HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE (SIGLOS XVIII-XXI) HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE (SIGLOS XVIII-XXI) Catherine Lacaze Ronald Soto-Quirós Ronny J. Viales-Hurtado (editores) 371.97 H673h Historia de las desigualdades étnico-raciales en México, Centroamérica y el Caribe (siglos XVIII-XXI). / Catherine Lacaze, editora; Ronald Soto- Quirós, editor, y Ronny J. Viales-Hurtado, editor. 1. edición – San José, Costa Rica. - Universidad de Costa Rica, Vicerrectoría de Investigación: Centro de Investigaciones Históricas de América Central, 2019. 263 pp.; fotografías, mapas b/n. 26 x 18 cm. Impreso en el SIEDIN. Colección Nueva Historia Contemporánea de Centroamérica. ISBN 978-9968-919-56-2. 1. Desigualdad social. 2. Discriminación racial. 3. Marginalidad. 4. Grupos minoritarios. 5. Migración. 6. Demografía-aspectos sociales. 7. Exbalin, Arnaud, autor. 8. Tlili, Sarah, autora. 9. Estaba Amaiz, Roraima, autora. 10. Acón Chan, Lai Sai, autora. 11. Sefil, Marc, autor. 12. Viales-Hurtado, Ronny J., autor. 13. Sancho Domingo, Carlos, autor. 14. Erquicia Cruz, José Heriberto, autor. 15. Large, Sophie, autora. 16. Murillo Chinchilla, Verónica, autora. 17. Cabezas Vargas, Andrea, autora. 18. Galán López, Felipe Javier, autor. 19. Zárate, Julio, autor. I. Colección. Diagramación y corrección de pruebas: Baruc Chavarría Castro. Diseño de la portada: David Chavarría Camacho. Fotografía de portada: Pintura «De español y mestiza, castiza» de Miguel Cabrera, México, 1763. Prohibida la reproducción total o parcial. Todos los derechos reservados. Hecho el depósito de ley. Centro de Investigaciones Históricas de América Central (CIHAC). Universidad de Costa Rica-EUCR. Ameriber-Université Bordeaux Montaigne. Comité editorial: Dr. Kevin Coleman, University of Toronto Dr. David Díaz Arias, Universidad de Costa Rica Dr. Marc Edelman, City University of New York Dr. Michel Gobat, University of Iowa Dra. Christine Hatzky, Leibniz Universität Hannover Dr. Jeffrey L. Gould, Indiana University Dr. Lowell Gudmundson, Mount Holyoke College Dra. Montserrat Llonch, Universidad Autónoma de Barcelona Dr. George Lomné, Université Paris-Est Marne-la-Vallée Dr. Héctor Pérez Brignoli, Universidad de Costa Rica Dr. Eduardo Rey Tristán, Universidad de Santiago de Compostela Dr. Ronny Viales Hurtado, Universidad de Costa Rica Dra. Heather Vrana, Florida State University Dr. Justin Wolfe, Tulane University CONTENIDO Presentación .............................................................................................................................................XI Catherine Lacaze, Ronald Soto-Quirós y Ronny J. Viales-Hurtado Primera parte: Las categorías étnico-raciales en cuestionamiento (siglo XVIII) ......1 Des haillons et des perles. Images des inégalités socio-raciales en Nouvelle-Espagne ...3 Arnaud Exbalin Groupes socio-raciaux et catégories administratives : le cas de la ville de Mexico au XVIIIe siècle .................................................................................................................................... 19 Sarah Tlili Entre pardo y mestizo: ambigüedad socio-étnica, conflicto y negociación en la incorporación de los libres de color mezclado en el Caribe continental tardo-colonial (Costa Rica, Panamá, Cartagena de Indias y Venezuela) ..................................................... 33 Roraima Estaba Amaiz Segunda parte: Políticas de marginalización étnico-racial y estrategias de integración (siglos XIX-XX) ..............................................................................................53 Las prácticas de onomástica antropológica entre los inmigrantes chinos de Costa Rica: evadiendo restricciones étnicas entre 1870 y 1934 ............................................................... 55 Lai Sai Acón Chan La marginalisation des Noirs à Cuba au début du XXe siècle. Panorama des représentations et pratiques ségrégatives ................................................................................ 75 Marc Sefil La segmentación socio-racial en el capitalismo periférico. Globalización, circulación de personas, transnacionalismo y mercado de trabajo en el “enclave” bananero de Costa Rica, 1899-1930 .................................................................................................................. 93 Ronny J. Viales-Hurtado En defensa de la “gente de color”: el discurso étnico en la revista Surco (1940-1945) ... 129 Carlos Sancho Domingo “¿Negros en El Salvador?” Historia de la presencia africana en la sociedad salvadoreña y su negación durante los siglos XX y XXI ............................................................................ 149 José Heriberto Erquicia Cruz Tercera parte: Desigualdades étnico-raciales y herramientas de visibilización (siglo XXI) ........................................................................................................................ 165 Representaciones de las desigualdades raciales en la narrativa feminista del Caribe hispano contemporáneo: una lectura fanoniana de Yolanda Arroyo Pizarro, Rita Indiana Hernández y Anacristina Rossi ................................................................................. 167 Sophie Large Migración, desigualdad y literatura. Narrativa corta sobre desigualdades étnico- raciales en México y Centroamérica ....................................................................................... 181 Verónica Murillo Chinchilla Fe: una mirada introspectiva a la estigmatización del indígena en Guatemala ............ 201 Andrea Cabezas Vargas La dimensión histórica del indigenismo en el estado de Tabasco y su proyecto educativo intercultural ............................................................................................................... 221 Felipe Javier Galán López Elecciones 2018 en México: ¿qué lugar para los indígenas en el debate político? ....... 243 Julio Zárate Sobre los autores .............................................................................................................. 259 XI PRESENTACIÓN La temática de lo “étnico” y “racial” en América Latina ha sido abordada en múltiples oca- siones desde ángulos diversos y desde disciplinas diferentes, tratando de distintos períodos históricos, enfatizando en áreas determinadas de la región o centrándose en países específicos. Dichos estudios se han desarrollado bajo el enfoque de problemáticas muy variadas: el mestiza- je, la etnicidad, la “raza”, el racismo, la nación, los nacionalismos, las identidades nacionales, las identidades culturales, las migraciones, la ciudadanía, la discriminación, el multiculturalismo, etc1. En cuanto a la problemática de las “desigualdades”, en general, también ha sido retomada desde perspectivas diversas y, especialmente, han tenido mucho auge los estudios sobre las desigualdades socioeconómicas. Los trabajos sobre esta temática se han multiplicado y pode- mos localizar análisis sobre las desigualdades sociales de salud, las desigualdades sociales en la escuela, las desigualdades de género, las desigualdades ecológicas y de desarrollo sostenible entre otras. En lo referente a las “desigualdades”, diferencias o inequidades y lo considerado como “ét- nico-racial”, tradicionalmente las publicaciones han utilizado la terminología de “desigualda- des raciales” en América Latina2. Algunos han preferido emplear la idea de “desigualdades ra- cistas”3 y en algunos casos incluso se ha hablado de desigualdades de “raza”. Más recientemente, ciertos autores han empleado la idea de desigualdades sociales o socioeconómicas y políticas 1 La bibliografía sobre estos temas es extensísima y ha sido producida en múltiples latitudes, citemos so- lamente algunas referencias de amplia difusión internacional: Richard Graham (ed.), The Idea of Race in Latin America, 1870-1940 (Austin: University of Texas Press, 1990); Nancy Leys Stepan (comp.), “The Hour of Eugenics”. Race, Gender, and Nation in Latin America (Ithaca; London: Cornell Uni- versity Press, 1991); Peter Wade, Race and Ethnicity in Latin America (London; Sterling, Virginia: Pluto Press, 1997); Nancy P. Appelbaum, Anne S. Macpherson y Karin Alejandra Rosemblatt, Race and Nation in Modern Latin America (Chapel Hill; London: The University of North Carolina Press, 2003); Diego A. Von Vacano, The Color of Citizenship: Race, Modernity and Latin America/Hispanic Political Thought (Oxford/New York: Oxford University Press, 2012); Vincent C. Peloso, Race and Ethnicity in Latin American History (New York: Routledge, 2014); Mara Loveman, National Colors. Racial Classification and the State in Latin America (New York: Oxford University Press, 2014); y Edward E. Telles and the Project on Ethnicity and Race in Latin America (PERLA), Pigmentocracies: Ethnicity, Race, and Color in Latina America (Chapel Hill, N.C.: The University of North Caroline Press, 2014). 2 Un ejemplo reciente de este término de “desigualdad racial” puede verse en: Isar P. Godreau Santiago, Miriam F. Morales Suárez, Mariluz Franco Ortiz y Ángel Suarez Rivera, “Color y desigualdad: estudio exploratorio sobre el uso de escalas de color de piel para conocer la vulnerabilidad y percepción del discrimen entre latinos y latinas”, Revista Umbral 14 (dic. 2018): 33-80, http://umbral.uprrp.edu/revis- ta/n-14-conocimiento-contribuciones-y-consciencia-afrodescendiente-primer-numero/color-y-des- igualdad-estudio-exploratorio-sobre-el-uso-de-escalas-de-color-de-piel-para-conocerla-vulnerabi- lidad-y-percepcion-del-discrimen-entre-latinos-y-latinas/ [consultado el: 30/05/2019]. 3 Obsérvese el empleo de esta expresión en este documento: Luis Ortiz Hernández, César Iván Aya- la Guzmán y Diana Pérez-Salgado, “Posición socioeconómica, discriminación y color de piel en Mé- xico”, Perfiles Latinoamericanos 26, no. 51 (2018): 215-239, http://www.scielo.org.mx/pdf/perlat/ v26n51/0188-7653-perlat-26-51-215.pdf [consultado el: 30/05/2019]. XII según, por o vinculadas al color de piel4. Otros se han volcado a llamarlas desigualdades por ascendencia o pertenencia étnico-racial5. De igual modo, se ha expresado la idea de la dimen- sión racial, étnico-racial o socio-racial de las desigualdades sociales6. En este sentido, podemos encontrar interesantes análisis sobre las desigualdades y lo étnico-racial en la educación, en el mercado de trabajo, en el ingreso familiar, etc. Es evidente que siempre nos hallaremos frente a la dificultad de poder desligar el estudio de las diferentes desigualdades. Éstas usualmente se encuentran entrelazadas7. Como indica As- censión Baraño: “Las diversas formas de desigualdad […] se encuentran interseccionadas con ca- tegorías de diferencia que pueden configurar por sí mismas tipos específicos de desigualdad, no totalmente reductibles a las primeras. Es el caso de las categorías “raciales”, de edad y de género”8. El tema de lo “étnico-racial” ha sido abordado de manera distinta en el campo político-ad- ministrativo como académico en diferentes países. Recordemos, como lo indica Gaëlle Goas- telle, la divergencia existente en cuanto al tratamiento de estos temas en los Estados Unidos y en Francia, por ejemplo: “En Estados Unidos, es el melting-pot, la mezcla de razas y la variable étnico-racial el criterio de medida de las desigualdades sociales. En Francia, el modelo republi- cano, es el ser humano como categoría universal y la medida de la injusticia social se hace por medio de las categorías socio-profesionales, es decir, una categoría eufemizada de las clases so- 4 Citamos un ejemplo: Carlos Augusto Viáfara López, “Diferenciales de ingreso por el color de piel y desigualdad de oportunidades en Colombia”, Revista de Economía del Rosario 20, no. 1 (enero-junio 2017): 97-126, https://revistas.urosario.edu.co/index.php/economia/article/view/6151/3999 [consul- tado el: 30/05/2019]. 5 Ver, por ejemplo, una noticia publicada sobre la afrodescendencia en Uruguay que emplea esta frase: “Desigualdades por ascendencia étnico-racial”, La República, 26 de mayo de 2018, https://www.repu- blica.com.uy/ascendencia-etnico-racial/ [consultado el: 30/05/2019]. 6 Puede verse en este sentido: Oscar Almario, Marixa, Lasso, Elisabeth Cunin, Fernando Urrea, Carl Langebaek y Margarita Chaves, “Aproximaciones a los estudios de raza y racismo de Colombia”, Revis- ta de Estudios Sociales 27 (agosto 2007): 184-193, https://journals.openedition.org/revestudsoc/20317 [consultado el: 30/05/2019]. 7 Véase un ejemplo para Latinoamérica: María Elena Valenzuela y Marta Rangel (ed.), Desigualdades entrecruzadas. Pobreza, género, etnia y raza en América Latina. Proyecto Género, Pobreza y Empleo en América Latina (Santiago, Chile, Oficina Internacional del Trabajo, 2004), http://centroderecur- sos.cultura.pe/sites/default/files/rb/pdf/Desigualdades%20entrecruzadas%20Pobreza%2C%20ge- nero%2C%20etnia%20y%20raza%20en%20America%20Latina.pdf [consultado el: 30/05/2019]. Otro trabajo donde se observa cómo se entrecruzan las diferentes desigualdades consideradas como étnicas y raciales con otros tipos de desigualdades (género, educación, mercado laboral) en el caso latinoame- ricano: Laís Abramo, La matriz de la desigualdad social en América Latina. [I Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe, Santo Domingo, 1 de noviembre de 2016] (Santiago, Chile, Naciones Unidas/CEPAL), https://www.cepal.org/ sites/default/files/events/files/matriz_de_la_desigualdad.pdf [consultado el: 30/05/2019]. 8 “Diferencias naturales y diferencias sociales”, Ascensión Baraño, et. al., Diccionario de relaciones interculturales: diversidad y globalización (Madrid: UCM, DL., 2007), 71. XIII ciales”9. Para el caso francés, el tema de las desigualdades étnico-raciales ha sido especialmente retomado por la socióloga Mirna Safi10. La inequidad étnico-racial11, la discriminación étnico-racial12 y, recientemente, las llama- das desigualdades entendidas como “étnico-raciales” han sido substancialmente analizadas por los sociólogos. En el caso latinoamericano, podemos encontrar en la última década variados trabajos relacionados con realidades muy contemporáneas en lo concerniente a diferentes paí- ses latinoamericanos, pero particularmente con respecto a Brasil y Colombia13. Dichos estudios se han ocupado primordialmente de los afrodescendientes con el objetivo fundamental de evi- denciar la estigmatización, procurar la visibilización de las poblaciones afrodescendientes en la región latinoamericana14 e incitar al empoderamiento15. La finalidad es procurar programas o medidas de acción afirmativa de dichas poblaciones para lograr la inclusión política, social y económica de estas poblaciones como actores políticos en proyectos nacionales. La cuestión ha sido el objeto de reflexión y acciones por parte de diferentes Estados latinoamericanos, pero también de muchas asociaciones y organizaciones no gubernamentales de derechos humanos. Si bien existen estudios recientes sobre la historia de las desigualdades connotadas como sociales16, aquí nos interesa partir de lo que podamos llamar estrictamente “desigualdades ét- 9 Traducción nuestra. Gaëlle Goastelle, “La production des normes d’admission à l’enseignement supé- rieur: l’éclairage d’une comparaison internationale”, Jean-Philippe Leresche, La fabrique des sciences: des institutions aux pratiques (Lausanne: Presses polytechniques et universitaires romandes), 2006, 50. 10 Mirna Safi, Les inégalités ethno-raciales (Paris: La Découverte, 2013). 11 Podemos mencionar el siguiente trabajo: Marta Rangel, La inequidad étnico-racial y la formación para el trabajo en América Latina y el Caribe (Santiago de Chile: CEPAL, 2001), https://repositorio. cepal.org/bitstream/handle/11362/2976/1/MRangel_es.pdf [consultado el: 30/05/2019]. 12 Ver sobre este tema un ejemplo: Donny Meertens, Mara Viveros y Luz Gabriela Arango, “Discrimi- nación étnico-racial, desplazamiento y género en los procesos identitarios de la población “negra” en sectores populares de Bogotá”, en Pobreza, exclusión social y discriminación étnico-racial en América Latina y el Caribe, comp. María del Carmen Zabala Argüelles (Bogotá: Siglo del Hombre Editores, CLACSO coediciones, 2008), 181-214. 13 Véase el interesante dossier sobre Colombia dirigido por Luis Fernando Barón Porras y Aurora Verga- ra Figueroa, “Desigualdades étnico-raciales”, Revista CS [Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad ICESI (Cali, Colombia)] 16 (mayo-agosto 2015), https://www.icesi.edu.co/revistas/index. php/revista_cs/issue/view/207 [consultado el: 30/05/2019]. Para el caso de Brasil: Rosenverck Estrela Santos, “A pobreza e as desigualdades étnico-raciais no Brasil: a questão racial como elemento de expressão da questão social no pós-abolição”, Universidade e Sociedade [Ano] XXVIII, no. 62 (junho 2018) [Edição Especial]: 16-27, http://www.andes.org.br/img/midias/18b3aa287d9e7604490aa283ce- 28f0bd_1548265007.pdf [consultado el: 30/05/2019]. 14 Referimos al estudio: Tianna S. Paschel, Becoming Black Political Subjects: Movements and Eth- no-Racial Rights in Colombia and Brazil (Princenton, N. J.: Princenton University Press, 2016). 15 Sobre la utilización y polisemia del término “empowerment” o “pouvoir d’agir” en la lengua francesa, véase: Hélène Guétat-Bernard y Nathalie Lapeyre, “Les pratiques contemporaines de l’empowerment. Pour une analyse des interactions entre pratiques et théories, individu.e.s et collectifs [Introduction]”, Dominique Feugeyrollas-Schwebel, et. al., Pratiques de l’empowerment (Paris: L’Harmattan, 2017), [Cahiers du Genre. 63/2017], 6. 16 Podemos mencionar el reciente trabajo para el caso de América Central: Ronny J. Viales Hurtado y David G. Díaz Arias (ed.), Historia de las desigualdades sociales en América Central. Una visión interdisciplinaria, siglos XVIII-XXI (San José, C.R.: Vicerrectoría de Investigación: Centro de Investi- gaciones Históricas de América Central, 2016). XIV nico-raciales” y propiciar un espacio de diálogo en una sola obra no sólo en términos crono- lógicos sino también espaciales y desde el abordaje de disciplinas diversas. En otras palabras, evaluar las desigualdades étnico-raciales en el tiempo (desde del siglo XVIII hasta hoy en día) pero también las particularidades y semejanzas de casos entre diferentes espacios geográficos del mundo latinoamericano y, más precisamente, en lo referente a México, América Central y el Caribe. En dicha reflexión, interesa retomar elementos que son la causa o la manifestación de dichas desigualdades: las categorizaciones o categorías étnico-raciales; el tratamiento y la discriminación fundados en el criterio étnico-racial; los proyectos estatales y nacionales y las categorías étnico-raciales; los censos y las variables étnico-raciales; los espacios de segregación; la marginalización; etc. Este libro cuenta con artículos innovadores principalmente de investigadores latinoame- ricanos y europeos que participaron en un coloquio organizado en Burdeos en junio de 2018 con el mismo título17. La obra se organiza en tres partes definidas en términos cronológicos con textos en español y en francés, la mayoría desde una metodología histórica, pero contando también con una apertura transdisciplinaria. La primera parte explora la problemática durante el siglo XVIII con tres contribuciones. Arnaud Exbalin (Mondes Américains/Université de Pa- ris-Nanterre) analiza las pinturas de mestizaje en la Nueva España para demostrar que el color de la piel no era necesariamente un obstáculo al ascenso social. Su revisión histórica de los tér- minos empleados lo lleva a interrogar la división de “castas” de la sociedad colonial. Sarah Tlili (ESNA-Mondes Américains/Université de Paris-Nanterre) ahonda en este sentido enfocándose en la ciudad de México al subrayar las movilidades espaciales de los españoles, indígenas y afrodescendientes. A partir del estudio de la documentación administrativa (bandos), subraya el surgimiento de categorías sociales intermedias. Finalmente, Roraima Estaba Amaiz (Univer- sidad Complutense de Madrid) se interesa por los procesos de negociación en la incorporación de los libres de color mezclado en el Caribe continental tardo-colonial. Destaca que, en la prác- tica, la ambigüedad en torno a los pardos fue utilizada como un recurso de supervivencia social. El segundo bloque de cinco trabajos aborda los siglos XIX y XX. En el primer estudio, Lai Sai Acón Chan (Universidad de Costa) realiza un sugestivo trabajo sobre la onomástica entre los inmigrantes chinos en la Costa Rica de 1870 a 1934 y las estrategias empleadas por éstos para poder adaptarse en una sociedad que les cerraba las puertas. Para el caso cubano, Marc Sefil (Académie de Martinique) demuestra cómo las prácticas segregativas siguieron vigentes tras la independencia. Rastrea el proceso por el cual la marginalización fue el lugar atribuido a los afrodescendientes en la sociedad post-colonial (1898-1933). Durante el mismo periodo, Ronny Viales-Hurtado (Escuela de Historia/CIHAC/Universidad de Costa Rica) profundiza el análisis socioeconómico de la Costa Caribe enfocándose en el enclave bananero de Costa Rica. El autor explica de qué manera esta economía no estaba desvinculada del resto de la región al jugar un papel clave dentro del capitalismo periférico y analiza los espacios de segmentación socio-racial. Carlos Sancho Domingo (Universidad de Zaragoza), por su parte, destaca los es- fuerzos de la revista costarricense Surco en la difusión de nuevas representaciones sobre los afrodescendientes durante los años 1940, con la reivindicación de una integración efectiva de 17 Congreso internacional organizado por Catherine Lacaze y Ronald Soto-Quirós el 19 y el 20 de junio del 2018 en el marco de las investigaciones del grupo de trabajo “Recherches Américanistes” del equipo pluridisciplinario AMERIBER (Península Ibérica y América Latina) de la Université Bordeaux Mon- taigne. XV esta minoría étnica en la comunidad nacional. En el texto de cierre de esta sección, José Heri- berto Erquicia Cruz (Universidad Tecnológica de El Salvador) expone un balance general del mito de la ausencia de presencia africana en la historia de El Salvador y los esfuerzos recientes, tanto académicos como institucionales, por darle visibilización a esta población. La última sección de este libro se compone de cinco trabajos que indagan las desigualdades étnico-raciales en lo que va del siglo XXI con diversas metodologías. Desde un enfoque fanonia- no, Sophie Large (Interactions Culturelles et Discursives/Université de Tours) analiza el imagi- nario relacionado con “lo negro” entre autoras contemporáneas del Caribe hispano, articulan- do la cuestión racial con las problemáticas de género. Verónica Murillo Chinchilla (Universidad de Costa Rica) se ocupa del tema de la migración y de la desigualdad, comparando narrativas cortas de México y Centroamérica y apostando por la literatura como un medio privilegiado de cuestionar las categorizaciones. Andrea Cabezas Vargas (3L.AM/Université d’Angers), desde el análisis cinematográfico, observa la estigmatización del indígena en el cine centroamericano contemporáneo, enfocándose en la película guatemalteca Fe de Alejo Crisóstomo. Por su lado, Felipe Javier Galán López (Universidad Veracruzana) trata de las políticas (neo)indigenistas en el Estado mexicano de Tabasco con respecto a las poblaciones chontal, chol y zoque analizando la creación de una universidad con enfoque intercultural en el 2005. Finalmente, las últimas elecciones presidenciales del 2018 en México son abordadas por Julio Zárate (Université Savoie Mont Blanc) quien estudia las polémicas generadas en la prensa por la candidatura indígena de “Marichuy” y cuestiona el lugar de los indígenas en el debate político actual. La variedad de las problemáticas y de los enfoques que configuran esta obra demuestra la complejidad de la historia de las desigualdades étnico-raciales y la pertinencia de su estudio. El lector encontrará aquí reflexiones valiosas que esperamos seguirán desarrollándose. Catherine Lacaze Ronald Soto-Quirós Ronny J. Viales-Hurtado Francia y Costa Rica, junio de 2019 PRIMERA PARTE LAS CATEGORÍAS ÉTNICO-RACIALES EN CUESTIONAMIENTO (SIGLO XVIII) DES HAILLONS ET DES PERLES. IMAGES DES INÉGALITÉS SOCIO-RACIALES EN NOUVELLE-ESPAGNE HARAPOS Y PERLAS. IMÁGENES DE LAS DESIGUALDADES SOCIO-RACIALES EN NUEVA ESPAÑA Arnaud Exbalin Université Paris-Nanterre/ Mondes américains (UMR 8168)/CEMCA aexbalin@parisnanterre.fr RÉSUMÉ Les pinturas de castas sont un genre pictural typiquement novohispanique du XVIIIe siècle. Elles ont fait couler beau- coup d’encre et nombreux sont ceux qui ont cru y voir le reflet d’un système de castes, voire d’une pigmentocratie. Mon propos consiste à réviser sur pièces cet écueil historiographique. D’abord en questionnant l’historicité des sens des mots (raza, casta, calidad) car la couleur de peau à laquelle on réduit aujourd’hui le concept de race n’était qu’un élément parmi les multiples autres critères concourant à définir la qualité d’un individu. Ensuite, il faudra revenir sur le contenu de certaines de ces peintures car les études dont nous disposons omettent bien souvent d’articuler les étiquettes raciales mentionnées dans les légendes et les portraits d’individus peints sur les toiles. Au-delà d’une appa- rente homogénéité des canons, des scènes et des formats, il existe en réalité une grande variété de toiles qui répond sans doute à une toute aussi grande diversité d’acheteurs et de gammes de prix. Mots-clés Tableaux de métissage, qualité, race, Mexique, XVIIIe siècle. RESUMEN Las pinturas de castas son un género pictórico típicamente novohispano de la época de la Ilustración. Han generado una gran variedad de estudios e interpretaciones y varios autores las comentan como si fueran el reflejo de un siste- ma de castas o de “pigmentocracia”. Mi propósito es revisar una serie de errores historiográficos. Primero, tenemos que estudiar la historicidad de los sentidos de los vocablos (raza, casta, calidad) pues el color de la piel con el cual reducimos el concepto de raza es solo un elemento dentro de una variedad de criterios para definir la calidad de un individuo. Luego, hay que observar en qué medida el texto contenido en las leyendas comunica con la imagen, lo que los estudios existentes suelen eludir. Por fin, más allá de una aparente homogeneidad de los cánones, de las escenas y de los formatos, hay que subrayar al contrario la gran variedad de las pinturas que en fin de cuenta responde a una gran diversidad de compradores y de precios de venta. Palabras claves Pinturas de castas, calidad, raza, México, siglo XVIII. HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE4 PROPOS INTRODUCTIF Mexico, capitale de la Nouvelle-Espagne, joyaux de la Monarchie catholique au Nouveau Monde, à la fin du XVIIe siècle. Un voyageur italien, Gemelli Carreri, y séjourne pendant quel- ques semaines. Son journal recueille des impressions pour le moins contrastées. Ses promena- des en carrosses avec les courtisans du vice-roi alternent avec des scènes ruisselantes de misère. Voici un extrait de ce qu’il vécut en l’espace d’une semaine: Le dimanche 5 mai, je pris le divertissement de la Jamaica, en voyant les canots remplis de plu- sieurs belles dames, habillées élégamment et ornées de panaches du Pérou […]. Je vis entrer le mardi dans le Palais de la Monnaie quarante-cinq mille marcs d’argent, qui venaient du Parral dans plusieurs charriots et le lendemain, deux cents trente-six marcs d’or de vingt-deux carats, qui arrivaient de San Luis Potosi pour être convertis en pistoles. […] Le vendredi 10 mai, on vit du froment et du maïs nouveau dans la place ; mais la disette était si grande [1697], que le corregidor et les officiers de police ne le distribuaient que les portes fermées, selon le plus grand besoin ; et l’on voyait tous les matins des milliers d’Indiens qui en allaient chercher de petites mesures1. D’un côté des costumes magnifiques et de l’argent qui circule avec abondance; de l’autre côté, des files d’Indiens misérables qui mendient leur pitance. Les inégalités criantes entre les plus riches et les plus pauvres sont sans doute l’un des marqueurs forts du paysage socio-his- torique des villes latino-américaines où l’indice de Gini est aujourd’hui l’un des plus élevés au monde2. A l’époque coloniale, si ces contrastes ont sauté aux yeux de nombreux voyageurs, c’est sans doute qu’ils étaient plus affirmés que dans les métropoles européennes d’Ancien Régime. C’est sans doute aussi parce qu’ils se doublaient d’une dimension raciale peu commune dans les cités de l’Ancien Monde. Mais une fois que l’on a dit que ces sociétés étaient bel et bien marquées par les inégalités socio-raciales et que ces inégalités avaient perduré dans le temps, malgré certaines inflexions, nous voilà guère avancés. Des haillons et des perles: images des inégalités socio-raciales en Nouvelle-Espagne… Le titre de cet article joue volontairement de l’anachronisme. Les catégo- ries «inégalités» et «race» sont-elles pertinentes pour penser le fonctionnement des sociétés coloniales? Si le terme «inégalité/desigualdad» existe bien dans les dictionnaires du XVIIIe siècle, il n’est guère utilisé au pluriel, encore moins associé au sens qu’il recouvre aujourd’hui de con- trastes socio-économiques entre des classes distinctes3. L’expression «inégalités socio-écono- miques» n’est pas usitée dans les sources de l’époque coloniale car l’absence d’égalité entre les 1 Jean-Pierre Berthe, Le Mexique à la fin du XVIIe siècle vu par un voyageur italien Gemelli Carreri (Paris: Calmann-Lévy, 1968), 163-164. 2 Jessica Martínez Villareal, “Las ciudades más desiguales de Latinoamérica”, Plataforma Urbana, 19 novembre 2010, http://www.plataformaurbana.cl/archive/2010/11/19/las-ciudades-mas-desigua- les-de-latinoamerica/ [consulté le: 12/12/2018]. 3 Dans le Diccionario de autoridades publié à Madrid en 1732: desigualdad, au singulier, renvoie à plusieurs sens: «1. Excesso o defecto de una cosa respecto de la con que se mide o compara. 2. Vale tambien variedad, inconstáncia, poca firmeza, estabilidad y permanéncia. 3. Significa assimismo la diferéncia y distición que hai de una cosa a otra. 4. Se toma tambien por agrávio, o injustícia». Seule cette dernière acception collerait au sens qu’on lui assigne aujourd’hui mais à l’époque il est surtout utilisé pour désigner et dénoncer des mariages inégaux. Le Diccionario de autoridades est consultable en ligne : http://web.frl.es/DA.html [consulté le: 12/12/2018]. ARNAUD EXBALIN DES HAILLONS ET DES PERLES. IMAGES DES INÉGALITÉS SOCIO-RACIALES EN NOUVELLE-ESPAGNE 5 individus était la norme. L’ordre social reposait précisément sur l’inégalité naturelle des con- ditions qui permettait à la pyramide sociale de tenir ferme sur une base large. Dans les villes qui font coexister des individus de conditions diverses, le bon ordre, soit la «police» dans son sens ancien, c’est chacun à sa place dans une hiérarchie qui va de Dieu à l’animal4. Par antino- mie, la catégorie «égalité politique et juridique» qui émerge dans les écrits des philosophes des Lumières et qui prend forme avec les révolutions politiques de la fin du XVIIIe siècle est par conséquent peu pertinente pour comprendre le fonctionnement des sociétés coloniales dans les Indes occidentales qui ne reçoivent de l’Europe que des Lumières tamisées. Le terme de «race», dans son sens usuel et actuel de «groupe ethnique qui se différencie des autres par un ensemble de caractères physiques héréditaires» selon la définition que l’on trouve dans le Robert, est tout aussi anachronique ou pour le moins peu adapté pour comprendre la structuration des sociétés anciennes du Nouveau Monde. Le concept de race et ses différents usages ont une histoire qu’il est indispensable de retracer si l’on veut l’utiliser à profit. Il est, me semble-t-il, miné par des usages fixés au XIXe siècle et polarisés autour des politiques raciales les plus contemporaines: ségrégation étatsunienne, apartheid sud-africain, lois anti-juives de Vichy en France, etc5. Évoquer les inégalités socio-raciales depuis la France implique de souligner les nouvelles préoccupations des chercheurs en sciences humaines et sociales pour insérer la grille raciale dans la lecture complexes des inégalités6. Or, ce regard porté par les sciences sociales sur la race n’est pas exactement le même que l’on soit français, nord-américain, mexicain ou guatémaltè- que car ce vocable (et son histoire) recouvre des sens différents d’un pays à l’autre. Des haillons et des perles font référence aux vêtements et aux parures portés par les hom- mes et les femmes représentés dans la peinture latinoaméricaine de l’époque coloniale. Mon propos porte plus spécifiquement sur les renommées pinturas de castas. Ces peintures, que j’appellerai pour ma part «tableaux de métissage», sont très souvent utilisées dans l’édition d’ouvrages en sciences sociales comme illustration par excellence des inégalités socio-raciales latino-américaines, ce qui me paraît être un contre-sens historique. Je voudrais revenir sur la signification de ces tableaux de métissage en les replaçant dans leurs contextes de production et en leur appliquant la méthode classique de critique interne et externe des sources que les historiens ont coutume d’utiliser pour les sources manuscrites. Les peintures de métissage sont des portraits de famille qui décrivent les mélanges possibles entre Espagnols, Indiens et Noirs vivant en Nouvelle-Espagne au XVIIIe siècle7. En général, elles se présentent sous la forme de séries de 15 ou 16 toiles. Chaque toile suit le même schéma: une famille (le père, la mère et le fruit de leur union, garçon ou fille) peinte dans son environnement 4 Sur les sens du mot police, Diego Pulido Esteva, “Policía: del buen gobierno a la seguridad, 1750-1850”, Historia Mexicana 60, no. 3 (2011): 1595-1642. 5 Wiktor Stoczkowski, article “Race (Histoire)”, Dictionnaire Historique et Critique du Racisme, éd. Pierre-André Taguieff (Paris: Presses Universitaires de France, 2013), 847-849. 6 Thomas Grillot, “La race: parlons-en”, La Vie des idées, 17 février 2014, http://www.laviedesidees.fr/ La-race-parlons-en.html [consulté le: 12/12/2018]. 7 Il y a peu de travaux en langue française sur ce genre pictural. Voir l’excellent article de Jean-Paul Zúñiga, “Muchos negros, mulatos y otros colores. Culture visuelle et savoirs coloniaux au XVIIIe siè- cle”, Annales. Histoire, Sciences Sociales 1 (2013): 45-76. A paraître également prochainement, Arnaud Exbalin, “Les peintures de métissage au Mexique”, L’Encyclopédie des Historiographies (Paris: CES- MA/IRD/INALCO), en ligne. HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE6 et ses activités quotidiennes. A ce portrait est associée une légende dans un cartouche placé en haut ou en bas de l’image qui désigne le phénotype des membres de la famille. L’ensemble des toiles composant une série est habituellement numérotée –de 1 à 16– et obéit à un ordre qui semble décrire la disparition du sang espagnol et la dégradation de la condition des familles représentées. Mon hypothèse est qu’en faisant une lecture racialiste de ces tableaux, on réduit la comple- xité des formes de production et de réception de ce genre pictural unique. Dans les nombreux travaux qui y ont été consacrés, les auteurs ont tendance à se focaliser, au risque de loucher, sur une seule partie des images: les cartouches où apparaissent en toute lettre les phénotypes des individus, ignorant ainsi l’image qui l’accompagne et surtout passant sous silence les corres- pondances éventuelles entre la lettre et la forme8. Cet article vise donc à lier discours taxino- mique et iconographie9. RAZA, CASTAS ET PINTURAS DE CASTAS Revenons sur la signification et l’historicité de certaines catégories qui servent à l’analyse des sociétés coloniales et post-coloniales. Au cours de mes recherches, je n’ai personnellement jamais rencontré le terme raza dans les archives coloniales du Mexique10. En revanche, d’autres vocables utilisés à l’époque permettaient d’identifier, de situer, de positionner les individus dans un tout social: nación, lenguas et plus encore calidad. Le terme calidad est récurrent dans les registres paroissiaux, les enregistrements civils et dans les sources judiciaires. Par «qualité» d’un individu, il faut comprendre un ensemble de critères très variables où la couleur de peau n’est qu’un élément parmi d’autres: origine géographique, lieu de résidence, métier, ma- nière de s’habiller et de s’exprimer, mariage, niveau de richesse et reconnaissance de l’individu dans un réseau de clientèle ou de voisinage. Le terme blancos pour désigner les Européens et les Espagnols en particulier n’est en revanche jamais utilisé en Nouvelle-Espagne exception faite chez le Baron de Humboldt –faut-il le rappeler, un Prussien en expédition dans les Amériques 8 Par exemple, Efraín Castro Morales, “Los cuadros de castas de la Nueva España”, Jahrbuch für Ges- chichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateina ameirikas 20 (1983): 671-690. Laura Catelli, “Pintores criollos, pintura de castas y colonialismo interno: los discursos raciales de las agencias crio- llas en la Nueva España del periodo virreinal tardío”, Cuadernos del CIHLA 17 (2012): 146-174. 9 Je me suis déjà adonné à cet exercice à propos des vendeurs ambulants de Mexico représentés dans les peintures de métissage : Arnaud Exbalin, et. al., “El ambulantaje en imágenes: una historia de re- presentaciones de la venta callejera en la Ciudad de México. Siglos XVIII-XXI”, European Journal of Geography [Document 373] (avril 2007), https://journals.openedition.org/cybergeo/5591?lang=en [consulté le: 20/02/2019]. Je m’appuie ici sur les travaux suivants: María Concepción García de Saíz, Las castas mexicanas (Turin: Olivetti, 1989). Pilar Gonzalbo Aizpuru y Solange Alberro, La sociedad novohispana. Estereotipos y realidades (México: El Colegio de México, 2013). Ilona Katzew, La pin- tura de castas (México: Conaculta/Turner, 2004). Berta Ares Queija y Alessandro Stella (ed.), Negros, mulatos, zambaigos. Derroteros africanos en los mundos ibéricos (Sevilla: Escuela de Estudios Hispa- no-Americanos/Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2000). 10 Notamment aux Archives Générales des Indes à Séville, aux Archives Générales de la Nation (Mexi- co) ou encore aux Archives Historiques de la Ville de Mexico. ARNAUD EXBALIN DES HAILLONS ET DES PERLES. IMAGES DES INÉGALITÉS SOCIO-RACIALES EN NOUVELLE-ESPAGNE 7 à l’extrême fin du XVIIIe siècle– qui a tendance à projeter les débats en vogue sur la race en Europe sur un terrain lointain11. En Europe, la race est une construction socio-historique qui prend une connotation toute particulière au cours du XIXe siècle puisque, après avoir désigné la noblesse («la race noble») sous l’Ancien Régime, elle se réfère au morphotype et au phénotype en lien avec le développe- ment de l’anthropologie physique. A chaque couleur, un ensemble de traits de caractères qui se transmettent de génération en génération12. Dans Pour une histoire politique de la race, Jean-Frédéric Schaub envisage la race –qu’il utilise à dessein sans guillemet– au sens large et en fait comme un objet politique, un outil de gestion de l’altérité qui opère sur la longue durée, dès le début du XVIe siècle et à une échelle transatlantique13. Pour simplifier à grands traits son propos, les politiques de limpieza de san- gre mises en œuvre dans la Péninsule ibérique dès le XIVe siècle, qui culminent avec l’expulsion des juifs en 1492 puis des morisques au début du XVIIIe siècle, auraient circulé dans les Indes en se chargeant de nouvelles significations pour se redéployer au sein de nouveaux dispositifs coercitifs au XXe siècle. Pour Jean-Frédéric Schaub, on ne peut réduire la race à la couleur de peau –qui renvoie en fait au racisme scientifique du XIXe siècle– mais on doit au contraire la considérer comme un ensemble d’attributs culturels (la religion, les mœurs et les coutumes, la langue). Ces précautions conceptuelles posées, que faire désormais des catégories utilisées dans les peintures de métissage? Plus directement, ces catégories sont-elles raciales? Dans les peintures de métissage, les mélanges raciaux sont désignés sous le terme de cas- tas. Castas est une catégorie qui naît de l’Ilustración14. Selon Berta Ares, dans la péninsule ibérique au XVe siècle, casta avait deux sens: un sens technique relatif au tissage des fibres et un sens lignager. De buena casta se disait d’un sang pur, sans mélange, ce sens dérivant de la reproduction des animaux (hacer casta signifiant se reproduire). Il est alors connoté positive- ment. Dans les instructions des vice-rois et les ordonnances appliquées dans les Indes occiden- tales (et en particulier dans la vice-royauté du Pérou), le terme casta n’est jamais utilisé au cours des XVIe et XVIIe siècles. Le vocable commence à être utilisé en Nouvelle-Espagne à partir du 11 Néanmoins, l’expression color quebrado est quant à lui assez commun dans les enregistrements civils, je renvoie au texte de Sarah Tlili dans le présent volume. Précisons que Humboldt utilise aussi le mot race : Alexandre Humboldt, Essai politique sur le royaume de la Nouvelle-Espagne (Paris: F. Schoe- ll-Editeur, 1811) volumen 2, 49-51. 12 Dès la fin du XVIIIe siècle, la race est accolée au phénotype (couleur de peau, traits du visage, pilosité). Je renvoie aux travaux d’anthropologie physique qui fondent une hiérarchie entre les races à partir de la morphologie de la boîte crânienne. Voir les travaux de l’anatomiste Pierre Camper, notamment sa gravure intitulée «La ligne faciale du singe à queue, de l’orang-outang, du nègre et du kalmouk» tirée de Dissertation physique de Mr. Pierre Camper, sur les différences réelles que présentent les traits du visage chez les hommes de différents pays et de différents âges; sur le beau qui caractérise les statues antiques et les pierres gravées. Suivie de la proposition d’une nouvelle méthode pour dessiner toutes sortes de têtes humaines avec la plus grande sûreté (Utrecht, chez B. Wild & J. Altheer, 1791). Pour plus d’approfondissement, lire Claude-Olivier Doron, L’homme altéré: races et dégénérescence (XVIIe-XVI- IIe siècles) (Paris: Champ Vallon, 2016). 13 Jean-Frédéric Schaub, Pour une histoire politique de la race (Paris: Seuil, 2015). 14 Gonzalbo Aizpuru y Alberro, La sociedad novohispana. Voir la première partie “La trampa de las castas”, 16-97. HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE8 milieu du XVIIIe siècle dans les mémoires des vice-rois15; soit au moment où le phénomène de mélange entre les populations européennes, indigènes et noires s’accélère avec une fusion no- table des populations noires au sein d’une plèbe métisse16. Mexico, où l’essentiel des pinturas de castas ont été produites, est alors la plus grande ville des Amériques au XVIIIe siècle, avec une population qui oscille, du fait des épidémies, entre 100 000 et 130 000 habitants répartis de la manière suivante: 50% d’Espagnols, 25% de sang-mêlés (castas) et 25% d’Indiens. Dans la réglementation policière (bandos de policía, notamment à partir des années 1760) ou encore dans les registres paroissiaux de baptême et de mariage (libro para españoles y libro para las castas), on en trouve de nombreuses occurrences17. La traduction de ce terme dans d’autres langues comme en anglais ou en français pose problème. En langue française, le terme est le plus souvent traduit par «castes» comme dans l’expression «peinture de castes». Or, le risque de confusion – avec les castes indiennes – est préjudiciable à une appréhension du phénomène de métissage en Nouvelle Espagne. Le terme le plus juste serait «sang-mêlés». L’expression en espagnol pintura de castas est toute aussi pro- blématique et son historicité rarement questionnée18. Comment appelait-on ces peintures dans les documents de l’époque? Nous disposons de quelques indices ténus : les testaments, les déclarations faites aux doua- nes à Cadiz (Casa de Contratación) par les hauts fonctionnaires qui rentraient en Espagne après un séjour en Nouvelle-Espagne et les peintures elles-mêmes, car il arrive que le nom du genre pictural soit spécifié dans la première toile19. Dans une série réalisée par José Joaquín Magón dans les années 1770 et rapportée par le cardinal Lorenzana à Tolède, le titre donné à la série complète est: «Qualités produites par le mélange d’Espagnols, de Noirs et d’Indiens qui sont issus de l’Amérique et tels qu’ils apparaissent par ordre numéroté»20. 15 Ernesto de la Torre Villar (ed.), Instrucciones y memorias de los virreyes novohispanos (México, D.F.: Porrúa, 1991), t. II : d’abord chez le premier comte de Revillagigedo (1746-1755), à trois reprises (p. 797- 798), chez le marquis de Croix (1766-1771) mais au singulier page 960. On trouve également ce terme dans les mémoires policiers d’Hipólito Villarroel et de l’anonyme du Discurso de la Policía. Hipólito Villarroel, Enfermedades políticas que padece la capital de esta Nueva España [1787] (México: Con- sejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1997). Discurso sobre la policía [1788], Antología de textos sobre la ciudad de México en el período de la Ilustración 1780-1792, ed. Sonia Lombardo de Ruiz (México: Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1982). 16 Sur cette autre catégorie de «plèbe», voir Serge Gruzinski, “Genèse des plèbes urbaines coloniales: Mexico aux XVIe et XVIIe siècles”, Caravelle 84 (2005): 11-35. 17 Les règlements de police de Mexico ont été utilement compilés par Guadalupe de la Torre dans Reco- pilación de bandos de policía de la ciudad de México, http://bandosmexico.inah.gob.mx [consulté le: 18/01/2019]. Les registres paroissiaux ont été finement analysés dans la paroisse de Santa Catarina par Juan Javier Pescador, De bautizos a fieles difuntos. Familias y mentalidades en una parroquia urbana: Santa Catarina de México, 1568-1820 (México: El Colegio de México, 1992). 18 Soulignons que les études les plus poussées sur ce genre ne s’interrogent pas sur ce point alors que l’expression se trouve dans le titre: María Concepción García de Saíz, Las castas mexicanas (Turin: Olivetti, 1989) et Ilona Katzew, La pintura de castas (México: Conaculta/Turner, 2004). 19 Pilar Gonzalbo Aizpuru qui a révisé des milliers de testaments n’a jamais retrouvé cette expression. 20 “Calidades que de la mescla de Españoles, Negros e Indias, proceden en la América y son como se siguen por los números”, notre traduction. Voir : Première toile d’une série complète de J. J. Magón. José Joaquín Magón, De Español, e Yndia, nace Mestiza, peinture à l’huile, 115 x 141 cm. On peut con- sulter : Inventario CE556. Cuadro. “(1) De Español, ê Yndia nace Mestiza”. José Joaquín Magón. [act. 1751-1800, Puebla, México]. Conjunto: Cuadros de mestizaje de la serie mexicana. Museo Nacional de ARNAUD EXBALIN DES HAILLONS ET DES PERLES. IMAGES DES INÉGALITÉS SOCIO-RACIALES EN NOUVELLE-ESPAGNE 9 Dans une autre série, anonyme, conservée chez un collectionneur particulier à Mexico, le titre général en guise d’introduction est: «En la América nacen gentes diversas en color, en costumbres, genios y lenguas». Si le terme color apparaît bien, le genre n’est pas défini comme étant une pintura de castas21. Plus tard, dans la première étude consacrée aux soit-disantes pinturas de castas, Raphaël Blanchard qui y consacra deux articles (en 1908 puis en 1910) dans le Journal de la Société des Américanistes, à aucun moment, il ne qualifie ces tableaux de peintures de castes. Il parle plutôt de «tableaux de métissage»22. Il semble que ce soit les études postérieures qui ont imposé cette expression. LA RACE OU LA CLASSE COMME STRUCTURATION DU TISSU SOCIAL? Depuis leur redécouverte au début du XXe siècle, les peintures de métissage ont donné lieu à de multiples interprétations dont certaines fantaisistes. Certains auteurs sont allés jusqu’à en faire une lecture fonctionnelle en affirmant, sans preuve aucune, que les peintures servaient aux curés à remplir les registres paroissiaux et à mieux identifier les individus à baptiser ou à marier. Or, il est utile de préciser que parmi les seize termes désignant les individus issus des différentes combinaisons entre Espagnols, Indiens et Noirs, seuls quatre ou cinq dénomina- tions (Espagnols, Métis, Noirs, Mulâtres, Indiens) étaient effectivement utilisées dans les enre- gistrements civils ou religieux des populations au XVIIIe siècle. Sans compter qu’aucune de ces peintures n’a jamais été retrouvée dans les archives paroissiales. Mais une lecture domine plus que toutes autres le champ des études qui lui sont con- sacrées. Habituellement, la condition socio-économique des individus représentés est perçue comme étant assujettie à la qualité de leur sang. Ces peintures de métissage seraient donc la démonstration d’une «société de castes» ou d’un «système de castes», voire d’une «pigmen- tocratie». Cette lecture s’est répandue durablement dans l’historiographie depuis les travaux pionniers dans les années 1950-1960 d’Angel Rosenblat et de Magnus Mörner au point que «système de castes» était devenu synonyme de société coloniale23. Les peintures de métissage viendraient confirmer cette thèse. Plus le sang est pur, donc espagnol, plus le niveau social de l’individu est élevé. Inverse- ment, plus le degré de métissage est intense, et donc le sang impur et la peau colorée, plus les conditions de vie se dégradent. J’illustre mon propos à partir d’un exemple connu, une série Antropología. Madrid. Catálogo en línea: http://ceres.mcu.es/pages/Viewer?accion=4&AMuseo=M- NA&Museo=MNA&Ninv=CE5226 [consulté le: 11/09/2019]. 21 “Del español y la India, nace el Mestizo, por lo común humilde, quieto y sencillo”, anonyme, peinture à l’huile, 102 x 126 cm, collection particulière, México. Toile reproduite dans García de Saíz, Las castas mexicanas, 103. 22 Raphaël Blanchard, “Les tableaux de métissage au Mexique”, Journal de la Société des Américanistes de Paris V, no. 1 (1908): 59-66. 23 Angel Rosenblat, La población indígena y el mestizaje en América (Buenos Aires: Nova, 1954) et Magnus Mörner, Race Mixture in the History of Latin America (Boston: Little Brown, 1967). HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE10 anonyme exposée au Museo de América (figure no. 1) en me limitant aux trois premières et trois dernières toiles.24 Les premières toiles, associées à la présence du père espagnol, se déroulent en général dans un cadre intérieur (maison, patio) ou champêtre ; les personnages peints sont richement vêtus et bien chaussés, font de la musique, se promènent ou se divertissent. Les enfants ont de jolis souliers et les mères portent des perles de nacre. Mais dès lors que le sang espagnol disparaît, en général à partir de la septième ou huitième toile, les conditions de vie des individus paraissent se dégrader. Les scènes se situent alors dans des ateliers, dans la rue, dans les faubourgs. Les en- fants vont généralement nus pieds et en haillons et les parents sont peints en train de travailler. Des scènes de violence –parfois avec armes– peuvent s’insérer dans les dernières toiles même si d’ordinaire se dégage une vision plutôt pacifiée des relations intrafamiliales; c’est davantage une impression de douceur qui imprègne ces peintures renvoyant une image idéalisée de la société novohispanique. Fig. No. 1 Premières et dernières toiles d’une série complète Source: Anonyme, peinture de métissage complète, 36 x 48 cm, Museo de América, Madrid. Sélection des trois premières et trois dernières toiles. 1. De Español e India, Mestizo; 2. De Mestiza y Español, Castizo; 3. De Castizo y Española, Español; 14. De Varsino e India, Campa mulato; 15. De Yndio y Mestiza, Coyote; 16. Yndios Apaches.25 24 Voir: Anonyme, peinture de métissage complète, 36 x 48 cm, Museo de América, Madrid. Sélection des trois premières et trois dernières toiles: 1. De Español e India, Mestizo 2. De Mestiza y Español, Castizo 3. De Castizo y Española, Español. 14. De Varsino e India, Campa mulato. 15. De Yndio y Mestiza, Coyote. 16. Yndios Apaches. 25 Images/«mestizaje». Inventarios [0052,0050, 0051, 0063, 0064, 0665] Cuadro [s]/Anónimo. [1775- 1800, México]. Museo de América. Madrid. Catálogo en línea: http://ceres.mcu.es/pages/Main [con- sulté le: 11/09/2019]. ARNAUD EXBALIN DES HAILLONS ET DES PERLES. IMAGES DES INÉGALITÉS SOCIO-RACIALES EN NOUVELLE-ESPAGNE 11 Il est certes indéniable que les premières vignettes situent les individus dans les sphères supérieures de la société novohispanique où le sang espagnol domine: monde de l’aristocratie espagnole ou de la noblesse indigène, qualité des parures, offices supérieurs. Et il serait in- concevable de voir des Espagnols pieds nus dans les premières toiles. Inversement, il n’est pas envisageable de trouver dans les dernières toiles d’une série des individus richement parés dans des intérieurs luxueux. Néanmoins plusieurs tableaux échappent à cette trop belle hiérarchie lignagère. Prenons l’exemple d’une seule toile de grand format (175 x 115 cm) conservée chez un collectionneur et sans doute datée du milieu du XVIIIe siècle26. Il y a bien 15 vignettes, des portraits de famille (femme, père, enfant), des légendes décrivant les phénotypes mais la hiéra- rchie socio-raciale est difficilement compréhensible. La première vignette, dépourvue de sang espagnol, présente un Noir richement vêtu et une Indienne. Le modèle dominant (Indienne et Espagnol) n’apparaît qu’en seconde position. Si les dernières toiles semblent bien correspondre à des membres de la basse plèbe, la catégorie «Indiens» recouvre quant à elle trois variantes inhabituelles: Indios bárbaros (en position centrale), Indios Otomies, Indios Mexicanos (en bas au centre). Ces trois étiquettes semblent vouloir traduire la diversité sociologique des mondes indigènes en milieu urbain. Bref, nous ne retrouvons pas la hiérarchie socio-raciale maintes fois soulignée dans la littérature. Qui a pu commanditer une telle toile? Qui l’a réalisée? On n’en sait rien comme pour la plupart de ces toiles (généralement non signées) mais tout porte à croire que le peintre, tout comme le commanditaire, ne semblaient pas obsédés par la supériorité du sang espagnol. La condition socio-économique n’est ici clairement pas conditionnée sur la qualité du sang. Examinons un autre exemple: une série qui accorde une grande importance au paysage et qui a la particularité d’intégrer d’autres personnages en plus du trio familial. La série est in- complète et non numérotée mais attardons-nous sur une des toiles, probablement située dans les premières (figure no. 4). Cette toile, intitulée De Negro y Española sale Mulato, est inhabituelle dans le mélange des phénotypes car, en règle générale et selon les canons du genre, le sang noir est représenté par une femme noire (une domestique) alliée avec un Espagnol, le plus souvent dans un contexte d’illégitimité. Pourtant nous sommes ici tout en haut de la hiérarchie socio-économique, les parures, la qualité des tissus, les perles et l’éventail vont dans ce sens. Qui est donc cet homme qualifié de Negro placé au sommet de la pyramide? Un officier de l’administration? Un dragon? L’amant de la très distinguée Espagnole? Quoiqu’il en soit, il semble que l’auteur de cette toile ait tenu à montrer l’extrême diversité des relations interraciales. 26 Voir: Anonyme, peinture à l’huile, 175 x 115 cm, collection particulière, Mexico. Toile reproduite dans García de Saíz, Las castas mexicanas, 69. On peut également consulter l’image sur : Javier Hernández Alpízar, “Capitalismo y sistema de casta”, Zapateando 2, 17 octobre 2007: https://zapateando2.wor- dpress.com/2007/10/17/capitalismo-y-sistemas-de-castas/ [consulté: 11/09/2019]. HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE12 Fig. No. 2 Un Noir tout en haut de la hiérarchie sociale Source: Colección Malú y Alejandra Escandón, Ciudad de México.27 Allons plus loin. Si l’on met de côté les premières et dernières toiles d’une série qui présen- tent généralement d’indubitables contrastes de richesse, qu’observe-t-on pour la douzaine de toiles intermédiaires? Je reprends la série évoquée dans la figure no. 2 de José Magón réalisée dans les années 1770 en spécifiant pour chaque toile la qualité des habits et le statut des per- sonnes représentées en lien avec leur étiquette raciale (tableau 1)28. L’analyse détaillée de ces toiles révèle plusieurs choses. En premier lieu, le monde du travail et de l’atelier concerne indistinctement toutes les combinaisons raciales. L’Espagnol de la toile n° 3, tout comme le Morisco n° 6 ou encore le Cuarterón (n° 14). En outre, les parures féminines ne sont pas dans ces peintures l’apanage des seules espagnoles; des Indiennes, des métisses ou des mulâtres portent également colliers et perles de facture similaire. Chez les hommes, enfin, il est difficile de trouver dans l’apparence vestimentaire un ordre logique qui irait des tissus 27 Voir: “Mulatto”. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Mulatto.jpg. [consulté le: 11/09/2019] 28 Cette série complète est visible sur le site: https://pueblosoriginarios.com/recursos/colecciones/cas- tas/castas.html [consulté le: 12/12/2018]. ARNAUD EXBALIN DES HAILLONS ET DES PERLES. IMAGES DES INÉGALITÉS SOCIO-RACIALES EN NOUVELLE-ESPAGNE 13 les plus luxueux aux plus grossiers. Les habits déchirés de l’Albino (n° 7) contrastent avec le vêtement sobre et presque élégant du Mulato (n° 13) ou du Cuarterón (n° 14). Il serait ainsi réducteur de voir dans ces toiles de rang intermédiaire un classement socio-racial où le sang conditionnerait pleinement l’appartenance sociale. Bien au contraire, la variété des conditions y est peinte sans ordre apparent. La condition du cigarettier (n° 7) pourtant marié à une femme espagnole est-elle vraiment plus enviable que celle du cordonnier (n° 13)? Je pourrais ainsi multiplier les exemples qui divergent du «format classique» si tant est qu’il puisse y en avoir un. A bien observer les images, chaque série diffère d’une autre, exception faite de celles qui sont des copies de séries déjà existantes. Ce que les historiens de l’art ont appelé le genre des pinturas de castas englobe en réalité près d’un siècle de production. Comme l’a fermement montré Ilona Katzew, entre la première série commandée par le vice-roi Duc de Linares en 1716 et les dernières séries du début du XIXe siècle au moment où l’intérêt pour ce genre décline, il existe une infinité de variantes29. Tableau No. 1 Descriptif des toiles 3 à 14 de la série de J. J. Magón Numéro dans le série et titre Description du père Description de la mère 3/ De Español y Castiza, torna a Español Espagnol vêtu d’un chapeau à large bord, un bâton dans la main, transportant dans son dos des rubans, sans doute un commerçant de détail. Castiza assise en train de broder à une table, robe blanche avec manches frangée, coiffe et collier. Présence de fruits (ananas en haut). 4/ De Español y Negra, sale Mulato Espagnol en habit d’intérieur, bonnet et souliers à boucle, en train de fumer une pipe. Negra représentée dans une cuisine en blouse. Présence de légumes dont un piment en bas à gauche. 5/ De Español y Mulata, sale Morisca Espagnol avec un uniforme militaire et tricorne (un dragon?). Mulata parée d’un collier et de boucles d’oreille, belle robe avec motifs. Fruits sur une table. 6/ De Morisca y Española, Albino Morisco en habit de travail en train de découper une toile, sans doute un tailleur. Espagnole en train de coudre et d’allaiter. Elle porte un collier et une robe blanche simple. Un avocat au premier plan. 7/ De Albino y Española, lo que nace Torna Atrás Aspect négligé, culotte et veste déchirées, fichu sur la tête, en train de confectionner des cigarettes dans sa boutique. Española en train d’éliminer les poux de son fils. Habillée simplement sans parure. Une papaye coupée en bas au premier plan. 8/ Mulato e Yndia, engendran Campamulato Mulato avec des habits simples (un page?) mais propres. En train de jouer aux cartes avec sa famille à la lueur de la bougie. India en chemisier d’intérieur, colliers et boucles rouges. 29 Par exemple, cette magnifique toile anonyme conservée au Museo Soumaya-Fundación Carlos Slim (México D.F.) qui représente sous la forme de deux bandes plusieurs couples dans un décor champêtre agrémenté de plantes et fruits exotiques. Le rang selon le sang n’est ici encore pas respecté: https:// relatosehistorias.mx/nuestras-historias/pintura-de-castas-un-catalogo-de-la-diversidad-del-mesti- zaje-en-nueva-espana [consulté le: 12/12/2018]. HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE14 9/ De Campamulato y Yndia, sale Givaro Campamulato vêtu humblement avec habits d’extérieur, poncho et chapeau rond. Indienne avec coiffe simple, colliers de perles rouges et chemise de basse qualité. Vend des fruits (figues de barbarie) dans la rue. 10/ De Negro e Yndia, sale Lovo Negro avec chapeau de paille et foulard blanc, une canne à la main (conduit-il des oies ou des cochons?). Indienne qui donne un épi de maïs à son fils qu’elle porte dans le dos. Tient un panier avec des tortillas. 11/ De Lobo e Yndia, sale Cambujo Lobo représenté devant un charroi en habit de travail, combinaison en toile grossière, chapeau de piètre qualité, sans doute un charretier ou un éboueur, sur le point de manger des tamales. Indienne très modestement vêtue en train de verser de l’eau dans un bol. 12/ De Yndio y Cambuja, nace Sambahiga Indien dans la rue en train de peser une pelote de fil, habillé modestement voire pauvrement. Cambuja en train de filer de la laine avec un rouet, avec corset et décolleté de facture populaire. Bandeau rouge vif autour du cou. 13/ De Mulato y Mestiza, nace cuarterón Scène d’intérieur dans un atelier où le Mulato assis sur un tabouret reprend la semelle d’un soulier, sans doute un cordonnier. Culotte avec dentelles. Mestiza habillée simplement avec collier de perles et gilet blanc, en train de changer son fils. 14/ De Cuarterón y Mestiza, Coyote Cuarterón en habit d’extérieur avec manteau en laine, gilet blanc et pantalons rouges. Porte des couteaux et ferronneries. Un vendeur ambulant qui part vendre avec son fils? Mestiza transportant une corbeille de fruits, avec boucles et collier, habillée modestement. Source: Elaboration propre. Au total, ce sont plus d’une centaine de séries différentes qui ont pu être identifiées –soit plus d’un millier de toiles– dans le monde: au Mexique, bien entendu, mais aussi aux Etats- Unis, en Europe (Espagne), la plupart des toiles étant possédées par des collectionneurs parti- culiers. Une cartographie des circulations des toiles et des lieux de conservation serait d’une grande utilité car elle permettrait de savoir dans quelle mesure cette production était destinée à l’exportation comme le suggère María Concepción García de Saíz30. Enfin, il est remarquable que les séries existantes sont rarement complètes ce qui pose la question de la réception de ces œuvres: étaient-elles vendues par séries entières ou arri- vait-il que les toiles aient été commercialisées séparément? De quelle manière pouvait alors être reçues ces œuvres-là si elles étaient déconnectées de leur ensemble? C’est en effet la série dans son intégralité qui a autorisé certains auteurs à déclarer qu’elles étaient le reflet d’une hiérarchie raciale. 30 García de Saíz, Las castas mexicanas, 47. ARNAUD EXBALIN DES HAILLONS ET DES PERLES. IMAGES DES INÉGALITÉS SOCIO-RACIALES EN NOUVELLE-ESPAGNE 15 ÉPILOGUE En fin de compte, c’est la diversité qui l’emporte au sein de ce vaste genre: diversité de for- mats, pluralité de configurations, hétérogénéité des décors (certains sont très réalistes, d’autres complètement fantaisistes), variété des qualités de réalisation qui suppose une ample gamme de prix de vente. Il serait donc hasardeux d’en tirer une seule interprétation globalisante. D’au- tant que nous ne savons encore rien ou peu de choses des auteurs (seule une dizaine de séries ont été signées), des conditions de production, des destinataires. Restreindre ainsi ces peintures à un reflet chatoyant des inégalités socio-raciales est pour le moins simpliste. S’il fallait proposer une grille de lecture à l’existence de ces centaines de peintures et avec toutes les précautions qu’impose cet exercice de simplification, je proposerais une autre hypo- thèse en prenant appui sur un dernier exemple de tableau de métissage. Si le style diffère lé- gèrement de ce qui était fait en Nouvelle-Espagne à la même époque, le modèle (un couple avec leur enfant) est identique: «Un Espagnol et une Indienne produisent un Métis» 31. Cette gravure a été réalisée par Juan de la Cruz, un Espagnol qui n’a jamais mis les pieds dans les Indes oc- cidentales. L’image appartient à une collection (Trajes de España, composé de huit cahiers de douze estampes chacun) elle-même produite en Espagne et donc très certainement destinée à un public éclairé européen, la légende et le titre ayant été traduits en français. Selon toute vraisemblance, nous avons une image idéalisée de la diversité du Nouveau Monde produite pour le marché européen: l’Espagnol, debout, les bras ouverts, paraît inviter le spectateur à une visite. Le décor est réduit à sa plus simple expression, une terre presque nue; en bas à gauche de l’image, un ananas et un plan de manioc, plantes inconnues en Europe et symboles de la fertilité des terres américaines. L’image de la diversité l’emporte sur la représen- tation d’un système de classification socio-raciale. Les peintures de métissage illustrent peut- être finalement la capacité de la Nouvelle-Espagne, et de Mexico, à produire des images (celles de l’abondance et de l’exotisme américains) en grande quantité destinées à être vendues dans le Nouveau et l’Ancien Monde. Les peintures de métissage participeraient, mutatis mutandis, à une sorte de pouvoir doux (softpower), au même titre que les images diffusées par Hollywood pour asseoir la puissance étatsunienne aux lendemains de la deuxième Guerre mondiale. BIBLIOGRAPHIE Sources internet Hernández Alpízar, Javier. “Capitalismo y sistema de casta”. Zapateando 2. 17 octobre 2017. https://za- pateando2.wordpress.com/2007/10/17/capitalismo-y-sistemas-de-castas/ [consulté le: 11/09/2019]. Images/ « mestizaje ». Inventarios [0052,0050, 0051, 0063, 0064, 0665] Cuadro [s]. Anónimo. Castas. [1775-1800, México]. Museo de América. Madrid. Catálogo en línea: http://ceres.mcu.es/pages/ Main [consulté le: 11/09/2019]. 31 Un Espagnol et une Indienne produisent un Métis, Juan de la Cruz, gravure en couleur, 30 x 22 cm, tirée de Colección de trajes de España, tanto antiguos como modernos, que comprehende todos los de sus dominios (Madrid, 1788) vol. 2, 8e cahier. Voir également le site internet de la fondation Joaquín Díaz (colección de grabados de trajes): https://funjdiaz.net/grab1.php?id=418 [consulté le: 19/04/2019]. HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE16 Inventario CE556. Cuadro. “(1) De Español, ê Yndia, nace Mestiza.” José Joaquín Magón. [act. 1751-1800, Puebla, México]. Conjunto: Cuadros de mestizaje de la serie mexicana. Museo Nacional de Antro- pología. Madrid. Catálogo en línea: [consulté le: 11/09/2019] “Mulatto”. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Mulatto.jpg. [consulté le: 11/09/2019]. Sources primaires Berthe, Jean-Pierre. Le Mexique à la fin du XVIIe siècle vu par un voyageur italien Gemelli Carreri. Paris: Calmann-Lévy, 1968. Cruz, Juan de la. Colección de trajes de España, tanto antiguos como modernos, que comprehende todos los de sus dominios. Madrid, 1788. Humboldt, Alexandre. Essai politique sur le royaume de la Nouvelle-Espagne. Paris: F. Schoell-Editeur, 1811. Lombardo de Ruiz, Sonia (ed.). Discurso sobre la policía [1788], Antología de textos sobre la ciudad de México en el período de la Ilustración 1780-1792. México: Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1982. Torre, Guadalupe de la. Recopilación de bandos de policía de la ciudad de México. http://bandosmexico. inah.gob.mx [consulté le : 18/01/2019]. Torre Villar, Ernesto de la (ed.). Instrucciones y memorias de los virreyes novohispanos. México: Porrúa, 1991. Villarroel, Hipólito. Enfermedades políticas que padece la capital de esta Nueva España [1787]. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1997. Sources secondaires Ares Queija, Berta y Alessandro Stella (ed.). Negros, mulatos, zambaigos. Derroteros africanos en los mundos ibéricos. Sevilla: Escuela de Estudios Hispano-Americanos/Consejo Superior de Investiga- ciones Científicas, 2000. Blanchard, Raphaël. “Les tableaux de métissage au Mexique”. Journal de la Société des Américanistes de Paris 1 (1908): 59-66. Castro Morales, Efraín. “Los cuadros de castas de la Nueva España”. Jahrbuch für Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateina ameirikas 20 (1983): 671-690. Catelli, Laura. “Pintores criollos, pintura de castas y colonialismo interno: los discursos raciales de las agencias criollas en la Nueva España del periodo virreinal tardío”. Cuadernos del CIHLA 17 (2012): 146-174. Doron, Claude-Olivier. L’homme altéré: races et dégénérescence (XVIIe-XIXe siècles). Paris: Champ Va- llon, 2016. Exbalin, Arnaud, et. al. “El ambulantaje en imágenes: una historia de representaciones de la venta calle- jera en la Ciudad de México. Siglos XVIII-XXI”. European Journal of Geography [Document 373] (avril 2007). https://journals.openedition.org/cybergeo/5591?lang=en [consulté le: 20/02/2019]. García de Saíz, María Concepción. Las castas mexicanas. Turin: Olivetti, 1989. Gonzalbo Aizpuru, Pilar y Solange Alberro. La sociedad novohispana. Estereotipos y realidades. Méxi- co: El Colegio de México, 2013. Grillot, Thomas. “La race: parlons-en”. La Vie des idées. 17 février 2014. http://www.laviedesidees.fr/La- race-parlons-en.html [consulté le: 12/12/2018]. Gruzinski, Serge. “Genèse des plèbes urbaines coloniales: Mexico aux XVIe et XVIIe siècles”. Caravelle 84 (2005): 11-35. ARNAUD EXBALIN DES HAILLONS ET DES PERLES. IMAGES DES INÉGALITÉS SOCIO-RACIALES EN NOUVELLE-ESPAGNE 17 Katzew, Ilona. La pintura de castas. México: Conaculta/Turner, 2004. Mörner, Magnus. Race Mixture in the History of Latin America. Boston: Little Brown, 1967. Pescador, Juan Javier. De bautizos a fieles difuntos. Familias y mentalidades en una parroquia urbana: Santa Catarina de México, 1568-1820. México: El Colegio de México, 1992. Pulido Esteva, Diego. “Policía: del buen gobierno a la seguridad, 1750-1850”. Historia Mexicana 60, no. 3 (2011): 1595-1642. Rosenblat, Angel. La población indígena y el mestizaje en América. Buenos Aires: Nova, 1954. Schaub, Jean-Frédéric. Pour une histoire politique de la race. Paris: Seuil, 2015. Taguieff, Pierre-André (éd.). Dictionnaire Historique et Critique du Racisme. Paris: Presses Universi- taires de France, 2013. Zúñiga, Jean-Paul. “Muchos negros, mulatos y otros colores. Culture visuelle et savoirs coloniaux au XVIIIe siècle”. Annales. Histoire, Sciences Sociales 1 (2013): 45-76. GROUPES SOCIO-RACIAUX ET CATÉGORIES ADMINISTRATIVES: LE CAS DE LA VILLE DE MEXICO AU XVIIIe SIÈCLE GRUPOS SOCIO-RACIALES Y CATEGORÍAS ADMINISTRATIVAS: EL CASO DE LA CIUDAD DE MÉXICO EN EL SIGLO XVIII Sarah Tlili Université Paris-Nanterre altlilisarah@gmail.com RÉSUMÉ Le cas de Mexico au XVIIIe siècle est d’un intérêt tout particulier pour l’étude des inégalités socio-raciales. La grande concentration d’activités socio-économiques, la nécessaire cohabitation entre Espagnols, Indiens, Noirs et métis, et le métissage intense qui en découle permettent le surgissement de catégories sociales intermédiaires dont il convient de déterminer la valeur. L’objet de ce texte est d’étudier sous quelle forme existe la différenciation socio-raciale dans la capitale de la Nouvelle-Espagne à la fin de l’époque coloniale, et quels sont le traitement et la gestion des diffé- rents groupes socio-raciaux par les autorités dans la ville. C’est une question que j’aborderai en m’interrogeant sur la construction et le sens des catégories socio-raciales trouvées dans les sources administratives au XVIIIe siècle, et plus particulièrement dans les règlements urbains (bandos). Mots-clés Bandos, catégories socio-raciales, ordre urbain, Mexico, XVIIIe siècle. RESUMEN El caso de la ciudad de México en el siglo XVIII es particularmente interesante para el estudio de las desigualdades socio-raciales. La gran concentración de actividades socioeconómicas, la necesaria convivencia entre españoles, in- dios, negros y mestizos, y el alto nivel de mestizaje permiten el surgimiento de categorías sociales intermedias cuyo valor se ha de determinar. El objeto de este texto es estudiar de qué forma existe la diferenciación socio-racial en la capital de la Nueva España a finales del periodo colonial, y cuáles son el tratamiento y gestión de los diferentes gru- pos socio-raciales por las autoridades en el territorio de la ciudad. Es una cuestión que abordaré con el análisis de la construcción y del significado de las categorías presentes en la documentación administrativa del siglo XVIII, y más precisamente en los bandos. Palabras clave Bandos, categorías socio-raciales, orden urbano, México, siglo XVIII. HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE20 INTRODUCTION Pourquoi choisir d’aborder le vaste monde de l’histoire coloniale du Mexique depuis la perspective des rapports socio-raciaux? Le choix des adjectifs «ethno-racial» et «socio-racial» dans l’intitulé de ce texte ne sont pas anodins et dénotent les enjeux méthodologiques et inte- llectuels sur lesquels se fonde la discussion. La «race» est une catégorie conceptuelle construite par les chercheurs de sciences humaines et sociales pour penser les rapports de force au sein des communautés humaines. En tant que tel, le concept de «race» est investi d’usages aussi nombreux que les espaces et les sociétés à propos desquels il est employé. Cet outil conceptuel nous est-il invariablement utile et nécessaire pour penser l’histoire des rapports sociaux en situation coloniale? Si l’attractivité éditoriale et médiatique du terme «race» et de ses déclinai- sons qualificatives encourage à en développer l’utilisation, les historiens de l’Amérique espag- nole sont nombreux à aborder et à manier le terme avec circonspection1. En effet, la conceptualisation de la «race» en histoire, aussi critique se propose-t-elle d’être, est immanquablement marquée par l’acception et les réalités historiques que recouvre le terme dans des sociétés situées hors de l’Amérique ibérique. Lorsqu’on interroge le sens des mots «race», «racisme» ou «racial», on pense invariablement à l’histoire de la ségrégation raciale aux Etats-Unis, à celle de l’apartheid en Afrique du Sud ou aux heures tragiques de l’antisémitisme juif en Europe dans la première moitié du XXe siècle. Pourtant, aucun de ces schémas ne per- met de concevoir avec justesse la question des configurations humaines et collectives dans les sociétés urbaines coloniales de l’Amérique espagnole. Les concepts de ségrégation, d’inégalité ou d’ethnicité, ou l’opposition du blanc et du noir comme cadre d’appréhension de l’altérité sont autant de présupposés qui s’épuisent face à la spécificité des configurations humaines, socio-économiques et politiques qui transforment Mexico entre le milieu du XVIe siècle et la fin du XVIIIe siècle. C’est un point de vue que je soutiendrai en tentant de rendre compte, dans un premier temps, du contexte humain, socio-économique et politique qui est celui de Mexico au XVIIIe siècle. Je prêterai une attention toute particulière aux catégories employées par les autorités pour définir les différents groupes socio-ethniques présents dans la capitale. Dans une seconde partie, je proposerai une analyse de l’évolution de la gestion politique de ces groupes; j’essayerai de démontrer le glissement progressif des perceptions de l’altérité à Mexico en présentant une étude de cas d’un corpus de règlements urbains. MEXICO AU XVIIIe SIÈCLE: UNE SÉGRÉGATION MANQUÉE DES HOMMES DANS LA VILLE L’histoire de Mexico au long des trois siècles de la colonie est celle d’une «impossible ségré- gation» de ses habitants, selon la formule de Serge Gruzinski2. Au XVIe siècle, en effet, Mexico est fondée par les autorités espagnoles sur un principe d’ordre social ségrégatif et différentié : la 1 Parmi les travaux d’historiens qui se sont efforcés de déconstruire le concept de «race» en Amérique espagnole et d’en historiciser les acceptions, voir notamment ceux de Max Sebastián Hering Torres, “‘Limpieza de sangre’: ¿Racismo en la edad moderna?”, Tiempos modernos 4 (2003): 1-16 et de Jean-Paul Zúñiga, “La voix du sang. Du métis à l’idée de métissage en Amérique espagnole”, Annales. Histoire, Sciences Sociales 2, no. 54 (1999): 425-452. 2 Carmen Bernand y Serge Gruzinski, Histoire du Nouveau Monde. Les métissages (Paris: Fayard, 1993), 222. SARAH TLILI GROUPES SOCIO-RACIAUX ET CATÉGORIES ADMINISTRATIVES: LE CAS DE LA VILLE DE MEXICO... 21 conquête de Tenochtitlan, en 1521, est suivie de la création de deux entités juridiques distinc- tes, la «république des Espagnols» et la «république des Indiens». Ces deux « républiques » co- rrespondent à un découpage politique, civil et paroissial du territoire, ainsi qu’à une répartition ethno-spatiale de ses occupants: les Espagnols occupent la traza, centre de la ville coloniale, et les Indiens les parcialidades, quartiers aux marges du centre espagnol, au sein desquels les autorités indigènes conservent un pouvoir local. Espagnols et Indiens communient dans des paroisses séparées. La nouvelle organisation sociale qui se développe à la suite de l’établisse- ment des Espagnols va cependant à l’encontre de cette séparation originelle de l’espace urbain et de ses occupants. Dès la seconde moitié du XVIe siècle, la division théorique voulue par les autorités conquérantes ne correspond plus à la réalité urbaine. Les besoins socio-économiques et l’inévitable métissage culturel rendent impossible une séparation formelle des hommes sur le territoire de la ville. La main d’œuvre indienne, qui sert les besoins des Espagnols, s’en vient travailler dans la traza: elle occupe les ateliers, les garnis, jusqu’aux foyers où elle sert de domesticité. À l’inverse, les Espagnols achètent des terrains à moindre prix dans les quartiers indiens, au plus près des voies commerciales, et s’installent à l’extérieur de la traza centrale. Les Indiens en viennent à s’affranchir peu à peu des contraintes collectives traditionnelles et s’adaptent à la demande économique des Espagnols, et à leur mode de vie. Marqués par l’acculturation qu’induisent ces échanges, les Indiens communiquent en castillan et se vêtent comme les Espagnols; il devient rapidement malaisé de différencier un Indien d’un métis3. En outre, dès la seconde moitié du XVIe siècle, les Africains issus de la traite négrière sont introduits dans les colonies américaines pour pallier le manque de main-d’œuvre provoqué par l’effondrement démographique des populations autochtones. Dès lors, ils forment un tiers groupe essentiel par leur importance numérique et par les rôles qu’ils remplissent dans la so- ciété de Nouvelle-Espagne. Ils contrecarrent un peu plus le principe de ségrégation binaire imaginé par les conquérants4. Dès le début du XVIIe siècle, l’importance de leur nombre et de leur présence dans la vie urbaine à Mexico frappe les observateurs: ils sont «une infinité» selon le dominicain anglais Thomas Gage, qui témoigne en 1625; cinq ans plus tard, le frère Antonio Vázquez de Espinosa décrit la population de la capitale comme une agglomération de 15 000 Espagnols, 80 000 Indiens et plus 50 000 Noirs et mulâtres, libres et esclaves5. C’est en effet dans la première moitié du XVIIe siècle que les arrivées d’Africains esclaves en Nouvelle-Espag- ne sont les plus importantes. Leur présence décroît ensuite au cours du siècle, sous l’influence du métissage, au profit de celle des mulâtres. MÉTISSAGE, SOLIDARITÉS URBAINES ET CONFUSION DES CATÉGORIES Le métissage bouleverse les catégories socio-raciales issues du premier ordre colonial, qui organisait le corps social entre «Espagnols», «Indiens» et «Noirs». De nouvelles catégories so- cio-légales naissent alors pour définir le fruit des unions entre ces trois groupes. Les catégories 3 Voir Serge Gruzinski, “Genèse des plèbes urbaines coloniales: Mexico aux XVIe et XVIIe siècles”, Ca- ravelle 84 (2005): 19; et Pilar Gonzalbo, “El nacimiento del miedo, 1692. Indios y españoles en la ciudad de México”, Revista de Indias 68, no. 244 (2008): 13. 4 Bernand y Gruzinski, Histoire du Nouveau Monde, 222. 5 Bernand y Gruzinski, Histoire du Nouveau Monde, 26; Gonzalbo, “El nacimiento del miedo”, 63. HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE22 de mestizo6 (métis) et mulato (mulâtre) sont les premières à faire leur apparition dans le sillage des catégories originelles d’español, indio et negro, d’abord dans le langage courant au milieu du XVIe siècle, puis dans la documentation paroissiale dès le début du XVIIe siècle7. Les dé- nominations désignant des identités métisses et afro-métisses (castizo, pardo, lobo, chino et morisco) font leur apparition au XVIIe siècle dans les registres de baptême, de mariage et de décès de Mexico, et sont regroupées sous la catégorie générale de castas. À quoi correspondent réellement toutes ces catégories de métissage? Equivalent-elles à des identités sociales figées, et fixent-elles définitivement la place de chacun dans l’ordre colonial? Les catégories socio-racia- les servent à définir les droits et les obligations de chacun dans l’ordre colonial: l’hidalgo jouit des privilèges de naissance qui caractérisent sa noblesse; l’español peut accéder à certaines charges ecclésiastiques et institutionnelles interdites aux sang-mêlé; l’indio est tributaire, mais le mestizo ne l’est pas, etc. Il est donc particulièrement important pour les autorités d’élaborer des catégories de classification des individus. Toutefois, les usages réels de ces catégories sont loin d’être immuables. Dans un ouvrage récent, l’historienne Pilar Gonzalbo a illustré de manière convaincante la malléabilité des usages qui peuvent être faits des catégories socio-raciales: d’après ses obser- vations, la catégorie castas, qui apparaît au début du XVIIe siècle dans les registres sacramente- ls pour répertorier les Africains et les Afro-descendants présents dans les paroisses espagnoles, évolue progressivement à mesure que le métissage s’intensifie et finit par enclore différentes identités métisses, issues des mélanges entre Espagnols, Indiens et Noirs, que leur ascendance soit clairement identifiée ou non8. Dans le contexte paroissial de Mexico, le terme castas traduit essentiellement la complexité d’identification d’une population métissée et mobile, et l’incerti- tude des curés face à l’injonction de classification9. La catégorie castas, que les historiens utilisent aujourd’hui pour désigner les sang-mêlé de Mexico, fonctionne au XVIIIe siècle comme un outil d’assignation collective dont usent les auto- rités pour désigner une population difficile à identifier d’un point de vue socio-ethnique. En effet, quelle différence était-il raisonnablement possible de faire, après un siècle de métissage, entre un pardo, un chino, un lobo ou un Afro-hispano-descendant au teint clair identifié comme mestizo? Toutes ces créations terminologiques présentes dans la documentation ne renvoient pas à une discrimination phénotypique de l’identité ethnique et leur utilisation par les autorités, loin d’être systématique, est fluctuante. La généralisation de la catégorie castas –tout d’abord usitée par les prêtres, puis par les autorités civiles, comme nous allons le voir– contribue à faire perdre progres- sivement leur teneur et leur efficacité au reste des étiquettes ethniques élaborées pour identifier les métis et les afro-métis. La catégorie englobante de castas n’est pas la seule à faire son apparition au XVIIe siècle pour désigner les différents groupes socio-ethniques de Mexico. Dans les années 1690, un nou- 6 Dans le contexte colonial espagnol, le terme mestizo, métis, se réfère à l’individu né de père espagnol et de mère indienne, ou inversement. Les métis issus des croisements entre Espagnols, Indiens, Noirs et mulâtres sont désignés par les historiens (et dans cet article) par les termes de castas ou «sang-mêlé». 7 Voir les travaux de Solange Alberro y Pilar Gonzalbo, La sociedad novohispana. Estereotipos y reali- dades (México: El Colegio de México), 2013. 8 Alberro y Gonzalbo, La sociedad novohispana, 64-85. 9 C’est une injonction canonique: depuis 1585, date du Tercer Concilio Provincial Mexicano, les prêtres sont enjoints d’utiliser des registres séparés selon l’appartenance ethnique des fidèles. SARAH TLILI GROUPES SOCIO-RACIAUX ET CATÉGORIES ADMINISTRATIVES: LE CAS DE LA VILLE DE MEXICO... 23 vel acteur fait son apparition sur la scène urbaine de Mexico: la plèbe. Le terme désigne le petit peuple de la capitale, une population nombreuse, diverse et métissée. Cette expression évoque également le caractère mobile, organisé, parfois politisé et ardûment contrôlable des couches modestes de Mexico; son utilisation n’est pas neutre et renvoie aux manifestations collectives de la masse des habitants de la capitale. Si l’on scrute les sources de réglementation urbaine au XVIIIe siècle, le terme apparaît sous la plume des vice-rois dans des contextes bien parti- culiers. En 1716, le vice-roi Fernando de Alencastre légifère pour interdire le port de certains vêtements, et associe alors le mot plèbe aux festivités du carnaval10. En 1782, lorsque le vice-roi Martín de Mayorga y fait référence pour justifier la réforme du système policier, il associe alors le mot à l’idée d’un territoire et d’un voisinage difficilement contrôlable et accessible: «la vaste étendue de cette ville, la disposition irrégulière de ses quartiers et de ses faubourgs […] et de son très nombreux voisinage, notamment de la plèbe»11. La plèbe constitue un objet de réflexion notable dans le cadre de notre étude: elle est cons- tituée de l’ensemble des groupes ethniques de Mexico, et en grande partie de sang-mêlé; par conséquent, elle sape la catégorisation ethnique qui est faite de la population par les autorités. L’étude du motín qui secoue Mexico en 1692 met particulièrement en exergue les caractéris- tiques de la plèbe et les enjeux de son contrôle par les autorités espagnoles12. Le soulèvement du 8 juin 1692 est une émeute frumentaire qui éclate dans la Alhóndiga (halle aux grains), et envahit ensuite le Baratillo, un des trois marchés situés sur la Plaza Mayor, siège des autorités civiles et religieuses de la capitale et de la vice-royauté de Nouvelle-Espagne. Dans un contexte de rareté et de cherté des céréales, la révolte est déclenchée par un acte de violence à l’encontre des femmes indiennes venues réclamer du maïs aux repartidores13. La protestation de la foule dégénère rapidement en émeute après que la plèbe se rend au palais du vice-roi pour exprimer ses doléances et qu’elle est éconduite par les autorités. Les émeutiers se livrent alors au saccage de la Plaza Mayor; ils incendient le palais du vice-roi et l’Ayuntamiento. Grâce aux témoignages de multiples informateurs, membres de l’élite créole, on sait que la foule factieuse est une véritable mosaïque ethnique. Antonio de Robles commente qu’elle est faite de «quantité d’Indiens et d’Indiennes» accompagnés par les «zaramullos du Baratillo», le terme zaramullo désignant les Espagnols pauvres du bas de l’échelle sociale. La description par Don Carlos Sigüenza y Góngora de ce qu’il nomme la «plèbe infâme» est plus évocatrice enco- re: il la présente comme étant composée «d’Indiens, de Noirs créoles et africains de différentes nations, de chinos, de mulâtres, de moriscos, de métis, de zambaigos, de lobos et aussi d’Espag- nols qui, en se déclarant zaramullos […] et en dégénérant de leurs obligations, sont les pires 10 Dans le bando (règlement urbain) du 30 avril 1716, le vice-roi mentionne les individus qui «[abusent] du droit dont jouit la plèbe pendant les festivités du carnaval». Notre traduction de «abusándose del permiso que goza la plebe para la diversión de las carnestolendas». AGN, general de parte, vol. 21, exp. 211, fs. 248v-249v, http://bandosmexico.inah.gob.mx/ [consulté le: 03/06/2018]. 11 Notre traduction de «la dilatada extensión de esta Ciudad, la irregular disposición de sus barrios y arrabales […] y su numerosísimo vecindario, especialmente de la plebe». Cité dans Arnaud Exbalin, “Los alcaldes de barrio. Panorama de los agentes del orden público en la ciudad de México a finales del siglo XVIII”, Antropología 94 (2012): 50. 12 Sur la formation de la plèbe et le motín de 1692, voir Gruzinski, “Genèse des plèbes urbaines colonia- les” et Gonzalbo, “El nacimiento del miedo”. 13 Fonctionnaires vice-royaux en charge de la répartition du maïs. HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE24 parmi cette vile canaille»14. La reconstruction discursive du motín par les autorités espagnoles à la suite des événements insiste sur la culpabilité des Indiens: le rôle des Espagnols zaramullos, des métis et des mulâtres dans l’irruption de la violence est occulté, et le soulèvement est réduit à une sédition des Indiens contre les autorités vice-royales. Les élites espagnoles puisent pour ce faire dans une rhétorique ancienne qui présente l’indio farouche, hostile et insurgé face à l’Espagnol détenteur de l’autorité légitime. Elles réaffirment également le principe de sépara- tion ethno-spatiale imaginé au XVIe siècle: à la suite du soulèvement et à plusieurs reprises, en 1697, puis en 1699, les Indiens travaillant dans la traza sont astreints par ordre vice-royal à retourner vivre dans leur paroisse une fois leur service accompli auprès des Espagnols; un châ- timent de deux cents coups de fouet et de travaux forcés pèse sur les contrevenants15. S’il est évident que le discours et les mesures discriminants tenus par les autorités après la révolte populaire de 1692 ont pour finalité de réaffirmer symboliquement la domination de l’élite espagnole sur le peuple de Mexico, on peut toutefois douter de l’efficience d’une rhéto- rique et d’une législation qui n’ont plus grand rapport avec la réalité du corps social ni avec l’occupation socio-démographique de la capitale par les habitants. Les déplacements quotidiens des Espagnols, des Indiens et des sang-mêlé sur le territoire de la ville, la vitalité des échanges et les solidarités urbaines existant au sein de la plèbe ont de loin dépassé l’ancien ordre colonial que tente d’exhumer les autorités politiques. LES CATÉGORIES SOCIO-RACIALES DANS L’ORDRE URBAIN Quelle est la stratification sociale de la société de Mexico au XVIIIe siècle? Comment sont répartis les rôles socio-économiques entre Espagnols, Indiens et métis de toutes sortes? Il est indéniable que la répartition des rôles socio-économiques à Mexico au XVIIIe siècle est héritée du premier modèle colonial, qui impliquait que des activités déterminées échoient aux Espag- nols, aux Indiens et aux Noirs, et ce malgré l’importante mobilité sociale d’une partie de la population. Les Espagnols, péninsulaires ou créoles, continuent de constituer très largement les rangs des élites gouvernementales et religieuses et sont omniprésents dans le monde du commerce, comme marchands ou propriétaires de boutiques commerçantes. Les Indiens, eux, sont quasiment absents de l’élite, exception faite de la noblesse indigène, qui conserve un statut privilégié. Lorsqu’ils font partie de l’élite, ils occupent des postes de bureaucratie moyenne ou inférieure, comme gouverneurs de parcialidades ou percepteurs du tribut. Exploités au sein du système de travail forcé (repartimiento) ou des fabriques de textile (obrajes) au début de la colonie, les Indiens continuent de représenter l’imposante majorité des ouvriers agricoles et manuels dans la capitale du XVIIIe siècle. Par ailleurs, une grande partie d’entre eux sont employés comme domestiques dans la traza. Leur rôle dans certaines activités au bas de la pyramide commerciale est également notable. En effet, dès l’établissement de la colonie, les activités commerciales à Mexico sont échelonnées selon un critère ethnique. Cer- 14 Notre traduction de «por componerse de Indios, de negros Criollos y vosales de diferentes naciones, de Chinos, de Mulattos, de moriscos, de mestissos, de sambaigos, de lobos, y también de españoles que, en declarándose saramullos […] y degenerando de sus obligaciones, son los peores entre tan ruin canalla». Cité dans Gonzalbo, “El nacimiento del miedo”, 18. 15 Bando du 1 novembre 1699, AGN, Indios, vol. 34, exp. 118, fs. 122v-123v, http://bandosmexico.inah. gob.mx/ [consulté le: 03/06/2018]. SARAH TLILI GROUPES SOCIO-RACIAUX ET CATÉGORIES ADMINISTRATIVES: LE CAS DE LA VILLE DE MEXICO... 25 tains secteurs, comme les manufactures d’artisanat et d’importation, sont le monopole des Es- pagnols. Le commerce des vivres et l’approvisionnement alimentaires reviennent au contraire aux Indiens. Ces derniers se consacrent notamment à la vente de fruits, de légumes et de plats à base de maïs, ou à la culture du maguey dans les environs de Mexico et à la production d’un pulque de piètre qualité (dit «otomite» ou «tlachique») vendu aux petites gens de la capitale16. Cette répartition des rôles se transforme cependant, et se diversifie progressivement à me- sure que le métissage des habitants s’intensifie. Au XVIIIe siècle, métis et mulâtres sont nom- breux dans le monde de l’artisanat, en même temps que les Espagnols pauvres se livrent à des activités économiques théoriquement interdites à leur qualité, tel que le regrat ou la culture et la production du pulque «otomite»17. Par ailleurs, les historiens versés dans le sujet de l’alimen- tation et de la cuisine de rue ont mis en évidence le rôle des femmes indiennes, mais également des castas, dans la confection et la distribution de la nourriture à Mexico; leur rôle est large- ment documenté par les sources écrites et iconographiques du XVIIIe siècle18. À cet égard, les tableaux de métissage (ou pintura de castas) représentent une des sources de documentation les plus précieuses pour appréhender la variété des rôles que remplissent les sang-mêlé dans la vie urbaine: une grande diversité de métiers et de scènes du quotidien sont représentés dans ces œuvres, du cordonnier métis ouvrant dans son atelier à la mulâtresse vendant fruits et légumes à un coin de rue de la traza19. Les sources écrites et iconographiques explorées jusqu’à présent illustrent ostensiblement la réalité humaine, matérielle et sociale qui est celle de Mexico au XVIIIe siècle. Le véritable creuset formé par les marchés, les foyers et les ateliers de la traza espagnole, la promiscuité quo- tidienne des habitants réunis autour des puestos de comida, dans les cantines ou les pulquerías de la Plaza Mayor, l’unisson des appétits avec les traditions culinaires indiennes diffusées par les femmes de la plèbe, les liens de travail, de compagnonnage et de solidarité qui existent au sein du monde de l’artisanat, et qui participent activement à la mobilité sociale des sang-mêlé et à leur intégration aux rangs sociaux intermédiaires: ces configurations sociales ont achevé de subvertir le premier modèle colonial institué par les Espagnols au XVIe siècle. Par conséquent, elles obligent les autorités à repenser la catégorisation des individus et le traitement socio-légal 16 Le pulque est un alcool obtenu à partir de la fermentation de la sève d’un cactus, le maguey (plus connu en Europe sous son nom scientifique, agave). Elément essentiel de la vie rituelle des mexicas, le pulque perd de sa teneur cérémonielle après la conquête et se popularise pour devenir la boisson par excellence de la plèbe de Mexico. Voir Enrique Vela (ed.), “El maguey”, Arqueología mexicana 57 (2014): 66. 17 Miguel Ángel Vásquez Meléndez, “Las pulquerías en la vida diaria de los habitantes de la Ciudad de México” en Historia de la vida cotidiana en México. El siglo XVIII: entre tradición y cambio, ed. Pilar Gonzalbo Aizpuru (México: El Colegio de México, 2005), 74. Sur le rôle des Espagnols pauvres dans l’activité de regrat, voir Jorge Olvera Ramos, Los mercados de la Plaza Mayor en la Ciudad de México (México: CEMCA, 2007), 23. 18 Voir entre autres Enriqueta Quiroz, “Del mercado a la cocina. Alimentación en la ciudad de México”, en Historia de la vida cotidiana en México. El siglo XVIII: entre tradición y cambio, ed. Pilar Gonzal- bo Aizpuru (Mexico: El Colegio de México, 2005), 34-35, et Martha De Alba, Arnaud Exbalin y Geor- gina Rodríguez, “El ambulantaje en imágenes: una historia de representaciones de la venta callejera en la Ciudad de México (siglo XVIII-XX)”, Cybergeo: European Journal of Geography 373 (2007). 19 Voir notamment Arnaud Exbalin, “Les peintures de métissage au Mexique”, L’Encyclopédie des Histo- riographies (Afrique, Amérique, Asie), CESMA-IRD-INALCO, à paraître en ligne en 2019, et De Alba, Exbalin y Rodríguez, “El ambulantaje en imágenes”. HISTORIA DE LAS DESIGUALDADES ÉTNICO-RACIALES EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE26 qui leur est réservé. Dans quelle mesure ce glissement des représentations est-il lisible dans les sources de réglementation urbaine? LES CATÉGORIES SOCIO-RACIALES DANS LES BANDOS DU XVIIIe SIÈCLE Les bandos de la ville de Mexico sont des règlements urbains promulgués par les autorités civiles et, dans une très large majorité des cas au XVIIIe siècle, par le vice-roi lui-même. S’ils sont produits par les autorités de la ville tout au long de l’époque coloniale, ils deviennent sys- tématiques au XVIIIe siècle et leur production s’intensifie dans la seconde partie du siècle, pé- riode à laquelle ils se convertissent en un outil législatif indispensable au vice-roi pour exercer son autorité sur les hommes et le territoire de Mexico et pour assurer le bon gouvernement de la capitale20. La visée des bandos est en fait d’ordonner, de normaliser et de sécuriser l’espace public, en l’aménageant et en réglementant notamment son occupation et ses usages par la population. Les règlements urbains sont d