Universidad de Costa Rica Facultad de Letras Escuela de Filología, Lingüística y Literatura Actitudes y estereotipos en relación con el “habla” de los homosexuales de la Gran Área Metropolitana de Costa Rica Memoria de Seminario de Graduación Licenciatura en Filología Española Ariana Alfaro Mejía Isabel Hernández González Mariela Miranda Rojas Director Dr. Carlos Sánchez Avendaño 2015 ii iii “Por diversos que sean los sexos, se confunden. No hay ser humano que no oscile de un sexo a otro, y a menudo sólo los trajes siguen siendo varones o mujeres, mientras que el sexo oculto es lo contrario del que está a la vista.” Virginia Woolf iv v Dedicatoria Con inmensa gratitud, este logro es para Dios, por permitirme alcanzar mis metas, por infundirme aliento en mis momentos de flaqueza y por ser mi TODO. También es para mis padres, quienes con gran esfuerzo me han dado la oportunidad de estudiar. Espero que este pequeño triunfo recompense todos sus sacrificios. Ariana A todas aquellas personas que me acompañaron en el proceso, especialmente a mi mamá. Las primeras desveladas para que yo llegara hasta aquí, fueron las suyas cuando trabajaba más de 12 horas diarias, para que todos sus hijos estudiáramos. Isa A Dios, mi Todopoderoso, por ser EL MANANTIAL. A mami y papi, mi real, superlativa y más ejemplar institución; a Hermana (sin posesivo), el mejor espíritu libre; a Ariel, mi cielooo… (con más que eco, ya sabés…), y a la familia Rodríguez Rojas, mi cuarteto vegefantástico, por mostrarme, en esta y las demás etapas de la vida, el verdadero significado del amor y todo lo que este engloba. A abuelita Matilde, tita Tere, Tata, tita Luz y tito Layo, mis perennes sabios, por extender su inigualable huella de amor más allá de lo tangible. Fue casi imposible resumir la totalidad de lo que deseo expresarle a cada uno, pero que las esencias surtan su efecto. Mariela vi vii AGRADECIMIENTOS La culminación de este trabajo no hubiera sido posible sin los aportes de cada una de las personas involucradas en él. Profesor Carlos Sánchez Avendaño, director de esta memoria, su guía enriqueció cada paso del proceso y nos condujo a un buen norte. Jamás cambiaríamos el privilegio de haber obtenido las enormes enseñanzas que surgieron de su voluntad y profesionalismo para emprender este recorrido. Profesora Vicky Caamaño y profesor Alberto Barahona, su revisión detallada, su disposición y sus constantes palabras de aliento fueron fundamentales para seguir adelante. Profesores/as, personal administrativo y encargados/as de mantenimiento de Letras, la calidad en el desempeño de su labor y su calidez humana nos motivaron a lo largo de nuestra carrera y su huella trasciende el ámbito académico. Participantes de las sesiones, su disponibilidad para colaborar, su apertura, su dinamismo, su esponteneidad y su respeto hacia los demás, fueron características que prevalecieron en ustedes y que le brindaron la esencia al proyecto. Familiares, amigos/as y compañeros/as de carrera, su apoyo incondicional durante esta investigación fue un verdadero aliciente. Futuro/a lector/a de nuestra tesis, las opiniones que nazcan de usted, tras recorrer una que otra página, potenciarán el alcance de este escrito. ¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!! Ariana, Isabel y Mariela viii ix RESUMEN En esta investigación se estudian las actitudes y los estereotipos en relación con el “habla” de los homosexuales de la Gran Área Metropolitana costarricense, de acuerdo con las opiniones de participantes homosexuales, heterosexuales con amigos homosexuales y heterosexuales sin amigos homosexuales. El objetivo principal consiste en analizar dichas actitudes y estereotipos, en el discurso de personas con edades entre los 20 y los 30 años y con nivel educativo universitario, según se adscriban o no al colectivo homosexual. Para el cumplimiento del mencionado propósito investigativo, se diseñó una guía de preguntas abiertas aplicada a una sesión con cada grupo focal (uno de homosexuales, otro de heterosexuales con amigos homosexuales y un tercero de heterosexuales sin amigos homosexuales). Luego se analizó el discurso de los participantes, a la luz de los postulados teóricos sobre las actitudes, los estereotipos, la acomodación del habla y la identidad. Este trabajo investigativo se estructura en un primer capítulo de introducción, tres capítulos que analizan los discursos de las agrupaciones en estudio y, finalmente, un quinto capítulo que compara los resultados obtenidos tras el análisis de lo expresado por cada grupo focal. x xi TABLA DE CONTENIDOS CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................... 1 1. Tema ............................................................................................................................................ 1 2. Objetivos ..................................................................................................................................... 1 2.1. Objetivo general ................................................................................................................... 1 2.2. Objetivos específicos ............................................................................................................ 1 3. Justificación ................................................................................................................................. 2 4. Estado de la cuestión ................................................................................................................... 4 4.1. Estudios sobre el conglomerado homosexual en Costa Rica ............................................... 4 4.2. Estudios que relacionan la homosexualidad con el lenguaje ................................................ 4 5. Marco teórico ............................................................................................................................ 13 5.1. Introducción ....................................................................................................................... 13 5.2. Género, sexualidad y homosexualidad ............................................................................... 14 5.3. Identidad social .................................................................................................................. 23 5.4. Estereotipos ........................................................................................................................ 29 5.5. Actitudes ............................................................................................................................ 34 5.6. Variedades lingüísticas ....................................................................................................... 41 5.7. Acomodación del habla ...................................................................................................... 43 5.8. Conclusión .......................................................................................................................... 47 6. Metodología .............................................................................................................................. 48 6.1. Enfoque .............................................................................................................................. 48 6.2. Alcance ............................................................................................................................... 49 6.3. Población ............................................................................................................................ 49 6.4. Muestra ............................................................................................................................... 49 6.5. Criterios de selección de la muestra ................................................................................... 50 6.6. Técnica de investigación: grupo focal ................................................................................ 51 6.7. Instrumento......................................................................................................................... 53 6.8. Sesiones .............................................................................................................................. 54 6.9. Tratamiento de datos .......................................................................................................... 56 6.10. Estructura básica de los capítulos ..................................................................................... 57 xii CAPÍTULO II: “HABLA” ESPECÍFICA DE LOS HOMOSEXUALES, SEGÚN LOS HOMOSEXUALES ............................................................................................................. 59 1. Características formales ............................................................................................................ 60 1.1. Léxico ................................................................................................................................. 60 1.2. Entonación .......................................................................................................................... 63 1.3. Expresión corporal ............................................................................................................. 65 1.4. Feminización del “habla” ................................................................................................... 66 2. Comparación entre el “habla” del homosexual y el “habla” heterosexual ................................ 72 2.1. Semejanzas entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual.................................. 72 2.2. Diferencias entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual .................................. 73 3. Acomodación del habla de acuerdo con variaciones contextuales ............................................ 76 3.1. Contexto ............................................................................................................................. 77 3.2. Nivel de consciencia ........................................................................................................... 82 4. Categorización de los homosexuales por su forma de “hablar” según los participantes ........... 84 5. Funciones sociales del “habla” homosexual ............................................................................ 86 5.1. Visibilización ..................................................................................................................... 86 5.2. Lenguaje de conquista según el contexto ........................................................................... 87 5.3. Definición de identidad sexual ........................................................................................... 88 5.4. Búsqueda de aceptación en un grupo ................................................................................. 89 6. El “habla” homosexual como mecanismo para fortalecer la pertenencia grupal ...................... 91 7. Actitudes hacia la forma de “hablar” y comportarse de los homosexuales ............................... 92 7.1. Actitudes negativas ............................................................................................................ 93 7.2. Actitudes neutras ................................................................................................................ 95 7.3. Actitudes positivas ............................................................................................................. 95 7.4. Expectativas sociales en torno al “habla” homosexual y presión para el cambio ............. 96 7.5. Experiencias en torno al “habla” y al comportamiento de los homosexuales .................. 102 8. Conclusiones ........................................................................................................................... 106 CAPÍTULO III: “HABLA” ESPECÍFICA DE LOS HOMOSEXUALES, SEGÚN HETEROSEXUALES CON AMIGOS HOMOSEXUALES ............................................ 108 1. Características formales .......................................................................................................... 108 1.1. Léxico ............................................................................................................................... 109 1.2. Entonación ........................................................................................................................ 112 xiii 1.3. Expresión corporal ........................................................................................................... 115 1.4. Feminización del “habla” ................................................................................................. 117 2. Comparación entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual .................................... 121 2.1. Semejanzas entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual................................ 121 2.2. Diferencias entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual ................................ 125 3. Acomodación del habla de acuerdo con variaciones contextuales .......................................... 130 3.1. Contexto ........................................................................................................................... 130 3.2. Nivel de consciencia ......................................................................................................... 134 4. Categorización de los homosexuales por su forma de “hablar” según los participantes ......... 135 5. Funciones sociales del “habla” homosexual ........................................................................... 138 5.1. Visibilización ................................................................................................................... 139 5.2. Definición de identidad sexual ......................................................................................... 139 6. El “habla” homosexual como mecanismo para fortalecer la pertenencia grupal .................... 142 7. Actitudes hacia la forma de “hablar” y comportarse de los homosexuales ............................. 144 7.1. Actitudes negativas .......................................................................................................... 145 7.2. Actitudes neutras .............................................................................................................. 147 7.3. Expectativas sociales en torno al “habla” homosexual y presión para el cambio ............ 148 7.4. Experiencias en torno al “habla” y al comportamiento de los homosexuales .................. 150 8. Conclusiones ....................................................................................................................... 151 CAPÍTULO IV: “HABLA” ESPECÍFICA DE LOS HOMOSEXUALES, SEGÚN LOS HETEROSEXUALES SIN AMIGOS HOMOSEXUALES .............................................. 154 1. Características formales .......................................................................................................... 154 1.1. Léxico ............................................................................................................................... 155 1.2. Entonación ........................................................................................................................ 156 1.3. Expresión corporal ............................................................................................................ 158 1.4. Feminización del “habla” ................................................................................................. 160 2. Comparación entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual .................................... 162 2.1. Semejanzas entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual................................ 162 2.2. Diferencias entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual ................................ 165 3. Acomodación del “habla” de acuerdo con variaciones contextuales ...................................... 169 3.1. Contexto ........................................................................................................................... 169 3.2. Nivel de consciencia ......................................................................................................... 171 xiv 4. Categorización de los homosexuales por su forma de hablar según los participantes ............ 173 5. Funciones sociales del “habla” homosexual ........................................................................... 177 5.1. Visibilización ................................................................................................................... 178 5.2. Lenguaje de conquista según el contexto ......................................................................... 179 5.3. Definición de identidad sexual ......................................................................................... 179 5.4. Búsqueda de aceptación en un grupo ............................................................................... 181 6. El “habla” homosexual como mecanismo para fortalecer la pertenencia grupal .................... 183 7. Actitudes hacia la forma de hablar y comportarse de los homosexuales ................................ 185 7.1. Actitudes negativas .......................................................................................................... 185 7.2. Actitudes neutras .............................................................................................................. 189 7.3. Actitudes positivas ........................................................................................................... 189 7.4. Expectativas sociales en torno al “habla” y al comportamiento homosexuales y presión para el cambio ......................................................................................................................... 192 7.5. Experiencias en torno al “habla” y al comportamiento de los homosexuales .................. 195 8. Conclusiones ........................................................................................................................... 200 CAPÍTULO V: COMPARACIÓN DE LAS PERCEPCIONES DE HOMOSEXUALES Y HETEROSEXUALES EN RELACIÓN CON EL “HABLA” DE LOS HOMOSEXUALES ............................................................................................................................................ 203 1. Características formales .......................................................................................................... 203 1.1. Léxico ............................................................................................................................... 203 1.2. Entonación ........................................................................................................................ 205 1.3. Expresión corporal ........................................................................................................... 206 1.4. Feminización del “habla” ................................................................................................. 207 2. Comparación entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual .................................... 209 1.2. Semejanzas entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual ................................ 209 1.3. Diferencias entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual ................................ 213 3. Acomodación del habla de acuerdo con el contexto ............................................................... 215 3.1. Análisis del contexto: lugar y compañía .......................................................................... 215 3.2. Nivel de consciencia ......................................................................................................... 218 4. Categorización de los homosexuales por su forma de hablar según los participantes ............ 218 5. Funciones sociales del “habla” homosexual ........................................................................... 219 5.1. Visibilización ................................................................................................................... 219 xv 5.2. Lenguaje de conquista según el contexto ......................................................................... 220 5.3. Definición de identidad sexual ......................................................................................... 221 5.4. Búsqueda de aceptación en un grupo ............................................................................... 223 6. El “habla” homosexual como mecanismo para fortalecer la pertenencia grupal .................... 225 7. Actitudes hacia la forma de “hablar” y comportarse de los homosexuales ............................. 228 7.1. Actitudes negativas .......................................................................................................... 228 7.2. Actitudes neutras .............................................................................................................. 229 7.3. Actitudes positivas ........................................................................................................... 230 7.4. Expectativas sociales en torno al “habla” homosexual y presión para el cambio ............ 230 7.5. Experiencias en torno al “habla” y al comportamiento de los homosexuales .................. 233 8. Conclusiones ........................................................................................................................... 235 LIMITACIONES Y RECOMENDACIONES ................................................................... 240 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ............................................................................... 242 ANEXOS ............................................................................................................................ 250 xvi ÍNDICE DE CUADROS Cuadro 1. Teoría de la identidad social: panorámica crítica ............................................................. 26 Cuadro 2. Ventajas y desventajas del grupo focal............................................................................. 52 Cuadro 3. Simbología para la transcripción ...................................................................................... 54 Cuadro 4. Aspectos básicos sobre el desarrollo de cada sesión ........................................................ 55 Cuadro 5. Cronograma de actividades .............................................................................................. 57 Cuadro 6. Características formales señaladas por los participantes homosexuales .......................... 71 Cuadro 7. Diferencias entre el “habla” del grupo “locas” y el “habla” heterosexual prototípicamente masculina........................................................................................................................................... 74 Cuadro 8. Acomodación del habla según el contexto de acuerdo con los homosexuales ................. 83 Cuadro 9. Actitudes hacia la forma de “hablar” y comportarse del grupo “locas”, de acuerdo con homosexuales .................................................................................................................................... 96 Cuadro 10. Características formales del “habla” homosexual señaladas por los participantes heterosexuales con amigos homosexuales ...................................................................................... 121 Cuadro 11. Relación de diferencia entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual ........... 129 Cuadro 12. Actitudes hacia la forma de “hablar” y comportarse de homosexuales, de acuerdo con heterosexuales con amigos homosexuales ...................................................................................... 147 Cuadro 13. Características formales del “habla” homosexual señaladas por los participantes heterosexuales sin amigos homosexuales........................................................................................ 161 Cuadro 14. Relación de semejanza entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual .......... 164 Cuadro 15. Relación de diferencia entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual ........... 168 Cuadro 16. Acomodación del “habla” de acuerdo con las variaciones contextuales descritas por los participantes .................................................................................................................................... 170 Cuadro 17. Actitudes hacia la forma de hablar y comportarse de homosexuales, de acuerdo con heterosexuales con amigos homosexuales ...................................................................................... 191 Cuadro 18. Percepción de los tres grupos focales en relación con el léxico ................................... 205 Cuadro 19. Percepción de los tres grupos focales en relación con la entonación ........................... 206 Cuadro 20. Percepción de los tres grupos focales en relación con la expresión corporal ............... 207 Cuadro 21. Percepción de los tres grupos focales en relación con la feminización del “habla” ..... 208 Cuadro 22. Comparación de las semejanzas percibidas por los tres grupos focales entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual ............................................................................................ 212 xvii Cuadro 23. Comparación de las diferencias percibidas por los tres grupos focales entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual ............................................................................................ 214 Cuadro 24. Comparación de la acomodación del habla, de acuerdo con el contexto, en las personas homosexuales, según los participantes de los tres grupos ............................................................... 217 Cuadro 25. Funciones sociales del “habla” homosexual, según los homosexuales, los heterosexuales con amigos homosexuales y los heterosexuales sin amigos homosexuales .................................... 224 Cuadro 26. El “habla” homosexual como mecanismo para fortalecer la pertenencia grupal, según los homosexuales, los heterosexuales con amigos homosexuales y los heterosexuales sin amigos homosexuales .................................................................................................................................. 227 Cuadro 27. Actitudes negativas hacia la forma de “hablar” y comportarse de los homosexuales .. 229 Cuadro 28. Actitudes positivas hacia la forma de “hablar” y comportarse de los homosexuales ... 230 xviii ÍNDICE DE FIGURAS Figura 1. Estructura tridimensional de una actitud ............................................................................ 35 Figura 2. Modelo de las actitudes lingüísticas .................................................................................. 40 Figura 3. Continuum de cortesía-descortesía .................................................................................... 61 Figura 4. Expectativas y presiones en torno al “habla” de los homosexuales ............................... 100 Figura 5. Semejanzas entre el “habla” homosexual y el “habla” heterosexual ............................... 122 Figura 6. Similitudes de las características formales ...................................................................... 124 Figura 7. Relación entre los ejes que describen las expectativas sociales en torno al “habla” y al comportamiento homosexuales ....................................................................................................... 195 Figura 8. Relación entre los ejes que describen las expectativas sociales en torno al “habla” y al comportamiento homosexuales ....................................................................................................... 232 1 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 1. Tema Actitudes y estereotipos en relación con el “habla” de los homosexuales 2. Objetivos 2.1. Objetivo general 2.1.1. Analizar las actitudes y los estereotipos en relación con el “habla” de las personas homosexuales de la Gran Área Metropolitana de Costa Rica, en el discurso de personas con edades entre los 20 y los 30 años y con nivel educativo universitario, según su adscripción o no al colectivo homosexual. 2.2. Objetivos específicos 2.2.1. Describir las actitudes y los estereotipos sobre el “habla homosexual” costarricense, en el discurso de un grupo de jóvenes vallecentraleños autoadscritos como homosexuales, con edades entre los 20 y los 30 años y con nivel educativo universitario. 2.2.2. Describir las actitudes y los estereotipos sobre el “habla homosexual” costarricense, en el discurso de un grupo de jóvenes vallecentraleños autoadscritos como heterosexuales, “con amigos homosexuales” o “sin amigos homosexuales”, con edades entre los 20 y los 30 años y con nivel educativo universitario. 2.2.3. Establecer la relación entre orientación sexual y construcción identitaria de grupo, en el discurso de los participantes autoadscritos como “homosexuales”. 2 2.2.4. Contrastar las actitudes y los estereotipos sobre el “habla homosexual”, entre los grupos de jóvenes, autoadscritos como homosexuales o como heterosexuales. 3. Justificación En un momento histórico en el cual se están realizando rupturas significativas de paradigmas relacionados con género, identidad y sexualidad, surge el interés por analizar, desde la perspectiva sociolingüística, las actitudes y los estereotipos que tienen tanto las personas heterosexuales como las homosexuales sobre el “habla” de estas últimas. Se desea también establecer si, a partir del aspecto lingüístico, se genera una identidad grupal en la población homosexual 1 . Este aspecto lingüístico abarca características formales (como la entonación y el léxico), funciones sociales y acomodación del habla. Se decidió estudiar el “habla” homosexual masculina por las siguientes razones: 1. La viabilidad. Las investigadoras tienen mayor acceso y cercanía a la población homosexual masculina. 2. El criterio académico. Las investigadoras poseían conocimientos preliminares sobre género y lenguaje y, al realizar la revisión bibliográfica pertinente para tener una visión panorámica de la temática, se confirmó que no se han trabajado las actitudes y los estereotipos sobre el “habla” de los homosexuales, en el discurso de personas homosexuales y heterosexuales, desde la sociolingüística en Costa Rica. De esta manera, surge el interés por desarrollar un tema innovador cuyos aportes podrían servir de base para futuros estudios. 3. La sanción social. Desde una perspectiva de género, existe un rol prototípico masculino (es fuerte, tosco, poco expresivo, etc.) que responde a una hegemonía patriarcal, en la cual al hombre se le otorga la posición dominante 2 .Tomando en 1 A propósito de este afán, Boellstorff y Leap (2004) consignan la importancia de prestar atención al lenguaje y a su enlace con conceptos como identidad y género. También añaden que las prácticas lingüísticas se conciben como una articulación entre culturas; específicamente, asumen la existencia de un lenguaje gay que puede producirse y desarrollarse en una localidad, pero que no por ello se priva de ser dinámico. 2 Toro-Alfonso (2012) menciona al respecto que el hombre “socialmente posee el potencial para el poder y la masculinidad dominante” (p. 73). 3 cuenta lo anterior, se recrimina más la homosexualidad masculina 3 , pues se le atribuye características consideradas femeninas (debilidad, delicadeza, muy emocional, etc.) 4 , mientras que un sector del lesbianismo −aunque también es rechazado socialmente por oponerse al rol reproductivo, maternal− ha sido erotizado 5 . Es preciso acotar que se entrecomillará habla, pues el evitar las comillas implicaría asumir la existencia de un tipo específico de habla homosexual y los resultados de la investigación podrían arrojar lo contrario. Por otra parte, también debe aclararse que no se trabajará con el “habla” de la población lésbica; el término homosexual se referirá al hombre que siente una atracción emocional, romántica, sexual o afectiva duradera hacia otros hombres, esta definición según la Asociación Americana de Psicología (APA por sus siglas en inglés, 2014). De acuerdo con lo observado por las investigadoras, la hegemonía patriarcal planteada se extiende a lo lingüístico; específicamente, se suele asociar el “habla” homosexual con el “habla” afeminada. Lo anterior, sumado a la posible existencia de actitudes y estereotipos vinculados al “habla” homosexual, insta a indagar acerca de la perspectiva de participantes homosexuales y heterosexuales masculinos al respecto. La importancia del estudio radica también en poner en evidencia si en el discurso de los participantes autoadscritos como “homosexuales” se puede establecer una construcción 3 Moral de la Rubia, citando a Álvarez (2002), anota entre sus conclusiones: “La tendencia actual del discurso académico es de aceptación de la homosexualidad, pero el discurso social tradicional es de condena, sobre todo de la homosexualidad masculina.” (p. 154) Asimismo, Toro-Alfonso y Varas-Díaz (2004) señalan: “El primer hallazgo apunta a mayores niveles de prejuicio y distancia entre hombres que entre mujeres. Los hombres parecen tener mayor dificultad en interactuar o aceptar a las personas gais. Una posible explicación reside en que las nociones hegemónicas en torno a la masculinidad y la heterosexualidad imposibilitan la misma sin desvirtuarle.”(p. 547) 4 Toro-Alfonso (2012) indica que el hombre homosexual se muestra, en muchos medios televisivos, “como frágil, afeminado y con pretensiones histéricas” (p. 74); incluso, agrega que “la mirada del género le asigna a los hombres gais características positivas: son buenos amigos, tienen buenos gustos, se puede contar con ellos, saben escuchar, visten muy bien... todas estas características socialmente asignadas a lo femenino” (p. 74). 5 Cruz Hernández (2007) se refiere a que los grupos lesbianos feministas rechazan la caracterización que de la mujer ha elaborado la heteronormatividad dominante. Uno de los roles prototípicos que esta última le asigna a la mujer es la maternidad, la cual, al no ser aceptada por el colectivo feminista como obligación o único destino, le genera un señalamiento social negativo. En cuanto al erotismo, la misma Cruz Hernández, citando a Alfarache Lorenzo (2003), dice: “La construcción cultural de la sexualidad sitúa al erotismo como el núcleo central en la definición del lesbianismo.” (p. 213) Toro-Alfonso (2012), por su lado, llama a las lesbianas “pasionales” (p. 74). 4 identitaria de grupo, a partir de la identificación de ciertos aspectos lingüísticos (fonéticos, léxicos, etc.). A la vez, se proyecta que otro de los aportes de este estudio consistiría en indagar en qué medida esos aspectos lingüísticos mencionados se pueden concebir como una variedad lingüística específica (registro o sociolecto) o si forman parte de un proceso de acomodación del habla. 4. Estado de la cuestión En este apartado, se hará un recorrido por los estudios que tienen un enlace temático con los contenidos de esta investigación, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Primeramente, se mencionarán los trabajos sobre el conglomerado homosexual en Costa Rica; posteriormente, se reseñarán aquellos que relacionan la homosexualidad con el lenguaje. 4.1. Estudios sobre el conglomerado homosexual en Costa Rica La homosexualidad ha sido un tema frecuente en las pesquisas de la región costarricense. En la Universidad de Costa Rica, se han realizado varios trabajos desde la psicología (Sandoval Solano, 2009; Baeza Fallas y Gómez Mayorga, 2012). También se ha analizado la temática desde un enfoque político (Trejos Camacho, 2008). 4.2. Estudios que relacionan la homosexualidad con el lenguaje Si bien la homosexualidad ha sido un tema comúnmente tratado en investigaciones de distintas disciplinas académicas, en el área lingüística, los estudios al respecto han sido escasos. Además, valga aclarar que la mayor parte de ellos se ha enfocado en un área específica: la lexicográfica. Por tal motivo, se inicia esta sección con las pesquisas en dicha 5 área. Más adelante, se hablará de una investigación sobre el uso de las formas de tratamiento, y finalmente se expondrán los trabajos en torno a la fonética. En primera instancia, es pertinente referirse al trabajo de Campos López (2010), quien analiza el léxico empleado por colegiales para referirse a la comunidad homosexual, con el propósito de establecer cuál es su noción de respeto y aceptación hacia dicho grupo. La población escogida fue un grupo de estudiantes de noveno año, del periodo lectivo 2009, del Instituto de Educación Integral de Las Nubes, Coronado, Costa Rica. Este trabajo posee un carácter descriptivo y tiene un enfoque lexicográfico; en el nivel metodológico, emplea métodos estadísticos. Entre sus conclusiones, Campos López señala que se utilizan mayormente las lexías ‘gay’, ‘homosexual’, ‘playo’, ‘culiolo’, ‘maricón’, ‘playazo’, ‘marica’ y ‘banano’ para referirse a los hombres homosexuales; mientras que, para el caso de las mujeres con esta tendencia sexual, los adolescentes emplean las palabras ‘lesbiana’, ‘tortillera’ y ‘marimacha’. En el uso informal, las palabras más frecuentes eran ‘playo’, ‘desviado’, ‘marica’, ‘playazo’, ‘banano’, ‘guineo’, ‘homosexual’, ‘mae’, ‘lesbiana’ y ‘gay’; aunque los vocablos ‘playo’, ‘gay’ y ‘lesbiana’ se usaban también en un contexto formal. Por su parte, ‘homosexual’ era señalado para contextos más formales. Asimismo, Campos López detectó una carga semántica vulgar y ofensiva en las lexías: ‘playo’, ‘playazo’, ‘marica’, ‘banano’, ‘gay’, ‘loca’, ‘tortillera’ y ‘marimacha’; además, un matiz burlesco en todas las palabras anteriores y en ‘desviado’. Por su parte, se le atribuyó a ‘loca’ un carácter despreciativo; irónico a ‘guineo’ y ‘marimacha’; educado y estándar a ‘homosexual’, ‘lesbiana’ y ‘gay’. Otra de sus conclusiones indica que las mujeres, en general, aceptan a las personas homosexuales; mientras algunos hombres manifiestan indiferencia o las rechazan por completo. Así como Campos López, Balder (2005) desarrolla su estudio en el campo lexicográfico, concretamente, dedica una parte de su labor investigativa a léxico cargado de referencias metonímicas hacia el género. El propósito principal de la autora es indagar sobre las prácticas discursivas convencionalizadas en Chile, específicamente las “heterosexistas”, que promueven la marginación de los homosexuales o los hombres de género no normativo. 6 Balder pretende demostrar que el uso de tales prácticas naturaliza la heterosexualidad como género normativo, cuya consecuencia es que las minorías sexuales se marquen como anormales o inferiores. Para tal efecto, analiza muestras del lenguaje dirigidas a hombres que son de género o sexualidad no normativos; es decir, afeminados u homosexuales. Esas muestras incluyen insultos verbales convencionalizados, los cuales se clasifican en tres grupos distintos: 1. Alusión a la no normatividad de género Se le quema el arroz. Se le apaga el calefón. Se le queda la pata atrás. Se le da vuelta el paraguas. 2. Referencia a los gestos físicos afeminados Se le cae el completo. Él tiene maletas imaginarias. 3. Alusión a los actos homosexuales o deseos homoeróticos Le gustan las tunas. Le gusta por Detroit. Él muerde la almohada. Se le chorrea el completo. Le gusta por el camino de tierra. Él hace Géminis sesenta y nueve. De acuerdo con la autora, estos comentarios heterosexistas desempeñan un papel vital en el mantenimiento de las expectativas sociales normales relacionadas con el género y la sexualidad; por consiguiente, se subordina a los individuos que no cumplan con estas normas. Asimismo, Balder presupone una relación directa entre la identidad de género y orientación sexual; como consecuencia, cualquier persona que no se adhiere a las normas de género prescritas por su sexo determinado es etiquetada como homosexual. Además de este tipo de comentarios verbales convencionalizados, en Chile, es común el empleo de términos como: ‘maricón’, ‘maraca’, ‘culiado’ y ‘hueco’; vocablos cargados 7 de referencia metonímica hacia el género o la no normatividad sexual, los cuales fungen como continuadores de la prevalencia del heterosexismo en la sociedad chilena. Es preciso destacar que esos comentarios y palabras se ven como bromas inofensivas por parte de quienes los emplean regularmente, aunque son una fuerza poderosa que genera la reproducción de las creencias heteronormativas en la sociedad. Como conclusiones, Balder destaca que las prácticas discursivas heterosexistas normativas degradan las identidades sexuales alternativas y suponen poder en la sociedad chilena, ya que un discurso de heterosexualidad implica no solo la diferencia con respecto a las mujeres y a los hombres homosexuales, sino también el dominio sobre estos grupos; en otros términos, el discurso heterosexista refuerza la estructura social en la que los hombres mantienen su papel dominante. De igual forma, la autora expresa que el hecho de señalar que los insultos verbales o comentarios se utilizan en forma de broma es problemático, pues los chilenos tienden a negar todas las acusaciones de que son homofóbicos o que discriminan a los homosexuales, cuando las evidencias revelan lo contrario. Finalmente, se indica que la sociedad chilena está regida por las creencias y prácticas heterosexistas, las cuales colaboran en el conocimiento general de las normas culturales y las expectativas en torno al género y la identidad sexual. Igualmente, desde la lexicografía, Calvo Shadid (2008) analiza diez lexías tabuizadas o vulgares empleadas por personas mayores de veinticinco años de edad, procedentes de San Juan de Tibás, Santa Ana, Sabanilla y Alajuelita, entre agosto y setiembre de 2008, mediante pruebas de significancia estadística. Cabe destacar que entre las lexías tabuizadas sobresalen dos que se refieren a la homosexualidad (‘playo’, ‘tortillera’); estas resultaron ser menos tabú que otros vocablos. Lo anterior, según la autora, podría indicar que para los sujetos es menos tabú juzgar el comportamiento social de los otros. En sus conclusiones, Calvo Shadid indica que los hablantes utilizan más el lenguaje vulgar en situaciones informales con amigos, familiares o la pareja (62,7%), que en situaciones formales (40,2%). Finalmente, afirma que existe mayor uso de palabras tabú en hablantes con un nivel educativo y socioeconómico mayor, de edades entre los 36 y 44 años. 8 Así como Calvo Shadid descubre lexías utilizadas para referirse a la población homosexual, Rodríguez González (2010) realiza una recolección del corpus utilizado por el conglomerado lésbico y homosexual para hacer el primer Diccionario gay lésbico (2008), con el fin de mejorar la comprensión hacia la población homosexual y lésbica por parte de los heterosexuales. El trabajo lexicográfico se desarrolla en España y en él se incorporan voces populares (tanto de la población homosexual como de la heterosexual para referirse a las personas gais), jerga técnica, terminología científica, así como comentarios y datos de interés histórico-cultural y filológico. El autor nota que cada entrada del diccionario estudiado incluye una definición, información gramatical (marcas de género y, a veces, de número), y, en ocasiones, tanto pronunciación como etimología. Se ofrecen, algunas veces, datos sobre el uso estilístico, la frecuencia y la historia de determinadas expresiones. Como corpus para su elaboración, Rodríguez González se apoya en distintas fuentes. Por una parte, se encuentran las fuentes escritas: revistas, libros literarios, artículos, etc.; por otra, las fuentes orales: entrevistas con gais y lesbianas en zonas de ambiente, así como con personas representativas de las prácticas e inquietudes de la comunidad gay en España (Eduardo Mendicutti, Armand de Fluvià, Ferrán Pereda, Rafael Inglada, Carlos Alberto Biendicho, José Infante y Leopoldo Alas). Otra de sus fuentes consistió en mensajes en foros de Internet y bitácoras o blogs. Es pertinente esclarecer que la labor investigativa de Rodríguez González en España no es el único esfuerzo desde la lexicografía, en torno a aspectos lingüísticos de la población homosexual, ya que Ortega Román (2007) realiza otro acercamiento a este tema, con el propósito de analizar la expansión de la jerga gay en la geografía española. El autor señala que, en la actualidad, existe menor rechazo hacia los homosexuales, motivo por el cual hay un mayor acceso al sociolecto de este grupo. Ortega Román afirma que se ha dado una normalización lingüística, producto de la destabuización, en series como South Park, Aquí no hay quien viva o Siete vidas. Igualmente, justifica la necesidad de un estudio, al explicar los equívocos en ciertas situaciones comunicativas a las cuales se enfrenta un extranjero, en zonas geográficas donde se ha concentrado la población gay. El estudio concluye con la premisa de que la comunidad gay dispone de cada vez mayor espacio en la ciudad, con lo cual su léxico se extiende. La transformación del 9 espacio metropolitano ha permitido dar a conocer un cúmulo de palabras antes reservadas solo para la comunidad homosexual. En relación con el comportamiento lingüístico que puede adoptar una población según su tendencia sexual y el lugar donde reside, Marín Esquivel (2012) estudia el uso del pronombre tú en los grupos homosexual y heterosexual heredianos, con un enfoque sociolingüístico. En su metodología utilizó un cuestionario, en el cual se planteó una serie de situaciones comunicativas que podrían condicionar el uso del tuteo como forma de tratamiento pronominal. Este se aplicó a una muestra de 47 informantes (23 homosexuales y 24 heterosexuales), con edades entre los 18 y los 30 años. Al analizar los datos, Marín Esquivel mostró la relación de la variable orientación sexual con los pronombres ‘vos’, ‘usted’ y ‘tú’, así como se refirió a cada una de las categorías de la variable situación comunicativa. Los resultados indicaron que ‘tú’ y ‘usted’ son las formas más empleadas por los homosexuales, según la situación comunicativa, mientras que ‘usted’ es la forma más utilizada por los heterosexuales, independientemente de la situación comunicativa. Marín Esquivel asevera, en su conclusión, que el acercamiento al uso del pronombre ‘tú’ en la población estudiada marca la existencia de un vínculo entre la orientación sexual de los hablantes consultados y el empleo del ‘tú’. A modo de recomendación, la autora agrega que debe aumentarse la muestra en investigaciones posteriores y tomarse en cuenta las variables de edad y educación. Hasta este punto, se han reseñado investigaciones que establecen una conexión entre homosexualidad y léxico o entre homosexualidad y formas de tratamiento; sin embargo, la fonética es otra rama de la lingüística que también ha buscado analizar la relación entre lenguaje y homosexualidad. Tal es el caso del estudio de Jacobs, Rogers y Smyth (2003), en el cual se analiza la asociación entre rasgos fonéticos y tendencia sexual. Los autores plantean, como objetivo central de su trabajo, entender por qué algunas voces masculinas son percibidas como homosexuales y otras como heterosexuales. A modo de sustento teórico, utilizan literatura que vincula: a) la fonética y el género, enfocados, primordialmente, en las diferencias acústicas entre el discurso masculino y el femenino, y 10 b) la fonética con la orientación sexual, la cual discute si esta última es realmente una variable que influya en el sonido de una voz homosexual o heterosexual. La metodología se dividió en dos tareas: una de lectura y otra de escucha. En la primera, se recolectó una muestra de 25 voces masculinas (de hombres tanto homosexuales como heterosexuales), mediante la técnica de la bola de nieve 6 . Todos los participantes eran hablantes nativos de una variedad de inglés canadiense y sus edades oscilaban entre los 25 y los 50 años; 17 eran homosexuales y 8 heterosexuales (según un criterio de autoadscripción). Ellos llevaron a cabo tres asignaciones: 1) leer un texto científico, 2) leer un texto dramático y 3) responder una pregunta abierta. En la segunda labor, la de escucha, participaron 47 oyentes, 14 eran hombres homosexuales, con una edad promedio de 38 años, y los restantes 32 conformaron un grupo mixto, de orientación sexual desconocida, de estudiantes de la Universidad de Toronto (13 hombres y 19 mujeres, con edades promedio de 26 y 27 años, respectivamente). Se les pidió indicar si las voces recolectadas en la labor de lectura sonaban homosexuales o heterosexuales. Además, debían marcar en una escala del 0 (definitivamente no se adivinó) al 6 (seguridad al 100%), su confianza en el juicio emitido. Los resultados mostraron un claro acuerdo de los oyentes, cuando dijeron cuáles voces sonaban homosexuales o heterosexuales, hecho que permitió crear un banco de datos de voces homosexuales y heterosexuales, de acuerdo con la denominación que Jacobs et al. dan. Asimismo, se resumen como hallazgos las ideas siguientes: a. Las voces de los hablantes heterosexuales, correspondientes a la lectura del texto científico, fueron más calificadas como homosexuales. b. Los oyentes hombres homosexuales fueron quienes más tendieron a calificar voces como homosexuales. c. La orientación sexual de los hablantes homosexuales fue identificada con menor precisión que la de los hablantes heterosexuales. 6 Esta consiste en que el investigador invita a participar a sus conocidos y estos a su vez instan a más conocidos a que también sean sujetos de estudio. 11 d. No hay correlaciones significativas entre la frecuencia fundamental media (referencia para identificar el tono de la voz) y los juicios heterosexuales/homosexuales, o bien entre dicha frecuencia y los juicios masculinos/femeninos. e. Los constructos heterosexual/homosexual y masculino/femenino fueron altamente correlacionados, en términos de los pareceres de los oyentes. f. No se encontraron diferencias entre las clasificaciones de voces, por parte de los dos grupos oyentes (hombres homosexuales vs. agrupación mixta). g. En las respuestas a preguntas abiertas, no fue posible eliminar señales léxicas o pragmáticas que podrían revelar la orientación sexual de los hablantes. Jacobs et al. concluyen que su indagación fue efectiva y logró alcanzar su propósito inicial. Igualmente, aducen que esta da pie a explorar las características fonéticas específicas que los oyentes usan para catalogar voces como homosexuales o heterosexuales. Por último, recalcan que los estudios experimentales, los cuales enlazan el lenguaje y la identidad, no pueden estar separados de la teoría social. Otra investigación lingüística con énfasis en el aspecto fonético es la realizada por Levon (2007). Este afirma que es posible identificar la sexualidad de las personas con solo escuchar su voz. En el estudio, se pretende demostrar cómo, mediante la manipulación digital de la voz de individuos aislados, existe la posibilidad de obtener evidencia confiable para identificar cuál rango de tono y duración sibilante (variables prosódicas) pueden actuar como indicios de una identidad masculina gay. Su objetivo principal es evaluar la forma en que la variación controlada de contenidos lingüísticos puede afectar la percepción de los oyentes, en relación con la sexualidad del hablante. En cuanto a la metodología, se indica que participaron 123 estudiantes universitarios (aproximadamente, el 65% era mujeres y el 35% hombres), con edades entre los 18 y 45 años. Dicha población se dividió en ocho grupos; cada uno de ellos escuchó cuatro grabaciones sobre el texto de estímulo: una de estímulo “gay” (A, B, C o D), otra de 12 estímulo “heterosexual” (E, F, G o H) y dos grabaciones señuelo 7 (X y Y). La evaluación de dichas grabaciones se hizo mediante una escala afectiva de diez pares de opuestos (por ejemplo, en un extremo se encuentra heterosexual y en el otro gay). Es preciso señalar que las grabaciones se presentaron de manera no secuencial, pues, según el autor, esto permite poner a prueba el orden de presentación como un factor potencialmente importante en el juicio afectivo de los hablantes. También, se anota que, aunque los sujetos se dividieron en ocho grupos para ejecutar el experimento, el análisis de los datos los considera como solo cuatro, al reunirlos en pares. Se clasifican así porque cada uno escucha los mismos estímulos, pero en diferente orden. Los resultados mostraron que el rango de tono influye en la percepción de género y sexualidad, mientras que la duración sibilante solo afecta los juicios sobre el género. No obstante, en una escala afeminado/masculino, el rango de tono funciona solo para alterar las percepciones de los oyentes sobre la sexualidad del hablante. Luego de un recorrido por los estudios enlazados con esta investigación, se notaron dos particularidades sobresalientes: 1. Todos los trabajos investigativos poseen un punto en común: son recientes, sus publicaciones se distribuyen en los primeros doce años del siglo XXI. Se trata de propuestas que connotan la vigencia de la homosexualidad como objeto de estudio en el momento histórico apuntado al principio de la presente investigación, ese en el cual se están realizando rupturas significativas de paradigmas relacionados con género, identidad y sexualidad. 2. Los estudios del segundo apartado (aquellos que relacionan homosexualidad y lenguaje) se valen de análisis sociolingüísticos. No obstante, solo tres de estos trabajos (Rodríguez González, 2010; Marín Esquivel, 2012, y Jacobs et al, 2003) consideran la percepción de homosexuales sobre rasgos lingüísticos del “habla” de homosexuales; valga aclarar, incluso, que solo uno de tales trabajos se desarrolló en Costa Rica, en un sector de la provincia herediana. Tomando en cuenta lo anterior, se confirma la carencia de un estudio costarricense que se 7 En este estudio, se entiende como grabación señuelo aquella que fue juzgada tanto “heterosexual” como “masculina”, por los oyentes de un pretest. 13 refiera, específicamente, a analizar las actitudes y los estereotipos relacionados con el “habla” de las personas homosexuales de la Gran Área Metropolitana (tanto desde las valoraciones de estas últimas como desde las de personas heterosexuales), objetivo central de esta investigación. 5. Marco teórico 5.1. Introducción El abordaje teórico de la presente investigación se divide en seis apartados principales: 1. Género, sexualidad y homosexualidad: en este se emplean los aportes centrales de García-Mina Freire (2003), Serrano (2008), Butler (1993), Connell (2008), Cameron (2005), Cameron y Kulick (2003), Foucault (1985 y 1998), la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés, 2014) y Halperin (2003). 2. Identidad social: su desarrollo se basa en los planteamientos de Tajfel (1971 y 1984); Turner (1984 y 1994); López Martínez, San José Sebastián y Scandroglio (2008), y Chaverri Chaves (2011). 3. Estereotipos: se aborda desde la perspectiva de Chaverri Chaves (2011); Allport (1954); Giménez y Malgesini (2000), y Fiske y Operario (2003). 4. Actitudes: incluye la visión de Castillo Hernández (2006); Allport (1954); Coutado Doménech (2008); Cuadrado, Gaviria, Morales y Moya (2007); Baker (1992); Ajzen (1988); Bernard, Luke, Maio y Olson (2003); Fishman (1995), y Moreno Fernández (1998). 5. Variedades lingüísticas: se vale de los aportes de Hudson (1981). 6. Acomodación del habla: se sustenta con lo establecido por Coupland, Coupland, y Giles (1991). 14 Se establecieron estos ejes temáticos debido a su relevancia en el enfoque de esta investigación y a su pertinencia en el análisis de la muestra seleccionada. Asimismo, algunas secciones se subdividieron para profundizar en áreas específicas que lo ameritan. 5.2. Género, sexualidad y homosexualidad 5.2.1. Género El concepto de género etimológicamente procede del latín genus-eris que significa ‘origen’. La primera persona en emplear el término, en un ámbito fuera de la gramática, fue John Money, en 1955, quien se especializaba en la psicología y sexualidad de las personas hermafroditas. Este consideraba que la catalogación binaria de sexo no permitía profundizar en aspectos que trascendían el ámbito físico de la persona, necesitaba incluir las características sociohistóricas involucradas en la constitución de la identidad a partir de la socialización como hombre o mujer. Es así como establece la siguiente definición de género: “Todo cuanto una persona dice o hace para indicar a los demás o a sí misma que es niño o varón o niña o mujer respectivamente. Se incluye aunque no se restringe el sentido erótico de la sexualidad.” (Money, citado por García-Mina Freire, 2003, p. 25) Más adelante, en 1958, Robert Stoller, profesor de psiquiatría en la Universidad de California, es quien por primera vez realiza una modificación a este concepto. Él estudió principalmente a la población transexual y, a partir de la necesidad de términos más propicios para su trabajo, estableció una división más categórica entre sexo y género, en la cual el sexo correspondía a los componentes biológicos, mientras que el género era empleado para señalar el dominio psicológico y cultural de la sexualidad. Asimismo, es él quien plantea el término de identidad de género, el cual define como: “Un concepto esencialmente psicológico que tiene sus raíces en la actitud de los padres y de la sociedad respecto a la anatomía y la biología a las cuales impregnan.” (Stoller, citado por García- Mina Freire, 2003, p. 35) 15 Los aportes de ambos teóricos son retomados por la teoría feminista en los años setenta, para analizar las condiciones de vida de las mujeres y la reproducción del sexismo. Gracias a este grupo, el género fue incorporado en el ámbito de las ciencias sociales como un campo de estudio, que se ha empleado para cuestionar el trato injusto que reciben las mujeres, el cual se justificaba adjudicando a la naturaleza comportamientos derivados de las construcciones socioculturales. María José Serrano (2008) explica que, cuando se analiza el uso del lenguaje en hombres y mujeres, si se atribuyen las diferencias a factores socioculturales, se considera que se trata de una aproximación de género o sexo basada en el dominio; por el contrario, cuando se plantea una explicación de acuerdo con características biológicas, se trata de una aproximación de género o sexo basada en la diferencia. En este sentido, la autora apunta que, durante los años setenta, el estudio desde la función de dominio dio origen a la sociolingüística feminista, la cual, de acuerdo con Serrano: “parte de la idea de que las lenguas son sexistas en sí mismas, de modo que esta idea presupone que contribuyendo a eliminar el sexismo de la sociedad se eliminarían también los usos discriminatorios de la lengua” (p. 179). Entre las principales críticas a dicha teoría, se encuentra el hecho de que en ocasiones se vuelve muy radical. En este sentido, Serrano (2008) expone algunos de los cuestionamientos primordiales que les realizan a los estudios de Lakoff, uno de los principales exponentes de esta corriente teórica: “La investigación de Lakoff está orientada a localizar los usos lingüísticos que degradan a la mujer, pero esto es insuficiente para lograr una verdadera interpretación de las formas de hablar del sexo masculino y del femenino” (p. 180). Desde la perspectiva de este trabajo investigativo, no se considera que exista una “verdadera interpretación de las formas de hablar”, por lo tanto, no se coincide con Serrano en ese punto; no obstante, a partir de dicho planteamiento, sí se admite que un estudio con características como las de Lakoff corre el riesgo de caer en generalizaciones y maniqueísmos. Por tal motivo, la metodología de dominio y diferencia empieza a descartarse como modelo sólido en las investigaciones de sociolingüística feminista, a finales de los años setenta. 16 Posteriormente, Judith Butler (1993) propone una ruptura de la forma de abordaje tanto del concepto de género como de sexo. Ella plantea que la forma en la cual se ha estudiado el género en las corrientes feministas ha sido esencialista, en tanto se conciben los conceptos de masculinidad y femineidad desde una visión heteronormativa: el sexo corresponde a un planteamiento meramente físico, el cual tiene un vínculo directo con la forma de practicar la sexualidad y la vivencia del género. Butler critica dicha postura y sugiere que tanto el sexo como el género son construcciones sociales. De acuerdo con el artículo de Serrano (2008), factores que en otro momento se consideraron esenciales en el estudio de género (como la solidaridad, el estatus y el conservadurismo) terminaban explicándose más coherentemente por medio de otros elementos contextuales. Por este motivo, en la actualidad, se busca analizar la variable de sexo o género, en la interacción y el comportamiento con otros hablantes, siempre considerando las implicaciones de otras variantes socioculturales. Así lo menciona Serrano (2008): Una concepción más realista de la influencia del factor sexo en los usos de la lengua debe estar basada en el estudio del comportamiento de hombres y mujeres en relación con otros hablantes y en la producción de su discurso en cada tipo de sociedad (Lozano 1995:75), relacionando las distintas formas de hablar con las distintas formas de interactuar (p. 182). Si bien se trata de un enfoque muy eficaz, posee un nivel de complejidad igualmente elevado, ya que, como menciona Serrano (2008), implica el análisis de factores sociolingüísticos, discursivos y antropológico-etnográficos. No obstante, esta perspectiva metodológica se rige bajo tres premisas básicas: a. Los roles lingüísticos de los sexos no están dados de antemano, se crean durante la interacción. b. El contexto tampoco está determinado, se construye en el habla y en el transcurso de la interacción. c. Todo lo que sucede en el transcurso de la interacción es el producto de una acción conjunta, es decir, el resultado de la interacción de los modos de hablar de cada sexo individualmente. (Serrano, 2008, p. 185) 17 Es bajo esta perspectiva que se inscriben algunos acercamientos teóricos recientes. Un abordaje que ha generado nuevas propuestas en torno al tema de género es la teoría de Robert Connell (2008) sobre la masculinidad. Para este investigador, el género se define de la siguiente manera: Gender is a way in which social practice is ordered. In gender processes, the everyday conduct of life is organized in relation to a reproductive arena, defined by the bodily structures and processes of human reproduction. […] I call this a “reproductive arena” not a “biological base” to emphasize […] that we are talking about a historical process involving the body, not a fixed set of biological determinants. […] Gender exist precisely to the extent that biology does not determine the social. It marks one of those points of transition where historical process supersedes biological evolution as the form of change. (pp. 71-72) Como se observa, el planteamiento de Connell incorpora la influencia de la corporeidad en los procesos históricos implicados en las construcciones sociales de hombre y mujer, pero marca una diferencia sustancial entre esta concepción y el determinismo biológico. En el mismo texto, el autor enfatiza que existe un dinamismo inherente al contexto en el que se generan los “proyectos de género”: “Taking a dynamic view of organization of practice, we arrive at an understanding of masculinity and femininity as gender projects. These are processes of configuring practice through time, which transform their starting-points in gender structures.” (p. 72) Por otra parte, resulta pertinente incluir los aportes de Deborah Cameron (2005), quien explica los tres principales enfoques sociolingüísticos para profundizar en el tema de género, a saber: (1) el funcionamiento lingüístico de diversidad sexual; (2) género, sexualidad y heteronormatividad, y (3) lengua y género en contextos “públicos”. En el primer caso, esta escritora hace referencia a la propuesta de Butler, la cual ya se mencionó; no obstante, resulta pertinente presentar la forma en la cual Cameron (2005) explica el empleo de este acercamiento teórico en las investigaciones actuales: […] a number of scholars have adopted Judith Butler’s concept of gender as ‘performative’: not something a person ‘has’ but something a person does, by repeatedly performing acts that constitute masculinity and femininity. Butler’s famous formula, quoted in full above —‘gender is the repeated stylization of the body’—might seem to suggest a primary concern with physical self- presentation, but to many linguists it seemed that language-using too offered a good example of 18 ‘repeated stylization’. Researchers’ attention began to focus on the range of ways in which gender could be performed using the resources of linguistic variation, from the pronunciation of particular vowels to the selection of whole codes. […] Another line of inquiry followed by several researchers […] focuses on the diversity of the gendered linguistic performances produced in different local contexts by single individuals or small groups. These researchers pay close attention to the way their subjects, rather than occupying a single consistent gendered position, appear to orient to and/or be positioned by others through a continually shifting range of ‘discourses’ on masculinity and femininity. (pp. 491-493) Por otra parte, cuando Cameron (2005) se refiere a la variedad de aplicación de teorías en el área de género, sexualidad y heteronormatividad, ella expone que se le da un énfasis al significado de la identidad y las prácticas sexuales como elementos conformadores de género. En este sentido, explica que las áreas de investigación se han encaminado en dos direcciones: los estudios sobre las identidades sexuales ‘queer’ o del margen y las identidades heterosexuales. The second area of research I consider places particular emphasis on the significance of sexual identities and practices in shaping performances of gender. Two complementary developments are relevant here: one in which the focus is on non-mainstream, liminal, or ‘queer’ sexual identities, and one in which heterosexual identities become an explicit object of attention. (p. 494) Finalmente, en cuanto a la relación de lenguaje y género en los contextos públicos, Cameron (2005) explica que, si bien en los años setenta se realizaban estudios que analizaban las evidencias en el lenguaje de la marginación de la mujer en los espacios públicos, actualmente se retoma esta tendencia, pero considerando factores específicos de contextos particulares. Como se evidencia en la propuesta de diferentes especialistas en el campo, en el presente, las investigaciones en torno a sociolingüística y género le otorgan un papel fundamental al contexto en el que se desarrolla el lenguaje. Además, la corporeidad y la forma de practicar la sexualidad en la construcción de los proyectos de género ocupan un lugar esencial en el estudio sociolingüístico de los temas de género. Por este último motivo, se considera pertinente profundizar, a continuación, en el concepto de sexualidad, para lo cual, en un primer momento se contextualiza el abordaje que este tema ha ocupado, 19 específicamente en la sociedad occidental, para luego incorporar los principales aportes teóricos que vinculan la sexualidad con el lenguaje. 5.2.2. Sexualidad La sexualidad constituye un aspecto esencial en el desarrollo íntegro del ser humano; por este motivo, en las distintas civilizaciones, por medio de los mitos, se retrataba determinado modelo de vivencia sexual acorde con las expectativas en cada sociedad. Así, por ejemplo, en la antigua Grecia, en El banquete, Platón menciona al andrógino, un ser con una esencia dual, el cual podía estar compuesto por una parte masculina y otra femenina, dos masculinas o dos femeninas. Los andróginos atentaron contra los dioses del Olimpo y Zeus los dividió con su rayo, surgieron entonces los seres humanos, los cuales buscan a su otra mitad; se explicaba así la atracción sexual entre un hombre y una mujer, dos hombres o dos mujeres. El conocimiento sobre la sexualidad durante siglos estuvo a cargo de las religiones, cada una restringía o promovía determinadas conductas sexuales a partir de sus preceptos. Si bien en la filosofía algunos aspectos eran abordados por diversos pensadores, en Occidente, de acuerdo con Delamater y Shibley (2006) fue hasta el siglo XIX cuando comenzó el estudio científico de la sexualidad, caracterizado por una visión biologicista. Entre los primeros pensadores que rompieron con dicha tendencia, se encuentra el conocido psiquiatra Sigmund Freud, quien estableció la escuela de psicoanálisis. Sus posturas marcaron un antes y un después en la interpretación de la forma de actuar del ser humano a partir de su sexualidad, de manera que mostraba la influencia de esta en el desarrollo, la interacción y la autopercepción de las personas. Otro autor, cuyas ideas resultan una referencia obligatoria en este tema, es el filósofo Michel Foucault. Su propuesta constituye un gran aporte para las investigaciones actuales. Dada la relación que establece entre el discurso y la sexualidad, este autor constituye un eje fundamental en esta tesis. 20 En un primer momento, Foucault consideraba el “sexo” como un elemento intrínseco en el ser humano, mientras la “sexualidad” representaba el discurso institucional que lo enmascaraba. Sin embargo, más adelante invirtió los términos, argumentando que el sexo es producido por el dispositivo de la sexualidad, ya que: “El discurso de la sexualidad no se aplica al sexo, sino al cuerpo y a los órganos sexuales, a los placeres y a las relaciones de alianza.” (Macey, D., 1995, p. 433) En este sentido es pertinente aclarar el concepto de dispositivo de acuerdo con Foucault (1985): Es, en primer lugar, un conjunto resueltamente heterogéneo que incluye discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas, brevemente, lo dicho y también lo no-dicho, éstos son los elementos del dispositivo. El dispositivo mismo es la red que se establece entre estos elementos. (p. 127) Por su parte, la teórica Deborah Cameron (2005) critica que el concepto de sexualidad se ha restringido a la preferencia sexual, con lo cual, si bien se establece una ruptura con la visión biologicista que había formado la ciencia en un principio, ahora se enfoca la atención en si la persona que genera el deseo es hombre o mujer. Otro aporte esencial de esta autora es la forma en la cual señala que, aunque la sexualidad conforma un ámbito significativo en la constitución de la identidad, no todas las personas se definen a partir de este criterio. Asimismo, indica que, en las percepciones actuales de la sexualidad, no se profundiza en las variables históricas y socioculturales que influyen en la concepción de esta. Un punto fundamental en la propuesta de Cameron (2005) radica en la relación que establece entre el lenguaje y la sexualidad. Ella critica la forma en que popularmente se asume que el hablar de sexo abiertamente es una práctica propia de la contemporaneidad. Al respecto plantea: It conceives of sexual desires, practices and identities as fixed realities which have always existed, just awaiting the sociocultural conditions that would permit them to be expressed openly in words. The alternative position, outlined in our earlier discussion of ‘discourse’ and adopted throughout this book, is that the ‘reality’ of sex does not pre-exist the language in which it is expressed; rather, 21 language produces the categories through which we organize our sexual desires, identities and practices. (pp. 18-19) Es así como la teórica establece la construcción de la sexualidad del individuo a través del lenguaje, ya que es a partir de este que expresa y organiza sus deseos, prácticas y conceptualiza sus procesos identitarios. Para efectos de esta investigación, resulta esencial analizar el concepto de homosexualidad, pues este constituye un eje básico en la identificación de la sexualidad del grupo en estudio. Por este motivo, seguidamente se expone de manera breve la definición de homosexualidad y la forma en la cual se ha abarcado el tema en la actualidad. 5.2.3. Homosexualidad El término homosexualidad está compuesto por la palabra griega Óμός (igual) y el término latino sexualis (sexual). De acuerdo con Halperin (2003), se emplea por primera vez en Alemania, en 1869. Lo acuña Karl Maria Kertbeny, quien publica dos cartas abiertas al ministro prusiano de la justicia, para que abandone el artículo 143 del Código Penal Prusiano, en el cual se catalogan como criminales las relaciones sexuales entre varones. No obstante, Delamater y Shibley (2006) especifican que el concepto no es adoptado por los hablantes europeos, hasta que el psiquiatra Richard von Krafft-Ebing utiliza el término en su enciclopedia de desviaciones sexuales titulada: Psychopathia Sexualis. Deborah Cameron y Don Kulick (2003) señala cómo, antes de la intervención de la ciencia, se rechazaban socialmente determinados comportamientos de carácter sexual; sin embargo, a quien asumía dichas prácticas no se le inscribía en un grupo particular de “marginados”. La catalogación científica de las personas bajo las etiquetas “homosexual”, “ninfómana”, “fetichista”, etc. promovió el establecimiento de nuevas formas de discriminación. Es a partir de tal hecho que la palabra homosexual adquiere un papel en los procesos identitarios de la población. De esta forma lo explica Cameron y Kulick (2003): 22 But when a classification of this kind becomes the basis for a shared social identity, that opens up the possibility that people who identify as members of the group will organize to resist their collective oppression. This is what has happened in the case of homosexuality. (p. 23) Es así que se establece el término en sus inicios como elemento unificador en una identidad social compartida, de forma tal que, si bien a partir del discurso se originó la marginación hacia este grupo, se considera que es por medio del discurso y del lenguaje que se configuró un proyecto progresivo identitario. En la actualidad, de acuerdo con la Asociación Americana de Psicología (2014), la homosexualidad es catalogada como una orientación sexual definida como: una atracción emocional, romántica, sexual o afectiva duradera hacia otros. Se distingue fácilmente de otros componentes de la sexualidad que incluyen sexo biológico, identidad sexual (el sentido psicológico de ser hombre o mujer) y el rol social del sexo (respeto de las normas culturales de conducta femenina y masculina). (párraf. 1) Al respecto, resulta necesario indicar que la APA establece la existencia de la orientación sexual a lo largo de un continuo que va desde la heterosexualidad exclusiva hasta la homosexualidad exclusiva. Aunque hoy existe una mayor aceptación de la comunidad homosexual, todavía se percibe un alto nivel de homofobia (Madrigal-Ballestero y Suárez-Rehaag, 2007). Por esta razón, es pertinente analizar si el lenguaje y el discurso mantienen la misma función como elementos configuradores de una identidad colectiva. En esta línea, es preciso detenerse en un panorama sobre la identidad social. Se hará un recorrido básico sobre su teorización y concepto; sus consecuencias, niveles y principales críticas, y sus relaciones tanto con la teoría de la autocategorización como con los estereotipos. 23 5.3. Identidad social 5.3.1. Teoría y concepto de la identidad social La teoría de la identidad social (TIS, en adelante) “ha sido uno de los marcos de mayor influencia de la Psicología Social de las últimas décadas” (López Martínez et al, 2008, p. 80), por ende, los estudios que la tratan y sus modos de abordarla son vastos. Para efectos de este trabajo, interesa realizar un recorrido, lo más claro y conciso posible, de sus premisas, tomando en cuenta los aportes de sus dos postulantes principales: los psicólogos sociales Henri Tajfel y John C. Turner. Primeramente, cabe decir que la TIS parte de la noción de ese elemento fundamental que, no en vano, su mismo nombre incluye: la identidad social. Esta se ha utilizado para interpretar los resultados de las investigaciones sobre el paradigma del grupo mínimo (nombrado por Tajfel). Mediante ellas se demostró que las personas tienden, generalmente, a inclinarse hacia el que perciben como su endogrupo, su propio grupo, y no hacia el exogrupo, aquella agrupación que les resulta ajena. Se dice que tal tendencia encuentra su razón de ser en la necesidad de tener una identidad social positiva (tratada por Turner). Este tipo de identidad es, entonces, un requerimiento psicológico expresado a través del anhelo de crear, mantener y mejorar la distinción positivamente valorada del endogrupo comparado con el exogrupo, en dimensiones muy significativas (Chaverri Chaves, 2011). Escribe Chaverri Chaves (2011) que el hecho de categorizar a las personas en grupos diferentes, según el ya nombrado paradigma del grupo mínimo, podría producir un comportamiento intergrupal que conduce a los individuos a favorecer el endogrupo sobre el exogrupo. A esto se suma que la mínima conciencia de permanecer en un grupo opuesto a otro es suficiente para desatar procesos de discriminación intergrupales. De acuerdo con tal paradigma, es la clasificación de las personas la que crea una identidad social para estas, dado que los sujetos afirman su pertenencia a una categoría social como una manera relevante de autodefinirse en una situación particular. Así, la identidad social es “el aspecto del auto-concepto basado en adquisiciones grupales, es la definición del sí mismo en términos de algunas adscripciones a grupos sociales, con las anotaciones de valor y el 24 significado emocional asociadas” (Chaverri Chaves, 2011, p. 68); es decir, al generarse un concepto de uno mismo como parte de un grupo social, se asumen como propios los rasgos atribuidos a ese colectivo. 5.3.2. Consecuencias de la identidad social Una vez reconocida la identidad desde una vertiente social, entendida como esa pertenencia a un grupo, nace una serie de consecuencias descritas como sigue (Tajfel, 1981, citado por Chaverri Chaves, 2011): a. Se supone que un individuo tenderá a permanecer como integrante de un grupo y a buscar la pertenencia a nuevas agrupaciones, si estas contribuyen a los aspectos positivos de su identidad social, en otras palabras, a los aspectos de los que obtiene alguna satisfacción. b. Si un grupo no satisface el requisito anterior, el individuo está propenso a abandonarlo, a menos de que este abandono grupal sea imposible por razones “objetivas” o entre en conflicto con valores trascendentales que, en sí mismos, forman una parte de su autoimagen aceptable. c. Si el abandono del grupo presenta dificultades, se plantean dos soluciones posibles: (1) cambiar la interpretación hecha acerca de los atributos del grupo, de forma que sus características desagradables se justifiquen o se hagan aceptables a través de la reinterpretación; (2) aceptar la situación como es y comprometerse en una acción social que la cambiaría en el sentido deseado. d. Ningún grupo vive en el aislamiento, más bien, todos los grupos sociales viven en medio de otras agrupaciones. Esto quiere decir que los aspectos positivos de la identidad social, la reinterpretación de los atributos y el comprometerse en la acción social solo adquieren significado en relación o en comparación con otros grupos. 25 Tómese en cuenta que tras enumerar las consecuencias anteriores, se vislumbra el vínculo de la categorización social con la identidad social, pues los humanos evalúan sus opiniones y sus habilidades, al contrastarlas con las de otros (Chaverri Chaves, 2011). 5.3.3. Niveles de la identidad social Tajfel (1979, citado por Chaverri Chaves, 2011) habla de tres niveles indispensables de los que consta la teoría de la identidad social. A continuación, se mencionan junto con la idea que los delimita. a. Procesos cognitivos-emocionales: aquí se hallan los aspectos ligados con la necesidad de producción de una identidad social positiva. b. Contexto de las relaciones intergrupales: en él se encuentra la estructura de las relaciones intergrupales en las que se localiza el endogrupo o los endogrupos. c. Continuo interpersonal-intergrupal: contempla el carácter del encuentro interpersonal, el cual constituye un rango que podría ir desde relaciones basadas en las características grupales que los individuos representan, hasta relaciones personales más íntimas fundadas enteramente en los rasgos individuales de los participantes. 5.3.4. Principales críticas a la teoría de la identidad social López Martínez et al (2008) exponen los puntos más controvertidos de la TIS, por medio de un examen de sus límites y potencialidades. Con base en estos dos ejes y partiendo de la labor de los autores mencionados, se realizó el siguiente cuadro resumen, para obtener una panorámica de las críticas fundamentales que ha recibido la teorización de la identidad social. 26 Cuadro 1. Teoría de la identidad social: panorámica crítica Límites Potencialidades  El ingente trabajo desarrollado gracias a sus formulaciones: su diversificación ha creado un difícil acceso a una visión global de sus aportes. La variedad, fragmentada y dispersa de textos sobre el tema, insta a que los constructos considerados esenciales puedan ser ignorados o estudiados bajo indicadores que difícilmente se integran.  Sus postulados fundaron un vínculo estrecho con la conceptualización y el estudio de numerosos fenómenos grupales, entre ellos: la cohesión, la conformidad, las normas, la influencia, el estereotipaje, el prejuicio, el conflicto intergrupal, el comportamiento colectivo o los contextos organizacionales.  Las investigaciones hechas al respecto no se eximen de controversias: no existe una coincidencia general de sus resultados ni de sus asunciones teóricas y metodológicas. En otras palabras, hay una carencia de leyes generales, organizadas, de relación entre constructos.   Los elementos que maneja (con especial énfasis las categorías sociales) son vistos como emergentes, dinámicos, construidos en el momento de la interacción, hecho que promueve un abordaje más adecuado de las características de los fenómenos grupales.  Continúa siendo un marco de referencia para la psicología social moderna.    Contribuye sustancialmente a comprender la dimensión social de la conducta. Fuente: elaboración propia con base en López Martínez et al (2008). 5.3.5. Relación de la identidad social con la teoría de la autocategorización La unión de la teoría de la autocategorización (conocida también con sus siglas en inglés, SCT, self-categorization theory) y la identidad social está en que la teoría tuvo sus inicios con la diferenciación entre identidad social e identidad personal; es decir, fue la primera en plantear que la identidad social autodefine a la persona en términos de su pertenencia a una categoría social y la identidad personal lo hace en términos de “atributos personales o idiosincráticos”: The self-concept system seems to compromise at least two major components, social and personal identity. [...] Social identity may be defined as the sum of total of a person’s social identifications where the latter represent socially significant social categorizations internalized as aspects of the self- concept. Personal identity refers to self-descriptions that are more personal in nature, reflecting personality traits and other individual differences, specific attributes of the individual such as feelings of competence, bodily characteristics, intelectual concerns, personal tastes and interests and so on. (Turner, 1984, pp. 526-527) 27 Esta teoría agrega, inclusive, que la identidad social puede entrar en funcionamiento con una exclusión relativa de la identidad personal (Turner, 1984). Valga resaltar, a propósito, que una vez que la identidad social sobresale ante la personal los individuos se ven a sí mismos menos como seres individuales diferentes y más como representantes semejantes y prototípicos de la categoría de su endogrupo: “they are perceived on the basis of the shared characteristic of their group, in terms of which they are interchangeable rather than unique and differentiated.” (Turner, 1984, p. 528) El procedimiento básico que postula la SCT es, como su nombre lo señala, una propia categorización que conduce a autoestereotiparse y a despersonalizar la autopercepción. La gente se define a sí misma y a otros individuos en términos de clasificaciones sociales prominentes; esto conlleva tanto un aumento de la identidad perceptiva entre el sí mismo y los integrantes del endogrupo como un aumento, también perceptivo, del contraste entre los integrantes de ese endogrupo y del exogrupo: The theory was developed initially as an analysis of group behavior. It proposes that as shared social identity becomes salient, individual self-perception tends to become despersonalized. That is, individuals tend to define and see themselves less differing individual persons and more as the interchangeable representatives of some shared social category membership. For example, when an individual man tends to categorize himself as a man in contrast to women, he (subjectively “we”) tends to accentuate perceptually his similarities to other men (and reduce his idiosyncratic personal differences from other men) and enhance perceptually his stereotypical differences from women. [...] His self changes in level and content, and his self-perception and behavior become despersonalized. (Turner, 1994, p. 455) Por ello, en este proceso, los individuos comienzan a actuar acordes con un concepto compartido y colectivo del sí mismos, hecho que instala al grupo como una “realidad psicológica” y no solo como un “prototipo definido” para describir las interacciones: “[...] the theory describes variation as a function of an interaction between the “readiness” of a perceiver to use a particular self category [...] and the “fit” between category specifications to be represented” (Turner, 1994, p. 455). No debe dejarse por fuera que la autocategorización se considera dinámica y dependiente del contexto. Existe la posibilidad de que aquellos que se categorizan y 28 perciben diferentes en un entorno sean recategorizados y percibidos similares en otro (Chaverri Chaves, 2011). 5.3.6. Relación de la identidad social con los estereotipos Anota Chaverri Chaves (2011) que la relación entre los estereotipos y la identidad social se analiza en el contexto de las relaciones intergrupales, es decir, en aquellas en las cuales las personas interactúan en función de su pertenencia a determinados grupos. A raíz de esto, se establece una semejanza primordial entre ambos: tanto los estereotipos como la identidad social son frutos de la construcción y praxis de esquemas de pensamiento colectivo, para entender al sí mismo y a su vínculo con agrupaciones sociales relevantes. En cuanto a las diferencias entre identidad social y estereotipos, es preciso atender dos puntos clave (siguiendo nuevamente a Chaverri Chaves, 2011): a. La identidad social tiene su origen en un proceso de autocategorización, mientras que los estereotipos se generan a partir de un proceso de categorización de otros grupos. b. La identidad social tiende a percibir el propio grupo como más diverso y complejo; en cambio, los estereotipos tienden a percibir el exogrupo como más homogéneo y simple. Estos dos elementos distintivos no impiden que los estereotipos contribuyan a mantener y mejorar la identidad social, en la medida en que estos distinguen al endogrupo de exogrupos relevantes, mediante una valoración positiva de la identidad social propia. El mismo Tajfel (1971), en una serie de experimentos relacionados con la categorización social y el comportamiento intergrupal, sienta como un hallazgo primordial que los sujetos favorecen a su propio grupo cuando lo distinguen de otros grupos. Es la aplicación de los estereotipos la que realiza comparaciones que benefician y retroalimentan el endogrupo, exalta las virtudes propias y los defectos ajenos en detrimento del exogrupo: Tajfel (1972) considera que el contenido de los estereotipos sirve para acentuar las diferencias entre los grupos y mostrar las semejanzas dentro del propio grupo [...] La teoría de la identidad 29 social afirma que los miembros de un grupo están motivados para aumentar o mantener una autoestima colectiva, la que consiguen gracias a un proceso de favoritismo endogrupal. Esta teoría asevera que hay una tendencia a mantener una imagen más positiva del endogrupo y a discriminar al exogrupo. De esta visión se explica el que las personas de un mismo grupo suelan tener estereotipos similares sobre los miembros de otros grupos, ya que desarrollan los estereotipos colectivamente para organizar su mundo y para crear o mantener una estructura social que les interesa conservar o profundizar pues se benefician de ella. (Chaverri Chaves, 2011, p. 94) La comparación favorable del endogrupo ante el exogrupo se puede lograr con una estrategia directa o sutil. La adscripción de características positivas al endogrupo es un ejemplo de un método directo de distinción grupal. La caracterización de un grupo que ocupe un lugar relegado en el estatus social ilustra un mecanismo sutil de distinción grupal, puesto que se restringe con la opinión consensuada que marca una determinada escala social (Chaverri Chaves, 2011, p. 97). Por último, valga recalcar que, si bien tanto la identidad social como los estereotipos se contextualizan en las relaciones intergrupales, se ampliará ahora el concepto de estos, siempre en un marco social. Se dedicará después unas líneas a otros elementos de gran relevancia para esta investigación, los cuales también implican usos y valores inherentemente sociales: las actitudes, las variedades lingüísticas y las estrategias de acomodación del habla. 5.4. Estereotipos Los estereotipos, según Chaverri Chaves (2011), son esquemas cognoscitivos; es decir, “marcos mentales que contienen información relevante de personas, situaciones o acciones específicas, los cuales, una vez establecidos, nos ayudan a interpretar estos objetos y lo que pasa dentro de ellos” (p. 17). Esto, entonces, designa un mecanismo cognoscitivo que simplifica la realidad cotidiana, en tanto requiere un esfuerzo mental menor −al crear estrategias para comprimir información, pues somos seres cognitivamente limitados−; sin embargo, esto puede llevar a la distorsión. Lo anterior corresponde a un enfoque de procesamiento de la información, en el cual los estereotipos existen porque son una 30 estrategia propia de la mente humana para entender el entorno social, al simplificarlo y hacerlo cognoscitivamente más manejable. Por otra parte, Allport (1954) expone que el estereotipo es una creencia sobredimensionada, la cual está asociada con los atributos, los rasgos o las costumbres de un determinado grupo social; demarcada por edad, género, religión, nacionalidad, etc. Tal credo tiene por función justificar o racionalizar la conducta en relación con cierta categoría de individuos. Ahora bien, la creación de estereotipos se da producto de la necesidad o el deseo de “tener alguna opinión o criterio sobre los demás, así como a la dificultad de, o falta de interés en, fundar esa opinión en la experiencia propia […]” (Chaverri Chaves, 2011, p. 19). Se debe aclarar que los estereotipos pueden ser positivos o negativos, pues, generalmente, se tiende a asociar el vocablo estereotipo con una categoría negativa y no con una positiva. Los estereotipos son importantes en las relaciones sociales y personales, fundamentalmente, con personas que no se conocen, porque ayudan a conceder a otros un papel en estas relaciones. Este rol se otorga en función del estereotipo que se tenga del grupo al que se adscribe dicha persona, no en función de las características personales del interlocutor. Por consiguiente, lo que se otorga es un papel social al otro, tomando en cuenta al grupo al que se incluye, lo cual está mediado por la cultura (Giménez y Malgesini, 2000). No se puede dejar a un lado lo que proponen Giménez y Malgesini (2000), pues, para estos autores, los estereotipos se consideran “el componente cognoscitivo de una actitud” (p. 148). Por su parte, las actitudes pueden ser definidas como “las predisposiciones aprendidas que se manifiestan en la conducta de un individuo o grupo a fin de evaluar un objeto u objetos de forma consistente, lo que guarda relación a su vez con la visión del mundo que tengamos” (p. 148). Esas predisposiciones aprendidas se presentan como un proceso de agrupación por rasgos compartidos; es decir, como un método de categorización, el cual sirve para entender qué es algo por medio de conocer a qué otras cosas esto es semejante y a qué es diferente (Chaverri Chaves, 2011). 31 Esa categorización, específicamente, sería social, la cual es definida por Tajfel (1981), citado por Chaverri Chaves (2011), como “un proceso de unificación de objetos y acontecimientos sociales en grupos que resultan equivalentes con respecto a las acciones, intenciones y sistema de creencias de un individuo” (p. 21). El problema es que esto recae en percibir algo diferente a la realidad y genera interpretaciones incorrectas de la vida social, aunque sean eficientes. De acuerdo con Giménez y Malgesini (2000), el término estereotipo se relaciona con cuatro características fundamentales, las cuales fueron asignadas por Lippmann: 1. Ser un concepto simple más que complejo o diferenciado. 2. Ser más falso que verdadero. 3. Haber sido adquirido de segunda mano más que por experiencia directa. 4. Ser resistente al cambio. (p. 147) Por otro lado, Chaverri Chaves (2011) anota que los estereotipos pueden ser abarcados desde diversos criterios no excluyentes, sino complementarios: contenido, estructura, proceso y contexto. Cada dimensión de estas conceptualiza y caracteriza los estereotipos. A continuación, se hará referencia a estos puntos de vista. 5.4.1. Contenido de los estereotipos Desde esta perspectiva, se considera que los rasgos que contienen los estereotipos se pueden agrupar en dos dimensiones: una referida a la calidez o cordialidad −o carencia de estas− y la otra, a la competencia y habilidad −o carencia de estas−. La primera tiende a originar sentimientos, los cuales varían en una escala de acuerdo con el agrado o desagrado (va del desagrado total hasta el agrado total y afecto); por su parte, la segunda tiende a generar actitudes, las cuales van desde el mayor respeto y admiración, hasta la subvaloración y el irrespeto (Chaverri Chaves, 2011). Cabe acotar que esas dimensiones son el resultado de las interacciones interpersonales e intergrupales. 32 Según Fiske y Operario (2003), los estereotipos contienen los siguientes principios: a. Creencias ambivalentes que reflejan relaciones entre grupos. b. Aumento de percepciones de comportamiento negativo y extremo. c. Mantenimiento de divisiones entre endogrupos (“nosotros”) y exogrupos (“ellos”). 5.4.2. Estructura de los estereotipos A partir de que se analiza el contenido de los estereotipos, se asume la existencia de estructuras internas, que almacenan creencias estereotípicas e información relacionada; es decir, los estereotipos surgen a partir de unidades cognoscitivas básicas, las cuales almacenan creencias y expectativas previas (Chaverri Chaves, 2011). 5.4.3. Proceso de estereotipar Fiske y Operario (2003) explican que el proceso de estereotipar se concibe como un mecanismo humano necesario para percibir y darle sentido al mundo. De igual manera, se visualiza como un proceso pragmático, dominable por la motivación y la atención informativa adicional, y no del todo defectuoso. Por otro lado, estos autores expresan que es vital distinguir entre categorías y estereotipos, pues no se refieren a lo mismo. Las primeras aluden a conceptos, propiedades y objetos asociados que se traslapan en significado o propósito; mientras que los segundos, a creencias exageradas ligadas con categorías de personas, que funcionan para racionalizar el comportamiento hacia tales categorías. Por consiguiente, los estereotipos son el resultado específico de un proceso más general de categorización. 33 5.4.4. Contexto sociocultural de los estereotipos Chaverri Chaves (2011) expone que, cuando se realiza una revisión de los estereotipos, es necesario recurrir al contexto soci