna regional fue todavía más diversa. En Honduras, en el área central se desarrollaron importantes minas que alentaron además a la región de Choluteca a especializarse en la producción de mulas que iban no solo para las minas sino también para Panamá, aunque esta actividad comenzó a descender después de 1750. Tegucigalpa sí siguió con la explotación minera no obstante. Hace tiempo, Troy S. Floyd calculó que durante la segunda parte del siglo XVIII las minas en Centroamérica producían unos 230.000 pesos anuales de plata, aunque una cantidad parecida transcurría también por canales no oficiales para evitar el cobro del 8 Miles L. Wortman, Gobierno y sociedad en Centroamérica, 1680-1840 (San José: Banco Centroamericano de Integración Económica, 1991), p. 155. 9 Solórzano Fonseca, “Los años finales de la dominación española (1750-1821)”, pp. 33 y 35. 10 Troy S. Floyd, “The Indigo Merchant: Promoter of Central Economic Development, 1750-1808”, The Business History Review, Vol. 39, No. 4 (Winter 1965), pp. 466-488, especialmente p. 473. 11 Wortman, Gobierno y sociedad en Centroamérica, 1680-1840, p. 155. 4 12 quinto real. En Guatemala, la región del occidente se especializó en la producción de ropa para la tierra mientras que el oriente se concentró en el desarrollo de haciendas de repastaje de ganado. En el occidente además se producía trigo y maíz y sus haciendas funcionaban como una verdadera despensa para las zonas urbanas de Guatemala. A la par de eso, en el corregimiento 13 del Valle se desarrollaron ocho ingenios azucareros. En Costa Rica, la segunda mitad del siglo XVIII vio el impulso de la producción de tabaco que pronto se comercializó hacia Nicaragua y Panamá. El establecimiento de la Real Renta de Tabaco en 1766 intentó monopolizar la producción y su comercialización. Ciertamente, el impacto de este producto será si se quiere sosegado, pero permitió una cierta acumulación de capital y especialmente permitió el desarrollo de San José. Como muestra el Gráfico 1, la época de esplendor de la exportación del tabaco costarricense ocurrió en un pequeño periodo entre 1789 y 1791. La mayoría de ese tabaco fue 14 exportado a Nicaragua. Guatemala o más bien sus élites económicas se convirtieron en el centro del beneficio de esta transformación de la economía ístmica. En trescientos años de dominio colonial, era seguramente la primera vez que florecía un comercio tan intenso con el mundo y una división de la producción y una conexión comercial tan intensa en el interior de la región. Y esa élite colonial, unida por lazos matrimoniales y comerciales logró monopolizar las rentas generadas por el despegue comercial de la segunda mitad del siglo XVIII. El lugar privilegiado de esa élite mercantil en el comercio entre el Reino de Guatemala y Cádiz (en donde desarrollaron también lazos familiares) permitió ese dominio. En concreto, la élite guatemalteca gozó del papel de intermediario regional de las mercancías que procedían de Cádiz, México y Perú y también de la colocación del añil en esos mercados. Junto a eso, los mercaderes guatemaltecos eran compradores de la serie de productos generados en la economía regional centroamericana y, por si fuera poco, eran ellos la fuente de moneda del reino. Se convirtieron así en mercaderes y banqueros de la región que dominaban tanto el comercio internacional como la economía 15 doméstica. Esa situación generó un marcado enojo de parte de los provincianos que 12 Troy S. Floyd, “Bourbon Palliatives and the Central American Mining Industry, 1765-1800”, The Americas, Vol. 18, No. 2 (October, 1961), pp. 103-125, especialmente p. 108. 13 Sobre lo apuntado para Honduras y Guatemala ver Solórzano Fonseca, “Los años finales de la dominación española (1750-1821)”, pp. 34-39. 14 Víctor Hugo Acuña Ortega, “Historia económica del tabaco en Costa Rica: época colonial”, Anuario de Estudios Centroamericanos, No. 4 (1978), pp. 279-392. 15 Troy S. Floyd, “The Guatemalan Merchants, the Government, and the Provincianos, 1750-1800”, The Hispanic American Historical Review, Vol. 41, No. 1 (February, 1961), pp. 90-110, especialmente p. 99. 5 efectivamente va a generar un interés independentista no de la Corona español como de su dependencia de Guatemala. Las quejas en ese sentido se intensificaron al final del siglo XVIII porque crecieron entonces las tensiones entre los ganaderos de las provincias de Honduras, Nicaragua y Costa Rica frente a Guatemala, por el intento de los comerciantes guatemaltecos de controlar la comercialización de ganado a través de una orden que buscaba prohibir la venta de ganado fuera de la Feria de Chalchuapa. Dichas tensiones pudieron haber alentado el separatismo 16 que se vivirá en esas provincias durante el proceso de la independencia. Cuando eso ocurría y se alzaban los movimientos que darían como resultado las independencias en Suramérica y México, la economía que se alentó en la segunda mitad del siglo XVIII en Centroamérica se desplomó. Gráfico 1: Exportación de Tabaco de Costa Rica, 1784-1821 12000 10000 80 00 60 00 Quintales 4000 2000 0 Fuente : Víctor Hugo Acuña Ortega, “Historia económica del tabaco en Costa Rica: época colonial”, Anuario de Estudios Centroamericanos, No. 4 (1978), pp. 353-354. ¿Fue la independencia política de 1821 la que produjo una transformación en esta economía que reinaba en la Centroamérica de finales del siglo XVIII? No, el cambio se había estado dando desde los últimos años del siglo XVIII. El principal efecto se va a dar en el 16 Troy S. Floyd, “The Guatemalan Merchants, the Government, and the Provincianos, 1750-1800,” en The Hispanic American Historical Review, Vol. 41, No. 1. (Feb., 1961), pp. 90-110. 6 Año 1785 1787 1789 1791 1793 1795 1797 1799 1801 1803 1805 1807 1809 1811 1813 1815 1817 1819 producto motor de esa economía, es decir, en el añil. El Gráfico 2 muestra el comportamiento de la producción de añil al final de siglo XVIII y a principios del siglo XIX. Gráfico 2: Producción-Exportación de Añil de Centroamérica, 1772-1818* 1400 000 1200000 1000 000 800 000 600000 Libras 400 000 200000 0 Fuentes: Henry Dunn, Guatimala, or, the United Provinces of Central America in 1827-8 (New York: G. & C. Carvill, Broadway, 1828), p. 212; Robert S. Smith, “Indigo Production and Trade in Colonial Guatemala”, The Hispanic American Historical Review, Vol. 39, No. 2 (May, 1959), pp. 197-198; Troy S. Floyd, “The Indigo Mercha nt: Promoter of Central Economic Development, 1750-1808”, The Business History Review, Vol. 39, No. 4 (Wint er 1965), p. 487. No hay datos para el period 1803-1807 aunque Fernández encuentra un dato para 1807 correspondiente a la Intendencia de San Salvador que llega más o menos a unas 500.000 libras. Ver: José Antonio Fernández Molina, Pintando el mundo de azul. El auge añilero y el mercado centroamericano, 1750- 1810 (San Salvador: Dirección de Publicaciones e Impresos, 2003), p. 55, Gráfico 1-5. * Algu nas de las Fuentes refieren a los datos como producción (caso de Dunn y Floyd) mientras que otras (Smith y Fernández Molina) hablan de exportación. No hay mucha diferencia entre uno y otro concepto en este caso. ¿Cómo se puede explicar ese comportamiento en la producción de añil? En parte, el impulso inicial de la producción de índigo que se registró después de 1750 perdió su fuerza al final del siglo por efecto de las limitaciones técnicas en la producción del tinte en la región centroamericana, pero también por efecto del cambio de foco de exportación de tinte por parte de Gran Bretaña a inicios del siglo XIX que aseguró su afluencia concentrando la importación del 7 Año 1773 1775 1777 1779 1781 1783 1785 1787 1789 1791 1793 1795 1797 1799 1801 1803 1805 1807 1809 1811 1813 1815 1817 añil al producido en la India. Al respecto, Fernández concluye que el “abastecimiento masivo de tinte asiático sin duda determinó el fin del auge del añil centroamericano, pero San Salvador 17 continuó produciéndolo hasta que el café lo reemplazó hacia finales del siglo XIX”. Junto a esto, las plagas y los desastres naturales también impactaron la producción de índigo. Así por ejemplo, después de 1769 y durante seis años, los productores enfrentaron una plaga de langostas y en 1773, sin haber salido del problema de las langostas, enfrentaron un terremoto que causó 18 grandes destrucciones. Otra vez, entre 1800 y 1805, una nueva plaga de langostas atacó el índigo. El otro factor que impactó la producción de añil fue la guerra. La Guerra de los Siete Años (1756-1763), la Guerra de Independencia de Estados Unidos (1779-1783) y los conflictos 19 en Europa entre 1793 y 1815 impactaron también el comercio del producto. Además, la guerra entre España y Gran Bretaña que se agudizó después de 1797 conspiró para producir una crisis del comercio entre las colonias y la metrópoli y de aumentar los lazos comerciales entre las primeras y otras naciones algo que se tratará de impulsar con fervor después de 1821. No hay duda además, de que la guerra contra Napoleón en España después de 1808 y el desarrollo de movimientos independentistas después de 1810 en Suramérica también incidieron. El Gráfico 2 da cuenta de ese impacto múltiple en el comercio de índigo. Ya en 1817 el gremio de comerciantes guatemaltecos se quejaba de esta manera de la dura situación con la exportación del añil: “Han pasado años desde que… cosechamos más de 1.100.000 libras de (añil)… pero en estos últimos años no pudimos exportarlo a ningún precio; las cosechas tampoco llegan a la mitad de lo que habían sido antes. Existen grandes cantidades, bien almacenadas, en la bodega de Cádiz, y en las de las casas comerciales de esta ciudad y de otras de la administración de rentas, sin que haya ninguna demanda para ellas… En Zacatocularioa hay cinco haciendas abandonadas que tienen 20.000 pesos en préstamos pendientes de 20 pago que le deben al Montepío”. Como queda evidente en la cita anterior, una parte de los pequeños productores (poquiteros) que enfrentaron la caída de las exportaciones perdieron sus propiedades en manos de los prestamistas. Junto a eso, para enfrentar la guerra la Corona española ordenó en 1803 a sus 17 Fernández Molina, Pintando el mundo de azul, p. 56. 18 Floyd, “The Indigo Merchant: Promoter of Central Economic Development, 1750-1808”, p. 477. 19 Wortman, Gobierno y sociedad en Centroamérica, 1680-1840, p. 156. 20 Wortman, Gobierno y sociedad en Centroamérica, 1680-1840, p. 239. 8 colonias en América pagar los préstamos a las instituciones eclesiásticas. Entre 1804 y 1808 21 Centroamérica envío alrededor de un millón de pesos a la Corona. ¿Cuál fue el efecto de la disminución del comercio del añil en la economía centroamericana de cara a la independencia? El progresivo desplome del añil después de 1800 hizo que toda la dinámica económica que se había desarrollado después de 1750 experimentara una profunda crisis. Todos los productores engarzados de alguna manera a la producción de añil, desde los ganaderos de Honduras y Nicaragua, los mineros de Tegucigalpa y los productores de telas de Guatemala experimentaron los efectos de la caída del añil. En Honduras, la ganadería dependía de los préstamos de la Iglesia por lo que los ganaderos debieron vender sus hatos para encarar sus deudas. Wortman ha indicado que el ganado de Honduras se redujo en un 40%, al 22 tiempo en que se produjo una decadencia de la minería de plata. Pero esta crisis en el centro de la producción de añil le dio cierta libertad a regiones como Costa Rica que auspiciaron el comercio ilícito con los ingleses y sus colonias en el Caribe. Así, la crisis del añil marcó el final 23 del dominio de los mercaderes de Guatemala sobre las otras regiones del reino. Ese era el paisaje económico que vio la independencia política en 1821 en Centroamérica. ¿Tuvo algún impacto sobre la economía ese evento político? Hace varios años Héctor Lindo-Fuentes señaló que el impacto de la independencia se podía visualizar en la liberalización de la actividad comercial y en el acceso a fuentes de crédito provenientes de 24 Belice. Luego, Rodrigo Quesada señaló que la inserción centroamericana en el mercado mundial tuvo tres etapas claramente definidas: la primera se denomina “inserción formal” al mercado mundial (1821-1851) y en ella el objetivo central consistió en vincularse con el mercado mundial mediante el comercio inglés; la segunda, denominada “inserción real” al mercado mundial (1851-1881), se caracterizó por la existencia de un mercado mundial segmentado, en el cual Gran Bretaña ya no era exclusiva y, finalmente, la tercera etapa se denomina “inserción imperialista” (1881-1915) y en ella el comercio de Centroamérica estuvo 25 dominado por la relación con los Estados Unidos. 21 Wortman, Gobierno y sociedad en Centroamérica, 1680-1840, p. 239. 22 Wortman, Gobierno y sociedad en Centroamérica, 1680-1840, p. 240. 23 Solórzano Fonseca, “Los años finales de la dominación española (1750-1821)”, pp. 46-48. 24 Héctor Lindo-Fuentes, “Economía y sociedad (1810-1870)”, Héctor Pérez Brignoli (editor), Historia General de Centroamérica, Tomo III: De la Ilustración al Liberalismo (España: Ediciones Siruela S.A., 1993), pp. 141-201, especialmente pp. 156-157. 25 Quesada, Rodrigo. Recuerdos del Imperio. (Heredia: EUNA, 1998): 64-65. 9 La liberalización, es cierto, se consumó con la independencia pero el proceso de decaimiento del poderío de los comerciantes de Guatemala había estado ocurriendo desde principios del siglo XIX. El asunto del crédito es fundamental porque inmediatamente después de la independencia se convirtió en un factor esencial para tratar de impulsar los dos proyectos políticos efectivos al descomponerse el dominio colonial en Centroamérica: el de la construcción de una República Federal de Centroamérica y el de erección de Estados a partir de las antiguas provincias coloniales dando origen a los cinco países históricos de América Central. La Federación Centroamérica existió desde 1824 hasta 1839 pero realmente no funcionó correctamente como estructura política y lo que generó fue una tremenda animadversión en el norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua) que produjo una violenta guerra civil entre 1826 y 1829. En términos económicos la Federación nació desfinanciada y condenada a tener más gastos que ingresos. Esto ocurrió no solo porque la Federación heredó las deudas de gobierno colonial que procedían de los juros (obligaciones del Estado) y de los préstamos tomados de las instituciones coloniales como la Casa de la Moneda de la ciudad de Guatemala sino también por la deuda generada por préstamos procedentes de los capitales eclesiásticos y las deudas internas producidas por el ejército mexicano mientras estuvo en Centroamérica hasta 1823. A esos préstamos se añadieron los hechos forzosamente por el 26 gobierno liberal que estuvo en el poder durante los años de guerra civil de 1826 a 1829. A esos problemas se unían una incapacidad de crear un eficiente sistema tributario y a la existencia de 27 una cada vez más pesada estructura hacendaria sobre los Estado miembros. El déficit generado por esta situación se trató de enfrentar por medio del empréstito interno y externo. Las formas de préstamos internos que hizo la República Federal fueron de tres tipos: la retención parcial de sueldos y pensiones, la confiscación de dinero de cajas especiales 28 (como las de las rentas de tabacos) y los préstamos forzosos con ciudadanos particulares. Lo 26 Reinhard Liehr, “La deuda interna y externa de la República Federal de Centroamérica, 1823-1839”, Estudios. Revista de Antropología, Arqueología e Historia (Guatemala), 2003, pp. 1-29, especialmente p. 12. Ver también: Robert S. Smith, “Financing the Central American Federation, 1821-1838”, The Hispanic American Historical Review, Vol. 43, No. 4 (November, 1963), pp. 483-510. 27 Rafael Obregón Loría, Costa Rica en la Independencia y en la Federación (San José: Editorial Costa Rica, 1977), pp. 147-232; Ana Maria Botey, La República Federal (1823-1842) (San José: Cátedra de Historia de las Instituciones de Costa Rica, fascículo No. 8, 1994); Andrés Townsend Escurra, Las Provincias Unidas de Centroamérica. Fundación de la República (San José: Editorial Costa Rica, 1973). Rodrigo Facio Brenes, Trayectoria y Crisis de la Federación Centroamericana (San José: Imprenta Nacional, 1949). 28 Liehr, “La deuda interna y externa de la República Federal de Centroamérica, 1823-1839”, pp. 13-14. 10 otro que hizo la Federación fue pedir un préstamo a una casa bancaria inglesa en 1824 del cual recibió la suma 322.472 pesos. La deuda interna generada por la Federación Centroamericana puede verse en el Cuadro 1. Es claro en esa tabla que el periodo de la declaración de la independencia hasta la formación de la Federación se acumuló la mayor cantidad de deuda interna que subió después de la guerra civil de 1826-1829. En el caso de la deuda externa, la Federación contactó desde 1824 a una casa prestamista inglesa para hacer un préstamo del que llegó poco dinero a la región, apenas 322.472 pesos. De ese dinero, Liehr ha identificado que 193.182 pesos se gastaron de la siguiente manera: 25.525 pesos (14.6%) en la amortización de los préstamos internos, 127.301 pesos (65.9%) en el pago de sueldos y viáticos militares así como en la compra de armas y pertrechos para el ejército federal, 25.525 pesos (13.2%) para viáticos y sueldos de diplomáticos de la Federación en el extranjero, 12.032 pesos (6.2%) de aporte a la Casa de la Moneda para la habilitación de las siembras de tabaco cerda de la villa Santa Rosa y 90 pesos (0.1%) para gastos administrativos 29 menores en relación con el préstamo. Como se puede ver en ese desglose, en el caso de la Federación Centroamericana se visualiza lo apuntado por Carlos Marichal con respecto a estos primeros préstamos hechos por las nacientes repúblicas latinoamericanas en el sentido de que esa primera deuda externa iba dirigida hacia objetivos precisos que intentaban consolidar la 30 independencia y fomentar la construcción de los nuevos Estados y sus ejércitos. El problema de la República Federal de Centroamérica es que se combinaron las dos deudas, la interna y la externa, para tratar de sacar a flote un proyecto que claramente no resistiría por mucho tiempo porque se mostraba sumamente débil desde el principio. Al final, la Federación se deshizo y la deuda externa se repartió entre los Estados que la componían. La cantidad de deuda final se fijó en 163.000 libras esterlinas u 816.500 pesos que debieron ser cancelados por los Estados soberanos de acuerdo a la manera en que lo indica el Cuadro 2. Así, la experiencia de la Federación produjo la primera deuda de los Estados centroamericanos que salieron de la independencia. 29 Liehr, “La deuda interna y externa de la República Federal de Centroamérica, 1823-1839”, pp. 21-22. 30 Carlos Marichal, Historia de la deuda externa de América Latina (Madrid: Alianza Editorial, 1988), p. 47. 11 CUADRO 1: DEUDA INTERNA DE LA FEDERACIÓN CENTROAMERICANA, 1821-1831 Año Monto de la deuda 1821 3.138.451 pesos y 3 ½ reales 1823 3.583.576 pesos y 2 ¾ reales 1829 4.347.437 pesos y 3 reales 1831 4.420.649 pesos y 5 ¾ reales. Fuente: Reinhard Liehr, “La deuda interna y externa de la República Federal de Centroamérica, 1823-1839”, Estudios. Revista de Antropología, Arqueología e Historia (Guatemala), 2003, p. 15. CUADRO 2: DIVISIÓN DEL CAPITAL DE LA DEUDA EXTERNA DE LA FEDERACIÓN CENTROAMERICANA Estado Dozavos Pesos Año del arreglo Guatemala 5/12 338.245 1856 Honduras 2/12 136.085 1867 El Salvador 2/12 136.085 1860 Nicaragua 2/12 136.085 1874 Costa Rica 1/12 70.000 1840 Total 12/12 816.500 Fuente: Reinhard Liehr, “La deuda interna y externa de la República Federal de Centroamérica, 1823-1839”, Estudios. Revista de Antropología, Arqueología e Historia (Guatemala), 2003, p. 23. El cambio político de la independencia ofreció pocas cosas nuevas para los productores en Guatemala en las primeras dos décadas de libertad política. Allí, el producto que se colocó como propulsor económico después de 1821 y hasta la década de 1860 fue la grana o cochinilla, un insecto que se utilizaba para producir otro tinte y cuya explotación se concentró en Amatitlán. La producción de grana se elevó en la década de 1830 (ver Cuadro 3) y sirvió para desarticular la relación de compra de añil a El Salvador que hacían los comerciantes guatemaltecos, puesto que los salvadoreños comenzaron a transar directamente con los compradores y los guatemaltecos se 31 concentraron en la exportación de la cochinilla. Entre 1821 y 1850 el principal mercado para la grana guatemalteca fue Gran Bretaña, teniendo su punto máximo de comercialización en el quinquenio 1841-1845 cuando el alcanzó el 67.3% de las exportaciones totales de Centroamérica 32 al Reino Unido. No obstante, en 1863, al escribir su Reseña de la Situación General de 31 Wortman, Gobierno y sociedad en Centroamérica, 1680-1840, pp. 330-331. 32 Carlos Sánchez Silva y Miguel Suárez Bosa, “Evolución de la producción y el comercio mundial de la grana cochinilla, siglos XVI-XIX”, Revista de Indias, Vol. LXVI, No. 237 (2006), pp. 473-490, especialmente p. 484. 12 Guatemala, Enrique Palacios (quien firmaba como Pío Casal) indicó que luego de 1849 comenzó a producirse una enfermedad en los insectos que impactó casi en su totalidad las cosechas de 1852 y 1853. Palacios indicó sin embargo que las pérdidas sirvieron para elevar desproporcionadamente el precio de la grana, lo cual motivó a muchos productores y especuladores a embarcarse en el impulso a nueva cosecha en 1854 que fue bien pagada, pero el impulso que eso ocasionó para una mejor cosecha en 1855, no se compensó con un buen precio 33 ese año. Aún así, como se observa en el Cuadro 4, la producción de cochinilla se mantuvo alta, aunque oscilante, todavía a finales de la década de 1850 y principios de la de 1860. CUADRO 3: PRODUCCIÓN DE GRANA EN GUATEMALA, 1830-1838 Año Cantidad (libras) Precio (pesos) 1830 70.000 140.000 1831 90.000 1832 N.A. 1833 120.000-150.000 180.000-225.000 1834 180.000 275.000 1835 600.000-700.000 Fuente: Miles L. Wortman, Gobierno y sociedad en Centroamérica, 1680-1840 (San José: Banco Centroamericano de Integración Económica, 1991), p. 331. CUADRO 4: PRODUCCIÓN DE GRANA EN GUATEMALA, 1851-1862 Año Cantidad (libras) Precio (pesos) 1851 2.041.050 1.231.780 1852 680.100 568.150 1853 325.450 312.850 1854 2.587.200 1.757.500 1855 1.210.360 986.560 1856 1.782.550 1.381.240 1857 1.470.140 1.017.270 1858 2.018.440 1.407.410 1859 1.786.670 1.222.680 1860 1.676.160 1.274.240 1861 1.539.780 788.630 1862 1.659.185 837.986 Fuente: Pío Casal, Reseña de la situación general de Guatemala, 1863 (Guatemala: Academia de Geografía e Historia de Guatemala, 1981), p. 38 33 Pío Casal, Reseña de la situación general de Guatemala, 1863 (Guatemala: Academia de Geografía e Historia de Guatemala, 1981), pp. 36-38, nota 1. 13 En el caso de El Salvador, el añil siguió teniendo el papel preponderante después de la independencia y hasta la década de 1870. Honduras y Nicaragua por su parte también continuaron enfocándose en la producción que los había motivado al final del periodo colonial: la ganadería y la minería, aunque también esas actividades se combinaban con la explotación de 34 maderas y de zarzaparrilla. Probablemente, el caso de una economía más dinámica después de la independencia sea el de Costa Rica. En ese país, los cambios sufridos por la dinámica comercial colonial, sobre todo la abolición del mercado controlado por el Imperio español, generaron un primer impacto importante: la apertura del “comercio libre” con Chile y Perú, actividad que ha sido estudiada de manera amplia y convincente por el historiador Jorge León. Según este autor: “Esto ocurrió primero en Chile, después de 1817 y en Perú después de 1821, cuando esos países lograron eliminar las restricciones que las políticas predominantemente mercantilistas de la corona española les habían impuesto. En la rapidez con que se adoptaron estas políticas de libre comercio, tuvieron mucha influencia, sin duda, los comerciantes ingleses y norteamericanos que desde alrededor de 1870 habían iniciado un comercio no legal con Chile y Perú, como resultado de la búsqueda de nuevos mercados…El entronque de Costa Rica con esa vasta red comercial se inició poco después de 1821, por medio de navíos ingleses que comenzaban a frecuentar las costas 35 centroamericanas”. Por el lado del Atlántico/Caribe, este tipo de comercio se originó en el período colonial y aumentó después de 1821, pues los comerciantes de Jamaica cambiaron el “contrabando” por el comercio legal con Costa Rica. Algunos comerciantes nacionales, entre ellos J. R. Mora, viajaron a Jamaica para consolidar vínculos comerciales. Los productos intercambiados desembarcaban en Moín; de allí se trasladaban en bote y mula a Matina, para luego ser llevados a Cartago por tierra. Una vía alternativa consistía en desembarcar en San Juan del Norte y luego, por cabotaje, llegar a Matina. Por el Pacífico, Puntarenas y Caldera tuvieron el mayor movimiento comercial, debido a los problemas de transporte hacia el Caribe. León ubica dos períodos representativos para esta coyuntura de tráfico marítimo. En el primero, comprendido entre 1822 y 1833, el tráfico marítimo procedente de El Callao y Guayaquil era mayoritario, el tráfico de Centroamérica 34 Lindo-Fuentes, “Economía y sociedad (1810-1870)”, pp. 170-171. 35 Jorge León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900 (San José: EUCR, 1997), pp. 54-55. 14 representaba el tráfico intermedio, y el flujo comercial minoritario se daba con Panamá. La cuarta parte de estas naves salían de Puntarenas con rumbo a Europa o a la costa este de los Estados Unidos; casi la tercera parte iba a puertos centroamericanos, y el resto a El Callao, Chile y Guayaquil. Ante este panorama general, es importante recalcar que “…existía un tráfico de cabotaje a los demás puertos de la República Federal. Esto se realizaba con pequeñas naves de menos de 100 toneladas, que llevaban tabaco, sebo y cueros y traían textiles de lana y algodón de Guatemala y El Salvador. En menor escala, algo similar sucedía con el tráfico de Panamá y 36 Chiriquí.” En el siguiente período, 1834-1843, el cambio fundamental residió en el inicio de la exportación cafetalera en gran escala, de allí que el incremento del tráfico marítimo con Valparaíso fue la característica determinante, en el contexto de una aparente decadencia de este tipo de comercio en la década de 1830, la cual no ha podido ser documentada debidamente. Aún así, el “…comercio con Centroamérica continuó siendo el segundo en importancia, gracias al comercio de cabotaje. Con Panamá, sin embargo, hubo reducción del tráfico, lo mismo que con 37 México, Guayaquil y El Callao”. Pero, ¿qué productos intercambiaba Costa Rica en la primera mitad del siglo XIX? En Costa Rica, después de 1821 se dio una continuidad en la composición de las exportaciones con respecto al período colonial, pues el tabaco continuó como monopolio en la época de la República Federal y, además, se exportaron cueros y sebo. Sin embargo, ya desde esta época, lo que trazó un rasgo que se mantuvo hasta finales del siglo XIX, a pesar de los éxitos comerciales 38 del café , fue la tendencia a diversificar este patrón comercial. En este sentido, León plantea que “…desde el comienzo de la vida independiente se vio la necesidad de diversificar los productos de exportación, al punto que el gobierno…ofreció premios para estimular la actividad de los comerciantes en ese sentido. Así, por ejemplo, en 1824 la Junta Gubernativa contrató con dos hacendados el suministro de carne seca, para enviarla al Perú en la nave Tritón. Ese embarque 39 fue realizado, pero, aparentemente, con poco éxito, pues no fue repetido.” 36 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p. 64. 37 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p. 65. 38 Ronny Viales, “Las bases de la política agraria liberal en Costa Rica. 1870-1930. Una invitación para el estudio comparativo de las políticas agrarias en América Latina”, Diálogos (Costa Rica). Vol. 2, No. 4 (julio-octubre 2001). En: http://historia.fcs.ucr.ac.cr/ 39 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, pp. 65-66. 15 Entre 1820 y 1830 el tabaco dominó las exportaciones (ver Cuadro 5), pero la renta se captó en la República Federal, por eso aparece en los registros oficiales de Costa Rica después de 1841, “…e inclusive [Braulio Carrillo]…había utilizado el tabaco producido en el país para pagar su proporción de la deuda federal centroamericana con Gran Bretaña, debido a que ese tabaco se entregó al vicecónsul inglés en Realejo en dos partidas anuales (en 1839 y 1840) no fue sino hasta el año siguiente cuando se comenzó a registrar como producto nacional. En todo caso, el tabaco debió alcanzar su máximo nivel de producción y exportación alrededor de 1833-34, y 40 luego esa actividad tendió a declinar”. CUADRO 5: COSTA RICA: EXPORTACIONES POR PRODUCTO, 1833-1843 (EN MILES DE PESOS) Producto 1833 1839 1841 1842 1843 Tabaco n.d. n.d. 87,6 25,9 31,5 Cueros 24,3 4,0 4,9 ----- 2,7 Palo de Brasil 120,6 0,4 0,3 n.d. ----- Madera 0,3 0,4 ----- ----- 0,5 Dulce de caña 11,8 23,4 19,8 15,3 5,1 (Chancaca) Café 9,8 31,1 115,0 132,9 201,5 Oro n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. Zarzaparrilla 9,7 0,9 0,6 n.d. ----- Concha 1,9 n.d. 0,5 ----- ----- Carey 3,6 1,0 n.d. n.d. ----- Cochinilla/añil 0,4 n.d. 3,5 n.d. 3,4 TOTAL 18.1 60.7 255.2 180.5 243.1 n.d.: No disponible el monto, pero sí se exportó. -----: No exportado. Fuente: Jorge León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900 (San José: EUCR, 1997), p. 67. 40 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p. 66. 16 Por otra parte, las contribuciones generadas por la exportación de metales preciosos y de madera de tinte (palo de brasil) no fueron despreciables, aunque se manifestaron como ciclos de corta duración. La exportación de oro y plata, cuyo seguimiento detallado es muy difícil por la falta de fuentes y la naturaleza del comercio, fue posible por la habilitación de minas en la Sierra del Aguacate desde 1821. El Estado tuvo la intención de controlar esta producción para favorecer el desarrollo de la moneda, específicamente para acuñar moneda, y cumplió este objetivo en 1829; pero “…la mayor parte del oro y la plata salía de contrabando, para pagar las importaciones. La magnitud de ese contrabando no se conoce, aunque un cónsul inglés estimaba que, a mediados de la década de 1830, alcanzaba 300.000 pesos por año. En todo caso, la exportación no registrada de oro explica, en gran medida, cómo el país lograba satisfacer sus necesidades de importaciones, con una base tan débil de exportaciones fundadas en el dulce, los cueros y el tabaco. El punto principal de salida de metales fue Matina, pues el pequeño volumen y peso de estos (300.000 pesos correspondían a unos 710 kilos, al precio del oro en 1833) los hacía fácilmente transportables a lomo de mula. Además, Matina tenía conexiones más directas con Jamaica, Nueva York y Europa, sede de los comerciantes que suministraban las 41 manufacturas importadas, quienes probablemente exigían el pago en moneda o metal de oro”. La situación de las minas se manejó sobre la base de silencios. Por ejemplo, en junio de 1844, un articulista del Mentor Costarricense señalaba lo siguiente: “El primer rayo de prosperidad que brilló para Costa-rica (sic), salió de las entrañas del Aguacate, i sin embargo apenas se conoce ahora el estado de sus labores. Después de la agricultura, la riqueza del país consiste en sus minas, porque su industria fabril es todavía mui insignificante, i su comercio reducido a la exportación de sus frutos. Sabemos que últimamente se han denunciado varias vetas auríferas en el Monte Aguacate, i que algunas minas antiguas se trabajan con buen éxito; mas en ningun documento público encontramos noticias de sus rendimientos, i bajo este concepto exitamos (sic) a los interesados i directores de tales empresas, para que se dignen suministrarnos los datos que tengan a bien con el objeto de insertarlos en nuestras 42 columnas”. El palo de Brasil -que tuvo un ciclo de exportación entre 1827 y 1835, favorecido por la demanda de tintes naturales por la producción textil europea- no permite un seguimiento 41 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p. 66. 42 Mentor Costarricense (Costa Rica) Nº 53 (8 de junio de 1844). En: Comisión de Conmemoraciones Históricas. Mentor Costarricense 1842-1846. (San José: La Comisión, 1978), p. 180. 17 detallado por problemas de fuentes, pero sí es posible vincularlo con la demanda europea; además, hacia 1827 se cobró un impuesto de 1 real por tonelada extraída, lo que indica la importancia que había adquirido este ciclo comercial para esa fecha. El año mejor documentado es 1833, pues existe constancia de la exportación de 3 000 toneladas del producto, con destino a Inglaterra o Nueva York. Nicoya poseía la mayor concentración de brasiles, pero al funcionar como un ciclo extractivo, la sobreexplotación atentó contra su sostenibilidad. Jorge León señala que esta decadencia se superó, no con tanto éxito, luego de un período de recuperación: “…en 1839, solo una nave reportó sacar palo de brasil. Los comerciantes de este producto se desplazaron al norte: primero a Nicaragua y más tarde, hacia 1848, hasta la costa de México. Aunque la demanda mundial de palo de brasil continuó aumentando (tanto así que el máximo de suministro no se alcanzó sino hasta en 1890), Costa Rica, que había agotado sus bosques de esa especie, solo pudo reanudar la producción muchas décadas después, hacia 1870-80. El palo de brasil tuvo entonces un auge breve (entre 1827-34), pero para el número reducido de comerciantes nacionales que participaron en su extracción, 43 los ingresos obtenidos con su venta fueron muy sustanciosos”. Este sector de comerciantes no ha podido ser identificado de manera detallada y será interesante determinar, en el futuro, los vínculos -las redes- existentes entre ellos y los exportadores de oro y plata. Otro producto de exportación interesante fue el dulce de caña o chancaca, que tenía como destino los mercados de Perú y Chile. La producción de Costa Rica compitió con la de El Salvador y Guatemala. Durante la década de 1830, el producto aportó entre un 10 y un 35% del total de las exportaciones, pero a inicios de la década de 1840 su importancia había caído. Jorge León plantea que este fue uno de los intentos de diversificación de las exportaciones en el 44 período precafetalero. 45 Con respecto a las importaciones las fuentes dejan muchos vacíos, que se complementan con la evasión fiscal provocada por el “contrabando”. Por lo tanto, los registros 43 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p. 68. 44 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p.68. 45 Por ejemplo, en 1890 se puede constatar la siguiente estructura de bienes importados por Costa Rica. En productos alimenticios: arroz, azúcar, cacao, ganado vacuno, harina de trigo, trigo, manteca, maíz y otros, con un valor de 1.157.000 pesos (17% de las importaciones). En licores: cerveza, vinos y otros licores, con un valor de 610.000 pesos (9% de las importaciones). En textiles, ropa hecha, sombreros y cuero: textiles y ropa, sombreros, calzado, mercería y sacos para café, con un valor de 2.230.000 pesos (30% de las importaciones). En productos de consumo perecederos: papel y artículos de papel, drogas y medicinas, y tabaco, con un valor de 405.000 pesos (6% de las importaciones). En productos de consumo duraderos: productos metálicos para construcción e industria, 18 de aduanas son poco detallados. Según León, desde “…la época colonial se importaban productos básicos de consumo como ropa, telas, licores, muebles y herramientas. En la época posterior a la independencia, el comercio de importación aumentó sensiblemente, gracias tanto a la libertad de comercio como a los crecientes ingresos de la población. Aparte el aumento en la cantidad de los artículos de consumo mencionados anteriormente, se observó también un incremento en la importación de bienes de inversión, especialmente maquinaria, los cuales 46 permitieron aumentar la capacidad productiva nacional.” De acuerdo con Clotilde Obregón: “Según un cálculo aproximado, Costa Rica, en 1847, tenía unos 100.000 habitantes. Su extensión no se conocía con exactitud, pero era mayor que la actual, pues el país no había sufrido la segunda usurpación por parte de la República de Colombia. El propio presidente…[José María] Castro le calculaba una superficie de 80.000 kilómetros cuadrados. Políticamente el país se dividía en cinco Departamentos: San José, Cartago, Heredia, Alajuela, Guanacaste y una Comarca, Puntarenas. Más tarde, la Constitución de 1848 acordó dividir el territorio de la República en provincias, éstas en cantones y los cantones en distritos…San José, la capital del país, era en ese tiempo una ciudad pequeña, casi una aldea, constituida por unas pocas manzanas y totalmente rodeada de cafetales. Ya la agricultura del café había tomado 47 auge…”. De acuerdo con Jorge León, el rápido desarrollo del comercio exterior puede catalogarse como el acontecimiento económico más relevante del siglo XIX, pues transformó una economía de subsistencia, poco ligada al comercio exterior, en una economía: dependiente de los mercados internacionales que generó divisas abundantes 48que aumentó el ingreso y la capacidad de consumo nacional madera y muebles, con un valor de 410.000 pesos (6% de las importaciones). En maquinaria, equipos y herramientas: efectos para el ferrocarril, materiales de ferretería, equipos y herramientas y maquinaria, con un valor de 861.000 pesos (13% de las importaciones). En insumos para industria y materias primas: alcohol, productos químicos y materias primas, con un valor de 184.000 pesos (3% de las importaciones). Finalmente, otros productos importados, con un valor de 758.000 pesos (12% de los 6.615.000 pesos que estuvieron marcadamente dominados por las importaciones no productivas). Para mayores detalles: León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p. 135 y siguientes. 46 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p. 70. 47 Viales, “Las bases de la política agraria liberal en Costa Rica. 1870-1930”. 48 Según Jorge León: “La demanda interna de otros productos fue creciendo, pero durante la mayor parte del siglo XIX, pudo satisfacerse sin problemas, gracias a la creciente disponibilidad de ingresos de la población (…) en las décadas de 1880 y 1890, como consecuencia de políticas fiscales imprudentes y en parte también como resultado de las inversiones en el ferrocarril al Atlántico, el país entró en un período de alza de precios sustancial. Además, se produjo una caída en el precio de la plata, a escala mundial, lo cual devaluó fuertemente el precio de la plata 19 que financió la importación de bienes (sobre todo manufacturados) que no se producían en el país con una demanda creciente de empleo, particularmente por el impulso del cultivo y la cosecha del café con un ensanchamiento de las vías de comunicación con un proceso de colonización agrícola activo, en el que también participaron 49 inmigrantes extranjeros Esta interpretación es bastante detallada, pero no coincidimos plenamente con la visión de la economía precafetalera tipificada por la subsistencia, tal y como el mismo León demuestra en sus publicaciones. Tampoco coincidimos con la imagen construida por Clotilde Obregón, para quien el “…pueblo costarricense fue desde sus orígenes muy homogéneo y las diferencias sociales nunca crearon tensiones violentas. Los miembros de la clase acomodada trataban a los 50 demás de igual a igual.” Sin duda, todos estos indicadores de crecimiento económico estuvieron acompañados por diversos problemas, tales como: 51el surgimiento de un nuevo sector social dominante la dependencia socioeconómica de los vaivenes del mercado internacional, sobre todo en 52 términos de los precios del café la no modernización de otros sectores agrarios y pecuarios nacional y elevó el precio de los bienes importados.” León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p. 306. 49 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900., p. 303. 50 Clotilde Obregón, Costa Rica: relaciones exteriores de una república en formación 1847-1849 (San José: Editorial Costa Rica, 1984), p. 25. Para una versión alternativa, cf.: Ronny Viales (editor), Pobreza e historia en Costa Rica. Determinantes estructurales y representaciones sociales del siglo XVII a 1950. (San José: EUCR, 2005). 51 En opinión de Lowell Gudmundson, con “(…) la independencia, y hasta cierto punto aún antes, la élite local comenzó a modificar la estructura económica heredada de los tiempos coloniales. Se fueron removiendo gradualmente los obstáculos a la apropiación privada de la tierra, y se dieron claros intentos para estimular la agricultura de exportación de diversas especies, sobre todo entre los que tenían riqueza e influencia política”. Lowell Gudmunson, Costa Rica antes del café. (San José: Editorial Costa Rica, 1990), p. 15. 52 Jorge León señala que los precios del café mostraron una tendencia a la alza después de 1849, mientras que los precios de los bienes manufacturados tuvieron una tendencia a la baja entre 1865 y 1897. De esta situación se desprende que “(…) las condiciones de intercambio fueron favorables para los países exportadores de café. La alta dependencia del café como principal producto de exportación de Costa Rica, a partir de la década de 1840, debe haber resultado en que los términos de intercambio para nuestro país fueran, en general, favorables. Y es probable que, por la caída de precios de las manufacturas desde 1815, esas condiciones hayan sido favorables al país durante prácticamente todo el siglo XIX”. León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, pp. 306 y 308. 20 53la baja en la producción de alimentos Aunque no se ha construido un índice de precios confiable, la evolución del tipo de cambio nos permite aproximarnos al comportamiento de los precios, sobre todo porque Costa Rica contó con una economía abierta, muy concentrada en la dinámica del comercio exterior. Así, entre 1800 y 1880 topamos con una gran estabilidad del tipo de cambio: la libra esterlina osciló entre 4,50 pesos y 5,90 pesos por unidad; pero la situación varió entre 1885, cuando el tipo de cambio subió a 7,60, y 1895, cuando el tipo de cambio subió a 12,10. Entre 1800 y 1895, por 54 efecto de las variaciones en el tipo de cambio, los precios se duplicaron. En términos monetarios, después de “…1821, mediante el uso de monedas de oro y plata como pago de productos exportados –primero el tabaco y el palo brasil, y luego más abundantemente por el café, se facilitó muchísimo el comercio. También contribuyó a aumentar la circulación de metálico en las dos primeras décadas posteriores a la independencia, la explotación de los minerales del Aguacate; aunque mucha de esa producción de oro salió inmediatamente para cubrir el déficit en la balanza comercial. En las décadas de 1820 y 1830, el bajo grado de monetización no permitió ampliar mucho la actividad comercial, pues lo escaso de 55 las exportaciones obligaba a cubrir parte importante de las importaciones en metálico.” La tensión más importante se produjo en la década de 1840, debido a que el café aún se hallaba en su etapa inicial de exportación y las demandas de bienes importados habían crecido, con lo cual los productos exportados no generaban suficientes divisas. Esta situación cambió después de 1850, pues la exportación cafetalera “…produjo un flujo de divisas constante…[y] terminó el problema apremiante de la escasez de metálico para realizar transacciones comerciales. En el espacio de ocho décadas después de la independencia, el comercio exterior 53 Según datos de Jorge León, de un nivel de autoabastecimiento de granos básicos de casi el 95% a inicios de la década de 1880, se pasó a importar cada vez mayores cantidades de grano. Hacia 1890 el autoabastecimiento de granos rondaba el 83% y hacia 1893, el 77%. Las importaciones de granos pasaron de 1.910 TM en 1878, a 1.100 TM en 1883; en 1889 se importaron 4.900 TM y 7.200 en 1893. La hipótesis de León es que el problema se centró en el estancamiento de la producción de granos (maíz, arroz y frijoles) y que dicha situación no se superó sino hasta la década de 1900, cuando disminuyó el precio del café en el mercado internacional, se desincentivó la producción cafetalera y se pudo dedicar una mayor cantidad de tierras a la producción de granos. León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, pp. 305-306 y 319. 54 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p. 306. 55 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p. 304. 21 amplió enormemente los ingresos y la demanda, con lo que se completó la monetización de la 56 economía”. Conclusión La independencia política de América Central en 1821 se produjo en un momento de cambio para la economía regional del Istmo. Impulsada por la producción de añil en El Salvador, desde la segunda mitad del siglo XVIII se impulsó una dinámica económica que motivó la aparición de una clase de comerciantes en Guatemala que se colocó en el centro intermediario de las exportaciones e importaciones entre Cádiz, México, Perú y Centroamérica. Esa clase de comerciantes fue la que más se benefició de la producción de índigo. A su vez, la concentración de El Salvador en ese tinte favoreció la ganadería en Honduras y Nicaragua y alentó la producción de telas en Guatemala. Costa Rica entró en esa economía regional de manera tímida con la exportación de tabaco a Nicaragua a finales del siglo XVIII y en las primeras décadas del siglo XIX, pero sus principales relaciones comerciales se establecieron con Panamá y, de forma ilegal, con los ingleses del Caribe. Esa dinámica económica comenzó a desacelerarse y a entrar en crisis a principios del siglo XIX. El problema estuvo en el producto motor de esa economía, es decir el añil, que tuvo que enfrentar tanto los embates de la naturaleza como los problemas bélicos en los que se embarcó España, además de la falta de una modernización en su producción y la fuerte competencia del añil producido en la India. La crisis en la economía del añil impactó directamente todas las otras actividades que se habían desarrollado alrededor de ese producto lo que hizo que hacia el final de la primera década del siglo XIX, cuando Napoleón invade España y se producen las primeras Juntas en Suramérica, la economía centroamericana experimentara 56 León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, pp. 304-305. Según León, en ese período, “(…) por la estrecha relación comercial con Chile y Perú, predominaban en el mercado nacional las monedas de oro de esos países, debido a que ambos habían tratado de desvalorar la moneda de plata (en esos países la onza de oro valía 17 pesos, mientras que en el resto de América valía cerca de 16 pesos la onza). El resultado fue que la moneda de plata comenzó a escasear en ambos países, y luego sucedió lo mismo en Costa Rica, pues los pagos comerciales se hacían en moneda de oro durante esa época. El comercio nacional se resintió con esta situación, pues al no existir suficiente moneda de plata, no era fácil realizar las múltiples transacciones pequeñas a que estaban acostumbrados los comerciantes”. León Sáenz, Evolución del comercio exterior y del transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900, p. 304. 22 uno de sus peores momentos. Así, la independencia política de 1821 encontró a Centroamérica encarando los embates de la crisis. El intento de crear una República Federal en Centroamérica tuvo efectos negativos sobre la economía regional. Lo principal a destacar es que la Federación promovió un enfrentamiento tácito en el campo de Marte de posiciones políticas distintas que produjeron una guerra civil que afectó a Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras desde 1826 hasta 1829 y de la cual la producción en esos países fue profundamente afectada. Igualmente, la Federación heredó la deuda interna que se creó al final del periodo colonial y entre 1821 y 1824 y creó una primera deuda externa a partir de ese último año que debieron pagar los Estados soberanos una vez que se deshizo el sueño unionista. Probablemente, el principal impacto económico de la emancipación política en el Istmo fue la posibilidad de comerciar con libertad. En Centroamérica eso significó el ocaso del poder de la clase comercial de Guatemala sobre los provincianos, quienes aprovecharon y establecieron sus propias relaciones con el mundo. Eso hizo que la dinámica económica regional se rompiera y que los países que nacieron de la independencia se concentraran en encontrar por sí mismos un producto que les diera un espacio en la economía mundial. Guatemala se concentró en la explotación de la grana y El Salvador insistió con el añil, mientras que Nicaragua y Honduras mantuvieron la ganadería y la minería como sus principales actividades económicas. Costa Rica en cambio, muy pronto apostó por un nuevo producto que la catapultaría al escenario económico mundial a partir de la década de 1830, pero especialmente después de la década de 1840: el café. Sin duda, la aparición del café será lo más novedoso en términos económicos en la Centroamérica post-independiente. Primero Costa Rica experimentará los beneficios económicos del producto al colocarlo con éxito en el mercado internacional y al afianzar sus lazos comerciales con Gran Bretaña, la potencia económica del momento. Hacia la década de 1850 el café ya había creado una élite productora en el Valle Central de Costa Rica que afianzará la 57 concentración de la economía del país en ese producto. Luego, ya en la década de 1870 Guatemala, El Salvador, Nicaragua y en menor medida Honduras se unirán a la producción de 57 Sobre el café en Costa Rica ver, entre otros trabajos: Carolyn Hall, - Costa Rica : Editorial Costa Rica, 1976); Mario Samper, Generations of Settlers: Rural Households and Markets on the Costa Rican Frontier, 1850-1935 (Boulder: Westview Press, 1990); Víctor Hugo Acuña e Iván Molina, Historia económica y social de Costa Rica, 1750-1950 (San José: Editorial Porvenir, 1991); Lowell Gudmundson, “Campesino, granjero, proletario: formación de clase en una economía cafetalera de pequeños propietarios, 1850-1950”, Mario Samper, William Roseberry, y Lowell Gudmundson (editores), Café, sociedad y relaciones de poder en América Latina (Heredia: Universidad Nacional, 2001), pp. 183-241. 23 58 café. Hacia finales del siglo XIX y principios del XX, el banano se unirá a esa economía, pero, como ha señalado Héctor Pérez Brignoli, los beneficios del despegue económico generado por 59 esos productos agrícolas pronto fueron limitados. Más limitado aún fue el desarrollo social producido por esa transformación económica. De hecho, lo más claro en la región desde la independencia fue la continuidad de la exclusión y la desigualdad social. 58 David McCreery, Rural Guatemala (Stanford, California: Stanford University Press, 1994); Héctor Lindo- Fuentes, La economía de El Salvador en el siglo XIX (San Salvador: CONCULTURA, 2002); Lauria Santiago, Una república agraria. Los campesinos en la economía y la política de El Salvador en el siglo XIX (San Salvador: CONCULTURA, 2003); Julie A. Charlip, Cultivating Coffee : the Farmers of Carazo, Nicaragua, 1880-1930 (Athens, OH: Ohio University Press, 2002). 59 Héctor Pérez Brignoli, “The Economics of Central America, 1860-1940”, Enrique Cárdenas, José Antonio Ocampo y Rosemary Thorp, An Economic History of Twentieth-Century Latin America, Volume 1: The Export Age: The Latin American Economics in the Late Nineteenth and Early Twentieth Centuries (England: Palgrave, 2000), pp. 85-118, especialmente p. 116. 24 View publication stats