Abstract
•La celebración festiva, llevada a cabo en una verdadera comunidad donde reina una relación estrecha con Dios, tiene toda la potencialidad de ser juego, recreación y libertad. Así el juego, en su dimensión de celebración, debe incluir la creación de tradiciones y costumbres, la conservación de fiestas cristianas como la Pascua, la Navidad, el domingo; festejar aniversarios y cumpleaños y revivir costumbres históricas.
•Las iglesias, las familias y las comunidades necesitan afianzar sus celebraciones. En este esfuerzo es muy útil fijarse en la celebración del shabbat y algunos eventos históricos, particularmente aquellos que conmemoran la intervención redentora de Dios en la historia. Las celebraciones pueden organizarse en el calendario para ayudar a otorgarles la importancia que merecen.
•Una buena celebración debe tener ciertas características descritas en la Biblia, como la prodigalidad, la alegría, el deleite, el regocijo, la generosidad, la abundancia, el canto y la danza. Una característica esencial es el dejar a un lado las preocupaciones de la vida cotidiana, dejar a un lado el trabajo, para poder sumergirse en el mundo del juego.
•El shabbat es el modelo de Dios para la humanidad sobre cómo se debe celebrar y vivir el juego y el trabajo en equilibrio. La disciplina del shabbat es la base sobre la cual se construye el juego: es el momento para dejar de ser productivos, el momento para involucrar los cinco sentidos, para recordar y celebrar las grandes bendiciones de Dios; es el momento para adorar y el momento para jugar.