¡i Los estudios acerca del lenguaje han suscitado 1' siguen suscitando una serie de interrogantes, algunas de las cuales no han podido, todavía, ser ¡esueltas satisfactoriamente, a pesar del elevado núme¡o de teorías que se han elaborado en torno a eilas. Vamos a referirnos a una que se remonta hasta los orígenes del lenguaje. Cuando el hombre co- tienza a hablar: ¿cómo crea los signos lingüísti- --os? , ¿existe alguna razón especial para que deter- :ninado sonido fonético se relacione con determi- rado significado? , o, dicho de otra forma, ¿el sig- :io lingüístico es motivado o arbitrario? Desde muy antiguo existe la preocupación ;oncerniente a la arbitrariedad del signo. Hasta fi nes del S/XX fueron los filósofos los que sintieron asta inquietud y cuyos orígenes se remonian par- :rÉnides, los estóicos, Aristóteles y platón. Pero fueron los estudios de la lingüística histó- rico-comparada del S/XIX los que llevaron a defid¡ automáticamente como arbitrarias las conven- iones puramente linguísticas y esto culminó con Xa tesis de Saussure de que el singo lingüístico es :¡bi t rario. Como orígenes inmediatos a la obra de Saussure, él mismo señala en su "curso" a Whit- iev, quien insistió sobre el carácfer arbitrario del signo en "Life and Growth of Language". Pero es la teoría de Saussure la que nos inte- :esa tener en cuenta. Malmberg la interpreta en la siguiente forma (1): Lo que é1, Saussure, denomina "sigrro" es una combinación de un significante y un significado, insistiendo que no se confunda el signo con el significante como ocurre en el len- _ruaje corriente. Es la acepción de Aristóteles, para e1 que la lengua había sido una producción sonora ecompañada de un acto de imaginación, el concep- to de signo que Saussure quiso convertir en eje de zu lingüística (tal y como se ha interpretado este concepto). Pero añade que una tal interpretación simplista no nos informa de la naturaleza del nom- bre puesto a las cosas, si él es vocal o físico, no ha- Filo. y Língüi. 4(1):1-6,1978 Mary Cruz Burdiel ce más que poner de manera preliminar el proble- ma forma-sustancia. Louis Hjelmslev afirma que para Saussure el signo no es una cosa y un nombre, sino un concep- to y una imagen acústica, puesto que el significan- te consiste en imágenes acústicas y no en sonidos. Los editores del Curso aclararl. este término de imagen acústica podría parecer muy estrecho, puesto que al lado de la representación de los so- nidos de una palabra, está también la de su articu- lación, la imagen muscular de acto fonatorio. El signo es una .ntilu¿ física compuesta de dos caras: concepto e imagen acústica (significante y significado), y una de sus características es 1a arbitrariedad. Saüssure formuló;pues, en su Curso la tesis de la a¡bitrariedad, que para Malmberg (2), hace refe- rencia a dos cosas que por lo general han sido con- fundidas y, sigue afirmando, es dudoso que él mis- mo las haya mantenido separadas. El concepto de arbitrariedad, que no inclui- mos por considerarlo suficientemente conocido, lleva a Saussure a afirmar que los signos entera- mente arbitrarios realizair mejor que los otros el ideal del principio ier,niológico. Para Malmberg ha- bría sido más facil defender el punto de vista con- trario, según el cual los signos expresivos por su re- lación directa entre "sentido y sonido", estarían mejor destinados a cumplir su función semiológica que los no motivados. Muestra cl.aramente que 1o que él ha visto es una relación inexistente entre la sustancia del signi- ficante, los sonidos, y la sustancia del significado, el sentido. A pesar de esto admite que esta tesis es limitada pues hay dos tipos de formaciones que esJarían en contra de su principio:1) Las onomatopeyus, ó palaüras imitativas 2) Las exclamaciones, interjecciones, qüe imitati- vas o no, poseen un valor fonético simbólico. Por su parte S. Chatman ha mostrado el carác- UNA INTRODUCCION AL SIMBOLISMO FOTUETICO I I j FILOLOGIA Y LINGUISTICA ter arbitrario de las onomatopeyas pero sin inva- lidar la hipótesis de una motivación, pues siempre existe un grado de semejanza entre las onomato- peyas de las diferentes lenguas. Este principio sausseriano ha creado numero- sas polémicas. Los diferentes puntos de vista los agupa Paul Micláu en cuatro apartados (3): l) Uno de los aspectos que señala Saussure sobre la relación significado-significante es su carác- ter arbitrario. Este carácter ha sido señalado por otros auto- res: Benveniste, P. Naert. Otros lingüístas han insistido en el carácter opuesto al necesario, designado bajo el nombre de "arbitrario". Además de las categorías necesario y arbitra- rio, las dicusiones han ido sobre la noción de moti- vación. Hab'lando de la existencia de una unión nece- saria entre el significante y el significado, analna Micláu la categoría de necesidad no en relación a la arbitrariedad sino a la contingencia. La motivación será tratada como una manifestación de la catego- ría más general de condición. 2) La relación necesaria-contingente se manifies- ta de manera diferente según se considere la palabra como signo léxico al nivel de vocabu- lario o gramatical ál nivel de la morfología o como una síntesis de los dos en el plano sin- táctico. 3) La motivación tiene implicaciones generales concernientes a la estructura informativa del lenguaje. 4) Otro punto esencial en el problema de la moti- vación es el aspecto'diacrónico, lo que en el dominio de la motivación es característico de un cierto período, puede ser negado en otro. El debate sobre el signo lingüístico continúa hasta el momento actual a pesar de los muchos intentos para encontrar una posición única. Pero la mayor parte de los lingüístas están de acuerdo con Ullmann, que piensa que la cuestión de saber si los elementos del lenguaje son motiva- dos o convencionales, arbitrarios, no es valedera, puesto que hay en cada lengua palabras que son "arbitrarias y opacas, sin nexo entre sonido y sen- tido, y otras motivadas y transparentes, al menos en cierto grado". Graur y Wald han propuesto cuatro. calegorías de signo relativamente motivados en la lengua: 1o los préstamos; 2olas onomatopeyas; 3"el lenguaje infantil; 4o el azar. Koener (4) añade además las palabras compuestas y cualquier clase de derivados, que los dos anteriores no parecen ha- ber advertido. Podrían resumirse las teorías de la motivación considerando que existen dos categorías: 1" La motivación absoluta, que comprende la ca- tegoría de palabras en las que el significante reproduce los ¡asgos del significado. A ella pertenecen: a) Interjecciones: que expresan espontáneamente ciertos estados afectivos b) Onomatopeyas: que reproducen los sonidos o ruidos del medio ambiente c) La palabra de "simbolismo fonético": que no contienen más que ciertos sonidos que repre- sentan las características del objeto. Para su- gerir ciertos aspectos de losobietos y los fenó- menos, la lengua recurre a procesos especia- les, que se encuentran en series enteras de pa' labras. 2" La motivación relativa, es la particularidad de los signos complejos en cuya estructura parti- cipan otros. Comprdnde : a) Las palabras derivadas por prefijación o sufda' ción b) Las palabras compuestas c) La motivación semánticas, los signos que se basan en una comparación, una metáfora o cualquier otra figura de estilo semántica. I¿ "árbitrariedad" del signo lingüístico refleja tres categorías, resume Micldu (5), que es necesario tener en cuenta: la necesidad, la contigencia y la condición. Esta última puede ser asimilada, en la lengua, a la motivación. Además de lo expuesto en grupo de investi- gadores quiere demostrar que eúste, durante el aprendizaje del lenguaje é incluso en las lenguas primitivas, un nexo ,natural y relativamente moti- vado entre el sonido y el sentido. Péterfalvi, 1965 y 1970, y Siddiqi, 1969, rntentaron hacer la prue' ba de la existencia de un simbolismo vocálico eri las lenguas. Nos encontramos ya de lleno ante el problema de los valores simbólicos. del lenguaje, el cual pre- senta diferentes aspectos. Uno es la capacidad de los signos lingüísticos, es decir, Ia sustancia de la expresión, de reflejar o describir los sonidos que nos rodean. Esta capacidad o nuestra tendencia a encontrar los sonidos del lenguaje en algunos soni- dos que nos rodean, depende sobre todo de que ciertos sonidos o combinaciones de sonidos lin- güísticos se asemejan a ciertos sonidos típicos de cosas o aconteceres, como afirma Malmberg (6). CRUZ: Simbolismo fonético "P::rra. entonces, pensarse que el lenguaje es ;¡tr ;r:*r'g,r fonéticamente motivado? De acuerdo :l¡rl *- :,J$cepto de Petarfalvi (7) un código es fo- :r: :¿¡er¡te motivado cuando existe un rasgo iiit.üxtjl5ti:É,:. o un conjunto de rasgos que permitan ha- rrr llrr ;lasificación de los significantes que tam- rr,,dr ¡Éi¿ Dertinente en el plano de'los significados.¡'¡r' s,e::rplo. si el rasgo nasal/oral permite hacer ;u¡n :r-¡-slón en un conjunto de signos que, al r4is- :trri :-rr:o,J. se encuentran divididos según un rasgo ffiÍrnrr[ -r Jul "agradable-desagradable", él considera ü,nc íe rata de signos fonéticamente motivados, -l¡mr.L!*:Iz.rndo" Ia nasaüzación el carácter desagra- ¡¡ilirlXrl*i \: se ha demostrado que esto pueda aplicarse Drrr"i-etrre y de una manera general en la lengua. l :grllemente existe el caso de las onomato- pr'¿?§. 3r las que es fácil ver la existencia de un rrr.rE:'-:1inle no arbitrario en la significación, el llülL- ¿inque Lingüísticamente accesorio para P.o- mr:,,¡.¡1. desempeña un papel importante en el pla- Tt :r$i:j¡lÓgico. ::nagy en su artículo "El signo convencional m :r:r.ido", cita como G.O. Murdok ha mostrado .nri. :qj.ste una fuerte correlación entre el concepto ¡¿ :;'¡e v la presencia de la labial-nasal /m/. Il:lmberg, por su parte, afirma que en las r:n¡r::¡;siones verdaderarnente onomatopéyicas su .u:,e:n simbólica se basa directamente en la simi- LLn,,: sonora. Pero habla de la existencia de otra ,:::a de simbolismo menos sonora que presu- r,:n:" dice, una interpretación más impresionista.;,r .sia la percepción de cierto sonido, especial- rre::e vocálicos, como claros y oscurbs. Desde la "m::¿uedad se conocían las vocales claras y cjscuras , -,:s _Eramáticos hablaban deconsonantes fuertes y ¡.¿'*es. sin saber que era la artrculacion anterior, lfl-:Eal la que distinguía las vocales claras de las rsJ:rms. y que las consonantes fuertes son las "sor- l,.L-i" 1' las suaves las "sonoras". Tenemos una percepción subjetiva de ciertos r::-lJos, en especial vocáücos, unos son claros y :-Jls oscuros. Igualmente encontramos que hay :::rencia en la percepción de las consonantes. Pe- :: 1o importante es saber qué papel desempeña es- - ,literenciación en el lenguaje, si la motivación ::rética trasciende a un campo más amplio que el ¡: i¿s onomatopeyas. Esta motivación fonética de signos naturales o ¿:-rit'iciales ha sido estudiada en psicología con el :¡¡:nbre de "Simbolismo fonético". El término, co- =o se concibe en la literatura psicolingüística, desig- :-1 una categoría de experiencias más que un cierto tipo de problemas. Este tema del "simbolismo fonético" presenta dos aspectos diferentes: 1) ¿Conoce el sujeto humano implícitamente có- digos fonéticos motivados, incluso si la moti- vación fonética está ausente en la lengua que habla? 2) En las lenguas naturales ¿existe una parte de motivación fonética? y si es así ¿qué papel desempeña este componente en el comporta- miento verbal? Desde el principio es necesario delimitar qué hay que entender por "simbolismo" y "fonético". Peterfalvi parte de la definición que de lo fonético que dio Littré (8), quien lo consideró como aque- llo que se refería a lavoz, éste esel aspecto de la definición que nos interesa, puesto que la voz hu- mana puede ser considerada como respuesta fónica y como estímulo auditivo. Cuando se habla de sim- bolismo fonético, hay que pensar en un proceso activo de "simbolización", o bien de utilización de un código simbólico preexistente, y no es un sim- ple desciframiento concerniente al valor simbólico de unidades que entran en la esfera auditiva del hombre. Al hablar delavoz humana es necesario tener en cuenta que el acto del habla es en general articulado, en el sentido que da Martinet a este tér- mino cuando habla de "segunda articulación". En efecto, en la casi totalidad de los estudios realizados sobre este tema, los estímulos auditiyos que se estudian son efectivamente articulados y co- mo tales interpretados por los auditores con reali- zaciones de fonemas de la lengua. Con respecto al vocablo"simbolismo", que en el uso corriente de este término conlleva una dua- lidad fundamental, Peterfalvi 1o explica a partir de la definición de que del mismo da Piérron en su "vocabulario de psicología"' "El símbolo es un signo encargado de representar un objeto, un acto, una situación, una idea. El término debe reservarse a los casos en que el signo tiene el carácter de ima- gen, pues la forma, la natwaleza, parece represen- tar 1as relaciones con 1o que simbolaa,y, entonces, tanto convencional como arbitrario, el signo adop- tado se convierte en algo tan general, tan usual que su significación tiene un carácter de evidencia (símbolos matenríticos) el cetro como símbolo de la realeza, etc.)" . Pero en relación con el tema es más preciso el concepto de H. Delacroix sobre el símbolo: "me parece que el símbolo, en el sentido moderno, con- lleva la idea de una correspondencia analógica na- tural y no convencional entre la forma concreta y FILOLOGIA Y LINGUISTICA el objeto que él simboliza", puesto que el aspecto del signo que se estudia es el del caso en que es motivado. El doble aspecto de las definiciones cita- das corresponde a la distinción sausseriana de signos arbitrarios y signos "motivadoó" o "símbolos,,. A partir de aquí puede entenderse el simbo- lismo fonético como "la creación o utilización por el hombre de signos vocáicos motivados". Esta definición plantea el problema de contra- decir el principio de la arbitrariedad del signo lin- güístico dado por Saussure. Sobre esto. dice pe- terfalvi que hay que tener en cuenta que pueden existir signos vocálicos no lingüísticos, por ejem-plo, las palabras artificiales o "sin significado" creadas para los experimentos psicológicos que no tienen ningún papel lingüístico, pero pueden tener significado si los sujetos perciben en ellas un valor simbólico, son, pues, los signos con doble aspecto, aspecto significante y aspecto significado, y 1o que se intenta con los estudios sobre el "simbolismo "fonético", es demostrar que son signos motivados. Desde antes de la lingüística y la psicología contemporánea, el hombre ha sentido la inquietud de comprobar la existencia de una motivación en el signo lingüístico. Prueba de ello es la que creen que se desarrolló sobre una primera lengua univer- sal que designaba las cosas de una manera cierta y transparente. De ahí nació lapreocupación por encontrar esa lengua universal a partir de la cual se formaron las otras. Se suscitaron diferentes teorías acerca de cuál habría sido esa lengua, una de las que mayor divul- gación alcanzó, fue la que consideraba al hebreo como la lengua primera por haber sido, de acuerdo con la tradición bíblica, la que Dios dio al hombre en el Paraíso, y que luego, a causa de sus pecados, perdió su transparencia en Babel. Se consideraba que el primitivo hebreo habría sido,una lengua mo- tivada. Bien pudiera pensarse que los numerosos ejemplos que se encuentran en el Antiguo Testa- mento, especjalmente en los primeros libros, acer- ca de la relación entre el nombre y la cosa, hayan inducido una creencia en este sentido, por ejem- plo, el hombre (Adam) recibe su nombre de la tie- rra, "del polvo de la tierra" (Adamá), Gen. 1.7; su nombre, por lo tanto, simbohza la materia de la que está hecho. Otras veces es un lugar el que re- cibe un nombre simbólico, Jos, 5.9: "Y Yahveh di-jo a Josué: "Hoy he quitado (gal-loti) de encima de vosotros el oprobio pr.ocedente de Egipto". Y se denominó a aquel lugar Guilgal hasta el día de hoy". (9). Actualmente la idea de una lengua original única está completamente abandonada. Posteriormente la lingüística se planteó el pro- blema de la motivación o no motivación en forma más científica, como hemos presentado anterior- mente; pero ha sido la psicología experimental la que verdaderamente ha estudiado el problema del "Simbolismo fonético". De una manera general, se puede decir que el simbolismo fonético se manifiesta cadayez que los sujetos atribuyen un valor simbólico a una forma vocal que no tiene significado convencional. Pala- bras que no forman parte de la lengua, que escapan a una relación arbitraria y predeterminada entre un significado y un significante: lo que los psicólogos llaman "palabras sin significado". I¿ mayor parte de los experimentos que se han hecho en este cam- po consisten en que los sujetos pongan en relación estímulos vocálicos con otros elementos (palabras significativas, estímulos visuales) considerados co- mo testimonios de un valor simbólico. Si la rela- ciór alcanza un sentido concordante en cierto nú- mero de sujetos se considera que existe un simbo- lismo que traspasa las corrientes fortutitas o pura- mente individuales. El criterio a seguir es el con- senso estadísticamente significativo en el sentido de un grupo. Peterfalvi en "Recherches Experimentales sur le Symbolisme Phonétique", da una amplia infor- mación sobre los diferentes experimentos reali- zados en este sentido, de los cuales hemos elegido, a modo de información, los que nos parecen más significativos. En 1929 Sapir realizó el primer experimento de este tipo en lengua inglesa. Presentó a los sujetos so- tidos a la prueba pares de triagramas compuestos de consonante-vocal-consonante, ellos debían adi- vinar cuál de los dos pares significaba "grande" o "pequeño". Los resultados muestran que la vocal elegida para caracterizar el significado "grande" es siempre la más abierta: a, a continuación vienen en orden decreciente: €, e, i. A su vez Newman, en 1933, rcalizó algo aná- logo, introdiciendo el simbolismo del brillo. Enco- mendó a los sujetos la tarea de asignar los signifi- cados "mate" o "brillante" a las sílabas que se les presentaron. Encontró dos categorías de determi- nantes articulatorios. 1) El lugar de articulación y la sonoridad con- sonántica desempeñan un papel en los dos simbo- lismos de "tamaño" y "brillo": la articulación an- terior (articulación localizad,a etla parte anterior de la boca) y, en las consonantes, la sordez deter- mina los significados "pequeño" y "brillante". 2) Ia longitud de las vocales y la apertura son ::pecÍficas del simbolismo de la dimensión: las vo- :aies breves y cerradas significan "pequeño,,, :ientras que las largas y abiertas significan .,gran- -É\ Chastaing añadió otros "significados" que :lpenden también de aspectos articulatorios y r--ústicos de las vocales o las consonantes, sus :rperimentos han demostrado: las vocales anterio- =! \' no redondeadas son "agudas", frente a las¡¡:teriores y labializadas que son "redondas"; las : ¡nsonantes sonoras toman los significados de *{ande", "pesado", "lento", mientras que las sor- :rr tienen los significados opuestos (Chastaing, :964). Otro aspectó de este mismo fenómeno que se - efudiado, es la relación de rasgos articulatorios I acústicos con configuraciones visuales. En este]¿sl se logra un proceso de tipo sinestésico. El i::nplo más conocido es el de Küler (1929), fabri- :,: dos dibujos abstractos, uno muy anguloso y :::r curvilíneo, y pidió a los sqjetos que hicieran :,:-esponder las palabras sin significados',takete,, I "namula" con las dos figuras. la mayoría de *.-,:> eligió "mamula" (consonantes nasal y lateral, r.- l. vocal labiahzada, u) como las que rnás se r:-iptaba a la figura'redondeada; mientras que '--!-tete" (consonante aclusiva, vocal anterior y no -:::adeada) como la más apta parala angulosa. Chastaing ha encontrado el simbolismo de la r -en§ón y de la claridad en francés, inglés y lm",¿iol por el procedimiento de buscar en el voca- lr -¿r'io de estas lenguas la existencia de fonemas :::r valor "simbólico", los cuales se repiten para {L:resar estos significados. Otra forma de descubrir el simbolismo foné- a{::: en las lenguas naturales es el que consiste en CRUZ: Simbolismo fonético NOTAS hacer que los sujetos adivinen el sentido de las pa- labras en lenguas desconocidas para ellos. Casi siempre se presenta un par de palabras extranjeras antónimas y sus traducciones y se pide a los suje- tos que hagan las correspondencias. Black, Brown y Horwitz, 1955, lo reahzaronutilizando el checo, el chino y el hindi. Brackill y Litle, 1957, utthza- ron el hebreo, joponés, chino e inglés. De esta deversidad de experimentos Peterfalvi llega a la conclusión de que si, por un ládo, existe un componente que depende del simbolismo foné- tico en las diferentes lenguas habladas en el mundo y si, por otra, los individuos son capaces de des- cubrir el simbolismo de ciertos fonemas que se les presentan en situación artificial, de hecho solamen- te uno de estas dos órdenes puede ser anticipado como prueba de la existencia del simbolismo foné- tico, quedando el otro como consecuencia. Se deduce también de esto que el simbolismo fonético puede considerarse como un caso de si nestesia, puesto que las relaciones correspondien- tes a un cierto sentido se relacionan con otro. La sinestesia en las personas se considera, normalmen- te, como una anomalía, pero cuando las condicio- nes experimentales han sido creadas artificialmente para esto, todo individuo puede convertirse en sinestésico, puesto que puede relacionar estímulos de diversas modalidades sensoriales, sin que su elección sea hecha al azar. Pero hay que advertir que no existe en gene- ral, una teoría estructurada de la totalidad de estos fenómenos: sinestesia y simbolismo fonético. Se dispone solamente de un cierto número de tdnden- cias, de direcciones teóricas. B. \{almberg: Teoría de los signos B. \falmberg: Signes et Simboles, les bases du len- =se humain P. \licláu: Le Signe Linguistique E.F.K. Koerner: Contribución au Débat Postsussr¡- rien Sur le Signe Linguistique P. Micláu: Le Signe. . . B. Malmberg: Teoría de. . . J.M. Peterfalvi: Introducción a la psicolingüística J.M. Peterfalvi: Recherches Expérimentales sur le Symbolisme Phonétique Bover-Cante¡a: Sagrada Biblia (s) (6) (7) (8) (e) FILOLOGIA Y LINGUISTICA BIBLIOGRAFIA Bover-Cantera: Sagrada Biblia. B.A.C. Mad¡id 1947 Micliu, Paul: Le signe ünguistique. Editions Klincksieck. París I 970 Koerner, E.F.K.: Contribution au débat postsaussurien sur le signe linguistique. The Hague. Paús 1917 Peterfalvi, J.M.: Introducción.a la psicotingüística. Edicio- nes Alcalá. Madrid 1976 Malmberg, Bertil: Teoría de los signos. Siglo Veintiuno Editores. México 1977 peterfalvi, J.M.: Recherches expérimentales sur le symbo- Malmber, Bertil: singes et symboles, les bases du langage i:[:.,iff#:!T?; ffiál' National de la Recherche humain. Editions A y J Picard. París 1977