I UNIVERSIDAD DE COSTA RICA SISTEMA DE ESTUDIOS DE POSGRADO Protocolo del Hospital San Juan de Dios (HSJD) para el abordaje y manejo de las inmunodeficiencias humorales secundarias Tesis sometida a la consideración de la Comisión del Programa de Estudios de Posgrado en Medicina para optar al grado y título de Especialista en Medicina Interna CANDIDATOS: DRA MARÍA ALEXANDRA VEGA MONGE Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, Costa Rica 2024 II DEDICATORIA A mis pacientes, que, sin darse cuenta, en estos 5 años de residencia me han enseñado el amor y el aprecio infinito a estar vivos y me hacen recordar todos los días porque elegí mi profesión. III AGRADECIMIENTO Agradezco en primer lugar a Dios porque con él nada es imposible. A mi esposo y compañero de vida, Carlos, que desde el día número uno, donde decidí iniciar esta travesía, se ha convertido en mi mayor admirador, mi soporte y quién ha sacado la mejor versión de mí. Gracias por que este título es para ambos. A mis padres y mis dos hermanos (Jorgito y María), a quienes les debo lo que soy hoy. Gracias por ser mi mayor ejemplo de lucha y perseverancia. Al Dr. Julio Víquez por enseñarme como estudiante a encontrar mi amor por la Medicina Interna. Es una fortuna tenerlo como profesor de pre grado y posgrado. Al Dr. Luis Montero por mostrarme su apoyo incondicional. Su amor y entrega por nuestro trabajo es un ejemplo a seguir. Hoy, más que mi profesor tenemos la fortuna de llamarlo amigo de la familia. Al Dr. Alberto Alfaro, porque su pasión por la inmunología y sus ganas siempre de dar lo mejor de sí, me alientan a crecer como profesional todos los días. A mis profesores de rotaciones, quienes de forma desinteresada me enseñaron. Y a mis amigas y compañeras de residencia, Yaz y Adri. Las mujeres más fuertes y admirables que conozco. Fue una bendición atravesar este camino con ustedes; estoy orgullosa de lo que son y no dudo de la calidad de especialistas que serán. IV “Esta tesis fue aceptada por la Comisión del Programa de Estudios de Posgrado en Medicina de la Universidad de Costa Rica, como requisito parcial para optar al grado y título de Especialista en Medicina Interna” _________________________________ Dr. Carlos Araya Fonseca Director Coordinador del Programa de Posgrados _________________________________ Dr. Julián Peña Varela Coordinador de la Especialidad de Medicina Interna _________________________________ Dr. Albero Alfaro Murillo Tutor de tesis _________________________________ Dr. José Carlos Valle Sagastume Lector de tesis _________________________________ Dra. María Alexandra Vega Monge Sustentante V San José, 26 de abril de 2024 Sres. Sistema de Estudios de Posgrado Universidad de Costa Rica Estimados señores: Comunico que leí el trabajo final de graduación denominado “Protocolo institucional de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) para el abordaje y manejo de inmunodeficiencias humorales secundarias”, elaborado por la estudiante María Alexandra Vega Monge, para optar por el título y grado de Especialista en Medicina Interna. Se realizaron observaciones al trabajo en aspectos tales como: construcción de párrafos, vicios del lenguaje que se trasladan a lo escrito, ortografía, puntuación y otros relacionados con el campo filológico. Desde ese punto de vista considero que, una vez realizadas las correcciones del caso, está listo para ser presentado como Trabajo Final de Graduación, por cuanto cumple con los requisitos establecidos por la Universidad de Costa Rica. Suscribe de ustedes cordialmente, Pabel José Bolívar Porras Filólogo/ Cédula: 7-0170-0718 Carnet Colypro: 67873 Teléfono: 8707-9270 Email: pabelb@gmail.com VI TABLA DE CONTENIDOS Contenido Introducción ____________________________________________________ 1 Objetivos del trabajo _____________________________________________ 3 Marco teórico ___________________________________________________ 4 Capítulo 1. Fisiología inmune _____________________________________ 4 Anticuerpos y antígenos _______________________________________ 4 Funciones de los anticuerpos __________________________________ 15 Capítulo 2 Inmunodeficiencias humorales secundarias ________________ 26 Hipogammaglobulinemia asociada a medicamentos _________________ 29 Hipogammaglobulinemia post trasplante __________________________ 45 Hipogammaglobulinemia asociada a pérdida de proteínas ____________ 46 Capítulo 3 Inmunoglobulina como terapia médica ____________________ 49 Composición y farmacocinética _________________________________ 50 Mecanismos de acción y usos __________________________________ 52 Dosis _____________________________________________________ 57 Efectos secundarios _________________________________________ 57 Capítulo IV __________________________________________________ 65 Estado de la cuestión: Recomendaciones internacionales respecto al tamizaje de inmunoglobulinas y uso de gammaglobulina intravenosa ____________ 65 Tamizaje __________________________________________________ 65 Manejo ____________________________________________________ 69 Conclusiones __________________________________________________ 77 Bibliografía ____________________________________________________ 78 VII RESUMEN Los anticuerpos son proteínas circulantes que se producen como resultado de la exposición a antígenos y se consideran los principales mediadores de la inmunidad humoral. La IgG es el isotipo predominante encontrado en la circulación sanguínea y este a su vez se subdivide en 4 subclases que difieren en su estructura y función antigénica. La inmunidad humoral tiene como principales funciones la neutralización de microorganismos y toxinas bacterianas, la opsonización y fagocitosis mediada por los anticuerpos, la citotoxicidad mediada por anticuerpos y el aclaramiento de helmintos. Los rangos que se consideran como fisiológicos de inmunoglobulinas séricas varían según la edad, el sexo, el grupo étnico y el método aplicado para su medición. La hipogammaglobulinemia secundaria se define por una IgG < 700mg/dl en población adulta, debido a causas adquiridas que fisiopatológicamente se pueden dividir deficiencia en la producción versus aumento en las pérdidas. La inmunodeficiencia humoral de causa medicamentosa ha sido punto de interés de estudio en los últimos años ante el aumento del uso de fármacos inmunosupresores biológicos y no biológicos en diversas ramas de la medicina. La hipogammaglobulinemia secundaria no necesariamente traduce en infección; se necesita de una combinación de factores inmunológicos, farmacológicos, condición patológica del paciente de fondo y factores demográficos que favorezcan a este paso. La inmunoglobulina intravenosa data de más 100 años y su utilidad como inmunomodulador, reconstituyente inmune y como agente de sustitución ha permitido su amplio uso en las diferentes áreas de la medicina. A pesar de que se podría considerar que todos los pacientes con hipogammaglobulinemia son candidatos potenciales para la terapia de sustitución, no todos la requieren. Identificar factores de riesgo asociados, infecciones recurrentes y respuestas vacunales contra antígenos polisacáridos facilita definir qué pacientes son candidatos a la terapia de sustitución para evitar agregar comorbilidades en el historial clínico del paciente. VIII ABSTRACT The antibodies are circulating proteins that are produced as a result of exposure to antigens and are considered the main mediators of humoral immunity. IgG is the predominant isotype found in the blood circulation. and this in turn is subdivided into 4 subclasses that differ in their structure and antigenic function. Humoral immunity has the following main functions: neutralization of microorganisms and bacterial toxins, antibody-mediated opsonization and phagocytosis, antibody-mediated cytotoxicity, and helminth clearance. The ranges that are considered to be physiological vary according to age, sex, ethnicity and the method applied for their measurement. The secondary hypogammaglobulinemia is defined by an IgG < 700mg/dl in the adult due to acquired causes that pathophysiologically can be divided into a deficiency in production versus increased losses. The humoral immunodeficiency due to drug- related causes has been a point of interest for study in recent years in view of the increased use of immunosuppressive biological and non-biological drugs in various branches of medicine. Secondary hypogammaglobulinemia does not necessarily result in infection; a combination of immunological, pharmacological factors,demographic factors and comorbidities are involved in this predisposition. Intravenous immunoglobulin dates back more than 100 years and its usefulness as an immunomodulator, immune reconstituent and as a replacement agent has allowed its wide use in different areas of medicine. Although all patients with hypogammaglobulinemia could be considered potential candidates for substitution therapy, not all require it. Identifying associated risk factors, recurrent infections and vaccinal responses against polysaccharide antigens makes it easier to define which patients are candidates for substitution therapy to avoid adding comorbidities in the patient's clinical history. IX LISTA DE FIGURAS Ilustración 1. Estructura básica de los anticuerpos. Imagen adaptada de Abbas et al., 2020. ____________________________________________________ 6 Ilustración 2. Representación Esquemática de la región hipervariable de la cadena ligera de la IgG (Wang, 2022). _______________________________ 7 Ilustración 3 Unión de la IgG al receptor Fc neonatal (Stöppler et al., 2018) __ 14 Ilustración 4. Estructura del FcγRII Adaptado de (Annania et al., 2019). _____ 19 Ilustración 5 Mecanismos de inhibición de señalización del FcγRIIB Ejemplifica la copresentación del receptor Inhibidor CD32B con el BCR en la célula B (izquierda) y con otros receptores activadores en las células mieloides (derecha) y como la fosfatasa SHIP 1 genera desactivación de los ITAM de los receptores activadores (Annania et al., 2018). _________________________ 21 Ilustración 6 Funciones del FcIIγB (Ganesan et al., 2012) ________________ 24 Ilustración 7 Esquema gráfico del funcionamiento de la nefelometría Tomado de: //es.goldsite.com.cn/Nephstar-Plus-pd45130043.html ________________ 27 Ilustración 8 Niveles de inmunoglobulinas acorde a la edad (Tomado de Rich R et al., 2019) ___________________________________________________ 28 Ilustración 9 Causas comunes de hipogammaglobulinemia secundaria (Patel et al., 2019) _____________________________________________________ 29 Ilustración 10 Mecanismos de acción de los anticuerpos monoclonales anti CD 20 (Christou et al., 2017) _________________________________________ 32 Ilustración 11 Mecanismo de acción de la inmunoglobulina IV como inmunomodulador Tomado de Ballow, 2011. __________________________ 54 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689517 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689517 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689519 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689520 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689521 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689521 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689521 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689521 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689521 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689523 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689523 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689525 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689525 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689527 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689527 X LISTA DE TABLAS Tabla 1 Características generales de los tipos e isotipos de Inmunoglobulinas. Adaptada de Schroeder y Cavacini, 2010. ____________________________ 12 Tabla 2 Tipos de Receptores Fcγ (Abbas et al., 2020) __________________ 16 Tabla 3 Medicamentos inmunosupresores que causan hipogammaglobulinemia Adaptado de Kaplan, 2018. _______________________________________ 31 Tabla 4 Análisis descriptivo de estudios de cohorte describiendo la prevalencia de hipogammaglobulinemia y la incidencia de infección en pacientes tratados con Rituximab por Linfoma (Adaptado de Sacco y Abraham, 2018) ________ 34 Tabla 5 Análisis de cohorte descriptivas de la prevalencia de hipogammaglobulinemia e incidencia de infección en pacientes con enfermedades autoinmunes y uso de Rituximab como terapia (adaptado de Sacco y Abraham, 2018) _________________________________________ 35 Tabla 6 Factores de riesgo asociados a infección post infusión de Rituximab (Adapatado de Christou et al, 2018). ________________________________ 38 Tabla 7 Características importantes de la inmunoglobulina según compañía farmacéutica (Adaptado de Caress et al., 2016). _______________________ 52 Tabla 8 Indicaciones aprobadas por la FDA para el uso de inmunoglobulina (Adaptado de Looney et al., 2006) __________________________________ 56 Tabla 9 Indicaciones off label de la inmunoglobulina (Adaptado de Looney et al., 2006) ________________________________________________________ 56 Tabla 10 Componentes del Octogam Tomado de: https://octagamusa.com/octagam5/ _________________________________ 63 Tabla 11 Resumen de las guías respecto al tamizaje y monitoreo de los niveles de inmunoglobulinas (Tomado de Otani et al.), 2022. ___________________ 66 Tabla 12 Resumen de guías respecto a la terapia sustitutiva con inmunoglobulina ________________________________________________ 70 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689410 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689410 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689410 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689410 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689411 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689411 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689414 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689414 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689415 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689415 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689417 file:///C:/Users/Innovation%20Computers/Documents/Protocolo%20Institucional%20para%20el%20abordaje%20y%20manejo%20de%20las%20inmunodeficiencias%20humorales%20secundarias.docx%23_Toc164689417 XI ABREVIATURAS AINES: anti inflamatorios no esteroideos ANCA: anticuerpos anti citoplasma de los neutrófilos BCR: receptor de la célula B CAR-T: Chimeric Antigen Receptor T-cell CD: célula dendrítica CDR: regiones determinantes complementarias Hospital San Juan de Dios: HSJD IG: inmunoglobulina Fab: fragment antigen binding Fc: fragment crystallizable FcRn: receptores de fragmento cristalizable neonatales FDA: Food and Drug Administration IL 6: interleucina 6 IL 4: interleucina 4 ITAM: control de los motivos activadores de la tirosina ITIM: control de los motivos inhibidores de la tirosina IVIG: inmunoglobulina intravenosa LCR: líquido cefalorraquídeo LES: lupus eritematoso sistémico mAB: anticuerpos monoclonales MM: mofetilo de micofenolato NET: trampas extracelulares de los neutrófilos PIDOT: Primary Immunodeficiency Orientation Tube RID: inmunodifusión radial RTX: rituximab XII TNF: factor de necrosis tumoral 1 Introducción Las inmunoglobulinas son proteínas naturales secretadas por las células plasmáticas, encargadas de regular el sistema inmune por medio de la detección y neutralización de antígenos, particularmente agentes infecciosos como virus y bacterias. Su deficiencia resulta en una severa limitación del organismo para controlar estos procesos infecciosos y por lo tanto resultar inclusive fatal (Otani et al., 2022). Las inmunodeficiencias humorales secundarias representan un grupo grande y en expansión de pacientes que desarrollan hipogammaglobulinemia como resultado de causas adquiridas que impliquen una disminución en la producción o un incremento en la pérdida de anticuerpos. El uso amplio de los fármacos inmunosupresores, especialmente el creciente uso de la terapia anti CD20 ha postulado a esta etiología como una de las principales contribuyentes al desarrollo de hipogammaglobulinemia (Jolles et al., 2016). La aplicación clínica de la inmunoglobulina como agente terapéutico data de más de 100 años, a partir del estudio realizado por el alemán Emil Behring en 1890 (Eibil, 2008). Se ha establecido su rol como agente inmunomodulador, reconstitución inmune y como fármaco de sustitución. Esta se obtiene del plasma de miles de donadores purificado para preparar un producto derivado sanguíneo apto para infusión a otras personas (Guo et al., 2016). La estandarización de recomendaciones de tratamiento es especialmente importante para hematólogos, oncólogos, neurólogos, reumatólogos y en general, médicos no inmunólogos que tratan pacientes con potencial riesgo de hipogammaglobulinemia secundaria y que no se encuentran familiarizados con el uso de inmunoglobulina (Jolles et al., 2021). Con este trabajo se pretende crear un protocolo que facilite a los médicos a identificar aquellos pacientes con potencial riesgo de hipogammaglobulinemia secundaria y, por medio de un tamizaje, identificar aquellos con alto riesgo de procesos infecciosos. De esta manera, se busca que los pacientes que cumplan con este perfil de riesgo puedan recibir terapia sustitutiva con inmunoglobulina y 2 facilitar su competencia inmunológica para afrontar complicaciones infecciones que agreguen comorbilidad a sus patologías de fondo. Si bien es cierto las causas de hipogammaglobulinemia secundaria son amplias, este protocolo hace especial énfasis a las causas de tipo medicamentoso. Se comenta de una forma menos extensa respecto a la población sometida a trasplante de órgano sólido o trasplante alogénico de células madre, dado que usualmente son pacientes que cuentan con un equipo interdisciplinario que es hospital dependiente. Se incluye la recomendación de esta población dado que es una medida ya estandarizada respaldada por la evidencia que se aplica en la actualidad por parte del servicio de inmunología en pacientes con estos antecedentes. 3 Objetivos del trabajo Objetivo general Diseñar un protocolo institucional de tamizaje y terapia sustitutiva con inmunoglobulina en pacientes con hipogammaglobulinemia secundaria. Objetivos secundarios • Explicar el papel del sistema adaptativo humoral en la defensa inmunológica y su trascendencia en la homeostasis corporal. • Establecer las causas de hipogammaglobulinemia secundaria según la literatura internacional y su rol como factor de vulnerabilidad contra infecciones. • Caracterizar las funciones en la inmunoglobulina como terapia médica. • Recomendar los escenarios en los que exista beneficio del uso inmunoglobulina por terapia sustitutiva. 4 Marco teórico Capítulo 1. Fisiología inmune Anticuerpos y antígenos La historia del reconocimiento de los anticuerpos inició en el siglo XIII, cuando se descubrió que el fluido obtenido de una pústula pequeña de viruela, al inyectarse en un receptor, le proveía de inmunidad. El descubrimiento como tal es atribuido a Von Behring y Kitasato, cuando publicaron el hallazgo de que al inyectar suero de animales que estuviesen vacunados con difteria a animales enfermos con difteria, cambiaba el curso de la enfermedad, bajo pretexto de que existe un contenido sanguíneo que podía neutralizar la toxina de la difteria (Schroender y Cavacini 2010); a estas les llamó de forma inicial Antitoxinas. Más adelante, en el siglo XX, Paul Ehrlich y Emil Fisher contribuyendo en la definición de la estructura de los anticuerpos. En el 1972, Gerald Edelman y Rodney Porter ganaron el Premio Nobel por sus contribuciones en la estructura química de los anticuerpos (Iwasa y Marshall, 2020) (Kaunitz, 2018). Los anticuerpos son proteínas circulantes que se producen en respuesta a la exposición a sustancias extrañas conocidas como antígenos y son los principales mediadores de la inmunidad humoral. Estos, junto con la respuesta dada a partir de las células T, son las 2 formas en las que el sistema adaptativo desarrolla una respuesta antigénica. Otro nombre de los anticuerpos es inmunoglobulina, haciendo referencia a la porción inmunogénica de las globulinas en suero. Ambos nombres se utilizan de forma intercambiable (Abbas et al., 2022). Los anticuerpos son sintetizados únicamente por el linaje de las células B y existen de 2 maneras distintas de presentación: anticuerpos unidos a la superficie de las células B, que sirven como receptores antigénicos o como anticuerpos ya secretados que protegen contra microorganismos por lo que su función es tanto de reconocimiento como efectora en al área de defensa inmunológica. Cabe destacar que, para su funcionalidad, se requiere de la interacción de los 5 anticuerpos con otros componentes del sistema inmune como las proteínas del complemento y fagocitos. Un adulto sano de 70kg produce de 2 a 3g de anticuerpos al día (Abbas et al., 2022). Estructura del anticuerpo Para la separación y la caracterización de las proteínas plasmáticas se utiliza una técnica llamada electroforesis, basada en la diferencia de cargas eléctricas. Los anticuerpos se identifican a partir de la movilización eléctrica de uno de sus principales componentes, la gamma globulina. Todas las inmunoglobulinas comparten una estructura básica, pero se diferencia en la variabilidad de la región que reconoce los antígenos (Punt et al., 2018). Los anticuerpos presentan una estructura central simétrica conformada por 2 cadenas ligeras y 2 cadenas pesadas. Las cadenas pesadas y ligeras están unidas por medio de enlaces covalentes de puentes de disulfuro. Cada cadena tiene una serie de unidades repetidas conformadas a partir de 110 aminoácidos que se engloban de forma solitaria conformando el dominio de la inmunoglobulina (Ig). Tanto las cadenas ligeras como las pesadas se componen de una región terminal variable (V) que participan en el reconocimiento del antígeno y una región constante (C) que media algunas funciones efectoras del anticuerpo. La región variable de la cadena pesada y ligera forman el sitio de unión al antígeno y al ser dos pares de cadenas, existen 2 sitios de unión con los antígenos. Ese sitio de unión antigénica se conoce como la región Fab (fragment antigen binding). El punto terminal de la porción constante se conoce como la región Fc (fragment crystallizable). Estos sitios se conocen con este nombre ya que, en estudios iniciales de IgG, se utilizaron enzimas que fragmentaban las moléculas que lo componían. La papaína digiere la IgG en 2 fragmentos Fab y un solo fragmento Fc. La pepsina divide la IgG en un fragmento Fc y una región única dimérica llamada F(ab)2 que sirve como sitio de anclaje antigénico (Schroender y Cavacini 2010). 6 Existen diferentes tipos de anticuerpos conocidos como clases o isotipos que se diferencian al tener cadenas pesadas con estructuras y ubicación de los puentes de disulfuro distintas. Características estructurales de la región variable de los anticuerpos Las diferencias en las secuencias y la variabilidad de los anticuerpos se encuentran confinadas a 3 tramos cortos de la porción variable de las cadenas pesadas y 3 tramos cortos de la porción variable de las cadenas ligeras. Estos segmentos se conocen como la región hipervariable. Cada región hipervariable está formada por 10 aminoácidos y mantiene su estructura gracias al dominio IgG. Dado que estos segmentos se convierten en complemento a la estructura tridimensional de unión antigénica esta también se puede llamar Regiones Determinantes Complementarias (CDR) y existen 3 diferentes tipos: CDR1, CDR2 y CDR3. Las diferencias en las secuencias de estas regiones contribuyen a la presencia de distintas superficies de unión y por lo tanto en la especificidad de cada anticuerpo. De los 3, la forma más variable es CDR3 (Abbas et al., 2020). En una molécula de anticuerpo las regiones hipervariables de la cadena pesada y de la cadena ligera se juntan para conformar la superficie de unión con el antígeno. Sin embargo, en el proceso de unión algunos CDR pueden estar fuera ILUSTRACIÓN 1. ESTRUCTURA BÁSICA DE LOS ANTICUERPOS. IMAGEN ADAPTADA DE ABBAS ET AL, 2020. 7 del sitio de contacto con el antígeno, siendo la unión específica a solo algunos de los CDR de la cadena pesada o ligera (Abbas et al., 2020). ILUSTRACIÓN 2. REPRESENTACIÓN ESQUEMÁTICA DE LA REGIÓN HIPERVARIABLE DE LA CADENA LIGERA DE LA IGG (WANG, 2022). Características estructurales de la región constante del anticuerpo Los anticuerpos se dividen en diferentes clases y subclases determinados a partir de la diferencia de las estructuras de la región constante de la cadena pesada. Los isotipos conocidos son: IgA, IgD, IgE, IgG e IgM. En los humanos la IgA e IgG se pueden dividir en subtipos IgA1 e IgA2 y IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4. El nombre de la región constante de las cadenas pesadas se designada en griego dependiendo del isotipo de inmunoglobulina a la que pertenezcan. De tal forma que IgA1 contiene a cadenas pesadas α1; IgA2, α2; IgD, δ; IgE, ε; IgG1, γ1; IgG2, γ2; IgG3, γ3; IgG4, γ4; e IgM, μ (Abbas et al, 2020). Según la totalidad de dominios; IgM e IgE tiene 4 y las clases IgA, IgG e IgD contienen únicamente 3. Las clases y subclases descritas de inmunoglobulinas tienen diferentes funciones efectoras mediadas por la unión de la región constante de la cadena pesada y los receptores Fc de las diferentes células (Abbas et al, 2020). 8 Existen 2 clases de cadenas ligeras constantes llamadas κ y λ. Cada anticuerpo tiene 2 cadenas ligeras idénticas κ o 2 cadenas ligeras idénticas λ. En los humanos, 60% de los anticuerpos tiene cadenas κ y 40% tienen cadenas λ. Los cambios patológicos en esta relación se pueden observar en pacientes con neoplasias de las células plasmáticas (Punt et al., 2018). La estructura de la porción constante de la cadena pesada varía según la presentación del anticuerpo, ya sea en su forma soluble o transmembrana. Clases y subclases de anticuerpos y su función inmunológica IgG Es el isotipo predominante encontrado en circulación sanguínea por lo que tiene un rol central en la inmunidad sistémica, siendo el primer anticuerpo efector que responde a un proceso inflamatorio. Existen 4 subclases que difieren en su estructura y funciones antigénicas; esto resulta en funciones efectoras amplias a partir de su unión a receptores gamma y C1q. Las diferencias en el dominio CH define la flexibilidad del anticuerpo y su afinidad funcional. De forma bastante general se puede decir que IgG1 e IgG3 tiene un rol predominante inflamatorio, mientras que IgG2 y IgG4 están asociadas principalmente con respuestas anti inflamatorias y de tolerancia. Las 4 se presentan de forma monomérica y todas se unen a los receptores Fc neonatales que se expresan en epitelios y facilitan el transporte a través de mucosas y placenta. Se nombran en sentido descendiente según su concentración sanguínea; siendo la IgG1 la subclase más prevalente 60-70% IgG, seguido de IgG2 20-30%, IgG3 5-8% y las menos frecuente IgG4 con un 5%. No queda aún claro si los valores de cohorte deben de variar entre las distintas poblaciones (Napodano et al., 2020) (James, 2022). IgG1 Es un mediador fuerte tanto para las funciones del complemento como las mediadas por los receptores gamma. Su vida media es de 22 días debido al 9 reciclaje realizado a través del receptor neonatal. Gracias a dicho receptor tiene la capacidad de atravesar la placenta. Se asocia con patologías como gammapatía monoclonal de significancia incierta y mieloma múltiple (Napodano et al., 2020) (James, 2022). IgG2 Es un mediador débil de los FcγR y del complemento y se encuentra envuelto en la respuesta a los antígenos de tipo polisacárido por medio a su unión a los FcγRIIa de los granulocitos, que promueve la fagocitosis de microorganismos encapsulados. Su vida media circulante también es de 22 días (Napodano et al., 2020) (James, 2022). IgG3 Tiene un efecto pro inflamatorio potente y su vida media corta puede que limite la capacidad de generar una excesiva inflamación. En términos generales, el desarrollo de las infecciones virales se caracteriza por un incremento de IgG3 seguido de IgG1. Tiene la mayor afinidad por C1q y además posee la región hinge más extensa, lo que lo provee de alta afinidad. Un incremento sérico de esta subclase se asocia a actividad de esclerosis múltiple (Napodano et al., 2020) (James, 2022). IgG4 Usualmente se considera benigna y no inflamatoria y se produce como resultado de una exposición crónica a un antígeno. Tiene baja afinidad para C1q y los receptores gamma (James, 2022). IgM Es la primera inmunoglobulina expresada durante la maduración de las células B. Se produce de forma temprana posterior al encuentro antigénico por parte de las células plasmáticas extrafoliculares de vida corta pero también se puede generar a partir de células plasmáticas de larga vida. La IgM natural se puede 10 producir de forma espontánea por diferentes subtipos de células B en ausencia de estimulación antigénica o ayuda de las células T. La IgM natural se encuentra codificada desde la línea germinal y tiene capacidad polireactiva y reconoce una amplia gama de antígenos, incluyendo moléculas propias. Las células B naive expresan una forma monomérica en su superficie asociado a cadenas polipépticas (CD79a y CD79b) que participan en su señalización. Ya en el proceso de maduración se presenta una forma multimérica en donde las subunidades que la conforman se unen a partir de puente de disulfuro en la región CH4. Este pentámero también tiene una cadena J que se une a 2 monómeros por medio de puentes de disulfuro. Esa cadena J le provee su capacidad de secreción en las superficies mucosas. Generalmente la IgM monomérica tiene baja afinidad por su inmadurez, sin embargo, se puede lograr alta avidez en su forma polimérica por medio de interacciones multiméricas entre el anticuerpo secretado y los antígenos. Esta alta avidez para unirse a antígenos busca compensar su baja afinidad en comparación con otros isotipos. La unión con el antígeno confiere un cambio conformacional que permite la exposición del sitio C1q que promueve de forma bastante efectiva la activación de complemento. Su estructura, además, permite la aglutinación del microbiota intestinal, lo que promueve el aclaramiento y limita la penetración antigénica en el epitelio. Dicho esto, se puede definir que su papel protagónico en la respuesta inmune primaria hace que se utilice como marcador frecuente de exposición aguda a un inmunógeno (James, 2022) (Schroeder y Cavacini, 2010). IgA Existen 2 isotipos a partir de su variación en la región “hinge” que permite diferentes patrones de distribución. En el organismo IgA1 se encuentra en niveles séricos mayores, mientras que IgA2 se encuentra en radio mayor a nivel colónico. La IgA1 tiene una región hinge más larga que incrementa su sensibilidad a las proteasas bacterianas. La IgA constituye el 50% del contenido proteico del calostro. Es la inmunoglobulina que se produce en mayor cantidad de forma diaria, principalmente intestinal, mientras que el isotipo sérico es 11 mayoritariamente monomérico, su forma mucosa es dimérica y requiere transporte en el lumen al igual que la IgM por una cadena J. La IgA mantiene la homeostasis intestinal al unirse y cubrir el microbiota intestinal, restringiéndola a la luz intestinal. Además, esta IgA secretora actúa como un potenciador de la respuesta inmunológica al capturar el antígeno para las células dendríticas. Tanto su forma monomérica como dimérica se unen FcαRI, el cual se expresa de forma constitutiva en las células mieloides y media fagocitosis y la citotoxicidad mediada por anticuerpos. La unión de los inmunocomplejos de tipo IgA2 con su receptor resulta en una señalización a los receptores gamma, estimulando una respuesta pro inflamatoria que deriva en la producción de citoquinas y la formación de trampas extracelulares (NET) por los neutrófilos. De forma contrastante, la unión de su forma monomérica genera una señalización inhibitoria en otros receptores y actúa como un control negativo de la inflamación (James, 2022) (Schroeder y Cavacini, 2010). IgE A pesar de que es la inmunoglobulina que se presenta en menor concentración y tiene la vida media más corta, tiene una importancia significativa. Se asocia a hipersensibilidad y es el principal actor en reacciones alérgicas, además de la respuesta desarrollada por infecciones parasitarias tipo helmintos. Se produce de forma primaria en el tejido mucoso donde es secuestrada por las células que tienen los receptores Fcε. Se une con gran afinidad a los receptores FcεRI, expresados en los mastocitos y los basófilos, lo que expande su vida media a varias semanas. Tiene mucha menor afinidad por los receptores FcεRII que se expresan igualmente en mastocitos y basófilos y además células B, NK y plaquetas (James, 2022) (Schroeder y Cavacini, 2010). IgD Es la segunda menos abundante después de la IgE y tiene una vida media relativamente corta. Su función es poco clara, sin embargo, se ha establecido su rol en la inmunidad de las mucosas. Las células plasmáticas productoras de esta 12 inmunoglobulina derivan del tejido linfoide asociado a nasofaringe y tiene una distribución restringida en el tracto aerodigestivo (nasofaringe). Se une a las células del sistema innato vía galectina 9 y CD44. Su unión con el receptor estimula la liberación de IL4, lo que promueve las células T foliculares, llevando a la producción de IgG e IgE (James, 2022) (Schroeder y Cavacini, 2010). TABLA 1 CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS TIPOS E ISOTIPOS DE INMUNOGLOBULINAS. ADAPTADA DE SCHROEDER Y CAVACINI, 2010. Ig % sérico Fijación de complement o Opsonizaci ón Cruza Placenta Receptor Fc IgG 75% + +++ + FcRγ IgG 1 67% (del total) Sí Sí + I,II,III IgG 2 22% (del total) Sí Sí + II IgG 3 7% (del total) Sí SÍ + I,II,III IgG 4 4% (del total) No No + I,II IgM 10% +++ + - IgA 15% - - - FcRα IgA 1 - - - IgA 2 - - - IgD <0.5 - - - FcRδ IgE <0.01 - - - FcRε Producción, ensamblaje y liberación de inmunoglobulinas 13 Las cadenas pesadas y ligeras que conforman las inmunoglobulinas son sintetizadas por la porción rugosa del retículo endoplasmático. El correcto plegado de las cadenas pesadas y su ensamblaje con las cadenas ligeras se encuentra regulado por unas proteínas intracelulares llamadas chaperonas. Estas proteínas se unen a los polipéptidos de inmunoglobulinas y se aseguran de que sean retenidas o degradadas en caso de que las mismas sean defectuosas. Después de su ensamblaje se liberan de las chaperonas y se trasladan al aparato de Golgi donde los carbohidratos se modifican y posteriormente se envían a la membrana citoplasmática (James, 2022). Las diferentes expresiones de inmunoglobulinas van de la mano con el ciclo de maduración de la célula B. La célula pre B, la forma más joven con expresión de anticuerpos, sintetiza la forma transmembrana de la cadena μ pesada. Esta cadena se asocia a cadenas ligeras para formar el receptor de la célula pre-B que genera señales que promueven la maduración. Las formas maduras de las células B producen cadenas ligeras κ y λ para formar las inmunoglobulinas unidas a membrana tipo IgM e IgD. Estos receptores de inmunoglobulinas sirven como receptores de superficie que reconocen antígenos e inician la activación de la célula B. Cuando los linfocitos B maduros se activan por antígenos, las células se diferencian en plasmoblastos y luego en células plasmáticas productoras de anticuerpos que posteriormente tendrán un cambio de clase (Abbas en al, 2020). Los diferentes anticuerpos tienen vidas medias variables. La IgE en su forma soluble tiene la vida media más corta, siendo esta de 2 días. La IgA tiene una vida media de 3 días en circulación; sin embargo, la mayoría es secretada a las mucosas una vez producida. La IgM tiene una vida media de 4 días, mientras la IgG tiene una vida media larga de 21 a 28 días. Esta vida media se debe a su capacidad de unión a los receptores Fc neonatales (FcRn) que se encuentran en las células endoteliales, los macrófagos y otras células, con lo cual se posibilita la sobrevida en un ambiente endosomal acidificado y que permite su reciclaje al liberarse hacia la circulación cuando así se requiera. Esto impide su degradación 14 como otras proteínas por parte de los lisosomas. Las subclases de IgG tienen una vida media variable según su capacidad de unión al FcRn. La inmunidad humoral tiene entre sus papeles fisiológicos ser unos de los principales actores contra la defensa de contra microorganismos y toxinas extracelulares. El tipo de microorganismos que puede combatir son las bacterias extracelulares, hongos e inclusive virus en su estado como viriones y previo a infectar otra célula. Es importante también recordar su rol patogénico en enfermedad autoinmunes, reacciones transfusionales y rechazo de trasplante (Abbas et al, 2020). ILUSTRACIÓN 3 UNIÓN DE LA IGG AL RECEPTOR FC NEONATAL (STÖPPLER ET AL, 2018) 15 Funciones de los anticuerpos Neutralización de microorganismos y toxinas bacterianas Los microorganismos entran a las células hospederas al unir moléculas de su superficie con receptores proteicos y tipo lipídico que se encuentran en la célula huésped. Por ejemplo, el virus de influenza expresa hematoaglutinina que se une a proteínas modificadas con azúcar en las células epiteliales. Los anticuerpos neutralizan al interferir esta unión, adhiriéndose a las moléculas de superficie de los microorganismos. A estos se les conoce como anticuerpos neutralizantes. Algunas acciones patogénicas no están dadas directamente por el microorganismo sino por las toxinas que producen, por lo que de igual forma los anticuerpos tienen la capacidad de adherirse a estas sustancias para evitar su unión a los receptores de superficie celular. Esta neutralización se puede realizar por cualquier isotipo de anticuerpo, pero dicha función en mucosas está mediada principalmente por IgA y en circulación sanguínea por IgG. En esta respuesta inmunológica suena efectiva, los antígenos como mecanismo de supervivencia expresan proteínas modificadas que no se unen a estos anticuerpos circulantes, estableciendo una ventaja reproductiva (Abbas et al, 2020). Opsonización y fagocitosis mediada por anticuerpos Los fagocitos necesitan ingerir a los microorganismos para lograr la muerte intracelular y degradación. Este grupo de células expresan en su superficie receptores que se unen directamente a los antígenos sin necesidad de un mediador. La efectividad de este proceso depende de la afinidad con la que se dé la unión. Otra forma de facilitar la fagocitosis es a partir de receptores Fc que se expresan en la superficie de los fagocitos. Estos se unen a la porción Fc de la IgG y forman una recubierta que facilita el reconocimiento por células como los macrófagos y los neutrófilos. Este proceso de recubrimiento que promueve la fagocitosis es los que se reconoce como opsonización. Las sustancias que promueven la opsonización se conocen como opsoninas (Abbas et al., 2020). 16 Tipos de receptores Fc Los leucocitos expresan receptores Fc que se unen a la región constante de las cadenas pesadas de los anticuerpos. De estos receptores los más importantes para la opsonización y fagocitosis son los receptores específicos de las cadenas pesadas de la IgG, llamados Fcγ. La IgG, como descrito de previo tiene un rol importante en la defensa de patógenos, como se demuestra en la alta susceptibilidad a infecciones en pacientes como hipogammaglobulinemia (Abbas et al., 2020). Los receptores Fcγ se expresan por las células inmunes y son importantes para promover y regular la respuesta inmune e inflamatoria generada a partir de los inmunocomplejos (Smith y Clatworthy, 2010). Se clasifican en 3 grupos a partir de su afinidad con las cadenas pesadas de las diferentes subclases de IgG. Estos receptores contienen una cadena α ligando, que es la que reconoce las cadenas pesadas. Las diferencias en la afinidad por los isotipos de IgG se basan en los cambios de estructura de esta cadena. El sistema inmunológico tiene seis tipos de FcγR canónicos, incluyendo los de alta afinidad como el FcγRI y los de baja afinidad FcγRIIA, FcγRIIB, FcγRIIC, FcγRIIIB; de los cuales únicamente el FcγRIIB posee una función inhibitoria (Amigorena et al., 1989) (Nimmerjahn y Ravetch, 2011) (Pincetic et al., 2014). TABLA 2 TIPOS DE RECEPTORES FCΓ (ABBAS ET AL, 2020) Tipos de receptores Fcγ Características generales FcγRI • También llamado CD64 • Se expresa en macrófagos y neutrófilos y se une la IgG1 e IgG3 con alta afinidad • La cadena α se encuentra unida a una cadena γ que tiene una cola citoplasmática que permite la activación de tirosin quinasas FcγRII • También llamado CD32 17 • Se une a IgG1 e IgG3 con baja afinidad • Existen 3 formas de este receptor llamadas A, B y C • Estas isoformas tienen dominios extracelulares similares, pero difieren en su cola citoplasmática ▪ FcγRIIA: se expresa en neutrófilos y células dendríticas ▪ FcγRIIB: es un receptor inhibitorio expresado en las células mieloides y es el único receptor Fc de las células B. Es trascendental en el mecanismo el autocontrol negativo ▪ FcγRIIC: se expresa en neutrófilos y células NK FcγRIII • También conocido como CD16 • Tiene baja afinidad por el receptor IgG • Se encuentra en 2 isoformas; FcγRIIIA e FcγRIIIB. La segunda isoforma no se encuentra asociada a opsonización Las partículas opsonizadas se internalizan en vesículas llamadas fagosomas; estos se fusionan con los lisosomas para que su contenido sea destruido. Receptor FcγRIIB o CD32B La familia de los receptores FcγRII consiste en una familia de receptores glicoproteicos primarios de la membrana celular, que a su vez se encuentran codificados por el ARN mensajero definido por variantes de genes relacionados, los cuales son FCGR2A, FCGR2B y FCGR2C. Interactúan de forma pobre con la 18 IgG monomérica pero cuando se encuentra en la superficie, se unen ávidamente a complejos multivalentes de IgG (Anania et al., 2019). El FcγRIIB se descubrió en los ratones por medio de secuencia proteica y clases de clonación molecular. Es una glicoproteína de 40kDa constituida por dos dominios extracelulares de tipo Ig, una región transmembrana y una cola citoplasmática que contiene un motivo inhibidor basado en tirosina (ITIM). Sus dos isoformas principales son FcγRIIB1 y FcγRIIB2, surgen a partir del empalme del ARN mensajero que resulta en la inclusión y la exclusión de la secuencia del exón C1. La inclusión del exón C1 en FcγRIIB1 hace que tenga una cola citoplasmática más larga que impide su endocitosis posterior a su unión con el inmunocomplejo en las células B, mientras que la exclusión del exón C1 en FcγRIIB2 permite la rápida internalización en las células mieloides (Smith y Clatworthy, 2010). Los FcγRIIB se expresan en las células B principalmente y en otras células del sistema innato como células dendríticas, macrófagos, neutrófilos activados, mastocitos y basófilos. Además, de forma interesante se expresa en células no inmunes como células del músculo liso de la vía aérea y las células sinusoidales hepáticas, sus niveles de expresión se encuentran influenciados por exposición a citoquinas. Las citoquinas como IL-10 y IL-6 incrementan su expresión, mientras que el TNF α, C5a e IFN γ inhibe su expresión (Anania et al., 2019). 19 El CD32B representa el ejemplo prototípico de un receptor inhibitorio, ya que constituye el primer punto de “control inmunológico” y se reduce así la señal de receptores activadores, dado que ambos se coexpresan en la misma célula. Tiene un rol importante en la inmunidad humoral, al regular la activación de las células B, tanto las localizadas en los centros germinales como las células plasmáticas. En la célula B, la colocalización del BCR con el FcγRIIB1 y su unión con los inmunocomplejos simultánea, limita la expansión de dichas células y favorece el mantenimiento de la tolerancia de la célula B a partir de tres mecanismos pivotales: apoptosis de las células B autorreactivas, exclusión folicular de células B autorreactivas de baja afinidad y al aumentar el límite de ILUSTRACIÓN 4. ESTRUCTURA DEL FCΓRII ADAPTADO DE (ANNANIA ET AL, 2019). Dominio Extracelular tipo Ig Dominio Extracelular tipo Ig Dominio Extracelular tipo Ig Dominio Transmembrana Cola Citoplasmática (ITIM) 20 activación del receptor BCR, de tal forma se media la supresión de la presentación antigénica de las células B. (Roghanian et al., 2018). Por medio de dicha coexpresión y la unión simultanea de los inmunocomplejos circulantes con el FcγRIIB y los otros FcγRs activadores o con el BCR, se ejerce una acción crítica del ITIM sobre el control de los motivos activadores de la tirosina (ITAM) de los receptores activadores. Esto lleva a la fosforilación del dominio citoplasmático ITIM por la familia kinasa Src IYN. El ITIM fosforilado es responsable de la inhibición del influjo de Ca+2 que se produce por la estimulación del BCR por medio de la activación de fosfatasas. Las fosfatasas son SHIP 1 y SHIP 2. A través de la actividad 5´fosfatasa inositol, el SHIP 1 convierte el fostatidil inositol-3,4,5-trifosfato (PIP3) en fosfatidil inositol-3,4-bifosfato (PIP2). Esto consecuentemente previene el reclutamiento de proteínas de señalización como la tirosin kinasa de Bruton en la membrana celular, limita el influjo de Ca+2 y secundariamente la actividad del BCR. Además, la unión de un inmunocomplejo con el CD32B sin unión al BCR puede inducir la apoptosis de células B maduras independientemente de la señalización de ITIM o SHIP. Esta acción depende de la fosforilación de un residuo de tirosina próxima a la membrana por medio de la kinasa ABL y la activación secundaria agonista del dominio de muerte celular de la familiar del BCL-2. También se expresa en las células pre B, sugiriendo su posible participación en la tolerancia central (Smith y Clatworthy, 2010). 21 ILUSTRACIÓN 5 MECANISMOS DE INHIBICIÓN DE SEÑALIZACIÓN DEL FCΓRIIB EJEMPLIFICA LA COPRESENTACIÓN DEL RECEPTOR INHIBIDOR CD32B CON EL BCR EN LA CÉLULA B (IZQUIERDA) Y CON OTROS RECEPTORES ACTIVADORES EN LAS CÉLULAS MIELOIDES (DERECHA) Y COMO LA FOSFATASA SHIP 1 GENERA DESACTIVACIÓN DE LOS ITAM DE LOS RECEPTORES ACTIVADORES (ANNANIA ET AL, 2018). 22 El FcγRIIB2 de forma similar puede inhibir la funcionalidad de receptores activadores en las células mieloides y generar otras funciones. Las células dendríticas (CD) expresan de forma simultánea receptores inhibidores y estimuladores gamma, este balance ayuda a regular su estado de activación. El receptor CD32B con señalización guiada por ITIM contribuye a mantener la propiedad inmadura/tolerogénica de las CD, resultado en la supresión de células T autorreactivas y la generación de anticuerpos. In vitro, se ha observado que, en las células dendríticas carentes de este receptor, en condiciones tolerogénicas, existe un incremento de la liberación de citoquinas inducidas por la IgG como MCP-1, factor de necrosis tumoral α (TNF) e interleucina 6 (IL 6), además de la coexpresión de moléculas estimuladoras en la superficie, resultado en respuesta T alterada y por lo tanto en la hiperproducción de IL 2 e INF-γ (Roghanian et al., 2018). En los macrófagos, la unión con el CD32B reduce la fagocitosis mediada por los FcγR y la liberación de citoquinas como el TNF, IL-6, IL-1α y las sustancias quimio atrayentes de neutrófilos. En los mastocitos y los basófilos inhiben aspectos como la degranulación, la producción de interleucina 4 (IL-4) y la liberación de histamina mediada por el receptor de IgE. (Smith y Clatworthy, 2010). La expresión de FcγR en las células T ha sido cuestionada en la literatura; sin embargo, en diversos estudios se ha demostrado FCGR2B ARNm se encuentra sobre expresado en las células T de memoria CD8 generadas posterior a la infección con Listeria Monocytogenes. Se indica un posible efecto regulatorio del FcγRIIB en las respuestas citotóxicas contra inmunocomplejos, mediadas por los linfocitos CD8 (Roghanian et al, 2018) Es una acción fundamental del sistema inmunológico que los complejos antígeno - anticuerpo sean eliminados de forma efectiva de la circulación sanguínea. Son muchas las características que confieren la degradación de los inmunocomplejos, entre ellas el tamaño. Los inmunocomplejos grandes son removidos por fagocitosis mediada por células mononucleares, mientras que los pequeños se eliminan a través del sistema reticuloendotelial. El hígado se ha considerado uno 23 de los principales órganos de aclaramiento inmunológico, gracias a la presencia de receptores gamma IIB. Su expresión en las células endoteliales se ha descrito de forma característica en los sinusoides hepáticos, donde se concentra el 90% y el restante en las células de Kupffer. Su presencia permite limitar la sobrevida de los inmunocomplejos de tamaño pequeño, además del control de la autoinmunidad mediada por inmunocomplejos y la limitación fisiopatológica de los mismos en procesos infecciosos. Por dichas razones el CD32B se considera un carroñero, el cual se logró mantener en concentraciones bajas los inmunocomplejos circulantes y minimizando su depósito patológico. La alta expresión de los FcγIIB podría representar un problema cuando se utiliza como receptor objetivo en terapias médicas, ya que su alta interacción con anticuerpos monoclonales puede dar paso a toxicidad hepática (Ganesan et al., 2012). El FcγIIB2 también se expresa en las vellocidades de la placenta, donde podría servir como un transportador adicional de IgG de la madre al feto, además de su función como receptor carroñero de inmunocomplejos en este sitio anatómico. Esto se demostró a partir de un estudio realizado por Ishiwaka y sus colaboradores, donde al realiza un análisis in vitro del tráfico de IgG en las células endoteliales de la vena umbilical, se observó que el FcγIIB2 participaba de forma concomitante con las proteínas Rab en la transcitosis de la IgG. 24 ILUSTRACIÓN 6 FUNCIONES DEL FCIIΓB (GANESAN ET AL, 2012) Por la explicación previa se muestra con mucho sentido la afinidad hasta 10 veces menor de este receptor específico con IgG1 e IgG3 en comparación con FcγRIIA, dado que, si esta fuese de afinidad igual o inclusive menor que otros receptores, prevendría de forma negativa la respuesta pro inflamatoria necesaria para resistir una infección. Citotoxicidad mediada por anticuerpos Esta fue descrita inicialmente como una función mediada por las células NK; estas células utilizan su receptor FcγIIIA para unirse a los microorganismos recubiertos por anticuerpos; al recibir la señal de activación, sintetizan, secretan 25 citoquinas y descargan contenido de sus gránulos que eventualmente median la función de muerte celular. Esta misma acción puede ser mediada por macrófagos (Abbas et al, 2020). Aclaramiento de helmintos mediada por anticuerpos Los helmintos tienen un tamaño comparativamente mayor a los fagocitos como para ser ingeridos y son bastante resistentes a los productos microbicidas de los neutrófilos y de los macrófagos sin embargo pueden ser eliminados por medio de una proteína catiónica mayor presente en los gránulos de los eosinófilos. La respuesta inmunológica es predominantemente por la activación de la vía Th2. Los anticuerpos que marcan a los helmintos, especialmente los IgG, se pueden unir a los receptores Fc de los eosinófilos y causar desgranulación de los mismo. Los anticuerpos IgE median principalmente la función de los mastocitos y basófilos de desgranulación al reconocer antígenos en la superficie de los helmintos por medio de los receptores Fc de alta afinidad (Abbas et al, 2020). 26 Capítulo 2 Inmunodeficiencias humorales secundarias La hipogammaglobulinemia secundaria se caracteriza por una cantidad reducida de inmunoglobulinas debido a causas adquiridas que impliquen una disminución en la producción o un incremento en la pérdida, a diferencia de los errores innatos de la inmunidad, que comprenden más de 400 desórdenes heredados o generados a partir de alteraciones genéticas espontáneas, caracterizados por una limitación intrínseca en la producción o funcionalidad de los anticuerpos. Diferenciar ambos grupos suele ser retador, por lo que se deben tomar en consideración ambos al momento de estudiar la hipogammaglobulinemia (Otani et al., 2022). La deficiencia secundaria de anticuerpos ocurre en un amplio espectro de enfermedades, de ahí la importancia de su reconocimiento tanto para médicos de atención primaria como en un tercer nivel de atención. Se considera que su presentación es hasta 30 veces superior a las causas primarias y en un porcentaje no despreciable reversibles, si la causa de fondo se trata. Sin embargo, la hipogammaglobulinemia secundaria (SHG) se describe poco en la literatura y su manejo clínico se encuentra extrapolado a partir de la experiencia con los errores innatos de la inmunidad que tienen compromiso de la inmunidad adaptativa humoral. De las causas secundarias, los reportes y experiencia clínica se concentran el déficit de IgG, siendo la inmunoglobulina predominante y no tanto así en las formas aislada de déficit de IgA, IgM o subclases de IgG (Patel et al, 2019). La cuantificación de las inmunoglobulinas IgG, IgA, IgE y las cadenas ligeras kappa y lambda en los laboratorios clínicos se realizan de forma casi exclusiva con el sistema de nefelometría automatizada e inmunoturbidimetría. Estos métodos dejan atrás las mediciones manuales como la inmunodifusión radial (RID). La nefelometría es un análisis químico basado en el fenómeno de dispersión de la luz al pasar a través de un medio con partículas dispersas, que genera un índice refractario distinto para cada una de ellas. Estas partículas constan de inmunocomplejos suspendidos que se interrogan con una fuente de 27 luz intensa. Los fotones se reflejan en ángulos de 30 y 90 grados y son cuantificados por un tubo fotomultiplicador. El aumento de la intensidad de la luz en relación con el tiempo es determinado por las concentraciones de antígenos, anticuerpos y a partir de esto se genera una cuantificación. El ensayo de inmunoturbidimetría permite la determinación cuantitativa de proteínas (antígenos específicos) basado en el bloqueo de transmisión de luz a través de la suspensión de inmunocomplejos. Estos forman inmunoagregados insolubles que dispersan la luz y provocan cambios en la turbidez medida de forma proporcional a la concentración del antígeno (Detrick et al. 2006). Los rangos considerados como fisiológicos de inmunoglobulinas séricas varían según la edad, el sexo, el grupo étnico y el método aplicado para su medición (Bayram et al., 2019). En los niños recién nacidos los valores de inmunoglobulinas son casi idénticos a los observados en los adultos como resultado del traspaso transplacentario de la madre. Las concentraciones muy ILUSTRACIÓN 7 ESQUEMA GRÁFICO DEL FUNCIONAMIENTO DE LA NEFELOMETRÍA TOMADO DE: //ES.GOLDSITE.COM.CN/NEPHSTAR-PLUS- PD45130043.HTML 28 bajas se observan en niños sanos a los 6 meses de nacimiento. Los niveles de inmunoglobulinas aumentan de forma progresiva hasta las concentraciones de adultos sean alcanzadas durante la adolescencia (Detrick et al. 2006). Los valores fisiológicos de referencia acorde a la edad son los siguientes: ILUSTRACIÓN 8 NIVELES DE INMUNOGLOBULINAS ACORDE A LA EDAD (TOMADO DE RICH R ET AL, 2019) A pesar de que no existe un límite universal de IgG para definir hipogammaglobulinemia, el significado clínico se basa en la susceptibilidad a la infección. Los valores propuestos por la Academia Americana de Asma, Alergia e Inmunología para la población adulta son de IgG <700mg/dl, con una subclasificación de leve de 699 a 400mg/dl, moderada 399 a 200mg/dl y severa <199mg/dl. Una definición de hipogammaglobulinemia aceptada de forma global de lo que se considera como SHG clínicamente significativa es difícil de establecer por la falta de consenso con respecto a lo que se considera como infección grave e infección recurrente en la bibliografía. Las últimas guías de la Academia Americana de Asma, Alergia e Inmunología proponen establecer como infección severa como aquella que requiera de hospitalización o antibioticoterapia intravenosa y se guía en los criterios de Jeffrey Modell para definir infecciones recurrentes (4 infecciones de oído por año, 2 o más infecciones de senos paranasales graves, 2 o más neumonías, o 2 más infecciones profundas). Dado que dichas definiciones son variables y sujetas a interpretación propia a partir de todo un contexto clínico, la literatura toma como rangos de referencia los descritos para errores innatos de la inmunidad. 29 La hipogammaglobulinemia secundaria al momento del abordaje diagnóstico se puede dividir en 2 grandes grupos: deficiencia en la producción o aumento en las pérdidas. Las guías publicadas y las recomendaciones para su terapéutica varían en su abordaje y manejo; esto es un reflejo de la heterogeneidad de la población y de las patologías responsables. Hipogammaglobulinemia asociada a medicamentos Muchos medicamentos que generan inmunosupresión se asocian con hipogammaglobulinemia secundaria, pero esto no precisamente correlaciona con infecciones recurrentes. Entre los grupos más estudiados están agentes biológicos, corticoesteroides, terapia target contra las células B y algunos tipos de quimioterapia. Respecto a medicamentos de uso cotidiano como los anticonvulsivantes y antipsicóticos; la fenitoína, carbamazepina, ácido valproico, clopromazina y la lamotrigina se asocian con un descenso de los niveles de IgA. Además, existen reportes de caso en los que la lamotrigina y la carbamazepina ILUSTRACIÓN 9 CAUSAS COMUNES DE HIPOGAMMAGLOBULINEMIA SECUNDARIA (PATEL ET AL, 2019) 30 producen descenso de niveles de IgG, desarrollando los pacientes una patología similar a la inmunodeficiencia común variable (Kaplan, 2018). Los medicamentos que inducen inmunosupresión se utilizan para el mantenimiento de la remisión clínica, disminuir las reactivaciones y como agentes ahorradores de esteroides en patologías autoinmunes y patología asociada a malignidad. Su uso, al igual que el beneficio clínico, conlleva efectos adversos en el sistema innato y adaptativo, este es principalmente perjudicial en pacientes con patologías que conlleven inmunodeficiencias de base. Por lo dicho, tratar autoinmunidad y malignidad sin el reconocimiento de inmunodeficiencias primarias puede aumentar el riesgo de forma significativa de infecciones y las complicaciones asociadas, de ahí la importancia del tamizaje previo a la introducción de este tipo de medicamentos. Medicamentos inmunosupresores no biológicos En este grupo se encuentran los glucocorticoides, sulfasalazina, mofetilo de micofenolato, metrotexate, azatioprina y agentes alquilantes. Su combinación lleva a un riesgo mayor y aumento en la severidad de hipogammaglobulinemia (Patel et al, 2019). 31 TABLA 3 MEDICAMENTOS INMUNOSUPRESORES QUE CAUSAN HIPOGAMMAGLOBULINEMIA ADAPTADO DE KAPLAN, 2018. Terapia Target contra las células B La activación aberrante y la proliferación de las células B es una de las vías fisiopatológicas presentes en trastornos linfoproliferativos y enfermedades autoinmunes. A partir de este descubrimiento, se ha logrado aprobar como terapias de primera línea medicamentos que depleten esta línea celular. La mayoría de estos medicamentos son anticuerpos monoclonales (mAb) que se unen al receptor CD20 y producen citotoxicidad mediada por anticuerpos, opsonización por complemento y apoptosis de las células B. El receptor CD20 se expresa en las células circulantes en sangre periférica y no se expresa en células de la médula ósea o células plasmáticas. Por lo tanto, se esperaría que los anticuerpos monoclonales anti CD20 no deberían eliminar el pool completo de células B y teóricamente no deberían comprometer la inmunidad humoral dado que los precursores que vienen de médula ósea no se encuentran directamente inhibidos. Sin embargo, la hipogammaglobulinemia se observa, reflejando la 32 limitación en la diferenciación de las células B. Las teorías establecidas para este hallazgo son la depleción de células B de memoria CD27+, alteración en el balance de las células T y/o las células presentadoras de antígeno y su interacción con las células B, y un bloqueo en la capacidad de maduración de las células B (Christou et al., 2017). ILUSTRACIÓN 10 MECANISMOS DE ACCIÓN DE LOS ANTICUERPOS MONOCLONALES ANTI CD 20 (CHRISTOU ET AL, 2017) La incidencia de hipogammaglobulinemia secundaria varía según la condición patológica de base del paciente y la terapia inmunosupresora o inmunoablativa concomitante que se brinde. La mayoría de información de este tema se encuentra en asociación con el uso de rituximab, el primer anticuerpo monoclonal quimérico anti CD20. Este medicamento fue el primer mAb aprobado por la FDA en 1997 como tratamiento para el cáncer en pacientes con linfoma no Hodking CD20 positivos. Este ejerce sus acciones por señalización directa de apoptosis por medio de las vías dependientes e independientes de caspasas; la porción Fc del anticuerpo puede inducir citotoxicidad mediada por complemento y lisis de las células B por medio del complejo ataque de membrana; induce citotoxicidad 33 mediada por anticuerpos cuando su región Fc se une al FcγRIIIa de las células natural killers y se puede generar fagocitosis dependiente de anticuerpos cuando los macrófagos reconocen células marcadas por Rituximab ( Tejas y Barmetter, 2023). El objetivo de utilizar este tratamiento consiste en erradicar las clonas B malignas y prevenir la producción de auto anticuerpos por medio de células plasmáticas de corta vida autorreactivas derivadas de las células B que expresan CD20 (Christou et al., 2017). No existe una verdadera frecuencia establecida de la presentación de hipogammaglobulinemia y limitación en la reconstitución de las células B dada la faltante de estudios prospectivos en diferentes tipos de cohorte. Además, la significancia clínica de este hallazgo es controversial ante la discrepancia entre pacientes con presentación de infecciones graves versus aquellos que se mantienen asintomáticos, lo cual hace pensar que existen otros factores correlacionados que facilitan el paso a la infección. Hay también una segunda generación de anti CD20 que suelen ser más efectivos y mejor tolerados ante su menor capacidad de inmunogenicidad. Entre ellos se encuentra el Ofatunumub, un anticuerpo monoclonal humano tipo IgG1 -к, que se une de forma específica a la porción corta y larga de los loops extracelulares del CD20. Su aprobación inicial se dio en el 2019 para su uso en pacientes con Leucemia Linfocítica Crónica en pacientes refractarios a Fludarabina y Alemtuzumab pero actualmente también se extiende su uso a artritis reumatoide, linfoma no Hodking folicular, linfoma difuso de células B y esclerosis múltiple (Sacco y Abraham, 2018). Los estudios clínicos respaldan el uso de Rituximab en los últimos veinte años de forma persistente, unos de los anticuerpos monoclonales más ampliamente usados y presente en muchos esquemas de tratamiento de diversas especialidades inclusive con indicación off label (Barmettler et al., 2018). Los datos de prevalencia de hipogammaglobulinemia se basan principalmente en estudios retrospectivos de adultos en pacientes con linfoma y enfermedades autoinmunes, particularmente artritis reumatoide y lupus eritematoso sistémico. La mayoría de estos estudios definen hipogammaglobulinemia como valores séricos de IgG < 6g/dl; otros utilizan 5.65, 5.8 o como corte más alto 7g/dl, sin 34 establecer diferencia en relación con la edad del paciente. Además, establecen una diferenciación entre hipogammaglobulinemia como hallazgo de laboratorio e hipogammaglobulinemia sintomática como descenso de IgG en valores descritos e infecciones no asociadas a neutropenia. TABLA 4 ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE ESTUDIOS DE COHORTE DESCRIBIENDO LA PREVALENCIA DE HIPOGAMMAGLOBULINEMIA Y LA INCIDENCIA DE INFECCIÓN EN PACIENTES TRATADOS CON RITUXIMAB POR LINFOMA (ADAPTADO DE SACCO Y ABRAHAM, 2018) En las cohortes que trataron linfomas, la prevalencia general de hipogammaglobulinemia fue de 39-42%, sin embargo, la hipogammaglobulinemia sintomática fue significativamente menor, siendo esta de un 6%. Además, la incidencia de procesos infecciosos no fue estadísticamente mayor en los pacientes que tuvieron hipogammaglobulinemia de novo con el uso de rituximab versus aquello que tenían hipogammaglobulinemia instaurada pre tratamiento. Los factores concomitantes que se asociaron a mayor riesgo de infección fueron a los que se le asoció de forma concomitante un trasplante autólogo. 35 Los estudios asociados con Artritis Reumatoide describen una prevalencia menor de hipogammaglobulinemia en relación con las neoplasias hematológicas. De los procesos infecciosos desarrollados, la forma de presentación más común grave fueron las infecciones sinopulmonares. Los pacientes con hipogammaglobulinemia prolongada e infecciones serias tenían una tasa de infecciones considerables inclusive antes de la hipogammaglobulinemia, lo que sugiere otros factores de riesgo correlacionados con el desarrollo de las mismas (Van Vollehoven et al., 2015). En pacientes con LES, la prevalencia de hipogammaglobulinemia varía entre 14% y 26%. La mayoría de estos estudios retrospectivos no logran describir el tiempo específico de desarrollo de la TABLA 5 ANÁLISIS DE COHORTE DESCRIPTIVAS DE LA PREVALENCIA DE HIPOGAMMAGLOBULINEMIA E INCIDENCIA DE INFECCIÓN EN PACIENTES CON ENFERMEDADES AUTOINMUNES Y USO DE RITUXIMAB COMO TERAPIA (ADAPTADO DE SACCO Y ABRAHAM, 2018) 36 hipogammaglobulinemia en relación con la infusión de Rituximab. La heterogeneidad de la población en los diferentes grupos de tratamiento refleja la variedad en la prevalencia de hipogammaglobulinemia, infecciones asociadas y la dinámica de reconstitución de la población de células B (Sacco y Abraham, 2018). Llama la atención que, en las poblaciones, tanto hematológicas como de enfermedades autoinmunitaria, donde se midieron los diversos isotipos de inmunoglobulinas, la IgM se documentó baja en un mayor porcentaje de la población, aunque se desconoce hasta el momento su factor pronóstico y, por tanto, su significado clínico. Solo Nishio et al. reportaron niveles menores de IgG e IgA en pacientes con hipogammaglobulinemia, siendo estos tratados con Rituximab y un trasplante autólogo. En resumen, se puede definir que en un gran porcentaje de los casos la hipogammaglobulinemia es de causa multifactorial; en el de las enfermedades autoinmunitarias es secundaria a inflamación persistente, uso de glucocorticoides y terapia inmunomoduladora concomitante. La IgG baja se ha asociado principalmente con el uso previo de Mofetilo de Micofenolato. Evidencia con otros inmunosupresores como Ciclofosfamida son variados por la heterogeneidad de la población a la que se le aplica, su contribución a la hipogammaglobulinemia no se ve replicada en patologías como el lupus eritematoso sistémico (Tejas y Barmettler, 2023). En patología hematológica, la combinación de Rituximab con quimioterapia lleva a hipogammaglobulinemia persistente y un arresto en la diferenciación de las células B, siendo el medicamento más asociado, la Fludarabina. Además, se ha visto este mismo hallazgo en pacientes que utilizan Rituximab y posteriormente se someten a un trasplante autólogo. Otro factor de riesgo a tomar en cuenta, del cual aún no se ha podido dilucidar su peso, es la diferencia en los protocolos de aplicación y la dosis de Rituximab a la que se exponen los pacientes. La dosis estándar para enfermedades del tejido conectivo es 1000mg separados por 1 mes, mientras que la dosis para linfomas, citopenias autoinmunes y vasculitis se ajusta según superficie corporal, con una dosis 37 promedio de 375mg/m2. Es difícil que al paciente se le aplique como opción terapéutica una única dosis de Rituximab, pero sí se ha observado que el riesgo es mayor conforme más dosis se apliquen (Casulo et al., 2013). En pacientes con linfoma que reciben más de ocho dosis de Rituximab, se ha observado una incidencia mayor de hipogammaglobulinemia prolongada (más de seis meses) (Finlanovsky et al., 2016). Un factor de riesgo genético son los polimorfismos en el gen FCGR3A (gen que codifica para el receptor CD16, expresado en las células NK), ya que mutaciones homocigotas de 158 V/V hacen que exista mayor afinidad del Rituximab hacia su receptor y por lo tanto una mejora en la respuesta clínica del tratamiento, pero mayor riesgo de hipogammaglobulinemia (Sacco y Abraham, 2018). 38 Si se habla específicamente de riesgo de infección asociado a hipogammaglobulinemia, los factores más descritos se pueden clasificar en 4 categorías: inmunológicos, farmacológicos, comorbilidades clínicas y demográficos. Respecto a las condiciones inmunológicas, los niveles de IgG bajos previos y ciclos prolongados de rituximab son los principales factores de TABLA 6 FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS A INFECCIÓN POST INFUSIÓN DE RITUXIMAB (ADAPATADO DE CHRISTOU ET AL, 2018). 39 riesgo asociados, apoyando el tamizaje inmunológico de los pacientes previo a la terapia. En el área farmacológica, el uso concomitante de esteroides y el uso de medicaciones de tipo mieloablativo se asocian a mayor riesgo de infección. Respecto a comorbilidades, la presencia de insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar, diabetes y compromiso extraarticular en la Artritis Reumatoide son los factores asociados y respecto a características demográficas, la que presenta mayor peso es la edad avanzada (Tejas y Barmettler, 2023) (Christou et al., 2018). El tiempo que se reconoce como normal en la mayoría de los estudios para llegar a niveles de inmunoglobulinas basales posterior al tratamiento es de 6 meses cuando el rituximab se utiliza como monoterapia y de 6 -9 meses en pacientes que lo reciben en combinación con quimioterapia (Christou et al, 2017) (Barmettler et al., 2018). El estudio realizado por Barmetller et al. en el 2018 es el más grande publicado en relación a la aplicación de rituximab y la asociación con los niveles de inmunoglobulinas y riesgo de infección y mortalidad. Contaba con una población total 4479 pacientes, con diversidad de patologías (cáncer, enfermedades autoinmunes, desórdenes hematológicos e inmunodeficiencias primarias), a los que se les aplicó rituximab como parte de su tratamiento; con una edad superior a los 14 años y que al menos contaron con 3 citas de seguimiento post aplicación de rituximab. El estudio descubrió que un 85.4% de los pacientes no contaban con niveles de inmunoglobulinas previo al uso de la terapia CD20, a pesar de que valores bajos pre tratamiento se ha establecido como un factor de riesgo para desarrollar procesos infecciosos. De los que sí contaban con niveles basales, se observó que hubo un empeoramiento de las inmunoglobulinas con el uso de la terapia anti CD20. En relación con las infecciones, 28.2% de los pacientes presentaron infecciones que requirieron hospitalización, principalmente en los primeros 6 meses. No hubo diferencia estadística en lo que respecta a los diferentes grupos etiológicos de la enfermedad de base. Además, la cantidad de pacientes al que se le hizo un fenotipo de las células B era insuficiente, lo que limitaba una predicción de la recuperación celular. 40 En lo que respecta al proceso de reconstitución de la población B, esta varía en temporalidad en dependencia a la duración del tratamiento, contexto clínico de fondo y la edad, entre otros factores. La mayoría de marcadores con los que se cuenta, específicamente la citometría de flujo básica, mide de forma parcial este proceso, ya que solo cuantifica linfocitos B en sangre periférica; esta es una representación pequeña de la población celular total alojada principalmente en órganos linfáticos primarios. El proceso de reconstitución imita el orden ontogénico; si se realiza una citometría de flujo extendida (PIDOT), se puede observar durante el proceso de reconstitución una disminución de las células switched de memoria B (IgD-CD27+) y un incremento de las células B naive (IgD+CD27-). Repetir la dosis de rituximab aparenta aumentar el riesgo de depleción prolongada de las células B, mientras que su combinación con quimioterapia retrasa el proceso de reconstitución. Para estos pacientes en los que el tiempo reconstitución se prolonga más de lo esperado se ha utilizado el término Inmunodeficiencia Persistente después del tratamiento con medicamentos inmunomoduladores (PITID) (Christou et al., 2017) (Sacco y Abraham, 2018). A partir de estos hallazgos, según la evolución clínica del paciente, se podría clasificar en 4 grandes grupos: • Pacientes con hipogammaglobulinemia pero que tiene una recuperación numérica de las células B periféricas. • Pacientes que no han recuperado la población B total para el tiempo esperado pero que no desarrollan hipogammaglobulinemia. • Pacientes con hipogammaglobulinemia sin recuperación numérica de las células B periféricas. • Pacientes con hipogammaglobulinemia con conteos normales de CD19/CD20, pero niveles bajos de células B switched en la citometría extendida. Los estudios existentes hasta la actualidad no definen qué porcentaje de pacientes se categoriza en cada uno de los cuatro grupos y si esta 41 caracterización correlaciona con el tipo de tratamiento que recibe el paciente (Sacco y Abraham, 2018). En patologías neurológicas como lo es la esclerosis múltiple, la terapia anti C20 se vuelve uno de los pilares de tratamiento, siendo el Ofatunumab, Ocrelizumab y el Ublituximab los medicamentos aprobados por la FDA. A pesar de que el rituximab no tiene una indicación abalada para dicha patología, este medicamento se ha utilizado de forma extensa en esclerosis múltiple y neuromomielitis óptica por más de una década. El ocrelizumab es un anticuerpo monoclonal humanizado anti CD 20 que ha demostrado eficacia en esclerosis múltiple remitente y recurrente y la forma primaria progresiva. Los protocolos que sustentan su uso, OPERA I/II y ORATORIO excluyeron pacientes que pre selección tuviesen niveles de IgG por debajo del 18% de lo que se considera normal o 8% del rango normal para IgM. De forma similar, los protocolos de ofatunumab, ASCLEPIOS I/II excluyeron pacientes en la pre selección que tenían IgG e IgM por debajo de rangos normales e indicaban interrupción del medicamento si las inmunoglobulinas descendían 20% y 10% respectivamente. Ante dichas excepciones y discontinuación del tratamiento, se limitó la capacidad de captar el riesgo de hipogammaglobulinemia asociado al medicamento. En un análisis de seguridad de los estudios ASCLEPIOS I/II, APLIOS, APOLITOS y ALITHIOS, para un total de 1969 pacientes, que incluían aquellos que utilizaban ofatunumab desde un inicio y aquellos que iniciaron con Teriflunomide y cambiaron a ofatunumb; solo 2 (0.1%) tuvieron interrupción del tratamiento de forma temporal y 4 (0.2%) tuvieron interrupciones permanentes debido a niveles bajos de IgG. En el estudio ULTIMATE de ublituximab, la proporción de los pacientes con niveles de IgG por debajo del valor normal se mantuvo estable en las 96 semanas de seguimiento y los niveles fueron similares con teriflunamide (una terapia que no es anti CD20). En un estudio retrospectivo conducido en la Universidad de Cleveland, se reclutaron a los pacientes con patología neuroinmunológica que recibieron tratamiento con ocrelizumab o rituximab entre los años 2017 y 2022, esto con el fin de valorar la incidencia y los factores de riesgo para hipogammaglobulinemia. La incidencia de hipogammaglobulinemia 42 fue de 12%, siendo una tasa inferior a estudios similares en los que los pacientes se exponían únicamente a rituximab. Además, el rituximab se asoció con mayores infecciones totales comparado con ocrelizumab. A pesar de que las infecciones serias fueron más en pacientes con hipogammaglobulinemia, no se estableció un valor estadísticamente significativo. De los 21 pacientes que desarrollaron infecciones serias, el tiempo prolongado de tratamiento y la linfopenia eran factores asociados compartidos en dicha población. Una de las principales limitantes de este estudio era que un gran porcentaje de los pacientes (>50%) no contaban con valores séricos de inmunoglobulinas previo a recibir la terapia, por lo que no se puede analizar este factor como contribuyente en la evolución clínica del paciente (Mears et al., 2023). El rituximab y el ocrelizumab comparten epítopos en el dominio extracelular CD20, mientras que ofatunumab y ublituximab comparten un epítopo externo a CD20. Este sitio de acción y las diferencias de estructura de los anticuerpos monoclonales pueden contribuir a los diferentes mecanismos de depleción de las células B y por lo que tanto limitar la expresión de inmunoglobulinas principalmente con rituximab y ocrelizumab, además de que estos medicamentos cuentan con estudios de mayor seguimiento en tiempo en comparación con ofatunumab y ublituximab. Respecto a la IgM, los niveles de esta inmunoglobulina disminuyen con el tiempo en relación con que se utiliza la terapia. Estos parecen disminuir previo a los niveles de IgG, por lo que se podría considerar como un eventual marcador predictivo de descenso de IgG. El estudio de la asociación de hipogammaglobulinemia con procesos infecciosos ha demostrado por medio de análisis de seguridad en fase 3 con el uso de ocrelizumab, descubrieron que el riesgo de infecciones serias era de 5.68 por cada 100 pacientes con inmunoglobulinas bajas (< 565mg/dl) comparada con 2.16 por cada 100 pacientes con inmunoglobulinas en rangos normales, en cambio con ofatunumab no hay asociación en estudios, entre el descenso de anticuerpos y el riesgo de infecciones. Como en las poblaciones descritas de previo, sí se han establecido factores de riesgo preexistentes que aumenten las posibilidades de infección en pacientes que utilizan rituximab. Factores propios de la enfermedad que también se han considerado de importancia son el sexo 43 masculino, edad superior a 55 años, la presencia de discapacidad física y el uso de medicamentos de previo como el natalizumab y el fingolimod (Alvarez et al., 2023). Terapia con antígenos quiméricos contra el receptor de la célula T (CAR-T) La terapia basada en células CART es una inmunoterapia novedosa. Los linfocitos T son genéticamente modificados y utilizan un vector viral que posee un receptor de antígeno quimérico. Este receptor codifica para un dominio extracelular que logra reconocer el tumor (como el CD19 que reconoce las células B) y este a su vez se mantiene unido a un dominio intracelular que produce una señalización para la activación de la célula T. Los mecanismos a partir de los cuales se disminuye la inmunidad son multifactoriales. Primeramente, las patologías tratadas con esta terapia de forma basal implican disfunción inmune, además, en la mayoría de los pacientes que se opta por esta medicación ya han recibido al menos 3 líneas de terapias previas, lo que implica un cúmulo de disfunción inmune ya presente en el paciente. El medicamento como tal, a partir del mecanismo descrito, puede desarrollar aplasia de células B e hipogammaglobulinemia; ambas condiciones capaces de predisponer a infecciones de forma inmediata post exposición o años después. Estas consecuencias son esperadas cuando el target de la célula CART es el CD19; una glicoproteína transmembrana que se puede encontrar en las células B malignas y en los linfomas de células B. La aplasia resulta de la falta de diferenciación por parte de la terapia entre células B normales versus aquellas que se consideran patológicas. La severidad y la duración de la aplasia de células B puede servir como una medida farmacodinámica de la persistencia y funcionalidad de las células CART infundidas. La depleción de células B ocurre después de 2 semanas a 1 mes de infusión. La hipogammaglobulinemia se ha descrito de incidencia variable en la bibliografía. Después de 90 días de infusión, la hipogammaglobulinemia (definida como IgG < 400mg/dl) se presenta el 35%, 27% y 46% de los pacientes adultos entre los días 15-30, 31-60 y 61-90 44 respectivamente (Hill et al., 2018). La hipogammaglobulinemia es más frecuente en los niños en comparación con la población adulto, su incidencia fue descrita en estudios realizados en infantes de hasta un 100%. Este hallazgo puede estar en relación a que la maduración de algunas subclases de inmunoglobulinas se concluye en etapas más avanzadas de la vida y la menor cantidad de población de células plasmáticas protectoras por una menor exposición antigénica (Wat y Barmettler,2021). En los pacientes que reciben células CART, las infecciones se han documentado de un 23-42% en el primer mes, siendo el 80% de estas de presentación en los primeros 10 días; sin embargo, los estudios en adultos que establezcan una relación de causalidad entre infecciones e hipogammaglobulinemia son pocos. Un factor contribuyente a los procesos infecciosos es el uso de quimioterapia que depleta la línea linfoide previo a recibir la infusión células CART, para así disminuir de forma significativa las células T reguladoras y otras células inmunes, de esta manera mejoran la función de las células T y la eficacia de la actividad anti tumoral de las células CART infundidas. La combinación de fludarabina y ciclofosfamida ha sido utilizada en la mayoría de los estudios hasta el día de hoy. Existen 5 estudios (4 en adultos y 1 en niños) que han investigado la infección en asociación con la terapia CART. Cuatro estudios fueron de carácter retrospectivo; los rangos de infección temprana, definida como menor a treinta días fue de 17- 42% y de infección tardía, definida como mayor a treinta días, fue de 14-31% (Bupha-Intr et al., 2020) (Wat y Barmettler,2021). El estudio más grande, liderado por Hill et al., valoró una población total de 133 pacientes tratados en estudio abierto con una población mixta de neoplasias hematológicas. En los primeros 28 días seguidos del uso de células CART, 23% de los pacientes desarrollaron 43 infecciones, para una densidad de infecciones de 1.19 por cada 100 días. La densidad de infecciones descendió a 0.67 por cada 100 días entre el día 29 y 90 post infusión. En los primeros 28 días las infecciones bacterianas eran las más usuales y aproximadamente la mitad desarrollaron bacteriemia. La mayoría de las infecciones eran de leves a moderadas y solo 45 hubo 2 muertes relacionadas. Después de los 90 días seguidos de la infusión, la densidad de infecciones se mantuvo en 0.55 por cada 100 días. Ante lo descrito y la limitada cantidad de estudios, las recomendaciones para el manejo de estos pacientes y los efectos secundarios se basan en opiniones de expertos. Hipogammaglobulinemia post trasplante Las infecciones son complicaciones recurrentes, principalmente en los primeros años post trasplante y determinantes en la morbilidad mortalidad del paciente, por lo que identificar a aquellos con factores de riesgo es de suma importancia. De estos factores de riesgo, en los últimos años se ha tomado especial importancia la inmunidad humoral, específicamente a la asociación entre hipogammaglobulinemia y el riesgo de infecciones. La hipogammaglobulinemia definida como IgG <700mg/dl es una complicación común post trasplante de órgano sólido y trasplante hematopoyético, aunque su forma severa que consiste en niveles de IgG <400mg/dl es menos prevalente, pero parece generar un impacto adverso en la tasa de infecciones y mortalidad. Uno de los principales inconvenientes es el número limitado de pacientes en los estudios clínicos, por lo que demostrar el impacto del uso de inmunoglobulina y su peso en la evolución del paciente ha resultado difícil (Augusto et al, 2016) (Florescu et al. 2014). Por dicha causa, la suplementación con inmunoglobulina es conflictiva y no existe una práctica uniforme entre las diversas sociedades para su uso. La inmunosupresión requerida para evitar el rechazo tiene un papel fundamental en este fenómeno inmunológico, además de factores como el tipo de trasplante y la edad del receptor. La incidencia de hipogammaglobulinemia en adultos está descrita de forma bastante limitada pero los reportes sugieren prevalencias de un 6-50% en receptores de riñón y de un 77% en receptores de médula en la población pediátrica (Bourassae – Blanchett et al., 2017). En pacientes con trasplante de órgano sólido con hipogammaglobulinemia severa presentan un incremento en el riesgo de citomegalovirus, hongos, infecciones respiratorias y una mortalidad más alta el primer año sobre cualquier causa. A pesar de estos hallazgos, los escasos estudios presentes no han demostrado que el aumento en 46 los niveles de inmunoglobulinas mejore la evolución clínica de estos pacientes y de aquí la diferencia en el manejo a nivel mundial. Canadá es uno de los países referentes en el tema trasplante. Por ello, en el 2016 se realizó una encuesta a nivel nacional que buscaba evaluar las prácticas en relación con la hipogammaglobulinemia y el uso de inmunoglobulina intravenosa en esta población. Se realizó un cuestionario de 7 preguntas que se distribuyó en 23 centros de trasplante hematopoyético y 24 centros encargados de trasplante de órgano sólido. La encuesta para trasplante hematopoyético fue dividida en 2 partes: una referente al trasplante alogénico y la otra en relación con el trasplante autólogo. Respecto al trasplante de órgano sólido, es importante recalcar que la mayoría de los centros participantes realizaban >50 trasplantes anuales. De los que se recibió respuesta (15 centros), el 80% no medían de forma rutinaria en el periodo pre trasplante y de forma similar, el 87% no medían niveles de inmunoglobulina en el periodo post trasplante. Ningún centro utilizó inmunoglobulina para reducción de infecciones. Respecto a los trasplantes hematopoyéticos, en los de tipo alogénico, el 67% de los que respondieron (12 centros respondieron) no miden de forma rutinaria los niveles de inmunoglobulinas. En contraste, estos sí se miden de forma rutinaria en el periodo post trasplante; además el 58% prescribieron inmunoglobulina para la prevención de infecciones. En el tipo autólogo, las cifras descritas son bastante similares a excepción de que el uso de gammaglobulina IV no era práctica usual (Bourassae – Blanchett et al., 2017). Hipogammaglobulinemia asociada a pérdida de proteínas Enteropatía perdedora de proteínas La enteropatía perdedora de proteínas es una condición relativamente rara determinada a partir de la pérdida excesiva de proteínas por el lumen gastrointestinal. No existe una definición precisa o corte específico de proteinemia. La enteropatía es un marcador de peor pronóstico, pero se considera más como un factor predictor de evolución de su enfermedad de fondo. 47 La pérdida de albúmina fisiológica por vía gastrointestinal responde al catabolismo de un 2-5% de albúmina sérica, sin embargo, en pacientes con esta condición la pérdida puede ser hasta de un 60%. Para que la albúmina descienda en sangre debe de existir una pérdida de 17 veces el valor fisiológico. Casi todas las proteínas sanguíneas pueden estar comprometidas, siendo principalmente las de vida media más prolongada como albúmina, las inmunoglobulinas (IgA, IgM, IgA), fibrinógeno, lipoproteínas, alfa 1 anti tripsina, transferrina y ceruplasmina las más involucradas. Más de 60 patologías se han asociado a esta condición y para estudio se pueden clasificar en 3 grandes grupos: enfermedades con incremento de la presión intersticial, enfermedades que implican lesiones erosivas de la mucosa y condiciones intestinales que generan una mucosa más permeable (Elli et al., 2020). Existe muy poca evidencia de que esta condición perdedora de proteínas constituya un factor de riesgo para infecciones, sin embargo, existe un reporte de caso de hipogammaglobulinemia secundaria a enfermedad de Waldmann. Este es un desorden caracterizado por presentar una linfagiectasia intestinal primaria resultado en la pérdida de linfa en el intestino delgado que resulta en pérdida proteica y finalmente linfopenia, hipoalbuminemia e hipogammaglobulinemia. En este caso, el paciente de 26 años fue diagnosticado a los 3 años y fue tratado de forma inicial con triglicéridos de cadena media. Se mantuvo asintomático hasta los 23 años donde presentó infecciones de tracto respiratorio superior e inferior de forma repetitiva y ante hipogammaglobulinemia persistente se inicia inmunoglobulina subcutánea que logra mantener niveles de IgG estables y parámetros normales en sangre. No se habla respecto a evolución clínica y el impacto de la terapia (Patuzzo et al., 2016). Es importante descartar errores innatos de la inmunidad en estos pacientes dado que las manifestaciones gastrointestinales recurrentes pueden ser su síntoma inicial de presentación. Nefropatía perdedora de proteínas No existe evidencia bibliográfica que haya estudiado la incidencia de hipogammaglobulinemia y riesgo de infecciones en pacientes con 48 glomerulopatías y síndrome nefrótico secundario. Las guías KDIGO 2022 no establecen ninguna recomendación al respecto. 49 Capítulo 3 Inmunoglobulina como terapia médica La aplicación clínica de la inmunoglobulina como agente terapéutico data de más de 100 años, a partir del estudio realizado por el alemán Emil Behring en 1890. Este ganó en 1901 el premio Nobel de medicina a partir de su observación en conjunto con su colega Shibasaburo Kitasato, del papel de la aplicación del suero inmune en la mejoraría de la enfermedad secundaria a difteria y tétanos. Ellos probaron que al sustraer suero sanguíneo de conejos que fueran inmunizados con toxina tetánica y que posteriormente fuera transferido a conejos sanos, los protegía del desarrollo de la enfermedad. De este modo, su primer uso fue como profilaxis y tratamiento de enfermedades infecciosas (Eibil, 2008). En 1941, las técnicas desarrolladas por Cohn et al. en Estados Unidos generaron un proceso que permitía la producción a larga escala de inmunoglobulina, favoreciendo su uso inclusive en la Segunda Guerra Mundial (Guo et al., 2018). Esta técnica se basaba en fraccionar componentes a partir de bajas concentraciones de alcohol, reducción de pH y disminuyendo la fuerza iónica. Este procedimiento se realizaba a temperaturas bajas para reducir el riesgo de contaminación (Barahona et al., 2016). Los primeros productos de inmunoglobulina fueron dados para el control de infecciones como poliomielitis, varicela, sarampión, rubeola, hepatitis A y tosferina. Después del descubrimiento de la agammaglobulinemia de Bruton en 1952, la sustitución de inmunoglobulinas se convirtió en una nueva indicación, pero no fue hasta 1979 que la terapia con inmunoglobulina intravenosa fue aprobada por la American Food and Drug Administration (FDA). Inicialmente la preparación se aplicaba de forma intramuscular con la limitación que solo se podían aplicar pequeñas dosis, dado que generaba irritación y la presencia de la degradación proteolítica local. Se limitaba su uso intravenoso debido a la presencia de agregados purificados de inmunoglobulinas que llevaba a reacciones adversas severas por la activación de complemento. El desarrollo de tecnologías de purificación permitió la eliminación de los agregados y por lo tanto evitaba la activación del sistema inmunológico. En 1981, durante el tratamiento de 2 niños con hipogammaglobulinemia y que de forma concomitante 50 presentaban púrpura trombocitopénica idiopática, se observó una mejora en el conteo plaquetario con la infusión de inmunoglobulina intravenosa (IVIG); estudios posteriores confirmaron este hallazgo y se estableció el rol inmunomodulador de esta medicación (Stangel, 2006). Composición y farmacocinética La inmunoglobulina intravenosa es una molécula autóloga que contiene como sustancia activa anticuerpos policlonales del isotipo IgG sintetizadas a partir de un estímulo, tomados de hemo componentes de donadores sanos. El plasma utilizado en la producción de IVIG viene de 2 orígenes, 20% de donadores de sangre y 80% de donadores propiamente de plasma. Las unidades de plasma son agrupadas y el tamaño de cada pool varía según la industria farmacéutica que lo prepare; este corresponde a un mínimo de 1000 donadores. Los miles de donadores que conforman este pool de plasma permiten el aislamiento de muchos anticuerpos co