1 UNIVERSIDAD DE COSTA RICA SISTEMA DE ESTUDIOS DE POSGRADO PROGRAMA DE POSGRADO EN ESPECIALIDADES MÉDICAS “REVISION BIBLIOGRÁFICA SOBRE PSICOSIS EN LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO” Tesis sometida a la consideración de la comisión del Programa de Estudios de Posgrado en Psiquiatría para optar al grado y título de Especialista en Psiquiatría SUSTENTANTE DRA. DIANA SUSSANA HERNÁNDEZ VÍQUEZ Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, Costa Rica 2023 II Dedicatoria y Agradecimientos Dedico este proyecto de tesis a mi familia, pilar y apoyo incondicional a lo largo de mi vida, sin ellos no habría logrado llegar a este momento profesional y personal. Y a todas las personas que de una u otra forma han estado presentes para mí. Agradezco a todos los profesores que ayudaron a cultivar en mí el amor por la Psiquiatría y por sus enseñanzas a lo largo de mi proceso de formación, en especialpor la Psiquiatría de Enlace. III IV Tabla de contenido Dedicatoria y Agradecimientos……………………………………………………….....II Hoja de Aprobación …………………………………………………………………….III Tabla de Contenidos…………………………………………………………………….IV Resumen …………………………………………………………………………….......V Índice de tablas ………………………………………………………………………....VI Índice de Ilustraciones ………………………………………………………………...VII Índice de abreviaturas ………………………………………………………………...VIII Licencia de publicación...................................................................................................... .. 1.Introducción...…...……………………………………………………………………...1 2.Delimitación y formulación del problema de investigación............................................3 2.1 Justificación............................................................................................................ ......3 2.2 Delimitación y formulación del problema de investigación.........................................3 2.3Objetivo General…...………………………………………………...………….........4 2.4 Objetivos Específicos...................................................................................................4 3. Diseño Metodologico.....................................................................................................5 4.Marco Teórico.................................................................................................................6 4.1 Lupus Eritematoso Sistémico y psicosis como manifestación clínica……….............6 4.2 Mecanismo fisiopatológico de psicosis en Lupus Eritematoso Sistémico..................10 4.3 Diagnóstico de psicosis en Lupus Eritematoso Sistémico .........................................12 4.4 Tratamiento de psicosis lúpica y pronóstico...............................................................17 4.5 Psicosis inducida por glucocorticoides como parte del tratamiento de Lupus Eritematoso Sistémico ………………………………………………………….......23 4.6 Psicosis inducida por Cloroquina e Hidroxicloroquina como parte del tratamiento de Lupus Eritematoso Sistémico…………………………………………………....... 27 4.7 Principales efectos secundarios psiquiátricos de la medicación utilizada en el tratamiento parte del tratamiento de Lupus Eritematoso Sistémico…………….......29 5. Conclusiones……………………………………………………………………….....31 6.Anexos …………………………………………………………………………..........34 7.Bibliografía……………………………………………………………………………45 V Resumen El Lupus Eritematoso Sistémico es la enfermedad autoinmune por excelencia debido a su alta prevalencia, pronóstico reservado en algunos casos y principalmente por su amplia gama de manifestaciones clínicas. Su prevalencia es de 163 casos por cada 100. 000 habitantes siendo más frecuente en mujeres entre los 15-65 años. Entre las manifestaciones neurológicas y psiquiátricas se encuentran lo denominado como NPSLE con una prevalencia del 11 al 81%, donde encontramos la psicosis con una prevalencia del 2, 5 al 3,5 por ciento. Entre los principales factores de riesgo para el desarrollo la agresividad del LES, daño multi orgánico, aumento de títulos de anticuerpos, tratamiento concomitante con corticoesteroides y ante la comorbilidad del síndrome anti fosfolípidico. El mecanismo fisiopatológico de NPSLE y de psicosis en sí no está claro entre la hipótesis se encuentran lesiones cerebrales por citoquinas, inflamación, daño vascular y aumento de auto anticuerpos como las más consistentes. El diagnóstico de psicosis como manifestación neuropsiquiátrica involucra la pericia del tratante ante la clínica, una adecuada anamnesis, la integración de pruebas inmunológicas y de laboratorio, el análisis de LCR y estudios de imágenes, así como el descarte de diagnósticos diferenciales, dado a la falta de marcadores o imágenes que brinde un diagnóstico definitivo. El anticuerpo con mayor evidencia en relación a la psicosis lúpica es el anticuerpo antirribosomal P. El tratamiento de la psicosis lúpica es mediante el tratamiento del LES con antipalúdicos, glucocorticoides, inmunosupresores e inmunomoduladores y antipsicóticos en el caso de ser secundaria a LES con el uso en conjunto de antipsicóticos sin que exista un conceso de terapia sino más en la individualidad del paciente. En el caso de la psicosis secundaria a la terapia farmacológica en especial por glucocorticoides con una prevalencia del 4,8% en dosis superiores a 40 mg/día y siendo más propensos los pacientes con hipoalbuminemia, en cuanto hay diagnóstico diferencial entre la PL y la psicosis esteroidea se basa en la asociación temporal. No hay un conceso claro entre la suspensión abrupta de los mismos o el descenso gradual con uso concomitante de antipsicóticos. Respecto a la psicosis secundaria Hidroxicloroquina y Cloroquina la data es limitada, aunque si hay evidencia de su relación causal con psicosis secundaria al tratamiento. Palabras Claves: “psicosis”, “Lupus Eritematoso Sistémico”, “síntomas neuropsiquiátricos”, “glucocorticoides”, “Cloroquina”, “Hidroxicloroquina”. VI Índice de tablas Tabla 1 Criterios diagnósticos de LES por el ACR..............................................................34 Tabla 2 Nuevos Criterios de clasificación EULAR/ACR de LES........................................35 Tabla 3 Prevalencia de manifestaciones neuropsiquiátricas en LES ...................................36 Tabla 4 Nomenclatura ACR de lupus neuropsiquiátrico......................................................36 Tabla 5 Resumen de los modelos comúnmente utilizados para la atribución de un evento neuropsiquiátrico a NPSLE.............................................................................................. .....37 Tabla 6 Datos del tratamiento en seis pacientes con psicosis Lúpica...................................38 Tabla 7 Causas secundarias de psicosis aguda......................................................................39 Tabla 8 Autoanticuerpos potencialmente relevantes en LES neuropsiquiátrico...................40 VII Índice de Ilustraciones Figura 1 Mecanismos fisiopatológicos del compromiso del SNC en LES...........................41 Figura 2 Factores relacionados con la patogénesis de NPSLE ............................................42 Figura 3 Vías patogénicas de LES neuropsiquiátrico...........................................................43 Figura 4 Opciones de tratamiento en LES neuropsiquiátrico...............................................44 VIII Índice de abreviaturas LES Lupus Eritematoso Sistémico NPSLE LES neuropsiquiátrico SLICC Clínica Colaboradora Internacional de Lupus Sistémico ACR Colegio Americano de Reumatología EULAR Liga Europea de Reumatología PL Psicosis Lúpica NP Neuropsiquiátrico TAC Tomografía Axial Computarizada RM Resonancia Magnética EEG Electroencefalograma PEP Primer Episodio Psicótico SLEDAI-2K Índice de actividad de la enfermedad del lupus eritematoso sistémico SDI Índice de daño II 1 1 1.Introducción Cada día observamos mayor complejidad en el diagnóstico diferencial de la patología psiquiátrica debido a la presencia de múltiples comorbilidades médicas, lo cual representa un reto a la hora de abordar al paciente y darle la mejor atención posible. La presencia de síntomas neuropsiquiátricos como manifestación de patologías médicas y en especial de las enfermedades autoinmunes conlleva un desafío diagnóstico el cual nos brinda la oportunidad de realizar un interfaz con otras especialidades médicas. La dicotomía entre mente y cuerpo es un término ajeno a la psiquiatría moderna y principalmente de la rama de la Psiquiatría de enlace. Actualmente hay mayor evidencia donde se vinculan las enfermedades autoinmunes y la psicopatología. Por ejemplo, estudios daneses realizados por Eaton et al. han llegado a correlacionar un incremento de riesgo del 45% de presentar esquizofrenia en pacientes con enfermedades autoinmunes, principalmente con síndrome de Sjögren, enfermedad de Graves Basedow, celiaquía y cistitis intersticial. Otros estudios han demostrado el vínculo de enfermedades autoinmune y psiquiátricas como el trastorno obsesivo compulsivo, autismo y trastorno bipolar (Rodríguez, 2020). Esto lo vemos claramente representado en el Lupus Eritematoso Sistémico, enfermedad autoinmune clásica, siendo esta una afección crónica, autoinmune e inflamatoria que afecta tejido conectivo de múltiples sistemas orgánicos. Se ha vinculado que entre un tercio o la mitad de los pacientes portadores de LES presentan manifestaciones neurológicas o neuropsiquiátricas (Pathak, 2022). LES neuropsiquiátrico (NPSLE) se define como “los síntomas neurológicos o psiquiátricos observados en pacientes con LES después de la exclusión de otras causas” (Pathak, 2022). NPSLE presenta una amplia gama de manifestaciones neurológicas entre ellas se encuentra el accidente cerebrovascular, disfunción cognitiva, convulsiones, psicosis, neuropatías periféricas, trastornos del movimiento, neuropatías craneales y mielitis o meningitis (Pathak, 2022). La psicosis lúpica tiene una prevalencia del 2 al 11% en personas portadoras de LES. (Pathak, 2022), tópico principal a tratar en este escrito. Esta se encuentra clasificada en la categoría de psicosis debida a una condición médica del Manual Diagnóstico y Estadísticas de trastornos mentales, 2 2 Cuarta edición y como síndrome psiquiátrico difuso en la nomenclatura de la ACR de lupus neuropsiquiátrico. Es en el clínico y en el arte del análisis médico esclarecer la causa de la psicosis como manifestación clínica. Aunque esto no siempre se da con facilidad, debido a las múltiples causas que confluyen entre ellas la psicosis secundaria al uso de tratamiento farmacológico en LES, como lo es la psicosis secundaria al uso de corticoesteroides, Cloroquina e Hidroxicloroquina, además de los efectos secundarios con síntomas psiquiátricos de otros fármacos utilizados. Situación que nos lleva a un dilema clínico importante, la psicosis como manifestación clínica o secundaria al tratamiento en LES. En este material se realizará una revisión bibliográfica de la psicosis en el contexto clínico de LES, la importancia de un diagnóstico adecuado y tratamiento farmacológico, factores que influyen en el pronóstico y calidad de vida. 3 3 2. Delimitación y formulación del problema de investigación 2.1 Justificación El lupus eritematoso sistémico en una enfermedad autoinmune con un amplio abanico en sus manifestaciones clínicas, puede presentarse desde una presentación cutánea a una crónica con afectación multi orgánica grave e inclusive potencialmente mortal en una población altamente productiva entre los 20-40 años (Vale, 2023). Entre sus manifestaciones neuropsiquiátricas se encuentra el deterioro cognitivo, la depresión, ansiedad y la psicosis; siendo esta el objeto de análisis en esta tesis. La particularidad de la psicosis en este contexto clínico se centra en que puede ser secundaria a la patología en sí o secundaria al tratamiento utilizado para la misma. Entre mayor índice de actividad de la enfermedad mayor riesgo de manifestaciones neuropsiquiátricas. El adecuado análisis clínico multidisciplinario es crucial en la depuración diagnóstica de la psicosis en el contexto de LES para brindar un abordaje y tratamiento adecuado tomando en cuentas las repercusiones a nivel de la calidad de vida la cual puede verse ampliamente deteriorada. 2.2 Delimitación y formulación del problema de investigación Realizar una revisión bibliográfica actualizada sobre psicosis como manifestación neuropsiquiátrica en el Lupus Eritematoso Sistémico 4 4 Objetivos 2.3 Objetivo General 1. Realizar una revisión bibliográfica sobre psicosis en Lupus Eritematoso Sistémico como manifestación clínica y en relación al tratamiento farmacológico para dicha entidad nosológica. 2.4 Objetivos Específicos 1. Realizar un repaso sobre Lupus Eritematoso Sistémico y psicosis como parte de su manifestación clínica para poder comprender la importancia de un adecuado diagnóstico y abordaje. 2. Explicar el mecanismo fisiopatológico de psicosis en Lupus Eritematoso Sistémico para poder comprender la relación entre las dos entidades. 3. Analizar las herramientas diagnósticas de psicosis secundaria a Lupus Eritematoso sistémico con el objetivo de tener una mayor claridad en el uso de la mismas. 4. Describir el tratamiento de psicosis lúpica y pronóstico con el fin de brindar un abordaje adecuado. 5. Analizar la relación de psicosis inducida por glucocorticoides, Hidroxicloroquina y Cloroquina como parte del tratamiento de Lupus Eritematoso Sistémico. 6. Describir los principales efectos secundarios psiquiátricos de la medicación utilizada en el tratamiento de Lupus Eritematoso Sistémico 5 5 3.Diseño metodológico La tesis realizada consiste en una revisión bibliográfica de artículos científicos y literatura sobre la psicosis como manifestación neuro psiquiátrica en Lupus Eritematoso Sistémico, la cual se realizó a través de distintas plataformas y bases digitales, entre ellas: PubMed, Up to Date, Clinical Key, Medline, Cochrane, SIBDI (UCR), BINASSS, Scielo y Elsevier. Las palabras claves utilizadas fueron: “psicosis”, “LES”, “síntomas neuropsiquiátricos”, “glucocorticoides”, “Cloroquina”, “Hidroxicloroquina”. 6 6 4.Marco Teórico 4.1 Lupus Eritematoso Sistémico y psicosis como manifestación clínica El Lupus Eritematoso Sistémico es la enfermedad autoinmune por excelencia por motivos varios, entre ellos su alta prevalencia, pronóstico reservado en algunos casos y principalmente por su amplia gama de manifestaciones clínicas. Este abanico de signos y síntomas heterogéneos puede conllevar a un infra diagnóstico o diagnóstico tardío (Rodríguez, 2020). Se habla en la literatura que hay aproximadamente 2 años de retraso en la mediana del diagnóstico (Piga,2021). La prevalencia es de 163 casos por cada 100. 000 habitantes, es más frecuente en mujeres entre los 15-65 años, con una proporción de 9:1 respecto a los varones. Presenta también variabilidad entre razas, con prevalencia 40/ 100.000 en caucásicos, 126/ 100.000 en hispanos y 200/ 100.000 en raza negra. La supervivencia de LES a 10 años es del 70% con un adecuado tratamiento y control (Rodríguez, 2020). Respecto al diagnóstico, este se basa en los criterios diagnósticos del Colegio Americano de Reumatología, el paciente debe presentar al menos 4 de los 11 criterios para un diagnóstico fidedigno como se puede observar en la Tabla 1. Entre los criterios encontramos manifestaciones cutáneas como eritema malar, rash discoide, ulceras orales, fotosensibilidad, a nivel renal nefropatía con proteinuria, artritis, serositis, alteraciones neurológicas, hematológicas, inmunológicas y anticuerpos antinucleares positivos. En el apartado de trastornos neurológicos como criterios se consigna la psicosis en ausencia de factores metabólicos, electrolítico o farmacológicos como factor causal. Respecto a las manifestaciones cutáneas, estás se han descrito como el síntoma más común no relacionado con la psicosis lúpica. En setiembre del 2019 se publicaron los nuevos criterios, los cuales se desarrollaron entre el Colegio Americano de Reumatología y la Liga Europea de Reumatología EULAR, con una sensibilidad similar a los criterios de SLICC pero una 7 7 especificidad mayor de 93,4% en comparación a un 83,6% de los criterios anteriores (Narváez, 2020). En esta nueva clasificación se observan 7 dominios clínicos y 2 inmunológicos, siendo el punto de partida la positividad de anticuerpos antinucleares ANA (Narváez, 2020), ejemplificada en la Tabla 2. Aunque estos nuevos criterios tienen el propósito de homogenizar muestras para investigación más allá que del uso clínico (Narváez, 2020). Un aparatado importante vinculado al LES son las manifestaciones neuropsiquiátricas, las primeras fueron reportadas en el año 1872 (Kang, 2019). Estas pueden estar presentes en relación a la propia enfermedad, a los fármacos utilizados como parte del tratamiento o a la exacerbación de una condición psiquiátrica pre mórbida (Pathak, 2022). En este escrito se hará referencia a las dos primeras condiciones mencionadas. El Lupus Eritematoso Sistémico neuropsiquiátrico se define como “los síntomas neurológicos y psiquiátricos a consecuencia de la afectación lúpica del sistema nervioso central, periférico y autónomo, en los que se haya excluido otras causas” (Rodríguez, 2020). La prevalencia del NPSLE varía según los estudios y esta se presenta desde un 11 al 81% en personas portadoras de LES, asociándose con mal pronóstico (Pathak, 2022). Es menos frecuente en adultos mayores, donde la psicosis se presenta entre el 2% y el 11% de los pacientes (Rodríguez, 2020). Respecto a la presentación en etnias, se presenta con mayor frecuencia en afrodescendientes y asiáticos en comparación con personas blancas; pero se presenta con mayor gravedad en pacientes blancos (Sarwar, 2021). Las manifestaciones del NPSLE pueden presentarse antes, en el momento del diagnóstico o posterior al diagnóstico de LES (Pathak, 2022). 50-60% de los casos de NPSLE aparecen en el primer año tras el diagnóstico del LES, siendo éste el síndrome de inicio del mismo, por lo que el diagnóstico inicial puede ser erróneo (Rodríguez, 2020). 8 8 Los pacientes pediátricos, adolescentes y adultos jóvenes presentan un mayor riesgo de desarrollar psicosis relacionada con LES (Kumar, 2021). Según Rodríguez se identifican como factores de riesgo para el desarrollo de NPSLE la agresividad del LES, daño multi orgánico, aumento de títulos de anticuerpos, tratamiento concomitante con corticoesteroides y ante la comorbilidad del síndrome anti fosfolípidico. Respecto al grado de agresividad y daño estos se miden por medio de “el índice de actividad de la enfermedad del lupus eritematoso sistémico 2000 (SLEDAI-2K) y el índice de daño SLICC/ACR (SDI).” (Hanly,2019). Las manifestaciones clínicas del NPSLE son diversas, estas se pueden observar en la Tabla 3. Entre las comunes, la cuales representan menos del 5%, se cita la disfunción cognitiva con una prevalencia de 1-20%, y los trastornos del estado de ánimo con una prevalencia de 1-20%. Entre las poco comunes, la cuales representan del 1 -5%, se cita la psicosis en este caso con una prevalencia del 2.5 al 3,5%. Si bien las psicosis lúpica es poco común, es un diagnóstico que debemos tener presente “ya que puede aparecer como signo o síntoma de inicio o en el primer año tras el diagnóstico, la actividad del LES como la presencia de otras manifestaciones neuropsiquiátricas lúpicas previas son factores de riesgo para desarrollar PL” (Rodríguez, 2020). Muñoz menciona, que los hallazgos realizados en Medellín concuerdan con lo descrito en otros estudios donde una alta actividad de la enfermedad confiere un mayor riesgo para el desarrollo de la psicosis lúpica. Los síntomas psicóticos de la PL no presentan diferencias clínicas de un episodio psicótico convencional. Sin embargo, las alteraciones del contenido del pensamiento y las alucinaciones visuales y auditivas son características en la psicosis lúpica (Muñoz, 2022). Kumar por su parte describe que los delirios más frecuentemente encontrados son los de contenido paranoide. Kang por su parte describe los de grandiosidad en 35 a 47% seguidos 9 9 por lo paranoides en un 37%. Hanly en el año 2019 publicó los resultados de estudio de cohorte prospectivo internacional inicial de psicosis en LES, fue realizado por SLICC con 53 investigadores en 43 centros médicos académicos en 16 países. Dicha muestra fue de 1.826 pacientes entre octubre de 1999 y diciembre de 2011, de centros de EE. UU, Europa, México y Asia. Entre los resultados reportados: “Los eventos de NP (≥1) ocurrieron en 951 de 1.826 pacientes (52,1%), y 488 de 1.826 pacientes (26,7%) tuvieron ≥2 eventos durante el período de estudio. Hubo 1.902 eventos únicos de NP, que abarcan los 19 síndromes de NP en las definiciones de caso del ACR. La proporción de eventos de NP atribuidos al LES varió del 17,8% al 31,1%.” (Hanly, 2019) Al especificar sobre los eventos psicóticos en dicho estudio: “28 de 1.826 pacientes con psicosis (1,53%), 26 de 28 (93%) tuvieron un solo evento psicótico, mientras que 1 paciente tuvo 2 eventos discretos y 1 paciente tuvo 3 eventos discretos” (Hanly, 2019), siendo la mayoría secundarios a LES. Además, en dicho estudio un 80% de los pacientes con psicosis lúpica, tuvieron su primer episodio en el año anterior o dentro de los 3 años posteriores al diagnóstico de LES. Como dato llamativo se presentó una mayor asociación con el sexo masculino, sin embargo, las correlaciones fueron similares a las publicadas en otros artículos en cuanto a la presentación del primero episodio psicótico en el año anterior o 3 años posterior al diagnóstico; la resolución del cuadro en la evaluación anual fue de un 80% de los pacientes. En dicho estudio no se logró una conclusión respecto a la relación con anticuerpos anti-P. 10 10 4.2 Mecanismo fisiopatológico de psicosis en el Lupus Eritematoso Sistémico “Los mecanismos fisiopatológicos del NPSLE siguen siendo poco conocidos; sin embargo, se han propuesto varios factores de riesgo como posibles culpables de la patogénesis del NPSLE.” (Sarwar, 2021). Estos los podemos analizar en la figura 2 donde se relacionan factores genéticos, anticuerpos, citoquinas, aterosclerosis acelerada y otros factores específicos. La etiopatogenia “se atribuye en gran medida al aumento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica y las lesiones cerebrales mediadas por citoquinas, al papel de los auto anticuerpos contra los antígenos neuronales, a las proteínas asociadas a fosfolípidos y la generación intracraneal de marcadores infamatorios” (Pathak, 2022). Sarwar por su parte plantea que se presenta una “pérdida de la tolerancia inmune al antígeno nuclear celular, producción de auto anticuerpos y depósito de complejos inmunes que conducen a la activación del complemento, inflamación tisular y apoptosis celular. La activación alterada de las células B y T, la eliminación anómala del material apoptótico y la activación del interferón tipo I (IFN)”. A su vez hay una asociación “con un alto nivel de anticuerpos contra las proteínas p- ribosomales, Il-6 en el líquido cefalorraquídeo, anticuerpos anti Sm en suero y anticuerpos anti fosfolípidos” (Pathak, 2022). En la Figura 1 podemos observar las diversas causas que se establecen como mecanismo de acción entre ellos, el daño vascular, la producción de citoquinas por células T, lesión directa del sistema nervioso central, sistema inmune endocrino, los auto anticuerpos de las células B y la atrofia cerebral por parte del proceso de neuro degeneración. No obstante, de una forma más detallada se describen 3 mecanismos fisiopatológicos: “la disrupción de las reacciones homeostáticas de la membrana celular, la estimulación celular que conlleva a un aumento de la actividad pro coagulante y la lesión 11 11 neuronal directa provocada por los anticuerpos” (Rodríguez, 2020). Sawar amplia sobre estos mecanismos, donde expone la “vía autoinmune o inflamatoria debido a los mediadores inflamatorios o auto anticuerpos con formación de complejos inmunes intratecales o alteración de la barrera hematoencefálica y la vía isquémica o vía trombótica que conduce a microangiopatía cerebral, oclusión vascular y hemorragia. La aterosclerosis acelerada, el depósito de complejos inmunitarios y la lesión vascular mediada por el sistema inmunitario interactúan en esta vía.” En la figura 3 se observa estas vías. Respecto a los anticuerpos y su relación con la fisiopatología, Sawar expone: “Los mediadores importantes incluyen anticuerpos anti endoteliales, anti- ribosomales P y anti neuronales. Los anticuerpos anti-NR2 y anti-ribosomales inducen la muerte de las células neuronales cuando pasan a través de la barrera hematoencefálica alterada. La presencia de anticuerpos anti-NR2 en el líquido cefalorraquídeo produce un deterioro de la función motora y una alteración en el procesamiento viso espacial. En la tabla 8 se muestran auto anticuerpos y su asociación con NPSLE. Si bien la patogénesis aún no está clara, se plantea una confluencia de los mecanismos fisiopatológicos antes planteados. Expuesto esto, se puede plantear un NPSLE primario mediado por factores isquémicos e inflamatorios y secundario debido a medicamentos. Ante lo expuesto enfatizamos en la necesidad de desarrollar estudios respecto a biomarcadores de laboratorio específicos y sensibles en psicosis en el contexto de LES. 12 12 4.3 Diagnóstico de psicosis en Lupus Eritematoso Sistémico En el año 1999 el Colegio Americano de Reumatología desarrolló la definición de caso, los criterios de diagnóstico, exclusión y el método de determinación de 19 síndromes NPSLE. (Pathak, 2022). Los síndromes NP se pueden dividir en 12 síndromes del SNC y siete síndromes del SNP (Sarwar, 2021). Estos se clasificaron en síndromes neurológicos centrales, neurológicos periféricos y síndromes psiquiátricos difusos como se ejemplifica en la tabla 4, siendo en este último apartado donde se categoriza la psicosis. Si bien esta clasificación es del año 1999 aún continúa siendo referencia para la valoración de los síntomas neuropsiquiátricos. En el año 2020 la Liga Europea Contra el Reumatismo publicó recomendaciones para diagnosticar, prevenir y tratar las manifestaciones neuropsiquiátricas del Lupus Eritematoso Sistémico. (Muñoz, 2022) La definición de caso de psicosis del ACR cumple lo siguiente: “1) delirios o alucinaciones sin conciencia de enfermedad; 2) causar malestar clínico o deterioro en áreas sociales, ocupacionales u otras áreas relevantes del funcionamiento; 3) la alteración no debe ocurrir exclusivamente durante el delirio; y 4) no se explica mejor por otro trastorno mental”. (Hanly, 2019). Una herramienta facilitadora en el diagnóstico es el uso de modelos de atribución de un evento neuropsiquiátrico a NPSLE, entre los cuales están el de las clínicas colaboradoras internacionales de Lupus Sistémico SLICC y el de la sociedad italiana de reumatología, los cuales se detallan en la tabla 5 y en la tabla 4 se ejemplifica la nomenclatura ACR donde la psicosis se clasifica en los síndromes psiquiátricos difusos. EL modelo SLICC fue instaurado en el año 2007 como guía diagnostica, este se dividía en modelo A y B según la aparición de síntomas neuro psiquiátricos previo al diagnóstico de LES, siendo el A más estricto teniendo 13 13 una especificidad del 98% pero una pobre sensibilidad del 33% por otro lado su contraparte con una especificidad del 86% y una sensibilidad de 64%. Luego apareció el modelo de la sociedad italiana en el 2015 basado en una puntuación numérica, donde una puntuación mayor o igual a 7 el evento se atribuyó en un 82,9% a un evento neuro psiquiátrico con una sensibilidad del 71,2% y una especificidad del 84, 5%, este último modelo se validó con el criterio clínico del equipo. En sí, “No existe una única prueba clínica, de laboratorio, neuropsicológica y de imágenes que puedan usarse para diferenciar pacientes con NPSLE de pacientes sin NPSLE con manifestaciones neuropsiquiátricas similares” (Pathak, 2022). Sin embargo, Rodríguez recalca la necesidad de la realización de pruebas complementarias con “anticuerpos antinucleares y técnicas de neuroimagen en los primeros episodios psicóticos para descartar etiologías orgánicas como la psicosis lúpica.”. Según cita, Rodríguez; “Para el diagnóstico de del NPSLE la primera herramienta es la anamnesis y el examen clínico. Ciertas pruebas complementarias son de gran utilidad, como, por ejemplo, los estudios serológicos, que incluyan una batería amplia de perfiles de autoinmunidad. Entre otros, se suelen solicitar anticuerpos antinucleares (ANA), anticuerpos anti- DNA de doble cadena y niveles de complemento (que suele estar disminuido). De los 119 anticuerpos que se han relacionado con él LES, 11 específicos del cerebro y 9 sistémicos. Ninguno de ellos ha resultado específico de una manifestación neuro psiquiátrica en concreto. Algunos de ellos, como los anticuerpos anticardiolipina y el anticoagulante lúpico, se relacionan con el daño vascular: accidentes cerebrovasculares, deterioro cognitivo, etc. Los anticuerpos antirribosomales P, se han asociado recientemente con la psicosis lúpica (PL).” (Rodríguez, 2020). 14 14 Respecto a los ANA, Rodríguez menciona “La positividad de los ANA es del 95-100% de los casos en LES, con un 30% de falsos positivos. Podemos afirmar, por tanto, que se trata de un marcador muy sensible, aunque no demasiado específico para LES.” Dicho estudio es incluido en protocolos de PEP de la guía australiana, la NICE o en la Guía clínica y terapéutica para primeros episodios psicóticos en la infancia y adolescencia del CIBERSAM (2015) (Rodríguez, 2020). Se enfatiza la importancia de la solicitud de estos estudios en pacientes jóvenes con PEP y mujeres debido a la alta prevalencia del LES en este grupo etario. Otros anticuerpos a considerar son los anticuerpos anti-ADN nativo y anti- Sm debido a que son los más específicos para LES, pero no así para la psicosis lúpica, con una sensibilidad del 56 al 70% y del 19 al 25% respectivamente. No obstante, el anticuerpo anti- ADN nativo y sus niveles séricos reflejan la actividad de la enfermedad y se pueden emplear para monitorizar la enfermedad, siendo la actividad de la enfermedad como se ha mencionado un factor relacionado con la presencia de manifestación neuropsiquiátricas (Vale,2023). Respecto al papel de los anticuerpos antirribosomales P, a los que se le ha venido dando mayor importancia, Rodríguez menciona: “En la literatura científica actual es destacado el papel de los anticuerpos antirribosomales P en la PL. Dichos anticuerpos son unos anticuerpos reactivos a las 3 grandes subunidades P ribosomales: la P0 (38000 Da), P1 (19.000 Da) y P2 (17.000 Da). Hay estudios que han demostrado una positividad de hasta el 90%de anticuerpos antirribosomales P en pacientes que han desarrollado psicosis a lo largo del curso del LES y se han relacionado títulos elevados de anticuerpos antirribosomales P y psicosis aguda, asociados con una clínica más florida de síntomas positivos”. Sin embargo, en el mismo artículo se plantea que más de la mitad de sujetos con anticuerpos antirribosomales P positivos y LES no desarrollan psicosis a lo largo de la evolución clínica y en otros casos 15 15 el cuadro psicótico aparece tras largos periodos de positividad de dichos anticuerpos. Actualmente no hay evidencia para solicitar dichos anticuerpos de forma rutinaria, no obstante, en pacientes con diagnóstico de LES y presenten psicosis, la positividad y la elevación de dichos anticuerpos de forma orientan a un episodio psicótico secundario a LES. En un estudio de cohorte prospectivo en una muestra de 1047 pacientes, se asoció la relación entre la psicosis lúpica y el anticuerpo anti ribosomal P. En dicho estudio se observó una relación entre los títulos de auto anticuerpos y el desarrollo de síntomas neuro psiquiátricos, “incremento en los niveles a nivel plasmático son predictores del desarrollo de los síntomas como lo son la depresión severa y manifestación psicóticas, además elevaciones recurrentes se relacionan con mayor recurrencia de los síntomas”. (Paolazzi, 2019) Entre otras pruebas complementarias útiles para el diagnóstico, Rodríguez menciona: “pruebas de neuropsicología, análisis de líquido cefalorraquídeo, tomografía axial computarizada (TAC), resonancia magnética nuclear (RM más sensible que la TAC para lesiones de sustancia blanca), electroencefalograma (en el 80% de los casos de NPSLE es anormal con predominio de ondas lentas). Las lesiones descritas en pacientes con NPSLE en pruebas de neuroimagen (RM) son inespecíficas. No obstante, en el 30-40% de pacientes con NPSLE, se han descrito lesiones en sustancia blanca periventricular, subcorticales yen cuerpo calloso, que aumentan en intensidad en momentos de reagudización de la patología, indicativas de lesión vascular.” (Rodríguez, 2020). Incluso en algunos textos se menciona que las alteraciones en la RM pueden presentarse desde un 54-81% en pacientes con NPSLE. El clínico debe contemplar todas las herramientas disponibles desde la historia clínica detallada hasta estudios complementarios de laboratorio y gabinete para realizar un análisis clínico de la evidencia médica. “Las directrices sugieren que las manifestaciones neuropsiquiátricas en LES deben evaluarse y tratarse primero como en pacientes sin LES, y 16 16 luego deben correlacionarse con la enfermedad” (Pathak, 2022). No obstante, Pathak menciona casos donde “inicialmente se presentaron con síntomas neuropsiquiátricos y luego se encontró que tenían LES en la evaluación o donde ambas condiciones coexisten”. Por lo tanto, el diagnóstico de la PL sigue siendo de exclusión, se debe tener en cuenta otras causas de psicosis secundaria en especial la secundaria al uso de esteroides. Como se ha recalcado las manifestaciones neuropsiquiátricas de LES y en especial la psicosis conlleva un enigma diagnostico importante, en la Tabla 7 presentada por Kumar se citan los principales causas de psicosis secundaria a tomar en cuenta ante estas manifestaciones, entre ellos causas vasculares, infecciosas, deficiencia de vitaminas, depósito de metales, patologías autoinmunes, drogas y abuso de sustancias, endocrinológicas, convulsiones, demencia, errores del metabolismo, trastornos hidroelectrolíticos y otras causas como lo son tumores cerebrales. No obstante, debemos recordar indagar en la historia clínica una condición psiquiátrica previa. 17 17 4.4 Tratamiento de psicosis lúpica y pronóstico El tratamiento en sí de la psicosis lúpica consiste principalmente en tratamiento inmunosupresor y en casos refractarios inmunomoduladores y biológicos. “La recuperación de la PL suele ser completa antes de un año con un adecuado tratamiento frente al LES. No suele haber recaídas si existe un buen control de la enfermedad autoinmune de base.” (Rodríguez, 2020). “Hay estudios que describen una remisión completa y ausencia de recaídas psicóticas en un 70%, incluso 20 años después del inicio, siempre con tratamiento antilúpico correcto y sin necesidad de antipsicótico”. (Rodríguez, 2020). Por lo que se puede concluir que la PL tiene un buen pronóstico con un tratamiento adecuado y oportuno aunado a una adecuada adherencia. Aunque si bien esta es una complicación ya descrita, “su baja incidencia ha limitado el número de ensayos clínicos y el consenso sobre su tratamiento”. (Muñoz, 2022). Respecto al tratamiento, Kumar hace referencia: “El tratamiento estándar para el NPSLE es la terapia en pulsos de metilprednisolona. La ciclofosfamida, ha sido el mejor agente de segunda línea, con mayor eficacia que la metilprednisolona y con una seguridad comparable El objetivo siempre debe ser la administración de glucocorticoides a dosis mínimas y el uso de Micofenolatomofetilo y Azatioprina como ahorradores de esteroides como terapia de mantenimiento. La inmunoglobulina intravenosa, la plasmaféresis, el Rituximab y productos biológicos más nuevos como Belymumab y Tofacitinib son posibles agentes de tercera línea para tratar la psicosis lúpica. Además de la terapia inmunosupresora, los pacientes con NPSLE necesitan con frecuencia psicofármacos, especialmente en su presentación aguda. Además, los 18 18 pacientes con LES tienen una carga psicológica mayor y se asocian con un mayor riesgo de suicidio. Generalmente los antipsicóticos atípicos son bien tolerados.” La dosis estándar de metilprednisolona es un 1g/día IV durante 3 a 5 días y luego la presentación oral es utilizada en los esquemas de reducción los cuales tiene una duración de aproximadamente 3 a 12 meses. Si posterior al uso de 7 días de tratamiento corticoesteroideo a dosis altas y ante una respuesta inadecuada y en presencia de síntomas neurológicos como neuritis óptica, convulsiones refractarias o datos de inflamación a nivel de SNC evidenciados en el análisis de LCR o en estudio de imagen con RM se recomienda el uso de Ciclofosfamida intravenoso, esta última recomendación fue dada por Kang, no obstante se basó en los resultados de un único ensayo controlado donde se comparó el uso de Metilprednisolona y Cicloflosfamida. Kang a su vez recomienda un esquema de reducción de Prednisolona durante 8 semanas, en combinación con el uso de Ciclofosfamida con una duración media de 5 meses y el uso de Azatriopina de mantenimiento de forma indefinida donde se evidencio un porcentaje de remisión del 92,3% por lo que este esquema se considera una medida adecuada para el control de la PL con una reducción en el uso de corticoesteroides. La terapia inmunomoduladora se basa principalmente en la Inmunoglobulina vía intravenosa la cual se emplea a una dosis de 0,4mg/kg/día por un promedio de 5 días cuando hay una falla al tratamiento inmunosupresor o cuando este está contraindicado, se plantea que este fármaco modula la inmunidad al estimular la actividad de las células T reguladoras, suprime la producción de auto anticuerpos por las células B y a su vez neutraliza auto anticuerpos patógenos (kang,2019). La terapia biológica emerge desde el mecanismo fisiopatológico inflamatorio, principalmente para NPSLE refractario. El Rituximab, anticuerpo monoclonal quimérico anti -CD20, un ciclo de este fármaco suprimió el nivel de células B CD20 por un promedio de 6 19 19 meses. Se reporta la disminución de anticuerpos anti-ribosomales P y luego una remisión con la combinación de Ciclofosfamida y Rituximab. A su vez, este fármaco se ha relacionado con una mejoría en el índice de actividad de la enfermedad SLEDAI y como terapia complementaria en casos NPSLE refractarios con una respuesta en el 85% de los casos siendo parcial o completa; sin embargo al suspenderla presentó una tasa de recaída del 45% por lo tanto se planteó que se debe mantener (Kang, 2019). Sin embargo, aunque si bien estos resultados orientan a tratamientos efectivos es necesario ampliar la evidencia científica sobre su uso. En un estudio de cohorte retrospectivo realizado en el Hospital San Vicente Fundación (Medellín, Colombia) con 2.479 pacientes con LES valorados entre el 1 de enero de 2012 y el 31 de diciembre de 2020, se evaluaron los pacientes que cumplían con la definición de caso de psicosis lúpica ACR 1999 para manifestaciones de NPSLE. De esta muestra, 6 pacientes mujeres en un rango de edad de 16 a 49 años tenían psicosis lúpica lo que representa un 0,24%. En dicho estudio “Cuatro pacientes fueron tratados concomitantemente con antipsicóticos como Haloperidol, Olanzapina o Quetiapina. Los síntomas psiquiátricos se resolvieron por completo en cinco pacientes y un paciente murió por complicaciones infecciosas.” (Muñoz, 2022). En la tabla 6 se muestra con detalle el tratamiento utilizado. Muñoz menciona respecto al tratamiento: “El tratamiento de pacientes con psicosis lúpica también depende de la presencia y gravedad de otras manifestaciones de la enfermedad y no sólo del evento psicótico en sí. Los glucocorticoides son la piedra angular en la fase de inducción del tratamiento de la psicosis lúpica, junto con un agente inmunosupresor adicional (Ciclofosfamida, Azatioprina, Metrotexato, Micofenolato de mofetilo) que varía ampliamente, como lo reportan otros autores. Se debe elegir el fármaco antipsicótico basado en su perfil de eficacia y seguridad”. 20 20 Muñoz describe que “más del 80% de los eventos psicóticos se resuelven en la segunda evaluación anual posterior al inicio del evento.” En sí los dos antipsicóticos más utilizados son la Risperidona y la olanzapina para el control de los síntomas, no obstante, el uso prolongado de los mismo es innecesario debido a que los síntomas resuelven en un periodo de 2 a 4 semanas con un tratamiento inmunosupresor idóneo (Kang, 2019). Respecto al manejo farmacológico de NPSLE Sarwar plantea: “Algunas terapias en NPSLE son empíricas debido a la falta de ensayos clínicos controlados. El tratamiento farmacológico está dirigido a tratar la inflamación o prevenir eventos trombóticos en la práctica clínica, dependiendo de la supuesta fisiopatología subyacente. En pacientes con manifestaciones de actividad lúpica generalizada o lesión inmunomediada, se justifica el inicio de inmunosupresores como corticoesteroides solos o en combinación con otra terapia inmunosupresora, incluida Azatioprina, Ciclofosfamida y Micofenolato de mofetilo. El principal objetivo de la inmunoterapia es resolver o estabilizar los síntomas. La Ciclofosfamida intravenosa y la Prednisolona oral son los únicos agentes probados en NPSLE con resultados positivos. Los pacientes que toman medicamentos antipalúdicos han informado de un menor riesgo de convulsiones. Otras terapias complementarias incluyen estatinas en pacientes con trombosis arterial o venosa recurrente y fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE) para el dolor. Sin embargo, el uso de AINE en él LES se asocia con una mayor incidencia de meningitis aséptica recurrente. El NPSLE isquémico se trata con anticoagulación y tratamiento antiplaquetario, especialmente si los pacientes tienen anticuerpos antifosfolípidos positivos. En gran parte de los pacientes coexisten NPSLE inflamatorio e isquémico; Los autores sugieren el uso de una combinación de terapias, que incluyen terapia inmunosupresora, anticoagulación y antiplaquetaria. 21 21 Aunque los pacientes con NPSLE se adaptan individualmente”. En la Figura 4 se ejemplifica el algoritmo de tratamiento basado en la evidencia actual. Otro factor a considerar es la falta de estudios respecto al tratamiento, Sarwar ejemplifica esta tónica en el caso del tratamiento con inmunomoduladores: “Hay datos limitados relacionados con la eficacia de los agentes biológicos en el NPSLE. El uso de rituximab solo o en combinación con inmunosupresores convencionales, incluida la ciclofosfamida, ha informado resultados favorables en estudios abiertos sobre el agotamiento de los linfocitos B, pero requiere datos aún más precisos. El uso clínico de Belimumab en el NPSLE ha demostrado eficacia sólo en pacientes con dolores de cabeza, no en aquellos que tuvieron eventos significativos de NPSLE. Un ensayo clínico reciente de fase III informó el resultado positivo de Anifrolumab en el NPSLE; sin embargo, este ensayo excluyó a pacientes con enfermedad grave y aún no se han publicado más resultados. Por lo tanto, existe una necesidad insatisfecha de nuevas terapias dirigidas a la BHE (la alteración da como resultado la exposición de autoanticuerpos al cerebro), citocinas (IL-6, IFN tipo I) y células microgliales para el tratamiento del NPSLE.” Algo importante a considerar es la adherencia al tratamiento, Sotomayor menciona: “algunos estudios demuestran que la adherencia en estos casos no es apropiada. Esto se explicaría por varios factores, como la dificultad para aceptar la enfermedad y la creencia por parte de los pacientes de que el tratamiento no es necesario, el miedo a los efectos adversos de los fármacos, las dificultades prácticas para obtener los medicamentos y la comunicación escasa por limitaciones temporales entre médico y paciente. Los trastornos neuro psiquiátricos en pacientes con LES pueden reducir el cumplimiento terapéutico y provocar así la reactivación de la enfermedad, el aumento de las visitas a centros de asistencia médica y la consecuente afectación en el pronóstico y la calidad de vida” (Sotomayor, 2022) 22 22 En dicho estudio 63,3% tuvo una baja adherencia al tratamiento, este porcentaje es comparado con otros estudios citados respecto a la adherencia y de forma comparativa los resultados concuerdan con el bajo porcentaje de adherencia de los pacientes con LES. Otros factores asociados a la pobre adherencia son la edad joven, bajo nivel socioeconómico, pobre nivel educativo, desempleo, residencia rural, plurifarmacia y la presencia de trastornos del estado de ánimo como depresión (Piga,202).Por lo tanto, es de suma importancia fomentar y educar a estos pacientes sobre el uso adecuado de la medicación y a la adherencia al mismo debido a las consecuencias médico clínicas y para disminuir el riesgo de nuevos episodios de psicosis como bien hemos leído a mayor actividad de la enfermedad mayor riesgo de psicosis y de mortalidad. Los pacientes que recibieron un tratamiento inmunosupresor de forma agresiva en el episodio agudo presentaron una remisión sostenida (Kang, 2019). Ahn menciona posterior a su estudio en pacientes coreanos portadores de LES y con manifestaciones neuropsiquiátrica presentan tres veces mayor riesgo de mortalidad independientemente de la manifestación neuro psiquiátrica asociada. Kang recalca la asociación de NPSLE con el detrimento en la calidad de vida y mayor daño a nivel orgánico. El abordaje de las NPSLE y en especial de la PL amerita un abordaje multidisciplinario entre médicos internistas, neurología, reumatología, entre otras y en especial de psiquiatría con el fin de brindar la mejor opción terapéutica según las necesidades individualizadas del paciente. 23 23 4.5 Psicosis inducida por glucocorticoides como parte del tratamiento de Lupus Eritematoso Sistémico Los glucocorticoides son fármacos con propiedades antiinflamatorias, inmunosupresoras y antialérgicos. Son ampliamente utilizados en patologías agudas y crónicas, entre ellos en las patologías inmunológicas y del tejido conectivo. Sus propiedades antiinflamatorias se dan mediante dos vías, una vía genómica o clásica y una vía no genómica (Narváez, 2020). La vía genómica tiene un inicio de acción lento y su efecto tiende a persistir, por lo que esta vía explicaría los principales efectos adversos de estos fármacos. Esta vía se activa completamente con dosis de prednisona de 30 mg/día., debido a esto dosis mayores aumentan el riesgo de efectos secundarios con un pobre efecto antinflamatorio. La vía no genómica ejerce una acción antiinflamatoria mucho más intensa y rápida (Narváez, 2020). Si bien, los glucocorticoides fungen un papel vital en el tratamiento del LES estos se han relacionado con efectos perjudiciales con el uso prolongado principalmente a nivel de daño orgánico de forma irreversible (Piga, 2021). En su contraparte los glucocorticoides se han relacionado con varias manifestaciones psiquiátricas inducidas por el mismo fármaco, entre ellas “la manía, la depresión o los estados mixtos, la euforia o la hipomanía son más comunes entre los pacientes que reciben terapia con esteroides a corto plazo, mientras que los síntomas depresivos son más comunes en pacientes que reciben terapia a largo plazo.” (Kumar, 2021). No está claro el mecanismo por el cual los glucocorticoides producen daño a nivel cerebral, se ha planteado un aumento de aminoácidos excitadores como glutamato, daño celular en el hipocampo debido a atrofia dendrítica, menor captación de glucosa y supresión de la neurogénesis en la circunvolución dentada (Dabbah-Assadi, 2022). 24 24 Un 90% de los pacientes portadores de LES reciben tratamiento con esteroides, “la psicosis inducida por esteroides es uno de los principales efectos adversos del tratamiento con corticoesteroides especialmente en pacientes con enfermedades que causan niveles bajos de albumina sérica.” (Bushal, 2022). Los esteroides pueden ocasionar psicosis en el 4,8% de los pacientes con LES (Pathak, 2022), pero como hemos mencionado previamente la diferenciación de las psicosis inducida por LES y la inducida por esteroides es compleja. Respecto a la aparición de los síntomas estos pueden presentarse según Pathak, dentro de una o dos semanas posterior al inicio del tratamiento con esteroides, otros autores inclusive extienden el periodo a 8 semanas. Pacientes con LES “con nefritis lúpica e hipoalbuminemias concurrentes eran más propensos a desarrollar psicosis inducida por esteroides.” (Pathak, 2022). Principalmente en albumina sérica menor a 25 g/L y es poco frecuente que la psicosis por glucocorticoides se presente con dosis ≤40 mg/día de prednisolona o equivalentes. (Muñoz,2022) Los principales factores de riesgo para la psicosis inducida por esteroides son el sexo femenino, antecedentes de psicosis en el pasado, consumo prolongado de esteroides y dosis de esteroides superiores a 40 mg/día. (Bushal, 2022). Esto se podría explicar con la acción de la vía genómica. Pathak a su vez describe que la psicosis de tonalidad afectiva predomina en la psicosis inducida por esteroides. En el estudio de Harly, los resultados respecto al uso de glucocorticoides mostraron lo siguiente: “La exposición a corticoesteroides antes de la psicosis lúpica ocurrió en menos de la mitad de los eventos iniciales. Según la definición de caso de psicosis del ACR, el uso simultáneo de corticoesteroides al inicio de la psicosis se identificó como una asociación más que como una exclusión firme, lo que indica incertidumbre sobre el papel de los 25 25 corticoesteroides en casos individuales y para permitir flexibilidad para determinar la atribución. Aunque se han informado síntomas NP con todos los tipos y dosis de corticoesteroides, incluida la psicosis después de inyecciones intra articulares de esteroides, en general la dosis de corticoesteroides es el factor de riesgo más importante. En el Boston “Collaborative Drug Surveillance Program”, la frecuencia de síntomas psiquiátricos de cualquier tipo fue del 18,6% en pacientes que recibieron >80 mg/día de prednisona, del 4,6% en pacientes que recibieron 40-80 mg/día y del 1,3% en aquellos que reciben <40 mg/día. En el estudio actual, la exposición a corticoesteroides antes de la psicosis lúpica estuvo en el rango de dosis más bajo”. El mecanismo fisiopatológico de la psicosis secundario a la terapia con corticoesteroides no está claro, se ha planteado que es dosis dependiente y la incidencia es mayor en megadosis. (Bushal, 2022). Sin embargo, Bushal menciona, “los esteroides sintéticos se unen a la albúmina sérica y se vuelven inactivos. Pero si hay un nivel bajo de albúmina en el suero, habrá un nivel más alto de fracción libre y activa de esteroides, exponiendo así a los pacientes a más efectos adversos como la psicosis.” (Bushal, 2022). Pathak a su vez menciona que se observa una mejoría de los síntomas psicóticos con la reducción paulatina del cortico esteroide, razón por la cual algunos autores plantean una reducción rápida del fármaco hasta suspenderlo y otros mantenerlo junto con la instauración de tratamiento antipsicótico y valorar la evolución y respuesta. Sin embargo, Rodríguez plantea: “El diagnóstico diferencial entre la PL y la psicosis esteroidea se basa en la asociación temporal y dependiente de la dosis. La PL mejora tras el inicio de la corticoterapia y empeora tras la supresión de la misma, lo contrario que en el caso de la psicosis esteroidea”. Kang brinda como recomendación que en los pacientes con antecedente de psicosis inducida 26 26 por corticoesteroides se lleve a cabo con vigilancia clínica estricta, con dosis baja y hacer uso de medicamentos ahorradores de corticoesteroides de forma temprana. 27 27 4.6 Psicosis inducida por Hidroxicloroquina y Cloroquina como parte del tratamiento de Lupus Eritematoso Sistémico Entre los tratamientos antipalúdicos o antimaláricos se encuentra la Cloroquina y su derivado la Hidroxicloroquina los cuales se diferencian por un grupo hidroxilo, mismos que han sido ampliamente utilizados en el tratamiento de LES mediado por su actividad anti- inflamatoria y ser ahorradores de glucocorticoides. Estas drogas interactúan con la estabilidad de la membrana y altera las vías de señalización y la transcripción lo que puede provocar inhibición de la producción de citoquinas, además interfieren con la actividad lisosomal y la autofagia (Schrezenmeier,2020) aunque sus mecanismos de acción continúan siendo objeto de estudio. Se ha planteado que estos fármacos presentan una eficacia limitada al utilizarse solos en cuanto a prevención de brotes y control de la enfermedad (Piga, 2021). Sin embargo, otros autores como Schrezenmeier, refiere que en revisiones sistemáticas y estudios observacionales de estos fármacos en LES en especial la Hidroxicloroquina tiene propiedades inmuno moduladoras y por ende la capacidad de prevenir brotes. Además, la evidencia indica que puede prevenir el daño a órganos (Schrezenmeier,2020). Estos fármacos se han relacionado con varios síntomas psiquiátricos entre ellos depresión, manía, ansiedad, agitación, delirium, y psicosis caracterizada principalmente por trastornos sensoperceptivos y alteración en el contenido del pensamiento. Los síntomas neuropsiquiátricos están presentes de 1 a 2% de los pacientes que han recibido tratamiento con Cloroquina, siendo menos frecuentes en los pacientes que en tratamiento con Hidroxicloroquina (Hamm, 2020), la incidencia de psicosis no es del todo clara. Si bien no está claro el mecanismo de acción, se ha planteado una disminución de la actividad neuronal mediante un bloqueo de canales de calcio y su contraparte un incremento de la actividad de la dopamina (Paolazzi,2019). Entre ambos fármacos se prefiere la Hidroxicloroquina debido 28 28 al menor perfil de efectos adversos. Si bien se ha estableció una relación causal entre el uso de Cloroquina e Hidroxicloroquina y la psicosis. Los estudios son escasos principalmente para la Hidroxicloroquina, no obstante, se ha determinado mayor relación con síntomas psicóticos que afectivos. Hamm menciona que en un estudio retrospectivo de 51 casos a los que se le dio seguimiento por 10 años, los síntomas psicóticos se establecieron al plazo de 6 semanas posterior al inicio del tratamiento y resolvieron después de 8 semanas de haber suspendido la medicación. La duración del cuadro psicótico post suspensión del fármaco se podría explicar debido a la vida media larga del fármaco El síntoma positivo más frecuente fueron las alucinaciones visuales. La psicosis por Cloroquina generalmente no está relacionada con enfermedad psiquiátrica previa (Hamm, 2020). Cabe recalcar la importancia de investigaciones futuras para establecer incidencia de psicosis con ambos fármacos, de los síntomas neuropsiquiátricos asociados y en su defecto los de los efectos secundarios relacionados para guiar el establecimiento de guías de manejo y abordaje de psicosis en el contexto farmacológico de los dos fármacos en cuestión. 29 29 4.7 Principales efectos secundarios psiquiátricos de la medicación utilizada en el tratamiento parte del tratamiento de Lupus Eritematoso Sistémico Como hemos mencionado parte de los retos en el manejo del LES es el desarrollar fármacos más eficaces y optimizar el uso de los actualmente disponibles. Sin embargo, múltiples fármacos se han asociado con efectos adversos psiquiátricos que van desde síntomas ansiosos, depresivos, delirium hasta ideación suicida (Parker, 2020). Tratamientos utilizados en LES no están lejanos de lo expuesto en la literatura, aunque los estudios e información es escasa. Los glucocorticoides se han asociado con síntomas afectivos, entre ellos depresión, manía, labilidad emocional y estados mixtos, insomnio y delirio. Otros descritos son la agitación, trastornos del sueño, deterioro cognitivo e ideación suicida (Parker, 2020). La Cloroquina e Hidroxicloroquina no solo se asocian con psicosis sino también con ataques de pánico, ideación suicida, ansiedad, depresión y agitación (Parker, 2020). Los tratamientos Inmunomoduladores como la inmunoglobulina intravenosa puede ocasionar delirium y agitación. Otros fármacos como la Ciclofosfamida, Metrotexate, Azatriopina y Micofenolato de mofetilo los cuales actúan como inmunosupresores no se encuentra libres de efectos secundarios psiquiátricos, ya que pueden producir delirium a altas dosis los tres primeros citados y el Micofenolato se ha relacionado con ansiedad, depresión y sedación, aunque este último es un efecto raro. El Rituximab agente biológico no se han reportado síntomas psiquiátricos secundarios (Levenson,2018). Es claro la relación de múltiples fármacos con síntomas psiquiátricos, sin embargo, se debe ampliar los estudios clínicos con respecto a esta relación causal y poder establecer medidas terapéuticas más individualizadas. Incluso en la revisión realizada por Papachristosa en el año 2021, donde el objetivo era evaluar la evidencia 30 30 de los tratamientos utilizados en el tratamiento del NPSLE se recalcan dos puntos importantes: la escasez de ensayos clínicos, la heterogeneidad de los estudios y la falta de reporte de los efectos adversos donde no se detallaron en los estudios. 31 31 5.Conclusiones El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad compleja no solo fenológicamente sino también en la variabilidad de presentaciones clínicas. En torno a esta patología hay múltiples desafíos como lo son un diagnóstico más temprano, nuevos biomarcadores y herramientas para evaluar la enfermedad y su pronóstico, remisión, eventos adversos, opciones terapéuticas en aras de remisión o disminución de la actividad de la enfermedad, minimizar el uso de glucocorticoides y prevención de comorbilidades (Piga, 2021). En este contexto, la rama de las manifestaciones neuropsiquiátricas y en especial de la psicosis lúpica conlleva a otros desafíos en cuanto a la necesidad de ampliar estudios respecto a esta patología, biomarcadores de laboratorio específicos y sensibles para PL, dilucidar factores epidemiológicos, fisiopatológicos, terapéuticos y farmacológicos. La psicosis lúpica es una causa de psicosis secundaria, la cual es poco frecuente al inicio del LES, generalmente debuta en el primer año tras el diagnóstico de LES. El diagnóstico de la PL en el contexto LES se asocia con un reto diagnóstico, ya que puede tratarse de una psicosis debido a la patología en sí o puede ser secundaria a la terapia farmacológica (Rodríguez, 2020). Por lo tanto, se debe realizar un adecuado abordaje clínico, estudio de laboratorio y gabinete como parte del manejo de un episodio psicótico. Posterior a la revisión bibliográfica hay conceptos importantes de que se deben tener en cuenta, el mecanismo fisiopatológico de NPSLE y psicosis no está claro entre la hipótesis se encuentran lesiones cerebrales por citoquinas, inflamación, daño vascular y aumento de auto anticuerpos como las más consistentes. Respectos a las herramientas diagnosticas para psicosis en LES no hay una prueba altamente especifica por lo que hay necesidad de complementar las herramientas diagnósticas. Los anticuerpos ANA son un marcador sensible pero poco específico para LES, esto quiere decir que son positivos en un 95-100%. Una vez obtenido un resultado positivo se puede solicitar los anticuerpos ribosomales P, los cuales se ha relacionado principalmente con PL. El análisis de laboratorios de gabinete entre ello el análisis de LCR, EGG y el estudio de neuroimagen principalmente RM son otras herramientas a considerar. El diagnóstico de psicosis como manifestación neuro psiquiátrica 32 32 involucra la pericia del tratante ante la clínica, la integración de pruebas inmunológicas y de laboratorio, el análisis de LCR y estudios de imágenes así como el descarte de diagnósticos diferenciales, dado a la falta de marcadores o imágenes que brinde un diagnóstico definitivo y sin olvidar la herramienta más importante, la anamnesis, la cual nos guía a la sospecha diagnostica. A nivel terapéutico no existe ningún agente potencial contra el NPSLE y los mecanismos subyacentes al NPSLE siguen siendo poco conocidos. Se requiere ampliar la compresión de la fisiopatología y mecanismos inmunitarios de NPSLE en especial de la psicosis para ampliar el arsenal terapéutico de intervenciones farmacológicas efectivas (Sarwar, 2021). Las pautas de manejo actuales se basan en recomendaciones de expertos y pequeños estudios de cohortes observacionales (Sarwar 2021). Mismos que se basan en el manejo de LES con antipalúdicos, glucocorticoides inmunosupresores e inmunomoduladores y antipsicóticos. Es importante recalcar la necesidad de un adecuado control de LES, ya que a mayor índice de actividad de la enfermedad y mayor daño multi orgánico mayor es el riesgo de desarrollar NPSLE. La psicosis secundaria a la terapia farmacológica en especial por glucocorticoides con una prevalencia del 4,8% en dosis superiores a 40 mg/día y siendo más propensos los pacientes con hipoalbuminemia. Es objetivo de estudio el dilema clínico que representa el diagnóstico diferencial entre la PL y la psicosis esteroidea, siendo punto clave la asociación temporal. No hay claridad del mecanismo fisiopatológico de este cuadro. En la data no hay un conceso claro entre la suspensión abrupta de los mismos o el descenso gradual con uso concomitante de antipsicóticos, pero si en la importancia del uso de medicamentos ahorradores de glucocorticoides. Respecto a la psicosis secundaria Hidroxicloroquina y Cloroquina la data es limitada, aunque si hay evidencia de su relación causal con psicosis secundaria al tratamiento. “La aparición poco frecuente de psicosis ha limitado el número de estudios clínicos, y la mayoría consiste en series de casos obtenidas mediante revisión de registros médicos.” (Hanly, 2019). No obstante, la data actual tiene suficiente evidencia de la presencia de 33 33 psicosis en el contexto del Lupus Eritematoso Sistémico razón por la cual se debe tener presente dicha complicación en el abanico de posibilidades para orientar a un diagnóstico más certero y oportuno. Esto refleja la necesidad de ampliar estudios y continuar el proceso de investigación para dilucidar la causalidad, fisiopatología, implicaciones terapéuticas y tratamiento respecto a la psicosis en LES. Este trabajo investigativo busca el enfatizar la necesidad e importancia de diagnosticar, abordar y tratar adecuadamente la LP como manifestación rara de la NPSLE. 34 34 6.Anexos Tabla 1 Criterios diagnósticos de LE por el Colegio Americano de Reumatología Fuente: Paolazzi, A. (2019). Reporte de caso de síntomas psicóticos secundarios al tratamiento con Hidroxicloroquina en una paciente con Lupus eritematoso Sistémico. Psicosomàtica y Psiquiatría, (9). 35 35 Tabla 2 Nuevos Criterios de clasificación EULAR/ACR de LES Fuente: Narváez, J. (2020). Lupus eritematoso sistémico 2020. Medicina clínica, 155(11), 494-501. 36 36 Tabla 3 Prevalencia de manifestaciones neuropsiquiátricas en LES Fuente: Rodríguez, A. M., de Mendiola Etxezarraga, X. P., & Arrillaga, A. G. P. (2020). Psicosis lúpica: revisión de la literatura a propósito de un caso. Psiquiatría Biológica, 27(1), 23-27. Tabla 4 Nomenclatura ACR del lupus neuropsiquiátrico Fuente: Kang, D., & Mok, C. C. (2019). Management of psychosis in neuropsychiatric lupus. Journal of Clinical Rheumatology and Immunology, 19(01), 9-17. 37 37 Tabla 5 Resumen de los modelos comúnmente utilizados para la atribución de un evento neuropsiquiátrico a NPSLE Fuente: Kang, D., & Mok, C. C. (2019). Management of psychosis in neuropsychiatric lupus. Journal of Clinical Rheumatology and Immunology, 19(01), 9-17. 38 38 Tabla 6 Datos del tratamiento en seis pacientes con psicosis lúpica Fuente: Muñoz-Urbano, M., Sánchez-Bautista, J., Ramírez, A., Quintero-González, D. C., Santamaría-Alza, Y., & Vanegas-García, A. L. (2022). Clinical profile of patients with lupus psychosis in a Colombian cohort. Reumatismo, 74(2). 39 39 Tabla 7 Causas secundarias de psicosis aguda Fuente: Kumar, P., Kumar, A., Thakur, V., Sharma, C. B., Thomas, A., & Chatterjee, S. (2021). Acute psychosis as the presenting manifestation of lupus. Journal of Family Medicine and Primary Care, 10(2), 1050. 40 40 Tabla 8 Autoanticuerpos potencialmente relevantes en el LES neuropsiquiátrico Fuente: Sarwar, S., Mohamed, A. S., Rogers, S., Sarmast, S. T., Kataria, S., Mohamed, K. H., ... & Singh, R. (2021). Neuropsychiatric systemic lupus erythematosus: a 2021 update on diagnosis, management, and current challenges. Cureus, 13(9). 41 41 Figura 1 Mecanismos fisiopatológicos del compromiso del SNC en LES Fuente: Rodríguez, A. M., de Mendiola Etxezarraga, X. P., & Arrillaga, A. G. P. (2020). Psicosis lúpica: revisión de la literatura a propósito de un caso. Psiquiatría Biológica, 27(1), 23-27. 42 42 Figura 2 Factores relacionados con la patogénesis de NPSLE Fuente: Sarwar, S., Mohamed, A. S., Rogers, S., Sarmast, S. T., Kataria, S., Mohamed, K. H., ... & Singh, R. (2021). Neuropsychiatric systemic lupus erythematosus: a 2021 update on diagnosis, management, and current challenges. Cureus, 13(9). 43 43 Figura 3 Vías patogénicas del LES neuropsiquiátrico Fuente: Sarwar, S., Mohamed, A. S., Rogers, S., Sarmast, S. T., Kataria, S., Mohamed, K. H., ... & Singh, R. (2021). Neuropsychiatric systemic lupus erythematosus: a 2021 update on diagnosis, management, and current challenges. Cureus, 13(9). 44 44 Figura 4 Opciones de tratamiento en él LES neuropsiquiátrico Fuente: Sarwar, S., Mohamed, A. S., Rogers, S., Sarmast, S. T., Kataria, S., Mohamed, K. H., ... & Singh, R. (2021). Neuropsychiatric systemic lupus erythematosus: a 2021 update on diagnosis, management, and current challenges. Cureus, 13(9). 45 45 7.Bibliografía 1. Abrol, E., Coutinho, E., Chou, M., Hart, M., Vincent, A., Howard, R., ... & Isenberg, D. (2021). Psychosis in systemic lupus erythematosus (SLE): 40-year experience of a specialist centre. Rheumatology, 60(12), 5620-5629. 2. Ahn, G. Y., Kim, D., Won, S., Song, S. T., Jeong, H. J., Sohn, I. W., ... & Bae, S. C. (2018). Prevalence, risk factors, and impact on mortality of neuropsychiatric lupus: a prospective, single-center study. Lupus, 27(8), 1338-1347. 3. Aringer, M., Costenbader, K., Daikh, D., Brinks, R., Mosca, M., Ramsey‐Goldman, R., ... & Johnson, S. R. (2019). 2019 European League Against Rheumatism/American College of Rheumatology classification criteria for systemic lupus erythematosus. 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