CIUDAD Y TERRITORIO CITY AND TERRITORY 2APEGO AL LUGAR M.Sc. Rodolfo Mejías Cubero, Arquitectura Universidad de Costa Rica, Escuela de Arquitectura. Profesor rodolfo.mejias@ucr.ac.cr Recibido : Agosto 2014 / Aceptado : Octubre-2014 RESUMEN Este artículo pretende ofrecer al lector una explicación sistemática de uno de los temas que se ha desarrollado en el campo de la psicología, siendo esta la teoría del apego y su relación con el espacio y el lugar. En este trabajo, se analiza y resume, como la profunda comprensión de la teoría del apego nos puede llevar al lugar y permitir explorar los vínculos entre esta teoría y su aplicación en la arquitectura y el espacio urbano, y la comprensión de estos como un producto material de interrelaciones subjetivas entre los seres humanos. Palabras Clave: arquitectura; espacio; lugar; psicología ambiental; teoría del apego; urbanismo. ABSTRACT This article seeks to provide the reader with a systematic account of one of the topics has been developed in the field of psychology, this being the attachment theory and its relationship with the space and the place. This paper analyzes and summarizes how a deeper understanding of the attachment theory can lead us to the place and allow explore the links between this theory and its application in architectural and urban space, understanding the latter as a material product of subjective inter-relationships among human beings. Key words: architecture; space; place; attachment theory; environmental psychology; urbanism. REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X ENSAYO 3Introducción Durante muchos años, los conceptos de las Ciencias Sociales han sido utilizados de una manera indiscriminada por muchos arquitectos y urbanistas. Se usan palabras como pertenencia, identidad, lugar, lenguaje, símbolo o signo, entre otras definiciones, sin citar las fuentes de las disciplinas de las Ciencias Sociales a las que pertenecen. Conceptos ciertamente teorizados por disciplinas como la Psicología, la Sociología o la Antropología, entre otros campos, pero que sin lugar a dudas tienen su enfoque práctico y material en el área de la arquitectura y el urbanismo. El propósito de este trabajo es ofrecer una perspectiva de la teoría del apego y los vínculos que existen entre esta y el apego al lugar como elementos esenciales para la arquitectura y el urbanismo. Espacio y lugar son términos diferentes pero estrechamente interdependientes mediante las relaciones subjetivas e intersubjetivas que los vinculan. El tema del apego al lugar se abordará desde los alcances y las posibilidades disciplinares de la arquitectura y el urbanismo, tomando una distancia crítica con el abordaje de estos temas en las Ciencias Sociales, reflexionando sobre la utilización de estos conceptos y buscando los vínculos pertinentes en los teóricos de dichas ciencias y de la arquitectura que los han estudiado. El argumento que se estudiará en este documento tratará primero sobre las diferentes interpretaciones de espacio y del lugar que generan una mayor vinculación con la teoría del apego. Posteriormente, comprender cómo se da el proceso de teoría del apego en el niño y sus relaciones con el apego al lugar y con el entorno primario. Finalmente, cómo estos vínculos intersubjetivos creados por el apego vienen a contribuir con los sentimientos de identidad por el lugar. ¿Qué se entiende por espacio y lugar? Las primeras nociones de espacio y lugar que vienen a nuestra mente, son de algo que no tiene mayor explicación por lo evidente de su existencia. La cotidianidad de la vida nos puede llevar a esas conclusiones tan obvias. Sin embargo, esta apreciación de lo obvio trasciende más allá de la simple interpretación empírica de estos conceptos. Rudolf Arnheim, citado por Calduch (2001:13) dice: “espontáneamente (…) el espacio se experimenta como el don que precede a los objetos en él, como el medio en que toda cosa asume su lugar” Bajo esta apreciación Calduch (2001:13) indica: el espacio es como el vacio que hay entre las cosas, susceptible a extenderse uniformemente igual en todas direcciones. Vivimos ocupando espacio, nos movemos en él y nos lo imaginamos como un contenedor neutro, siempre igual, uniforme. 2.1 Diferentes definiciones Espacio y lugar vinculan entre sí aspectos comunes. Dice Tuan que vivimos en el espacio ... el lugar es seguridad y el espacio libertad: …...estamos ligados al primero, mientras deseamos el segundo. No hay un lugar igual a otro ¿qué es lugar?, ¿es la vieja cosa?, ¿el viejo barrio o la vieja ciudad de la patria? Los geógrafos estudian los lugares, los planeadores gustan de evocar su sentido de lugar, estas son experiencias comunes. Tiempo y lugar son componentes básicos de un mundo vivo, nosotros los admitimos como ciertos. Cuando a la vez pensamos sobre ellos podemos llegar a resultados inesperados que traen consigo preguntas que jamás se nos ocurriría hacernos. ¿Qué es espacio? (1977: 2) Imagen 1. Mejías, R, 2011. Apropiación espacial, Plaza Mayor, Ciudad de Guatemala. REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X APEGO AL LUGAR 4Se presentaran a lo largo de este trabajo una serie de fotografías donde se ejemplifica diferentes formas de apropiación del espacio y construcción de lugares por la gente. (Mejías, 2014, figuras 1 - 7). El espacio Christian Norberg-Schulz (1926-2000) es un arquitecto noruego, teórico e historiador de la arquitectura, quien en 1975 escribió el libro: Existencia, Espacio y Arquitectura, donde aborda el tema del espacio, como “dimensión de existencia humana”. En el desarrollo de este, el tema del espacio en arquitectura es visto como la concreción de esquemas o imágenes ambientales que el sujeto recrea en su mente. Sin embargo, Norberg-Schulz (1975) para tener una mejor apreciación distingue siete conceptos de espacio. Ver tabla 1. Sobre estas conceptualizaciones del espacio interesa, como objeto de estudio para este trabajo, el espacio existencial y la relaciones que se establecen entre este y el espacio arquitectónico. Al comprender cómo interiorizar el espacio, el sujeto toma conciencia de su identidad y pertenencia a un grupo social determinado. Este sentimiento de pertenencia está directamente vinculado con el desarrollo de la idea de apego al lugar. Por tanto, define el espacio existencial del sujeto como un sistema estable de relaciones perceptuales sensoriales, esquemas mentales que el sujeto va guardando en su mente y que a través del pensamiento le irán acompañando toda su vida. Sobre esta base perceptual de espacio existencial, es que se desarrolla el concepto de espacio arquitectónico, como la concreción de imágenes ambientales. Norberg-Schulz (1975,11) afirma que para investigar mejor el espacio arquitectónico, es necesario comprender el espacio existencial, a través de las Ciencias Sociales y la Filosofía. Al respecto plantea que la obra del psicólogo Jean Piaget sobre el desarrollo del niño “ilumina las estructuras básicas de la imagen ambiental del hombre” Con este tema trabaja, pese a que Piaget (1952) ofrece una interpretación conductista del espacio producto de la interacción de los niños con su entorno. Otros enfoques como el de Vygostsky (1978) destacan el valor de la cultura y el contexto social como guía y ayuda en los procesos de Tabla 1. Tipos de Espacio Figura 2: Mejías, R, 2014. El borde como lugar. Columnata, Ciudad del Vaticano. REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X RODOLFO MEJÍAS 5aprendizaje. Norberg-Schulz no hace referencia a Vygotsky en su libro, dado que su pensamiento gira en torno a las teorías de Piaget y Heidegger principalmente. 2.1.2 El lugar Al igual que con la reflexión del espacio, el lugar también plantea sus particularidades. Para el geógrafo chino-americano Yi-Fu Tuan, el lugar está definido por la perspectiva empírica que las personas tienen de un espacio. Es decir, las experiencias de quienes ocupan un área son quienes hacen que ese lugar sea significativo para ellos y su interpretación para los demás. Sin embargo, Tuan (1977: 3), indica que estudios etológicos muestran que los animales, no humanos, también tienen sentido de territorio y lugar. “Los espacios son delimitados y defendidos por ellos contra los invasores, los lugares tienen centros a los cuales se les atribuyen un valor donde son satisfechas las necesidades biológicas de comida, agua, descanso y procreación. Los hombres comparten con otros animales ciertos patrones de comportamiento, pero como indican las reflexiones de Tillich y Bohr, las personas también responden al espacio y al lugar de maneras complicadas que no se conocen en el reino animal.” El lugar también es percepción. Uribe (2002) plantea que se crean ideas y cuestionamientos sobre lo que se piensa o quieren los lugares expresar. El término topofilia o “amor por el lugar” fue acuñado por el filósofo francés Gaston Bachelard (1957) y se convierte en el elemento que definirá el vínculo afectivo entre el ser humano y su entorno material. Al respecto Uribe (2002) en su portal electrónico expone que: Así pues, autores como R. J. Johnston, Derek Gregory y D. Smith (1987), consideran que la percepción del entorno se refiere a “la evaluación subjetiva de la experiencia del entorno fenoménico que rodea a los individuos y que revela su conciencia de este entorno y su intencionalidad hacia los objetos que la constituyen”. Estos mismos geógrafos, consideran que la topofilia se define entonces como el vínculo afectivo que se establece entre seres humanos y el entorno material y, particular con respecto a ciertos lugares y entornos. No obstante, ese habitar placentero y el vínculo afectivo parece estar transformándose con el pasar de los tiempos. (sp) Tuan (1974), por su parte replantea este concepto de topofilia acuñado por Bachelard y lo aproxima al sentimiento de “apego”. Sin embargo, como veremos en el siguiente apartado podemos encontrar muchas similitudes y diferencias en las múltiples interpretaciones de este término. El apego al lugar y la teoría del apego. El concepto de apego al lugar En sus inicios, el concepto de apego al lugar planteó una gran diversidad de enfoques, tanto teóricos como empíricos, por lo que era difícil definir si se estaba hablando del mismo concepto. Figura 2: Mejías, R, 2010. La grada como lugar. Santiago de Compostela, España. REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X APEGO AL LUGAR 6El concepto, apego al lugar, aparece por primera vez en 1977 en Attachment to place de Gerson, Stueve, C.A. y Fischer; ellos según Hidalgo (1998: 10), amplían el concepto y lo definen como “compromiso de los individuos con sus barrios y vecinos”. Amplían la importancia no solo de las personas del círculo cercano, sino que la llevan al lugar donde habitamos. No obstante, esta autora también plantea diferenciación del apego al lugar de constructos, como la satisfacción residencial y la identidad de lugar, e indica que tampoco a nivel empírico se pueden alcanzar esas conclusiones de similitud. Hidalgo indica: “A partir de los resultados obtenidos por Harris y cols. (1996), puede afirmarse que los tres factores obtenidos: Identidad, Arraigo y Sentirse en casa son factores relacionados e independientes, pero no que formen parte de un constructo global llamado apego al lugar.” Hidalgo (1998,49) En otra investigación se señala que también se pueden encontrar términos similares sobre el apego al lugar, por lo que se dificulta su delimitación especifica, lo que conduce a un uso indistinto del término. Podemos encontrar muchos términos similares, tales como el apego de la comunidad (Kasarda y Janowitz, 1974), el sentido de comunidad (Sarason, 1974), el apego al lugar (Gerson et al., 1977), la identidad de lugar (Proshansky, 1978), dependencia (Stokols y Shumaker, 1981), sentido de lugar (Hummon, 1992), etc., de manera que a menudo es difícil saber si estamos hablando de un mismo concepto con un nombre diferente o diferentes conceptos. En ocasiones se observa que uno de los términos se utiliza como un concepto genérico que abarca a otros (por ejemplo, para Lalli, (1992), el apego al lugar es un componente de la identidad del lugar). En otras ocasiones algunos autores los utilizan indistintamente como si fueran sinónimos (Brown y Werner, 1985, hablan del apego y la identidad sin diferenciarlos). (Hidalgo, Hernández 2001: 273) Ante esta confusión terminológica y conceptual, actualmente parece existir un cierto consenso en el uso del término “apego al lugar”. Aquí se define el apego como un enlace, vínculo o asociación afectiva entre las personas y lugares específicos. Pese a eso, todavía el término según Hidalgo, Hernández (2001: 273) tiene el inconveniente de ser demasiado ambiguo y no permite diferenciar apego de otros conceptos estrechamente relacionados. Para estos autores es de suma importancia mantener siempre la cercanía con la teoría del apego desarrollada por Ainsworth y Bell (1970) y por Bowlby (1969, 1973, 1980) como principal referente. La teoría del apego Al ser el concepto de apego al lugar difícil de definir, sus estudios surgen de relaciones con investigaciones realizadas sobre otros tipos de apego como el apego que experimentan los niños con sus padres- cuidadores o el apego entre los adultos. Indica Hidalgo (1998:50) que si bien, en ambos casos, se habla de un único concepto, tanto personas como lugares son dos referentes distintos y al no advertir diferencias entre ellos supone que son conceptos cercanos con propiedades y características similares. Por tanto: dado que el apego infantil ha despertado un mayor interés y consecuentemente, un mayor volumen de análisis e investigación, recurriremos a estos trabajos con objeto de profundizar en el concepto de apego al lugar. Figura 4: Mejías, R, 2010. Espacio de juego controlado, Parque del Retiro, Madrid, España. REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X RODOLFO MEJÍAS 7Conceptos básicos del apego, según Ainsworth y Bowlby La teoría del apego, iniciada por John Bowlby (1969; 1993; 1973) y desarrollada en colaboración con Mary Ainsworth (1967; 1978), es actualmente, según señala Ballesteros (2011:10), una de las teorías del desarrollo socioemocional más importantes en la Psicología, dada la abundante producción conceptual y empírica, porque es producto de la integración de hipótesis y constructos provenientes de la teoría psicoanalítica, la teoría de los sistemas de control y de la etología. Para Sonia Carrillo Ávila, los presupuestos iniciales de la teoría del apego sedujeron a diversos investigadores que estudiaban el desarrollo social y emocional y sus implicaciones en la vida de los individuos. En sus inicios, la preocupación se centró en definir aquello que se denominaba relación de apego y en diseñar estrategias que permitieran aproximarse a su medición. De acuerdo con Bowlby (1969, 1982), el apego consiste en un vínculo afectivo entre el cuidador y el niño, que se desarrolla gracias a las interacciones repetidas entre ellos; este vínculo involucra diferentes sistemas comportamentales que se activan en situaciones de estrés, peligro o enfermedad. Ainsworth (1991), por su parte, define el apego como: “Un vinculo afectivo especial y duradero en el cual la figura de apego (adulto significativo) es importante como individuo”. (Carrillo 2008: 104) Para Carrillo (2008), la meta de las conductas de apego es mantener proximidad con el cuidador con el fin de garantizar su afecto y cuidado en situaciones cotidianas y asegurar su protección en situaciones amenazantes. La concepción del apego involucra, adicionalmente, tres conceptos importantes que se definieron en los trabajos iniciales de Bowlby y Ainsworth. Ver tabla 2 Plantea Carrillo (2008:119) que el desarrollo de los presupuestos existenciales de la teoría del apego dio lugar a reflexiones tanto teóricas como empíricas alrededor del tema de las implicaciones del apego en el desarrollo social de los niños. Indica que dos de estas hipótesis destacadas son: • La calidad de la relación de apego que se establece entre un niño y el cuidador en los primeros años de su desarrollo se asocia a las características del cuidado previo y a los comportamientos del cuidador. • La segunda hipótesis señala una conexión entre la calidad del apego niño- cuidador y las relaciones sociales posteriores del niño con otros y en contextos distintos a la familia (Sroufe, 1995). Define la calidad de apego que el niño tiene con su cuidador (además de sus relaciones sociales) los vínculos afectivos que este tendrá con el lugar de crianza como lo es su casa, su barrio y su ciudad. 3.2.2 Otras interpretaciones del espacio seguro Jean Piaget denominó período sensorio motor al ciclo evolutivo que se abarca desde el nacimiento hasta los dos años de edad. Para este autor, este período Tabla 2: Conceptos Iniciales de la Teoría del Apego. REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X APEGO AL LUGAR 8abarca seis etapas en las cuales el niño durante su crecimiento, va adquiriendo diferentes procesos que le permitirán la construcción activa de su inteligencia sensomotriz, hasta que logra crear la capacidad de adaptación al medio. Esto va unido a las primeras formas de representación mental. Pero es en el subestadio 3 de Piaget, entre los 4 y los 8 meses, donde el niño mostrará un interés más preciso con el entorno exterior. Los esquemas empiezan a dirigirse hacia fuera del propio cuerpo del bebé. Comienza la exploración del entorno. Cuando ahora manipula un objeto lo hace porque tiene un interés real en explorarlo. Esta mayor conciencia del entorno le permitirá descubrir procedimientos para reproducir hechos interesantes. Banús (2014: sp) En estas primeras exploraciones espaciales planteadas por Piaget (2008), el niño empieza a establecer identificación y vínculo con su entorno cercano. Esto vendría a generar un sentimiento de identificación y de seguridad con ese espacio, según se plantea en la teoría del apego con el concepto de base segura”, cuando la madre con su supervisión permite que el niño explore su entorno más cercano. Sin embargo, pienso que el primer espacio seguro para el niño es el brindado por la madre en su vientre; como primer entorno le provee una numerosa gama de sensaciones perceptuales durante su desarrollo intrauterino, su primer contacto con un espacio sensorial. Más adelante, estas relaciones con el apego estarán más relacionadas con las sensaciones de confort que provee el contacto físico y a través de la comunicación verbal y no verbal; (sonidos, gestos, caricias, miradas, protección, cobijo y demás expresiones de afecto.) irán formando el vínculo entre el niño con la madre o el cuidador. Para autores como Winnicott (2006), citado por García Heller (2007, dentro del vientre el niño se relaciona con el exterior de dos maneras, una es a través de relaciones calmas o excitadas. Según Winnicott (2006) se suele pensar que el estado calmo de los bebés dentro del útero no ha sido perturbado, pero esto no sería así. Plantea que hay que estudiar a los fetos para determinar en qué momento el ser humano comienza a experimentar. Así, en un comienzo teórico existiría el estado calmo, no perturbado, en el cual se daría el aislamiento absoluto del individuo como parte de la unidad original de la configuración ambiente- individuo. Es en este estado de cosas donde se experimenta una soledad real. El contacto con el exterior puede darse por una adaptación activa, donde es el propio movimiento del individuo el que descubre el ambiente (por ejemplo, una patada dentro del útero); o puede establecerse por intrusión, que corresponde a un movimiento del ambiente frente al cual el individuo reacciona. Esta intrusión es impredecible para el bebé y nada tiene que ver con sus procesos vitales. (García 2007:14) Aunque no es el fin de este documento analizar la percepción dentro del vientre materno, es importante considerar que el estado anímico de la madre, ya sea a través de situaciones de estrés o confort, es trasmitido al neonato. Desde el punto de vista geográfico (territorio y espacio), el niño se empieza a identificar con lo que le rodea. Llámese personas u objetos, pero, principalmente personas, ya sea el cuidador principal o los cuidadores secundarios más cercanos como el padre, abuela, hermanos, entre otros. El espacio percibido por el niño tendría ciertas características: es concreto, es estable, es cambiante, y a partir de allí el niño establece diferentes niveles de Imagen 5. Mejías, R, 2010. Espacio de Control, Parque del Retiro, Madrid, España. REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X RODOLFO MEJÍAS 9relaciones espaciales; entonces, dice la teoría de Piaget que este espacio es, en primera instancia, un espacio vivido; es un espacio en que el niño se mueve, mas la abstracción de su ubicación en el espacio no se da claramente (como la percibiría un adulto). En esta primera etapa, el niño empieza a imaginar distancias, la escala de las cosas. Esta es la etapa vivida, un entorno inmediato en que el niño se mueve. El que reconoce e interioriza. Es el espacio con el que el infante establece sus primeras relaciones, y el que genera el sentimiento del espacio seguro, porque es el espacio conocido, el que recorre cotidianamente; no hay ubicación espacial clara, es más que todo un espacio vivencial. Independientemente de la calidad de los estímulos a los que el niño esté expuesto en su espacio de residencia primario, podemos decir que toda esta multiplicidad de elementos sensoriales que empieza el niño a reconocer llámese escala, texturas, colores, ritmos, sonidos, formas, olores, etc., es la materia sensorial utilizada por el arquitecto en el diseño espacial. No obstante, estas apreciaciones que realiza el niño corresponden solamente al entorno mediato de su espacio seguro (llámese el hogar o la casa). Pero, ¿son transferibles estos vínculos de seguridad y pertenencia a otros entornos como su barrio o su ciudad en edades posteriores? 4. Otros tipos de apego al lugar 4.1 La casa y las cosas A nivel urbano, los espacios privados son las viviendas, el espacio de residencia por excelencia, asociado al concepto de hogar (espacio seguro). Aunque estamos claros que la casa o vivienda como espacio de cobijo y protección no es un sistema único, como de igual manera lo son las estructuras familiares. Pero aquí entra en juego un factor importante para la construcción de la intersubjetividad, es decir, que el sujeto no vive aislado, vive en cooperación y en socialización con otros sujetos; o sea, define un modo de habitar en sociedad a través de núcleos básicos de habitación (llámese vivienda) y que en conjunto crean ambientes de socialización públicos (llámese ciudad); así los habitantes, al convivir juntos, empiezan a construir sus nociones de identidad y apego a una comunidad, cohesionados por la cooperación y el lenguaje común. “La estructura de la casa es primeramente la de un lugar, pero como tal también contiene una estructura interior diferenciada en varios sitios secundarios y en caminos de conexión. Diferentes actividades tienen lugar en la casa y su totalidad coordinada expresa una forma de vida.” (Norberg-Schulz 1975:36). La “casa”, así planteada, expresa la estructura del habitar con todos sus aspectos físicos y psíquicos. La casa nos lleva al interior y representa la necesidad de estar situados. Habitar o residir es el principio básico de la existencia. El ser humano se relaciona con muchos objetos: tanto objetos físicos, psíquicos, sociales como culturales. Podemos hablar de las relaciones de apego y pertenencia a los objetos materiales (las cosas) que nos brindan placer y comodidad (mi juguete, mi baño, mi silla, mi cama, mi teléfono inteligente, mi auto, entre otros), contribuyendo a nuestra auto construcción existencial, tanto subjetiva como intersubjetiva. ¿Cómo somos? ¿Cómo queremos ser vistos por los otros? Sobre este tema, Norberg-Schulz (1975:42) dice que: “El desarrollo de un espacio existencial forma necesariamente parte de la orientación del individuo, y las propiedades básicas de su estructura deben ser públicas a fin de permitir la integración social que tiene muchas dimensiones. El espacio es solo uno de los aspectos de la existencia.” Agrega que toda actividad humana tiene aspectos espaciales…toda actividad significa que está en alguna parte” y eso significa “estar ubicado en el espacio existencial de cada uno”. ¿Podemos aquí hablar de un espacio subjetivo? ¿Son los espacios colectivos producto de las relaciones intersubjetivas? Indica también que el fenómeno de la creciente movilidad de las personas y proyectos utópicos de mundos móviles, hará imposible el “desarrollo humano” haciendo referencia a las investigaciones de Piaget, “que ligaría al hombre a un estado egocéntrico, que no permite una integración humana real, mientras que un mundo estable y estructurado liberaría su inteligencia”. Norberg- Schulz (1975:44). Esta afirmación de Norberg-Schulz parece contradictoria con los procesos evolutivos del pensamiento humano expuestos por Tomasello REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X APEGO AL LUGAR 10 (1999), a los que plantea que fue la inestabilidad (al salir de las zonas de confort tropicales) a la que la sociedad humana fue expuesta, la causante de los impulsores de los grandes cambios y saltos cualitativos del desarrollo de la civilización. Esta situación de ambiente adverso y respuesta, no es exclusiva de nuestras primeras fases evolutivas, y podríamos decir que es un planteamiento que ha movido el desarrollo de la civilización a lo largo de la evolución humana. Este autor hace referencia a Christopher Alexander cuando indica que: “Las patologías sociales asociadas a la vida urbana son inevitablemente consecuencia de la falta de íntimo contacto.” Norberg-Schulz (1975:44). Alexander relaciona las patologías sociales de las ciudades a la falta de íntimo contacto, por lo que resulta conveniente repasar aquí lo que plantea la teoría del apego. Ainsworth y Bell (1970) indican: que el desarrollo infantil está asociado a unos ciertos patrones de apego y de comportamiento característicos. Por ejemplo, el patrón de apego seguro brindará una relación exitosa entre cuidador y niño. El patrón de apego ansioso proporcionará al niño inseguridad producto de la sobreprotección del cuidador. El patrón de apego ambivalente/ resistente provocará ansiedad dado que el cuidador no refleja una base segura para el niño y, por último, en el patrón de apego evitativo el niño siente que no hay apego, por lo que manifiesta baja autoimagen, autoestima y rebeldía. ¿Existe alguna relación entre estos tipos de patrones y las patologías sociales a las que se refiere Alexander? Identidad de lugar A partir de estas consideraciones, Hidalgo (1998:26) establece el concepto de identidad de lugar, definido como: “una sub-estructura de la identidad personal que, en términos generales, consiste en las cogniciones sobre el mundo físico en el cual vive el individuo. Estas cogniciones representan recuerdos, ideas, sentimientos, actitudes, valores, preferencias, significados y concepciones de conducta y experiencias relacionados con la variedad y complejidad de los entornos físicos en los cuales uno se “desenvuelve” (Proshansky y cols., 1983, p.59”).” La identidad de lugar es pues una dimensión del “self”, entendiendo este como el auto-concepto que tenemos de nosotros mismos y que define nuestra identidad individual en relación con nuestro entorno físico y espacial. De esta definición, presentada por Hidalgo (1998), podemos sintetizar algunas de las principales características que definen este concepto en función con el lugar. Ver tabla 3. Estas características nos permiten visualizar componentes propios de la arquitectura y el urbanismo como lo son la lectura de la identidad en los espacios o escenarios físicos. Pienso que el concepto de lugar como tal no existiría sin la Imagen 6. Mejías, R, 2010. Espacio de Refugio, Madrid, España. Tabla 3. Identidad del lugar. REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X RODOLFO MEJÍAS 11 presencia de un espacio y una interpretación subjetiva que le provea de carácter identitario. El nivel de confort que el sujeto experimenta con el lugar deriva en una sensación de comodidad y preferencia con el escenario físico que puede estar condicionado por su preferencia con un determinado tamaño de espacio, un tipo especial de luz, mobiliario etc. Sin embargo, como dice Hidalgo (1998:26) el sujeto generalmente “no es consciente de esta variedad de recuerdos, sentimientos, valores y preferencias que influyen en sus respuestas ante el mundo físico”. La definición de identidad, al igual que las definiciones de espacio y lugar tienen múltiples interpretaciones teóricas y empíricas. Según el modelo de identidad de Breakwell (1986, 1992, 1993), citado por Hidalgo (1998), existen cuatro principios por conocer: • Distintividad: los lugares de residencia sirven para distinguir al individuo de otros que habiten en otro lugar. • Continuidad: referente para mantener el autoconcepto a través del tiempo. • Autoestima: proporciona a los que residen allí, sentimientos positivos sobre sí mismos. • Autoeficacia: facilita o, al menos, no interfiere en su modo de vida cotidiano. Hidalgo (1998) expone las investigaciones de Hummon (1990) y Feldman (1990, 1996) donde plantea cómo barrios y comunidades están imbuidos de significados públicos y cómo tales, sirven de lugares simbólicos con distintas identidades culturales. Así, los residentes en pequeñas ciudades rurales caracterizan su propia identidad como abierta, amistosa, auténtica, y opuesta a la de los habitantes de grandes ciudades, a quienes califican de rudos, descarados y materialistas. Feldman (1990) también comprobó, mediante una encuesta realizada en Denver (Colorado) que sus habitantes se identificaban con diferentes tipos de lugares (centro ciudad, barrios periféricos y afueras), y relacionaron la identidad de una persona con la identidad de cada tipo de lugar. La posición derivada de esto es que la identidad individual es relacionada con la identidad del lugar. Así podemos interpretar que la percepción intersubjetiva del lugar está ligada a la percepción subjetiva del espacio. Cuando los lugares refuerzan los principios de distintividad, continuidad, autoestima y autoeficacia, los sujetos involucrados tienden a sentir más apego por estos. Por lo visto, la identidad del lugar puede referirse a espacios de diferente nivel, partiendo desde los niveles más íntimos como “mi cama, mi habitación, pasando por mi casa, mi barrio, mi ciudad entre otros”. En todos los casos la apropiación es subjetiva. Sin embargo, podemos interpretar que los investigadores de este tema utilizan el término identidad de lugar como una acepción más globalizante, por lo que recomiendan referenciar el tipo de identidad específica por tratar, como por Imagen 7. Mejías, R, 2005. Espacio de trabajo, El Tigre, Orotina, Costa Rica. REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X APEGO AL LUGAR 12 ejemplo, el uso de la palabra identidad urbana para referirse a las diferentes conceptualizaciones de la identidad espacial. Dice Zigmunt Bauman (2005) en su libro Identidad: que cuando lo público no existe como sólido, el peso de la construcción de pautas y responsabilidades cae totalmente sobre los hombros del individuo, señalando la identidad como “un factor poderoso de la estratificación social”. Continúa este autor: En un extremo de la jerarquía global emergente están los que pueden componer y descomponer sus identidades más o menos a su voluntad, tirando del fondo de ofertas extraordinariamente grandes de alcance planetario. El otro extremo está abarrotado por aquellos a los que se les ha vedado el acceso a la elección de identidad, gente a la que no se da ni voz ni voto para decidir sus preferencias y que, al final, cargan con el lastre de identidades que otros les imponen y obligan a acatar; identidades de las que resisten pero de las que no se les permite despojarse y que no consiguen quitarse de encima. Identidades que estereotipan, que humillan, que deshumanizan, que estigmatizan. (Bauman, 2005: 86-87) Así el concepto desarrollado por este autor denominado modernidad liquida, viene a explicar la identidad en términos de la globalización económica donde el sujeto es un componente de una comunidad comercial, donde es visto como un elemento excluible y desechable socialmente. Es decir, la modernidad liquida, con igual facilidad brinda o quita al sujeto un sentido de pertenencia al cual afianzarse. 5. La arquitectura y el lugar ¿Cuándo se conceptualiza el diseño arquitectónico, se debe pensar este como la creación de espacios o de lugares? Si se piensa el diseño solo como la distribución eficiente de espacios según determinadas funciones, entonces difícilmente el espacio resultante llegue a representar de manera significativa los principios de identidad expuestos en el anterior apartado. Esta apreciación del espacio y el lugar, ha variado a lo largo de la historia y como indicia Muntañola (2001) “La lógica de un lugar coincide siempre, en líneas generales, con el paradigma que en cada época el hombre ha tenido sobre las interrelaciones entre sí mismo y su medio ambiente” (29) La evolución de este paradigma ha estado manifiesta en los diferentes modelos de lugar desde Aristóteles hasta Thom, y la característica común de todos estos modelos ha sido la simultaneidad que existe, en la lógica del lugar, entre una representación de sí mismo y una representación del mundo que envuelve a este “si mismo”. (Muntañola 2001:29) El lugar tiene una lógica que representa la naturaleza de la estructura con que fue diseñado. Representa un momento específico en el tiempo. Es por eso que espacios que para una determinada sociedad representaban un lugar específico y otro momento histórico, representan otra condición de lugar. Así, en la posmodernidad somos testigos de templos católicos convertidos en restaurantes y discotecas o cárceles convertidas en museos, para citar algunos ejemplos. El lugar como límite es más que nunca un balance rítmico entre razón e historia; ya que, el tiempo depositado en espacio, o sea el lugar, siempre refleja en su misma estructura el equilibrio existente entre un aumento de movilidad atrás y adelante en el tiempo (razón), y un alejamiento progresivo del lugar originario (historia). …la lógica del lugar marca siempre la medida bajo la cual la humanidad es capaz de representarse a sí misma. Y así empezamos a estar ya muy de cerca del corazón de la arquitectura como lugar para vivir. (Muntañola 2001:30) Esas apreciaciones suenan apropiadas para una conceptualización intersubjetiva del lugar; sin embargo, volviendo al espacio subjetivo, el sujeto replica todo esto a pequeña escala en su mundo existencial. El habitar va de la mano con el apego al lugar. Construimos vínculos (positivos o negativos) con el lugar donde nacimos, la escuela donde estudiamos, la casa donde vivimos, la calle que recorremos, entre otros. “En el mundo del individuo se instala una réplica del mundo físico con cuya ayuda se ubica, se orienta, recorre territorios y lugares, los reconoce, los nombra, los aprecia o rechaza, en fin, los habita.” (Saldarriaga 2002:28) REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X RODOLFO MEJÍAS 13 Finalmente, al habitar el espacio nos apropiamos de él, generando vínculos de identidad transformando el espacio en lugar. ¿Será esta la forma apropiada de diseñar el espacio arquitectónico? Pensándolo como lugares y no como cerramientos funcionales de espacios. “Habitar, como permanencia en un lugar implica el desarrollo de hábitos particulares, los ritos de la cotidianidad. Quien habita adquiere las costumbres propias y participa de todo aquello que hace parte de la vida del lugar.” (Saldarriaga 2002:33) 6. Conclusiones “Hacer arquitectura es “convertir un espacio en un lugar donde los hombres se instalen y adquieran la conciencia de la transitoriedad de la vida; convertir un ámbito inhóspito en un lugar donde descansar”. Azara (2005:119) Existe una relación de interdependencia entre conceptos como, espacio, lugar e identidad. A pesar de los diferentes enfoques de las disciplinas que le han estudiado: ¿Ofrece la teoría del apego variables que aunque sean exclusivas de la psicología evolutiva, sirven como una guía de estudio para estas? El espacio existencial es el que forma para el hombre la imagen estable del ambiente que le rodea, le hace pertenecer a una totalidad social y cultural, transciende la interpretación subjetiva y la traslada al plano intersubjetivo. ¿Qué lleva a un espacio a convertirse en lugar? El lugar es el espacio apropiado, no existe lugar sin apropiación. La permanencia en el espacio da la cualidad de lugar, le otorga significados a sean estos de confort o de inseguridad. ¿Explica esto acaso la apropiación de espacios deteriorados de la ciudad por la población marginal excluida? ¿Qué conduce a que como sujetos construyamos vínculos de apego con los lugares? En Costa Rica: ¿Por qué tiene más significado simbólico de apropiación del espacio para las masas, la rotonda de la Fuente de la Hispanidad, que el monumento de la Bandera, estando a escasos 800 metros el uno del otro? ¿Modelan las actividades humanas el espacio o el espacio las modela a ellas? ¿Influirá el tipo de apego desarrollado durante la infancia en las relaciones que el sujeto entabla en los diferentes entornos en los que se desenvuelve? ¿Es posible que la variable tiempo sea la responsable? Si pensamos en el apego infantil como el inicio del ciclo vital de la vida humana en un espacio tiempo determinado, es posible. Todo se reduce a tiempo, calidad de tiempo, para interactuar con quienes nos rodean, calidad de tiempo para contemplar y apropiarnos del espacio para poderlo interiorizar, instalarnos, permanecer y construir lazos de apego con él, para poder identificarnos con él y convertirlo en lugar. De este modo, la buena arquitectura y el buen urbanismo seria aquel que nos provea de lugares donde detener el tiempo y construir nuestra existencia. ¿Serán acaso que las buenas relaciones de apego entre infante y cuidador nos conducen a un estado ideal de apego al lugar que influirá en el desarrollo de lazos de identidad con este en la edad adulta, estimulando sentimientos positivos sobre sí mismos y su comunidad? Para muchos arquitectos, hacer arquitectura es materializar un programa funcional de espacios. En la era de homologación global en que vivimos, la búsqueda de espacios con un verdadero sentido de lugar es clave para la construcción de la pertenencia a una comunidad y, como tal, nos dé identidad como individuos. La existencia es espacial, Heidegger decía que no se puede disociar al ser humano del espacio. Así, las cosas, la arquitectura es espacio convertido en lugares. Ocupamos lugares para que la vida humana transcurra. Ocupamos lugares para nacer, para crecer, para vivir y morir. Si la arquitectura no puede proveer esa condición de lugar, será solamente un contenedor espacial edificado, sin sentido ni pertenencia para el que le habita. Finalmente, al concientizar los vínculos interdisciplinares que la arquitectura y el urbanismo tienen con las Ciencias Sociales, podemos interiorizar mejor estas disciplinas con una mayor sensibilidad de sus diferentes procesos culturales y sociales. REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X APEGO AL LUGAR 14 Referencias Azara, P. (2005). Castillos en el aire. Mito y arquitectura en Occidente. Barcelona: Editorial Gustavo Gili. Ballesteros de Valderrama, P. (2011). Lección inaugural. Instalación. Cuadernos de Psicología, vol. 7, núm. 1, Memoria Lectio Inaguralis. Bogotá: Javegraf. Banús, S. (2014). Desarrollo de la inteligencia según Piaget. Recuperado de: http:// www.psicodiagnosis.es/areageneral/desarrollodelainteligenciasegunjpiaget/ index.php (Consulta: 20 de mayo 2014) Bauman, Z. (2005). Identidad. Buenos Aires, Losada. Calduch, J. (2001). Temas de composición arquitectónica: Espacio y lugar. Alicante: Editorial Club Universitario. Carrillo, S. (2008). “Relaciones afectivas tempranas: Presupuestos Teóricos y preguntas fundamentales”. En Larreamendy-Joerns y otros (comp): 95-124. Hidalgo, C. (1998). Apego al lugar: Ámbitos, dimensiones y estilos. Tesis Doctoral. Universidad de la Laguna. Hidalgo, C. Hernandez, B. (2001). 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Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. VII, no. 393: Recuperado de: http://www.ub.es/geocrit/b3w-393.htm (Consulta: 29 mayo 2014) REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X RODOLFO MEJÍAS 15 Rodolfo Mejías Cubero Arquitecto (1995), Magister Scientiae en Diseño Urbano (2009) por la Universidad de Costa Rica. Actualmente Profesor Asociado (2013) y estudiante del Doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura en la misma Universidad. Pintor autodidacta. Ha desarrollado investigaciones y publicaciones a nivel nacional e internacional (Instituto Isthmus, Panamá; Universidad de San Carlos, Guatemala; Universidad Politécnica de Valencia, Universidad de Barcelona, Universidad de las Palmas de Gran Canaria; Universidad de Valladolid, España y Universidade Lusíada Porto, Portugal) en el campo de la expresión grafica y la imagen urbana. REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA. VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X RODOLFO MEJÍAS ESTA PUBLICACION FORMA PARTE DE: REVISTA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA VOL 2-2014. NUMERO 6. ISSN 2215-275X THIS ARTICLE IS PART OF: