UNIVERSIDAD DE COSTA RICA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES ESCUELA DE GEOGRAFÍA TRABAJO FINAL DE GRADUACIÓN EN MODALIDAD DE TESIS para optar por el grado de Licenciatura en Geografía EN BUSCA DEL CORAZÓN URBANO DE JACÓ: DEFINICIÓN DEL CENTRO A PARTIR DE ACTIVIDADES SOCIOECONÓMICAS Y SUS ESPACIO-TEMPORALIDADES GARABITO DE PUNTARENAS Bach. Anthony Sibaja Solís Sustentante Dra. Isabel Avendaño Flores Directora NOVIEMBRE 2015 ii La presente investigación en modalidad de Proyecto de Graduación ha sido aceptada en su presente forma por el Tribunal examinador como requisito para optar por el grado de Licenciatura en Geografía. Miembros del Tribunal examinador _____________________________________ Dra. María del Carmen Araya Jiménez Representante del Decano _____________________________________ MSc. Francisco Solano Mata Representante de la Directora de Escuela _____________________________________ Dra. Isabel Avendaño Flores Directora del Comité Asesor _____________________________________ Dr. Alberto Cortés Ramos Lector del Comité Asesor _____________________________________ MSc. Luis Durán Segura Lector del Comité Asesor _____________________________________ Anthony Sibaja Solís Sustentante iv ÍNDICE Resumen Capítulo 1: MARCO INTRODUCTORIO . 2 3 1.3. Caracterización del área 4 1.4. Planteamiento del pro 1.6 Estado de la cuest 11 1.7. Marco conceptu ... 14 1.7.1. El corazón de la ciudad: el centro ....14 1.7.2. El centro como factor de influencia en la configuración de l 18 1.7.3. El centro urbano y sus actividades econó .. 4 1.7.4. El centro urbano en la(s) imagen .. 30 1.8. Marco metodológi Capítulo 2: FISONOMÍA DEL CENTRO DE JACÓ 39 39 2.1.2. Entramado urbano y tipos d 43 2.1.3. Valor de la tierra en .....51 2.2. Sobre la fisonomía de Jacó y su valor .. 54 Capítulo 3: DOS CIUDADES, UN MISMO ESPACIO 3.1. Espacio-temporalidad de las 56 3.1.1. ¿Qué ofrece Jacó y... cuándo?..........................................................................................56 3.1.2. Sobre la oferta de una ciu ... 3.2. Centros temporales de actividad 73 Capítulo 4: LOS CENTROS IMAGINADOS DE JACÓ 5 4.1.1. Espacio-temporalidades del centro de Jacó .. 76 4.1.2. Espacio-temporalidades del centro de Jacó seg 0 4.2. El centro en la imagen de ..83 4.3. Centros imaginados ... 2 Capítulo 5: CONCLUSIONES 5.1. La cuestión del centro de 4 Bibliografía citada ... 100 Anexos ... ................106 1 RESUMEN A poco más de 100 Km. de San José, capital de Costa Rica, se ubica Jacó, una joven ciudad que resume parte de su historia en su forma física y su construcción social. Otrora un pueblo de agricultores dedicados a la siembra y cosecha de arroz, y en menor medida a la ganadería, pesca y extracción de madera, hoy Jacó ostenta el título de ciudad costera, mismo que le dio el estatus de Cabecera del cantón Garabito. El paso de una población mayoritariamente rural a una urbana, casi en su totalidad, en un lapso de 30 años, ha hecho que el crecimiento de la ciudad se haya dado en forma orgánica, expandiéndose allí, hacia donde hubiese necesidad y espacio disponible para urbanizar. Aunque los primeros estudios para establecer un Plan Regulador en Jacó se iniciaron en el año 2005, la ciudad se organizó en torno a la línea de costa mucho tiempo antes, no de forma antojadiza ni azarosa, sino siguiendo una lógica espacial que generó gran influencia en la configuración de la ciudad, un punto de concurrencia y actividad. Aquí se aborda la cuestión de la centralidad más allá de la definición de un área demarcada como tal, sino como un espacio de significaciones tanto en la forma urbana como en la vida socio-económica de la ciudad. Se presenta la línea de costa, no como el límite de Jacó, sino como el destino de la Avenida Pastor Díaz, su origen y sentido último. Destino, por cuanto las calles le persiguen; origen, ya que esta vía fue construida en pos de la playa, y porque en función de la cercanía al mar aumenta el valor de la tierra; sentido, porque la forma y disposición de la Avenida responden a la forma y disposición de la línea costera. De modo que la investigación expone cómo este eje estructurador a modo de dupla (línea costera Avenida Pastor Díaz) fungen como el centro de la ciudad construida, pero también de la actividad, ya que concentra la oferta de bienes y servicios. No obstante, así como estos responden a temporalidades de actividad, así también se ha construido una imagen sobre Jacó como dos ciudades en una: Jacó es uno por el día, y otro por las noches, con centros diferenciados. Las actividades socio-económicas del turismo y el comercio en general, diferenciadas espacio-temporalmente han contribuido en esta construcción social. Por tant alrededores de una iglesia, como sería en otras ciudades costarricenses. Visitar el centro depende de la hora en que se visite Jacó, así que puede ser la playa y/o la Avenida Pastor Díaz, o bien, bares y discotecas, íconos de la vida nocturna. 2 CAPÍTULO 1 MARCO INTRODUCTORIO 1.1. INTRODUCCIÓN ¿La Tierra o el sol? ¿Cuál astro sería el centro del universo? Aunque hoy la respuesta resulta obvia, el siglo XVI fue escenario de disputas sobre qué elemento constituía el centro. Copérnico propuso una teoría para refutar el otrora exitoso geocentrismo. Este sobresaliente hecho nos recuerda que la estructura del universo y la posición de la Tierra han sido temas de interés para todos los pueblos, marcando una constante a lo largo de la historia de la humanidad: la cuestión de la centralidad. En la Edad Media, los Orbis Terrarum, mapas impulsados por la influencia de la Iglesia Romana, definían Tierra Santa como centro del mundo; también conocidos como mapas T en O, indicaban a Jerusalén como el lugar más importante por ser la tierra escogida por Dios para iniciar la historia de la humanidad (Araújo, 2006; 34). Ya fuera a escala universal o planetaria, o a nivel regional y local, la condición de centralidad mantiene una importancia recurrente en el planeamiento de asentamientos humanos. En el siglo XVI, al tiempo que se publicaba la teoría heliocéntrica en Europa, el Nuevo Mundo se reconfiguraba bajo la dominación de los colonizadores. Es a mediados n tipo original de estructura urbana, a la vez simple y adaptable: la cuadrícula regular de planta cuadrada con plaza en e (Nicolini, 2001; 1085). Alrededor de la plaza como elemento central se agrupaba una gran variedad de actividades y las propiedades de los vecinos más destacados; en torno a estas se erigía la iglesia y otras edificaciones ligadas al poder, como el ayuntamiento. Tales infraestructuras y usos definirían los centros urbanos. Aunque esta investigación no toma como objeto de estudio una ciudad trazada en damero puesto que Jacó responde a otra época, siguiendo sobre todo la línea costera en su configuración -, debemos referirnos a esta herencia colonial, ya que ha supuesto la pauta en la noción de centralidad. La historia de las ciudades costarricenses no puede desligarse del modelo español; por tanto, en las imágenes que se construyen sobre el centro de la ciudad priman las ideas tradicionales de la cuadrícula con edificios institucionales y comerciales a su alrededor. Sin embargo, no todas las ciudades cuentan hoy con este modelo, y la diferenciación del centro ha de seguir otros parámetros. Siendo el centro un lugar prominente, espacio público por excelencia e se parte, 3 notable que funge como punto articulador siempre presente en la urbe. Esta investigación procura analizar la centralidad de Jacó bajo tales supuestos. Tres ejes principales conforman el hilo conductor: 1) el plano urbano y el valor de las tierras como elementos espaciales definitorios de centralidad; 2) las actividades socioeconómicas desarrolladas en Jacó, diferenciadas espacio- temporalmente como posibles marcadores de dos centralidades, una diurna y otra nocturna; y 3) a la luz de estas variables, perseguimos las imágenes sobre el espacio que de Jacó se han formado residentes y visitantes, para entrever los elementos que conciben como centrales en la ciudad. Un análisis multivariable dilucidará dónde está el centro o los centros de la ciudad de Jacó. El análisis parte de tres características fundamentales del centro de la ciudad, a saber: el centro como elemento de gran influencia en la configuración socioespacial de la ciudad; el centro como punto de mayor concurrencia y actividad; y el centro como síntesis de la identidad de la ciudad. 1.2. JUSTIFICACIÓN El mundo está en constante cambio; las ciudades no están excluidas de las transformaciones que se gestan actualmente. Así, las concepciones que se tienen de la ciudad, y la forma de abordar nuevos problemas de investigación deben ir acoplándose a los nuevos procesos para ofrecer formas de explicar la realidad acordes con los cambios ocurridos hoy (Nogué y Romero, 2012; 15). Debemos reconocer que la idea del centro de las ciudades se ha transformado, y ya no se les puede abordar únicamente desde una perspectiva económica. Muchos otros elementos desempeñan un papel primordial en la configuración de lo que es y lo que no es un centro. Además, nuevas centralidades aparecen en escena; en estas no necesariamente se instituye el patrón tradicional definitorio de centralidad, vinculado con el trazado español en damero. Espacios destinados a cierto uso definen centros de actividad, dibujando diferentes escenarios durante el día y la noche. No obstante, la literatura referente a lo urbano ha insistido en el vacío de la ciudad durante las noches, obviando centros urbanos que se ven fortalecidos por la actividad nocturna. Mientras se hacen esfuerzos para dotar de vida nocturna a San José, capital deshabitada discurso construido desde el poder- (Villegas y Díaz, 2009), promoviendo tours y visitas nocturnas (Chávez, 2013), existen otras realidades en las que los atractivos son variados, generando actividades económicas diferenciadas para el día y la noche. Jacó se presenta como una de las 4 alternativas al San José aparentemente inactivo en las noches, junto con todo un conglomerado de ciudades costeras de visitación histórica, y algunas de más reciente uso. Aunado a ello, Jacó posee la particularidad de no presentar un centro espacialmente definido, a pesar de que los centros de las ciudades son aglutinadores y dinamizadores de la vida urbana por excelencia. La interacción social presente en este lugar indica que sí existe un centro, pero no como se le concibe tradicionalmente. Resulta, pues, trascendental tratar el tema de la centralidad, no solo en su dimensión económica, sino social y cultural en tanto que: Para la ciudad, desde el punto de vista social, es importante no perder los espacios comunes pues estos favorecen la cohesión de la sociedad, por ello el centro debe conservar, además del valor económico, la importancia social y cultural, ya que las ciudades como lugares de producción e intercambio, como espacios geográficos de las actividades económicas, deben rescatar también su sentido histórico y cultural (Pérez, Pujol y Polèse, 2003; 36). Al tiempo que se cuestiona la estabilidad que dio origen a las ciudades, como antítesis de las sociedades nómadas de los primitivos asentamientos humanos, han surgido nuevos procesos que están impactando las ciudades actuales; procesos signados por la movilidad. Y, aunque la valorización de las ciudades sigue haciéndose a partir de la persistencia de un patrimonio histórico que otorga un valor al lugar (Hiernaux, 2012a; 271), debemos observar otros procesos, seguidos por aquellas urbes que, en apariencia, carecen de esa estabilidad monumental, específicamente la ligada al centro. Es así como esta investigación representa un esfuerzo académico para abordar el tema de las nuevas centralidades que han surgido en nuestras ciudades, relacionadas no sólo con lo tangible/construido, sino también con las construcciones sociales. Resulta esta investigación como un aporte para el fortalecimiento de la identidad que comúnmente los centros brindan a los habitantes de la ciudad, así como al lugar mismo. Por otra parte, la metodología propuesta podría ser aplicada en otros sitios para determinar centralidades a partir de las variables propuestas. 1.3. CARACTERIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO Jacó es el distrito primero y cabecera del cantón Garabito de Puntarenas. Limita al norte con el distrito Tárcoles del mismo cantón; al oeste y sur con el Océano Pacífico; al sureste con el cantón Parrita; y al este con Turrubares (figura 1). Se ubica a poco más de 100 Km. de San José, siguiendo las carreteras 27 y 34. 5 FIGURA 1. Ubicación del área de estudio A pesar de que el cantón conforma una división administrativa relativamente extensa, de unos 140 Km2, se toma como área de estudio la ciudad de Jacó, entendida esta como un conglomerado urbano debido al desarrollo inmobiliario concentrado a lo largo de la línea de costa, como algunos terrenos que actualmente carecen de construcción, considerándoles potenciales para la expansión de la urbe. Los límites del área están dados de norte a sureste por la Carretera 34, también conocida como Costanera Sur, y por la línea de costa (figura 2). Esto por cuanto allí se reúne la oferta de bienes y servicios del distrito. Hablar de Jacó es contar la historia de un pueblo que ha mostrado cambios fuertes en muy poco tiempo. Los datos de población revelan cómo en los últimos dos periodos intercensales se ha pasado de 3.144 habitantes en el año 1984, a 6.371 en el 2000; los resultados del Censo 2011, dictan 11.685 habitantes. Estas cifras evidencian que, en menos de 30 años, en Jacó se ha triplicado la población, al tiempo que, el porcentaje de población dedicada a actividades rurales se ha invertido. Ha pasado de conformar el 84% en 1984, a tan sólo un 18% en el año 2011. La figura 3 representa la transición de una población rural a una esencialmente urbana. 6 FIGURA 2. Delimitación del área de estudio. Debemos considerar que, además del crecimiento vegetativo de la población, el saldo migratorio positivo de Jacó contribuye en mucho al aumento poblacional. Según Calderón y Bonilla (2008), en el Pacífico Central se concentra el 5% de los canadienses, estadounidenses y europeos residentes en Costa Rica. De estos, el 22% habita en el cantón Garabito. Además, en el año 2000, el 16% de la población del distrito había nacido en el extranjero (INEC, 2000). El Pacífico Central reúne, en general, una baja población de nicaragüenses; sin embargo, el cantón Garabito marca una concentración principalmente en Jacó, siendo probable que la construcción y servicios ligados al turismo, convoquen a estos extranjeros (Vargas, 2003). Este incremento poblacional está acompañado por un proceso de terciarización de la economía, mismo que ha desplazado a la población rural. Para 1984 se imponían actividades del sector primario, ligadas a la agricultura y la pesca (58%). No obstante, en el año 2000 este sector perdió importancia, otorgando el primer lugar al sector servicios, con un 69% de la población ocupada, de la que un 22.6% se dedicaba al sector secundario (INEC, 2000). Este cambio en la economía es comprensible sólo si se tiene en cuenta el desarrollo inmobiliario de la zona, tras el auge de Jacó como destino turístico. 7 FIGURA 3. Distrito Jacó: distribución de la población total en los años 1984, 2000 y 2011. Fuente de datos: INEC (1984, 2000, 2011). La construcción de condominios residenciales verticales y horizontales, que van de los tres niveles, hasta torres de 25 pisos en Jacó, comprenden el 69% de los proyectos tramitados ante SETENA, dentro de la región Pacífico Central, entre los años 2005-2010 (Argos, 2010). Tanto la hotelería como el proceso mismo de construcción, se han favorecido con la mano de obra local, de inmigrantes, y de sitios aledaños. Este escenario laboral supone una dinámica de migración pendular en la zona. Todo ello se ha constituido en lo que Sánchez y Propín (2010) denominan un centroamericano. En su estudio clasifican los principales destinos turísticos de la región, destacando Jacó en el ámbito costarricense, gracias a la presencia de recursos de orden natural. Es la playa el elemento principal, mientras que los acantilados de la costa entre Herradura y Jacó completan el escenario físico (Argos, 2010; Bergoeing; 2007; 261). Además de las características físicas, parte de la identidad de una ciudad está definida por su estructura o morfología urbana. Autores como Kevin Lynch (1960) y Armando Silva (2006) defienden que la disposición de la infraestructura y la existencia misma de ciertos objetos en la ciudad, confieren al observador un sentido de familiaridad por la imagen que estos representan. Una ciudad tendrá una fuerte estructura o identidad gracias a los rasgos físicos que marcan su propia pauta. Lo urbano se construye a partir de tales rasgos, incluyendo condiciones físicas naturales y físicas construidas, además del uso social del espacio que incluye la interacción de ciudadanos con los de otros lugares, y sobre todo, con su propia ciudad. Tales supuestos teóricos resultan fundamentales, pues justifican el análisis de la estructura de la ciudad para comprender, no sólo su ubicación, sino su situación. Al respecto, es necesario indicar, de primera entrada, que la disposición física de la ciudad de Jacó está claramente estructurada por la línea de costa como eje 8 conductor. La Avenida Pastor Díaz, vía principal de la ciudad, corre paralela a esta, desprendiendo calles casi de forma perpendicular a la playa. En torno a esta Avenida se ha desarrollado todo un equipamiento urbano, turístico y residencial, siendo lineal la disposición de Jacó. El mar, y la línea de costa se han posicionado tan fuertemente en la imagen de esta Ciudad, que el desarrollo inmobiliario de Jacó es más concentrado y adquiere mayor plusvalía, cuanto más cerca se esté de la playa (Ramírez, 2006). Lo denso de las construcciones a lo largo de la Avenida y en las márgenes de las calles que conducen a la playa, contrasta con los espacios que permanecen sin construcciones en el norte de la ciudad; testigos de un pasado con distintas actividades económicas a las actuales, hoy son propiedades de hacendados que gozan de la especulación propia de sitios turísticos. Esta estructura urbana permanece incólume, ante una silenciosa víctima: el centro de Jacó. Si bien una línea tiene un punto medio, y en el espacio euclidiano los polígonos presentan un centroide (parámetros desde los que podríamos tangible, a pesar de ser la cabecera del Cantón. La importancia de la costa en Jacó no solo está dada por aspectos de estructura del plano urbano. Existe una dimensión profunda, llena de significados otorgados al mar y actividades relacionadas con él como elemento característico. A pesar de que otros asentamientos vecinos tienen en común un desarrollo cercano a la costa, Jacó se destaca por una fuerte actividad turística relacionada con el surf, y por consiguiente con el mar; imagen que la Municipalidad refuerza en su publicidad por medio de la página web para atraer visitantes. Esta publicidad se refiere claramente a la imagen representativa del mar. Por ejemplo, en 2012 la Municipalidad de Garabito desarrolló baners publicitarios, utilizando esta imagen, según podemos ver en la figura 4. S imágenes alusivas al mar, la belleza escénica y actividades culturales. También se evidencia que aquellos espacios en torno a la Avenida Pastor Díaz y otros apartados de la línea costera, no son representados; el parque, por ejemplo toma importancia, entre estas imágenes, cuando está ligado al Festival de Arte, actividad realizada una vez al año, y concurrida especialmente en la noche, cuando se presentan conciertos de diferentes artistas. Durante los demás días del año, parece ser que el parque no es un punto importante de representación, al menos para el poder local. 9 FIGURA 4. Banners publicitarios empleados por la Municipalidad de Garabito. Fuente: Tal importancia cobran las actividades nocturnas en el sitio de estudio, que se puede notar un imaginario ligado a Jacó. El 22 de mayo de 2014 un artículo La Nación, cita: la tarde, los últimos rayos del Sol dibujan un fascinante celaje para los vecinos y 10 visitantes de Jacó, en Garabito de Puntarenas. La escena fue captada el domingo pasado, a las 6:20 p.m., cuando la luz natural cedía protagonismo a la luz artificial y el paisaje abría nuevas alternativ ). Por lo anterior, se puede acotar que, a diferencia de la imagen predominante sobre Tárcoles como pueblo de pescadores, Jacó se distingue como una ciudad atractiva para turistas nacionales y extranjeros que destaca por la práctica del surf y la oferta de actividad nocturna. Además, se entrevé una fuerte influencia de la línea de costa, la cual marca la frontera con el mar, no solo estructuralmente, sino en la imagen de la ciudad. Otros lugares quedan entonces en un segundo plano en cuanto a representación de lo que es Jacó. Es notable que lo simbólico sea un indicio de la centralidad en esta ciudad. 1.4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA A diferencia de las ciudades que cuentan con un centro claramente definido, Jacó presenta un desarrollo lineal sin un centro aparente en su morfología urbana. Actividades que tradicionalmente se encuentran dispersas y desarticuladas. Siendo el centro un elemento sumamente dinámico en la ciudad, móvil en tiempo y espacio, esta investigación genera la pregunta guía ¿cuál es el centro en Jacó? A partir de esta pregunta básica, surgen otras como: ¿las actividades diurnas y nocturnas marcan centros espacio-temporales en esta ciudad?, y ¿qué tienen que decir al respecto los residentes y visitantes de Jacó? 1.5. OBJETIVOS 1.5.1. OBJETIVO GENERAL Analizar la conformación espacio-temporal del centro en la ciudad de Jacó. 1.5.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS a. Analizar la influencia del plano urbano y el valor de la tierra como elementos centrales en la organización de la ciudad de Jacó. b. Caracterizar espacio-temporalmente las actividades socioeconómicas que ofrece Jacó, como indicadoras de concurrencia y actividad en la ciudad. c. Estudiar las imágenes que residentes y visitantes tienen del centro de Jacó, en sus dimensiones espacial y temporal. 11 1.6. ESTADO DE LA CUESTIÓN Dado el desarrollo urbano experimentado en Jacó, el área de estudio cuenta con gran cantidad de investigaciones referentes al turismo y en menor medida las problemáticas ambientales y sociales que ha afrontado la población. El tema de contaminación por mal manejo de aguas servidas es común en la prensa nacional, máxime cuando se trata de denuncias por la abundancia de coliformes fecales (Cantero, 2008); sin embargo, según Arroyo (2008), esto no ha alejado a los turistas. El Tribunal Ambiental fijó el daño ambiental causado por la construcción no planificada de inmuebles en Jacó, en $ 3, 453, 702 en el año 2008 (Camacho, 2008). En cuanto al desarrollo turístico e inmobiliario, estudios generales que tienen como área de estudio el Pacífico Central, se refieren a cuestiones específicas sobre Jacó. Chen y García (2007) explican que este sitio ha apostado por un la vez anula las identidades locales, y agregan entre las desventajas la modificación al medio natural. Encuentran entre las causas del desarrollo, el traslado del muelle que había en Puntarenas, a Puerto Caldera en las décadas de 1970 y 1980. Jacó y Manuel Antonio para entonces proliferaban como destinos turísticos para nacionales, con la salvedad de que Jacó siempre contó con más facilidades por la oferta de servicios y su cercanía a la Meseta Central. Cuentan entre las actividades ofrecidas el surfeo, buceo, kayak y el canopy, todas relacionadas con el turismo de playa. Otros (Alvarado, Rodríguez y Villalobos 2011) analizan comparativamente las ventajas y desventajas del turismo en aspectos socio-económicos. Algunas publicaciones aluden al mar como atractivo turístico, destacando la de Sánchez y Propín (2010), y, ya en 1993 Gilbert Vargas, tras una regionalización del turismo en Costa Rica, menciona a Jacó como parte de los sitios más visitados del Pacífico medio, por lo hermoso de su playa, y con una de las mejores infraestructuras de la región. Inclusive, Jacó se tuvo como una opción para abrir un aeropuerto, además de Orotina y Chomes, para desconcentrar la actividad del Juan Santamaría. Además, está medianamente documentado que a partir de la apertura internacional, y el desarrollo de comerciales, bares y restaurantes, Jacó es conocido por su ambiente nocturno. Alvarado et. al (2011) adjuntan al surf y el canopy, la visitación nocturna como un atractivo importante. El análisis realizado por Jacobo Schifter (2007) en Viejos verdes en el paraíso: turismo sexual en Costa Rica, resume el auge de la prostitución en Jacó y San José, definiendo un mapeo de la oferta sexual, ligada especialmente a la nocturnidad. 12 Aquellos estudios que se refieren a un diagnóstico sociocultural de Jacó, son los menos. Abarca (2012), analiza la percepción que los comerciantes tienen respecto a los asuntos públicos en Jacó, revelando empíricamente las nociones de inseguridad por robos y asaltos, y problemáticas sociales como la prostitución y la drogadicción. Comenta que la vigilancia y el patrullaje durante las noches generan un ambiente positivo en el lugar. Por lo demás, la tendencia en los estudios de corte social en Jacó, está dada por valoraciones del precio y tenencia de la tierra. Un conjunto de investigaciones bajo el título El impacto del desarrollo asociado al turismo en la costa del Pacífico de Costa Rica, analiza los alcances y desventajas de la actividad en el área, dando importancia a los procesos en Garabito. La prensa escrita abunda en artículos sobre la creciente industria de la construcción. Una reciente crisis se tomó como a la acelerada construcción hotelera (Morales, 2012), pero, sin importar, algunos mantuvieron las obras (Castillo, 2012). Esto se refiere al área de estudio. En cuanto a las temáticas a tratar consideramos las de centralidades y la inclusión de la variable temporal en el análisis espacial de la ciudad. La cuestión del centro ha sido uno de los temas tradicionales en la investigación geográfica, sobre todo desde la geografía económica. Ya fuera bajo el nombre de Zona núcleo o CBD (Distrito Central de Negocios), los centros eran definidos por el valor de los terrenos y las actividades económicas exclusivas de los centros agrícolas y, posteriormente los urbanos. Así, la centralidad fue de interés para la geografía alemana con Von Thünen y Christaller, y la norteamericana con Burgess y Hoyt (Buzai, 2003). En el caso costarricense sobresale el esfuerzo de Carolyn Hall al aplicar la teoría del lugar central para proponer una jerarquía urbana a escala nacional, diferenciando desde centros primarios hasta centros de quinto rango (1974). Posteriormente, Greñas (1984) analiza los centros urbanos de San Isidro de Heredia y Guápiles desde las funciones centrales, dando importancia al plano urbano, servicios y datos demográficos. Sin embargo, en cuanto a la variable tiempo, es necesario referirse a uno de los pocos esfuerzos por identificar centros de actividad según la temporalidad; nos referimos al aporte de Torsten Hägerstrand (1970). Este geógrafo sueco demostró cómo el comportamiento social en el tiempo y el espacio varía según las características de la población: edad, género, ocupación, cultura, nivel de instrucción y poder adquisitivo. Construyendo prismas espacio-temporales logró establecer centros de actividad por grupos definidos. 13 Por lo demás, a nivel internacional la investigación urbana se ha concentrado sobre todo en la actividad diurna de la ciudad. De modo que existen grandes interrogantes que sólo se podrán responder al estudiarla desde una perspectiva espacio-temporal. Andrés Castañeda (2011; 1) comenta ¿Qué pasa en nuestras ciudades cuando llega la noche? ¿Quiénes la habitan? ¿Qué imaginarios y prácticas sociales circulan sobre ella? Es curioso que la enorme mayoría de las investigaciones sobre la ciudad nos la muestren sólo hasta cuando se oculta el sol. Al salir la luna, los libros se cierran y parece dormir . Entre los pocos estudios dedicados a la ciudad de noche, encontramos los de Margulis (1997) sobre Buenos Aires, Melgar (1999) en Ciudad de México, y Castañeda (2010) sobre Cali. El primero de ellos considera la actividad nocturna de los jóvenes, y cómo dan vida a la ciudad los fines de semana, descentralizando las actividades urbanas, según el autor. Por otra parte, Ricardo Melgar estudia la noche como espacio cultural juvenil, reseñando tres representaciones simbólicas sobre la ciudad de México; mientras que Castañeda introduce la extensión de la vida urbana gracias al alumbrado público, analizando la dualidad día/noche desde una perspectiva histórica. Finalmente, para Costa Rica lo elaborado a partir de imaginarios e imagen del lugar, ha estado íntimamente ligado por una parte a la arquitectura y diseño urbano, y por otra, a la antropología urbana. Así, Solano (2008) estudia el imaginario urbano de Barrio Luján, adentrándose en la ciudad que se construye en la mente de quienes la habitan, esto es, una ciudad imaginaria. El propósito es encontrar patrones espaciales para considerarlos en el diseño y planeamiento ciudad por color, olor y textura, según la percepción del ciudadano. Bajo una orientación teórico-metodológica más próxima a K. Lynch, respecto a imagen/legibilidad de la ciudad, se encuentran dos trabajos que tratan la interrelación entre lo físico-construido y lo simbólico: Martínez (2001) en la ciudad de San José, y Castillo (2005) en la carretera principal de Sabanilla. Aquí, la imagen resulta de una construcción mental que se valora desde lo construido y el uso social del espacio. Solano (2012) intenta estudiar la imagen que los turistas nacionales se han formado de Puntarenas como destino. Indaga en los gustos y preferencias de servicios que se desean encontrar allí. Para ello recurre a las encuestas, preguntando sobre factores decisivos en la elección del lugar a visitar, la variedad de actividades deseada, el ambiente y la seguridad. Solano construye la imagen que se tiene de la ciudad a partir de la percepción. 14 No obstante, el aporte de María Del Carmen Araya (2006), si bien es la única aproximación más cercana desde la antropología, resulta sumamente valiosa. Parte de los medios de comunicación para indagar en los imaginarios que políticos, urbanistas, habitantes de la ciudad de San José, periodistas y agencias publicitarias han construido, definiendo formas de imaginar la capital. En su aporte, las imágenes conforman al menos seis imaginarios diferentes. 1.7. MARCO CONCEPTUAL 1.7.1. EL CORAZÓN DE LA CIUDAD: EL CENTRO URBANO Para la Real Academia Española (2001), referirse al o calles más concurridos de una población o en los cuales hay más actividad Concurrencia y actividad resultan ser características del centro. Siguiendo la definición del Diccionario, el concepto de centro implica presencia y flujo de gentes, mercancías e información. Pero esta conjunción de elementos no se da en forma dispersa ni azarosa, sino que el centro está precisamente en la confluencia. La misma Institución admite por centro el centro está donde la fuerza de las actividades resulta tan atrayente, que las personas se ven impelidas a encontrarse en él. No en vano, cuando a un He ahí un cuarto rasgo del centro: es influyente. Por tanto, podemos decir que las actividades desarrolladas en el centro repercuten no sólo en él, sino en zonas aledañas. Completando el panorama que nos ofrece el término en sí mismo, hay que destacar una quinta característica: lo central implica la esencia, el fundamento y la base (RAE, 2001). Inicialmente podemos entrever que el centro tiene tres dimensiones; una fuertemente espacial, en la que se desarrollan ciertas actividades; una ligada al poder, de forma que lo que está en el centro ejerce su acción sobre un campo de influencia; y una relacionada con la identidad, referida a la esencia de un lugar. Ahora bien, esto es lo que nos dice el concepto ¿qué aportan los teóricos de la ciudad? Una de las visiones más tradicionales sobre el centro de la ciudad, refiere a éste en su dimensión material. Para Manuel Castells, hablar de ciudad es hablar de la proyección de la sociedad en el espacio, entendiendo el espacio como un hombres, los cuales contraen determinadas relaciones sociales, que dan al espacio una forma, una función y una significación social (Castells, 1974; 141). 15 Así, el espacio urbano no está configurado azarosamente, sino que está estructurado y organizado, mostrando especificidades de una sociedad y un período determinados. En esta configuración contextualizada socio-económicamente llamada «ciudad», heterogeneidad étnica y social; base económica industrial-comercial; propiedad privada; comercio; organizaciones económicas especializadas funcionalmente y (Castells, 1974; 150). Nótese cómo este autor resalta el centro urbano como un elemento fundamental de toda ciudad, relacionándolo con una alta plusvalía. Siempre considerando a la ciudad como un sistema, Castells define unidades ecológicas e introduce el principio de la función central de la ciudad destacando la centralidad como uno de los principales procesos dados en la ciudad. Entre los factores que definen centralidad, menciona: - La concentración, entendida como el aumento de la densidad de población en un espacio y momento determinados. - La centralización, especialización funcional de una actividad o red de actividades sobre un mismo espacio. - La descentralización: corolario de la centralización, responsable de procesos de movilidad en la estructura urbana. 1.7.1.1. FUNCIÓN SOCIAL DEL CENTRO: LUGAR DE CONCURRENCIA Y ACTIVIDAD Otras posiciones se refieren más que a la parte física del centro, a las características sociales, económicas, históricas e identitarias que le conciernen. Por ejemplo, para Pérez, Pujol y Polèse (2003; 25) la centralidad es la cualidad del centro de una ciudad: La centralidad significa en términos físicos el lugar donde las personas que frecuentan el centro realizan en un solo desplazamiento la mayor parte de sus actividades, aquellas que implican compras hasta las recreativas con un esfuerzo mínimo de desplazamiento (...) de tal modo que un solo viaje pueda ser útil para realizar varias actividades, como son las compras, la realización de trámites, de actividades particulares, el ocio, entre otros, por lo que las empresas o establecimientos de diversas actividades compiten por localizarse en un lugar central. Por tanto, el centro es el punto máximo que facilita las interacciones. Estos autores advierten que se están refiriendo a la dimensión física del centro de un lugar. Centro es sinónimo de accesibilidad localizada para una diversidad de actividades económicas y sociales, así como trámites y ocio. Siendo 16 necesidades del ser humano, el centro suele ser frecuentado, contribuyendo al encuentro con los otros. Por tanto, podemos decir que los espacios que favorecen la interacción social en la ciudad, son marcadores de centralidad. Notamos en ello la cualidad de concurrencia y actividad intensa del centro. funcional que espacial y se refiere a un proceso, no a una ubicación física, la cual implica la presencia de diversos atributos (...) en una o varias zonas de la Debemos hacer hincapié en que el centro no necesariamente implica una única ubicación fija. Ahora bien, debemos recordar que las ciudades, y especialmente los centros, son para la gente. Son lugares de convivencia social, además de centros económicos. Los centros de las ciudades deben tener espacios para caminar, para convivir, para convocar a la reunión social, para promover el intercambio que está en la base de toda interacción (Pérez, Pujol y Polèse, 2003; 32). Estamos aquí ante la vocación social y aglutinadora de los centros. No obstante la dimensión social del centro, es común que se le refiera casi exclusivamente por su valor económico. Es indiscutible que la competencia y las economías de aglomeración y de escala están fuertemente ancladas a los centros. n algunas de las ciudades americanas, los centros tienden a ser exclusivamente centros de actividad económica, es decir, centros en los cuales el empleo generado por las empresas ahí establecidas los hace muy activos en el día y por las tardes y fines de semana se muestran vacíos al carecer de población asentada en esos lugares, tanto de habitantes como de paseantes (Pérez, Pujol y Polèse, 2003; 24). Por tal razón, los urbanistas y teóricos de la ciudad frecuentemente resienten el abandono de los centros durante los horarios no laborales. Ya que las actividades económicas, los trámites gubernamentales, las instituciones públicas y empresas privadas ofrecen predominantemente un horario diurno, suele imaginarse a los centros urbanos como vacíos durante las noches y dinámicos únicamente durante el día. De ser así, la interacción social del centro estaría supeditada exclusivamente a la actividad económica e institucional. Es por ello que se han alzado voces que reivindican el rescate de los centros, sí por el rol económico que desempeñan en la vida de la ciudad, su carácter social y conservando el linaje histórico del lugar como origen de la ciudad o en algunos casos como el punto donde la ciudad emerge como núcleo definitorio de la identidad social (...) como centro de empleo, de encuentros y de convocatoria social, con el objetivo de evitar convertirse en «ciudades 17 1.7.1.2. CARÁCTER SIMBÓLICO DEL CENTRO: LUGAR DE IDENTIFICACIÓN SOCIAL Respecto al valor social y sus componentes histórico e identitario, la importancia del centro está relacionada con la esencia de la ciudad misma. Su existencia razón de revitalizar la vivienda social, así como la razón histórico-cultural, que Pujol y Polèse, 2003; 35). Es decir, al tiempo que se estudie el centro de la ciudad como punto estratégico en la economía, se debe considerar como eje fundamental en la identificación de lo que es y lo que representa la ciudad. Cuando se olvida el componente social e identitario de un centro, se corre el riesgo de que su funcionalidad movilizadora de gentes decaiga. El resultado 2003; 38). Por tanto, es necesario que las personas y las autoridades dediquen mayor atención al centro, puesto que no se conservará su vitalidad económica, social e histórico-cultural si se considera únicamente lo económico. El centro urbano es factor de identificación de la ciudad y de lo social. En este proyecto se parte de la concepción de «centro» como un elemento urbano integrador, básico en la identificación social de la ciudad función integradora es una de las claves para recuperar una nueva centralidad urbana más humana que para nada implica una posición romántica, sino un cambio de fondo, que pueda ir reconvirtiendo la extrema violencia, intolerancia, ceguera y sordera ante e Además, se defiende aquí que función social y la vitalidad económica del centro de la ciudad son clave y están en la raíz misma del valor simbólico de la ciudad 33). Es decir, se considera que las áreas centrales asumen el papel simbólico de identificación social y cultural de la ciudad. Partiendo de tales supuestos, explicitamos las variables consideradas para analizar la centralidad. Al tener una dimensión física-tangible, se estudia el centro como parte de la morfología y estructura urbanas, así como el valor de la tierra urbana, elementos con fuerte influencia económica y de poder en la configuración de la ciudad. Por otra parte se da un peso importante a la dimensión socio-económica del centro, haciendo referencia a las temporalidades de la ciudad, resolviendo así el problema del «vaciamiento» de actividad en las ciudades durante la noche; esta segunda variable se refiere al centro como lugar de concurrencia y de gran actividad. Finalmente se exponen las bases teóricas para entender el centro urbano como elemento básico en la identificación de la ciudad, hito en la formación de identidad de sus habitantes y visitantes. 18 1.7.2. EL CENTRO COMO FACTOR DE INFLUENCIA EN LA CONFIGURACIÓN DE LA CIUDAD Ya que en la creación del plano físico de las ciudades latinoamericanas influyó fuertemente el trazado europeo, resulta necesario hacer una breve referencia a la morfología urbana. El trazado en damero, muy común en los centros urbanos costarricenses y en otros contextos de la región, ha sido básico en la definición del centro, constituyéndose este en una imagen tradicional de centralidad. Un estudio de morfología resaltaría los elementos influyentes en la configuración del plano urbano, donde un trazado damero no es determinante. 1.7.2.1. EL CENTRO EN LA MORFOLOGÍA URBANA En cuanto a la parte visible de la ciudad, es necesario referirnos a la morfología urbana. Según Zárate (1991; 73) el lenguaje espacial a través del cual se manifiesta el contenido, ya que refleja estilos de vida, modelos y condiciones de organización socioeconómica que se han sucedido a través del tiempo... los elementos que integran la morfología urbana son la firma del poder que busca la admiración, el temor o el respeto de los administrados . La estructura física de la ciudad es el resultado de una sucesión de hechos históricos que devienen en lo que hoy apreciamos. Sin embargo, tras la carga social, económica e histórica de la estructura urbana, se tienen bases incuestionables, las cuales contextualizaron el origen y desarrollo de la ciudad. Nos referimos al emplazamiento y la situación, los cuales constituyen factores explicativos del plano urbano. Entendemos emplazamiento co la ciudad se asienta; es el conjunto de hechos físicos (geología, relieve, clima, hidrología, suelos y vegetación) que constituyen el marco y soporte de la ciudad. Condicionan, en buena medida, el paisaje y e (Zárate, 1991; 74). El asentamiento primigenio dirigirá la expansión de la ciudad. Este podrá impedir muchas veces su crecimiento en unas direcciones y permitirlo sólo en otras (Zárate, 1991; 76); de forma que el emplazamiento es determinante en el futuro de una ciudad. La situación hace referencia a las condiciones generales del entorno más amplio de la ciudad: ríos, montañas, núcleos de población, vías de comunicación y espacios económicos. Se define como la posición de la ciudad con relación a los grandes conjuntos geográficos, físicos y económicos, en un contexto regional, cuya importancia es cambiante en función de circunstancias históricas, Respecto a la influencia del entorno natural en la morfología urbana, debemos anotar que los primeros componentes de la morfología, explican las razones que dieron lugar a la fundación de una ciudad. Sitio o emplazamiento- y situación 19 permiten entrever dónde inició la ciudad, qué patrón de crecimiento siguió, y bajo qué circunstancias se inscribe actualmente. Por tanto se puede entrever el centro fundador de la ciudad en la morfología, si se considera esta como una sucesión histórica. 1.7.2.2. EL CENTRO Y EL PLANO URBANO Otro elemento importante en el análisis de la forma de la ciudad es el plano urbano. Zárate (1991; 77) lo define como el resultado de la combinación sobre el espacio de la ciudad, a través del tiempo, de superficies libres (calles, parques y jardines, plazas, lugares de aparcamiento, etc.) y de superficies construidas. Es la expresión de una geometría constructiva que tiene por corolarios dos nociones: la de fases sucesivas de realización y la de una organización de formas (Zárate, 1991; 77). Siguiendo a Zárate (1991), consideramos la clasificación que propone, diferenciando tres categorías de planos: PLANOS EN CUADRÍCULA O DAMERO: se caracterizan por la disposición ortogonal de sus vías: las calles se cortan en ángulo recto. Permiten fácilmente ensanches de población por lo sencillo del trazado, y entre sus ventajas se cuenta la comodidad en el reparto de lotes, la igualdad de circunstancias para todas las parcelas y las facilidades para proseguir la expansión de la ciudad. PLANOS RADIOCÉNTRICOS: organizan la trama urbana a base de vías radiales que parten del centro y cortan perpendicularmente a otras vías dispuestas en círculos concéntricos; por tanto, su mayor ventaja es el rápido acceso al centro a través de arterias radiales que refuerzan el poder de atracción del interior sobre toda la ciudad. PLANOS IRREGULARES: responden a un crecimiento espontáneo y orgánico, no preconcebido. Las calles suelen ser tortuosas y de desigual anchura, muchas sin salida. Otra forma de abordar el análisis del plano urbano se centra en la historia de la ciudad, partiendo del supuesto de que el plano actual es el resultado de la superposición de las modificaciones realizadas en la ciudad como causa de las expansiones sucedidas a lo largo del tiempo, de forma que considerado como un añadido de piezas yuxtapuestas que responden a 20 Dado que la superposición de formas en el plano urbano es única, Antonio esión que define un proceso de movimiento continuo, [el cual] es propio de cada ciudad. Nadie ha podido realizar una ciudad según un modelo estándar, porque cada ciudad lleva, entre otras, las huellas de su emplazamiento, de sus instancias dirigentes, de s e inducido el trazado del plano urbano, definiendo calles paralelas al mar y otras perpendiculares, siguiendo un incompleto plano ortogonal cuando la costa es recta; dibujando un trazado de calles convergentes hacia el centro cuando la costa es una península; o en confluencia de vías hacia un punto cuando se trata de un Golfo. Todos estos accidentes geográficos pueden resultar entonces en ejes estructurantes del plano. Esta es la influencia del emplazamiento. Además de la complejidad del plano, sobresalen líneas de fijación y cinturones de expansión. Por líneas de fijación se entienden aquellas barreras a la expansión de la ciudad, ya sean naturales, espacios construidos o aspectos no visibles directamente (como la estructura de la propiedad, regulaciones del uso de la tierra o categorías de manejo). Mientras que los cinturones de expansión urbano sobre s Las características de las edificaciones vendrían a completar el marco de referencia de la morfología urbana. Erigidos dentro del plano, en las ciudades existen tipologías de edificación que facilitan la diferenciación interna en la morfología. Zárate (1991) distingue: EDIFICACIÓN TRADICIONAL: propia de centros históricos. En ellas se notan las huellas de estilos y tendencias arquitectónicas del pasado, así como la influencia del contexto cultural y del medio natural a través de la forma y los materiales. EDIFICACIÓN INDIVIDUAL: de gran expansión, vinculada con la generalización del automóvil privado como medio de transporte. La organización de las áreas residenciales de viviendas unifamiliares o en zonas comerciales, depende del tamaño de las parcelas, así como del encargado de la construcción (un particular o inmobiliarias). El estrato social de los residentes se manifiesta en las dimensiones, los materiales y el aspecto de las casas. EDIFICACIÓN EN ALTURA: relacionada con la densidad de ocupación de la tierra urbana, diferenciándose edificaciones dedicadas a viviendas multifamiliares, oficinas y mezcla de usos. Se distinguen bloques y torres. Los bloques son edificios rectangulares y de varias plantas. Las torres se 21 caracterizan por su mayor altura; aparecen aisladas o agrupadas en pequeño número. EDIFICACIÓN EN PRECARIO: ubicadas en barrios marginales. Constituyen alojamientos inestables sobre emplazamientos a menudo peligrosos (causes de ríos, laderas de montañas). Se construyen con materiales aprovechados de obras de derribo o recogidos en la calle. EDIFICACIÓN MODULAR: áreas residenciales enteras, integradas por viviendas modulares. Los elementos de estas se construyen en una fábrica y se montan in situ. El bajo coste y la facilidad de construcción las posicionan como una alternativa conveniente para los sectores de la población de menores niveles de renta. Bajo estos supuestos, las características de las construcciones y el lugar que ocupan dentro del plano urbano, pueden ser vistas como expresiones de poder, máxime si se las relaciona con el valor de la tierra en la ciudad. Tal correlación permitiría entrever patrones de centralidad en la morfología urbana, delineados por las competencias constructiva y comercial basadas en esta lógica de mercado. 1.7.2.3. EL CENTRO Y EL VALOR DE LA TIERA Debemos considerar a la tierra urbana como una mercancía. Concibiéndola como tal, podremos comprender que representa un elemento al que se accede según el poder que se ostente, ya que induce a competencia. Por otra parte, no es posible hablar del valor de la tierra sin entender, al menos someramente, la lógica de mercado. Para ello recurrimos a los conceptos de demanda y oferta. Por demanda se entiende la cantidad de un bien que los consumidores desean adquirir según su precio, definiéndose una relación inversa entre el nivel de precios y la cantidad demandada. Es decir, el precio aumenta conforme aumenta la demanda. Por su parte, la oferta es la cantidad de productos que los vendedores ponen en el mercado, siendo igualmente variable en función del precio (Méndez, 1997; 60). Así, el mercado compra-venta de todos los que desean intercambiar (comprar o vender) un determinado bien o servicio (Méndez, 1997; 59). De modo que, el valor de la tierra urbana como bien, es fluctuante según la condición coyuntural de la oferta y la demanda. Por tanto, todo modelo de uso de la tierra es resultado de una competencia entre usos potenciales. La lucha de poderes estará motivada entonces, por las 22 características intrínsecas de los terrenos. De estas, destacamos las descritas por Ricardo Méndez (1997; 63-64): 1. Las propiedades de un terreno (accesibilidad, tamaño, forma, etc.) atraen a potenciales ocupantes. Los que estén dispuestos a pagar un precio más alto excluirán a los restantes del mercado; esto se debe a que esperan mayor rendimiento, o a que poseen mayores recursos. 2. Similares necesidades o individuos de características parecidas (en cuanto a tipo de actividad, recursos económicos, etc.) redundan en la repetición de comportamientos espaciales, como tendencias dominantes de localización y formas de segregación socioespacial. 3. A mayor demanda con relación a la oferta de tierra, mayores serán los precios de venta. Así, también aumenta la intensidad en su uso para compensar y rentabilizar esos elevados costes, ya que los patrones del uso y los valores de la tierra son siempre recíprocamente determinantes. Sin embargo, la tierra es una mercancía particular, puesto que es un bien con carácter de necesario, no es transportable y es sumamente estable en cuanto a sus propietarios. Las tierras ubicadas en o cerca del centro suelen ser tratadas situación, sus características internas o su valoración social no son sustituibles por otras alternativas, lo que permite exigir precios anormalmente altos, tal como ocurre con ciertas áreas del centro de negocios (...) o lugares con Estamos ante la valorización diferencial de las tierras del centro urbano. Como hemos dicho, en la búsqueda del máximo beneficio de los recursos, el capitalismo ha convertido a la tierra en un bien escaso y con alta plusvalía, de forma que los terrenos disponibles en la ciudad entran en la lógica de la oferta y enfrentamiento entre intereses contrarios que pugnan por la construcción de la ciudad. Pequeños propietarios son despojados por los grandes, mientras la oligarquía dominante acapara los terrenos de más valor (los más centrales y accesibles) y expulsa a la periferia a las cl (Zárate, 1991; 56, 57). Claro está, la condición de centralidad conlleva a luchas de poder del tipo centro-periferia. Para Zárate (1991; 57), los actores y actrices de esta pugna por ocupar un lugar en la ciudad involucran a propietarios del suelo, capital financiero, promotores mercado libre regido por la ley de la oferta y la demanda, y por relaciones de 23 competencia en la que predomina el carácter d como forma de posicionamiento y poder, no escapa a esta pugna. Son estos los agentes sociales productores de la ciudad: PROPIETARIOS PRIVADOS DE LA TIERRA. Siendo la tierra un bien escaso, es valorado por su localización, su potencial urbanístico o por su conversión de uso agrícola a urbano. Dada la plusvalía que conlleva esta conversión, los grandes propietarios presionan para que la expansión de la ciudad sea hacia sus tie máxima plusvalía de sus parcelas a través de la obtención de calificaciones de usos [de la tierra] rentables, mediante el aumento del ; 58). Tal competencia lleva a que los propietarios conserven tierra urbanizable en la periferia urbana, a la espera de su revalorización; esto es la especulación de tierras. PROMOTORES E INMOBILIARIAS. Amparados en la promoción, urbanización y construcción, los promotores y las inmobiliarias convierten la tierra en un producto para su uso para obtener los máximos valores de cambio y recuperar la inversión inicial. Siguiendo a Zárate para la construcción de viviendas (...), buscan la máxima edificabilidad para sus terrenos y presionan sobre el planeamiento oficial, junto con los propietarios, para obtener los aprovechamientos más intensivos; crean propiedad urbana a través de la compra LOS CIUDADANOS. Dentro de la lógica del mercado de la tierra, que busca el incremento del valor de cambio del espacio urbano, los ciudadanos buscan defender su valor de uso. Así, estos persiguen satisfacer necesidades como alojamiento, transporte, educación, salud y ocio. No obstante, en un inicio la lucha es desigual, ya que, dependiendo de las clases sociales que estén en juego, la mayoría de las veces no disponen de los recursos necesarios para ejercer presión e influencia sobre el aparato administrativo, quedando al margen en el mercado de la tierra (Zárate, 1991; 60). Ahí donde presionan las inmobiliarias, acuden a la venta de sus tierras, o esperan bajo el poder de la especulación. Todos estos agentes buscan posicionarse en espacios privilegiados, donde la meta es el mejor acceso a los beneficios que ofrece la ciudad. Es, pues, esta, una lucha por el centro; ya no un centro geométrico en la ciudad, sino uno guiado por la renta de la tierra y el acceso a lo que vende la ciudad. La tierra se concentra en manos de quien puede pagarla. Al mismo tiempo, el valor de la 24 centro de la ciudad eliminan [sic] las funciones menos centrales, por lo cual estas van a instalarse hacia lugares más periféricos. Al ser más elevados los precios relativos en el centro, más acentuada se hace la especialización intra- (Pérez, Pujol y Polèse, 2003; 26). Este elevado valor de la tierra del centro responde a una serie de valores agregados con los que no cuenta la periferia. Posicionarse en el centro representa tener el poder de acceder a una red más diversa de información y de servicios especializados (Pérez, Pujol y Polèse, 2003; 26). Aquellas empresas, familias o individuos que no tienen el poder adquisitivo para mantenerse en las tierras de alta plusvalía del centro, son expulsados allí donde haya mejores condiciones según sus posibilidades Algunos de los factores que inciden en el desplazamiento de los habitantes hacia el exterior del centro son los precios del (Pérez, Pujol y Polèse, 2003; 28). No cabe duda que la dimensión de poder de la centralidad urbana se revela por medio del análisis del valor de los terrenos. Aquí, la solvencia económica dicta quiénes podrán disfrutar de los beneficios del centro de la ciudad, y quiénes no. 1.7.3. EL CENTRO URBANO Y SUS ACTIVIDADES ECONÓMICAS: LUGAR DE CONCURRENCIA Y ACTIVIDAD EN LA CIUDAD Como anotamos, la dimensión económica del centro ha sido la más estudiada y a la que más importancia se le ha otorgado en el análisis de la ciudad. Su peso ha dictado dónde se ubica el centro urbano. Por tanto, resulta necesario referirse a las actividades económicas urbanas, y a la especialización de estas en el centro. Claro está, el núcleo de la ciudad muestra, como ningún otro lugar en ella, la vocación a la que está destinada: sus centros al concentrar actividades económicas con las que sostienen una base Resulta trascendental la cuestión de la especialización del mercado, ya que entre más especializado sea éste, así como los servicios que ofrece, se fijará un área de mercado. Quienes quieran participar en las diferentes actividades económicas, se verán impelidos a establecer sus negocios dentro o cerca del centro (Pérez, Pujol y Polèse, 2003; 26). Esta lógica espacial de la actividad económica es notable, máxime cuando se considera que también a los trabajadores y empleados hacia calles del centro. Esta movilidad le da al centro de la ciudad vitalidad social, no solo para las actividades económicas, sino también para la interacción e intercambio sociales que se 25 . Parte del poder de convocatoria social que tiene la centralidad urbana se debe a lo que se ofrece en ella. Por otra parte, la competencia por la tierra urbana cobra sentido cuando se relacionan los valores de terrenos, y los usos que se les da pues marcan economías de aglomeración para obtener mayores beneficios, mientras que los consumidores buscan tener acceso a mercados en los que se beneficien de la competencia y así delimitar sus preferencias para beneficiarse de estas Dada la existencia de fuerzas centrífugas y centrípetas, los usos de la tierra en el ámbito urbano son muy dinámicos. Zárate (1991; 94, 95) distingue, entre las fuerzas repulsoras del centro, esto es centrífugas: altos precios del suelo y los alquileres, elevados impuestos, dificultad de obtener espacio para una posible ampliación de la empresa o negocio, la existencia de prohibiciones y trabas legales impuestas por las normas urbanísticas, entre otras. Ante tal panorama, la periferia ofrece abundancia de terrenos a precios relativamente más baratos, así como facilidades de accesibilidad. Las fuerzas centrípetas, aquellas que atraen al centro a grupos urbanitas, favorecen las tradicionales localizaciones centrales del comercio de calidad y del terciario de dirección, gestión y finanzas. Estas fuerzas son el resultado de central respecto al conjunto de la ciudad y de su área de influencia, el «magnetismo funcional del centro» (conveniencia para algunas actividades de localizarse cerca una de otras), y el prestigio funcional de calles especializadas en determinadas actividades como moda o espectáculos (Zárate, 1991; 95). Entre estas fuerzas atrayentes, podemos considerar también que los centros que ofrecen servicios diversificados serán más atractivos tanto para atraer un mayor flujo de personas, como de actividades económicas, las cuales suscitarán, Pujol y Polèse, 2003; 27). Ahora bien, partiendo de que existe una concentración importante de actividades socioeconómicas en la ciudad, debemos aceptar también que ésta es dispar cuando nos referimos a aquellas que suelen darse en horarios diurnos, y las encontradas en horas de la noche. La consideración temporal de la actividad económica de la ciudad, puede ser un punto clave en el análisis de otras centralidades. 26 1.7.3.1. CENTRO URBANO: ACTIVIDADES SOCIO-ECONÓMICAS Y TEMPORALIDADES Si bien el entorno construido es una expresión de cómo las actividades económicas modelan la ciudad, y si es cierto que la morfología urbana está inscrita en la larga duración entendiéndola como una superposición material recogida en diferentes contextos históricos-, al entorno urbano construido se le - (Hiernaux, 2012; 275), los cuales marcan otro tipo de centralidad, coincidente o no con la centralidad dada por la estructura del plano urbano y lo económico. Siendo importante para la presente investigación la definición de un centro a partir de lo espacial-temporal, resulta necesario referirse a la dimensión horaria de las actividades socioeconómicas que tienen lugar en la ciudad. El geógrafo Daniel Hiernaux (2012a; 277) anota como síntoma de la modernidad la aparición de Aunque las actividades económicas permanecen en el espacio, la oferta varía temporalmente. Esa variación temporal define centros de actividad distintos para el día y la noche, marcando a su vez diferentes focos de concurrencia y actividad, según la hora de la que se trate. Quizá estemos aquí ante el elemento más dinámico de la centralidad urbana. Tratándose de un lugar turístico, el uso del espacio en Jacó está marcado por lo efímero. A diferencia de lo permanente de la cotidianeidad, y frente al proceso de construcción social de un territorio, las prácticas del ocio están definidas por reglas de convivencia interpersonal, prácticas sociales y motivaciones basadas en lo efímero, lo fugaz (Hiernaux, 2000; 98). El turista suele dejarse llevar por sus deseos e intereses, sin seguir prácticas espaciales idénticas. Por lo tanto, el geógrafo debe adentrarse en los microespacios visitados por el turista. Asumir que el turista se desenvuelve en un espacio, es pensar que el visitante puede generar verdaderos lugares, en contraposición a los «no lugares» de M. Augé (Hiernaux, 2008). Aunque la estancia efímera del turista no marca físicamente el espacio, simbólicamente deja una impronta particular. Como parte de una nueva geografía, la valorización de lo efímero supone, ya no sólo la cuantificación del arribo y salida de turistas, sino una descripción detallada, la aplicación de entrevistas y la observación en campo, donde el residente y el visitante se encuentran. Indagar en los imaginarios que ambos actores se formulan, es un reto para este enfoque de lo fugaz (Hiernaux, 2008). Nogué (2007), apoya que el tiempo efímero ha penetrado en la vida de los espacios urbanos turísticos, complicando mucho la legibilidad, que no sólo se basará en elementos tangibles como los propuestos por Kevin Lynch. 27 Zygmunt Bauman, al analizar la modernidad, toma como base la liquidez, flácida y escurridiza frente a lo duradero y definido de lo sólido, explicando que lo contemporáneo está dado por procesos de licuefacción. Es decir, priman los fluidos, difíciles de contener, pues se filtran, gotean, se vierten, rocían... (Bauman, 2004). Para justificar su discurso, remite a las características físicas de ambos estados de la materia: Los fluidos, por así decirlo, no se fijan al espacio ni se atan al tiempo. En tanto los sólidos tienen una clara dimensión espacial pero neutralizan el impacto del tiempo (...) los fluidos no conservan una forma durante mucho tiempo y están constantemente dispuestos a cambiarla; por consiguiente, para ellos lo que cuenta es el flujo del tiempo más que el espacio que puedan ocupar: ese espacio que, después de todo, sólo llenan «por un momento». (Bauman, 2000; 8). De tal forma que los vínculos humanos están supeditados a lo fugaz, en contraposición a lo permanente. El proceso de incluye la transformación de los sólidos, es decir, de lo tradicional, lo histórico, de aquellos procesos duraderos. Esto implica disolver lo persistente en el tiempo, dando espacio a lo nuevo, a mejores sólidos (Bauman, 2000; 9, 10), de forma que la principal característica de la modernidad para Bauman es el desfase de una relación hasta entonces inalterada: el espacio-tiempo. Dados los avances tecnológicos, las distancias se acortan y resulta más fácil acceder a diferentes espacios en menor cantidad de tiempo, de forma que: Gracias a sus recientemente adquiridas flexibilidad y capacidad de expansión, el tiempo moderno se ha convertido, primordialmente, en el arma para la conquista del espacio (Bauman, 2000; 15). De forma que lo fluido, cambiante y flexible es el tiempo, mismo que marca las pautas para la apropiación de los espacios. Apropiación que se entrevé efímera en algunos casos. Así, se puede analizar la centralidad de una ciudad a partir de las temporalidades en las que los residentes y visitantes utilizan el espacio. Es por ello que se propone un análisis espacio-temporal, ya que el espacio es dominado, apropiado de formas diferenciadas, dependiendo de variaciones tan sutiles como la hora del día a la que nos referimos. Las rápidas variaciones en la lógica diurno/nocturno marcan centralidades diferenciadas en las actividades socioeconómicas. El espacio no cambia en el transcurso de 24 horas, sino su uso, su configuración y las formas de imaginarlo al caer la noche. Configuración que variará otra vez al nacer un nuevo día, siendo este un ciclo continuo, generando dos centros de actividad en un mismo lugar: uno diurno y uno nocturno. Aunque estos centros de actividad pueden estar ubicados en diferentes espacios, 28 también pueden superponerse, aunque con actividades distintas según el tiempo, a modo de la heterotropía de Foucault (Nogué y Romero; 2012; 39). Joán Nogué explica que la geografía no ha logrado escapar de este proceso. La estudio sólido, aferrado a la realidad del mundo físico, se contrapone a la volatilidad que rodea a las actividades de lo ué, 2007; 376). que precisa la nocturnidad, así como la cartografía del deseo (puntos de concentración de la prostitución). Temas que contrastan con los procesos de carácter durable, mapeados y analizados tradicionalmente por la geografía, lo cual inscribe a estos como temas vistos con recelo por su carácter nómada, de difícil localización y delimitación espacial. Los cambios que se dan en las centralidades de actividad, marcados por el corto plazo del día y la noche, serían baluartes de esa multinuclearidad de la que hablara Castells (1998). Tiñendo la discusión de efimeralidad, es decir, considerando cambios tan sutiles de lo diurno a lo nocturno, Antoine Bailly agrega que el acceso diferenciado durante el día y la noche a servicios, bienes y esparcimiento, marca una noción peculiar de territorialidad (1979; 122). ¿Qué grupos dominan en el día?, ¿qué actividades propicia la ciudad durante la noche? Tales interrogantes guiarían un análisis espacio-temporal de las actividades económicas de un lugar. como resultado nuevas propuestas urbanas, marcadas, entre otras dimensiones, por nuevas movilidades y una aceleración espacio- Romero, 2012; 47). Así, para el geógrafo resulta trascendental analizar la hibridación de los espacios como consecuencia de esa articulación espacio- temporal simultánea. El espacio fluctuante al que nos referimos, se define a partir de un transitar entre configuraciones espacio-temporales diferentes. Por tanto, no resulta difícil comprender que actualmente el fenómeno de la efimeralidad se pueda encontrar en algo tan otrora fijo, como el centro de una ciudad. Ahora bien, debemos aclarar que el ritmo del tiempo en lugares urbanizados y áreas rurales es distinto. La percepción y el contenido cultural del tiempo varían según las actividades y las formas en las que hagan uso las personas. Así, este carácter del tiempo como elemento intermedio entre el individuo y el lugar relaciones que se sitúan a caballo entre las esferas territorial, económica, social y 29 El tiempo tiene atributos en función del espacio. Además del tiempo histórico, se tiene un tiempo concebido de muy distintas formas, pues depende de características demográficas, sociales y estilos de vida como la edad y la condición socio-económica. Aunado a ello, el tiempo define en parte el contenido económico, social y cultural del espacio. Actualmente vivimos en ciudades con una utilización intensiva pero variable del territorio, la cual se naturaleza del espacio urbano durante el día o la noche, en los días laborales o (Muñoz, 2012; 237) son muestra de cómo el turismo, entre otras actividades, modifica los usos socio-económicos y atributos del espacio en momentos específicos. El geógrafo sueco T. Hägerstrand, autor de Time geography nos muestra que a la segregación territorial que siempre acompañó a la ciudad cabe añadir también una segregación temporal que determina que, dependiendo del momento del día o del día de la semana, el contenido humano de un territorio pueda ser sensiblemente diferente. Así, fenómenos como la ocupación durante la noche de las zonas céntricas de la ciudad (...) comienzan ya a ser componentes claros de lo que podemos llamar como el «paisaje humano temporal» de las ciudades (Muñoz, 2012; 251). Allí donde la concurrencia de personas sea mayor, y la actividad socioeconómica aumente, existe un centro definido, en este caso, por la temporalidad de la actividad. Por otra parte, no podemos referirnos únicamente a las actividades socio- económicas que ofrece la ciudad permanentemente, sino aquellos eventos socio- culturales que convocan a grupos importantes de personas en un espacio y un tiempo definidos. Tales actos, organizados las más de las veces una vez al año, no puede ser subvalorados, ya que, aunque su presencia es corta en el tiempo, las cifras de asistencia son contundentes (Hiernaux, 2012a; 272); éstos cobran importancia puesto que suelen realizarse en los centros de la ciudad. Diferentes abordajes teóricos nos permiten, pues, hablar de una temporalidad de las actividades económicas en lo urbano, tema que si bien ha sido poco estudiado, tiene gran potencial para entender aquellas ciudades en las que el centro parece difuso. Sin embargo, el análisis del plano urbano, el valor de la tierra y las actividades socioeconómicas no expresan del todo el sentir de los ciudadanos. ¿Qué tienen que decir las personas respecto a lo que consideran como centro de la ciudad? Una de las propuestas teóricas que permitirían abordarlo, sería la de la imagen de la ciudad. 30 1.7.4. EL CENTRO URBANO EN LA(S) IMAGEN(ES) DE LA CIUDAD: LUGAR DE IDENTIFICACIÓN SOCIAL Los teóricos de la ciudad, de los imaginarios y del urbanismo, hacen referencias puntuales sobre la inclusión de los espacios naturales y el entorno construido como estructurantes en la forma urbana, básicos en la imagen de la ciudad, y por tanto posibles elementos definitorios de centralidad simbólica. En este sentido, nos referiremos a las imágenes de la ciudad, las cuales se desarrollan a partir de rasgos particulares y sobresalientes. Inicialmente podemos entender el observador y su medio [en el cual] el observador con gran adaptabilidad y a la luz de sus propios objetivos- escoge, organiza y dota de significado a todo lo El ser humano posee sistemas perceptivos y cognitivos que le permiten procesar mentalmente el entorno; estos sistemas son los responsables de la elaboración de imágenes mentales del medio en el que se desenvuelve el observador. En esta imagen, la geografía encuentra un medio importante para abordar la relación del ser humano con el entorno, puesto que la imagen es una síntesis de tal relación (Hiernaux y Lindón, 2012; 9). Es a partir de las imágenes interiorizadas configuran aspiraciones, adquieren rostro las alteridades, se dicta qué consumir, se conocen lugares remotos o cercanos, se objetivan formas de apropiación de En la construcción de esta imagen, los habitantes de una ciudad se la apropian «por pedazos», es decir, en forma fragmentada y parcial. Los elementos destacados para quien reside o visita la ciudad, posibilitan la construcción de una imagen de ciudad (Licona, 2012; 62). Así, la ciudad no es solamente espacio físico, realidad material socialmente construida, sino que implica una construcción simbólica, en la que las imágenes que se tienen de ella son trascendentales. Se debe considerar que cada urbanita es un «imaginador», pues asigna sentidos a la ciudad desde su experiencia y a partir de las prácticas que realiza en el espacio urbano, experiencias únicas e irrepetibles (Hiernaux 2012b; 90). Ahora bien, importa al geógrafo el carácter social de las imágenes, trascendiendo lo individual, pues los imaginarios se constituyen como colectivos gracias a las intersubjetividades. Ya que impera la subjetividad en la construcción de las imágenes de un lugar, se debe tener en cuenta que un mismo objeto puede tener una apariencia y significado diferentes para el nativo, el extranjero e incluso el cartógrafo 31 (Hiernaux, 2012; 89). Es por tanto que, para conocer qué piensan los diferentes actores sociales sobre el centro de la ciudad, recurrimos al análisis de las imágenes, fundadoras de imaginarios, que tienen tanto los residentes como los visitantes. El entretejido de varias imágenes que implican significados y conllevan valores, orientan a las personas en su vida práctica; este entretejido se conoce como «imaginario». En este sentido, la imagen contribuye a la construcción del imaginario, pero solamente es una parte de él. Ya que la razón por sí sola no logra descifrar los comportamientos y concepciones de las personas, los imaginarios y el estudio de las imágenes vienen a completar el análisis de la realidad, dando un peso importante al individuo/sujeto/actor, puesto que los imaginarios son producto de las subjetividades sociales (Hiernaux y Lindón, 2012; 11). Existen, además, actores institucionalizados que intervienen en la imagen de la ciudad que poseen las personas. Las imágenes que se entrecruzan en lo urbano lado los productores cuando es el caso (por ejemplo los desarrolladores urbanos de áreas de torres residenciales) y por otro lado los habitantes de la ciudad que Sin embargo, no todo queda en el plano inmaterial de lo imaginario. Existe una relación profunda entre las imágenes mentales y lo material, puesto que lo imaginado depende en gran parte de la experiencia en parte espacial- del sujeto. La influencia de inversionistas y el gobierno local tiene profundas repercusiones en «la personalidad de la ciudad» al decir de la Escuela de Chicago, ya que ésta es utilizada p y proyectarla en la concurrencia feroz entre ciudades para atraer nuevos capitales, creadores, turistas y todo lo que tiene que ver con una nueva concepción de la ciudad en parte marcada por la intención de generar la una evidencia de la estrecha relación entre lo imaginado y lo concreto, siendo lo segundo una materialización de lo primero. El teórico de Imaginarios urbanos, Armando Silva, cita que lo urbano se construye a partir de condiciones físicas naturales y físicas construidas, por el uso social del espacio que incluye la interacción de ciudadanos con los de otros lugares, y sobre todo, por su propio estilo (Silva, 2006). La prominencia de rasgos naturales llama la atención por su belleza e imponencia, marcando recuerdos y referencias urbanas, de modo que en el exterior se hablará de los cerros, del río, 32 del mar de tal lugar, definiendo una identidad, a partir de las imágenes que evoca el lugar. Kevin Lynch, en su obra pionera, diserta sobre la creación de la imagen. Muestra que existen objetos que, gracias a la familiaridad que representan para el observador, forman parte importante de la imagen que este tiene de la ciudad. Sin embargo, hay objetos que, vistos por primera vez, pueden ser identificados y objeto puede tener una firme estructura o identidad, debido a rasgos físicos que marcan su propia pauta. Así, el mar o una gran montaña puede atraer la atención de alguien que llega de las planicies del interior, incluso en caso de tratarse de un individuo tan joven o tan ignorante que no cuente con nombres para estos grandes fenómenos. (Lynch, 1960; 16). su relación con el mundo exterior a sí mismas, siempre están relacionadas con los otros y con el entorno, y por lo mismo siempre son sociales y espaciales al en la imagen de la ciudad, forma parte de la esencia del lugar, de su fundamento y base, es decir, de su centro. 1.8. MARCO METODOLÓGICO El planteamiento de los objetivos específicos marca el orden del marco metodológico propuesto, con el fin de alcanzar el análisis socioespacial y temporal del centro en Jacó. Definimos a continuación las variables evaluadas por objetivo, así como las fuentes de información y los procesos a los que fueron sometidas. Como medidor del éxito en el logro del objetivo, se definieron indicadores. Para el análisis del plano urbano se partió de fotografías aéreas, base para la digitalización de calles y cuadras, siguiendo el trazado para el año 2014. Posteriormente se diferenciaron aquellos fragmentos del plano que responden a las características de planos en cuadrícula, planos radiocéntricos o irregulares, tal como se definieron en el marco teórico. Para concluir con el análisis del plano, se distinguieron los ejes estructurantes de la ciudad a través de la cartografía. El análisis del entramado y de las edificaciones como parte de la morfología urbana se basó en el principio de concentración y la intensidad del uso de la 33 tierra, lo cual se puede entrever, no sólo en su distribución espacial, sino en la forma de las edificaciones. Para ello, se tomó como base la tipología de edificaciones propuesta por Zárate (1991), a saber: edificación tradicional, edificación individual, edificación en altura, edificación en precario y edificación modular, siguiendo sus características, citadas en el marco teórico. Éstas se distinguieron en el trabajo de campo, con prospecciones a pie y GPS. Para el análisis del valor de la tierra se consideraron los precios definidos por el Ministerio de Hacienda para el cantón Garabito. La digitalización permitió generar cartogramas que facilitan la explicación de los patrones espaciales que rigen el mercado de la tierra. En el logro del primer objetivo la cartografía juega un papel esencial, pues funge como síntesis de la morfología urbana, representando una posible centralidad a partir de la influencia del entramado físico de la ciudad y la intensidad de la apropiación de las tierras marcada por la competencia, notable en el valor de éstas. El marco metodológico para el objetivo 1 se resume en el cuadro 1. El logro del segundo objetivo específico depende por completo del trabajo de campo y la información colectada de los establecimientos comerciales. La visita al sitio de estudio permitió identificar los bienes y servicios que se ofertan en la ciudad, los cuales fueron marcados con GPS. Se realizó un inventario de los negocios según el horario en el que ofrecen sus servicios; esta información está detallada en el anexo 1. Los horarios de atención al público fueron consultados, bien directamente con el comerciante, o bien en el sitio web del comercio. El interés en la hora de atención es primordial, ya que permitió analizar espacio-temporalmente las actividades socioeconómicas que ofrece Jacó. Nuevamente, la cartografía define los CUADRO 1. Metodología capítulo 1 OBJETIVO 1: Analizar la influencia del plano urbano y el valor de la tierra como elementos centrales en la organización de la ciudad de Jacó VARIABLE FUENTES MÉTODO a. Morfología urbana -Fotografías aéreas (Snitcr) -Trabajo de campo septiembre-dic. 2014 Digitalización Análisis del plano urbano Caracterización del entramado y las edificaciones b. Valor de la tierra -Mapa de valores del terreno del Ministerio de Hacienda Descripción de patrones espaciales en el valor de la tierra INDICADORES: Diagramas de morfología urbana; análisis descriptivo de la centralidad de Jacó a partir de los valores de la tierra; cartografía-síntesis. 34 indicadores del objetivo, esta vez construyéndose mapas de concentración de actividades diurnas y nocturnas. CUADRO 2. Metodología capítulo 2 OBJETIVO 2: Caracterizar espacio-temporalmente las actividades socioeconómicas que ofrece Jacó, como indicadoras de concurrencia y actividad en la ciudad VARIABLE FUENTES MÉTODO a. Espacio-temporalidad de actividades socioeconómicas -Trabajo de campo -Comercios y comerciantes -Sitios web Observación, toma de puntos GPS y mapeo Consulta Análisis de contenido INDICADOR: Dos mapas de distribución espacio temporal de actividades socioeconómicas; gráficos y listado de servicios/comercios ofrecidos por horario; descripción de actividades de la nocturnidad. Por otra parte, se aborda la comprensión de la percepción de residentes y visitantes de Jacó por medio de una serie de entrevistas estructuradas. Éstas buscan la adjetivación de Jacó y resaltar los elementos que le distinguen para así entrever la formación de la imagen de lugar, revelando uno o varios centros a partir de la identificación de las personas con ciertos espacios o elementos de la ciudad. Se incluyeron tanto preguntas de respuesta abierta como cerrada. Puesto que en la investigación se parte de un concepto tripartito de centralidad, considerando sus implicaciones espaciales (concurrencia, actividad e intensidad), la competencia por acceder al centro (influencia) y el centro imaginado (lugar de identificación), se plantearon preguntas que indagan en las percepciones sobre los lugares más frecuentados y espacios de concentración de personas y de actividades, todo bajo la lupa temporal. Recordando la dimensión simbólica del centro, también se intentó una aproximación a las imágenes que residentes y visitantes se han formado acerca de Jacó para extraer de ellas pistas sobre la identidad de la ciudad. El cuadro 3 resume la estrategia a seguir para cubrir el tercer objetivo específico. El instrumento empleado finaliza con un cuadro que permite identificar el orden de importancia que los informantes conceden a los elementos presentados; estos son el parque, la Avenida Pastor Díaz, la playa, el mar y los bares y restaurantes. Primeramente se solicita que expresen qué importancia puede tener cada uno de los elementos para los residentes y para los visitantes. Una vez completada esta información, se les pide que ordenen del 1 al 5 los elementos más importantes de la ciudad, primero para los residentes, y luego para los visitantes de Jacó, donde 1 indica la mayor importancia, y 5 la menor 35 importancia. De esta forma se generó una matriz que destaca, según la frecuencia de las respuestas, el orden de importancia de estos cinco elementos. Respecto a la elección de los elementos, cabe reseñar que se eligió el parque por su tradicional función en la centralidad de ciudades y pueblos, con el fin de valorar si para el caso de Jacó cumple tales funciones. Lleva por nombre Parque Recreativo Johannes Dankers Daems, inmigrante holandés considerado Hijo Predilecto de Jacó, quien fuera fundador y primer presidente de la Cámara de Turismo del distrito. Fue inaugurado el 31 de julio de 2009. La Avenida Pastor Díaz se incluye por su ubicación estratégica, lineal, en torno a la línea de costa, así como por concentrar la oferta de bienes y servicios del distrito. Su nombre se debe al sr. Pastor Díaz, hijo de Cesárea Díaz quien llegó a Jacó en 1892 con su compañero Blas Gómez. Para entonces Pastor tenía unos ocho años de edad, siendo uno de los miembros más longevos de la primera familia no indígena que habitó Jacó en el momento en que establece esta calle como eje del pueblo (Villalobos, 2013; 31, 32). La playa se seleccionó tanto por su poder de convocatoria actual, parte fundamental de las premisas de esta tesis, como por su papel revelador en la historia del lugar. Generaciones de jacobeños jugaron en ella antes o después de asistir a la escuela, misma que estuvo ubicada frente al mar (Villalobos, 2013; 113), así como la iglesia. También tuvo parte en el trasiego de maderas de exportación, entre otras funciones. Asimismo, el elemento mar se incluyó por su valor estético y como atractivo turístico, pero también por ser clave en el desarrollo de la historia rural y urbana de Jacó. El acceso al pueblo fue forzosamente vía marítima hasta finales de la década de 1950, año en que se abrió una trocha entre Jacó y el río Grande de Tárcoles. Además la pesca, el buceo de la ostra perlífera y el tortugueo, eran actividades relacionadas con este elemento (Villalobos, 2013; 48, 57, 80). Bares y restaurantes se tomaron como unidad, y como parte de otro período histórico de Jacó, así como funciones relacionadas directamente con la vida urbana. Las entrevistas fueron aplicadas de febrero a junio de 2015, tomando en cuenta a residentes y visitantes, tanto nacionales como extranjeros. En total se registraron respuestas de 26 personas, de las cuales nueve fueron visitantes nacionales, cinco visitantes extranjeros, nueve residentes nacionales, y tres residentes extranjeros. El marco metodológico para el tercer objetivo específico se resume en el cuadro 3. La entrevista estructurada que se aplicó fue la siguiente: 36 I. ELEMENTOS CENTRALES DE LA CIUDAD DE JACÓ 1. ¿Qué es lo primero que piensa cuando a. ____________________________ b. ____________________________ c. ____________________________ d. ____________________________ 2. ¿Qué elemento(s) distingue(n) a Jacó de otros lugares turísticos? a. ____________________________ b. ____________________________ c. ____________________________ d. ____________________________ 3. Sabemos que Jacó es una ciudad turística ¿Cuál cree que es el elemento que hace más atractiva a la ciudad? a. ____________________________ b. ____________________________ 4. ¿Cuáles son los lugares más importantes en Jacó? a. ____________________________ b. ____________________________ c. ____________________________ d. ____________________________ e. ____________________________ f. ____________________________ 5. ¿Es Jacó el mismo durante el día y durante la noche? Sí ____________ No ____________ (pase a la 7) 6. ¿Qué sucede en el día distinto de la noche? a.____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ ____________________________ 7. ¿Dónde se encuentra el centro de Jacó? a._____________________________________________________________________ 8. ¿Por qué considera usted que ese es el centro de Jacó? a._____________________________________________________________________ b._____________________________________________________________________ II. EVALUACIÓN DE LA IMAGEN 9. Imagine que es pintor o pintora, A. ¿Qué debería tener un cuadro que exprese a Jacó durante el día? a. ____________________________ b. ____________________________ c. ____________________________ d. ____________________________ e. ____________________________ f. ____________________________ B. ¿Qué pintaría en un cuadro para representar una noche típica en Jacó? a. ____________________________ b. ____________________________ c. ____________________________ d. ____________________________ e. ____________________________ f. ____________________________ 37 III. CENTRALIDAD Y TEMPORALIDADES 10. ¿Cuáles considera usted que son los lugares más visitados en Jacó durante el día? a. ___________________________ b. ___________________________ c. ___________________________ d. ___________________________ e. ___________________________ 11. ¿Cuáles considera usted que son los lugares más visitados en Jacó durante la noche? a. ___________________________ b. ___________________________ c. ___________________________ d. ___________________________ e. ___________________________ 12. ¿La confluencia de personas es la misma a lo largo de toda la playa? Sí ____________ No ____________ (pase a la 14) 13. ¿En qué sector o sectores de la playa considera usted que se da la mayor concentración de personas? a. ___________________________________________________________ b. ___________________________________________________________ c. ___________________________________________________________ 14. ¿La confluencia de personas es la misma a lo largo de la Avenida Pastor Díaz? Sí ____________ No ____________ (pase a la 16) 15. ¿En qué sector o sectores de la Avenida Pastor Díaz considera usted que se da la mayor concentración de personas? a. ___________________________________________________________ b. ___________________________________________________________ c. ___________________________________________________________ 16. ¿Qué importancia tiene cada uno de estos elementos en Jacó para los jacobeños? ¿Y para los visitantes? Elementos de la ciudad Para el jacobeño Para los visitantes Prioridad Prioridad Parque Avenida Pastor Díaz Playa Luz Mar Bares/restaurantes 38 IV. PERFIL DEL ENCUESTADO 11. Sexo a. Femenino __________ b. Masculino __________ 12. ¿Cuál es su lugar de residencia? ________________________________________ 13. (De ser jacobeño(a) ¿Hace cuánto tiempo reside en Jacó? ______ años 14. ¿En qué rango de edad se ubica? 25-30 __________ 31-35 __________ 35-40 __________ 41-45 __________ 46-50 __________ 50-55 __________ 56-60 __________ 60-65 __________ Más de 65 ______ 15. ¿Cuál es su ocupación? a. Estudiante __________ b. Jefe/jefa de hogar __________ c. Jubilado/a __________ d. Profesión u oficio: _________________ En total se entrevistó a 26 personas: 14 visitantes y 12 residentes. De los visitantes nueve son costarricenses (cinco mujeres y cuatro hombres) y cinco extranjeros (dos argentinos, una colombiana, un chileno y un canadiense). Entre residentes, nueve informantes costarricenses (cuatro mujeres y cinco hombres), dos canadienses y un argentino. Todos los informantes están entre los 25 y 55 años de edad, siendo adultos jóvenes y adultos de edad media. Además es importante señalar que algunas preguntas tuvieron más de una respuesta, de modo que no necesariamente se contabilizan 26 respuestas por cada pregunta. Buscando la mayor caracterización posible, se dejó el espacio abierto para que los entrevistados vertieran opiniones ampliadas, rescatándose elementos variados, más allá de una única respuesta. CUADRO 3. Metodología capítulo 3 OBJETIVO 3: Estudiar las imágenes que residentes y visitantes tienen del centro de Jacó en sus dimensiones espacial y temporal VARIABLE FUENTES MÉTODO a. Elementos definitorios del centro en la imagen del lugar -Residentes y visitantes de Jacó Entrevistas Análisis de información INDICADOR: Caracterización de elementos definitorios de centralidad en la imagen del lugar. 39 CAPÍTULO 2 FISONOMÍA DEL CENTRO DE JACÓ 2.1. EL CENTRO DE JACÓ EN LA FORMA URBANA Y EL VALOR DE LA TIERRA El centro estructura la ciudad desde lo físico/construido, las relaciones de poder y competencia que suponen, y desde las construcciones sociales e identitarias. Como parte de un análisis espacial avocado a definir el centro desde la morfología urbana la cual resulta ser un factor con gran poder explicativo al dilucidar el tema de la centralidad-, este capítulo hace referencia tanto al plano urbano como al entramado y a los tipos de edificación. Se tienen estos tres como elementos de una misma variable, los que interactúan dando forma tangible a la ciudad. Tanto la morfología como el valor de la tierra responden a estrategias espaciales distintivas, propias de cada lugar. Aquí importa el emplazamiento, el espacio concreto sobre el que se asienta la ciudad; sin la base desde la que se construye y sobre la que se trazan los precios de los terrenos, sería sumamente difícil comprender los procesos que al centro competen. Se expone, pues, que esta dupla (morfología urbana y valor de la tierra) se presenta como estrategias localizadas que dibujan centralidades, entre otras dinámicas. 2.1.1. EL PLANO URBANO Despojando a la ciudad de las edificaciones que alberga, a excepción del sistema de calles asfaltadas, obtenemos algo así como el esqueleto urbano; este es el plano. En el presente caso de estudio, la figura 5 presenta el plano urbano de Jacó. Más allá de concebirlo como una representación vacía de la ciudad, debe entendérsele como una estructura lógica, generadora de estrategias de uso y de ocupación. Veamos por qué. Así como en los humanos la columna vertebral da forma al tronco, y de este surgen las extremidades, configurándose el cuerpo tal como lo conocemos, es posible identificar ejes estructuradores en el plano urbano, desde los que se ordena y se empieza a dibujar la ciudad. En Jacó podemos distinguir al menos dos vías originarias, una ligada a la red vial primaria de Costa Rica; la otra más local, matizada por las características del entorno natural donde se sitúa la ciudad. 40 FIGURA 5. Plano urbano de Jacó. 41 Nos referimos al tramo de la Ruta Nacional no. 34 llamada Pacífica Fernández Oreamuno, comúnmente conocida como Costanera Sur- la cual atraviesa el distrito; y a la Avenida Pastor Díaz, calle principal de Jacó, la cual va de extremo a extremo de la urbe: de Barrio Los Faroles en las proximidades de Quebrada Bonita, hasta el entronque de Calle Madrigal con la Costanera. En términos generales se puede entender la disposición del plano a partir de estas dos vías que han dado lugar a la formación de calles y avenidas entre ambas. La dinámica espacial marcada por la Ruta 34 funcional desde mediados de la década de 1980- responde a condiciones regionales. Construida a lo largo del litoral Pacífico central y sur de Costa Rica, fungió como comunicadora entre los pueblos de Tárcoles, Herradura, Jacó, Quepos y Parrita, de población dispersa, conectándolos con San José, capital y centro del país. Refiriéndose a las implicaciones espaciales de esta carretera, Argos (2010; 9) menciona: Aunque el posterior desarrollo productivo de la región (agrícola y pecuario) determinó la apertura de nuevas vías (rutas nacionales), éstas se suman al patrón lineal, de forma que no lo modifican, únicamente lo densifican en términos urbanos. Por patrón lineal podemos entender los accesos a centros de población como Esparza, Orotina, Jacó, Parrita, Quepos y Dominical que parten de, o van hacia, la Ruta 34. Por tanto, a una escala mayor, debemos comprender a la Costanera Sur como un eje estructurador, no de nuevas poblaciones, sino de un proceso de crecimiento urbano ligado a las mejoras en la comunicación terrestre de los pueblos existentes en 1980. El turismo en el Pacífico Central y Sur costarricenses no tiene mayor explicativa que esta. A la lógica de desarrollo regional responde la demarcación y progresivas ampliaciones del plano urbano de Jacó. La Costanera, además de unir y mejorar el acceso, reduciendo a unas horas el viaje desde la Capital, se estableció como un elemento segmentador. En términos de ciudad construida y en otros ámbitos adelante descritos-, Jacó es uno de la playa hacia la Costanera, y otro muy diferente más allá de esta. Entre la Ruta 34 y la línea de costa encontramos un desarrollado sistema de calles con diferentes densidades por ocupación, mientras que más allá de la Costanera imperan los latifundios dedicados a actividades ganaderas y agrícolas. Entre estas grandes propiedades abundan caminos no construidos, solamente lastreados, que llevan a pequeños poblados ubicados entre las montañas de Fila Negra y los límites del Parque Nacional Carara. Así que no podemos hacer referencia a un plano urbano hacia el norte y noreste del tramo de la Costanera que pasa por Jacó. 42 La situación hacia el sur de esta vía es muy diferente; de ella surgen cuatro accesos principales, a modo de desviaciones hacia la playa. Nos referimos a Calle Boulevard, Calle Ancha, Calle Lapa Verde y Avenida Amapola. Hacia el sureste el contacto con la Costanera remata con Calle Madrigal. Todas estas calles, como si fuesen vértebras, conducen hacia la Avenida Pastor Díaz, columna vertebral en el plano urbano de Jacó. Catalogar a la Avenida como eje principal en el plano no es antojadizo. Aunque Avenida Pastor Díaz van a la playa. La mayoría son rectas que finalizan al encontrarse con la arena; y al menos cuatro han desarrollado una calle perpendicular, dibujando cuadras incompletas. Estas vías asfaltadas, todas discontinuas, son de 100 a 200m. de largo como máximo. Lo estratégico de la Avenida está en que, si bien las calles anexas a Boulevard, Ancha, Lapa Verde y Amapola llevan a zonas residenciales (áreas estructuradas por los principales caminos del plano), las cortas calles a las que da paso la Avenida, llevan al elemento que explica la disposición actual del Jacó que conocemos: el mar. Mientras en otros contextos han primado factores de tipo religioso, político o de defensa, aquí se evidencia cómo en algunos casos específicos el emplazamiento configura el plano. En este caso particular, la Avenida Pastor Díaz corre paralela a la línea de costa, teniendo como límites Quebrada Bonita y la misma Costanera Sur. Respecto al mar, no se le puede considerar como un límite, sino como el destino de la Avenida, su origen y sentido último. Destino, por cuanto las calles le persiguen; origen, ya que esta vía fue construida en pos de él; sentido, porque la forma y disposición de la Avenida responden a la forma y disposición de la línea costera. Un modelo simplificado del plano de Jacó (figura 6) explica la lógica espacial que ha delineado la línea de costa, donde A representa la Ruta Nacional Costanera Sur (construida en torno al litoral pacífico); B, refiere a las calles que conducen a la Avenida principal; C, es la Avenida Pastor Díaz; D, las calles que parten de ésta al encuentro con el mar; y E, el motor de la organiza- ción del plano urbano de esta ciudad costera. El plano irregular que caracteriza a Jacó está, pues, influenciado fuertemente por la forma de la playa; aunque irregular no se entiende aquí como desordenado ni como irracional. Los planos irregulares suelen relacionarse con ciudades carentes de políticas de planificación urbana (Zárate, 1991; 80), de modo que el plano va creciendo de forma espontánea y orgánica, mostrando en su disposición los elementos dominantes hacia los cuales llevan los caminos, así como los espacios del futuro crecimiento de la urbe. Tales elementos marcan el orden.