Habitantes, hablantes: imitación y lengua en la formación nación según Spinoza
comunicación de congreso
Fecha
2019Autor
Rojas Peralta, Sergio E.
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
Recurrir a habitantes y hablantes tiene una sencilla razón,
son dos conjuntos que lógicamente no tienen por qué coincidir con el
otro, aunque se sobreponen. Ambos dicen una manera de estar en un
territorio. Los habitantes, por su sola relación con el territorio
(posesión). Los hablantes, por la lengua con la que puebla ese
territorio. En ambos casos, son relaciones de identificación. Y ambos
conjuntos pueden llegar a coincidir pero, si eso ocurriese, en el
proceso se distinguen por no ser los mismos habitantes (migrante), ni
los mismos hablantes (extraño); no son del mismo territorio, ni de la
misma lengua. Si la pregunta por la identidad de los dos conjuntos
interesa, se debe a que Spinoza formula como una posibilidad –casi
una condición- política, el encuentro entre autóctonos y extranjeros, y
cómo se entiende en la política y en la conformación del Estado y de
la nación la integración2 de los segundos a los primeros. ¿Qué papel
desempeña la lengua en ese proceso de integración? ¿Cómo ocupa la
lengua ese espacio? Junto con las leyes y las costumbres, la lengua es
un marcador de la nación, según Spinoza (TTP 17/26 G III, 2173),
porque al igual que esos otros factores identifica y distingue grupos.
Spinoza está interesado en la estabilidad de la sociedad, y el migrante
no es un factor a considerar hasta que empieza a querer los mismos
honores que el ciudadano nativo (derechos civiles, es decir, poder ocupar puestos de gobierno). Expondré el lugar que ocupa la
imitación de la lengua en la formación de la nación
Colecciones
- Filosofía [160]